Sintaxis

47 Construcciones condicionales y concesivas

47.14 Construcciones preposicionales de sentido concesivo (I). Locuciones preposicionales. Relaciones y límites con otras locuciones

47.14a Las expresiones en las que aunque no introduce oraciones, descritas en los § 47.12i y ss., no se equiparan a los grupos preposicionales. Así, la conjunción aunque en construcciones absolutas, como Aunque amigo suyo desde hace años... no se asimila sintácticamente a una preposición. Recuérdese que salvo no es tampoco preposición en construcciones como salvo por las tardes, según se explica en los § 31.12e y ss. Existen, sin embargo, grupos preposicionales de sentido concesivo. Unos están encabezados por preposiciones y otros por locuciones prepositivas, como se verá en esta sección.

47.14b Se forman locuciones prepositivas de sentido concesivo con los sustantivos pesar y despecho. Ninguno de los dos suele aceptar adjetivos, pero ambos dan lugar a grupos preposicionales en cuyo término se admiten grupos nominales (a pesar de los problemas) y también oraciones sustantivas, con verbo en forma personal (a pesar de que había problemas) o de infinitivo (a pesar de haber problemas). He aquí otros ejemplos de esta pauta:

Miles de personas, a pesar de las derrotas y los fracasos, continúan manifestándose, llenando las plazas (Sábato, Fin); A despecho de su sincera aflicción, o alimentado por ella, Lorencito sentía una envolvente dulzura que era aún más poderosa (Muñoz Molina, Misterios); A pesar de que el temor al dolor pesaba más que nunca —un temor inexplicable, absurdo, que quién sabe de dónde venía y hacia dónde se dirigía—, se levantó con seguridad (Azuela, A., Casa); Se casó con él a despecho de la familia (García Márquez, Amor); Alguien aseguraba que, en lo profundo, aquellos amarillos y desgalichados gemelos, a despecho de obsequiarse de continuo uno a otro con los vaticinios más sombríos […] se amaban (Matute, Gudú).

47.14c Aunque algunos autores incluyen el sustantivo riesgo en este paradigma, los usos concesivos a los que da lugar pueden estar inducidos por el adverbio aun, con el que habitualmente se construye. A riesgo de admite términos nominales y oracionales, como otras locuciones prepositivas:

Aun a riesgo de su salud física y de la estabilidad familiar, el suscrito decidió igualmente probar en su persona algunas de las recetas (Vargas Llosa, Pantaleón); Me fugaría con el portero mismo, aun a riesgo de que ya no hubiera nadie que pusiese el ascensor (Jardiel, Exceso); […] a riesgo de ser condenado por receta, se cerró aún más a la banda (Moreno-Durán, Diana); A falta de otro [método] mejor, y aun a riesgo de aburrir, emplearé uno ya utilizado anteriormente (Walsh, Operación).

47.14d Al mismo esquema pertenece la locución adverbial a sabiendas, que admite complementos con de, sean nominales (a sabiendas de su intención) u oracionales (a sabiendas de que estaba exponiendo su vida). Esta locución forma grupos sintácticos que se construyen muy frecuentemente con los adverbios incluso, ni siquiera y, sobre todo, aun:

Me contó que estaba ahorrando para viajar a Europa, que soñaba una vida mejor… Un sueño del que no le disuadí, aun a sabiendas de que ninguna ciudad europea le iba a ofrecer la oportunidad de labrarse un futuro (Nasarre, País); Aun a sabiendas de que tales eran las costumbres a bordo, […] (Vázquez-Figueroa, Bora Bora); Aun a sabiendas de la posición municipal, es previsible que se plantee a los socios este proyecto (Mundo [Esp.] 17/10/1994),

pero también sin ellos, sin que se perciban más diferencias significativas que el mayor énfasis de los primeros:

Se preparó para una compasión que quizá sólo traicionó una vez en su vida, cuando reclamó el cuerpo del gringo viejo a sabiendas de las consecuencias (Fuentes, Gringo); ¿Lo hizo a sabiendas de la humillación que pasaría? (Vargas Llosa, Fiesta); Pedí una sopa a sabiendas de que mi estómago no aguantaría ningún otro plato (Montero, M., Capitán); Tendrá que ser de madera, señor —interpuso el capataz, a sabiendas de que Jasón desaprobaría la elección (Herrasti, Filósofo).

Las subordinadas de infinitivo son algo menos frecuentes en esta pauta, pero también se documentan:

No nos hablamos ni aun a sabiendas de hallarnos uno junto al otro (Somers, Retrato); […] aun a sabiendas de obtener el perdón de Aquel que tanto nos ama (Gironella, Jerusalén); A Indalecio le gustaba explayarse en casa ante Isabel —incluso a sabiendas de aburrirla un poco— acerca del Banco Comercial Español (Pombo, Ventana).

47.14e El significado concesivo de a sabiendas y la existencia de gerundios de interpretación concesiva (§ 27.5g y ss.) puede dar lugar a que a sabiendas y sabiendo puedan alternar en algunos contextos:

Al pedirle sus razones a sabiendas de que no respondería nunca, le traté siempre de vuecencia, como si le dirigiera una instancia (Rojas, C., Hidalgo); Miró al techo, sin prisa para contestar, a sabiendas de que le sobraba tiempo y razones para responderle (Benet, Saúl).

Se recomienda evitar el empleo de a sabiendas como equivalente del gerundio de saber cuando este último no adquiere interpretación concesiva, como en Me quedo más tranquilo a sabiendas de (por sabiendo) que está tan bien atendida.

47.14f Se ha negado que a pesar de sea locución preposicional porque existe la variante a su pesar. No obstante, el posesivo su no resulta adecuado en ella para sustituir el término de la locución. Así, a pesar de su buena intención no es sustituible por la variante a su pesar. La expresión a {mi ~ tu ~ su…} pesar hace las veces de locución adverbial con el sentido de ‘contra {mi ~ tu ~ su…} voluntad’: Todos, aun a su pesar, tendrían que haberme dado la enhorabuena (Gala, Pasión). La antigua locución adverbial a todo su pesar poseía este significado: Casarié con Olimpias a todo su pesar (Alexandre).

47.14g El sentido concesivo de a pesar de está relacionado con el hecho de que el sustantivo pesar denote un sentimiento negativo. En la prótasis de sentido concesivo se expresa la voluntad no cumplida de alguien en relación con algún suceso, y a partir de esa significación se obtienen otras más generales —no ligadas ya directamente a actitudes o sentimientos— en las que se manifiesta la oposición entre dos proposiciones: No ha llovido, a pesar de que el cielo estaba nublado. Aparece ocasionalmente en los textos a pesar que por a pesar de que. Se trata de un caso de queísmo que no se recomienda:

Y esto ocurre a pesar que Bolivia es uno de los países que mejor cumplió los compromisos asumidos en la IV Conferencia de la Mujer en Beijing (Tiempos 18/9/2000); Esta disminución se observó a pesar que los niveles de vitamina C en la dieta fueron similares a la de los otros niños (Hoy Digital 29/3/2004).

47.14h La locución pese a se forma sobre el presente de subjuntivo del verbo pesar empleado en oraciones no subordinadas. Este uso del subjuntivo (correspondiente al llamado yusivo) se analiza en los § 42.4e y ss. No se diferencian a pesar de y pese a en su significado, pero sí en el registro lingüístico al que pertenecen, que es ligeramente más elevado en el caso de pese a:

Pese a la autoridad de quien la ordenó —el obispo Ireneo—, esa eternidad coercitiva fue mucho más que un vano paramento sacerdotal o un lujo eclesiástico (Borges, Historia); De todas estas versiones, nuestra favorita es la de Cukor de 1954 […], pese a reconocer grandes valores en la versión de Wellman de 1937 (López Navarro, Clásicos); Seguía igual de oscuro, pese a que pronto serían las seis (Vargas Llosa, Fiesta); Sus pisadas parecían resonar en el suelo, pese a que estaba recubierto de alfombras (García Sánchez, Historia).

47.14i La locución conjuntiva de sentido concesivo con todo (y) que, que conoció el español antiguo, se emplea todavía en muchos países americanos (con excepciones, como en el área andina). Se documenta también esporádicamente en el europeo. La variante con y es más frecuente en los textos que la variante sin la conjunción. Una y otra son características de la lengua popular, como en Lo que es yo, por mi parte, suelo aburrirme muchas veces, con todo y que vivo en Madrid (Sánchez Ferlosio, Jarama). No obstante, se registran también en ocasiones en otro tipo de textos. Se ejemplifica a continuación la variante con y:

No olvidaré nunca que esta pieza huele a desperdicios, a baúles amontonados, con todo y que solo he visto un baúl en el que podríamos escondernos Abraham y yo (García Márquez, Hojarasca); Ellos eran allí los dueños de la tierra y de las casas que estaban encima de la tierra, con todo y que, cuando el reparto, la mayor parte de la Cuesta de las Comadres nos había tocado por igual a los sesenta que allí vivíamos (Rulfo, Llano); Si algo le pudiéramos sacar, lo haríamos, con todo y que sabemos que es más pobre que un policía (Asturias, París).

La variante sin la conjunción se ilustra en estos otros:

El topo, con todo que es un ciego, / confesó que el capullo era un milagro (Iriarte, Fábulas); Por poco me endureció / con todo que para el frío / presumo de aguantador (Ascasubi, Paulino); Sabe valorar sus poquísimos recursos que son el turismo, los bancos, los quesos, los relojes y, con todo que no produzcan cacao y tengan que comprarlo, el chocolate (Tiempos 8/4/1997); En cambio vos no le hiciste nada, con todo que te acusó a la policía de que le sacaste diez mil pesos … (Casaccia, Babosa).

47.14j La variante con conjunción copulativa es la única posible en la construcción «con todo y + infinitivo», que equivale aproximadamente a «a pesar de + infinitivo» o «aun + gerundio». Al igual que en las construcciones con verbo finito, se usa más hoy en día en el español americano que en el europeo, pero se conoce en ambos. Los infinitivos que aparecen en esta construcción expresan siempre estados, sean transitorios o no:

Usted no dio en el blanco, con todo y ser muy buen tirador (Gallegos, Bárbara); ¿No vale más que todos los nuestros juntos el zapatero teósofo Jacobo Boehme, con todo y haber nacido en la Alemania protestante? (Menéndez Pelayo, Heterodoxos); Quiero, sin embargo, decir que Turín, con todo y ser una de las más antiguas ciudades italianas, se conserva joven, vive el siglo (Asturias, París); De ser así, lo deseo fervientemente, con todo y padecer los vicios de un partido construido en muchos lados clientelarmente […] (Proceso [Méx.] 21/7/1996); Te miro subir cadenciosamente y se me antoja graciosa coincidencia la de hoy, con todo y habernos preparado para esto (Montaño, Cenizas).

47.14k La fórmula con todo y con eso remite anafóricamente a un antecedente oracional y lo convierte en prótasis concesiva. Admite las variantes con todo y eso, con eso y todo, con todo y con esto, y con todo y con ello. Todas ellas equivalen a a pesar de más los pronombres mencionados. Son frecuentes en el diálogo y en los textos de carácter poco formal, pero se registran también en otros:

Le incomodó su voz cavernosa, rota, asmática y sus frecuentes ataques de tos […]. Con todo y con esto, al cabo de media hora habían congeniado muy bien (Luca Tena, Renglones); Por mi novela no me dieron lo que por la última que ha escrito el autor de Nuestra Señora; pero, con todo y con eso, reuní lo suficiente para comenzar mi plan de campaña (Bécquer, Narraciones); Había un anticipo cada quince días, y con todo y con eso se adeudaban al médico dos trimestres (Pereda, Tipos).

47.14l Refuerza el sentido concesivo de los grupos preposicionales introducidos por la preposición con la expresión posnominal y todo (Con esos problemas y todo, salió adelante), que se usa además en construcciones absolutas. Se documenta a veces en las de gerundio, como en Cué, manejando y todo, simuló leer una larga lista, como un heraldo y desenrolló un pergamino invisible (Cabrera Infante, Tigres), pero predominan las adjetivales. Así pues, enfermo y todo equivale aproximadamente a ‘a pesar de estar enfermo’ o a ‘aun estando enfermo’. He aquí otros ejemplos de esta pauta:

Achacoso y todo como está ahora, se subiría a un árbol antes que atreverse a despedirme a mí (Grandes, Malena); Como bandada de cuervos blancos se abatieron sobre aquella mujer que, vieja y todo, no debía de ser tan mala superiora como sus hijas pregonaban (Fernández Santos, Extramuros); Borracho y todo, no podía permitirles tamaña afrenta (Gasulla, Culminación); En ellos reconozco retazos de lo que fue mío, de lo que, imperfecto y todo, quizás siga siendo mi mejor hogar (Paz Soldán, Materia); Pero, asustada y todo, tuvo aliento para decir: —Y, ¿qué esperas? (Castillo, Cuentos).

47.14m La construcción «con + infinitivo» acepta usos condicionales (§ 26.13p), pero se emplea con valor concesivo en la lengua literaria, en la que admite paráfrasis con «a pesar de + infinitivo» o «aun + gerundio». Los infinitivos más comunes en estas prótasis preposicionales de sentido concesivo son sobre todo ser, estar, tener y parecer, aunque en ocasiones se documentan otros que no denotan estados. El primer ejemplo del siguiente texto contiene tres muestras de esa construcción; el segundo, contiene dos:

¿En qué consiste que todo esto que voy viendo, con ser diferente de lo conocido, con tener su propia fisonomía, bien acentuada, con despertar un modo especial del sentimiento, no es para el alma cosa completamente nueva […]? (Clarín, Cuesta); Y con tener las personas divinas una sola divinidad, y con ser tan uno todas tres, no nacieron hechas hombres todas tres, sino la persona del Hijo solamente (León, Nombres).

47.14n Al igual que otras construcciones de infinitivo preposicional (§ 26.13), el infinitivo se puede construir con su sujeto pospuesto, pero también puede este quedar tácito y ser recuperado del contexto anterior o posterior:

Dicen que es un rapaz ceguezuelo que, con estar lagañoso o, por mejor decir, sin vista, si toma por blanco un corazón, por pequeño que sea, le acierta (Cervantes, Quijote II); Felipe Alzamora, con ser un hombre muy honorable, es una de esas personas que no tienen edad (Bryce Echenique, Magdalena); Pero Tití no lo oyó, con tener a Rop tan cerca. No podía oírlo (Mujica Lainez, Invitados); El rito, con parecer ancestral, se aproximaba a los ensueños de las transmutaciones de una caprichosa cibernética de épocas por venir (Sánchez Espeso, Mujer).

Así, con parecer ancestral significa ‘a pesar de parecer ancestral’ en el último texto citado. Se obtienen asimismo paráfrasis con «a pesar de + infinitivo» en los demás.

47.14ñ Los grupos preposicionales formados con «para + infinitivo» pueden admitir paráfrasis aproximadas con «a pesar de + infinitivo», como en Ocupa un puesto muy importante para ser tan joven, es decir, ‘a pesar de serlo’. Se expresa en estas secuencias que el grado que corresponde a una magnitud (o el número que representa una cantidad) es más alto o más bajo de lo esperable en relación con lo que cabría deducir del estado de cosas que la apódosis presenta. La oración de infinitivo de la prótasis contiene una comparación de igualdad cuyo segundo término se suele callar, como en … para ser tan joven [como es], pero también puede hacerse expreso. Se pueden construir estas prótasis con grupos adjetivales, adverbiales o nominales cuantificados por tan y sus variantes:

Para ser tan firme en su convicción, está demostrando demasiada angustia (Plaza, Cerrazón); Parece de un increíble verdor para estar tan cerca de Bombay (Mundo [Esp.] 26/10/1999); Y para hacer tanto tiempo que vegetaba en Krámer, le parecía que en realidad había manejado su destino con apreciable elegancia (Cohen, Insomnio).

La apódosis contiene a su vez un cuantificador de grado o bien una expresión ponderativa: Para ser tan callado, tu hermano está resultando ser un bocazas (Ruiz Zafón, Sombra). Los grupos sintácticos con los que se forman las apódosis pueden ser asimismo adjetivales, adverbiales o nominales:

Eres muy listo para ser un pie, deberías ser una cabeza (Aridjis, Espectáculo); Para ser tan viejo, te mantienes muy joven (Cerezales, Escaleras); Pues para ser frágil creo que he encajado bastante bien el hecho de que mi marido contratase a un detective privado para seguirme (Beccaria, Luna); Tiene usted muchas canas para ser tan joven (Paso, F., Palinuro).

Es también posible omitir el adverbio de grado, que queda sobrentendido:

La tarde estaba fresca para ser una tarde de junio. A su lado se agrupaban varios de los muchachos del barrio (Álvarez Gil, Naufragios); Se trataba de una escalera cómoda para ser basculante. Lot subió primero (Gala, Invitados).

La construcción se extiende eventualmente a ciertos grupos sintácticos que no contienen cuantificación de grado, como se verá en el apartado siguiente.

47.14o El vínculo que se establece entre el cuantificador y la preposición para en la construcción mencionada guarda alguna relación con el que se crea entre los adverbios demasiado, mucho, poco y sus complementos preposicionales respectivos encabezados por esta misma preposición (§ 46.4l). Así, en el complemento subrayado en Es demasiado joven para conducir este camión, se expresa la acción en relación con la cual se evalúa el exceso que denota el adverbio demasiado, pero en otras oraciones similares se expresa en cambio que esa magnitud no se alcanza o resulta insuficiente. Aunque en casi todas las prótasis de los períodos presentados se muestran propiedades graduables, no es esta una condición necesaria en la construcción concesiva Para X, Y, como en Para ser un sábado por la mañana no está mal (Feo, Años), donde para alterna con a pesar de, pero no se gradúa ninguna propiedad.

47.14p En las construcciones concesivas con «para + infinitivo» se suele establecer un juicio de valor que se considera relativo a un estado de cosas, y por tanto orientado en función de él. Si la prótasis presenta una situación considerada insuficiente, o al menos no óptima en relación con lo que se desea concluir (Para ser tan joven…), el juicio que se introduce en la apódosis será positivo (… toca el violín maravillosamente). Si en la prótasis se presenta, por el contrario, un trasfondo considerado óptimo, o al menos suficiente en relación con la apreciación que se desea hacer (Para llevar diez años en el conservatorio…), el juicio que se formula en la apódosis será negativo (… toca el violín bastante mal). Como en muchas relaciones concesivas, se obtienen paráfrasis características de las relaciones de adversación: el esquema Para X, Y implica una suposición del tipo ‘En condiciones normales, no es esperable Y si se da la situación X’.

47.14q Los complementos de infinitivo de los cuantificadores mucho o demasiado se acercan también a los que se describieron en los apartados anteriores en el hecho de que el predicado contenido en el complemento preposicional puede interpretarse o no como factual. La interpretación no factual es también no concesiva. Así pues, para no alterna con a pesar de en los textos siguientes:

Es demasiado joven para obtener ese puesto de trabajo: menos mal que no lo ocupó; Se mostró muy amable conmigo para ser el director general. Deduzco de ello que no lo es.

No se descarta que puedan existir secuencias ambiguas entre esta interpretación y la concesiva. En efecto, el que dice Trabaja demasiado para ser el director general puede expresar que cierta persona trabaja en exceso a pesar de ocupar cierto cargo (de lo que se deduce que los directores trabajan poco), pero también puede usar esa información para concluir que la persona de la que habla no es el director general. Se pierde asimismo la posibilidad de obtener paráfrasis con «a pesar de + infinitivo» en los contextos en los que se deja en suspenso la veracidad de la apódosis: Para tomar una resolución tan opuesta a sus convicciones de toda la vida, mucho debía quererme Emilia (Bioy Casares, Muñeca). Se analizan otros aspectos de estas construcciones en los § 20.5a y ss., 45.14v y 46.4l-m.

 

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