Sintaxis

31 La conjunción. Sus grupos sintácticos. Las construcciones coordinadas

31.2 Las conjunciones copulativas. Aspectos formales e interpretativos

31.2a La conjunción copulativa más característica es y. Esta conjunción toma la forma e cuando precede a palabras que empiezan por i o hi: Fernando e Isabel; madre e hija, salvo cuando se realiza como semiconsonante [i]: matas y hierbas (no matas e hierbas); nieve y hielo; alfa, beta y iota:

[…] sobre un terreno movedizo e incierto (Pemán, Almuerzos); […] principios, teorías, prácticas e instituciones (Palma, R., Alma); […] los tigres, lobos y hienas del mundo actual (Gánem, Caminitos); […] buscar agua y hielo (Rossi, María).

También se mantiene la forma y cuando aparece al principio de un discurso, como en ¿Y Irene?, con el sentido de ‘¿Dónde está Irene?’; en Y Isabel es al contrario, / muy bizarra y esparcida (Moreto, Yo), o en Y Ionesco le responde: “No eras idiota” (Letras Libres 2/2008).

31.2b La conjunción y puede coordinar un gran número de grupos sintácticos. Suele preceder al último de varios elementos coordinados, como en Escribe, pinta y dibuja. Aunque se omite ante los demás, se interpreta entre ellos la misma relación gramatical que la que se da entre los elementos que une explícitamente esa conjunción. También se calla la conjunción cuando se suceden varios nombres que vienen luego comprendidos en algún vocablo cuantificativo, como en El cine, el teatro, los conciertos, las excursiones: todo lo rechazaba19.7o). El proceso de coordinar expresiones sin conjunción manifiesta se denomina asíndeton, y constituye una de las formas de yuxtaposición. La supresión de la conjunción final en una serie coordinada deja a menudo en suspenso la enumeración. Es recurso frecuente en la lengua literaria, como en Acude, corre, vuela, / traspasa el alta sierra, ocupa el llano (León, Poesía), pero también en la lengua estándar, incluso en la oral: Sales por la noche los viernes, los sábados, los domingos… ¿Cuándo estudias, hijo mío? He aquí algunos ejemplos de asíndeton en textos modernos:

Pero no, tuvieron que martirizarla con consultas, inyecciones, oxígeno… (Salom, Piel); […] y disfrutar los últimos años de amor casero adolescente, paternal, maternal, filial, fraternal… (Bryce Echenique, Huerto); Como si solo pudieran verlo los que componían aquel tejido de recuerdos, los que ante aquella primavera, arrancando aquellas florecillas, hierbecillas, piedrecillas… (Chacel, Barrio); Hoy se lo nombra junto a los del boom latinoamericano, se lo edita no solo en su idioma: también en inglés, francés, alemán, holandés, finés, polaco, checo, hebreo, japonés, turco… (Hoy [Chile] 23/7/1984); Españoles que hoy ocupan un escaño en las Cortes, campesinos, profesores, obreros, estudiantes, profesionales…, gentes de toda condición que lucharon por la democracia (País [Esp.] 16/9/1977).

31.2c Suele darse el nombre de polisíndeton a la figura retórica que describe el proceso contrario al que se acaba de describir, por tanto a la repetición de la conjunción copulativa ante cada miembro coordinado. Se trata de un recurso enfático dirigido a lograr mayor energía en la expresión, como en Se lo dije una, y dos, y tres veces, pero no me hacía caso. Es particularmente frecuente en la lengua literaria:

Cuando de vos se viere desterrado, / ¡ay! ¿qué le quedará sino recelo, / y noche y amargor y llanto y muerte? (León, Poesía); Un príncipe bello, a la orilla del mar, pide liras, y versos y rosas, y acaricia sus rizos de oro bajo un regio y azul parasol (Rubén Darío, Prosas); Gallinas y palomas y patos y vacas y ovejas y puercos y perros y gatos […] (González, L., Pueblo); Ay, si los países fueran sus cárceles, Colombia sería un albañal. En cambio tiene ríos, limpios ríos caudalosos, y montañas y nevados y volcanes y garzas blancas y cóndores y un águila real que tiende el vuelo (Vallejo, F., Fuego); Y luego el director, y el iluminador, y el escenógrafo. Y un ambiguo jovenzuelo que no me saca los ojos de encima […] (Benedetti, Orilla).

Los procesos de polisíndeton y asíndeton se reproducen en los grupos adjetivales. El texto de Quevedo que se cita a continuación ilustra el primero; el de Vázquez Montalbán corresponde al segundo:

Avaro y rico y pobre, en el tesoro / el castigo y la hambre imita a Midas (Quevedo, Poesías); Los ojos se detienen ante el cartel. Pertenecen a un rostro desencajado, colérico, retenido (Vázquez Montalbán, Quinteto).

31.2d Es frecuente que el último de los términos de una coordinación copulativa vaya precedido de adverbios, no solo aditivos (además, encima, etc.), sino también de duda o de posibilidad (posiblemente, probablemente, quizá, tal vez), como en […] en cosa de semanas, meses, y quizás años, podría convertirse en un maestro tipógrafo de gran altura (Chase, Pavo). Esta propiedad no suele extenderse a los demás integrantes de una coordinación. Resultan, en efecto, forzadas, secuencias como Asistirán a la reunión Luis, Ángel, quizá Pepe, y Marina, que contrasta marcadamente con la que presenta el adverbio en el segmento final: Asistirán a la reunión Luis, Ángel, Marina, y quizá Pepe. Se ha interpretado esta propiedad de los segmentos finales como consecuencia de la noción de grupo conjuntivo, presentada en los § 31.1i, k.

31.2e La expresión conjuntiva etcétera, a menudo abreviada como etc., equivale a y otros, como indica su propia etimología (lat. et cetĕra ‘y lo demás’). Se usa únicamente tras el último componente de una serie coordinada:

Porque este paisaje no es solamente palmeras, mar, etcétera (Galindo, Bordo); El Departamento de Estudios Básicos veda el ingreso en la Universidad a estudiantes de escasos recursos, a trabajadores, a solteras con hijos, etcétera (Juárez Paz, Ensayos); Habitualmente se hacen colecciones de un solo país como Ecuador, Perú o Sri Lanka, etc. (Comercio [Ec.] 22/2/2007).

No obstante, etcétera se emplea también duplicado, a diferencia de y lo demás. Asimismo se usa —con duplicación o sin ella y a menudo en ausencia de coordinación previa— como indicio de que el hablante no desea aportar informaciones que da por conocidas, compartidas o evidentes. En algunos de estos contextos equivale aproximadamente a ‘y otras cosas que no menciono’:

El mayordomo le dice con un suspiro de resignación que hay muchos problemas con los peones, etc. etc., y al fin de cuentas no le dice nada (Puig, Beso); Luego de decir “usté gusta”, etcétera, se puso a devorar en compañía del Chayote (Sheridan, Dedo); En cambio, en caso de haber error, el Vaticano podía señalarlo, etcétera, etcétera (Letras Libres 6/2005); Pero luego te vas asegurando, piensas que esta vez va en serio, que todo va a durar hasta el final, que después de la tormenta…, etcétera (Navajas, G., Destrucción).

Usado como sustantivo, etcétera forma grupos nominales con el artículo un, como un largo etcétera: Además hay que citar otras compatriotas como Rosa Torres Pardo, Silvia Torán, Ana Vega Toscano, Alba Ventura, Marta Zabaleta y un ya largo etcétera (Cultural 26/10/2006).

31.2f Usada al comienzo de un período, la conjunción y se interpreta como marca de enlace extraoracional con lo dicho (y a veces solo pensado) anteriormente. Este recurso se utiliza tanto en la lengua literaria como en la conversacional:

El hombre quedó petrificado, se acercó a la mujer y le preguntó: “¿Es usted pariente de Fulano de Tal?”. Y ella dijo: “Sí, es mi esposo, ¿por qué? ¿Lo conoce?” (Ruiz Orbegoso, Sugerencias); “¿Qué hago?”. Y la mujer le contestó: “No te preocupes: tú pégalas todas […]” (Cercas, Velocidad); Y hablando de cerdos, ¿cómo pueden soportar los ingleses platos cocinados —más bien dicho arruinados— por el lard, la manteca de puerco? (Fuentes, Compañía); Ataca, me decía. Y pensaba en Schlieffen. Ataca, que algo queda (Martínez, Perón).

31.2g Se emplea también la conjunción y en comienzo absoluto para abrir discursos o para iniciar réplicas, muchas veces de tipo ilativo. Su valor de enlace se atenúa en estos contextos, de forma que las expresiones que introduce pueden expresar reticencia, ironía o contrariedad, entre otras nociones similares:

Y dejas, Pastor Santo, / tu grey en este valle hondo, escuro… (León, Poesía); ¡Y qué sórdida me resulta desde aquí Inglaterra! (Villena, L. A., Burdel); ¿Y tú, qué le dirás a Amadeo? (Janer, Pasiones); ¿No podés decir lo que se te ocurra, eh?… Mentiroso yo… (De golpe.) ¿Y vos pensás que yo me tragué tu historia de que el mono se murió por una comida en mal estado? (Rovner, Premio); —Pero no fuiste tú el que se casó, fue él. —¡Y qué carajo importa! (Edwards, Inútil); —¡Yo soy rápida, esto lo hubiera resuelto hace más de una hora! —¡Y si no tiene solución, al carajo! (Poniatowska, Tren).

31.2h En el español del área rioplatense se usa la conjunción y en posición inicial (y seguida a menudo de pausa o de alargamiento) para evitar una respuesta categórica: —¿Cómo están tus hijos? —Y… con problemas de trabajo; —¿Cómo te fue en el examen? —Y… me saqué un regular; —¿No se lo dijiste? —Y… me dio vergüenza. A esta pauta corresponden los ejemplos siguientes:

—¿Qué se puede esperar de este Peñarol versión 2007? —Y… el equipo está bien (País [Ur.] 5/2/2007); Y la música rioplatense, podría estar en tu I-pod? —Y… melancolía y emo van de la mano (Clarín 31/10/2008); —No —y se enarcó impetuosamente—, ¿por quién me tomas? —Y… ¿por qué? (Mujica Lainez, Viajeros).

Se emplea muy frecuentemente la fórmula y bueno en esta misma área como expresión contemporizadora o de resignación:

Dice que está segura de que ustedes son los responsables de la muerte y el secuestro de […]. —Y bueno, si ellos tienen elementos (Nación [Par.] 20/3/2005); Estela: A vos no te va a matar la humedad sino la ambición. (Risita). Marta: ¡Y bueno, yo también soy como soy! ¿Te desprenderías de las cosas que tenés? (Daneri, Matar).

31.2i Se antepone la conjunción y a adverbios, adjetivos y otros modificadores para formar grupos conjuntivos de valor enfático, como en mentira y podrida (en lugar de mentira podrida) o en Me gustó y mucho (en lugar de Me gustó mucho), Prepará la cena y tempranito (en lugar de Prepará la cena tempranito). La conjunción y introduce un gran número de grupos conjuntivos de valor conclusivo ya lexicalizados como fórmulas acuñadas: y punto, y basta, y ya, y pare usted de contar, y se acabó (también y san se acabó: § 32.7c), y asunto concluido (también terminado, zanjado, liquidado, etc.):

[…] porque tenía, sí, lo suyo, que no pensaba decírselo para evitar inconvenientes, pero lo tenía, y listo, punto (Délano, Cuentos); En el pecado han llevado la penitencia y basta (Vasconcelos, Proconsulado); Le doy 50 en mano y asunto liquidado (País [Ur.] 10/11/2006); Aunque lo intente, no puedo utilizar la hispanización usual del nombre de la ciudad, Mequínez, que me parece especialmente cómica y ante todo innecesariamente forzada. Meknés dice Hamdani. Y Meknés se queda (Silva, L., Rif); Tal o cual vez se sentaba en el casino con el alcalde o con otros guardias y pare usted de contar (García Pavón, Liberales); Ese señor me daba lo de la renta, yo le entregaba el recibo y san se acabó (Ramírez Heredia, Rayo).

31.2j En los grupos binarios de adjetivos coordinados se observa cierta tendencia a situar en primer lugar el que tiene menor número de sílabas, particularmente si el texto es literario:

Es tierno y mimoso (Jiménez, Platero); […] naturaleza vil y despreciable la del hombre, sin alientos para perseverar en el dolor, sin energía para sufrir… (Blanco, E., Tradiciones); Martín se riega, arrastra que arrastrarás el ala, ágil y vibradora (Carrasquilla, Marquesa); El más leve rumor despertaría al fiel y sanguinario Rodulfo, paje de mi señor y carcelero mío (Galdós, Episodios); De cuando en cuando, alguna casa sola / en la intemperie blanca y despreciada (García Marruz, Visitaciones); Tampoco parece un ejecutivo que toma decisiones, nervioso y calculador (Lara, Charras); Ese destino, ligado a múltiples pruebas en extremo terribles, se presenta al final como oscuro y aniquilante (León-Portilla, Pensamiento); Rememoran los días de oro / con la baraja expiatoria / de sangres sepia y claroscuro (Vitale, Obra poética); Es la fiesta de todos los blancores / sobre esa sien triunfal y vaporosa (Heliodoro, Góndola); Si en lugar de aquellas cargas cortas y transitorias hubiese mandado […] (Pirala, Historia VI); […] uno de esos amaneceres adustos e invernales (Valle-Inclán, Romance).

Aunque en menor proporción, se registran también textos que no siguen esta pauta:

Miro todo tan malo, tan acérrimo y hosco (Vitale, Obra poética); […] forastero en un mundo sanguinario y remoto, donde todo resultaba absurdo (Carpentier, Siglo); No quiero rememorar en detalle todo lo que sucedió en ese tiempo a la vez maravilloso y horrible (Sábato, Túnel); […] en el frote sensual casi de las yemas de los dedos sobre el papel de Holanda, aterciopelado y frío como tu piel (Loynaz, Jardín); Y Cleto, desasosegado y fosco, llegó a hablar así (Pereda, Sotileza).

31.2k La coordinación de unidades léxicas idénticas, por lo general nombres y verbos escuetos o sin modificadores, tiene un valor intensivo o cuantitativo. Estas construcciones admiten paráfrasis aproximadas con las llamadas comparativas progresivas45.12a-e), como en Sacaron sacos y sacos de escombros (‘cada vez más sacos’) o simplemente con el cuantificador más: Sacaron sacos y más sacos. Es asimismo común la expresión más y más con el sentido de ‘cada vez más’, como en […] alejándose como un conejo, más y más arriba (Dorfman, Nana). A continuación se muestran algunos ejemplos de esta pauta con verbos coordinados:

Leo y leo, y cuando cierro el libro para apagar la luz me doy cuenta de que no tengo idea de lo que leí (Serrano, M., Vida); Por eso es interesante que en la familia tengamos uno que escribe y escribe todo el día (Giardinelli, Oficio); Quieren más dinero. Por eso gastan y gastan… (Alonso Millán, Parejas); En el fondo de la casa un locutor de televisión habla y habla (Martín Campo, Carreteras).

Los textos siguientes ilustran esta pauta con sustantivos:

Se pueden escribir libros y libros sobre sus planteamientos revolucionarios en los terrenos musicales y sociales (Derbez, Usos); Imponedme la penitencia más dura de cumplir, mandadme que peregrine leguas y leguas con los pies descalzos (Espronceda, Sancho Saldaña); Sentía aquel afán de decir a Manuel cosas y cosas que jamás habrían oído Borja, ni Juan Antonio (Matute, Memoria).

Es particularmente frecuente con gerundios (§ 27.2u) y numerales, como en Te lo he dicho cientos y cientos de veces o en A la brisa del Plata se añadía la provocada por docenas y docenas de abanicos agitados doquier (Mujica Lainez, Escarabajo). Véase también el § 21.10e.

31.2l El orden de los elementos que componen un grupo coordinado con la conjunción y puede afectar al sentido. Así, las oraciones coordinadas que designan sucesos suelen reproducir el orden en el que ocurren, como en Se quitó la chaqueta y entró en la casa, frente a Entró en la casa y se quitó la chaqueta. He aquí otros ejemplos similares:

Brigita llegó y se estableció en las islas (Yánez Cossío, Islas); Los dos hombres entraron y fueron hacia la barra sin mirar a nadie (Vázquez Rial, Isla); Macri y López Murphy se reunieron y acordaron un pacto (Página 19/3/2005).

Este efecto se considera de naturaleza icónica, como se explicó en el § 23.9d, pero está también condicionado por la tendencia natural que se percibe a establecer un vínculo causal entre dos sucesos concatenados: Se cayó y se rompió la cadera ~ Se rompió la cadera y se cayó. Aun así, el orden lineal de los sucesos constituye un tipo de significación inferido o deducido, puesto que se puede anular con una expresión adversativa o concesiva, como en Toda película debe tener principio, nudo y desenlace. Aunque necesariamente no en ese orden (País [Esp.] 21/10/2005).

31.2m Cuando uno de los dos predicados coordinados no expresa un suceso, sino una situación o un estado de cosas, no se obtiene la lectura temporal a la que hace referencia el apartado precedente. Son comunes la interpretación adversativa, como en Tenía examen final y no era capaz de recordar nada (es decir, ‘y sin embargo…’); la ilativa, como en Estaba cansado y me fui a dormir (es decir, ‘luego…’), o la condicional, frecuente en los imperativos retóricos, como Cásate y verás; Denúnciame y no volveré a hablarte, que se analizan en los § 45.2h y ss. Esta última interpretación es frecuente en coordinaciones estereotipadas en las que intervienen futuros, como en Atrévete y te arrepentirás (Mundo [Ven.] 14/11/2006) o en Piensa mal y acertarás. También son comunes en las secuencias, propias del coloquio, con las que se profiere un aviso o amenaza: Una palabra más y eres hombre muerto; Muévase y disparo. En estos casos y otros análogos la conjunción copulativa y es compatible con muy diversas relaciones semánticas (causa, condición, tiempo, etc.) que el hablante y el oyente interpretan, pero que la sintaxis no manifiesta de manera formal. Véanse los apartados mencionados, así como el § 47.7c, a propósito de estas cuestiones.

31.2n Las oraciones formadas con la pauta «ir + y + grupo verbal» expresan acciones inesperadas o sobrevenidas, sean intencionales (Fue y le plantó un beso en la mejilla) o no (Entonces va y se muere):

Y Cornelio que va y me dice la víspera de casarnos […] (Quiñones, F., Hortensia); Ahora, de repente, va y suelta eso, y se mete para dentro de muy mal talante (Ayala, Historia); Uno va y se mata la vida en tierras extrañas (Sánchez, H., Héroe); —Y luego va y se encierra con todo y perros… (Vuelve a imitar a la mujer del cinco) (López, W., Vine).

Pueden deberse a calco del inglés giros como Lo intentaré y me esforzaré más (es decir, ‘Intentaré esforzarme más’):

Si se me deja hacerlo de otra forma, lo intentaré y lo haré (Aranda/Sanz, Historia); Te digo que lo intentaré y trataré de poner toda el alma en ello (Zunzunegui, Camino).

31.2ñ Se aconseja situar al final de la serie de elementos coordinados el pronombre que designa al que habla (como en Jaime, Clara y yo), ya que el colocarlo en otra posición puede interpretarse como señal de inmodestia o descortesía:

El único esfuerzo que teníamos que hacer doña Gabriela y yo era oír el monólogo de Luis sobre Raquel (Jaramillo Agudelo, Cartas); Aquí, Lisandro y yo lo llevamos al cementerio (Hinojosa-Smith, Estampas).

Aun así, se observa mayor libertad con los pronombres personales en plural:

Si ellos y nosotros andábamos por los mismos callejones […] (Jácome, Garzas); Realmente, ¿hay grandes diferencias entre nosotros y ellos? (Feldman, Guión); Es sorprendente que la marcada diferencia entre nosotros y ellos resulte de unas variaciones genéticas de tan solo el 2% (Altschuler, Hijos); Si alguna diferencia hay entre vosotros y ellos, no es ciertamente en vuestro favor, podéis estar seguros (Angulo, Derechos); Ellas y vosotras hacíais la guerra como los soldados (Aznar, Estudios).

31.2o El orden de los grupos coordinados es más libre en otros casos, pero las series se suelen construir estableciendo algún criterio (jerarquía, tiempo, pertinencia, etc.) entre los elementos que las componen, como en Lo decían mi bisabuelo, mi abuelo y también mi padre o en Este libro me ha acompañado en la escuela primaria, en el bachillerato y en la universidad. Los elementos coordinados que se subrayan en los textos siguientes suelen presentarse en el orden que estos ejemplos reflejan:

Las autoridades sacaron a más de 220 mujeres y niños durante la operación (Mundo [Esp.] 7/4/2008); Otro grupo de hombres y mujeres desperjenados […] se precipitó en la sección 1 pidiendo reconocimiento (Quevedo Zubieta, Camada).

31.2p Los elementos coordinados no se interpretan siempre literalmente. Se forman grupos sintácticos nominales y preposicionales estereotipados con ciertos sustantivos: hombres y mujeres, ricos y pobres, grandes y pequeños y otros similares que sugieren formas de cuantificación universal: todo el mundo, todos sin excepción, etc. (§ 13.7b):

En el marco de la Constitución francesa, pongo por caso, caben todos los franceses sin excepción. Protestantes y católicos, socialistas y conservadores, pobres y ricos, trabajadores y empresarios. De ese marco nadie está excluido. Unos y otros tienen sus canales para hacer oír su voz, para exigir sus derechos y cumplir con sus obligaciones (Garrigues, Política); Jóvenes y viejos, lindos y feos, flacos y gordos, todos se funden espiritualmente en estas experiencias y, al embadurnarse con arcilla o barro, se borran las diferencias (Fernández Chiti, Estética); Le escuchan los sabios, los listos, los “corrientitos”… y los “otros”. Ricos y pobres, tristes y soñadores… Todos esperan su voz (Díaz, L., Radio).

Otras veces los grupos sintácticos así formados designan situaciones alternativas: ‘tanto en un caso como en el otro’:

En invierno y en verano, si llovía o si hacía sol, aterido de frío o disuelto en sudor, él siempre estaba allí, apoyado en el mismo árbol, cuando ella volvía con su madrina de oír misa de once (Grandes, Aires); Con pluma y con pincel, Solana también practicó la deambulación madrileña (Calvo Serraller, Paisajes).

Se volverá sobre este tipo de expresiones en el § 31.9i.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
asindético, conjunción copulativa, oración coordinada, oración (coordinada) copulativa

 

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