Sintaxis

30 El adverbio y el grupo adverbial

30.13 Conectores discursivos adverbiales (II). Clases semánticas

30.13a Se han presentado muchas clasificaciones semánticas de los conectores discursivos. La que se presenta a continuación se aplica solo a los adverbiales (en el sentido amplio del término adverbio al que se hizo referencia en la sección anterior) y recoge únicamente los rasgos semánticos más característicos de estos conectores:

1. Aditivos y de precisión o particularización: a decir verdad, además, análogamente, aparte, asimismo, de hecho, encima, en el fondo, en realidad, es más, por añadidura, por otro lado, por si fuera poco, sobre todo.

2. Adversativos y contraargumentativos: ahora bien, al contrario (también antes al contrario, por el contrario y todo lo contrario), antes bien, después de todo, empero, en cambio, eso sí, no obstante, sin embargo.

3. Concesivos: así y todo, aun así, con todo, de cualquier manera, de todos modos (también de todas formas, de todas maneras), en cualquier caso.

4. Consecutivos e ilativos: así pues, consiguientemente, de {este ~ ese} modo, en consecuencia, entonces, por consiguiente, por ende, por lo tanto, por tanto, pues.

5. Explicativos: a saber, dicho sea, es decir, esto es, o sea.

6. Reformuladores: con otras palabras (también en otras palabras y dicho{en ~ con} otras palabras), dicho de otro modo (también de otra forma, de otra manera), en otros términos, hablando en plata, más claramente, más llanamente.

7. Ejemplificativos: así (también así por ejemplo, así tenemos, etc.), por ejemplo, verbigracia.

8. Rectificativos: más bien, mejor dicho, por mejor decir, etc.

9. Recapitulativos: a fin de cuentas, al fin y al cabo, así pues, en conclusión, en definitiva, en fin, en resumen, en resumidas cuentas, en síntesis, en suma, en dos palabras, en una palabra, para resumir, resumiendo, total.

10. De ordenación: a continuación, antes {de ~ que} nada, ante todo, de entrada, de {una ~ otra} parte, en {primer ~ segundo…} lugar (también en {primer ~ segundo…} término), finalmente, para empezar, para terminar, primeramente, primero que nada.

11. De apoyo argumentativo: así las cosas, dicho esto, en vista de ello (o de lo cual), pues bien.

12. De digresión: a propósito, a todo esto, dicho sea de paso, entre paréntesis, por cierto.

30.13b Es habitual que las locuciones adverbiales que se usan como conectores discursivos adquieran sentidos diversos que pueden corresponder —dentro de ciertos límites— a un grupo o a otro. Estas diferencias, que se estudian minuciosamente en la abundante bibliografía que existe hoy en día sobre ellas, se pueden ilustrar con varias locuciones. Así, por ejemplo, las del grupo 1 que introducen alguna precisión (en realidad, de hecho, etc.) agregan la información que matiza la presentada en el texto previo: Permitió a Baur viajar a Alemania como auxiliar técnico —doble espía, en realidad (Fuentes, Compañía). La locución en realidad se ha considerado también contraargumentativa (grupo 2) en la bibliografía, puesto que puede reorientar el discurso precedente. Su significado se acerca al de por el contrario en el siguiente fragmento: La gloria no tiene nada que ver con la bondad de las causas; depende, en realidad, de los puntos de vista y, por descontado, de un dinamismo empeñoso (Mujica Lainez, Bomarzo). En función del contexto, la precisión que esta locución introduce puede interpretarse también como rectificación (grupo 8), especialmente cuando el que habla se refiere a lo que acaba de decir como si fuera mera apariencia: Yo pasaba los recreos apartado de los demás, aislado en un rincón del patio al que llamábamos el castillo (en realidad era una enorme, oscura escalera que comunicaba con los pisos superiores) (Moix, Peso). Por último, podría interpretarse también como locución adverbial evidencial (§ 30.11o y ss.) y compartir grupo con efectivamente, desde luego, realmente, verdaderamente y otros adverbios semejantes. Casos como concretamente o en particular, y otros adverbios de foco (§ 40.9ñ), podrían asimilarse a los conectores adverbiales del grupo 5. Por otra parte, el complemento del participio dicho puede ser sumamente variable desde el punto de vista sintáctico, lo que permite que las expresiones que se ajustan al grupo 6 puedan extenderse de manera notable. Se ha observado que otros conectores discursivos podrían cambiar de grupo en función del contexto sintáctico o de la situación discursiva. En los apartados siguientes se explicará también por qué entienden algunos gramáticos que ciertos grupos deberían desdoblarse.

30.13c El grupo 1 corresponde a los conectores discursivos adverbiales que introducen información añadida a la ya presentada, a menudo como colofón o apostilla de alguna progresión argumentativa. Es polémica la cuestión de si el adverbio además ha de agregarse o no al grupo de los adverbios de inclusión. Parece predominar en la actualidad la opción que agrupa este adverbio con los conectores discursivos que expresan adición (grupo 1 del § 30.13a). Aun así, además posee algunos puntos de contacto con también. Puede aparecer dentro de ciertos grupos sintácticos, entre ellos los adjetivales: […] rico además en atractivos estéticos y sensuales (Sampedro, Mongoles). Suele requerir una pausa que lo separa de los elementos sobre los que incide, generalmente grupos sintácticos suboracionales en estructuras coordinadas o en enumeraciones (§ 31.2l). La pausa aparece marcada unas veces en la lengua escrita, como en Dentro de sus filas hay jugadores muy rápidos en el sector de ataque, además son inteligentes y eso los hace peligrosos (Prensa Libre 2/5/1997), pero se omite otras: Dicen que tiene largas barbas ralas y además es manco de un brazo (Montenegro, Renuevo). El adverbio también alterna con además en otros contextos, especialmente si este último está precedido de una conjunción: Los animales no tienen más código que el código genético; nosotros tenemos también el genético, desde luego, pero además el código penal, el código civil y el código de la circulación… entre muchos otros (Savater, Política).

30.13d En contra de agregar además al grupo de los adverbios focales, y a favor de considerarlo entre los conectores aditivos, está el hecho de que se construye con complementos preposicionales, sean expresos o tácitos: Era un mar mucho más tranquilo, extrañamente silencioso, donde había roqueríos que también eran de cartón piedra, y además de eso, era un mar habitado (Edwards, Anfitrión). Analizado desde este punto de vista, además significa ‘además de eso’, incluso cuando no va seguido de complemento preposicional. Este argumento lo sitúa, desde el punto de vista semántico, en el grupo al que pertenecen por otra parte, por otro lado y otros conectores discursivos similares. El complemento preposicional (ya sea expreso, ya tácito), que caracteriza al adverbio además lo diferencia marcadamente de también, con el que no puede alternar en muchos contextos, en especial en los de foco nominal. Así, la ausencia de pausa tras además da lugar a contrastes como {También ~ *Además} ella lo sabía (cf. Además, ella lo sabía). Los textos no siempre ponen de manifiesto mediante recursos ortográficos la pausa necesaria tras este adverbio cuando introduce oraciones que se usan para agregar argumentos a alguna exposición: A ella la conocen bien en las cárceles, no podemos inventar que es extranjera. Además el gobernador la detesta desde la noche en que le preguntó a su esposa de dónde sacaba estómago para vivir con un asesino (Mastretta, Mal).

30.13e Los adverbios y locuciones adverbiales de los grupos 1 a 4 ponen de manifiesto las conexiones semánticas características de las conjunciones, pero no las propiedades sintácticas que distinguen a esa clase de palabras, como se explicó en el § 30.12c. Muchas de estas expresiones se caracterizan por uno o varios rasgos particulares que no comparten necesariamente otros miembros de su mismo grupo. Así, encima y por si fuera poco (grupo 1) añaden información que se sitúa en un punto superior de la línea argumentativa introducida en el texto que los precede (véanse los § 30.8ñ y ss. y también los § 40.8b y ss. sobre otros aspectos de estas escalas). El uso figurado en su interpretación discursiva de encima se obtiene de una metáfora física mediante la cual algo situado en una posición superior a otra pasa a interpretarse como argumento orientado hacia cierta conclusión: Nos enfrentamos a un enemigo fuerte, decidido, con tan pocos escrúpulos como nosotros, y encima un poco más joven (Mendoza, Aventura). Se ha observado que, al menos estadísticamente, la escala argumentativa implícita en estas construcciones suele progresar en sentido negativo o desfavorable, en lugar de hacerlo en el sentido contrario: Viejo, pobre y encima anarquista (Montero, Hija). Existen, no obstante, excepciones, como en inteligente, bella, y encima rica.

30.13f El uso de la construcción «sobre + infinitivo», mencionada en el § 30.12c, se basa en una metáfora espacial semejante a la que caracteriza a encima. Más literal es la interpretación de por si fuera poco, donde poco se interpreta como ‘de peso argumentativo escaso o insuficiente’. La locución es más no se usa en esquemas coordinados, a diferencia de las anteriores, y siempre va precedida de pausa, pero coincide con ellas en que introduce cierta información de mayor fuerza argumentativa que la anterior o las anteriores a juicio del que habla:

La barahúnda ahogaba la oración de los almuédanos que aun con la potencia de los megáfonos no lograba hacerse un hueco entre las radios de los tenderetes, los frenazos de los coches y el griterío de los vendedores callejeros. Y por si fuera poco, los altavoces de las tiendas de discos atronaban la calle, la plaza y la ciudad entera (Regàs, Viaje); Laura nunca había vuelto a desayunar en la cama; es más: la charola yacía arrumbada en el cuarto de los trabajos (Poniatowska, Noche).

30.13g Varias de las locuciones adverbiales del grupo 2 están vinculadas semánticamente con la conjunción pero31.10), por lo que se les aplican las consideraciones que allí se hacen en relación con las inferencias que se obtienen en las oraciones adversativas. Muestran, en cambio, el comportamiento de los adverbios, en lugar del de las conjunciones. Así pues, aunque se exprese aproximadamente el mismo contenido en Cantó muy bien, pero no ganó el concurso y en Cantó muy bien; sin embargo, no ganó el concurso, las expresiones subrayadas pertenecen a clases sintácticas diferentes. De ahí que sea posible la posposición de sin embargo pero no la de pero ... no ganó el concurso, sin embargo ~ *no ganó el concurso, pero. Se documenta ocasionalmente pero como adverbio en textos antiguos. Este uso, en el que pero equivale a ‘no obstante’ o a ‘sin embargo’, se registra en el italiano actual, pero no prosperó en español, con las excepciones que se mencionan en el § 31.10u:

Como quier que pudiese justamente refuyr tanto cargo de tomar las partes primeras, no devo pero, ni quiero, evanesçer tu ruego (Condestable Iranzo); No quieras, pero, ser más dura contra mí en tus razones que fuiste con los ojos que me venciste (Lucena, Repetición).

El reducido número de conjunciones adversativas contrasta con la extensa serie de adverbios que expresan ese significado, como se muestra en el grupo 2. Se observa en el § 31.10j que el español admite la combinación —redundante, pero enfática— de la conjunción pero y varias locuciones adverbiales de este grupo: pero no obstante, pero sin embargo, pero en cambio, etc.: Ese tema puede no ser demasiado original, pero en cambio no me parece enigmático (Benedetti, Primavera). La locución adverbial eso sí se caracteriza por que el demostrativo eso mantiene en parte sus propiedades referenciales. Cuando se combina con pero, no expresa un significado distinto al de esta conjunción, pero enfatiza la contraposición que esta denota: No trabajará, como dice la mujer, pero eso sí: él no se mete con nadie (Arlt, Aguafuertes).

30.13h Las conjunciones adversativas y los conectores adverbiales adversativos o contraargumentativos no dan lugar siempre a secuencias equivalentes. Se distinguen especialmente en los casos en los que los adverbios presentan cierta información como un contenido diferente del que se muestra en el discurso previo, o bien como opuesto a él. De hecho, por el contrario y en cambio suelen admitir paráfrasis como ‘a diferencia de lo anterior’, ‘en contraposición con ello’ y otras semejantes:

El filólogo, por el contrario, estudia el texto como una obra de arte, y una obra de arte es un mundo que se basta a sí mismo (Lledó, Días); El televisor permanecía encendido, como en los dormitorios de los niños, aunque nadie lo viera. En cambio las rehenes escrutaban los noticieros con una atención milimétrica para tratar de descubrir mensajes cifrados de sus familias (García Márquez, Noticia).

30.13i Los conectores adverbiales del grupo 330.13a) tienen valor concesivo. En los § 47.2n y ss. se explica que las construcciones concesivas reciben la interpretación característica de los adverbios de inclusión (Aunque no me haga caso equivale aproximadamente a Incluso si no me hace caso), y también que la conjunción aunque puede formar un segmento con el resto de la subordinada. La expresión aun así se considera locución adverbial, pero sus componentes representan los dos segmentos que se obtienen en [aun] [haciendo lo que dices] o en [aun] [en ese caso]47.2ñ). Algunos de los conectores adverbiales concesivos admiten paráfrasis con aun así, por lo que integran léxicamente las informaciones que esa expresión desdobla: Con todo, por motivos que ignoro, la paradojal amistad con el señor Szenfeld terminó o debió de terminar (Sábato, Héroes). La locución con todo posee las variantes con eso y todo, con todo y con eso, con eso y con todo y con todo y eso. La última es característica de México, Centroamérica y el área caribeña; las dos primeras son más frecuentes en el español europeo; las demás poseen una distribución geográfica más irregular:

Y ya ves: con todo y eso tendrá su hijo (Piñera, Siameses); Pero, con eso y todo, he de confesarlo: el joven secretario Tadeo Requena me dio el gran chasco (Ayala, Muertes); […] pero, con todo y con eso, el dueño de la res iba a sudar tinta china para vender sus pocos kilos (Berlanga, Gaznápira); Pues ya ves, con eso y con todo desconfía (Quiroga, Nombre); Todo eso es cierto, añadió Finí, pero con eso y con todo, tú no puedes negar que los hombres son más alborotosos que las mujeres (Cotto-Thorner, Trópico).

30.13j Los conectores discursivos adverbiales del grupo 4 son consecutivos. En los § 46.12m y ss. se explica que el límite entre los usos conjuntivos de pues y los adverbiales es muy escurridizo. De hecho, no pocos de los valores discursivos de esta partícula se han analizado en los estudios acerca de dichos conectores sin entrar a dilucidar la cuestión —propiamente sintáctica— de si son conjuntivos o adverbiales. El adverbio pues es tónico y corresponde dentro del grupo 4 del § 30.13a al valor consecutivo en oraciones como Sobran, pues, razones para reiterar nuestra felicitación a Colombia (Caretas 3/8/1995), donde alterna con por consiguiente o consiguientemente. No se ajusta, en cambio, a ese valor dentro del grupo en ¿Pues a qué aguardamos? —dijo el rey— (Cervantes, Persiles), donde es átono y aporta el valor ilativo que en el § 46.12m se llama expletivo. Como se ha explicado (§ 30.13c), los conectores discursivos adverbiales que relacionan causalmente las informaciones no pasan por ello a ser conjunciones. En efecto, las locuciones adverbiales por tanto, por lo tanto, en consecuencia y por ende se usan con mucha frecuencia precedidas de la conjunción copulativa y, unas veces en incisos, y otras sin pausa separadora del segmento que introducen:

La manera de hacer desaparecer estos insectos muertos no la he encontrado […]; porque poner un aspirador eléctrico sería muy caro y, por tanto, muy poco práctico (Baroja, Susana); Hechos aislados se encadenaron para quitar a Cuba, y por ende a América, una de sus más ciertas esperanzas (Asturias, París); No sabía qué pensar y por lo tanto pensaba absurdos (Marías, J., Mortal); Pero ahora su ojo avizor había percibido que aquello no andaba por allá del todo bien para su equilibrio y en consecuencia tomó el partido de retirarse del ejercicio oficial del cacicazgo venido a menos (Gallegos, Canaima).

30.13k Otros conectores de este grupo, especialmente pues y así pues, raramente se usan en esta última pauta, ya que requieren una pausa inicial de tipo oracional y otra, más cercana a la de los incisos, final. Repárese en que el lugar que ocupan por lo tanto y en consecuencia en las citas siguientes no podría ser ocupado por así pues:

—¡Llegamos! —exclamó este—. Ahora están ustedes más cerca del vapor, y por lo tanto, de Caimanera (Loveira, Inmorales); Es animal de grandes luces naturales, aunque harto imitador, y en consecuencia haragán (Pérez Ayala, Curandero).

Resulta, por el contrario, natural el uso de así pues en este otro texto, en el que se dan las condiciones mencionadas: Comprendieron enseguida que, ahora, nuestra casa era su casa; así pues, a los pocos días, ellas empezaron a tolerarnos y nosotros a permitir que saliesen al porche y que jugasen por el jardín (Pardo Santayana, Beso). Se obtienen contrastes similares en pares como Era de Cajamarca y, {por tanto ~ *así}, peruano y otros muchos de la misma naturaleza. Por último, es frecuente que los adverbios de significado consecutivo se usen también con valor recapitulativo (grupo 9).

30.13l Los conectores adverbiales por tanto, por consiguiente y otros ejemplificados en los apartados anteriores pueden usarse también en posición final de oración sin que se altere su significado, como corresponde a su clasificación como adverbios. Es el caso de ejemplos como Quedaban veinte minutos para que terminara el partido; el resultado no era definitivo, por tanto, o los siguientes:

La más ordinaria prudencia habría aconsejado la huida, pero no habíamos venido tan adentro a ser prudentes. Nos apresuramos, por tanto (Cabrera Infante, Habana); […] sulfato de soda comprado en las fábricas de agua gaseosa y de mala calidad, por consiguiente (Asturias, Presidente); El clima es aquí más húmedo que en Nueva Gales del Sur, y la tierra más fértil, en consecuencia (Mateos, Diario).

30.13m Existen notables diferencias, que solo han sido analizadas parcialmente, entre los usos pospuestos del conector discursivo adverbial pues. En el español del Ecuador y otros países andinos, en parte del área caribeña (especialmente Panamá y Colombia) y en el País Vasco (España), se emplea al final de muchos enunciados como recurso enfático (¿Vienes a la playa, pues?) no siempre relacionado con el discurso precedente. En algunas variedades del español americano, muy raramente en el europeo, se admite también el uso adverbial de pues pospuesto como refuerzo en la contestación a alguna pregunta, y a menudo en alternancia con nomás: Ya me sé la canción hasta por la mitad. ¿Quieres oírla? —Toca, pues (Caballero, N., Bisagras). Ha de tenerse en cuenta que algunos hablantes de aimara o de quechua transfieren a su español el morfema corroborativo de estas lenguas y emplean las partículas nomás, pues y pero, a menudo de forma acumulada y pospuesta, para introducir diversos matices modales y evidenciales. Así, la orden que transmite una forma verbal como andá se va haciendo progresivamente más cortés al decir andá pues (a veces, pronunciado [an.ˈda.poh]), andá nomás pues e, incluso —en algunas variantes—, andá no más pues pero. En general, el uso del adverbio pues tras imperativos es muy frecuente en el español hablado, tanto americano como europeo, si bien en el primero suele predominar su valor enfático como recurso expresivo, mientras que en el europeo destaca más claramente su significado consecutivo. Para otros valores de pues, véase el § 46.12.

30.13n Muchos de los conectores adverbiales de significado consecutivo o ilativo que se mencionaron en los apartados anteriores están en relación con informaciones deícticas o anafóricas. Así, como se explicó en el § 30.12m, consecuentemente es en realidad ‘consecuentemente con ello’, donde se elide la información pronominal que se subraya y que remite al primer segmento de la relación «causa–consecuencia». Los adverbios así y entonces pueden tener significado consecutivo, pero son también adverbios demostrativos (§ 17.7). Contienen asimismo demostrativos los conectores así pues, por tanto, por lo tanto, por ende, de este modo y de ese modo. La interpretación consecutiva se obtiene muy frecuentemente, de hecho, como resultado de gramaticalizar un determinado vínculo deíctico. En efecto, si se examina el ejemplo siguiente, se comprobará que no se habla en él de ‘un modo de no tener palabras’: Era un pueblo que ya no tenía palabras, y de ese modo había conseguido sacar el pensamiento de la mente (Fernández Spencer, Pueblo). La presencia del demostrativo ese contribuye a que la locución adverbial de ese modo remita a la situación que se acaba de describir. No obstante, no identifica en ella un determinado modo, sino que introduce cierta consecuencia que se deduce del estado de cosas presentado, al igual que ocurre con por tanto, por consiguiente y otras locuciones similares.

30.13ñ Los conectores que se describieron en los apartados anteriores aportan un significado muy próximo al de por eso, por ello, o debido a ello, grupos preposicionales de sentido causal que retoman un enunciado precedente: No puedo añadir nada más y, por tanto [=‘por esa razón, por no poder añadir nada más’], me callo. Como se comprueba, la diferencia fundamental estriba en que por eso o debido a ello no son propiamente locuciones y su contribución semántica es enteramente composicional:

Ya no hay mucho que hacer aquí, por eso [=‘porque ya no hay mucho que hacer aquí’] quiero irme a España (Uslar Pietri, Visita); Solo pudo establecerse que la joven había llegado recientemente del extranjero y que, sin duda debido a ello [=‘debido a que la joven había llegado recientemente del extranjero’], algunas de sus costumbres eran impropias de una dama (Pérez-Reverte, Maestro).

El adverbio pues no es deíctico, pero procede del latín post (‘después’), cuyo complemento tácito o expreso (después de ello, después de eso) retoma el contenido del segmento precedente para ubicarlo en alguna sucesión temporal. En los § 17.9g-i se explica que el adverbio demostrativo entonces, que posee sentido temporal, introduce a la vez, muy a menudo, la consecuencia de alguna situación. Su valor ilativo proviene de su capacidad para hacer referencia a una prótasis condicional anterior y, en último extremo, de su condición de demostrativo: Si Pedro tiene razón, entonces (=‘si Pedro tiene razón’) más vale que esperemos.

30.13o Los conectores adverbiales de los grupos 5 a 9 condensan, expanden o aclaran la información presentada, por lo que en algunas clasificaciones aparecen unidos en un solo grupo. Existen, no obstante, notables diferencias entre ellos. Así, por ejemplo, la locución a saber (grupo 5) introduce tras una pausa los elementos de alguna enumeración a la que se hace referencia en el discurso previo, pero también puede identificar a la única persona o cosa que se acaba de mencionar:

Al salir observé que el ronzal arrastraba, con la bestia, otras de la misma especie, a saber: un padre, involucrado también en paño pardo, como el oso en su lana (Galdós, Manso); Apenas ahora empiezo a darme cuenta de que mi vida se ha deslizado entre fuerzas absurdas que no puedo dominar, a saber: el miedo infantil a los adultos; la indecisión cuando la decisión no importa; la duda cuando la certeza da lo mismo; el temor a ver lastimada mi vanidad (Monterroso, Letra); [...] la traducción que el franciscano hizo de la obra de un dominico español bien conocido como erasmista, a saber, la Luz del alma cristiana, de Felipe de Meneses (Bonfil, Simbiosis).

30.13p Los conectores explicativos (grupo 5) admiten muy diversos matices. Así, con la locución o sea puede aclararse la información que se acaba de proporcionar, como en el primero de los dos ejemplos que siguen, pero también puede explicarse alguna situación descrita en el discurso precedente, como en el segundo:

[…] cada una con un potencial equivalente a un megatón, o sea un millón de toneladas de TNT (ABC 24/12/1983); O sea que, cada tarde, después de las guardias, mientras yo te esperaba rezando rosario tras rosario para que pasaran más pronto los minutos, ibas donde ella, a La Mar, y le decías cosas ardientes (Vargas Llosa, Señorita).

Cuando la misma locución aparece seguida de un imperativo o de una secuencia que expresa un acto de habla directivo, no introduce propiamente una explicación de lo que se ha dicho, sino una orden o una petición motivada por lo dicho:

No hemos venido aquí a levantar el mapa del interior de un continente, sino para acabar con un bastardo cazador de esclavos, o sea, que olvidemos el Nilo y empecemos a aparejar los barcos para el difícil viaje que nos espera (Vázquez-Figueroa, Negreros).

30.13q Los conectores adverbiales ejemplificativos (grupo 7) introducen alguna ilustración de lo que se ha presentado: Una colección infinita —verbigracia, la serie natural de números enteros— es una colección cuyos miembros pueden desdoblarse a su vez en series infinitas (Borges, Historia). Los rectificativos (grupo 8) sustituyen lo que se acaba de decir por alguna formulación más adecuada: Quizás os sorprenderéis al recibir esta carta o, mejor dicho, de que esta os reciba a vuestra llegada (Andahazi, Piadosas).

30.13r Los conectores recapitulativos (grupo 9) presentan cierta información como conclusión del discurso precedente (sobre todo en suma, en conclusión, en resumen, en síntesis), pero también pueden aprovechar la información previa para introducir una afirmación más rotunda, deducida o inferida de ella por el hablante (sobre todo al fin y al cabo, en definitiva, a fin de cuentas): En la vida hay que obedecer y someterse a una disciplina desde que se nace, primero con los padres y, luego, la autoridad, en definitiva la misma cosa (Delibes, Mario). Las locuciones adverbiales de sentido consecutivo o ilativo se examinaron en los § 30.13j-ñ. Como allí se indicó, varias de ellas se usan también para encabezar el corolario que sigue a una exposición, de forma que la recapitulación que introducen se interpreta como consecuencia, a la vez que como resumen, de la información precedente. El siguiente texto sigue a la descripción de cierta etapa de la vida de alguien: Sus comienzos, así pues, no pudieron ser más prometedores (Calvo Serraller, Paisajes). Se usan de forma similar por tanto, por lo tanto, en consecuencia y por consiguiente, entre otras locuciones allí mencionadas.

30.13s Las correspondencias entre los dos términos a las que dan lugar los conectores de ordenación (grupo 10) pueden ser estrictas (en primer lugar… en segundo lugar…; por una parte… por otra…, etc.), como sucede en estos ejemplos:

Washington lo refutó diciendo que en primer lugar uno de los otros dos mosquitos había venido a asentarse varias veces en su mejilla […], y en segundo lugar […] que en el plano al que él se estaba refiriendo, el sexo no es una determinación principal (Saer, Glosa); Por una parte, eran (y son) las víctimas de la burocracia gremial y gubernamental que ha substituido a los antiguos latifundistas; por la otra, seguían dependiendo de las oscilaciones del mercado internacional (Paz, Fuego).

No obstante, los textos proporcionan muy frecuentemente correspondencias como en primer lugar… luego…; primero… después…; primeramente… lo segundo…; en primer término… también…, y otras muchas similares. He aquí algunas de ellas:

Primeramente, ¡oh hijo!, has de temer a Dios, porque en el temerle está la sabiduría y siendo sabio no podrás errar en nada. Lo segundo, has de poner los ojos en quien eres, procurando conocerte a ti mismo (Cervantes, Quijote II); Aparecieron en primer lugar los labios secos y diminutos que había amado, luego los pelos alternativamente hirsutos y disciplinados que se disputaban la condición de su cabeza (Aguilar Camín, Error).

Menos frecuentes son los casos en los que el primer término no aparece seguido de su correspondiente contrapartida en el texto, lo que sucede cuando el escritor es capaz de lograr el cierre discursivo por otros medios:

El papiro se importaba de Egipto y, en la Antigüedad, casi solo en aquel suelo se daba, aunque hoy ha desaparecido del todo por la cuenca del Nilo. Los árabes, en sus excursiones victoriosas, lo llevaron primeramente a Sicilia, donde las graciosas cañas todavía impresionan al viajero en las cercanías de Siracusa. El uso del papiro para la escritura es un temprano descubrimiento egipcio […] (Reyes, Libros); En primer lugar nos tuvimos que mudar puesto que la antigua pensión había quedado reducida a unas cuantas ruinas achicharradas. Nos fuimos a vivir enfrente, encima del viejo club en donde Segundo y la enana hacían su espectáculo de magia. Era un lugar mucho peor que el que ocupábamos antes (Montero, Bella).

30.13t El grupo 1130.13a) es polémico, y —de hecho— algunos autores prefieren diluirlo en varios de los mencionados. Así, la locución pues bien se caracteriza por conceder o admitir algo, como explica el DRAE, lo que la aproxima al grupo 3. No obstante, también se asimila a otros elementos del grupo 11, ya que expresa que el hablante toma en consideración cierta información que se asume, suministrada en el discurso precedente, para explicar lo que sigue o bien para alcanzar alguna conclusión. Lo mismo sucede con así las cosas, como muestra el texto siguiente:

El adjetivo “federal” no significa lo mismo en el artículo 1 de la Constitución suiza que en el 2 de la Constitución austriaca, o en el 20 de la Constitución alemana. Así las cosas, ni existe ni puede existir un concepto de Estado federal capaz de dar razón de la actual variedad de formas (País [Esp.] 3/7/2001).

30.13u Los conectores del grupo 12 introducen un excurso en el que el hablante matiza sus consideraciones o las extiende a alguna situación supuestamente relacionada con la información presentada con anterioridad. El vínculo que estos conectores ponen de manifiesto puede existir objetivamente, pero también puede estar forzado por el hablante como recurso lingüístico que busca que sus interlocutores establezcan cierta ligazón entre contenidos que formalmente carecen de ella. Se ejemplifican algunos conectores digresivos a continuación:

—Y a todo esto, señor labradorcillo, no me habéis dicho aún vuestro nombre (Coloma, Jeromín); El Jefe del Personal no suelta prenda. Cuando le hablo de ti, me echa un veremos, y un yo haré lo que pueda, que es tanto como no decir nada. ¡Ah!, entre paréntesis: ayer, después de hablar con el Subsecretario, se coló Víctor en el Personal (Galdós, Miau); Haceme acordar en casa que te lea la confesión de Ivonne Guitry, viejo, es algo grande. —A propósito, manda decir la señora de Gutusso que si no le devolvés la antología de Gardel te va a rajar una maceta en el cráneo —informó Talita (Cortázar, Rayuela); Elena intentó cambiar de tono. Dijo: —Por cierto, llevo varios días buscando La Metamorfosis, de Kafka, en la biblioteca. Ha desaparecido (Millás, Soledad).

30.13v Es habitual completar las clasificaciones del estilo de la presentada en el § 30.13a con otros grupos. Así, por ejemplo, se propone un grupo con los adverbios que expresan afirmación o aceptación (sí, claro, ya, bien, vale, de acuerdo, bueno), o bien otro con los que expresan negación o rechazo (no, en absoluto, para nada, de ninguna manera, ni modo). En el § 30.11p se vio que los adverbios de afirmación comparten propiedades con los evidenciales, pero también con los adverbios de foco. Si se analizan únicamente desde el punto de vista discursivo, los adverbios de afirmación podrían compartir grupo con algunas interjecciones que se usan para denotar aquiescencia (§ 32.7m-ñ), y los de negación con las que expresan rechazo (§ 32.7p-s). No obstante, se tiende a pensar hoy que la mayor parte de estos usos son adverbiales, más que interjectivos. Se analiza esta cuestión en los § 32.5n y ss.

 

Nueva gramática de la lengua española
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

cerrar

Buscador general de la RAE