Sintaxis

47 Construcciones condicionales y concesivas

47.9 Posición de la prótasis y la apódosis en los períodos condicionales

47.9a El orden de las oraciones en el período hipotético está determinado en unos casos por factores discursivos y, en otros, por principios de naturaleza gramatical. Se usará el esquema «prótasis–apódosis» para designar los períodos condicionales en los que la prótasis precede a la apódosis, y el esquema «apódosis–prótasis», para hacer referencia a los períodos que muestran el orden contrario.

47.9b Existe una tendencia general a presentar como temática40.1d) la información que corresponde a la prótasis en el orden «prótasis–apódosis», y como remática la que muestra el orden inverso. Al comparar los períodos Si quiere ingresar este año, debe presentar la documentación y Debe presentar la documentación si quiere ingresar este año, se observa que, en el primero, la prótasis presenta cierta información que se supone ya introducida en el discurso, o al menos presente de manera implícita en la conciencia del interlocutor. Sería, por tanto, natural el diálogo siguiente:

¿Qué tengo que hacer para ingresar este año?

Si quiere ingresar este año, debe presentar la documentación.

Como se comprueba, la posición inicial de la prótasis es un recurso cohesivo que refuerza su vinculación con el contexto previo. En cambio, si el diálogo fuera este otro:

¿En qué caso debo presentar la documentación?

Debe presentar la documentación si quiere ingresar este año,

la prótasis ocuparía la posición focal, puesto que la información que contiene responde a la pregunta formulada. Si bien el orden entre prótasis y apódosis es relativamente variable cuando se consideran las oraciones aisladas, la progresión informativa impone a menudo restricciones posicionales severas en el contexto discursivo.

47.9c El que la posición temática de las prótasis resulte estadísticamente más frecuente que la remática no es arbitrario si se tiene en cuenta el papel semántico y pragmático de las condicionales como marco discursivo, punto de partida y operador que suspende o altera la referencia del contenido expresado en la apódosis (recuérdense los § 47.1 y 47.7). De hecho, la etimología misma del término prótasis asocia la subordinada condicional a la primera posición del período oracional. En general, la suposición que el hablante propone a su interlocutor es, en principio, previa a la posterior aceptación de la apódosis. Esta puede designar el efecto producido por alguna causa, la conclusión que se deriva de una premisa o el acto de habla que el hablante pretende llevar a cabo en ciertas condiciones. Las prótasis iniciales funcionan también como marcadores de la organización del discurso. Así, las prótasis antepuestas del siguiente texto presentan opciones de las que el que habla va extrayendo las respectivas consecuencias en las apódosis pospuestas:

Si saco la oposición, me dedicaré al desempeño del cargo. Si no la saco, entonces buscaré un empleo; en principio, si puedo lograr uno que me guste, pues, una doble satisfacción; si no, un empleo que me solucione, porque ya estoy en edad y en disposición de buscar soluciones (CREA oral, España).

En todos estos casos, el orden «prótasis–apódosis» es relativamente fijo en cuanto que refleja la secuencia natural de los miembros de un proceso argumentativo.

47.9d El orden fijo, sea «apódosis–prótasis» o «prótasis–apódosis», es característico de muchos períodos pseudocondicionales, como los que se analizaron en el § 47.6, así como de muchas de las condicionales que aparecen en contextos enfáticos, como las que se estudiaron en el § 47.5. El orden «apódosis–prótasis» del período condicional se suele usar para reforzar el hecho de que la prótasis se interpreta como condición necesaria para el cumplimiento del estado de cosas denotado por la apódosis. Las prótasis de carácter remático suelen restringir o acotar el significado de la oración principal. Así, los enunciados que designan una acción prospectiva —una amenaza, una promesa u otro hecho orientado hacia el futuro— se construyen con complementos que admiten oraciones condicionales en secuencias como las siguientes:

Lo amenazaron con prohibirle la entrada si no dejaba de fumar; Le prometió acompañarla a la fiesta si accedía a su pedido; Le advirtió que se resbalaría si no sujetaba la escalera.

En todos estos casos, la prótasis pospuesta aporta información relevante para el cumplimiento de la acción descrita en la subordinada sustantiva (sea de infinitivo o de verbo conjugado). Por ejemplo, la condición de dejar de fumar es un requisito para poder entrar (y no para que se produzca la amenaza), al igual que el sujetar la escalera es una condición necesaria para no resbalarse, no para que se produzca la advertencia.

47.9e Las prótasis integradas en la misma curva tonal de un enunciado interrogativo o imperativo aparecen por lo general pospuestas, como en Cierre la puerta si tiene frío; ¿Qué dirá tu mujer si se entera?; Venga mañana si quiere que el doctor lo revise, o en Espera, pues, y escucha mis cuidados; / pero ¿cómo te digo que me esperes, / si estás para esperar los pies clavados? (Lope Vega, Rimas sacras). Muestran, en cambio, mayor libertad posicional las prótasis que forman una unidad prosódica independiente, separadas de la apódosis por una pausa. Antepuestas, estas prótasis se interpretan por lo general como justificación del acto verbal:

Si me hace el favor, cierre la puerta; Si no me equivoco, ¿no es usted el hermano de mi amigo?; Si puede saberse, ¿qué dijo tu marido?; Si lo habían invitado, ¿por qué no asistió a la fiesta?; Si tan buena memoria tienes, ¿cómo se llamaba ese profesor?

La misma función cumplen las prótasis pospuestas, precedidas o no por una pausa, que suelen interpretarse como comentarios periféricos. Estas oraciones se caracterizan por una entonación interrogativa sin anticadencia, así como por una inflexión tonal descendente a partir de la última sílaba acentuada:

¿Qué dijo tu marido, si puede saberse?; ¿Por qué no asistió a la fiesta, si lo habían invitado?; ¿Cómo se llamaba ese profesor, si tan buena memoria tienes?

47.9f El orden entre las oraciones del período condicional tiene otras consecuencias semánticas. Una de ellas es la forma en que se interpreta el sujeto tácito del verbo de la prótasis o la apódosis. En el orden «prótasis–apódosis», el sujeto expreso de la prótasis suele determinar la referencia del sujeto tácito de la apódosis (Si Carlos perdió el tren, no llegará a tiempo). A la inversa, la referencia del sujeto tácito de la prótasis en el orden «prótasis–apódosis» se obtiene muy a menudo catafóricamente (§ 16.6) a partir del sujeto expreso de la apódosis, como en Si perdió el tren, Carlos no llegará a tiempo. En el orden «apódosis–prótasis», el sujeto expreso de la apódosis puede determinar el sujeto tácito de la prótasis (Carlos no llegará a tiempo, si perdió el tren), pero no se obtiene fácilmente la situación contraria a esta. Se entiende que se habla, por tanto, de dos personas distintas en la oración No llegará a tiempo si Carlos perdió el tren.

47.9g Los contrastes precedentes, similares a otros que se analizan en los § 33.4 y 33.5, están relacionados con la dificultad que existe para que una expresión referencial nominal o pronominal situada en un segmento remático identifique un sujeto tácito situado en un contexto temático. Estos contrastes dependen en gran medida del discurso previo, en particular de que se haya introducido o no un referente nominal adecuado antes del período condicional. Así, para saber si Luis proporciona o no la re— ferencia del sujeto de tiene en Si tiene tiempo, Luis lo invitará a cenar es imprescindible saber si en el discurso precedente se habla de Luis o bien del individuo que constituye el referente de lo. Se examinan otros aspectos similares de las relaciones catafóricas en el § 16.6.

47.9h Suele ser fijo el orden de prótasis y apódosis en las condicionales que en el § 47.5b se llamaron retomadas. En general, cuando la prótasis contiene algún elemento que remite al discurso previo, aparece antepuesta a la apódosis, como se ilustra en los siguientes ejemplos:

¿Yo podría jurar que sus palabras fueron una idea excelente? Y si lo fueron, ¿no las habrá dicho con intención irónica? (Bioy Casares, Historias); No creo que este encuentro inesperado altere en nada nuestros planes. Pero si lo creéis así, me voy por donde he venido y os dejo otra vez a la buena de Dios (Fernán Gómez, Coartada); Se daba por supuesto, efectivamente, que ninguna mujer podía acariciar sueño más hermoso que el de la sumisión a un hombre, y que si decía lo contrario, estaba mintiendo (Martín Gaite, Usos).

47.9i Otro factor que impide la movilidad de los miembros del período condicional y determina la opción «prótasis–apódosis» es la correlación léxica entre el subordinante si y las partículas entonces, pues o su combinación pues entonces. Este orden es fijo, tanto si entonces es un adverbio anafórico que tiene por antecedente un complemento adverbial temporal, como ocurre en el primero de los textos siguientes, como si remite a la prótasis en su conjunto, como sucede en el segundo:

No sabíamos si irritarnos o sonreír, pero si en alguna ocasión le mostrábamos nuestro malestar, entonces Fulvio le daba un tono más serio y respetuoso a la página de Fogazzaro (Colinas, Carta); Si no hay arreglo, entonces los someteremos a la justicia (Dedom 2/11/1996).

En este último texto, entonces equivale a la expresión adverbial en tal caso. Esta estructura correlativa es propia sobre todo de las condicionales epistémicas (§ 47.4b), en las que el adverbio anafórico entonces marca la apódosis como conclusión de una inferencia o como resultado de un proceso causal que se presenta en forma de conjetura: Si el lenguaje se concibe como un constructo, entonces no debe estar en ninguna parte porque solo los entes materiales están localizados (Bunge, Lingüística).

47.9j También se elige el orden «prótasis–apódosis» cuando el adverbio pues encabeza la apódosis. Los límites entre el uso de esta partícula como adverbio y como conjunción ilativa son poco nítidos, como se explica en los § 46.6m, q y 46.12m y ss. La presencia de pues ante la apódosis sugiere que el contenido de esta se deduce del de la prótasis. Se transmiten en estas construcciones significados que van desde la aceptación de lo inevitable a la manifestación de mayor contundencia en lo que se afirma o se pide. Este uso de pues es propio del registro conversacional, como en Si no estás de acuerdo, pues te vas y aquí no ha pasado nada. He aquí otros ejemplos de esta pauta:

Todos queremos que la nietecita querida llegue a ser una gran virtuosa de la música. Si no es con el piano, pues que sea con el redoblante o con la guitarra o con el acordeón o con el violín (Piñera, Niñita); Si no les parece, pues no se presenten y ya (Salcedo, Viaje); Si no queréis casaros por la Iglesia, pues os casáis por lo civil (Alonso Santos, Moro); Si se daña pues que se dañe (Gamboa, Páginas); Y si se quedan aquí, pues también les va bien (Vergés, Cenizas); Si miro mejor, pues igual adivino lo que escondía detrás de toda aquella cohorte de símbolos (Sánchez-Ostiz, Infierno); Si viene alguien y se molesta pues lo siento (Muñoz Molina, Sefarad).

47.9k La prótasis precede asimismo a la apódosis en un gran número de estructuras correlativas, como las formadas por si el uno…, el otro… o mediante expresiones adverbiales como así, de la misma forma y otras similares:

Si el uno la atormentaba con sus celos, incluso retrospectivos, el otro la decepcionó —y terminó traicionándola— con una crisis económico-social que empezó insidiosamente (Larreta, Volavérunt); Si tú crees que de algo sirve un deslinde, así se hará (Ibargüengoitia, Crímenes); Si tú te dejas influir por tu mellizo, de la misma forma te vas a dejar influir por otros niños que tienen una personalidad más fuerte (Esgueva/Cantarero, Habla).

47.9l Tienden a ir pospuestas («apódosis–prótasis») las prótasis condicionales focalizadas, como las encabezadas por sobre todo, al menos, salvo o excepto. Se forman así períodos como los siguientes:

A veces me aburro, sobre todo si la película es muy larga; No está dispuesta a renunciar, al menos si no le pagan la indemnización; Me acompañará mi hija, salvo (o excepto) si surge algún problema.

Algunas de estas prótasis se anteponen a veces por razones enfáticas, especialmente las que encabezan los adverbios solo (Solo si se lo pidiera el Presidente estaría dispuesto a renunciar) y aun (Aun si le pagan la indemnización está dispuesta a irse), pero es más frecuente encontrarlas pospuestas. Suelen posponerse también las prótasis formadas por subordinantes complejos como a menos que, a condición de (que), siempre y cuando y otros similares:

Me acompañará mi hija, a menos que surja algún problema en el trabajo; Solo le di mi aprobación a condición de que no dejara la universidad.

47.9m Mientras que las subordinadas introducidas por si pueden preceder o seguir a la apódosis, el orden de las que comienzan con otras conjunciones o locuciones es normalmente fijo. Así, las prótasis introducidas por como, mientras o de47.10) se suelen ubicar en la posición inicial y se interpretan como información temática, en concreto como tópicos oracionales (§ 40.2):

Como no planteen otra salida, el conflicto seguirá siendo irresoluble; Mientras siga tan interesado en sus estudios, no conviene siquiera mencionar esa cuestión; De haberlo sabido, te habríamos avisado.

En todos estos casos es posible, no obstante, el orden inverso:

Deseamos el mayor bien posible para la patria: mientras sea compatible con nuestro bienestar personal (Fuentes, Artemio); De ninguna manera estaba dispuesta a recibirlos como no viniera él (Martín Gaite, Nubosidad); Ambos jugadores deberían concentrarse, de ser convocados el jueves 22 (Universal [Ven.] 21/4/1993).

Suelen ser asimismo iniciales las construcciones condicionales que no son introducidas por partículas subordinantes, sino por cláusulas absolutas de participio (Planteada la cuestión de esta manera, ya no resulta tan ardua; Bien vestida, parecería más joven; § 38.12e) o de gerundio (Estudiando diez horas diarias, aprobarás; § 27.5n y ss.), o por grupos preposicionales que se les asimilan (§ 47.11f y ss.), como en Con todas las ventanas cerradas, te vas a asfixiar.

47.9n Las prótasis intercaladas forman un inciso que interrumpe la apódosis, como en Me cuidaré bien, si nos salvamos, de volver a viajar con esta línea aérea. Estas oraciones pueden considerarse un subtipo de las que se describieron en el § 47.9e, en cuanto que introducen comentarios, sean metalingüísticos o no, a lo que se establece en la apódosis, o al menos en el primer fragmento de ella, como en El problema, si estamos de verdad ante un problema, no se resuelve con discursos, en Puedo ir a buscar ropa, si te hace falta, este fin de semana, o en estos otros ejemplos:

Y ve a la manifestación, si te atreves, a dar la cara por ella y por todos (Buero, Caimán); El incauto —si en un incauto puede admitirse un minuto de lucidez— observa con terror que ha llevado las cosas mucho más lejos (Arlt, Jorobadito); Solo puedo deciros, si esto os sirve de orientación, que cuando vine hacia acá, Monseñor Riario conversaba con Lorenzo (Fernán Gómez, Coartada); El único vicio de Juan Bou, si vicio puede llamarse, era la Lotería (Galdós, Desheredada).

Las prótasis condicionales formadas con si es que… pueden también quedar intercaladas: Pensaba en cuál habría de ser su destino, si es que alguno le aguardaba, en esa batalla. Como se ve, la prótasis intercalada cancela aquí la suposición de existencia que el grupo nominal su destino conlleva.

47.9ñ Las prótasis intercaladas interrumpen el grupo verbal, como en la mayor parte de los ejemplos considerados en el apartado anterior, pero también las secuencias «sujeto–predicado» o «tema–rema». Las que interrumpen el grupo verbal pueden insertarse entre el verbo y su complemento, como en Crea, si quiere, que estoy loco, pero también pueden aparecer entre los complementos si el verbo posee más de uno, como en Le daba a su madre, si podía, lo que le quedaba a final de cada mes. Las que se sitúan tras el sujeto de la apódosis suelen introducir algún comentario en el que se atenúa, se relativiza o se pone en tela de juicio la información presentada, como en el ejemplo de Pérez Galdós que se cita en el apartado precedente, de naturaleza metalingüística. Otras veces añaden alguna restricción que solo puede entenderse al considerar la apódosis en su conjunto, como en estos ejemplos:

El camisón, si se dormía en el mismo cuarto con una hermana o con una amiga, se metía por la cabeza (Martín Gaite, Usos); Una gramática, si es adecuada, cubre o subsume toda oración posible de la lengua respectiva (Bunge, Lingüística).

Como se ha señalado, la prótasis intercalada puede segmentar una estructura «tema–rema» que no coincida necesariamente con la partición «sujeto–predicado», como en A Paco, si él se empeña, no se le resiste ningún crucigrama.

47.9o En la lengua conversacional se repite a veces la conjunción que delante y detrás de las prótasis intercaladas entre un verbo y su complemento oracional: Sus padres le habían dicho que si aprobaba el curso, que vendría a España con los abuelos (Esgueva/Cantarero, Habla). Esta construcción no es propia de los registros más cuidados. Como se observó en el § 43.3r, aparece en los primeros textos escritos en español y ha permanecido en la lengua oral:

Dize que si lo viese, que él lo conoscería (Cifar); Arrimado se ha a una haya / maldiziendo a Mudarrillo / hijo de la renegada / que si a manos le viniesse / que le sacaria el alma (Silva romances); Le dije a mi marido que si no le gustaban los deportes que le dejara en paz (Ortiz, L., Luz).

Información adicional

En relación con este capítulo, la siguiente entrada del Glosario de términos gramaticales podría ser de su interés:
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Nueva gramática de la lengua española
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