Sintaxis

44 Oraciones subordinadas de relativo

44.8 El antecedente de las relativas

44.8a Se ha mostrado en las secciones anteriores que todas las relativas tienen antecedente, sea expreso o encubierto. El antecedente de las relativas especificativas puede ser un sustantivo o un grupo nominal, como se ha visto, pero también un sustantivo tácito en las construcciones de elipsis nominal (§ 44.1g), como en Subes, coges la fruta que te dé la gana, y la que no quieras, la tiras (Alonso Santos, Vis a vis). En el § 19.2j se explica que unos autores extienden estos sustantivos tácitos a las construcciones con demostrativos o cuantificadores (como en varias novelas negras y algunas Ø de ciencia ficción), mientras que otros prefieren prescindir de ellos y considerar pronombres en estos casos a los demostrativos y cuantificadores. Los dos análisis se extienden de forma natural a los grupos nominales que contienen relativas especificativas (se subrayan con trazo discontinuo los antecedentes de los relativos):

Hubo algunos que hasta aprendieron a leer (Cabal, Vade); […] luego de vencer el recelo que algunos de ellos sentían por sentarse en compañía de otros con los que llevaban años sin saludarse (Martínez, Vuelo); En la colección de dibujos de Ranz hay tres que juraría que son de Durero (Marías, J., Corazón).

Las subordinadas de relativo se asimilan igualmente a los demás modificadores en que no inciden sobre los cuantificadores apocopados. Sobre alternancias como {*cualquier ~ cualquiera} que haya oído eso o {*algún ~ alguno} que me esté escuchando, véanse los § 19.5h-l.

44.8b No es habitual en la tradición diferenciar el antecedente de las relativas especificativas del de las explicativas. Sin embargo, como se comprobó en el § 44.5i, hay motivos para pensar que no son idénticos. El principal argumento para diferenciarlos es el que se deduce del distinto comportamiento que manifiestan los determinantes y cuantificadores del grupo nominal en el que se incluye la relativa: mientras que las especificativas quedan bajo el ámbito de aquellos, las explicativas no se ven afectadas por tales unidades, que son las que otorgan capacidad referencial al grupo nominal. Cabe suponer, por tanto, que las relativas especificativas no modifican directamente a todo el grupo nominal precedente, sino tan solo al núcleo y a los posibles complementos especificativos situados entre este y la subordinada. Esta interpretación de las relaciones sintácticas permite distinguir la aportación que hace cada segmento al grupo nominal. Por ejemplo, cada elemento que interviene en la formación del grupo nominal complejo los cuatro estudiantes de filosofía que se examinan hoy se agrega en una operación de incidencia que tiene, a la vez, naturaleza sintáctica y semántica. Si se considera que estudiantes es el núcleo de este grupo nominal, los elementos que lo modifican progresivamente aportarán la información que se indica (se subraya la primera aparición de la relativa especificativa):

estudiantes: núcleo;

[estudiantes] de filosofía: complementación especificativa;

[estudiantes de filosofía] que se examinan hoy: complementación especificativa;

cuatro [estudiantes de filosofía que se examinan hoy]: cuantificación;

los [cuatro estudiantes de filosofía que se examinan hoy]: determinación.

44.8c Como se comprueba, la relativa especificativa del ejemplo propuesto en el apartado precedente se integra en el tercer paso como modificador de estudiantes de filosofía, es decir, como segundo complemento especificativo. Las unidades que establecen la extensión del grupo nominal se añaden posteriormente, por lo que toman bajo su ámbito al núcleo nominal y a todos sus complementos especificativos. El proceso es distinto en el caso de las relativas explicativas, ya que su naturaleza incidental provoca que su inserción en el grupo nominal se realice en una posición más periférica, como se ha indicado. La inserción tiene lugar cuando el grupo nominal ya ha incorporado sus determinantes y cuantificadores. El resultado es que tales unidades no incluyen la relativa dentro de su ámbito. Así pues, a la secuencia los cuatro estudiantes de filosofía, que se examinan hoy corresponden los pasos siguientes (se subraya la primera aparición de la relativa explicativa):

estudiantes: núcleo;

[estudiantes] de filosofía: complementación especificativa;

cuatro [estudiantes de filosofía]: cuantificación;

los [cuatro estudiantes de filosofía]: determinación;

[los cuatro estudiantes de filosofía], que se examinan hoy: complementación explicativa.

Tal como muestran estas series, la relativa se agrega ahora en el último estadio. Si se define el antecedente de una relativa como el segmento sobre el que esta ejerce su papel modificador, el distinto comportamiento de las dos modalidades de relativas se deduce directamente de la distinta naturaleza de sus respectivos antecedentes. El antecedente de las relativas especificativas se obtiene modificando una entidad con los elementos restrictivos que la caracterizan, mientras que el de las relativas explicativas se obtiene extensionalmente, es decir, agregando un complemento incidental a alguna expresión que ya ha adquirido su valor referencial. De estas diferencias en la determinación del antecedente se deducen también algunas limitaciones en la selección de los antecedentes posibles, como se verá en el apartado siguiente.

44.8d En los § 44.5k y ss. se vio que las relativas especificativas no tienen como antecedentes nombres propios ni pronombres personales porque estas son categorías que expresan directamente su valor extensional e incorporan léxicamente la noción de unicidad. Ello da lugar a contrastes del tipo de los ya examinados: *Luis que llamó ayer, frente a Luis, que llamó ayer44.5k). Tampoco las oraciones pueden servirles de antecedente, a diferencia de lo que sucede con las explicativas (§ 44.5o). Proporcionan un argumento adicional a favor de diferenciar los antecedentes de las dos clases de relativas construcciones como las siguientes, que conculcan aparentemente el llamado efecto de definitud15.6c y ss.):

Aquella misma noche, a las doce y media, sonó el teléfono que había en la mesilla de Philip Bourne (Schwartz, Conspiración); Verá —dijo Gregorio, con el sombrero entre las manos y la cabeza baja—, he entrado por el cartel que hay en la puerta (Landero, Juegos); Ninguno de los estudios que tenía le servía (Esquivel, Deseo).

Repárese en que el complemento de había, en el primer ejemplo, no es teléfono o el teléfono, sino que. Los grupos nominales subrayados contienen predicados existenciales o presentativos, pero, aunque el complemento directo de haber o tener no suele ser definido (§ 15.6c), lo es en los ejemplos que se acaban de presentar, que resultan naturales. Estos contrastes no se perciben como contradictorios, sin embargo, si se supone que el antecedente de las relativas especificativas no incluye el determinante. Como el de las relativas explicativas sí lo incorpora, se ven afectadas por dicha restricción, y el resultado es anómalo. No se diría, pues, en lugar del ejemplo de Schwartz citado, *Sonó el teléfono, que había en la mesilla de Philip Bourne. El problema desaparece en las relativas semilibres porque contienen su propio antecedente y pueden usarse como aposiciones: Sonó el teléfono, el que había en la mesilla de Philip Bourne.

44.8e También se deduce de la diferencia que existe entre sus antecedentes el comportamiento de las relativas en las construcciones que contienen posesivos. La combinación de las relativas especificativas con los posesivos átonos o prenominales resulta poco natural en la mayor parte de las áreas hispanohablantes (sus fotografías que conservo en un cajón), mientras que el posesivo posnominal se admite en ellas sin dificultad (las fotografías suyas que conservo en un cajón). Como se explicó en los § 18.3k y ss., en el español hablado en las áreas mexicana, centroamericana y andina se admiten, en cambio, grupos nominales como el citado sus fotografías que conservo en un cajón. En otras variedades del español americano (entre ellas, las que corresponden a ciertas zonas del Río de la Plata y Chile) estas construcciones son naturales en la lengua hablada si poseen valor contrastivo, como en Me habló mucho de su hijo que vive en Buenos Aires, pero no me dijo nada de su hijo que vive en Santiago. En todas las áreas hispanohablantes se aceptan relativas explicativas en grupos formados con posesivos prenominales o posnominales: {sus fotografías ~ las fotografías suyas}, que conservo en un cajón.

44.8f Algunas de las excepciones que se registran, fuera de las áreas lingüísticas mencionadas, son solo aparentes, puesto que contienen explicativas en las que el autor ha omitido la coma (acaso por razones rítmicas), como en Solo está mi madre que me observa y su piel que se evapora en el quehacer de los trastes (Urroz, Plegarias). Los ejemplos que siguen contienen relativas especificativas con posesivos posnominales que no podrían ser sustituidos por otros prenominales en la mayor parte de las áreas hispanohablantes (no en todas, como se ha advertido):

Yo me entretenía (olvidando de paso la historia que ella contaba o el cuento mío que debía hacer de contrapartida) (Cabrera Infante, Habana); […] la película suya que mejor canaliza esta nada común —por no decir descomunal— cualidad de su talento (País [Esp.] 20/9/1997); Pero son muchos los amigos suyos que están alejándose calladamente de su lado (Rumbo 15/9/1997); Mi aplomo de entonces […] no te encajará con la imagen mía que ahora te voy perfilando (Conget, Mujeres).

44.8g No existe una única explicación de la asimetría descrita entre los posesivos prenominales y los posnominales en relación con las relativas especificativas y explicativas. Como se señala en el § 18.2b, los posesivos prenominales cumplen simultáneamente dos funciones en los grupos nominales de los que forman parte: la de complementos del nombre (análogos a los que introduce la preposición de) y la de determinantes definidos. Los posesivos posnominales solo poseen, en cambio, el primero de estos dos valores. Tal como se indicó en los § 44.5e, f, el antecedente de las relativas especificativas incluye el sustantivo que encabeza el grupo nominal en el que se inserta la subordinada, además de todos sus complementos especificativos, pero no incluye los determinantes o los cuantificadores que inciden sobre aquel. Eso supone que el posesivo átono, que es un determinante definido, no debería contar como antecedente de las relativas especificativas. No obstante, en virtud de su naturaleza de complemento del nombre, esa misma unidad tiene que formar parte del antecedente, ya que expresa una relación posesiva con respecto al sustantivo que encabeza el grupo nominal antecedente. La anomalía que se detecta en muchas áreas hispanohablantes (su nueva película que estrenarán en marzo) podría atribuirse a tal contradicción. Como se ha precisado, los posesivos tónicos no son determinantes (la nueva película suya que estrenarán en marzo), ya que desempeñan únicamente la función de complementos especificativos del nombre. Resulta, pues, natural que no les afecte la restricción considerada. Por otra parte, la presencia de los posesivos átonos en las relativas explicativas (su nueva película, que estrenarán en marzo) no supone contradicción alguna, ya que estas incluyen en su antecedente los determinantes y cuantificadores del grupo nominal. Se obtiene la misma pauta en el ejemplo siguiente: No puedo compartir mi tiempo, que es el presente eterno de la obsesión (Peri Rossi, Solitario). En cualquier caso, esta posible explicación no tiene en cuenta las variedades del español en las que se aceptan posesivos prenominales en concurrencia con relativas especificativas. Como se observa en los § 18.3k y ss., la incompatibilidad no suele existir para los hablantes que aceptan posesivos duplicados o doblados (Su casa de mi papá), lo que lleva a pensar que interpretan como expletivo el posesivo prenominal. Pasa, pues, a ser inactivo a efectos semánticos.

44.8h Las relativas especificativas pueden aparecer como modificadores de sustantivos en el interior de un grupo nominal en aposición (sobre los tipos de aposición, véanse los § 12.13-15). Este grupo reproduce el contenido de algún elemento de la oración anterior:

Ambos se alegraron cuando se dio la orden de que Nelet marchase con la mitad de su regimiento a relevar la guarnición de Benifazá, lugar que también tenían toscamente fortificado (Galdós, Episodios).

El antecedente del relativo que es aquí el sustantivo lugar, que se interpreta a su vez como atributo de Benifazá. El mismo proceso tiene lugar en estos otros ejemplos:

Vestía un traje que había sido de mi padre y un sombrero de fieltro que le venía un par de tallas grande, problema que solventaba colocando bolas de papel de periódico bajo la copa (Ruiz Zafón, Sombra); Era no solo memorioso experto sino coleccionador voraz, debilidad por la cual había añadido a sus puntuales culpas el prurito adicional de haber sido él quien abrió a su tercera hija (Aguilar Camín, Error); Los whiskies superan generosamente a las horas. Hecho que mi cuerpo recibe con innegable alborozo y que mi alma condena culposa (Barnatán, Frente).

44.8i Todos los ejemplos citados en el apartado precedente contienen un grupo nominal situado en aposición. En el último, este grupo está separado del texto precedente por un punto, pero la yuxtaposición entre ambos segmentos no se diferencia de la que se reconoce en los ejemplos anteriores. El antecedente del relativo, marcado con subrayado discontinuo, remite en los últimos textos al contenido proposicional de la oración anterior o a una parte de él (aproximadamente, ‘el que el sombrero le viniera un par de tallas grande’ en la cita de Ruiz Zafón) y se interpreta como si fuera atributo suyo. En el primer ejemplo se indica, en efecto, que el venirle a alguien grande su sombrero era un problema; en el segundo se expresa que ser coleccionador voraz era una debilidad; en el último se obtiene una relación parecida. Las relativas poseen, por tanto, un antecedente atributivo, lo que da lugar al doble vínculo sintáctico que caracteriza esta construcción enfática: el relativo toma ese sustantivo como antecedente, y este, a su vez, entra en una relación predicativa con la oración anterior.

44.8j Los sustantivos que con mayor facilidad se adaptan a la construcción descrita son los que se predican de contenidos proposicionales, como actividad, idea, momento, y los citados hecho y problema, entre otros similares. Es muy frecuente el sustantivo cosa en esta pauta: Me convidaron a almorzar, cosa que acepté no sin cierta zozobra (Alberti, Arboleda). Los nombres subrayados con trazo discontinuo en el § 44.8h carecen de artículo. Esta es la opción más frecuente en la estructura descrita, pero se documenta asimismo de manera ocasional la variante con determinante indefinido: De momento, bastante tenía con contarlo y con la pavorosa carga que suponía la muerte del cura, un hecho que todo lo desgarraba (Ayerra, Lucha).

44.8k Se aceptan también variantes con relativas explicativas y con pronombres relativos en lugar de grupos nominales. Así, en el ejemplo de Rafael Alberti que se acaba de citar podría haberse dicho Me convidaron a almorzar, lo que acepté no sin cierta zozobra, donde el artículo lo toma su referencia del contenido de la oración precedente. El sustantivo que retoma en estos casos un contenido presentado antes permite predicar alguna propiedad de la información proposicional precedente, lo que no se consigue con la relativa explicativa. En una variante de estas construcciones, el antecedente del relativo reitera algún término de la oración anterior, hecho que acentúa el carácter enfático de la construcción:

A los otros, a la piña de los puros y primeros les avergüenzan ya un poco estas palabras. Palabras que en Arrese tenían un primer sentido servil y heril, y no el alto sentido que les diera D´Ors (Umbral, Leyenda).

Véase también, en relación con esta pauta, el § 12.15l.

44.8l Cuando el antecedente de una relativa explicativa es oracional (§ 44.5o), incorpora el contenido de la oración principal para convertirlo en argumento o adjunto de la subordinada. Los nexos que pueden introducir esta subclase de relativas son los pronombres lo cual y que —casi siempre precedido por el artículo neutro—, así como el adverbio relativo como:

Desde que la niña empezó a hablar y articular pensamientos, que fue mucho más pronto de lo que Jacinta recordaba en ninguna otra criatura, ambas compartían sus secretos (Ruiz Zafón, Sombra); Acto seguido la serpiente se enroscó en el cuerpo del hombre y comenzó a apretar con fuerza, a lo que el hombre replicó […] (Gamboa, Páginas); Le dije que no, pero que toleraba el saxofón, lo cual era cierto (Paz Soldán, Materia); Al quedarnos vacíos de música, Soledad acudió, como solía, al gramófono (Aldecoa, J., Mujeres).

Así, el antecedente de que en el primer ejemplo de este bloque es, aproximadamente, el momento en que la niña empezó a hablar y articular pensamientos, es decir, un segmento que no aparece expresado de esta forma en el texto precedente.

44.8m Si bien el antecedente se suele recuperar sin dificultad en la pauta que se analiza, pueden darse situaciones de ambigüedad. El antecedente de lo que en Varios huéspedes le habían confesado sentirse indispuestos y lo atribuían a la calidad de los alcoholes, lo que le pareció un detalle muy poco fino (Pitol, Vida) podría ser ‘que los huéspedes atribuyeran la indisposición a la calidad de los alcoholes’, pero también ‘que la calidad de los alcoholes fuera deficiente’, contenidos que no están literalmente expresados en el enunciado. Resulta polémico el análisis de como cuando equivale a tal como en los apéndices en los que se reproducen palabras de otros (§ 43.9 y 43.10): Era un asunto de su salud, como decía tu mamá (Aguilar Camín, Error). En este tipo de ejemplos puede entenderse que como encabeza una relativa adverbial explicativa cuyo antecedente es la oración anterior, o bien que el antecedente es el adverbio omitido tal, de forma que la oración con como sería una relativa libre. A favor de considerar que la relativa introducida por como es libre está el hecho de que en las construcciones que se mencionan se admite sin dificultad el cambio de orden: Como decía la coronela, era una reunión muy modernista (Baroja, Hierba). Por el contrario, una relativa explicativa no puede aparecer delante de su antecedente. Véase también sobre este punto el § 22.11.

44.8n En los casos mencionados en los apartados anteriores, la referencia del pronombre relativo suele incluir todos los componentes de la oración que funciona como antecedente de la relativa. En efecto, el antecedente de que en Le explicó todo detenidamente por teléfono, que es más de lo que él esperaba es toda la oración subrayada con trazo discontinuo. No obstante, pueden quedar fuera de la referencia del relativo algunos de los elementos que componen la oración precedente. Así, el antecedente de que en el texto que sigue no es sales corriendo, sino salir corriendo: Te toca en una rifa y sales corriendo, que fue lo que hizo Julita cuando se enteró (Díez, Expediente). La subordinada relativa prescinde, por tanto, del sujeto expresado en la principal, y la construcción se interpreta en relación con un sujeto distinto. Se aplica un proceso similar a estos ejemplos:

El bajo, aunque utiliza tumbaos propios de lo cubano, ensancha considerablemente su expresión con giros provenientes del jazz, lo que también ocurre con el piano (Orovio, Música); Por la alianza que llevaba en uno de sus dedos pudimos deducir que se había casado unos meses atrás (lo que también era mi caso) (Jiménez Diego, Memorias).

Así pues, el relativo complejo lo que de la primera oración toma como antecedente la expresión ensancha considerablemente su expresión con giros provenientes del jazz, es decir, el predicado de la oración precedente desprovisto de las referencias flexivas que corresponden al sujeto. Los complementos circunstanciales se ven afectados también por este proceso. En Esa novela fue la más vendida en 2006, lo que ocurre por segundo año consecutivo, el grupo preposicional en 2006 no se incluye en el contenido al que remite el relativo. Existen otros muchos casos similares.

44.8ñ El relativo lo que no suele alternar con que en las construcciones que se describen:

En primer lugar nadie me reconoció, lo que resultaba extraordinario (Bolaño, Pista); Pensó que se estaba enamorando, lo que le pareció una locura. Pero la proximidad del cuerpo de ella y el embrujo de sus aromas lo atraía de manera irresistible (Chao, Altos).

De manera análoga, sería posible sustituir lo que por que en el texto siguiente, pero el antecedente de resulta pasaría a ser la expresión nominal un ángulo de 90º: Si hay una pared lateral, basta controlar un ángulo de 90º, lo que resulta más cómodo y seguro (Araujo / Jiménez / Garitaonanindía, Proyecto). La necesidad de evitar la ambigüedad favorece la aparición de lo que en estas construcciones: Entre todos circulaba el teléfono de Villa Rosa, lo que fue haciendo menos necesaria la gestión del personal hotelero (Mutis, Maqroll). Así pues, si se omitiera lo en este ejemplo, se indicaría que el antecedente del relativo es el teléfono de Villa Rosa. En general, la presencia de una forma neutra en la subordinada refuerza la idea de que el antecedente tiene naturaleza oracional. Se admite, no obstante, el relativo que en algunas de estas construcciones, como se verá en el apartado siguiente.

44.8o Favorece la aparición del relativo simple que al frente de las relativas explicativas analizadas el hecho de que uno de los dos miembros de una relación atributiva —el que aparece en posición posverbal— esté a su vez introducido por el artículo neutro lo, como sucede en Al menos me lo disimula a mí, que es lo que importa (Vallejo-Nágera, Yo). En tales casos, se procura evitar la coincidencia en la misma oración de dos artículos neutros. Alternan, por tanto, lo que es peor y que es lo peor, pero la lengua tiende a rechazar la variante lo que es lo peor. Esta restricción afecta a la distribución entre que y lo que, pero no se aplica a lo cual, que puede concurrir con una forma neutra del artículo en el otro segmento de la relación atributiva:

La cultura […] siempre ha estado en manos del poder político, que la condiciona e incluso la orienta, lo cual es lo contrario a la verdadera creación artística (ABC Cultural 15/11/1991); La dejé o ella me dejó, lo cual es lo mismo (Borges, Libro); Si se nota que no todas las plantas están igualmente secas —lo cual es lo más común— se riegan primero las más secas (Tiscornia, Plantas).

Facilita también la presencia del relativo que en lugar de lo que o de lo cual la posibilidad de asignar una interpretación nominal implícita al antecedente del relativo. Así, el antecedente de que expresa cierto punto temporal en el primero de los ejemplos que siguen, cierta situación en el segundo y cierta drogodependencia en el tercero:

Verla y caerme a muerte, eso pasó todavía más ligero que cuando mi Julio me cayó bien, que fue poquito después (Quiñones, F., Hortensia); Quizás fuese mejor pensárselo un poco, y preparar nuestra salida para dentro de algún tiempo […], y no así de improviso, de un día para otro, que me parece poco serio (Sastre, Viaje); Me podía haber alcoholizado, o hecho cocainómana, que resulta más fino (Gala, Durmientes).

44.8p Los pronombres y los adverbios relativos que admiten un antecedente no expreso pueden dar lugar, en ciertos contextos, a ambigüedad entre una interpretación con antecedente explícito y otra con antecedente implícito. La entonación suele desambiguar, no obstante, esas construcciones. Así, en Vive en la capital, donde nacieron sus antepasados, la subordinada puede considerarse una explicativa cuyo antecedente explícito es la capital. Es posible, en consecuencia, sustituir el adverbio relativo por el grupo preposicional en la cual. Pero la oración anterior admite otra interpretación, en la que el adverbio relativo, en virtud de su propio contenido léxico, incorpora un antecedente implícito equivalente a ‘lugar’. En esta segunda opción, la oración equivale aproximadamente a Vive en la capital, en el mismo lugar donde nacieron sus antepasados. En este caso (interpretación de antecedente implícito), se obtiene una relativa libre. Nótese que el lugar denotado por el adverbio relativo podría no coincidir con el que corresponde a la capital y hacer referencia a cualquier otro (una casa, un barrio, etc.) situado en la ciudad indicada. También podría coincidir con la capital y expresar que fue en ese preciso lugar, y no en otro, donde vive la persona de la que se habla. Como en otros muchos casos, el contexto y la situación (además de la entonación) deshacen esta ambigüedad potencial.

44.8q Contribuyen asimismo a evitar la ambigüedad a la que se hace referencia ciertos factores gramaticales. La interpretación de antecedente implícito no se obtiene con las relativas explicativas, sino con las especificativas. Se puede denominar también yuxtapositiva, puesto que la relativa especificativa que encabeza donde se yuxtapone en el ejemplo propuesto al grupo preposicional en la capital. En esa segunda lectura el orden de los dos segmentos yuxtapuestos puede invertirse (Vive donde nacieron sus antepasados, en la capital) y, si se da el contexto apropiado, el subjuntivo puede aparecer en la relativa (Le gustaría vivir en la capital, donde no tuviera que perder mucho tiempo cada día en desplazamientos). Las condiciones para que se dé la ambigüedad son, pues, estrictas. El relativo ha de pertenecer a la clase de los que admiten antecedente implícito —no existe ambigüedad alguna, por tanto, en Vive en la capital, en la cual nacieron sus antepasados—, y la subordinada debe aparecer en un contexto en el que se pueda dar indistintamente la yuxtaposición (relativa libre) o la modificación explicativa (interpretación de antecedente explícito).

44.8r Influye también en la ambigüedad que se analiza el grado de compatibilidad léxica que debe existir entre el antecedente y el relativo (entre capital y donde en el ejemplo introducido). Si tal compatibilidad no se da, la única interpretación posible es la de yuxtaposición. Eso es lo que sucede en Firmó con pluma, como siempre le gustaba firmar. En este caso, el antecedente del relativo tiene que expresar ‘modo’ o ‘manera’. Como el sustantivo pluma no puede denotar por sí solo esta noción, la única interpretación viable en este caso es la yuxtapuesta: Firmó como siempre le gustaba firmar: con pluma. Los siguientes ejemplos cumplen los requisitos anteriormente señalados y dan lugar, por tanto, a la ambigüedad que se ha indicado:

Es cierto, yo las vi en aquella ocasión, cuando perdió el sentido como ahora (Fernández Santos, Extramuros); Ahora a los castizos se les encuentra en la periferia, donde me encontró a mí, que soy de Moratalaz (Lindo, Tinto); Eres un tarado, dijo, pero con suavidad, como se le habla al perro que vuelve de una ronda de febrero cubierto de costurones (Azúa, Diario).

44.8s Cuando se presentan varios sustantivos como posibles antecedentes de un relativo, la elección puede estar en función de factores gramaticales, pero también de criterios discursivos. Así, en las construcciones del tipo «sustantivo + de + sustantivo + relativo», el relativo puede, en principio, tomar como antecedente el primer sustantivo (o más exactamente el primer grupo nominal que con él se forma), o bien el segundo. La elección del antecedente apropiado puede depender de los rasgos de concordancia. Así, en el texto siguiente se descarta el sustantivo curso como antecedente de que por la presencia del predicativo relajada, que concuerda en género y número con conversación: En el curso de la conversación que siguió, ya más relajada, se fue confirmando que eran mujeres prácticas (Aira, Varamo). Los rasgos flexivos de los relativos también pueden bloquear la ambigüedad, como sucede en En medio del piso heptagonal erigimos un altar redondo cubierto con una placa de cobre en la cual grabé […] (Jodorowsky, Pájaro). El artículo femenino la pone aquí de manifiesto que se elige placa como antecedente, y no altar o cobre. La misma función puede ser desempeñada por la flexión verbal de la relativa. En la oración siguiente queda descartado número como antecedente de que: Solo he podido repasar un pequeño número de los documentos que se acumulan para mi estudio en estos días (Vallejo-Nágera, Yo).

44.8t La identificación del antecedente adecuado del relativo depende de criterios discursivos o pragmáticos cuando los demás factores no proporcionan una única respuesta. En cada uno de los ejemplos siguientes, aparecen con subrayado discontinuo los sustantivos o grupos nominales que podrían ser antecedentes de la relativa:

Tras la verja de la entrada que daba a la calle General Anaya, se distinguía una camioneta militar (Pérez-Reverte, Reina); Y ahora espera a Pepa, la hermana de la mujer que escribe su diario en un cuaderno azul (Chacón, Voz); Organon era una importante clínica ginecológica situada en la parte alta de la ciudad que todo el mundo conocía (Giménez Bartlett, Serpientes).

La puntuación no permite identificar el antecedente en los textos que se citan. El antecedente es muy a menudo el sustantivo (o el grupo nominal) más próximo al relativo, pero repárese en que, en el último ejemplo, la elección correcta corresponde al primero de los tres nombres que se marcan: clínica. En la elocución tampoco se suele establecer diferencia entre ambas interpretaciones, si bien cabe, en último extremo, el recurso de segmentar los grupos fónicos de manera distinta en una y otra lectura, de modo que, si el relativo va precedido inmediatamente de un límite de grupo Tras la verja de la entrada [que daba a la calle General Anaya…], se interpreta que el antecedente es el grupo nominal que forma el sustantivo no limítrofe. No obstante, puede no marcarse un grupo fónico justo antes de la subordinada. Cabe pensar que en el primer ejemplo de esta serie, el antecedente de que es entrada, pero la información necesaria para llegar a esa conclusión (aproximadamente, el hecho de que resulte más natural proporcionar la orientación de una entrada que la de una verja) no es, en sentido estricto, parte del conocimiento de la gramática. De manera análoga, para elegir como antecedente del relativo el segundo de los dos sustantivos destacados en el texto que se reproduce a continuación, es preciso tener en cuenta que resulta forzado leer una redacción, pero muy natural leer una noticia: Hay algo en la redacción de la noticia que Isabel lee, algo en el fraseo, que hace que perciba la llegada de esta mujer como un gran acontecimiento (Pombo, Ventana).

44.8u Los grupos nominales presentan con mucha frecuencia más de un modificador restrictivo (§ 12.10 y 12.16), como en la poesía francesa del siglo xvi. En esta secuencia, el adjetivo relacional francesa modifica al sustantivo poesía, y el grupo preposicional del siglo xvi modifica a su vez a la secuencia nominal formada por los dos elementos anteriores. El resultado puede esquematizarse mediante corchetes, como en la [[poesía francesa] del siglo xvi], o con otros recursos gráficos. Las oraciones de relativo especificativas pueden formar parte de grupos nominales con modificadores múltiples, siempre que aparezcan detrás de los que no tienen naturaleza oracional, como en: El archiduque […] dedica un silencioso adiós a un hermano decrépito al que quizá no vuelva a ver (Moix, A. M., Vals). En el caso de que haya otros modificadores restrictivos en el grupo nominal, el antecedente del relativo se obtiene sumando al nombre sus otros modificadores. Así, en el ejemplo que se acaba de citar, el antecedente de el que es hermano decrépito. El hecho de que la cláusula relativa constituya por sí misma un dominio oracional hace que se evite situar tras ella otros modificadores no oracionales del grupo nominal antecedente, ya que, en tal caso, tenderían a interpretarse como elementos de la relativa. Así pues, si se dijera un hermano al que quizá no vuelva a ver decrépito, a ese grupo nominal no se le asignaría el mismo significado que el correspondiente al ejemplo anterior. Se observa en el § 12.16d que intervienen factores fonológicos en estas alternancias.

44.8v Pueden concurrir varias oraciones de relativo en un mismo grupo nominal, especialmente cuando modifican a antecedentes distintos. Se da, en efecto, una relación de inclusión entre las relativas que se marcan entre corchetes en los ejemplos siguientes. Estas construcciones son gramaticales. El que resulten o no impecables desde el punto de vista estilístico depende en gran medida de la pericia del que las construye:

Misericordia fue lo único [que pidió el capitán del Ejército de Tierra [que actuó como abogado defensor]] (Chacón, Voz); En Caguas, un hombre [que persiguió ayer a un ladrón [que lo despojó de su cartera]] falleció aparentemente a causa de un infarto cardiaco (Nuevo Día [P. Rico] 14/11/2000); A continuación, Javier compuso un impecable apartado [en el que exhortaba a Max a poner fin a las inútiles querellas [que los habían separado en el último tiempo]] (Contreras, G., Nadador); Se lo habrá soplado a un paje, [quien se lo habrá suspirado a una menina, [que lo confesó a un fraile, [que lo insinuó a un obispo de esos [que tomaban tabaco por la nariz…]]]] (Mujica Lainez, Escarabajo).

En todos los ejemplos citados, la segunda subordinada es un componente de la primera, ya que modifica a algún elemento introducido por esta. Otras veces, no se da entre las relativas la relación de inclusión, ya que forman parte de grupos nominales o pronominales diferentes:

Las maquiladoras constituyen un mercado laboral más o menos cautivo en donde se da la circulación de la mano de obra de una empresa [que forma y paga poco] a otra [que acepta gente mejor formada y paga un poco más] (Mota / Cisneros, Educación).

44.8w Resulta poco frecuente la acumulación de relativas especificativas no coordinadas referidas a un mismo antecedente. La lengua tiende a rechazar secuencias como *el libro que leí que me encantó, pero los textos proporcionan ocasionalmente ejemplos que corresponden a esta pauta: Es lo único que he hecho en mi vida de lo cual no he de arrepentirme (Volpi, Klingsor). En este caso, la concurrencia de ambas cláusulas subordinadas se ve favorecida por la naturaleza superlativa del adjetivo único, que permite interpretar la primera relativa como coda de la construcción (§ 45.13f). Por su parte, el valor de la segunda relativa es el de fijar la propiedad que se predica en grado extremo modificando especificativamente al superlativo. La paráfrasis De lo que he hecho en mi vida, esto es lo único de lo que no he de arrepentirme refleja la relación entre ambos elementos, representados en la primera oración por sendas relativas.

 

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