Sintaxis

28 El verbo (VI). Las perífrasis verbales

28.10 Perífrasis de infinitivo (V). Perífrasis de fase y perífrasis escalares. Perífrasis de sentido incoativo o ingresivo

28.10a Se comprobó en la sección anterior que muchas perífrasis de infinitivo son perífrasis de fase. Se caracterizan por parcelar el estado de cosas designado por el infinitivo y sus complementos, focalizando un punto o un estadio de la evolución temporal de este. Algunas de ellas, como «estar a punto de + infinitivo» o «estar por + infinitivo», se llaman a veces perífrasis de fase preparatoria porque focalizan un estadio previo a la realización o al inicio del estado de cosas que se presenta. Lo hacen en ocasiones expresando matices de inminencia que se acercan a los que, como se vio en el § 28.8c, caracterizan a «ir a + infinitivo». Otras perífrasis de fase focalizan la parte inicial de la situación que se describe («empezar a + infinitivo», «comenzar a + infinitivo»), el estadio final («acabar de + infinitivo», «terminar de + infinitivo»), así como su cese o su interrupción («dejar de + infinitivo»).

28.10b Existen argumentos a favor y en contra de que «estar a punto de + infinitivo» se analice como perífrasis verbal. En contra de que lo sea cabe mencionar el hecho de que «a punto de + infinitivo» puede usarse como grupo preposicional de interpretación predicativa. Repárese en que no aparece el verbo estar en las citas siguientes:

Muy apurado venía el barco por los accidentes de una tormentosa travesía, y al querer tomar puerto se le vio a punto de zozobrar (Galdós, Episodios); La oficina del diputado era una de las más populares en aquel edificio, a juzgar por la cantidad de personas que esperaban en la antesala, fumando y conversando ruidosamente en un sofá a punto de desarmarse (Dou, Luna).

Así pues, el grupo preposicional que se subraya es un modificador nominal en el segundo texto y un complemento predicativo en el primero. Desde este punto de vista, si se dijera El sofá está a punto de desarmarse, se obtendría una oración copulativa con atributo preposicional. La locución prepositiva a punto de expresa, en consecuencia, la proximidad o la inminencia de la situación que indica el infinitivo.

28.10c A favor de la legitimidad de mantener «estar a punto de + infinitivo» entre las perífrasis verbales está el hecho de que admite la anteposición de pronombres átonos (Lo están a punto de reeditar), aun cuando estos se registren en posición enclítica con frecuencia mucho mayor (Están a punto de reeditarlo):

En la Fiscalía se maneja la información de que lo están a punto de imputar. ¿Qué hará? (ABC Color 19/9/2008); A Azziz le estuvo a punto de costar el físico (País [Esp.] 10/10/1999); La banda de música la están a punto de dejar desaparecer los incompetentes de siempre (Diario Hierro 10/8/2009).

Esta última propiedad es difícilmente compatible con el análisis predicativo. No se obtiene, en efecto, la anteposición del pronombre átono en Estuvimos al borde de decirle la verdad > Estuvimos al borde de decírsela > *Se la estuvimos al borde de decir, o en Estuvo sin abrirlo un buen rato > *Lo estuvo sin abrir un buen rato. Aun así, esta esquemática comparación de propiedades no debe ocultar que las perífrasis verbales son predicados complejos, y que estos predicados muestran grados diferentes de integración (léxica y sintáctica) de sus elementos constitutivos. En el § 28.15w se analizará la anteposición de pronombres átonos en construcciones como Me sigue sin gustar, que se pueden asimilar a las perífrasis verbales.

28.10d Con las reservas a las que hacen referencia los apartados precedentes, puede admitirse «estar a punto de + infinitivo» entre las perífrasis verbales. Esta construcción expresa inminencia (es decir, cercanía en el suceder de alguna cosa) en un grado mayor que «ir a + infinitivo». En Vas a caerte de la silla se comunica el riesgo de que ocurra lo que se advierte; en cambio, en Estás a punto de caerte de la silla se expresa que la caída está próxima o que el destinatario está muy cerca de ella. La perífrasis no altera este significado en función del tiempo verbal en el que se construya el auxiliar, en lo que se diferencia de «ir a + infinitivo»: {Estuvo a punto de ~ *Fue a} ocurrir un grave accidente; {Estuvo a punto de ~ *Fue a} llover.

28.10e La perífrasis «estar a punto de + infinitivo» admite formas verbales activas, como en el primero de los dos textos que siguen, además de pasivas, como en el segundo:

Dos veces estuvo a punto de levantarse, salir al corredor o ir al baño (Cortázar, Bestiario); Lograron refugiarse en una casa próxima cuando estaban a punto de ser asaltadas por un tropel de machos feroces (García Márquez, Cien años).

La perífrasis no suele ser compatible, en cambio, con los predicados que expresan actividades y estados, salvo que se interpreten en sentido incoativo. Resultan, pues, forzadas oraciones como Estuvimos a punto de esperarte o Estoy a punto de pasear. La anomalía de estas oraciones radica en que, para que pueda expresarse la inminencia de una situación, es preciso que esta esté delimitada o sea télica (§ 23.2d, t). Se admiten en esta pauta los estados que se pueden interpretar en tal sentido, como en Estuvo a punto de ser alcalde (es decir, ‘Estuvo a punto de ser elegido o designado alcalde’).

28.10f La perífrasis «estar por + infinitivo» es propia del español americano, y especialmente del hablado en las áreas rioplatense, chilena y andina. Expresa, como «estar a punto de + infinitivo», la inminencia de una situación. Admite todo tipo de predicados siempre que posean delimitación. No se excluyen los verbos que denotan fenómenos atmosféricos: Toda la tarde estuvo por llover. He aquí otros ejemplos:

Tenía el aire absorto del que sabe que algo decisivo está por sobrevenirle (Contreras, G., Nadador); Las bocinas, que anuncian que las puertas a presión de los vagones están por cerrarse, suenan al mismo tiempo (Cifuentes, Esmeralda); Isabel estaba por cumplir trece años (Bain, Dolor); Me asaltaba con toda su violencia la consciencia aguda de lo que estaba por suceder (Vega, A. L., Crónicas); Todos estos días he estado por ir a visitarte (Martínez, Perón); Un momento antes había estado por irse (Cohen, Insomnio).

Se usó abundantemente «estar por + infinitivo» en la lengua literaria clásica. La perífrasis se registra también en el español europeo contemporáneo, aunque con frecuencia menor que en el americano, y en ocasiones con asociaciones estilísticas que no están presentes en este último:

Estoy por dejar de ser / quien soy (Cervantes, Casa); Bien lo entiende —me dijo—: es un gran sabio, y aun, estoy por decir, más (Quevedo, Buscón); A la verdad, considerando la corriente de la oración y la variedad de las cosas, estoy por decir que es la mayor ocupación suya (Forner, Discurso); Estuve por volver a Lúzaro, pero vacilé (Baroja, Inquietudes); Estaba por desistir de mi búsqueda de un camino de acceso al sótano cuando, casi por casualidad, di con una pequeña portezuela (Ruiz Zafón, Sombra).

28.10g Frente a los usos descritos de «estar por + infinitivo», es común en todas las variedades del español el grupo preposicional «por + infinitivo» construido con verbos transitivos sin complemento directo y con interpretación pasiva (§ 26.5 y 26.6). Los predicados así formados admiten el verbo copulativo estar (una tesis que aún está por demostrar), pero pueden construirse también sin verbo copulativo, como en asuntos todavía por resolver o en En total, 1336 cantones siguen por cubrir, de los 2018 que estaban en juego (Vanguardia [Esp.] 27/3/1994). Con este último uso se han admitido, en el español de todas las épocas, los verbos intransitivos llamados inacusativos41.4). Esta variante de la construcción «estar por + infinitivo», en la que se denota igualmente inmediatez o inminencia, no diferencia el español europeo del americano:

Ovo a enfermar muy fuert’ la mesquiniella, / tanto qe li estava por exir la almiella (Berceo, San Millán); El demonio no puede saber lo que está por venir (Huarte, Examen); Lo peor aún está por pasar (Cela, Pascual Duarte); Hoy solo existe el gorila, / el hombre está por nacer (González Prada, Trozos); […] y lo que, eventualmente, pueda venir en el barco que está por llegar en estos días (Mutis, Maqroll); Me ha apretado la mano como si se estuviera por caer al agua (Cortázar, Armas).

Alterna a veces «estar por + infinitivo» con las otras perífrasis que expresan inmediatez: «ir a + infinitivo» y «estar a punto de + infinitivo», sobre todo si se construyen con verbos transitivos: Estuve por llamarla ~ Estuve a punto de llamarla.

28.10h Se plantea también en estos casos el problema de los límites entre el grupo preposicional atributivo «por + infinitivo» y la perífrasis verbal «estar por + infinitivo». Puede resultar contradictorio que estar por llegar sea una perífrasis verbal en el primero de los textos que siguen, mientras que por llegar sea únicamente un grupo preposicional en función de modificador nominal en el segundo:

—Ya está por llegar la comida, Molina. —Ah, tenías lengua... —Sí, tengo lengua. —Creí que te la habían comido los ratones (Puig, Beso); Con dos hijos casados que la ayudan y un nieto por llegar, el haber le alcanza como mucho hasta los primeros días del mes (Clarín 2/12/2002).

Como en el caso de «estar a punto de + infinitivo», la anteposición de pronombres átonos muestra el grado de cohesión léxica de la construcción cuando el auxiliar está presente:

Ella debía volver a Las Tres Torres de Hualilán, y a los mil y un días casarse con un conquistador español..., y ya la están por casar a la pobre (Draghi, Noches); Un galpón, en Dársena 8, con un silo entero, desarmado, que se lo estaban por llevar en ferrocarril para Buenos Aires (Fontanarrosa, Mesa).

28.10i Las perífrasis «estar a punto de + infinitivo» y «estar por + infinitivo» pueden seguir a las perífrasis temporales (o tempoaspectuales) «acabar de + infinitivo» (Acababa de estar a punto de arrepentirse) e «ir a + infinitivo» (Vamos a estar por salir). No siguen, en cambio, a otras perífrasis de fase (*Empieza a estar a punto de cantar; *Dejó de estar por cantar), pero pueden precederlas (Está a punto de empezar a cantar; Estuvo por dejar de cantar).

28.10j El concepto de ‘inminencia’ suele asociarse con el de ‘intención’ cuando la perífrasis se construye con verbos de acción y sujetos de persona. En efecto, en Estuvo a punto de abandonar los estudios se dice de alguien que estuvo cerca de abandonarlos, pero también que tuvo el deseo o la tentación de hacerlo. Ese valor intencional se percibe más claramente cuando los verbos expresan acciones sujetas al control del que las lleva a cabo:

Siempre estuve por pensar que llegué a la escritura, como al dibujo, por ser caminos que me resultaban fáciles (Moix, Peso); ¿Saben lo que les digo? Que casi estoy por pasarme a las ideas de mi marido (Fernán Gómez, Bicicletas); Estoy por levantarme y cantarle las cuarenta delante de todos. Pero lo mejor es que me vaya, para demostrarle que por un oído me entra y por el otro me sale (Egido, Corazón).

Las oraciones negativas favorecen esta interpretación intencional: La niña no está por estudiar; Los policías no estaban por cuidar de la gente. Se usa también «estar por + grupo nominal» con un sentido similar: Él no estaba por la charla y no quise insistir (Marías, J., Tiempo).

28.10k La perífrasis «estar para + infinitivo» se registra ampliamente en los textos antiguos y en los modernos. Expresa inminencia en uno de sus sentidos, y disposición o inclinación en el otro. A la primera interpretación corresponden los textos siguientes:

Más de una vez intentó echarme los brazos al cuello, y dos veces estuvo para volverse a la recámara (Fernández Lizardi, Periquillo); ¿Qué hace tu hija? ¿No está para graduarse en la misma escuela que la mía? (Sender, Nancy); La princesa está para casarse, le faltan nada más que tres días (Pino, Cuentos); ¿Está para llover? (Gala, Petra).

Se ha observado que, en este sentido, en el que para alterna con a punto de, la perífrasis es particularmente frecuente con los verbos inacusativos (§ 41.4):

Pero se me hace que no le va a salir bien —continuó—. No parece que el hombre esté para morirse... ¿o sí? (Vázquez Rial, Isla); Vamos, hijo, arriba —dijo la mujer—, que el sol está para salir (Sánchez Espeso, Mujer); Acerbo era el golpe que don Juan Núñez descargaba sobre don Álvaro; así fue que perdió el color y estuvo para caer; pero recobrándose prontamente, respondió […] (Gil Carrasco, Bembibre).

28.10l Como se ha señalado, la perífrasis «estar para + infinitivo» expresa también disposición o actitud favorable en relación con algo. En este otro sentido está más próxima al verbo querer, pero también a expresiones como estar dispuesto a…, sentirse inclinado a… y otras similares de naturaleza intencional:

Sargento: ¿Estás para oír un consejo? / Álvaro: No. / Sargento: Pues ya no te lo digo. / Intenta lo que quisieres (Calderón, Alcalde); —Madame Rosay no me ha dicho nada. —La señora no está para pensar en esas cosas. Alice, ésta es madame Francinet. Le dará usted uno de sus delantales (Cortázar, Armas).

Este uso, frecuente en las oraciones negativas, se obtiene también con grupos nominales: No estar alguien para {pavadas ~ cumplidos ~ viajes}. Cabe pensar que este segundo sentido está más próximo a la interpretación atributiva que el primero. De hecho, los testimonios que se registran de la anteposición de pronombres átonos con esta perífrasis suelen corresponder a la primera de las dos interpretaciones descritas: ¿De quién son esos ganados —con tanto hierro y collar? / —De Gerineldo, señora —que se está para casar (Romance Gerineldo). No es perifrástica esta construcción cuando «para + infinitivo» constituye un grupo preposicional atributivo que expresa la finalidad de alguna acción, como en Ustedes están aquí para estudiar o en los textos siguientes:

Ellos nada tienen que ver en este asunto. —¡Están para vigilar el orden! Brígida la miró con la misma azorada vergüenza de hace un momento (Roa Bastos, Madera); Un día entero estuve para visitar la Biblioteca Nacional de Damasco inaugurada hace dieciocho años, que contiene 250000 libros (Regàs, Viaje).

28.10m La perífrasis «empezar a + infinitivo» expresa la fase inicial de una actividad, como se explicó en el § 28.10a: Empezó a leer el diario; Había empezado a nevar. La perífrasis acepta también verbos de estado, como en Empezó a tener miedo o en Vendió tierras, se trasladó a la capital y empezó a ser hombre político (Clarín, Regenta). Los argumentos plurales con los que puede construirse contribuyen a crear predicados que expresan duración, de forma que la perífrasis denota el ingreso en las situaciones así constituidas, en lugar de aplicarse distributivamente a cada miembro del conjunto. En efecto, mientras que en Empecé a ver la película se denota el comienzo de una acción, en Empecé a ver películas antiguas no se expresa tal significado, sino el ingreso en una actividad que puede descomponerse en un número indeterminado de acciones individuales. Esta interpretación permite dar sentido a oraciones que carecerían de él si se les aplicara la interpretación distributiva. Resulta natural, en efecto, la expresión que se subraya en el texto siguiente: Pasada la primera temporada de euforia, también tu tío empezó a tener días malos (Chirbes, Letra), pero sería difícilmente interpretable la variante *comenzar a tener un determinado día malo. Ilustran esta misma forma de significar los fragmentos siguientes:

Hacía ejercicio a escondidas en casa; por la noche, a la una empezaba a subir y bajar las escaleras (Espido, Infierno); Sus libros empezaban a darle dinero (Cercas, Soldados); […] cuando mis dibujos empezaron a llamar la atención (Grandes, Castillos); Empezaron a volar los manuscritos, zarandeados por la brisa nocturna (Fuentes, Frontera).

28.10n Los argumentos a los que se hace referencia pueden estar en singular cuando se construyen con nombres no contables, como en empezar a ver cine negro, pero se obtiene este mismo sentido con otros contables (en alguna de sus interpretaciones), si la naturaleza del predicado permite descomponerlos o fragmentarlos en subeventos, como en Comenzó a perder el sentido de la orientación. Esta forma de significar se extiende a otras perífrasis verbales (§ 28.13a y ss.). Los predicados que expresan hábitos dan lugar asimismo a la interpretación fragmentada o parcelada de los sucesos a la que se hace referencia (es decir, la lectura según la cual se concatena un número indefinido de eventos particulares), ya que los hábitos se caracterizan por denotar actividades que se forman por la suma de acciones específicas: Empezó {a fumar ~ a nadar ~ a leer ~ a viajar}.

28.10ñ Con escasas excepciones (como Estuvo a punto de caerse), las perífrasis de fase suelen aplicarse a eventos que tienen duración, ya que no es posible interpretar la fase inicial o final de un proceso que no las tiene. Si se dice, en efecto, que alguien empezó a escribir una carta, se entiende que dio comienzo a cierta acción que se prolongó durante cierto tiempo. Como se vio en el § 23.4, la duración de un evento se obtiene muy a menudo de forma composicional, es decir, mediante el concurso del verbo y sus argumentos. Es esperable, en efecto, la irregularidad de la construcción «empezar a + infinitivo» si el infinitivo no expresa duración. Sin embargo, la anomalía que se percibe en oraciones como *Eva empezó a llegar a la estación contrasta con la naturalidad de la variante La gente empezó a llegar a la estación. El sustantivo no contable gente aporta el rasgo de duración que la perífrasis requiere, lo que se logra a través de un efecto multiplicativo. Se analizan otros efectos multiplicativos similares a este logrados por los plurales, los nombres no contables y los colectivos en los § 23.4e y ss.

28.10o La propiedad que se acaba de describir no es exclusiva de «empezar a + infinitivo» o de «comenzar a + infinitivo» (que posee índices de frecuencia algo más bajos, pero las mismas propiedades gramaticales). Los contrastes a los que dan lugar los sustantivos que contienen rasgos morfológicos o léxicos de plural se obtienen igualmente con otras perífrasis de fase. Contrasta, en efecto, *Dejé de despertarme ayer con Dejé de despertarme por las noches, ya que, como en el caso anterior, los grupos nominales formados con plurales, nombres colectivos y sustantivos no contables multiplican la denotación del predicado. Se obtiene así una serie de eventos que se interpretan conjuntamente como un predicado durativo. Las características físicas particulares de la entidad de la que se predican estos eventos tienen algún papel en la formación de predicados durativos. Se comprueban estos efectos si se contrasta la extrañeza de la oración Raquel comenzaba a salir de su casa (salvo que se describa la adquisición de un hábito) con la naturalidad de Raquel comenzaba a salir de su letargo o de El tren comenzaba a salir del túnel. Estos hechos ponen de manifiesto que la clasificación tradicional de los sustantivos (capítulo 12) puede resultar insuficiente para prever los significados que estas oraciones expresan. En efecto, casa, túnel y letargo son tres sustantivos contables. Los dos primeros son concretos, pero el segundo de ellos se agrupa con el tercero, como se acaba de comprobar, aunque letargo no denote una entidad material. Tales diferencias revelan que la propiedad de ‘expresar o no duración’ no se obtiene de forma automática a partir de las clasificaciones habituales de los sustantivos. Si bien existen propuestas de clasificaciones alternativas que podrían expresarla, se trata de investigaciones en curso que todavía no han cristalizado en tipologías generalmente aceptadas. Recuérdense los § 12.4v y ss.

28.10p La multiplicación de los eventos a la que se refieren los apartados anteriores establece un vínculo semántico entre las perífrasis de fase y las escalares. Se explicó en las secciones precedentes que, como perífrasis de fase, «empezar a + infinitivo» denota el ingreso en una actividad (empezar a leer un libro), mientras que como perífrasis escalar expresa la primera de una serie de acciones ordenadas implícitamente en alguna jerarquía (empezar por leer un libro). El punto de contacto entre una y otra radica en que, como se ha explicado, la actividad que caracteriza la primera solo se concibe, en determinadas situaciones, si se interpreta una secuencia de acciones que expresen, en su conjunto, un hábito o alguna otra situación caracterizada por su duración. He aquí otros casos en los que la perífrasis escalar «empezar por + infinitivo» indica que la acción expresada por el infinitivo es la primera de una serie de acciones sucesivas:

¿Qué he empezado por decirte? He empezado por darte las gracias (Diosdado, Trescientos); Creo que Mark debería empezar por mandar un artículo a su periódico desde aquí (Schwartz, Conspiración); Entonces, empezaré por decirle que, aunque solo tengo cincuenta años, llevo más de treinta de casada. Y que treinta años son muchos. ¿Me entiende? (Azancot, Amores); Había allí un ladrón que se preparaba para desvalijar a alguien y que empezaba por asegurarse de que la cartera no se le escurriría de entre los dedos cuando la tomase (Rojas, M., Hijo).

Esta perífrasis alterna a menudo con «empezar + gerundio» (Empezó por no prestarle atención ~ Empezó no prestándole atención) y se construye también en correlación con «terminar + gerundio» y «acabar + gerundio», como en Empezaron por subestimarlos y acabaron despreciándolos del todo (Delibes, Camino). Las perífrasis «acabar por + infinitivo» y «terminar por + infinitivo», igualmente escalares, expresan que la acción o el proceso que se menciona representa la culminación de uno o varios acontecimientos, de un período o de un conjunto de factores que producen cierto efecto desencadenante:

Tal dosis de literatura, de crímenes, de aventuras y de misterios acabó por aburrirle (Baroja, Árbol); Las risas fueron mayores y yo acabé por ponerme colorada (Sender, Nancy); Toda magia que no se trasciende —esto es, que no se transforma en don, en filantropía— se devora a sí misma y acaba por devorar a su creador (Paz, Arco).

28.10q Se ha debatido el carácter perifrástico de la secuencia «ponerse a + infinitivo» (con verbo pronominal), ya que alterna a veces con usos transitivos (Se puso a estudiar ~ Lo puso a estudiar) y rechaza la anteposición de pronombres átonos, como los demás auxiliares perifrásticos pronominales: Se puso a leerlo > *Se lo puso a leer. Aun así, «ponerse a + infinitivo» tiene rasgos comunes con «empezar a + infinitivo», a la vez que se distingue de esta perífrasis en otras características. La diferencia más notable radica en que «ponerse a + infinitivo» tiene un carácter puntual más marcado, de forma que expresa el inicio de una actividad en un momento preciso, generalmente sin transición o sin progresión. Sería natural añadir expresiones adverbiales como poco a poco o suavemente a la oración Empezó a llover, pero estos mismos adverbios resultarían forzados añadidos a Se puso a llover. Aunque la perífrasis admite predicados impersonales (cuando aquí se pone a hacer frío; Se puso a nevar), se construye más a menudo con un agente que desencadena una determinada situación caracterizada por su duración:

Se ha puesto a decir tantas blasfemias contra una cosa tan recebida en el mundo y tenida por tan verdadera […] (Cervantes, Quijote I); Estaba pálido y se puso a limpiar los lentes con el enorme pañuelo de batista (Mallea, Bahía); Se puso a husmear entre los cientos de objetos en desuso amontonados por todas partes (Bolaño, Pista); Corso mojó un dedo en espuma de cerveza y se puso a hacer dibujos sobre el mármol del mostrador (Pérez-Reverte, Club); Creyendo que allí acababa el número, se levantó muy tieso y se puso a aplaudir (Landero, Guitarrista); Desde ahí, se ponía a observar con su lente de campaña a la manada que marchaba alejándose (Chao, Altos); Basta que me ponga a confesar y al punto me invade un profundo sopor (Cabal, Vade).

28.10r La perífrasis «ponerse a + infinitivo» admite también sujetos no agentivos, en particular los que designan la persona o la cosa que experimenta algún proceso interno de carácter físico que surge instantáneamente, pero se prolonga durante un tiempo:

Se puso a temblar como un azogado, sin voz, sin movimiento (Madariaga, Corazón); Se puso a sudar consciente de la inoportunidad de su pregunta (Navarro, Biblia); […] como si se hubiese oído el sonido melodioso y fuerte de una cascada, como si un árbol se hubiera puesto a florecer en pleno invierno (Caso, Peso).

Frente a «empezar a + infinitivo» y «comenzar a + infinitivo», la perífrasis «ponerse a + infinitivo» no acepta como sujetos los grupos nominales que designan pacientes: Las solicitudes {empezaron ~ *se pusieron} a ser estudiadas, y tampoco los de los verbos de estado: {Comenzó ~ *Se puso} a ser dócil.

28.10s La perífrasis «entrar a + infinitivo» se usa en el español conversacional americano, sobre todo en las áreas caribeña, chilena y rioplatense, en contextos similares a los que permite «empezar a + infinitivo» en el español general. Esta construcción se registra tanto en oraciones activas (La maquinaria entró a fallar) como pasivas (Las solicitudes entrarán a ser estudiadas próximamente). Cabe señalar que una parte del significado original de entrar permanece de forma traslaticia o metafórica en la perífrasis «entrar a + infinitivo», en cuanto que en todos los casos se expresa el ingreso en una determinada situación. He aquí algunos ejemplos del uso descrito:

Lo tienen metido en la boletería de puro envidiosos desde que entró a fallar la democracia giratoria (Sábato, Héroes); Con este nuevo proyecto, la ciudad ha entrado a ser pionera en Colombia (País [Col.] 29/7/1997); Vos entraste a sospechar desde el primer momento —explicó Santiago— (Bioy Casares, Sueño); Como se dieron unos delitos para los cuales existe una prueba diferente a la confesión, el juez no debió entrar a realizar la disminución integral (Tiempo [Col.] 13/2/1997); Pero luego de insistir con igual resultado entró a sospechar lo peor (Dimas, Pesadilla); Les cayó mal mi cara. Eran las órdenes de González Videla, antes de entrar a decir sus discursos (Neruda, Canto).

28.10t Con los verbos analizar, considerar, discutir, juzgar y otros similares se acepta el uso perifrástico de «entrar a + infinitivo» (además de en las áreas mencionadas) en México, España y también en Centroamérica y en otras áreas americanas en las que no resultan enteramente naturales los ejemplos que se acaban de citar:

Para hablar del tema tenéis que poner 20000 millones encima de la mesa y entonces entramos a discutir las sociedades que os quedan y su valoración (Cacho, Asalto); Su Santidad acababa de otorgarme el capelo cardenalicio, no entré a considerar con la gravedad que requería el caso la inmolación que se estaba haciendo de la persona de mi hermana en aras de discutibles razones de Estado (Larreta, Volavérunt); […] y se entra a juzgar el producto de toda su civilización a la luz de sus conocidas limitaciones culturales (Cardoza, Guatemala); Explicó que le corresponde al fiscal del PRD […] entrar a analizar el caso (Universal [Ven.] 26/6/1996).

La perífrasis «entrar a + infinitivo» se distingue de la combinación no perifrástica, general en el mundo hispánico, en la que entrar funciona como verbo de movimiento y «a + infinitivo» como su complemento de finalidad (§ 46.8), como en Entraré a saludarlo; Entró a darme las buenas noches; Entró a trabajar en una zapatería, o en Detesté la idea de que mi padre entrara a hacer nada con el marido de Marilú y como representante de Andrés (Mastretta, Vida). Los dos usos citados se aproximan, no obstante, cuando el movimiento ingresivo que expresa entrar no es físico, como en Una vez leído el testamento, la casa entró a formar parte de su patrimonio.

28.10u La perífrasis «pasar a + infinitivo» denota una transición hacia un nuevo estado o una nueva situación, a menudo un cambio que se considera de cierta relevancia a juicio del que habla, como en El zar perdió la confianza de su pueblo y pasó a estar bajo el control de Rasputín; La Asamblea pasaba a estar constituida por 325 nuevos miembros, o en los textos siguientes:

Cuando quise que pasase a estudiar otras ciencias, halléle tan embebido en la de la poesía […] (Cervantes, Quijote II); Abjuró ad cautelam, pasó a vivir al convento dominicano de la Minerva (Menéndez Pelayo, Heterodoxos); Parte entró al servicio de las ciudades y príncipes italianos e indirectamente actuaron como agentes del monarca aragonés en la península, mientras el grupo más numeroso pasó a defender el imperio bizantino contra los turcos (Martín Rodríguez, Península).

Otras veces, sin embargo, el cambio que la perífrasis expresa es circunstancial, pero aun así denota la sucesión de fases o de etapas en alguna situación lineal:

Leímos la insulsa información, que no nos dijo nada nuevo, y pasamos a buscar cualquier referencia al intelectual (Martínez Reverte, Gálvez); Antes de que Amez accediera a los argumentos de Benasur, pasaron a discutir los precios (Núñez Alonso, Lazo); Acto seguido pasaron a enzarzarse en una incomprensible discusión (Ruiz Zafón, Sombra).

28.10v La perífrasis «pasar a + infinitivo» debe distinguirse de la construcción en la que el verbo de movimiento pasar admite complementos de finalidad (§ 46.8), como en Pasaré a saludarte (recuérdese, en esta misma sección, el § 28.10t a propósito de entrar). La perífrasis solo suele aceptar con naturalidad infinitivos que expresen acciones continuas sin límite natural si estas pueden interpretarse como estados, como en Tenía un utilitario y pasó a conducir un coche de lujo. De hecho, «pasar a + infinitivo» tiende a especializarse como perífrasis de fase inicial aplicada ante todo a los estados. Expresa en estas construcciones que alguna persona o cosa accede a un lugar, ingresa en una nueva situación u ocupa una nueva posición:

Allen y yo expusimos deseos de ingresar en la logia, y después de hacer nuestras pruebas, pasamos a ser hermanos (Baroja, Inquietudes); Ha pasado a tener una presencia testimonial en Betelu y Lezaeta (Solá, Geografía); No solo mi nombre había pasado a significar muchísimo en la boca torpe del niño, sino que […] (Marías, J., Batalla); Ni siquiera este pensamiento pudo privarla de esa felicidad que había pasado a ser, como los huesos y la piel, parte de su cuerpo (Vargas Llosa, Guerra); Las dos sobrevivientes del suceso pasaron a ocupar el lugar más bajo de la escala jerárquica del burdel (Ibargüengoitia, Muertas); Barcelona había pasado a estar en poder de los sindicatos anarquistas (Ruiz Zafón, Sombra); Todos sus manuscritos habían pasado a pertenecer a otras bibliotecas (Somoza, Caverna).

En cuanto que la perífrasis expresa un cambio de estado, suele rechazar los verbos que manifiestan esa misma idea (*La hierba pasó a crecer). Aun así, se registran excepciones, casi siempre relativas a verbos de proceso que se asimilan a los estados en los que desembocan, como en Las mujeres pasaban a convertirse por tanto en meros objetos sexuales, y los hombres en mano de obra gratuita (Vázquez-Figueroa, Caribes).

28.10w Se usa «abrir a + infinitivo» como perífrasis incoativa en varios países del área caribeña: Abrieron a correr (‘Empezaron a correr’). En Chile y el Río de la Plata es más común «abrirse a + infinitivo», como en Cahe se abrió a contar ese lado íntimo (Clarín 21/2/2006). En el español popular hablado en Centroamérica, las Antillas y el Caribe continental se emplea «decir a + infinitivo» como perífrasis de inminencia, casi siempre con el auxiliar en presente o pretérito perfecto simple, como en Dice a llover (‘Está a punto de llover’); Dijimos a gritar; Si dice a hablar, prepárate. Se registran usos de «pegar(se) a + infinitivo» como perífrasis incoativa en el español antillano y en el hablado en las islas Canarias (España), como en Pegaba (o Se pegaba) a llorar solo de pensarlo (‘Empezaba a llorar’). Es mucho más general «arrancar(se) a + infinitivo». Esta perífrasis incoativa admite verbos impersonales relativos a fenómenos atmosféricos, como en Antes que arranque a llover de nuevo (Vargas Llosa, Lituma). No obstante, es mucho más frecuente en los textos construida con verbos de lengua (contar, decir, hablar, etc.):

No me arrancaba a decir una palabra sino cuando alguien me ayudaba (Galdós, Fortunata); Arrancó a cantar con voz de contralto una tonadilla (Mendoza, Verdad); Pero ella arrancó a hablar justo cuando Nott se disponía a subirse a su caballo (Trías/Rovira, Suerte),

pero también con otros que implican movimiento o denotan acciones que lo conllevan:

[…] cuando un grupo considerable de sus admiradores arrancó a correr para salir a su encuentro (Vega, A. L., Crónicas); Pero de pronto arrancó a caminar, atravesando la plaza de las Ursulinas (Cabrera Infante, Habana); Arrancó a ejecutar Bach (Levrero, Ciudad).

Es esperable que «arrancar(se) a + infinitivo» rechace la anteposición de pronombres átonos (No se arrancaba a decir una palabra > No se arrancaba a decirla > *No se la arrancaba a decir), puesto que, como se ha explicado, lo hacen también los demás verbos pronominales que admiten usos como auxiliares de perífrasis.

28.10x No existe acuerdo sobre si la construcción «darle a alguien por + infinitivo» es perifrástica. Rechaza la anteposición de pronombres átonos (Le dio por decirlo > *Se lo dio por decir) y alterna con grupos nominales: Le dio por {estudiar ~ el estudio}. El referente del pronombre le es una persona o, en general, un ser dotado de voluntad o de intención, lo que permite usar la construcción con nombres de animales: Al caballo le dio por escarbar. A pesar de ello, la construcción se admite con los verbos que expresan fenómenos atmosféricos: […] por si le daba por llover de noche (Montero, M., ), por lo que puede ser asimilada a las perífrasis verbales. Esta última es una propiedad que «darle a alguien por + infinitivo» comparte con «ponerse a + infinitivo». También comparte con esta otra perífrasis el rechazo de las pasivas formadas sobre el verbo auxiliado. De modo paralelo a como se rechaza ponerse en Las solicitudes {empezaron a ~ pudieron ~ *se pusieron a} ser estudiadas, resulta también anómalo dar por en *A las solicitudes les daba por ser estudiadas.

28.10y La perífrasis «darle (a alguien) por + infinitivo» expresa la adquisición de un hábito circunstancial, sobre todo si es poco corriente: Fue el tiempo en que a Violeta le dio por hablar con sus muertos (Serrano, M., Vida). Este es un punto en común que la perífrasis posee con «empezar a + infinitivo». La acción que se describe con «darle (a alguien) por + infinitivo» es ingresiva, pero también es habitual, por lo que expresa tanto la información que corresponde a empezar como la que aportan locuciones adverbiales como a menudo o con asiduidad. Aun así, la duración de la acción es relativa al significado del predicado. En Por diversión me dio por estudiar la religión de los sarracenos (Britton, Siglo), se entiende que se adquiere un hábito circunstancial, puesto que el estudio de algo ha de prolongarse durante cierto tiempo. Por el contrario, en los textos siguientes se describen acciones puntuales. Aun así, se mantiene en ellos la idea de que la acción a la que se alude constituye una ocurrencia o algún otro resultado de cierta inclinación repentina:

Se siguieron viendo hasta el día en que a Carlitos le dio por contarle las pecas, con científica curiosidad. Aunque claro que ya para entonces Melanie se había apoderado completamente de él (Bryce Echenique, Huerto); Una vez le dio por comerse la cal de las paredes y no hubo manera de quitarle la maña hasta que a Concepción se le ocurrió rociar todas las paredes del asilo con creolina (Dou, Luna).

 

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