Sintaxis

30 El adverbio y el grupo adverbial

30.6 Adverbios de tiempo (I). Adverbios referenciales y de duración

30.6a Los adverbios de tiempo y las locuciones adverbiales temporales se suelen clasificar con dos criterios: el sintáctico y el semántico. Aun así, las conexiones que existen entre ambos son estrechísimas, por lo que se han presentado algunos intentos de unificar las dos clasificaciones en una sola. Desde el primer punto de vista, los adverbios temporales se suelen agrupar, de acuerdo con su naturaleza gramatical (criterio C en los § 30.2a, j), en demostrativos (ahora, ayer, hoy, mañana, entonces: § 17.9), relativos (cuando, cuandoquiera: § 22.9 y 22.12a), interrogativos y exclamativos (cuándo: § 22.15j y ss.), y cuantificativos (siempre, a menudo, a veces: § 30.7). No obstante, esta clasificación sintáctica deja fuera, como se ha señalado en varias ocasiones, algunos adverbios temporales (antes, después, posteriormente, etc.). No existen en el español actual adverbios temporales indefinidos. En el español medieval se usaba la forma alguandre (lat. aliquando ‘alguna vez’): […] ca non la fizo alguandre (Cid). Poseen valor anafórico los adverbios entre tanto (o entretanto), mientras tanto (o mientras: § 31.13), previamente, seguidamente, etc.

30.6b Desde el punto de vista semántico se suelen reconocer los siguientes grupos de adverbios temporales (se incluyen las locuciones adverbiales):

1. Referenciales: hoy, ahora, mañana, pasado mañana, de mañana, de tarde, de noche, por la mañana (también en la mañana o a la mañana), por la tarde (también con en o a), por la noche (también con en o a), ayer, anteayer (también antes de ayer y antier: § 17.9d), anoche, anteanoche (también antenoche: § 17.9d); actualmente, antiguamente, recientemente, posteriormente, previamente; temprano, tarde; enseguida o en seguida; inmediatamente; antes, después; cuando, cuándo.

2. De duración: brevemente, instantáneamente, largamente, para siempre, permanentemente, prolongadamente, temporalmente, siempre, nunca.

3. De frecuencia: frecuentemente, habitualmente, reiteradamente, siempre, nunca, cotidianamente, diariamente, semanalmente, ocasionalmente.

Los adverbios siempre y nunca se repiten en los grupos 2 y 3 por razones que se aducirán en las páginas que siguen. Los grupos 1 y 2 se analizan en la presente sección; el grupo 3 se estudiará en la siguiente. Sobre las variantes con diminutivos de algunas de las voces mencionadas, véase el § 9.2. Los adverbios del grupo 1 suelen responder a la pregunta ¿cuándo?; los del grupo 2, a la pregunta ¿cuánto (tiempo)?, y los del grupo 3, a la pregunta ¿cada cuánto (tiempo)?, aunque, a veces, también a la pregunta ¿cuándo?, como en —¿Cuándo telefonea tu hijo? —De vez en cuando. Los grupos nominales (Te llamaré algún día) y preposicionales (Ocurrió por el mes de febrero) con valor temporal se analizan en el § 39.7. Unos pocos adverbios del grupo 1 (referenciales) se interpretan en función de cierta información léxica de naturaleza temporal: antiguamente significa, en efecto, ‘en la antigüedad, en tiempo remoto’; actualmente equivale a ‘en el tiempo presente’. Corresponde un significado similar a las locuciones en la actualidad y hoy por hoy. El adverbio modernamente significa ‘actualmente, en los tiempos modernos’, por oposición a los antiguos: Esta es la orientación que se da modernamente a estos estudios (Díaz-Plaja, Métodos).

30.6c Las conexiones entre las dos clasificaciones mencionadas (es decir, la de base sintáctica y la de base semántica) son numerosas, sobre todo porque nociones como ‘adverbio demostrativo’ o ‘adverbio cuantificativo’ son semánticas, a la vez que sintácticas. Como se explicó en el § 30.2k, lo que caracteriza al primero de estos conceptos es la expresión de un determinado significado en función de un punto —temporal en este caso— obtenido deíctica o anafóricamente (§ 17.1a, g); el rasgo que define al segundo (§ 30.2l y 30.4) es la manifestación de una magnitud —también temporal con esta clase de adverbios— a través de la medida que aporta un cuantificador, por lo general indefinido. Por otra parte, los adverbios de frecuencia no dejan de ser, a la vez, expresiones cuantificativas, en el sentido de que dan lugar a la multiplicación del evento (como en Viajaba a la capital a menudo). Muchos de ellos intervienen, además, en las relaciones de ámbito características de los cuantificadores, como en Se tomaba cinco pastillas diariamente30.7d).

30.6d Un mismo adverbio caracterizado sintácticamente puede corresponder a varios grupos establecidos con criterios semánticos. Si se comparan las oraciones cuando te vi y cuando te veo, se comprobará que, sin dejar de ser un adverbio relativo, cuando significa ‘en el momento en que’ en el primer caso (con relativa libre: § 44.1e), pero ‘cada vez que’ en el segundo. Así pues en el primer ejemplo constituye un adverbio de localización temporal, mientras que en el segundo es un adverbio cuantificativo (en concreto, distributivo). Si bien es compatible con los adverbios de frecuencia (A menudo, cuando te veo pienso que…), se asimila en alguna medida a ellos, ya que expresa un significado distributivo. Esta lectura, que los diccionarios no reflejan porque está determinada por la sintaxis, es consecuencia de la naturaleza genérica de la oración (§ 15.8), a su vez inducida por el carácter imperfectivo del presente de indicativo. Como se ve, ciertos rasgos de los adverbios temporales (‘adverbio relativo’, en el ejemplo propuesto) permanecen estables en sus diversos empleos, mientras que otros son variables y están determinados contextualmente. De manera análoga, el adverbio cuantificativo siempre puede hacer referencia a la totalidad de un período, como en Siempre vivió en esta casa (‘todo el tiempo, en todo momento’), lo que permite interpretarlo como adverbio de duración. Este mismo adverbio puede usarse de manera distributiva, es decir, puede designar un conjunto universal de puntos temporales sucesivos, como en el texto siguiente: Raoul le exigía la procedencia de tanto dinero, y ella siempre tenía una respuesta (Cifuentes, Esmeralda), en el que siempre significa ‘cada vez, en cada ocasión’. Se asimila parcialmente, por tanto, a los adverbios de frecuencia. Estos factores y otros análogos hacen pensar a algunos gramáticos que la clase tradicional de los adverbios de frecuencia viene a constituir un grupo particular de la de los adverbios cuantificativos. Existen otros cruces similares que se han estudiado desde varios puntos de vista en los diversos intentos de reducir a una sola las dos clasificaciones de los adverbios de tiempo, es decir, la que se basa en rasgos sintácticos y la que se fundamenta en rasgos semánticos. En la presente descripción se mantendrá la clasificación tradicional doble, sin ocultar los argumentos que parecen abogar a favor de establecer una sola.

30.6e Los adverbios referenciales a los que se aludió en el § 30.6b se suelen dividir en dos grupos, establecidos con criterios sintácticos más que léxicos. Se trata de los adverbios de localización temporal y los adverbios de marco. Los primeros aportan las coordenadas temporales que permiten establecer cronológicamente una situación y modifican al grupo verbal, como en La carta llegó ayer a su oficina. Muchos adverbios de este grupo se diferencian de los adverbios de manera, que también se ubican en ese mismo nivel oracional, en que no comparten la relativa resistencia que muestran estos últimos a aparecer en posición inicial del grupo verbal. Se analiza en el § 30.9h la escasa frecuencia de construcciones como El profesor cuidadosamente corrigió todos los ejercicios, frente a … corrigió cuidadosamente todos los ejercicios o … corrigió todos los ejercicios cuidadosamente. Los adverbios temporales aparecen con mayor facilidad que estos otros en la posición preverbal: El Gobierno actualmente está desorientado; Yo ahora tendría que salir; Mercedes antes no se peinaba así.

30.6f Los llamados adverbios de marco temporal son preoracionales e introducen un punto o un período a modo de encuadre de la situación que se presenta, como en Ayer, Manuel estaba en Roma o en Últimamente el Santo Oficio crece a nuestra costa (Pérez-Reverte, Piel). Cuando los adverbios de marco y los de localización aparecen conjuntamente, como en Ayer, la comida se sirvió muy temprano, la referencia temporal de los segundos se circunscribe a la de los primeros. El fenómeno es característico de los complementos temporales en su conjunto (§ 39.7o y ss.), por tanto no solo de los adverbios de tiempo: El martes nos esperan a las seis (es decir, ‘a las seis del martes’). Esta dependencia semántica puede interpretarse como argumento a favor de que el concepto de ‘marco temporal’ constituye una realización particular de la noción de tema o tópico40.2 y 40.3). De hecho, en los complementos de lugar se obtiene un tipo de circunscripción muy similar a la que se acaba de presentar. Así, en la oración En esta empresa, el personal tiene prohibido fumar en las oficinas, se habla de las oficinas de cierta empresa. Sobre estas construcciones, véanse también los § 39.4f y ss.

30.6g Los adverbios de tiempo admiten modificadores, por tanto segmentos que comparten con ellos un mismo constituyente. Así, el grupo adverbial mañana a las dos puede usarse para responder a una pregunta, pero también como sujeto de una construcción copulativa de relieve (§ 40.10-12): Cuando te esperan es mañana a las dos. Los complementos preposicionales de lugar pueden agruparse e inscribirse semánticamente unos en otros dentro del grupo verbal, tanto si el orden lineal muestra que se pasa de un espacio mayor a otro menor (Vivía en Barcelona, en un pequeño apartamento), como si se obtiene el orden contrario (Vivía en una casa, en la montaña). En ninguno de los dos casos forman un solo segmento sintáctico los dos grupos preposicionales, a diferencia de lo que sucede, como se ha visto, con los modificadores temporales. Véanse también sobre este punto los § 39.4q y ss.

30.6h En los § 17.9 y 24.4 se explica cómo se interpretan semánticamente los adverbios temporales demostrativos (ayer, hoy, mañana, etc.). Estos adverbios están sujetos a una concordancia o compatibilidad semántica con el tiempo verbal del predicado al que modifican, como en Ayer te {llamaron ~ *llamarán ~ iban a llamar} por teléfono o en Actualmente {estamos ~ *estuvimos} un poco apurados. Los adverbios inmediatamente y enseguida se asimilan en parte a los de este grupo, con la particularidad de que pueden estar anclados o no en el momento del habla. Cuando lo están, alternan con ahora mismo, como en Ven aquí inmediatamente. Cuando no lo están, significan ‘inmediatamente después (de ello)’ y toman, por lo general, como punto de referencia el tiempo verbal del predicado al que modifican:

Blanca se espabiló inmediatamente (Espido, Melocotones); Diga que los beduinos como tanquistas son un desastre y cuando los atropellamos con los camellos se quedaron encajados en las dunas y se rindieron enseguida (Soriano, León).

A diferencia de estos adverbios, próximamente posee siempre naturaleza deíctica y solo es compatible con el futuro y con el presente prospectivo, ya que la situación a la que se refiere se mide o se computa desde el momento del habla. Coincide en este punto con el adjetivo próximo13.16q y 17.1m, n) y con la locución preposicional dentro de29.3b y ss.). Se analizan otros aspectos de la orientación temporal de los adverbios en los § 24.4 y 39.7o.

30.6i Los adverbios temporales que admiten complemento establecen una relación de anterioridad, posterioridad o coincidencia entre la referencia temporal de este y la que expresa el predicado sobre el que inciden. Como sucedía en los adverbios análogos de significado espacial, el complemento se interpreta aunque esté omitido (§ 30.5d). Al primer grupo (anterioridad) corresponden antes, anteriormente y previamente; al segundo (posterioridad), después, luego y posteriormente, y al tercero (coincidencia), simultáneamente y a la vez. Se ejemplifican a continuación algunos de estos usos:

Anteriormente a su nombramiento en Bruselas, Brittan trabajó en el Gobierno británico (País [Esp.] 2/10/1999); Previamente a su definición, Reutemann condicionaba su posible lanzamiento a la precandidatura presidencial a que se superaran los conflictos (Clarín 6/1/1999); Matamoros antes de permitir una derrota segura, mandó tocar violentamente retirada (González Obregón, México); Tres meses más tarde, luego de algunas muy breves mejorías, Mahler morirá (Liberman, Gustav Mahler); Después de vencer uno a uno los obstáculos que protegían el tesoro, Tex Armadillo y cuatro de sus hombres se encontraron en la sala del Dragón de Oro (Allende, Reino); Oprimió el gatillo, y simultáneamente a la detonación, la grajilla dejó en el aire una estela de plumas negras y azules (Delibes, Santos).

En el español americano se usa ampliamente el adverbio otrora (‘en otro tiempo’), ya raro en el europeo: [...] aquel cuerpo de mujer tan formidable otrora (Lynch, Dedos).

30.6j El complemento preposicional del adverbio luego, ampliamente atestiguado en la lengua clásica, es hoy más frecuente en el español americano que en el europeo. En México, así como en Guatemala y otros países centroamericanos, se documenta de manera ocasional luego luego con el sentido de ‘inmediatamente, al instante’. Este uso se registra también en textos españoles del siglo xx, aunque con muy baja frecuencia:

Cuando hacemos alguna reunión luego luego llegan elementos extraños (Proceso [Méx.] 8/12/1996); Señor Coronel López de Salamanca, luego luego ejecute las diligencias (Valle-Inclán, Tirano).

Cabe pensar que esta secuencia guarda relación con otras manifestaciones de la repetición como recurso intensificativo. Así, la reiteración de siempre se emplea en el español coloquial de todas las áreas hispanohablantes para enfatizar la rotundidad de su significado: ¿Te acordarás de mí? —Sí, Zoa. —Pero ¿siempre, siempre? —Siempre, Zoa (Delibes, Madera). También se usa repetido el cuantificador todo (o sus variantes de género y número) para agregar el significado que expresan absolutamente o sin excepción, como en Todos, todos salieron a la calle (Lynch, Dedos). En México se utiliza el adverbio siempre, antepuesto a o no, con un sentido enfático y reforzador relativamente similar: ¿Te vas conmigo o siempre sí te vas a quedar en casa de tu amiga? (Universal [Méx.] 11/8/2005). La locución adverbial temporal a nada (‘al instante’), hoy poco usual, también se empleaba a veces repetida para indicar el deseo de acortar aún más el tiempo al que se refiere: Hay Registros muy obedientes que a nada nada hacen lo que se les manda (Navarrete, Arca).

30.6k Como se explica en el § 9.6n, en el español de algunos países americanos se mantiene el uso de luego (también lueguito) con el sentido de ‘inmediatamente, al momento’ (latín vulgar loco). Cuando significa ‘más tarde’, luego comparte con antes, después y enantes (en algunos de sus sentidos: § 30.6l) su naturaleza comparativa, lo que se refleja tanto en su significado como en su sintaxis. Estos adverbios admiten los grupos sintácticos que en el § 45.2f se llaman diferenciales, ya que establecen la diferencia medida entre dos magnitudes. Se trata de grupos nominales cuantificativos del tipo de los subrayados en dos metros más corto o mil pesos más barato. Se dice, en efecto, dos meses después de su llegada o poco tiempo antes de morir. El adverbio luego es algo menos frecuente en esta pauta, pero igualmente posible en ella: Unos meses luego de que Maggie […] compró el dibujo de Miguel Ángel Buonarroti (Mujica Lainez, Escarabajo). No obstante, este último adverbio se distingue de los otros dos en que no admite los cuantificadores cuanto, mucho y poco (mucho después ~ *mucho luego). En la mayor parte del mundo hispánico se consideran incorrectas las expresiones más antes (que aparece sobre todo en expresiones como lo más antes posible) y más después, aceptadas en cambio en los países del área andina. Ambas se atestiguan en la lengua popular de otros países.

30.6l Aunque los modificadores cuantitativos que inciden sobre antes y después no estén presentes en los contextos descritos, se interpreta de igual modo en ellos cierta magnitud temporal. Así, en Matilde mejoró antes de lo que yo pensaba (Souza, Mentira), se dice que cierta mejoría se produjo antes del tiempo en que otra persona pensaba que tendría lugar (§ 45.6). Los demás adverbios de posterioridad o anterioridad (posteriormente, previamente) no son comparativos, por lo que no aportan el rasgo gramatical que estos modificadores requieren. Se rechazan, en efecto, construcciones como *dos meses previamente a su llegada o *algún tiempo posteriormente a su muerte. Los adverbios antes, después y luego pueden ir seguidos de complementos formados con la preposición de, pero también de otros construidos con la conjunción comparativa que45.2ñ). Sobre la diferencia entre después de que… y después que… o sus equivalentes con antes, véanse los § 31.14d y ss. También encabeza esta conjunción comparativa los complementos de la locución temporal a la vez, que significa ‘al mismo tiempo (que…)’:

Pero dejemos ya esto, Sancho, y acaba, antes que suceda otra desgracia al jumento (Cervantes, Quijote I); Después que los empleados de la funeraria terminaron de colocar a Clara en su ataúd (Allende, Casa); […] dice Curro, guiñándonos un ojo a la vez que levanta la voz para dar satisfacción a la señora de Cinamomo (Cortázar, Modelo); La nota fue enviada el pasado viernes, luego que se conoció que varios compatriotas fueron detenidos (Prensa [Hond.] 18/2/1997).

30.6m La interpretación del segundo término de las comparativas de desigualdad se analiza en el § 45.2. El término de la preposición con la que se construyen muchos adverbios temporales designa un evento (posteriormente a la boda; luego de su triunfo electoral; previamente a su maternidad) o un período (antes de dos años ‘de que transcurran dos años’; después de la primavera). En ocasiones se admiten, en esa misma función, sustantivos que no designan inherentemente unidades temporales si el contexto las suple, como en después de tres cervezas (donde se sobrentiende ‘tomar’) o antes del último autobús (donde se interpreta ‘que pase’). Los adverbios antes, después y luego se usan también con valor locativo, como en La G va después de la F en el abecedario, o en el siguiente ejemplo:

Tres veces he soñado con una casa de El Cairo en cuyo fondo hay un jardín, y en el jardín un reloj de sol y después del reloj de sol una higuera y luego de la higuera una fuente y bajo la fuente un tesoro (Borges, Sueños).

Se suele decir Entró después de mí en el sentido de ‘detrás de mí’ y también en el de ‘después que yo’, pero —salvo en los países andinos— no es normal decir Entró antes de mí en ninguno de estos dos sentidos, y se prefiere Entró antes que yo o Entró delante de mí.

30.6n Los adverbios antes y después se emplean también como adjetivos, de modo que el primero alterna con anterior, y el segundo con posterior, sobre todo con nombres temporales:

A lo menos pensábanlo aquellos que la noche antes le habían visto bizmar (Cervantes, Quijote I); Desde el día antes, Sotomayor estaba avisado. Recibió la noticia de la cita con el ceño fruncido (Menéndez, Muerte).

Aun así, anterior y posterior se construyen generalmente con la preposición a, mientras que antes y después mantienen la preposición de en estas construcciones:

Con frecuencia, el mes antes de la celebración, los chimbangueleros recorren los pueblos bailando a fin de recoger dinero para la fiesta (Piquet, Cultura); El analista Gibbons Burke ha demostrado que en el año después de cada evento, el Dow subió un promedio de 18,4 por ciento (Excélsior 17/9/2001).

En los casos en que antes y después modifican a los sustantivos temporales día, noche, semana, mes, año, etc., a la manera de los adjetivos, se considera innecesario anteponerles la preposición de. Se prefiere, por tanto, el día antes a el día de antes; la noche después a la noche de después. La variante con preposición solo se registra esporádicamente. La preposición es necesaria, por el contrario, cuando no se obtiene el sentido que aportan los adjetivos precedente o siguiente, sino que se hace referencia a cierto tiempo anterior o posterior que queda inexpresado, como en los siguientes ejemplos:

Verónica te hacía bromas, y tú no las rechazabas con la convicción de antes (Edwards, Máscaras); Eran unos lavapisos desarmados que limpiaban y trapeaban todo el día, hasta el extremo de que estorbaban más que la basura y el mal estado de antes (García Márquez, Noticia); […] el tranvía lleno, abarrotado de un fraternal cansancio: no el cansancio de después, sino el de antes (Chacel, Barrio).

30.6ñ Los grupos adverbiales introducidos por antes y después designan puntos o lapsos temporales, lo que los asimila a las expresiones referenciales. Ello les permite aparecer en los complementos temporales restrictivos introducidos por la preposición de, como sucede en los ejemplos del apartado anterior, o en otros similares en los que antes y después se construyen con complemento: Las tertulias de después de cenar continuaron (González, E., Dios). Los complementos preposicionales de interpretación apositiva y significado temporal aparecen introducidos asimismo por esta preposición, como en el día de hoy. En el § 22.9c se explica que las relativas constituidas por el adverbio cuando pueden contener a su antecedente de forma implícita, como las demás relativas libres (¿Te acuerdas de cuando éramos jóvenes?), pero también pueden no contenerlo, como en Llegó el tiempo cuando mis superiores inmediatos acabaron por tolerarme (Chávez, Batallador). Están, pues, justificadas gramaticalmente construcciones como el tiempo cuando… y el tiempo de cuando…, aunque esta última sea poco común en la lengua actual: […] por abreviar el tiempo de cuando le das el aceite a los azores (Zúñiga Sotomayor, Cetrería). Sobre alternancias como la noche {que llegué ~ en que llegué}, véase el § 39.3t.

30.6o Para que antes y después vinculen eventos, es preciso que tanto el predicado principal como el complemento de dichos adverbios denoten esas unidades. Así, en Pudieron huir antes de que llegara la policía, se expresa la anterioridad de cierta huida respecto de la llegada de la policía. Sobre la posibilidad de que una subordinada sustantiva denote un punto temporal, véase el § 43.5f. No obstante, las unidades vinculadas temporalmente en estas construcciones pueden expresar asimismo, como se ha señalado, situaciones o estados de cosas. En esos complementos se admiten también, por consiguiente, verbos de estado, además de oraciones pasivas:

Y otros tenían que sufrir dolorosas operaciones antes de poder reposar un momento su cuerpo fatigado (Galdós, Episodios); Después de que estuvo con el abuelo, bien que la vi (Aguilar Camín, Error); Las [almas] que se entreguen a los placeres sensibles permanecerán a ras de tierra y no ascenderán sino después de ser atormentadas durante siglos (Borges, Sueños).

Es muy frecuente, sobre todo con el adverbio antes, que el verbo de estado de su complemento se reinterprete para hacer referencia a un proceso o a una acción, como saber por ‘enterarse’ en antes de saberlo, o ser hombre por ‘hacerse hombre’ en Fue triste en su niñez y grave antes de ser hombre (Galdós, Audaz). Sobre la imposibilidad de interpretar la negación en estos complementos, como en antes de (*no) recibir la noticia, véanse los § 48.10i, j. Acerca del uso del infinitivo de perfecto con antes y después, como en después de {regresar ~ haber regresado}, véase el § 26.4h.

30.6p Se ha observado que los complementos temporales de antes denotan unas veces situaciones factuales, en el sentido de acciones o procesos que tienen lugar, mientras que otras expresan situaciones no factuales, es decir, no realizadas o no llevadas a efecto. Este último uso de antes se denomina tradicionalmente correctivo. Las interpretaciones mencionadas dependen en gran medida del contexto. Se suele obtener la factual cuando las situaciones a las que se hace referencia no se consideran extremas, que es lo que ocurre en la mayor parte de los casos. Así, en Antes de que los deje en el aeropuerto, tenemos que pasar por una estación (Dorfman, Nana), se ordenan temporalmente dos sucesos. Se obtiene la interpretación no factual o correctiva en los contextos introducidos por el verbo preferir, como en el texto siguiente: Prefiero morirme antes de ser presidente de la república (Loaeza, Mujeres), en el que antes (adverbio comparativo) alterna con que y también con a. Antes que45.12h) es más frecuente que antes de en la lectura no factual, como en Estaba dispuesta a tirarse por la ventana antes que casarse con él, donde el adverbio comparativo antes también se podría combinar con la preposición de. En esta oración no se ordenan cronológicamente dos acontecimientos. También se obtiene esta interpretación en el texto siguiente: Antes de que las [= ‘las reses’] envenenen, daremos un banquete a la tropa (Vargas Llosa, Guerra). Como en el caso anterior, en esta oración se dice que una acción sustituirá a otra, no que será realizada con anterioridad a ella. Aunque la lectura no factual de antes se da casi siempre en contextos prospectivos, se obtiene a veces en los retrospectivos, como en Me fui de allí antes de tener un disgusto serio. Cabe pensar que el hecho de que esta interpretación se obtenga con antes, y no con después, está relacionado con que solo el primero de estos dos adverbios comparativos es inductor de términos de polaridad negativa (§ 48.6r): {antes ~ *después} de ninguna otra cosa. La naturaleza generalmente no factual de los inductores negativos se analiza en el § 48.6. Pueden verse otros aspectos del uso correctivo de antes en los § 45.12f y ss.

30.6q En muchos países americanos (pero sobre todo en Panamá, Colombia, Venezuela y otros del área caribeña, así como en algunos de la andina), se usan los adverbios enantes y enantito con el sentido de ‘antes, recientemente’. Se registran también de manera ocasional las variantes endenantes y denantes:

Pero enantes dijiste que te habías caído de una escalera (Ribeyro, Geniecillos); Seguro son ellos los que han estado gritando endenantes… (Bryce Echenique, Julius); Es adecuada su declaración de denantes (CREA oral, Chile).

También en el español antiguo se documentan enantes, denantes, endenantes, formas recogidas en el DRAE, junto con andanantes, anantes y aniantes:

Iré a la cort enantes de yantar (Cid); Y dime, ¿qué ruydo fue uno que oí endenantes? (Rodríguez Florián, Florinea); […] como el fuego mejor se mata anantes que proceda en gran flama (Córdoba, Jardín).

30.6r Los adverbios temprano y pronto se interpretan con relación a un punto temporal, que no es exactamente el mismo en el español europeo y en el americano. En España se percibe cierta tendencia a vincular el adverbio temprano a un punto fijo, en concreto el del amanecer, mientras que en América es también frecuente usar este adverbio con el significado de ‘antes del tiempo establecido o convenido’, además de en el sentido ‘antes del amanecer’. Así, si alguien va a llegar a una cita nocturna media hora antes de lo previsto, dirá con naturalidad en América Todavía es temprano, mientras que en España tenderá a decir preferentemente Todavía es pronto. El uso del adverbio temprano sin referencia deíctica fija se conoce, no obstante, en el español europeo (como en Se solía acostar temprano), pero pronto ocupa a menudo su lugar en dicha interpretación. Los adverbios pronto y tarde se utilizan, como explica el DRAE, con ambos sentidos, es decir, pueden tomar el comienzo del día como punto de referencia (Se levantaba muy tarde), o bien dejar que este punto temporal dependa de otro tiempo, como sucede en el caso de antes, después y los demás adverbios mencionados en los apartados anteriores: Es muy tarde, la película comenzaba a las ocho.

30.6s Los adverbios pronto y tarde incorporan a menudo —aunque no siempre— un rasgo modal, puesto que designan cierto tiempo que se interpreta de manera relativa a las expectativas del hablante. Así, pronto significa aproximadamente ‘antes de lo esperado’ en Marcos se distinguió por su valor en muchas acciones; ascendió pronto a sargento (Baroja, Hierba), pero significa únicamente ‘en breve tiempo’ en Se desabrochó la chaqueta al tiempo de cruzar una pierna sobre la otra y recostarse de codos en el mostrador con el aire de la persona que no se va a marchar pronto (Asturias, Presidente). Sobre la incompatibilidad que se percibe en contrastes como Todavía es {temprano ~ *tarde} y Ya es {*temprano ~ tarde}, véanse los § 30.8i, s.

30.6t El segundo grupo de adverbios temporales introducido en el § 30.6b es el de los adverbios de duración. No existen en español adverbios temporales que denoten la duración precisa o específica de un evento. Para expresar ese significado, se emplean los grupos preposicionales (Estaré fuera durante diez minutos) o los grupos nominales de cantidad (Lleva viviendo aquí unos diez años). Los adverbios cuantificativos bastante, cuanto, cuánto, mucho, poco y tanto pueden denotar, sin embargo, duración, como se explicó en el § 30.4i. También lo hacen los adverbios largamente y brevemente, que se usan con el sentido de ‘durante mucho tiempo’ y ‘durante poco tiempo’, respectivamente:

La entrevista largamente esperada, […] se resolvió en menos de una hora (García Márquez, Cien años); Disertaban largamente sobre los destinos de la patria (Bolaño, Gaucho); Talita se rió brevemente antes de desaparecer bajo la puerta (Cortázar, Rayuela); El único huésped que en tan largo espacio nos acompañó brevemente en la ermita fue un peregrino extraviado (Mujica Lainez, Unicornio).

30.6u El adverbio momentáneamente expresa asimismo duración, y equivale a ‘durante un momento’ o ‘durante unos momentos’: Los distrae momentáneamente de los deberes de ganar dinero, sujetar al inferior y practicar la arrogancia como derecho divino (Fuentes, Diana). En cambio, las locuciones adverbiales por el momento y de momento no pertenecen a este grupo, ya que hacen referencia al carácter transitorio de la situación descrita, como en No hay otro tren por el momento (Donoso, Mocho) o en No entendió de momento, porque no escuchó (Aguilar Camín, Error). Son compatibles, por tanto —a diferencia de momentáneamente—, con los predicados que expresan situaciones delimitadas (logros o consecuciones en la tipología presentada en el § 23.3a): Allí terminó, por el momento, su terrible agonía (García Márquez, Feliz). Es durativo el adverbio permanentemente, ya que indica que un estado o una situación en curso no se detiene ni se interrumpe: La tienda estaba abierta permanentemente.

30.6v En el § 23.3r se explica que algunos verbos que designan acciones puntuales pueden hacer referencia al estado subsecuente a ellas, lo que los capacita para admitir modificadores durativos, como en Salí un rato a pasear. El adverbio permanentemente y la locución adverbial, igualmente durativa, para siempre se usan en estos mismos contextos, como en Se había instalado allí permanentemente o en Y un buen día, el faraón y su reina abandonaron para siempre la Ciudad del Sol (Moix, Arpista). La locución por siempre se emplea menos que para siempre. Aparece con frecuencia seguida del adverbio jamás, como se observa en el § 48.1g, pero también se usa sin él con el sentido de ‘permanentemente, eternamente’, como en Le juro que tendrá mi amor por siempre (Esquivel, Agua) o en ávida por siempre / de insanas alegrías que han de brotar más tarde / como flancos de mujeres enriquecidas (Mutis, Crónica).

30.6w Es a veces sutil la diferencia que existe entre los adverbios recientemente y últimamente. La oposición que se establece entre ellos está relacionada con la que existe entre los respectivos adjetivos de los que se derivan. El adverbio últimamente se usa ya poco con el significado de ‘en último lugar’: Últimamente, te enseñaré a jugar al billar (Fernández Lizardi, Periquillo). En este sentido se prefieren hoy finalmente, por último, en última instancia y otras expresiones similares. Los adverbios recientemente y últimamente modifican en el español actual a predicados que designan situaciones acaecidas. Pueden alternar en ciertos contextos, como en Se lo ha visto por aquí {recientemente ~ últimamente} o en Solo brinqué el lienzo de piedra que últimamente mandó poner mi padre (Rulfo, Pedro Páramo). No obstante, el primero es graduable (muy recientemente), como el adjetivo del que procede, y hace referencia, por lo general, a situaciones concluidas y no reiteradas, como en Recientemente descubrieron el cadáver. Comparte este sentido con la construcción «hacer + grupo nominal» (§ 24.6).

30.6x El adverbio últimamente es compatible con verbos de estado, como en La verdad, últimamente estás más flaco que un bagre (Vargas Llosa, Pantaleón), donde no cabría recientemente, y, en general, con los que designan situaciones continuas o repetidas. De hecho, suele introducir un marco temporal (§ 30.6f) durativo similar al que se logra con expresiones como en los últimos tiempos, a lo largo de los últimos meses, etc. Dentro de ese marco, tienen lugar una o varias manifestaciones del evento que se describe:

Era una carta larga; estaba llena de detalles, de explicaciones. Últimamente, yo estaba recibiendo demasiadas explicaciones (Puértolas, Noche); Aunque he de admitir que últimamente no lo veo con frecuencia (Somoza, Caverna).

30.6y El adverbio ultimadamente, que conoció la lengua clásica, se perdió en el español europeo, pero permaneció en el habla de muchos países americanos, sobre todo en las áreas mexicana, centroamericana, caribeña y parte de la andina. Se usa hoy con el sentido clásico (‘a la postre’, ‘al fin y al cabo’, ‘a fin de cuentas’), como cuando se cierra una discusión diciendo Ultimadamente, el que manda en esta casa soy yo, pero también con el sentido que hoy tiene este adverbio. Se ilustran ambos valores a continuación:

¡Oh mi señora Dulcinea del Toboso, estremo de toda hermosura, fin y remate de la discreción, archivo del mejor donaire, depósito de la honestidad y, ultimadamente, idea de todo lo provechoso, honesto y deleitable que hay en el mundo! (Cervantes, Quijote I); ¿Cómo muevo mis tropas? Fíjese nomás en la gran extensión de mi territorio […]. Pero ultimadamente, es lo mismo (Guzmán, Águila); Camine, Elenita; no se ponga a jorobar al niño Eloy, que usté, ultimadamente se está poniendo muy hombrerita (Carrasquilla, Tiempos).

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
adverbio de frecuencia, adverbio de tiempo, tema2

 

Nueva gramática de la lengua española
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