Morfología

8. La derivación verbal. La parasíntesis

8.7 Verbos derivados en -ar y sus variantes (II). Formas parasintéticas. Los tipos a-A-ar y a-N-ar

8.7a Las pautas a-A-ar y a-N-ar dan lugar a gran número de formas parasintéticas en español, algunas ya existentes en latín (commdus > accomodre; firmis > firmre > affirmre; sevrus > asseverre). Aun así, debe recordarse que —como se indicó anteriormente— en la morfología sincrónica se suelen considerar derivadas de voces españolas muchas que lo son históricamente de palabras latinas. Se ajustan al esquema a-A-ar (barato > abaratar) numerosos verbos derivados. La siguiente relación no es exhaustiva, pero contiene los más usados, junto a otros de uso más restringido:

abaratar, abobar, ablandar, abrillantar, acelerar (de célere), acertar, achatar, achicar, aclarar, acobardar, acomodar, acortar, acrecentar (de creciente), adecentar, afear, afinar, afirmar, aflojar, afrancesar, agrandar, agravar, ahondar, ahuecar, ajustar, alargar, alelar, aligerar, alisar, allanar, alocar, amansar, anular, aplanar, apocar, aproximar, apurar, arrasar, arreciar, asegurar, atiesar, atontar.

Se ajustan a esta pauta, pero son ya muy poco usados, los verbos acetrinar, asolanar, atibiar y ayermar.

8.7b Cuentan algunos de estos verbos con variantes intransitivas pronominales análogas a las descritas arriba para los verbos en A-ar (véase el § 8.6g y también los § 34.6e y 41.14a, b). Contrastan, pues, acortarse (‘hacerse corto, pasar a ser corto’) y acortar (‘hacer corto, causar ese estado’). Se pierde la relación semántica directa con el adjetivo en los casos de acelerar, apurar, arrasar y algunos otros verbos de este grupo. El verbo afirmar admite una interpretación causativa transparente (afirmar el terreno, ‘hacerlo firme o más firme’) y otra menos transparente (afirmar que…) en la que no se pierde enteramente la relación con el sustantivo firme, aunque no suele mantenerse en la conciencia de los hablantes. Muchos de los verbos citados admiten paráfrasis comparativas: acortar (‘hacer más corto’). Este hecho tiene que ver con la relación antonímica que se suele reconocer en los pares ancho/estrecho, corto/largo, triste/alegre y otros similares, a la que se hace referencia en los § 13.2l-ñ. Puede hablarse, en efecto, de la posibilidad de ‘hacer más largo’ un objeto corto (es decir, ‘no largo’), ya que cada uno de los miembros de estos pares designa una parte de una relación complementaria —material o inmaterial— establecida en una magnitud de la que también participa el otro polo.

8.7c En el español antiguo y en el clásico se formó un grupo nutrido de verbos en a-A-ar y a-N-ar, la mayor parte de ellos entre la segunda mitad del siglo xiv y la primera del xvi. De estos verbos, muchos se han perdido o han quedado reducidos a usos esporádicos. Son también numerosos los verbos de este grupo que tenían variantes pronominales (en -se), las cuales se usaron en algunos casos más que las variantes transitivas correspondientes:

abajar (‘bajar’, ‘rebajar’), abellacar, abonar (en el sentido de ‘dar por bueno’), abravar, acanallar, acebadar, acorvar, adulzar, adurar, afermosar, afielar, afijar, aflacar, afortalar, afrancar, ahermanar, alaciar, alimpiar, alindar, alivianar, alongar, amalar, amarinar, amejorar, amochar, amustiar, aponzoñar, aquedar, arredondar, aserenar, asordar, atibiar, atristar, avahar, aventosar.

Se usa todavía arrostrar (de rostro). En México y parte de Centroamérica es común alaciar (de lacio) aplicado al cabello. Mayor extensión tiene en América alivianar(se) ‘hacer(se) liviano o más liviano’: […] se acomodaría invitando tal vez a Berenice para alivianar el ambiente con su charla insulsa (Donoso, Casa). Aparece adulzar en el Cancionero de Baena; afermosar (‘embellecer’) en López de Ayala; alindar en el Corbacho; alongar en Gil Vicente; avalentonar en Cervantes, etc. Este esquema parasintético era algo menos frecuente aplicado a los adjetivos que denotan propiedades relativas a los sentimientos, las emociones o las percepciones sensoriales. Se registran escasas excepciones, entre las que está el verbo atristar, ya poco usado: ¡Cuál me atrista su dolencia! (Bretón Herreros, Poesías).

8.7d Como se puede comprobar, algunos de los verbos que se mencionan poseen en el español actual correlatos que se forman con otras pautas morfológicas. A los antiguos abravar, aflacar o atristar corresponden los actuales embravecer, enflaquecer, entristecer (en-A-ecer); a los antiguos acorvar y atibiar corresponden ahora encorvar y entibiar (en-A-ar). Alternan en América arrostrar (a-N-ar) y enrostrar (en-N-ar). A los antiguos afijar y aserenar corresponden hoy los no parasintéticos fijar y serenar. Permanecen vivos entontecer(se) y atontar(se), con diferencia de significado: mientras que el primero expresa únicamente un proceso gradual de cambio hacia un estado más duradero (Le dieron un puesto más alto en la empresa y empezó a entontecerse), el segundo denota además un evento puntual de cambio de estado y se relaciona con el uso de tonto como estado transitorio (se dio un golpe y se atontó). Sobre otros cambios de estado similares, véase el § 23.3j y también los § 41.14d y ss.

8.7e Varios de los verbos en a-A-ar que perdió el español tienen equivalentes directos en otras lenguas románicas (cf. it. abbassare, lit. ‘abajar’). Esta pauta está más viva en el español americano que en el europeo, aunque algunas variantes dialectales en España documentan restos de la antigua pujanza de este esquema, como adocilarse (‘hacerse dócil’), usado hasta hace poco en algunas partes de Castilla. Se usa acholarse (de cholo) con el sentido de ‘esconderse’, ‘avergonzarse’, en Chile y en los países andinos, y también con el de ‘comportarse como cholo’. Se registra avorazarse en parte de las áreas mexicana y centroamericana con el sentido de ‘volverse ambicioso’ (Se avorazó y le tomó demasiado gusto al dinero) y más frecuentemente con el de ‘abalanzarse con voracidad sobre algo’. Achiquitar(se) (de chiquito) y azonzar(se) (de zonzo) son frecuentes en muchos países americanos. Se emplea acontentar en zonas de la Argentina. En el español coloquial venezolano se usa azoquetearse ‘conducirse como persona zoqueta o boba’. Del adjetivo zurumbo (‘confuso, aturdido’) se deriva azurumbarse en algunos países de Centroamérica. Se ilustran a continuación algunos de estos derivados:

¿Recuerdas que cuando ustedes se avorazaron sobre ellas y luego cogían sope y ración de fritanga para el costalillo…? (Montaño, Andanzas); ¿Por qué debía estar con ellos Guatemala; una Guatemala mutilada, partida en dos, achiquitada, reducida a la mínima expresión? (Hora 8/4/1997); Primero el cuerpo sufre, después se azonza y va, como sin tomar parte, adonde uno lo lleva (Güiraldes, Segundo); Del colerón me azurumbé (Flores, Siguamonta).

El verbo atilintar (‘tensar’, ‘poner en tensión’) alterna con tilintear y es de uso común en Centroamérica. Se deriva de tilinte ‘tenso’, voz de origen náhuatl. Se emplea tanto el sentido físico como en el figurado:

Los asaltantes esperaban al motociclista para atilintar la cuerda y derribarlo (Día [C. Rica] 4/11/2008); Servirán para movilizar nuestras reservas morales e intelectuales, y para atilintar nuestra fibra política para la acción (Obregón, Semblanzas).

Existen otros muchos verbos análogos de uso más restringido.

8.7f Es también sumamente productiva en español la pauta a-N-ar, que ha permitido formar un buen número de verbos, algunos de uso general (como apestar) y otros relativamente restringidos o en desuso (como acaballerar). A ese extenso paradigma pertenecen, entre otros, los verbos siguientes:

abalanzarse, abanderar, abarrotar, abastardar, acaballerar, acanallar, acaudillar, acecinar, acochinar, afelpar, ajuglarar, alinderar, amadrinar, ameritar (también meritar), apadrinar, apantanar (menos usado que empantanar), apayasar, apestar, apichonarse, aplebeyar, aporrar, avasallar, avecinar.

Algunas de las bases léxicas de estos verbos podrían interpretarse también como adjetivales: bastardo, cochino, payaso, plebeyo.

8.7g El esquema morfológico descrito ha dado lugar, además, a un gran número de participios parasintéticos que se usan como adjetivos (§ 27.10). A pesar de tener forma participial, estas formaciones se asimilan a los adjetivos, ya que no presuponen la existencia de un paradigma verbal correspondiente. En efecto, los adjetivos adinerado, afortunado, afrutado, anaranjado y atigrado se asignan al esquema a-N-ado porque no existen o no se usan los verbos *adinerar(se), *afortunar(se), *afrutar(se), *anaranjar(se) y *atigrar(se). Otras veces se registra algún verbo relacionado con el participio adjetival, pero se emplea en menor medida que la forma en a-N-ado, hasta el punto de que no pocos hablantes que usan el adjetivo desconocen la existencia del verbo. A este grupo pertenecen acampanado, acolchado, agigantado, aterciopelado y aceitunado, entre otros, formas de uso más general que los verbos acampanarse, acolcharse, agigantarse, aterciopelarse y aceitunarse. Están, en cambio, igual de vivos el verbo acaramelarse y el participio adjetival acaramelado. Como es lógico, el análisis de estos pares estará en función de que se opte por una concepción sincrónica o diacrónica de la morfología.

8.7h Es compleja y múltiple la aportación semántica del sustantivo a la interpretación de estos verbos derivados. Algunos de los que pertenecen al esquema a-N-ar admiten la paráfrasis ‘dar forma de N’, como abotinar, acampanar y tal vez azocar, usado en el Ecuador y otros países del área andina (azocar el sombrero). Admiten paráfrasis con ‘echar’, ‘emitir’ o ‘emanar’ los verbos avahar y apestar. Recuérdense los § 8.3u y 8.6m. Sin embargo, la interpretación más frecuente de este esquema es aquella en la que se entiende que el sustantivo denota instrumento de alguna acción:

abotonar, abrochar, acepillar (antiguo), acuchillar, afusilar (sentido hoy como vulgar), amartillar, amordazar, apalear, aporrar (menos usado que aporrear), apuñalar, aserrar, atornillar.

Así pues, apuñalar es, aproximadamente, ‘herir o matar con puñal’. Como en los derivados mediante otros esquemas morfológicos, el significado literal resulta a menudo desplazado por el figurado, como en el caso de atenazar, más usado ya en el sentido de ‘afligir’ que en el de ‘sujetar con tenazas’. Muy similar es el proceso metafórico que se percibe en el verbo abulonar, que en la Argentina se emplea en el sentido de ‘sujetar con bulones’ (‘cierto tipo de tuerca’), pero también en el de ‘apoltronar(se), retirar(se) de la actividad’.

8.7i Varios verbos derivados mediante la pauta a-N-ar designan la acción de pasar algo al estado designado por la base N, o el proceso de desembocar en él, como sucedía en los formados mediante el esquema a-A-ar, examinados con anterioridad. Así, acalorarse, afiebrarse y acalenturarse designan los procesos que culminan en los estados que representan respectivamente las expresiones ‘con calor’, ‘con fiebre’ y ‘con calentura’. En el habla popular de algunas zonas de la Argentina y el Uruguay se registra achancharse, derivado de chancho (‘cerdo’), con el significado de ‘perder potencia y agilidad un automóvil’, ‘abandonarse una persona y no rendir en el trabajo’ o ‘ponerse gordo un animal o una persona’. Los verbos abicharse (documentado en el Río de la Plata y en algunas partes de España) y agusanarse (también engusanarse) se aplican a la fruta o a los árboles (a veces, también a las heridas) con el sentido de ‘llenarse de gusanos’: La herida ya se le estaba agusanando, pero él seguía firme (Roa Bastos, Hijo). Se ajusta a una pauta similar (‘llenar de N’, ‘proporcionar N’) el verbo anoticiar, que se usa en la lengua popular de algunos países americanos, como también ennoticiar: Me anoticiaron de todo (‘me informaron pormenorizadamente de todo’).

8.7j El sustantivo de la base se interpreta en sentido locativo en amarar, menos usado que amerizar, que significa ‘posarse en el mar o en el agua’: Amaraba en Liverpool siempre de día, y solo el tiempo justo para descargar y cargar (Val, Hendaya). Existe con idéntico significado amarizar. A la misma pauta pertenecen amartizar ‘posarse en Marte’ y alunizar ‘posarse en la luna’.

8.7k También en muchos de estos casos, el estado final en el que desembocan las acciones de las que se habla se interpreta a través de procesos metafóricos de transparencia desigual, similares a los mencionados en las secciones precedentes. Varios verbos formados mediante las pautas a-A-ar y a-N-ar se derivan de sustantivos que designan materias vegetales o animales. Así, avinagrar(se) se aplica con mayor frecuencia al carácter o al semblante que a los alimentos; acecinarse (derivado de cecina) adquirió el significado de ‘quedarse enjuto’; abatatar(se), derivado de batata, se usa en las áreas rioplatense, andina y caribeña en el sentido de ‘apocar(se)’, y también con el de ‘confundir(se)’, como en Más tarde Gigliotti se “abatató” cuando quedó mano a mano con el arquero y no llegó a patear (Agencia Nova 6/5/2008). Se registra ahuevarse en el español popular de México y Centroamérica en el sentido de ‘amilanarse, acobardarse, apenarse’. Del sustantivo viento se deriva aventar(se), que admite la interpretación transparente de ‘echar al viento’, pero también las menos transparentes de ‘atreverse’, común en México y en parte del área andina, así como la de ‘robar’, registrada en Costa Rica y otros países centroamericanos. Es igualmente metafórica la interpretación adjetival de aventado, usado en el sentido de ‘audaz, atrevido, lanzado’ en muchos países americanos.

8.7l Es asimismo común la interpretación figurada relativa a la consecución de un estado final con los verbos en a-N-ar cuya base nominal designa cierta sensación física. En el § 8.4d se mencionó el verbo tufear, derivado de tufo, que figuradamente significa ‘sospecha’, y también ‘envanecimiento’. El verbo atufarse significa en el Río de la Plata ‘enfadarse’; en algunos países andinos ‘atolondrarse, confundirse, actuar alocadamente’, y en México y algunos centroamericanos ‘presumir, estar orgulloso’, como en A medida que pasaban los días más se atufaba el viejo, sobre todo viendo el laborío de la hija haciendo ropas y prendas para su vida de casada (Elizondo, R., Setenta). Muy similar es el paso del sentido físico de soroche (voz de origen quechua que significa ‘mal de montaña’) al figurado de ‘bochorno’ o ‘azoramiento’ que permite interpretar el verbo asorocharse (‘abochornar se, ruborizarse’, registrado en Chile). Los sentidos figurados de los verbos formados por derivación surgen en la misma medida de las formas que pertenecen al español general. Aflorar se aplica en la lengua actual a la aparición de lo que permanecía oculto, mientras que florecer8.9i) se usa con nombres que designan lo que destaca o sobresale en algún entorno cultural.

8.7m Son numerosas las alternancias entre los esquemas A-ar y a-A-ar, así como entre sus respectivas variantes con sustantivos. Es posible distinguir tres grupos en estos casos. Están en el primero los verbos antiguos en a-A-ar (o a-N-ar) a los que corresponden verbos actuales en A-ar (o N-ar). Estos verbos han perdido el prefijo en el uso general, aun cuando lo mantienen en algunas variantes dialectales. En la actualidad predominan las variantes sin el prefijo a- de los verbos antiguos o dialectales acepillar (todavía usado cuando se aplica a la madera), anivelar, anublar (mucho menos usado que nublar), aposesionar, asegundar (usado en México) o asosegar.

8.7n Forman el segundo grupo los verbos que han experimentado el proceso opuesto. Como se señaló en el § 8.2p, el verbo actual adelgazar se deriva del antiguo delgaçar, que se formó sobre *delicatiāre. Se ha producido también esta adición del prefijo en acuartelar, acunar, amodorrar, amoldar, aplanchar, aquilatar, asegurar (ant. segurar), atosigar.

8.7ñ El tercer grupo está constituido por los pares formados por verbos que se ajustan a los dos esquemas. Unas veces se aprecian diferencias claras de significado, como entre condicionar ‘hacer depender algo de una condición’ y acondicionar ‘dar cierta condición o calidad’, pero otras veces son inexistentes: el DRAE remite a remangar desde arremangar, y desde amartillar a martillar, pero admite ambas formas como equivalentes. No han pasado a la lengua culta algunos verbos de este grupo, entre otros ajuntar (propia del lenguaje de los niños en España), atronar (usado en el sentido de ‘tronar’) y arrascar.

 

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