Sintaxis

12. El sustantivo y el grupo nominal

12.14 La aposición (II). Aposiciones de sentido enfático. Los tipos el asno de Sancho, una maravilla de película y un prodigio de vitalidad

12.14a En la sección anterior se describen grupos nominales apositivos como el año de 1932, la calle de Alcalá, el problema de la droga o el día de hoy, así como los antiguos el río de Duero o el día de viernes. Como se ha explicado, todas estas construcciones pueden considerarse especificativas si se adopta una interpretación amplia del concepto de ‘especificación’. Mientras que el segmento subrayado en Sigue sin solución el problema de la droga, que puede omitirse, permite restringir la denotación del sustantivo problema, en Los hechos sucedieron en el año de 1932 es el sustantivo año el que resalta un rasgo de 1932. De hecho, podría omitirse el año de, pero no el grupo preposicional de 1932. En la presente sección se analizarán tres estructuras que representan grupos nominales apositivos del tipo «A de B». En todos ellos, el segmento B designa la entidad de la que A se predica. El segmento A puede ser adjetival o nominal en estos esquemas, pero coincide en las tres variantes en que posee carácter enfático. Se identificarán estas variantes con un ejemplo representativo:

1. El asno de Sancho

2. Una maravilla de película

3. Un prodigio de vitalidad

En los apartados siguientes se analizan las analogías y las diferencias que existen entre estas tres pautas. Los segmentos A y B corresponden en ellas a las expresiones subrayadas. No obstante, es importante precisar que el atributo que representa el segmento A no incluye en 1 al determinante, puesto que con esta expresión se dice que Sancho es ‘un asno’, no que es ‘el asno’. La participación del determinante en la identificación del atributo es más debatible en los otros dos casos, como se explicará a lo largo de la sección.

12.14b El grupo nominal apositivo que representa la pauta 1 se suele aplicar a las personas, más que a las cosas. El segmento A coincide en casi todos los casos con los sustantivos y adjetivos valorativos o ponderativos que permiten formar atributos enfáticos encabezados por el artículo indefinido un/una, como en el traidor de Bruto ~ Bruto es un traidor o en el tonto de Juan ~ Juan es un tonto. Se estudian en el § 15.5. Se obtienen así grupos nominales como el loco de García, el pelma de Luis, la astuta de tu jefa, la pesada de la vecina, el falso de tu amigo y otros similares que aparecen en los textos siguientes:

Pero el traidor de Carino, echando a las espaldas mis palabras, obras y promesas […], ordenó la traición que agora oirás (Cervantes, Galatea); Recordarle que Rafael Leónidas Trujillo Molina no era Batista, ni el cerdo de Pérez Jiménez, ni el cucufato de Rojas Pinilla (Vargas Llosa, Fiesta); Yo soy Judy Reeves y este es el tonto de mi hermano (Allende, Plan); Anda en pleitos tremendos con la presumida de la Lorenza (Galindo, Bordo); —¿Y con quién vas a ir de compañero? […] —¿Con el gilipollas de Maldonado? (Fernán Gómez, Viaje); Estará masticando amargamente su rabia, la ira por el manjar que el imbécil de Tintorera le quitó de la boca (Délano, Cuentos).

Repárese en que A es un predicado en la construcción que se analiza, de forma que B es un argumento suyo, ya que designa la persona o la cosa de la que A se predica. El grupo nominal formado por ambos posee la misma referencia que el designado por el segmento B. Así pues, el asno de Sancho designa la misma entidad que Sancho; el traidor de Carino (en el ejemplo de Cervantes) la misma que Carino, etc. La ambigüedad que provoca la doble interpretación de estos grupos nominales (posesiva y apositiva) ha sido aprovechada tradicionalmente por los escritores:

Y los mochachos, que son linces no escusados, divisaron la coroza del jumento y acudieron a verle, y decían unos a otros: —Venid, mochachos, y veréis el asno de Sancho Panza más galán que Mingo, y la bestia de don Quijote más flaca hoy que el primer día (Cervantes, Quijote II).

12.14c La mayor parte de los nombres evaluativos a los que se ha hecho referencia encajan en esta pauta. Así, en las mismas áreas lingüísticas en las que resulta común decir de alguien que es “un fantasma” (‘persona envanecida y presuntuosa’), “un chupamedias” (‘adulador’; también se usa pelota en este mismo sentido), “un mandamás” (‘persona que está al mando’), “un pistola” (‘astuto, urdidor’), “un nabo” (‘persona muy boba’) o “un cachas” (‘hombre musculoso y fornido’), resulta natural construir (siempre en el habla coloquial) grupos nominales como el fantasma del gerente, la chupamedias de Martita, la mandamás de doña Carmen, el pistola de tu amigo, la naba de la decana o el cachas de su novio.

12.14d Algunos nombres de animales adquieren esta misma interpretación evaluativa —muy a menudo fuertemente despectiva—, como sucede en el ejemplo citado el asno de Sancho. Se construyen otros grupos nominales similares con los sustantivos cerdo (en el ejemplo de Vargas Llosa citado en el § 12.14b), burro o borrico, cabra o cabrito, pavo, rata, víbora, zorro y otros nombres de animales:

[…] que vaya a tener guerreación allá con la muy puerca de su madre (Avellaneda, Quijote); Pero del fallo judicial tomó pie la muy lagarta de Quintina para satisfacer sus aspiraciones maternales (Galdós, Miau); Vete a contar eso a la perra de tu madre (Baroja, Busca); El muy burro de Carlitos no encontraba las llaves en ningún bolsillo (Bryce Echenique, Huerto).

Se retoma la naturaleza sustantiva o adjetiva de estos nombres más adelante. Favorece la interpretación atributiva de las construcciones con un/una a las que se ha aludido («B es {un ~ una} A») la presencia en A de ciertos afijos apreciativos. La construcción apositiva que ahora se analiza pone de manifiesto la misma tendencia. Así, el artículo indefinido resulta más natural en Es un politicastro que en Es un político, o en Era una madraza que en Era una madre13.7g y 15.5). De forma análoga, también son más naturales —en la interpretación atributiva que ahora interesa— secuencias como el politicastro del nuevo secretario provincial o la madraza de doña Angustias que las versiones correspondientes con político o con madre.

12.14e Con escasas excepciones, los sustantivos y adjetivos que pueden ocupar el lugar de A en la aposición del tipo 1 denotan propiedades extremas. Coinciden en esta característica con los que se usan en los insultos y en las imprecaciones (§ 42.13h y ss.). La neutralización de sustantivo y adjetivo que se percibe en la variante 1 se ha interpretado como un proceso de sustantivación del adjetivo (tonto > un tonto > el tonto de Luis), pero podría interpretarse también en sentido contrario, es decir, como una adjetivación del sustantivo, ya que los nombres que se admiten en esta estructura suelen aceptar el adverbio muy, característico de los adjetivos graduables. Se trata de expresiones como muy ladrón, muy traidor o las citadas muy puerca y muy lagarta. Este tipo de modificación muestra, además, que el atributo que caracteriza el segmento A puede ser un grupo sintáctico:

Y el muy consentido de Polilludo […] ya ni hablaba (Draghi, Hachador); […] y la muy tunanta de la princesa de Éboli, que con un ojo solo ve más que cuatro (Galdós, Tormento); ¿Qué sería de esta pobre ciega si te pasara lo mismo que a la muy loca de tu prima Soledad? (Sánchez Espeso, Mujer); La muy santurrona de mi hermana le ha cogido mucho cariño a usted… (Cano Gaviria, Abismo).

12.14f El segmento A es adjetival en los ejemplos que se mencionan en el apartado precedente. Es, en cambio, nominal en […] la pobre boba de Gekrepten (Cortázar, Rayuela), donde el adjetivo pobre modifica al sustantivo boba; el grupo nominal de sentido evaluativo que ambos forman (pobre boba) se predica de Gekrepten. Entienden algunos autores por todo ello que el artículo determinado no corresponde propiamente al sustantivo o al adjetivo en la construcción que se analiza, sino a la pauta sintáctica en su conjunto, de tal modo que su presencia está condicionada por la preposición de que caracteriza esta construcción, más que por el segmento A. El determinante que caracteriza el tipo 1 no puede ser indefinido (*un tonto de tu amigo), pero sí, en cambio, un demostrativo. Esta opción es la única que se admite en otras lenguas románicas, pero en español es algo menos frecuente en los textos que la que presenta el artículo determinado:

Ese imbécil de Santiuste […], que dice que el no concluir una obra de arte es señal de impotencia (Baroja, Hierba); Pero ¡ah! ¡si fuera verdad, qué gusto, cogerle a ese zorrocloco de D. Carlos todo su dinero (Galdós, Misericordia); Ahora me explico por qué ese bestia de Erdosain le tiene tanta admiración (Arlt, Locos); “¡Mira ¡oh madre! a ese miserable de Ahmad-la-Tiña!” (Blasco Ibáñez, Traducción); Este imbécil de tu primo mató a Juventino Ríos, María —le dijo el viejo (Rey, Sebastián).

No se omite el determinante en esta construcción, pero sí en la variante de ella que caracteriza enunciados exclamativos, como en ¡Pobre de él!; ¡Dichosos de ustedes!, y otros similares que se tratan en el § 42.13.

12.14g Son raros en la construcción apositiva del tipo 1 los adjetivos que designan propiedades no atribuidas a las personas. En la lengua antigua no eran, en cambio, tan infrecuentes. Estos usos se caracterizan por presentar adjetivos que no denotan necesariamente valores extremos:

Engaña a la pobre del alma para que no medre (Santa Teresa, Camino); Mas pues para todo habrá lugar, digo que muchos, y muy muchos, daños causa el triste del vino (Luján, P., Coloquios).

12.14h Son asimismo poco habituales en esta pauta los sustantivos y los adjetivos evaluativos de sentido positivo o meliorativo, hasta el punto de que algunos que parecen tenerlo lo pierden en ella. Así, el adjetivo inocente (‘libre de culpa’) pasa a significar en esta construcción ‘cándido, fácil de engañar’, al igual que sucede en la expresión Es un inocente; el adjetivo listo adquiere el sentido de ‘astuto’; gracioso el de ‘molesto, sin gracia’; simple el de ‘bobo’, etc.:

El inocente de su marido estaba en la guerra (Guevara, Epístolas); No monté a caballo porque el listo de Papiño los había encerrado en el establo (Vega, A. L., Crónicas); De pronto, he aquí que, otra vez el gracioso de Arranz me interpela ahora a mí (Ayala, Fondo); […] como el simple de Borbella: con sus cincuenta y cinco años sin haber tocado mujer (Sampedro, Sonrisa).

No es, en cambio, peyorativo el significado de bueno en esta construcción (aproximadamente, ‘complaciente, servicial’), registrado desde los primeros textos: El bueno de Minaya pensólas de adobar (Cid). Aun así, este adjetivo no se suele construir con artículo indefinido (*Usted es un bueno) —con las excepciones señaladas en el § 12.14d—, acaso porque no designa un valor extremo. Por otra parte, es difícil saber si la carga despectiva que se percibe en muchas de estas construcciones en la lengua actual es la misma que tenían en el español medieval: Muchas vezes vino a mi casa diziéndome sy quería comprar alvarneguillas la vieja de su madre (Martínez Toledo, Corbacho).

12.14i Como en otras construcciones de estructura atributiva, A concuerda con B en género y número. Se obtienen así paradigmas como el tonto de tu vecino/la tonta de tu vecina/los tontos de tus vecinos/las tontas de tus vecinas. La coordinación de dos o más expresiones (singulares o plurales) en B puede dar lugar asimismo a un grupo nominal compuesto que concuerde en plural con A, como en los traidores de Gonzalo Díaz y Pedro de Puelles […] (Cieza, Guerras). Nótese que no se repite aquí la preposición de en esta construcción, que admitiría la variante los traidores de Gonzalo Díaz y de Pedro de Puelles, igual que en Muertos son los traidores de Rages y de Joel (Cifar). La coordinación de dos grupos preposicionales introducidos por de en la interpretación en la que se coordinan dos grupos nominales (como en los amigos de Juan y de María) se examina en el § 31.4o.

12.14j En el § 2.7 se explica que ciertos nombres epicenos que designan animales poseen usos metafóricos, en algunos de los cuales se emplean como sustantivos comunes en cuanto al género. Al igual que existen pares como Este hombre es {un ~ una} bestia, tal como allí se vio, se registran las dos variantes en la construcción apositiva que ahora se analiza. La concordancia en masculino se observa en ese bestia de Erdosain (en el texto de Roberto Arlt citado en el § 12.14f). La variante en femenino aparece en […] tener que vivir al lado de esa bestia de mi padre (Gallegos, D., Pasado). Son igualmente posibles las dos variantes que se muestran en {el ~ la} rata de Luis y en otros casos similares. Por el contrario, los pronombres personales no suelen mantener en estos casos la alternancia de géneros en las construcciones anafóricas: Han detenido por fin a esa bestia de su padre. Lo llevarán a juicio muy pronto.

12.14k Los sustantivos evaluativos que se usan como comunes en cuanto al género respetan la doble concordancia en la construcción apositiva. Así, junto a Luis es un gallina ~ Marta es una gallina, se obtiene El gallina de Luis ~ La gallina de Marta. Otras alternancias similares con sustantivos comunes en cuanto al género son el mandamás de don Julián ~ la mandamás de doña Berta; el chupamedias de Pablo ~ la chupamedias de Paula, etc. Los sustantivos que no alteran su género en función del sexo del referente en las oraciones copulativas tampoco lo hacen en esta construcción apositiva: Ayer vi {al ~ *a la} bombón de tu hermana.

12.14l Como se ha explicado, coinciden la referencia de B y la del grupo nominal en su conjunto. El segmento B del tipo 1 es un grupo nominal definido o un nombre propio. Se obtienen, en consecuencia, contrastes como el idiota de {*un vecino tuyo ~ tu vecino} o la boba de {*una ~ la} prima de Arturo. Aunque los grupos nominales de estructura partitiva poseen complementos definidos y pueden designar individuos particulares (algunos de mis vecinos, concretamente Arturo y Manuel), tienden a rechazarse en la construcción apositiva que se analiza. No se consideran, pues, naturales variantes como los tontos de algunos de mis vecinos, y tampoco otras como los inútiles de ciertos políticos, a pesar de que el determinante cierto13.10a y ss.) suele asociarse con la interpretación específica de los grupos nominales indefinidos. Tampoco admite el segmento B los grupos nominales indefinidos construidos con relativas en indicativo, que inducen la interpretación específica: *el bobo de un novio que tenía yo entonces. Así pues, el determinante de la estructura esquematizada en el § 12.14a debe ser definido, al igual que lo es la expresión B. No contradice el carácter definido de B en las construcciones que se analizan la gramaticalidad de secuencias como el idiota de secretario que contrataste, ya que esta construcción no corresponde al grupo 1, sino al 2, tal como se verá más adelante.

12.14m No se omite el segmento A en el segundo miembro de las construcciones coordinadas: *el tonto de Luis y el de Carlos. Esta propiedad sintáctica se ha interpretado, justificadamente, en los estudios sobre la construcción apositiva que ahora se analiza, como argumento a favor de que A no constituye su núcleo sintáctico. Tampoco admite sustitutos posesivos (> *su tonto), lo que puede relacionarse con este mismo hecho, y también con que tonto posee, como se ha explicado, características adjetivales en estas construcciones.

12.14n Puede omitirse el segmento «de + B» en la construcción apositiva que caracteriza el tipo 1 cuando se interpreta a partir del discurso precedente, como en El muy ladrón debió de saber antes que nadie lo de la baja, y… ¡échale un galgo! (Blasco Ibáñez, Arroz). En ausencia del segmento «de + B», el grupo nominal se usa aquí como expresión definida que toma su referencia de un pronombre o un grupo nominal presentado antes, al igual que en Luis se presentó ayer en la oficina. El muy tonto no sabía que era feriado. Esta construcción se emplea con frecuencia en la lengua conversacional para agregar, en un inciso medial o final, algún juicio depreciativo sobre la persona que se nombra en el discurso precedente (§ 16.6b). El calificativo que se le otorga suele estar, además, en función del comportamiento que se describe:

Paquito me informó sobre tu traslado, pero el muy guarro no ha querido darme tus señas (Salisachs, Gangrena); Se infiltró en los cabezas rapadas, el muy cabrón (Salas, Año); Venga a repetirme que ella siempre había tenido mucho pecho, como si yo no me acordara, la muy sinvergüenza (Grandes, Malena); Sí, sí está. Con su falda pegadita. Rebuena, la muy zafrisca (Romero, D., Declaración).

Aunque no es frecuente en los textos, no se descarta que la construcción que se describe pueda ser recursiva, de tal forma que B reproduce la estructura de toda ella, como en la tonta de la inútil de tu cuñada.

12.14ñ El tipo 2 al que se hizo referencia en el § 12.14a corresponde a grupos nominales como una maravilla de película o un desastre de vacaciones. El segmento A se predica igualmente de B en esta variante, pero las propiedades de esta otra construcción son distintas de las del tipo 1. El determinante es ahora indefinido si el grupo nominal apositivo en su conjunto constituye un atributo, como Era {una ~ *la} maravilla de ciudad o en Es toda una maravilla de flor (Marsigno, Jardinería). Puede ser también definido por efecto de una oración de relativo especificativa, como en el encanto de muchacha en el que se ha convertido. Se obtienen así alternancias como Quiero hablarles de {la ~ una} maravilla de película que vi ayer. Una característica notable del tipo 2 es el hecho de que admite también determinantes exclamativos:

Pero, ¡qué maravilla de botones! ¿son mandados a hacer aquí o en el extranjero? (Rossardi, Visita); ¡Vean ustedes qué dolor de mozo […]! (Nieva, Coronada); Pero qué demonio de hombre es usted (Val, Hendaya).

Representan una variante del tipo 2 los grupos nominales exclamativos sin determinante, como ¡Demonio de chaval! Al mismo tipo corresponden los que encabezan las expresiones vaya y menudo, aquí asimiladas a modificadores cualitativos:

Vaya mierda de domingo (Mundo [Esp.] 8/9/1996); ¡Menuda birria de egoísta estaba hecho si lo que quiso es darse la buena vida a base de fechorías! (Savater, Ética).

Véase también, sobre estas construcciones, el § 42.13.

12.14o El segmento atributivo A es siempre nominal en el tipo 2, a diferencia de lo que sucede en el tipo 1: Me estuvo contando la {maravilla ~ *buena} de película que vieron. Tampoco coinciden estas dos construcciones en el segmento que corresponde a B, ya que puede ser un nombre propio en 1, pero es un nombre común (o un grupo nominal formado en torno a él) en 2: un encanto de {hombre ~ *Arturo}. El segmento B no se construye con determinantes de ningún tipo —*una maravilla de una película; una maravilla de {paisaje ~ *este paisaje}—, si bien aparece ocasionalmente con artículo indefinido en textos antiguos: Compró de un bellaco de un corredor un rocín en quince ducados (Arce Otálora, Coloquios). La expresión subrayada corresponde a la actual un bellaco de corredor. Se forman secuencias similares con artículo indefinido en B en otras lenguas (cf. ingl. a wonder of a book; al. ein Wunder von einem Buch ‘una maravilla de libro’).

12.14p El tipo 2 se asemeja a las construcciones copulativas de predicado nominal evaluativo. Como se explica en los § 37.1j y 37.6a, en estas últimas construcciones no se da concordancia de género y número entre sujeto y atributo: El [masculino] espectáculo era una [femenino] maravilla; Las [femenino plural] vacaciones fueron un [masculino singular] desastre. El artículo de las aposiciones del tipo 2 concuerda en género y número con el sustantivo que corresponde al segmento A, no en cambio con el segmento B: {el ~ *la} encanto de enfermera que me atendió; {el ~ *las} desastre de vacaciones que tuvimos. Se registran algunas excepciones, como Sos un flor de hombre (‘una maravilla de hombre’), características del español conversacional argentino y uruguayo. Véase sobre esta expresión el § 2.7g. El tipo 2 se asimila, en cambio, al tipo 1 en que suele prevalecer en él la concordancia de género y número de los pronombres con el segmento B en las relaciones anafóricas: No solo fue un asco de excursión, sino que encima me salió {*caro ~ cara}. El mismo tipo de concordancia es el que prevalece cuando el grupo nominal de estructura atributiva entra en relación con otro atributo en alguna construcción predicativa, como sucede en El cielo de muchacha que tienen ustedes por {*hijo ~ hija}.

12.14q El segmento A se forma en el tipo 2 con sustantivos evaluativos, llamados nombres cualitativos o nombres de cualidad por algunos gramáticos. Pertenecen, en efecto, a un paradigma no muy amplio de sustantivos que expresan propiedades extremas de forma similar a como lo hacen los adjetivos: un encanto ~ encantador; una maravilla ~ maravilloso; un horror ~ horroroso, etc. Se obtienen así paráfrasis como las siguientes:

un encanto de enfermera ~ una enfermera encantadora;

un horror de portero ~ un portero horroroso;

un desastre de vacaciones ~ unas vacaciones desastrosas;

un espanto de señor ~ un señor espantoso.

He aquí otros ejemplos de esta construcción:

Maricarmen, mi jefa, es un encanto de chica (Olivera Figueroa, Enfermera); ¿Se llama Ruby esta tipa? ¡Qué ridiculez de nombre! (Donoso, Elefantes); Se apareció un día con la curvilínea cholita de nombre Melibea, una preciosidad de mujer, que dejó turulato a Don Rico (Siglo 21/8/2000); Resolví el enigma enseguida, el primer día. Era una estupidez de adivinanza (Montero, Hija); Babkr, un horror de portero, le salvó la vida al Madrid (País [Esp.] 6/1/2000).

Así pues, un encanto de chica se predica de Maricarmen en el primer ejemplo de esa serie y es, por tanto, atributo. El grupo nominal apositivo puede ejercer, igual que cualquier grupo nominal, otras funciones sintácticas: sujeto en el primero de los ejemplos que siguen, objeto directo en el segundo y término de preposición en los demás:

Un encanto de vecinita que tengo arriba […] se había asomao al balcón (Arniches, Venganza); En su opinión, el Gobierno está configurando “un bodrio de sistema fiscal poco realista y equitativo” (Vanguardia [Esp.] 28/12/1996); El Arsenal quiso, con una birria de defensa, fiarse al empate sin goles (País [Esp.] 18/4/2001); […] besándose con un espanto de señor, cuyo único mérito era tener un taxi (Mastretta, Cielo).

12.14r Como algunos de los sustantivos abstractos que se mencionan dan lugar a locuciones adjetivas (de maravilla ~ maravilloso; de encanto ~ encantador), es posible obtener en estos casos alternancias triples, como las siguientes:

una ciudad encantadora ~ un encanto de ciudad ~ una ciudad de encanto;

una película penosa ~ una pena de película ~ una película de pena;

un sueldo mísero ~ una miseria de sueldo ~ un sueldo de miseria.

No obstante, estas equivalencias están en función de que se puedan crear las locuciones adjetivas que se mencionan. Así, junto a ¡Vaya birria de toro! (País [Esp.] 30/8/1997), no se formaría la variante *¡Vaya toro de birria!, puesto que no resulta natural la locución adjetival de birria. Además de los nombres de cualidad mencionados, pueden ocupar el lugar de A en el tipo 2 algunos de los adjetivos y sustantivos que caracterizan el tipo 1: —Cómo es posible que tengas a un imbécil de ayudante, primo —estalló Pascual (Vargas Llosa, Tía). La ausencia de determinante en el sustantivo ayudante y la presencia del artículo un garantiza que se trata del tipo 2, pero la construcción no se forma con un nombre de cualidad, sino con el adjetivo (o sustantivo, § 13.7) imbécil, característico del tipo 1.

12.14s El segmento B del tipo 2 posee un doble papel semántico. En efecto, el sustantivo chica que aparece en el ejemplo citado de Olivera Maricarmen […] es un encanto de chica designa la entidad de la que se predica el ser un encanto, pero también designa la entidad que se predica del sujeto de la oración copulativa (Maricarmen en el ejemplo propuesto). Así pues, la oración Maricarmen es un encanto de chica implica ‘Maricarmen es una chica’, a la vez que ‘Maricarmen es un encanto’. De manera similar, se habla de contemplar un desastre, pero también de contemplar sartenes y ollas en Cocineras empapadas de sudor contemplan el desastre de sartenes y ollas sucias (Gamboa, Páginas). Esta doble relación predicativa se extiende a las restantes muestras del tipo B, pero está restringida en algunos casos. En efecto, Fui a ver un horror de película implica ‘Fui a ver una película que era un horror’, pero no propiamente ‘Fui a ver un horror’.

12.14t El tipo 3 al que se hizo referencia en el § 12.14a está relacionado con el 2, pero no se asimila a él por completo. Mientras que Maricarmen es un encanto de chica (tipo 2) implica ‘Maricarmen es una chica’, el fragmento de García Márquez que se cita a continuación no implica la secuencia absurda ‘Don Rogelio de la Flor era una vitalidad’, sino ‘Don Rogelio de la Flor era un prodigio’. Del que se reproduce de Larra no se infiere ‘Es usted una habilidad’, sino ‘Es usted un portento’:

Don Rogelio de la Flor, el buen marido de Clotilde Armenta, que era un prodigio de vitalidad a los 86 años (García Márquez, Crónica); Es usted un portento de habilidad (Larra, Mostrador).

Así pues, el doble papel semántico del segmento B en el tipo 2 no se extiende al 3. Este último admite, en cambio, paráfrasis similares a las del tipo 2, con la particularidad de que el atributo se construye en ellas con la preposición de, como en ‘Es de una vitalidad prodigiosa’, ‘Es de una habilidad portentosa’, etc.

12.14u El tipo 3 se asemeja al 2 en que la propiedad designada por el segmento B (‘el ser vital’, ‘el ser hábil’) se predica del sujeto de la oración copulativa (Don Rogelio de la Flor en el ejemplo citado de García Márquez), pero se diferencia de él en que la relación predicativa entre B y A es solo indirecta. Una variante de esta construcción se forma con sustantivos que designan el punto más alto de alguna escala implícita, como en el súmmum de la elegancia; el colmo del mal gusto, o […] el no va más de la eficiencia (Tiempos 18/9/2000).

12.14v En los apartados precedentes se ha explicado que cada uno de los grupos nominales enfáticos de estructura atributiva analizados posee propiedades en común con los otros dos, pero también presenta puntos de divergencia con ellos. Las similitudes y las diferencias afectan fundamentalmente a la naturaleza léxica del segmento A, al tipo de determinante o cuantificador que admiten tanto A como B, y también a las inferencias que se obtienen en función del papel semántico que corresponde al segmento B en relación con la expresión nominal de la que pueda predicarse en su conjunto el grupo nominal de estructura apositiva.

 

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