Sintaxis

35 El complemento indirecto

35.6 Complementos indirectos seleccionados o argumentales (II). Complementos de término, origen y ubicación

35.6a Un buen número de complementos indirectos argumentales alternan con complementos de régimen y con otros argumentos locativos que se les asimilan. Las tres clases que agrupan tradicionalmente estos complementos indirectos son las siguientes:

Complementos de dirección, destino o término: Se acercó a ella ~ Se le acercó.

Complementos de origen, procedencia o fuente: Se apartó de ellos ~ Se les apartó.

Complementos de ubicación: Eché sal en la ensalada ~ Le eché sal a la ensalada.

35.6b La relación entre los complementos del primer grupo y los complementos indirectos hereda en español la proximidad que existía en latín entre «ad + acusativo» y dativo. La expresión a mí no se considera complemento indirecto en Llegó a mí la noticia, puesto que es un pronombre personal tónico no duplicado. Tal como se explicó en las secciones anteriores, los pronombres personales tónicos no duplicados se rechazan, en el español actual, como objetos indirectos (*Dio a mí el libro) o directos (*Vio a mí). Así pues, a mí se considera un complemento de régimen, pero alterna, como se ve, con un complemento indirecto (Me llegó la noticia).

35.6c Los verbos que seleccionan estos argumentos, y dan lugar a las alternancias mencionadas, pueden pertenecer a varios grupos semánticos, entre los que destacan especialmente los siguientes:

Aproximación: acercar(se), aproximar(se), arrimar(se), como en Se acercó a nosotros ~ Se nos acercó.

Igualdad o similitud: asimilar(se), comparar(se), equiparar(se), igualar(se), parecer(se), como en Se equiparan a ellos ~ Se les equiparan.

Adición o contacto: unir(se), juntar(se), agregar(se), como en Se unió a ellas ~ Se les unió.

Sujeción o dependencia: acomodar(se), adaptar(se), acoplar(se), ajustar(se),
someter(se), rendir(se), como en Se había rendido a nosotros ~ Se nos había rendido.

Advenimiento, presencia o manifestación: sobrevenir, venir, llegar, aparecer(se), como en Se apareció a ellos un ángel ~ Se les apareció un ángel.

Se ejemplifican a continuación algunas de estas alternancias:

Y una señora, que era la presidente de una delegación mexicana, se acercó a mí (Viezzer, Hablar); Si tú eres comunista no te me acerques más (Paz Hernández, Huelga); Se disgustaban cuando el “Poverello” se juntaba a ellos con su túnica hecha pedazos (Arenas Luque, Buenos Aires); Se le juntó un desconocido con traje de charro (Campo, Ocios); Nada se compara a ellos en ningún otro lado del mundo (Salvador Hoy 12/5/1997); No hemos visto en el Ponte Vecchio —agregó— nada que se le compare (Mujica Lainez, Escarabajo); Muchos de los soldados de la red de Osama Ben Laden se rindieron a los antitalibanes (Razón [Esp.] 18/12/2001); Se siente tan seductor que está seguro que las mujeres se le rinden como moscas (Rovinski, Herencia); La Santísima Virgen se apareció a Ildefonso en presencia de la corte y del pueblo (Serrano, E., Dios); No sé en qué esquina se me apareció Ramos (Dolina, Ángel).

35.6d La noción opuesta a la de ‘acercamiento’ es la de separación. Los verbos que expresan esta idea (alejarse, apartarse, escaparse, soltarse, etc.) se construyen con el llamado tradicionalmente dativo de origen, separación o procedencia, que alterna también con complementos de régimen: apartarse de él ~ apartársele. Admiten asimismo esta pauta algunos verbos que expresan oposición, como en Se opuso a ti ~ Se te opuso; Se enfrentó a nosotros ~ Se nos enfrentó, pero también ciertos tipos de juicio, como en No acepto nada de usted ~ No le acepto nada, o en creer {de ~ a} alguien algo, o como en Me dijo: “Te quiero”. Y se lo creí (Egido, Corazón), donde se subraya el complemento indirecto. He aquí algunas muestras de estas alternancias:

Me miraban con desconfianza, se me alejaban en los pasillos, nadie quería comer en mi mesa (Bryce Echenique, Martín Romaña); Se veía cansada y noté que se alejaba de mí (Allende, Casa); Cuando se me escaparon las primeras lágrimas, Samuel me palmeó en el hombro (Uribe, Lotería); Escapa de mí para torturarse a su manera (Delgado, Mirada); La juez no le aceptó la pregunta (Mundo [Esp.] 21/9/1996); Sofía no admitía que alguien tachara su manera de actuar, menos aún lo aceptaría de ella (Bain, Dolor).

La estrecha relación que existe entre las nociones de origen y causa29.7p, 38.5w y 39.8g) ayuda a entender que las alternancias mencionadas se extiendan a verbos como reírse y burlarse, cuyos complementos denotan lo que suscita la risa o la burla, respectivamente: Se le reían ~ Se reían de ella; Se les burlaban ~ Se burlaban de ellos, como en Todos se le burlaban por el acento, pero él no decía nada (Gamboa, Páginas).

35.6e Existen razones para asimilar a esta pauta (alternancia entre dativos argumentales y complementos de origen y procedencia) los verbos que expresan demanda, mencionados en el § 35.5g. Por un lado, cabe pensar que estos verbos poseen argumentos que designan al destinatario de una acción. El pronombre le es, en efecto, el destinatario de la petición que se menciona en Le pidió un aumento de sueldo. Por otro, casi todos los verbos de este grupo alternan el complemento indirecto con un complemento de origen, como en reclamar algo {de ~ a} la justicia; solicitar algo {de ~ a} la dirección, o en los pares siguientes:

Andaba por toda la casa, como alma en pena, implorando de alguna de sus inquilinas un vil sobre para meter la carta (Cano Gaviria, Abismo); Oía la voz de la Francia, implorándole que tomara el trono (Ducoudray, Ojos); Mandy exigió de los presentes atención y silencio (Álvarez Gil, Naufragios); Decidió que no se les exigiera a los votantes la cédula de identidad (Hoy [Chile] 24/12/1984).

35.6f Como se ha explicado, en las construcciones pronominales que se describieron en los apartados precedentes, el dativo designa la persona que constituye el punto de origen de una acción o un movimiento. Si se comparan las construcciones formadas con dativos de procedencia o término con las que admiten las variantes transitivas de esos verbos, pueden obtenerse diferencias notables de significación. Así, en Se lo acercó, con dativo reflexivo, se habla de una acción en la que la persona o la cosa designada por lo es atraída hacia el sujeto, como se refleja en la variante Lo acercó hacia sí. En cambio, en Se le acercó se hace referencia al movimiento del sujeto hacia alguna otra persona o cosa, es decir, al proceso contrario al anterior. Esta diferencia de significados se obtiene de la estructura sintáctica. En efecto, la primera oración se forma con el verbo transitivo acercar (‘aproximar algo a alguien’) construido con un complemento indirecto de dirección o término: el pronombre reflexivo se. En el segundo caso, el verbo pronominal acercarse selecciona un complemento indirecto de dirección (le, variante átona de a él ~ a ella), de lo que se deduce que el significado de las dos oraciones será el opuesto. Se obtiene la misma diferencia al comparar separársela con separársele, arrimársela con arrimársele, etc.

35.6g Los dativos que expresan término y procedencia están más restringidos en el español europeo que en el americano en las construcciones de verbo pronominal. En el primero suelen construirse con sujetos de tercera persona (Se le enfrentó ~ Se enfrentó a ella; Se me escapó ~ Se escapó de mí ), pero en muchas variantes del segundo se admiten con igual normalidad las demás personas gramaticales. Ello da lugar a alternancias como Me le escapé ~ Me escapé de él; Me le solté ~ Me solté de ella; Te nos alejaste ~ Te alejaste de nosotros; Te les enfrentaste ~ Te enfrentaste a ellos; Me le acerqué ~ Me acerqué a ella, etc.:

¡Estoy segura que si reúnes coraje y te le enfrentas, te aumenta! (Wolff, Laura); Además, no tiene miedo de que me le escape: sabe que lo mejor que me podía haber ocurrido es estar preso (Chavarría, Rojo); Ella intentó agarrarme, pero me le solté y fue entonces cuando me arañó el pecho (Therán, Punta); Me le arrimé al prieto aquel de la nube en este ojo (Mojarro, Yo).

35.6h La noción opuesta a la de ‘presencia o manifestación’ (§ 35.6c) es la de ‘ocultamiento’. Los complementos de origen y procedencia aparecen también con estos predicados, y dan lugar a alternancias similares a las descritas en los apartados precedentes: Se le esconde ~ Se esconde de él; Se nos oculta ~ Se oculta de nosotros. Asimismo, muestran esta alternancia muchos de los verbos que denotan la acción de tomar algo de un lugar o de una persona apartándolo o separándolo de donde está, o bien anulando la relación de pertenencia característica de su situación anterior. Todos ellos se pueden construir con complementos indirectos (dativo privativo en algunas gramáticas tradicionales), y muchos —aunque no todos— dan lugar a alternancias con complementos de origen, como en arrancar del árbol una rama ~ arrancarle al árbol una rama. Pertenecen a ese grupo los verbos siguientes, entre otros:

amputar, arrancar, arrebatar, confiscar, cortar, detraer, estafar, extraer, hurtar, incautar, intervenir, quitar, retirar, robar, sacar, sonsacar, suprimir, sustraer, tomar.

Se ejemplifican a continuación algunos verbos de este grupo, construidos con complemento indirecto:

Me había extraído una muestra del hígado (Quintero, E., Danza); Ella le sustrajo las llaves a usted (Arlt, Juguete); A partir de ese fracaso, la clase media urbana le quitó el apoyo a Montenegro (Paz Soldán, Materia); En otra ocasión obligó a tragar los carozos de varios duraznos a un compañero que le hurtaba las frutas (Roa Bastos, Supremo); Rabiaron al ver que les quitábamos esas presas que ya creían suyas (Vargas Llosa, Guerra); Le habían dado un castillo que le confiscaron a un judío muy rico (Hoy [Chile] 3/11/1997); Yo creo, que en ese momento, Fuerzas Armadas le retiró el apoyo a Bucaram (Vistazo 6/11/1997).

35.6i Se han analizado de varias maneras los complementos indirectos de los verbos mencionados en el apartado anterior. Por un lado, estos complementos presentan las características propias de los dativos simpatéticos o posesivos. En efecto, en Le sustrajo las llaves se habla de ciertas llaves que pertenecen o pertenecían a la persona designada por el pronombre le. Por otro lado, muchos de estos predicados se construyen también, como se ha explicado, con complementos preposicionales de procedencia, especialmente si se forman con nombres de lugar, como en Robaron del parque un banco, o en A nadie le dije porque me hubieran quitado de allí (Salcedo, Viaje). Pero los complementos locativos de origen son también compatibles con los dativos simpatéticos. Así, las manos de las que se habla en Le arrebataban el libro de las manos son las del individuo al que se refiere el pronombre le. Se ha observado que esta estrecha relación entre los complementos indirectos de origen o procedencia y los dativos simpatéticos es más general, hasta el punto de que parece ser una consecuencia natural del hecho de que se separa o se aparta de algo o de alguien aquello que le pertenece. Los verbos intransitivos que denotan pérdida o alejamiento se asimilan al mismo paradigma, como en Al vehículo se le desprendieron las ruedas traseras (Salvador Hoy 6/1/1997), es decir ‘Se desprendieron de él’, o en Yo tenía una tristeza que se me salía por todos los poros (Rincón Gallardo, Amor), es decir, ‘Se salía de mí’.

35.6j Como se mostró en el apartado anterior, la variante con complementos locativos, en los contextos de alternancia descritos, es más propia de los nombres de lugar que de los de persona. Se extiende esta conclusión a los complementos de dirección y término que se examinaron en los apartados precedentes. De hecho, los pronombres dativos átonos son característicos de los complementos de persona, como en Se le abrazó, mientras que los grupos preposicionales de interpretación locativa pueden designar cosas con igual propiedad: Se abrazó a un árbol > Se abrazó a él. De forma análoga, cabría decir Se les opusieron o Se opusieron a ellos si se habla de policías, pero se suele preferir la segunda opción si se habla de criterios o de razonamientos.

35.6k Los verbos que expresan movimiento direccional (empujar, enviar, lanzar, etc.) seleccionan semánticamente complementos de término o de lugar de destino, por lo que participan en alternancias con adverbios, como en lanzárselo a él ~ lanzarlo allí. En general, los complementos indirectos no solo concurren con grupos preposicionales, sino también con adverbios locativos que designan ‘lugar adonde’ o ‘lugar en donde’. Al igual que en los apartados anteriores, el pronombre dativo suele preferirse con referentes de persona. Es posible, por ejemplo, arrojar basura a un cubo y también arrojársela a alguien. En el primer caso se diría arrojarla allí y en el segundo arrojársela. Se obtienen contrastes similares en enviar algo a alguien (> enviárselo) y en enviar algo a un lugar (> enviarlo allí), etc. Recuérdese el § 35.4f.

35.6l El tercer grupo del § 35.6a corresponde a los complementos indirectos que expresan ubicación. Estos complementos dan lugar a alternancias como Notamos algo raro en ella ~ Le notamos algo raro; Puse el mantel en la mesa ~ Le puse el mantel a la mesa. Los complementos indirectos que expresan ubicación presentan mayores dificultades que los de los grupos analizados en los apartados precedentes para aparecer en construcciones no dobladas. Contrastan, pues, Se (le) acercó a Ana (con doblado optativo) y Puse el mantel a la mesa, irregular por ausencia de doblado. Se ha observado, sin embargo, que son inestables los límites entre esta clase de complementos y los dativos simpatéticos: Le puse el babero al niño. Se retomará este vínculo en el § 35.7k. Los dativos que se interpretan como complementos de los adverbios de lugar (Va a la zaga de él ~ Le va a la zaga) expresan también ubicación. Se estudiaron en los § 35.3j-l.

 

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