Sintaxis

48 La negación

48.2 Clases de negación

48.2a Se denomina negación proposicional (también oracional y externa) la que afecta al contenido de la oración en su conjunto. Con las palabras El teléfono no sonó ayer en esta casa se niega, en efecto, la situación descrita por la oración contraria a esta (es decir, El teléfono sonó ayer en esta casa) y, por tanto, se rechaza un determinado contenido proposicional. La negación externa suele admitir paráfrasis con las fórmulas No es cierto que…; No es verdad que…; No se da el caso de que…, y otras similares. A diferencia de ella, la negación interna (llamada también de constituyente) está limitada a algún segmento de la oración. En esta forma de negación es un determinado segmento el que se ve afectado por la palabra negativa, por lo que constituye el ámbito de esta palabra (también llamado alcance). Así, el grupo verbal encerrado entre corchetes en Los estudiantes no [entregaron sus trabajos al profesor el lunes por la mañana] es el ámbito del adverbio negativo no. Un determinado elemento contenido en el ámbito de la negación puede constituir, a su vez, su foco. El foco de la negación suele restringirse, como se ve, a la negación interna. Si es la expresión subrayada en el último ejemplo propuesto, se expresará con esa oración que la entrega de la que se habla no se realizó en dicho período, lo que sugiere que pudo realizarse en otro momento. Los dos tipos de negación que se acaban de describir mantienen alguna relación con la diferencia que se establece entre la interrogación total y la parcial, en los términos en que se describen ambas en los § 42.6b, c.

48.2b Con la conjunción sino31.10ñ-q y 40.6) se introduce el grupo sintáctico que aporta la información que contrasta con la que se rechaza: Los estudiantes no entregaron sus trabajos al profesor el lunes por la mañana sino el martes. En cuanto elemento remático40.1d), el foco coincide a menudo con el último elemento contenido en el ámbito de la negación, pero puede ser también un segmento intermedio. Así, en No pienso ir contigo al concierto puede ser foco cualquiera de las dos expresiones subrayadas (además del verbo ir, no pertinente en este punto). Los elementos subrayados podrían ocupar, desde luego, posiciones anteriores al verbo, como se explica en el § 40.4. Si el foco de la negación en la oración propuesta es contigo, se sugerirá indirectamente que el que habla prefiere ir al concierto con otra persona; si es al concierto, se entenderá que el que ha bla no desea ir con su interlocutor a determinado concierto, pero tal vez sí a otro lugar. Aun así, debe resaltarse que la identificación de un segmento como focal no implica que algún sustituto haya de ocupar su lugar forzosamente, puesto que no hay contradicción en oraciones como No pienso ir al concierto contigo ni con nadie o como No pienso ir contigo al concierto, y tampoco a ningún otro sitio. Si la información sustitutiva o correctora (§ 40.6l y ss.) no se proporciona, cabe deducir que existe, pero esa inferencia puede cancelarse con facilidad. El foco de la negación es, en todos estos casos, un elemento contenido en su ámbito, pero situado a distancia del adverbio no. Se analiza esta cuestión con mayor detalle en el § 40.6.

48.2c El adverbio no puede aparecer en una posición contigua a la del segmento afectado por él. La negación contigua de un segmento no verbal es muy a menudo contrastiva, como en el texto siguiente, ya citado en el § 40.5a, en el que no podría omitirse el segmento contrastivo que sino encabeza: Imagínese si, a pesar nuestro, se oficializa la cuestión y empiezan a aparecer no amigos, sino amigas, muchas amigas (Vázquez Montalbán, Galíndez). Se analiza esta forma de negación en el § 40.6.

48.2d Otras veces, el segmento afectado por la negación en esta relación de contigüidad se interpreta bajo su ámbito sin dar lugar a un esquema contrastivo. Así, en el primero de los dos textos siguientes la secuencia no lejos se interpreta en el sentido de ‘cerca’; el segmento subrayado en el segundo da lugar al significado ‘justificadamente’ o ‘previsiblemente’:

Tú viste y cazaste anacondas no lejos de aquí (Sepúlveda, L., Viejo); Una de estas mujeres era no por casualidad una muchacha venida del pueblo (Cabrera Infante, Habana).

A esta pauta corresponde también el esquema «no + grupo cuantificativo» (no todo el mundo; no pocos estudiantes; con no poco esfuerzo, etc.), al que se dedica el § 48.5d. Las expresiones nominales no contrastivas formadas con «no + grupo nominal», como la no intervención o los no profesores, se analizan en los § 48.2p-t.

48.2e En los estudios lingüísticos y filosóficos se ha señalado repetidamente que con la negación externa se refuta muy a menudo un contenido proposicional relacionado con el discurso previo, de manera que la información rechazada se interpreta como supuesta, verosímil o esperable. Ciertamente, la oración Maite no estaba ayer en la oficina municipal a las diez cobra sentido si se esperaba que Maite estuviera en ese lugar a esa hora, tal vez porque estaba obligada o por alguna circunstancia similar que condujera a la existencia de tal expectativa. Desde este punto de vista, cabe entender que el ámbito de la negación es, en este caso, toda la oración, en lugar de uno de sus componentes. La interpretación semántica de la negación externa está estrechamente relacionada con el hecho de que el conjunto de situaciones que no se dan o no se obtienen en cada caso particular es ilimitado. Es, en efecto, inabarcable el número de propiedades que no poseen las personas o las cosas, el número de los procesos que no las afectan o de las acciones o situaciones en las que no participan. Para que las oraciones negativas sean informativas, es preciso suponer, en consecuencia, que las situaciones positivas asociadas con la negación proposicional representan estados de cosas esperables en situaciones no marcadas.

48.2f Los titulares de prensa negativos ilustran de forma sencilla el fenómeno que se describe en el apartado anterior. Si en un diario apareciera el titular El ministro de Industria no paralizó la negociación con los sindicatos, el lector haría bien en deducir que se esperaba esa intervención del ministro, que había alguna razón para suponer que llevaría a efecto dicha paralización, o bien que se había informado erróneamente de ella. Si el titular fuera Galileo no fue el primero en estudiar las manchas solares, el lector que careciera de la información opuesta a la que se comunica (esto es, que Galileo fue el primero en hacerlo) podría suponer legítimamente que esa información se daba por cierta. Se obtiene un efecto similar en el titular El presidente no tiene negocios (Mundo [Esp.] 16/9/1996) y en muchos casos análogos en los que las informaciones periodísticas negativas se aproximan a los desmentidos.

48.2g Otras veces, los titulares de prensa negativos contradicen estados de cosas que, en opinión del que escribe, deberían darse, como en La mitad de las ponencias del II Congreso de la Lengua no están en Internet (País [Esp.] 14/4/2002). Es oportuno señalar que, en este caso, el periodista que tituló la noticia de esta forma añadió a continuación la inferencia que se obtiene de inmediato de su titular negativo: La organización se comprometió a incluirlas. Algunos especialistas entienden que estos hechos y los descritos en los apartados precedentes son consecuencia de un principio discursivo más amplio que permite dar por supuesta la pertinencia de aquello que se comunica. Al ser ilimitado el conjunto de situaciones que no se dan, tal como se ha explicado, una oración negativa solo resultará informativamente relevante si se contrapone a lo que se conoce, o si niega lo que se considera posible, esperable, deseable, verosímil o simplemente cierto. Así pues, el hueco nominal que aparece en Este edificio de apartamentos no tiene __ podría ser llenado sin dificultad con algún sustantivo que designara lo que se espera en un edificio de apartamentos (por ejemplo, ascensor), pero no con otro que indicara alguna de las muchas nociones que pueden expresarse con sustantivos.

48.2h El vínculo con el discurso precedente al que se hace referencia en los apartados anteriores puede cancelarse. La oración propuesta Maite no estaba ayer en la oficina municipal a las diez acepta continuaciones como … porque fue despedida hace seis meses o como … porque no tenía ninguna obligación de estar allí. Con la negación proposicional se excluye, en efecto, un determinado estado de cosas, pero también muchos de los supuestos o de las informaciones implícitas que se asocian con él. De hecho, las situaciones que pueden acomodarse a la fórmula general ‘No es cierto que…’ son sumamente variadas. Con la negación proposicional es posible, incluso, poner en tela de juicio la presuposición de existencia vinculada con el artículo determinado (§ 14.4c), de modo que el ejemplo propuesto podría continuarse con … porque no existe ninguna oficina municipal. Fuera de estos contextos particulares, suele asumirse que, para dar sentido a las descripciones negativas de las personas o las cosas (Las ballenas no son ovíparas; Mario no es colombiano; Luisa no es simpática), o a las situaciones en que participan (Mañana no iré a trabajar; No había ninguna carta tuya sobre mi mesa; El gerente no pagó la semana pasada a los empleados), debe suponerse que tienen sentido o son normales, habituales o pertinentes los estados de cosas contrarios a los que se enuncian.

48.2i Como se explica en el § 10.10, la negación puede expresarse con recursos morfológicos, en concreto con prefijos que expresan privación o ausencia, pero también oposición o contrariedad: in- (invencible); des- (desorganizado); contra- (contracultural); a- (anormal) y anti- (anticlerical). Las paráfrasis sintácticas de la negación morfológica no siempre expresan ajustadamente su significado. Así, el adverbio no no manifiesta el sentido de ‘acción contraria’ al que se hace referencia en el § 10.10ñ, por lo que no enchufar no equivale a desenchufar, ni no hacer es sinónimo de deshacer. Las paráfrasis adecuadas de los significados obtenidos han de establecerse en estos casos con otros recursos: desilusionar, por ejemplo, no significa ‘no ilusionar’, sino ‘hacer perder la ilusión’. Sobre el uso de desobedecer como ‘no obedecer’ o el de descreer como ‘no creer’, véase el § 10.10o. Se usa sin como prefijo integrado morfológicamente (sinsabor, sinvergüenza), pero también como prefijo separable (con sin igual entusiasmo). Véase, en relación con estas construcciones, el § 10.10y.

48.2j Se ha observado que, incluso en los casos en que el prefijo negativo denota privación (Es ilegal; Fue infeliz), su paráfrasis con el adverbio no (No es legal; No fue feliz) no expresa con exactitud el mismo significado que se asocia con la negación morfológica, sino una afirmación más débil o menos contundente. Aun siendo equivalentes desde el punto de vista lógico, no lo son discursivamente expresiones como No es evitable y Es inevitable, y tampoco equivalen entre sí No es inevitable y Es evitable. Los efectos de sentido asociados con la lítote son consecuencia de esas mismas diferencias. Esta es una figura retórica que, mediante la negación de lo contrario de aquello que se desea afirmar, se emplea para atenuar una aseveración que podría resultar demasiado brusca o directa, sin que por ello se deje de dar a entender lo que en realidad se quiere decir.

48.2k Como se explica en el § 10.10p, algunos autores entienden que con la negación morfológica se forman expresiones argumentativamente más fuertes que con el adverbio no, lo que permite el uso de los conectores o marcadores que ordenan el discurso en función de este factor: es más, más aún, de hecho, por no decir, incluso, y otros similares. Resultan, pues, naturales, secuencias como No estoy contenta. Es más: estoy descontenta. Si se permutaran los dos términos que vincula es más, se obtendría un resultado absurdo, ya que, en la escala discursiva mencionada, se situaría la negación morfológica en un nivel más bajo que la sintáctica. Otros autores prefieren relacionar estas expresiones en términos de implicación: Estoy descontenta implica o entraña No estoy contenta, pero no al contrario. Se establecen contrastes parecidos entre no ser digno y ser indigno; no ser sincero y ser insincero; no ser justo y ser injusto, y otros muchos pares. Estas relaciones se dan en los pares que constituyen antónimos graduables (llamados a veces polares, § 13.2l), que se caracterizan por admitir una tercera opción distinta de la que expresan el adjetivo (contento) y su negación (descontento).

48.2l Son varios los adverbios que requieren ciertas condiciones aspectuales en los predicados que modifican. Uno de ellos es todavía, como se explica en los § 48.8n, ñ. Estas condiciones pueden ser satisfechas tanto por la negación sintáctica (un fenómeno todavía no explicado; aparentes excepciones no comprensibles hasta el momento) como por la morfológica (un fenómeno todavía inexplicado; aparentes excepciones incomprensibles hasta el momento). Se observa esta misma relación en el texto siguiente, en el que podría haberse dicho todavía no predecible: […] un caballo de carrera inglés, de pedigree impecable aunque de performance todavía impredecible (Donoso, Marquesita). La negación morfológica posee otros efectos sintácticos, por tanto externos al ámbito estricto de la palabra. Así, el prefijo des- incluye en su ámbito la expresión con exactitud en el texto siguiente: Se desconoce con exactitud cuántas empresas funcionan (Clarín 8/7/1997). Por consiguiente, en esa secuencia no se habla de cierto ‘desconocimiento exacto’ de alguna información, sino del hecho de que el conocimiento aludido ‘no es exacto’. De forma similar se comportan en detalle o con seguridad. En cambio, por completo o en su totalidad no admiten que la negación morfológica se interprete fuera del ámbito de la palabra:

Desconozco en detalle en qué consiste la reforma judicial (Nacional 18/4/1997); Flor desconoce por completo el juego de la coquetería (Mutis, Maqroll); Se desconoce con exactitud el número de heridos o contusionados conducidos a otros centros (País [Esp.] 9/2/1980).

48.2m Por oposición a las analogías entre la negación morfológica y la sintáctica que se mencionaron en el apartado precedente, la primera se diferencia sobre todo de la segunda en que no es compatible con los términos de polaridad negativa, salvo que medie una oración subordinada:

Esa actuación {no es legítima ~ *es ilegítima} en ninguna circunstancia;

Ella {no está contenta ~ *está descontenta}, y él tampoco lo está.

Existen, no obstante, excepciones a esta generalización, como en insensible a ningún estímulo; en su absoluta inutilidad para nada que no sea perder el tiempo, o en el siguiente texto: Iba de Puebla a Tonanzintla […], incapaz de nada mejor que comerme las uñas (Mastretta, Vida). En relación con estos hechos, véase también el § 48.10c.

48.2n Algunas voces prefijadas pertenecen al paradigma general de inductores negativos no tanto porque el prefijo negativo constituya el verdadero inductor como por el hecho de que su significado se asimila al de otros elementos de ese paradigma, como en Sería {imposible ~ absurdo ~ ridículo} pedirle nada en estas circunstancias. Estos contextos, que se retoman en el § 48.2s, se diferencian de los anteriores en que solo son posibles si existe, al menos, una frontera oracional entre la expresión inducida y la inductora, como se comprueba al comparar Era imposible [hacer nada], donde se encierra entre corchetes la oración subordinada sustantiva, con *Era imposible nada, donde nada pertenece a la oración principal.

48.2ñ La negación interna o de constituyente (§ 48.2a) puede incidir sobre el verbo o el grupo verbal, como se ha explicado, pero también sobre otras muchas expresiones en contextos no contrastivos, algunos de los cuales se mencionaron en el § 48.2d. Así, el adverbio no puede afectar a otros adverbios, como en los textos siguientes, en los que la expresión subrayada forma un segmento sintáctico:

Se encontraría con la no propiamente grata sorpresa de que en la registradora no había sino veintisiete pesos (García Márquez, Obra periodística); […] en un galán harto amanerado y no precisamente veinteañero (Mendoza, Laberinto).

48.2o El uso no contrastivo de «no + adjetivo» se atestigua a menudo con adjetivos de relación (§ 13.12), como en Habían conseguido que el policía municipal guardara su Taurus Magnum no reglamentaria (Bolaño, 2666). También se documenta con adjetivos calificativos que expresan valoración de alguna magnitud, más frecuentemente en posición prenominal:

Con no pequeño gozo me acogieron (Cervantes, Coloquio); A estas cualidades […], unía el don no despreciable de una felicísima memoria para recordar fechas con exactitud infalible (Clarín, Hijo); […] la no remota posibilidad de un racionamiento de energía (Nuevo Herald 19/1/1998).

En estos casos se obtienen interpretaciones de sentido opuesto a las que el adjetivo expresa (no pequeño gozo, es decir, gran gozo; no despreciable, es decir, apreciable, etc.). La construcción se extiende a las locuciones y a los grupos preposicionales. En la mayor parte de estos casos se hace necesario un contexto previo en el que las expresiones que se niegan cobren sentido en función de ciertas expectativas:

Había vuelto la paz al Llano Grande. Pero no por mucho tiempo (Rulfo, Llano); […] no sin un chillidito de niña consentida que amenaza con ir a dar la queja a su papá (Asturias, Presidente); Entraron así algunos otros homerismos, no de los más detonantes (Rodríguez Adrados, Historia).

En el lenguaje jurídico de España se han acuñado las fórmulas proyecto no de ley y proposición no de ley: Presentó en el Congreso una proposición no de ley (Gutiérrez/Miguel, Ambición).

48.2p Se asimila en buena medida a los prefijos separables (§ 10.4g y ss.) la negación de constituyente que precede a los sustantivos y a los grupos nominales en expresiones igualmente no contrastivas. Ilustran esta forma de negación («no + sustantivo») construcciones como las siguientes:

Por sostener la no rendición hubo algún conato de asesinar a Gálvez (Galdós, Episodios); La no resistencia al mal implica resistencia al bien (Unamuno, Sentimiento); Cada Presidente inventa su propia realidad, pero como la no reelección lo obliga a retirarse, la realidad ejecutiva se disipa (Fuentes, Silla); De esta manera Italia violaba de forma clarísima la no-intervención (Tusell, Historia).

Estas expresiones se documentan también con guion entre no y el sustantivo sobre el que incide, como en el último ejemplo citado. En la lengua actual se prefiere evitarlo.

48.2q La construcción a la que se refiere el apartado anterior era frecuente en la lengua escrita desde el siglo xix, pero su uso se incrementó muy considerablemente en el lenguaje periodístico del último siglo, especialmente con sustantivos deverbales que expresan acción:

Justamente por inexplicables trabas burocráticas atribuibles a CONAVI en la no utilización del crédito, el programa tuvo que ser renegociado con el BID (ABC Color 9/9/1996); ¡Qué bella y justificada sería la no-intervención si serbios y bosnios fuesen igualmente condenables! (Mundo [Esp.] 11/2/1994); Washington considera esencial la no proliferación de armamento en Rusia (Diario Vasco 13/3/2001); El no alineamiento no debe ser simplemente […] “un espacio para proclamar la diferencia” (Tiempo [Col.] 4/9/1997); Son punibles todos los actos que tiendan a la reforma de los artículos que norman la no-reelección (Hora 23/9/2000); la no renovación del acuerdo de pesca (País [Esp.] 29/6/2001).

48.2r Se extiende en ocasiones esta pauta a los sustantivos de persona, sobre todo a los que designan profesiones, que constituyen clases naturales de individuos: Los no escritores solo ven en el cuento una extrema sencillez (Henríquez Gratereaux, Empollar). Se hace algo más rara con nombres que designan cualidades, seres materiales o inmateriales y otro tipo de nociones no asociadas a ningún proceso (pero cf. la no violencia, de uso general). Estas construcciones aparecen, sin embargo, ocasionalmente en los ensayos literarios y filosóficos, en los que es normal buscar efectos estilísticos particulares:

No es poeta aquel que no haya sentido la tentación de destruir el lenguaje o de crear otro, aquel que no haya experimentado la fascinación de la no-significación (Paz, Corriente); La Ley: El primer polo. Su contrapolo: La anarquía, la ruina, el desierto que es la no-casa, la no-historia (Roa Bastos, Supremo); Pero la no existencia de esas condiciones de ninguna manera implica la imposibilidad de su existencia (Juárez Paz, Ensayos).

En las construcciones con «no + sustantivo» se expresa a veces ausencia u omisión. De hecho, la expresión «ausencia de + sustantivo» proporciona en varios casos paráfrasis adecuadas, como en Hay un gusto por la limpieza, por la no ornamentación, por la sencillez, por la comodidad (Universal [Ven.] 3/9/1996).

48.2s Se usa también «no + sustantivo» para identificar conceptos, como el de ‘género’, el de ‘tipo’ u otras nociones que poseen características designativas particulares: La no ficción no es la ausencia de ficción; la no ficción, bien contada, es algo excelso (ABC 16/12/1994). Otras veces se obtienen con «no + sustantivo» significados similares a los que se expresan con prefijos negativos (recuérdese el § 48.2n). El significado de la no intervención se diferencia del de la ausencia de intervención en que la primera constituye más claramente una postura activa y, en consecuencia, designa una realidad distinguible o identificable. Las paradojas de segmentación de las que se habla en los § 1.8c, 10.3m, 11.6l y en los apartados a los que se remite desde allí se extienden a los adjetivos derivados de estas expresiones. Así, en una postura no intervencionista, la grafía proporciona la segmentación [no][intervencionista], mientras que el significado ‘relativo o perteneciente a la no intervención’ sugiere una segmentación diferente: [no intervención][-ista]. Se explican otros casos similares de doble segmentación en los apartados que se acaban de mencionar.

48.2t Desde el punto de vista sintáctico, las construcciones examinadas se diferencian de las que se crean con prefijos en que admiten términos de polaridad negativa, como los indefinidos negativos o la conjunción ni:

Hemos pedido al CEN que no se premie la indisciplina y que la sanción sea la no nominación a ningún cargo de elección (Proceso [Méx.] 19/1/1997); La no asistencia de representantes del mundo literario y artístico, ni de delegaciones de instituciones culturales ni diplomáticas, que fruto de los deseos del fallecido, quien al parecer había hecho indicaciones precisas al respecto (Mundo [Esp.] 1/6/1994).

Contrasta asimismo la no asistencia a ningún acto públicono + sustantivo») con *la inasistencia a ningún acto públicoin- + base nominal»). Recuérdese, no obstante, que existen excepciones, como incapaz de nada48.2m).

48.2u Se denominan construcciones de negación expletiva las que pueden omitir el adverbio no sin que el sentido se vea afectado, como No volverá hasta que no te disculpes, donde podría haberse dicho igualmente … hasta que te disculpes. Se dedica a este tipo de negación casi todo el § 48.11. El adverbio no que aparece en estas oraciones no se interpreta semánticamente. Manifiestan el fenómeno opuesto las oraciones que se forman con una negación tácita o encubierta. Son características del español de México y Centroamérica, pero también de algunas zonas del Caribe continental y del Ecuador. En Tu mamá llamará hasta la noche se repone en la conciencia del hablante el adverbio negativo que falta para dar lugar así a la interpretación coherente desde el punto de vista semántico ‘Tu mamá no llamará hasta la noche’. Se dedicarán a este fenómeno los § 48.11v y ss.

48.2v Por último, en la tradición gramatical hispánica se denomina negación anticipada la que precede al verbo de la oración principal, pero se interpreta semánticamente en relación con el de la subordinada. Es muy frecuente usar la expresión No creo con el sentido que corresponde a Creo que no. En estos casos no se manifiesta descreimiento o negación de alguna creencia, sino que se anticipa o se adelanta el adverbio que corresponde a la oración subordinada, incluso si esta se elide, como en el ejemplo propuesto. Se analizará la negación anticipada en el § 48.12.

 

Nueva gramática de la lengua española
Real Academia Española © Todos los derechos reservados

cerrar

Buscador general de la RAE