Sintaxis

24. El verbo (II). Tiempo y aspecto. Los tiempos del modo subjuntivo. Interpretaciones de los adjuntos temporales. La concordancia de tiempos

24.7 La concordancia de tiempos (I). Sus características fundamentales. Predicados restrictivos y no restrictivos

24.7a Se llama tradicionalmente concordancia temporal (lat. consecutˇıo tem pˇorum) a la correspondencia que se establece entre dos formas verbales, una de las cuales (en adelante, V1) aparece en una oración principal, y la otra (en adelante, V2) aparece en una oración subordinada. Se ha visto con detalle en las secciones anteriores que en las oraciones independientes los tiempos absolutos del verbo orientan sus relaciones respecto del momento del habla, que es tomado como eje de la deixis temporal. Entre las escasas excepciones que se conocen a esta generalización están los casos en los que el momento del habla se desplaza retrospectivamente, como sucede con el presente histórico (§ 23.6a-d). Así pues, la dependencia temporal suele ser una propiedad de los tiempos que aparecen en las oraciones subordinadas. En efecto, el verbo fue se orienta en relación con el momento del habla en Pedro fue al cine el miércoles, donde el miércoles designa el miércoles anterior al día en que se habla. Ese mismo verbo se orienta, en cambio, en relación con contarán en Sus amigos contarán el domingo que Pedro fue (ha ido en algunos países: § 23.7b, c) al cine el miércoles. Así pues, el miércoles del que ahora se habla no es el anterior al momento en que esas palabras se pronuncian, sino el miércoles anterior al domingo.

24.7b A pesar de que se manifiestan fundamentalmente en la subordinación, las relaciones de dependencia temporal pueden localizarse también en los contextos de yuxtaposición. Si se dice Arturo entró en su casa a media noche. Había bebido bastante, la forma verbal que se subraya denotará una situación anterior a la que designa entró. Esta relación forma parte incluso de la definición misma del término pretérito pluscuamperfecto23.16a y ss.), pero aquí se verifica sin que exista subordinación. Tampoco son, en sentido estricto, oraciones subordinadas las que introduce el discurso directo. Sin embargo, las relaciones de concordancia temporal se extienden también a ellas. En Sus amigos dirán el domingo lo siguiente: “Pedro fue al cine el miércoles” no se habla del miércoles anterior al momento del habla, sino del anterior al domingo. Todos estos hechos ponen de manifiesto que la concordancia temporal se debe a que los contextos de subordinación inhiben o dejan en suspenso el rasgo más característico de los tiempos simples: su vínculo deíctico con el momento del habla. Las subordinadas a las que se hace referencia son sobre todo las sustantivas, pero también las relativas, especialmente si las oraciones están encabezadas por adverbios temporales. El predicado de la oración principal pasa, pues, a inducir o a imponer sus propias coordenadas temporales en todos estos contextos.

24.7c Los adverbios deícticos ponen de manifiesto de manera gráfica la forma de dependencia que se explica en los apartados precedentes. En efecto, la oración La noticia se conoció ayer resultará absurda usada en una subordinada sustantiva si el tiempo de V1 es anterior al que expresa ayer, como sucede en *La prensa dijo hace tres días que la noticia se conoció ayer. Así pues, el tiempo que denota conoció ha de ser anterior al que denota dijo. A la vez, el vínculo que mantiene ayer con el momento del habla no se puede cancelar, ya que forma parte de su propia definición (DRAE: ‘En el día que precedió inmediatamente al de hoy’). En consecuencia, la agramaticalidad de la oración propuesta es el resultado natural de un choque de referencias: el pretérito perfecto simple en V2 se interpreta forzosamente en relación con el pretérito introducido en la oración principal; a la vez, el adverbio deíctico que lo modifica (ayer) habrá de vincularse al momento del habla sin que intervenga aquel otro tiempo. Nótese ahora que sería posible decir La radio dijo esta mañana que la noticia se conoció ayer, ya que el tiempo denotado por conoció puede ser anterior al denotado por dijo sin entrar en contradicción con los puntos temporales que designan las expresiones subrayadas. En esta sección y en la siguiente se analizarán los diversos factores que intervienen en todos estos contrastes.

24.7d En los apartados anteriores se han introducido algunos pretéritos anclados en otros pretéritos. Si se considera el caso del futuro, se comprobará que se obtienen dependencias similares. En la oración La prensa anunciará que el presidente dimitirá el jueves no se habla del jueves posterior al anuncio, sino del posterior al día en que se está hablando. De ello podría deducirse que el futuro dimitirá se orienta en relación con el momento del habla, no en relación con el futuro anunciará. No obstante, la dependencia temporal de V2 en relación con V1 sigue existiendo en las oraciones que contienen futuros subordinados. En efecto, repárese en que el año X ha de ser anterior al año Y, sea cual sea el valor que tengan X e Y, en La prensa dirá el año X que la princesa heredera se casará el año Y. Esta relación de dependencia no sería de esperar si cada uno de estos dos futuros estuviera anclado independientemente en el momento del habla, a diferencia de lo que parece deducirse de la definición misma de ese tiempo verbal.

24.7e Se ha dado en llamar doble acceso a la doble dependencia temporal que muestra V2 en ciertos contextos de subordinación, es decir, al hecho de que V2 está orientado desde el momento del habla, a la vez que en función del tiempo expresado por V1. Se comprende fácilmente por qué es doble esta orientación si se consideran oraciones como El jefe comunicó el martes pasado que el dibujante está trabajando estos días en un nuevo proyecto. En esta construcción se informa de una situación que se halla en curso en el momento del habla, pero también de una situación que se daba cuando fue comunicada por el jefe. Las lecturas de doble acceso presentan algunas particularidades, que se analizarán en los § 24.8i y ss.

24.7f Se comprobó en los apartados precedentes que, en los contextos no marcados, los pretéritos subordinados denotan situaciones anteriores a las expresadas por los verbos a los que se subordinan, mientras que los futuros subordinados denotan situaciones posteriores a esos mismos predicados. Así, si los dos verbos están en pasado en la relación V1… V2, el segundo de estos pretéritos designará una situación anterior a la denotada por el primero, como en Me dijo que le gustó mucho el regalo (donde gustó alterna con había gustado). Si ambos tiempos son futuros, el segundo de ellos será posterior al primero, como en Me dirá que vendrán a visitarnos. Si V1 es un futuro y V2 un pasado, este último habrá de preceder al primero: Con toda seguridad me comunicará el día {diez ~ *tres} que dejó el apartamento el día cinco (si se habla de días del mismo mes). Si V1 es un pasado y V2 un futuro, este último seguirá —lógicamente— al primero.

24.7g Aunque la concordancia de tiempos está estrechamente relacionada con la traslación del discurso directo al indirecto (§ 43.9 y 43.10), constituye un fenómeno de mayor alcance, ya que se da también en contextos en los que no existe correspondencia entre ambos tipos de discurso. Contrastan en este sentido Rosa creyó que podía irse para regresar al juicio (Nuevo Día [P. Rico] 23/10/1997) con *Rosa creyó: “Podré irme para regresar al juicio”. A ello se añade que la traslación del discurso directo al indirecto (Dijo: “Llegaré temprano” > Dijo que llegaría temprano) no puede darse si determinados adverbios orientados deícticamente no se reorientan, como en Dijo: “Me fui ayer” > Dijo que se {fue ~ había ido} el día anterior. En caso contrario, se obtienen correspondencias inadecuadas, e incluso oraciones agramaticales, como en Dijo que llegaría ayer < *Dijo: “Llegaré ayer”. Se analizan estas correspondencias en los § 43.10m y ss.

24.7h Las dependencias que caracterizan la concordancia de tiempos se dividen tradicionalmente en tres tipos: relaciones de anterioridad, de posterioridad y de simultaneidad. Quiere decirse con ello que el punto o el intervalo denotado por V2 será anterior, posterior o simultáneo al que corresponde a V1. Buena parte de las dependencias temporales que caracterizan la concordancia temporal se deducen de las propiedades de los tiempos verbales expuestas en las secciones anteriores. En efecto, los tiempos compuestos analizados en el § 23.16 coinciden, como allí se explicó, en estar orientados deícticamente en relación con un pasado, que a su vez se vincula con el momento del habla. También el imperfecto entra en relación con un pretérito (con las precisiones que se hicieron en los § 23.10d y ss.). Así pues, dependencias como «V1 [PRETÉRITO] … V2 [←SIMUL]» son características del pretérito imperfecto (Pensó que sabía bien la materia), mientras que otras como «V1 [PRETÉRITO] … V2 [←POST]» son propias del condicional (Pensó que pasaría el curso), también en función de la definición misma de este tiempo. De un modo similar, en los contextos de subordinación el pretérito perfecto simple pasa a tener una relación de anclaje similar a la del pretérito pluscuamperfecto, puesto que, como se ha explicado, pierde su vínculo con el momento del habla y pasa a depender de V1: Mencionó que no le había gustado nada la novela, es decir: «V1 [PRETÉRITO] … V2 [←ANTE]».

24.7i La concordancia temporal no depende solo de los rasgos de cada tiempo o de la manera en que se anclen referencialmente en función de su propia definición. Desde los primeros estudios sobre este fenómeno en las sintaxis latinas se observó que algunas propiedades semánticas de V1 determinan de forma esencial la dependencia temporal de V2. Los predicados verbales que corresponden a V1 se pueden dividir en dos grupos: restrictivos y no restrictivos. El verbo ordenar pertenece al primer grupo porque, en función de su significado, induce la relación de posterioridad, como en Le ordenó que {permaneciera ~ *hubiera permanecido} en silencio. El verbo lamentar pertenece al segundo grupo, ya que no restringe esta relación: Lamentó que {permaneciera ~ hubiera permanecido} en silencio. La existencia de estos grupos obedece a motivaciones semánticas, como se explicará en los apartados que siguen.

24.7j Los predicados que en el apartado anterior se llaman restrictivos orientan la interpretación temporal de sus complementos. La concordancia de tiempos es una manifestación directa de este hecho, pero no la única. En efecto, si bien el grupo nominal una solución no tiene sentidos distintos en pedir una solución y en criticar una solución, el significado del verbo transitivo permite deducir que la solución de la que se habla en el primer caso (que puede o no llegar a existir) será posterior a la petición, mientras que en el segundo será anterior a la crítica y —en circunstancias normales— existirá antes que esta. En los § 26.4e-g se explica, en el mismo sentido, que la interpretación prospectiva o retrospectiva de un infinitivo puede depender del predicado al que se subordina, como en Lo acusó de enviar quejas a la dirección, donde el envío precede a la acusación, frente a Lo disuadió de enviar quejas a la dirección, donde el envío —que habría de tener lugar en un momento posterior al del habla— acaba por no realizarse. Teniendo en cuenta todas estas consideraciones, es esperable que la interpretación de los tiempos verbales en las oraciones subordinadas dependa en parte de las características léxicas del predicado principal. Así, en Su jefe ordenó que Arturo se quedase en Nueva York, la subordinada que Arturo se quedase en Nueva York se interpreta prospectivamente como complemento del verbo ordenar, como se vio en el apartado precedente. La forma verbal quedase denota un tiempo posterior al de ordenó como consecuencia natural de que las órdenes sean acciones relativas al comportamiento futuro de los individuos.

24.7k Como se ha visto, el verbo ordenar es un predicado restrictivo en relación con la concordancia de tiempos. Más específicamente, es un predicado de orientación prospectiva. Pertenece al primero de los grupos siguientes, que constituyen una relación no exhaustiva de predicados de este tipo (se agregan entre paréntesis las preposiciones que introducen algunos verbos en sus complementos):

Predicados de influencia: aconsejar, amenazar (con), animar (a), mandar, obligar (a), ordenar, pedir, permitir, prohibir, prometer, proponer, recomendar, rogar, solicitar, sugerir, etc.

Predicados de voluntad o volición: apetecer, desear, evitar, necesitar, preferir, querer, ser preferible, etc.

Predicados de predicción: adivinar, predecir, profetizar, pronosticar, vaticinar, etc.

Predicados de resolución o determinación: abstenerse (de), arriesgarse (a), atreverse (a), decidirse (a), exponerse (a), negarse (a), etc.

Predicados modales: convenir, ser aconsejable, ser inevitable, ser perentorio, ser urgente, etc.

24.7l Algunos autores agrupan los verbos mencionados, y otros similares, en clases semánticas que se cruzan parcialmente con las que aquí se enumeran. Se han propuesto, de hecho, varias subclasificaciones del primero de estos grupos (predicados de influencia). Aunque no se entrará aquí a analizarlas, puede comprobarse que algunos verbos de influencia requieren cierto comportamiento de alguien (ordenar, pedir, rogar), a veces impuesto por la fuerza (compeler, forzar, obligar). Otros anuncian, en cambio, un comportamiento futuro del sujeto (comprometerse, jurar, prometer) y algunos presentan como alternativas las actuaciones posibles de los demás (advertir, aconsejar, prevenir, recomendar, sugerir). Otros autores prefieren agrupar estos predicados y otros semejantes en función de las implicaciones a las que dan lugar. Por ejemplo, Se dignó (a) asistir implica ‘asistió’, mientras que Se negó a asistir o Evitó asistir implican ‘no asistió’. Sean positivas o negativas, estas inferencias son igualmente prospectivas. Aunque todos los predicados de orientación prospectiva favorecen, en razón de su significado, la relación de posterioridad, muchos son compatibles también con la de simultaneidad y —en casos particulares— incluso con la de anterioridad, como se verá en los apartados siguientes.

24.7m Los tiempos verbales de las subordinadas sustantivas que complementan los verbos de orientación prospectiva se caracterizan, como se ha explicado, por denotar situaciones posteriores a las que estos expresan. Ello explica que visiten no alterne con hayan visitado en el primero de estos dos textos, o que apartara no alterne con hubiera apartado en el segundo:

Ni siquiera me atrevo a que Eduardo y la Tere me visiten aquí (Wolff, Kindergarten); Le pidió que se apartara para poder ver los árboles y él se marchó indicándole antes unas medicinas y una dieta (Souza, Mentira).

Se obtienen, en función del mismo criterio, los contrastes siguientes:

Te arriesgas a que te {despidan ~ *hayan despedido};

Le sugiero al señor que {pruebe ~ *haya probado} el solomillo al estragón;

Me había pedido que me {quedara ~ *hubiera quedado} en casa.

No contradicen esta generalización oraciones como Les ruego, por favor, que hayan terminado a las seis, ya que, aunque la forma subrayada denota anterioridad al tiempo designado por el adjunto a las seis, denota un tiempo posterior al expresado por el presente ruego. Recuérdese, en relación con este punto, el § 24.1f.

24.7n Las situaciones que denotan los predicados subordinados a algunos verbos de orientación prospectiva son compatibles también con la relación de simultaneidad. En efecto, el verbo predecir denota una manera de anunciar algo, por tanto de referirse a cierto acontecimiento venidero. De ello se deducen contrastes como Los informes predicen que la inflación se {*ha situado ~ *sitúa ~ situará} por encima del 8%. Sin embargo, es posible predecir comportamientos actuales, en el sentido de formular reglas o principios de los que se deducen: Modelos teóricos predicen que el cuerpo del planeta está en forma líquida con una extraña zona de transición entre líquido y gas (Maza, Astronomía). Cabe agregar, en el mismo sentido, que en el lenguaje científico es habitual proponer hipótesis para explicar situaciones que se dan en el momento del habla, y a veces hasta sucesos acaecidos. En el texto siguiente se hace referencia a cierta hipótesis cuyo contenido afecta a hechos pretéritos. El resultado no es contradictorio, al igual que tampoco lo es con la variante proponía la hipótesis de que…:

En 1939 publicó un artículo en la revista Antiquity titulado La destrucción volcánica de la Creta minoica. En él, Marinatos proponía que había sido un volcán, más concretamente el de la cercana isla de Santorini (Tera), la causa de la destrucción de la civilización minoica (Sabadell, Monos).

Algunos verbos de orientación prospectiva alteran de modo considerable su significado cuando se usan en contextos de simultaneidad o de anterioridad. Nótese que no se formula promesa alguna en Le prometo que soy totalmente sincera (Díez, Fuente), ya que prometer equivale aquí a ‘asegurar la certeza de lo que se dice’, como explica el DRAE.

24.7ñ De los cinco grupos de verbos de orientación prospectiva que se introdujeron en el § 24.7k, los volitivos se caracterizan por admitir con más facilidad que otros los complementos oracionales de simultaneidad y —en ciertas ocasiones— incluso de anterioridad. Ello se debe a que los deseos, las necesidades o las expectativas pueden hacer referencia a situaciones actuales, como en Confío en que sabe usted lo que está haciendo, pero también pretéritas: Necesitamos que el profesor que se contrate haya defendido su tesis doctoral hace al menos un año. Análogamente, el verbo esperar puede dar lugar a la lectura de posterioridad, como en el primero de los dos textos que siguen, pero también a la de simultaneidad, como en el segundo:

Algún día pueden perder y espero que sea con nosotros (Mundo [Esp.] 15/6/1996); El fundamentalismo está en la raíz de ambos casos, pero espero que sea un fenómeno pasajero (Norte Castilla 15/6/2002).

Se marcan a continuación varios casos en los que V2 expresa una situación anterior a la designada por V1:

Si tres meses atrás Edmundo pensó que alguien podía haber jugado sucio, ahora deseaba que hubiera sido así (Gopegui, Real); Le dijo que esperaba que hubiera apreciado el trabajo de las religiosas y de los voluntarios que colaboraban con ellas (Carrión, I., Danubio); Yo prefería que hubiera dicho boba o todavía tonta, pero no la rectifiqué (Cabrera Infante, Habana).

24.7o Aunque existe cierta tendencia a que la interpretación de anterioridad de los complementos subordinados a los predicados volitivos sea contrafáctica, son muchos los casos en los que se incumple. Del último ejemplo del grupo anterior se deduce, en efecto, ‘No dijo boba’, pero no se obtienen inferencias análogas en los demás ejemplos de este mismo grupo. El verbo querer es infrecuente con complementos de interpretación simultánea o retrospectiva, al contrario que desear. Se prefiere, pues, la primera de las dos opciones que aparecen en Las organizaciones humanitarias {deseaban ~ querían} que la ayuda hubiese llegado ya a su destino. Los predicados de volición se caracterizan por inducir el subjuntivo (§ 25.3k). Como el presente de subjuntivo neutraliza la distinción entre el presente y el futuro (§ 24.1f), no es posible saber fuera de contexto si la forma subrayada en Espero que manejes con prudencia denota una situación posterior o simultánea a la introducida por el predicado de la oración principal. Cabe decir lo mismo en relación con el pretérito imperfecto de subjuntivo en oraciones como Yo preferiría que nuestra amiga fuera abogada.

24.7p La doble interpretación que se acaba de analizar se extiende a todos los predicados que seleccionan subjuntivo y son compatibles con la lectura de simultaneidad y con la de posterioridad:

Resulta imprescindible que tenga usted la acreditación {ahora ~ para entonces};

Es importante que Clara sepa {ahora ~ cuando venga} lo que se espera de ella.

Algunos autores han sugerido que V2 no aporta propiamente rasgos temporales si V1 es un predicado de volición, de forma que se limita a reproducir la relación de posterioridad que impone V1. Los contrastes introducidos en los apartados precedentes dan a entender, por el contrario, que V2 admite más de una interpretación temporal en esos contextos, ya que, como se ha visto, no es imposible que los estados de voluntad afecten a hechos pretéritos. Cabe añadir que puede darse también alternancia de tiempos en V2 con predicados de volición, como en ¿Acaso preferirías que yo {esté ~ estuviera} todo el día sin hacer nada?, lo que apoya asimismo la idea de que el subjuntivo en V2 introduce distinciones temporales con este tipo de predicados. Véanse también sobre este punto los § 24.8t y ss.

24.7q Las interpretaciones de simultaneidad y de posterioridad se pueden obtener con perífrasis verbales en lugar de con formas verbales flexionadas. La relación de simultaneidad corresponde a Espero que esté teniendo suerte (no ambigua, frente a … que tenga suerte); la de posterioridad se da en estos textos:

Me pide que no le lleve la contraria, que no vaya a desmentirle algo que sabe muy bien (Delgado, Mirada); El gigantismo de las organizaciones hizo que hubieran de recurrir también a ingresos por publicidad (Faus Belau, Era).

Conviene tener presente, por otra parte, que la posterioridad que marca el predicado subordinado se establece siempre en relación con el predicado principal. Así, aunque hubiera o hubiese cantado expresa anterioridad, se admite el sentido de posterioridad en Pedí a los albañiles que hubiesen terminado para cuando yo llegase. En esta oración se hace referencia a un punto temporal que no se expresa, pero que ha de ser anterior al momento del habla y posterior a la petición.

24.7r En el § 24.7k se clasificaron los predicados de orientación prospectiva. Se ha puesto en tela de juicio que existan predicados de orientación retrospectiva. Verbos como reprochar, censurar, criticar, reprender (por), alabar (por), entre otros, se refieren generalmente a actuaciones realizadas, y los textos ponen de manifiesto en un porcentaje elevado esa interpretación. Sin embargo, la gramática no rechaza oraciones como Le reprocharon duramente que abandone la empresa dentro de unos días y se vaya a trabajar a una multinacional, donde abandone (V2) significa ‘vaya a abandonar’, es decir, expresa una situación posterior a V1. Tampoco es anómala la oración siguiente, en la que V2 expresa simultaneidad: La sección segunda de lo Penal de la Audiencia ha criticado que la fiscal mantenga su acusación (Mundo [Esp.] 11/2/1994). Así pues, aunque en los predicados valorativos a los que se alude predomine estadísticamente la referencia a situaciones acaecidas, dicha orientación retrospectiva no es imprescindible en términos conceptuales. Entre los predicados que denotan posesión o manifestación de sentimientos, se suelen orientar de manera retrospectiva arrepentirse y dolerse, y alternan la relación de simultaneidad con la de anterioridad enorgullecerse o congratularse, entre otros. Es poco frecuente usar estos predicados en contextos prospectivos, pero ninguno de ellos rechaza de modo absoluto la relación de posterioridad.

24.7s Las restricciones semánticas a las que da lugar el concepto de ‘causación’ son también escurridizas. Del simple hecho de que lo causado sea posterior a la causa se deduce el rechazo de la relación de anterioridad en pares como La policía logró que los rehenes {salieran ~ *hubieran salido} ilesos. En el § 46.1e se explica, sin embargo, que —al menos gramaticalmente— los efectos no son siempre posteriores a las causas. No se percibe ninguna irregularidad en secuencias como El previsible aumento de los precios, que tendrá lugar en las próximas semanas, lleva a que los veraneantes hayan reservado sus pasajes con tanta antelación. Las subordinadas sustantivas contenidas en este tipo de oraciones expresan circunstancias anteriores al tiempo denotado en el predicado principal, que expresa causación. A la vez, denotan estados de cosas posteriores al punto temporal en que se establece la relación de causa.

24.7t Los predicados verbales que representan más de modo más claro la orientación de simultaneidad son los de percepción, lo que se considera consecuencia natural de que lo percibido se circunscriba al momento en que se percibe, como en Un vigilante vio que atracaban el banco y avisó a la policía. El imperfecto atracaban toma aquí su referencia de vio, tal como se explica en el § 23.10d. Cuando no se obtiene la relación de simultaneidad, la percepción conlleva cierta distancia, que se suele traducir en una interpretación intelectiva. Si se dijera Un vigilante vio que habían atracado el banco y avisó a la policía, el verbo ver tendría un sentido próximo a ‘deducir’, ‘percatarse’ o ‘llegar a una conclusión’. Aun así, es oportuno hacer notar que los medios de comunicación difieren la percepción de lo que se transmite o se representa. Si un vigilante que visiona una cinta de video dice Estoy viendo cómo entran los ladrones en el banco, describe hechos que suceden ante su vista, y a la vez hechos que sucedieron, ya que lo que percibe no es actual. Véase también sobre este mismo punto el § 23.6d. En los ejemplos que siguen aparecen verbos de percepción o de adquisición de conocimiento en relaciones temporales que no son de simultaneidad:

Compruebo que han tenido muy en mente para qué instrumento estaban componiendo (Cultural 17/2/2003); Se ha dado cuenta de que tendrá que gobernar de otra manera (Ramírez Codina, David); Los visados los obtuviste legalmente. No tienen un buen aparato. No entienden de esas cosas. Ni verán que son falsos (Alba, V., Pájaro).

24.7u El verbo oír respeta la relación de simultaneidad si la oración subordinada hace referencia a lo que se percibe a través de los sentidos, como en Todavía bebieron otro whisky antes de oír que frenaba un auto en la puerta (Vargas Llosa, Conversación). Cuando V2 expresa anterioridad o posterioridad, suele tratarse de una traslación del discurso directo, por tanto, de cierta información proposicional reproducida:

Diga el testigo si oyó que Eustaquio murió (Chamorro, V., Muerto); Así que cuando oyó que se organizaría la gente para ir a pararse a una de las sesiones con los cestos vacíos […] no dudó en ir (Mastretta, Vida).

Véase también sobre este punto el § 43.10.

24.7v En los § 26.9o, p se explica que los verbos oír y ver rechazan infinitivos compuestos, como en Lo oían {gritar ~ *haber gritado}; La vio {salir ~ *haber salido}, así como infinitivos negativos (*Se la oía no llorar; *La vio no salir). Estas restricciones suelen interpretarse como resultado de que en condiciones normales, ni los sucesos pasados ni los eventos que no tienen ni han tenido lugar puedan ser presenciados o percibidos. Por el contrario, se aceptan sin dificultad estas construcciones en las subordinadas sustantivas (He oído que no habrá huelga; Vio que no había salido; Vio que no salía), ya que la percepción que en ellas se expresa es más propiamente intelectiva o cognitiva que sensorial. Así pues, en estos contextos el verbo ver se asimila en parte a los verbos de actitud proposicional. Algunos autores consideran demasiado rígida esta distinción. Así, en el siguiente fragmento se habla de un proceso de percepción física (no de una inferencia), a pesar de que el complemento es oracional: Noté que ustedes llevan una guía turística del Reino Prohibido (Allende, Reino). En estos casos V2 puede mostrar la relación de simultaneidad tanto si la percepción es —o parece ser— sensorial (Vi que estabas cansado) como si es intelectiva (Vi que estabas equivocado). Sin embargo, la gramática no posee recursos sintácticos objetivos para distinguir la una de la otra.

24.7w Los verbos de percepción, así como varios de los que aluden a los procesos de representación mental (soñar, imaginarse, etc.), poseen cierta capacidad delimitadora de la que carecen otros predicados que admiten complementos oracionales. Así, si un predicado de realización en un tiempo imperfectivo está acotado por un complemento de límite (como en Leía todo el periódico en media hora), se puede obtener la lectura habitual o cíclica (‘cada día’, ‘en cada ocasión’, etc.), tal como se explica en el § 23.12c, pero también la interpretación, igualmente atélica, en la que se designa cierta capacidad de un individuo. La mayor parte de los verbos transitivos que poseen complementos oracionales no alteran este diagnóstico: Arturo insistió en que Maite leía todo el periódico en media hora. Se ha observado que ver, soñar, imaginarse y otros verbos similares tienden a evitar estas interpretaciones, de forma que la oración que se les subordina designa únicamente cierta ocasión particular: Arturo vio que Maite leía todo el periódico en media hora. Puede atribuirse este efecto a que tales predicados encuadran una situación pretérita y la representan como un estado de cosas cerrado. Esta cuestión se analiza también en los § 23.12j y ss. Sobre ciertas particularidades de creer, suponer o pensar en la concordancia temporal, véanse los § 24.8ñ-p.

24.7x Entre los predicados característicos de la orientación de simultaneidad son pocos los relativos a la expresión de sensaciones y sentimientos. Aun así, se comprueba estadísticamente que predomina esta relación con los verbos aguantar, llevar bien (también mal, regular, etc.), sobrellevar o soportar, como en No soporta que la llamen a todas horas. No obstante, como en los casos anteriores, tampoco en estos se descartan las relaciones de posterioridad (No lleva bien que lo vayan a enviar a otra ciudad) o de anterioridad:

Vivo con un hombre que no soporta que haya sido de nadie. Está loco (Díez, Expediente); No soporta que lo hayan dejado plantado (Clarín 9/5/2004); Uno no aguanta que hayan metido en la cárcel a un inocente (Sánchez Suárez, Ritmo).

24.7y En el § 24.7i se clasificaron los predicados que corresponden a V1 en restrictivos y no restrictivos. Estos últimos se caracterizan por no imponer ninguna restricción temporal de tipo léxico a V2. Los grupos más característicos de verbos no restrictivos son los factivos (§ 25.3r), así como los verbos de lengua y también algunos de pensamiento:

La prensa comunicará que {ocultaban ~ ocultan ~ ocultarán ~ ocultarían ~ habían ocultado} pruebas; Siento mucho que {haya tenido ~ tenga ~ tuviera ~ vaya a tener} problemas; Habían anunciado que se {desconvocó ~ desconvocaría ~ desconvocaba ~ desconvocará ~ había desconvocado} el paro; Dedujeron que no {supimos ~ sabemos ~ sabíamos ~ sabremos ~ sabríamos ~ hemos sabido ~ habíamos sabido} solucionar el problema.

24.7z Muchos verbos factivos expresan afecciones o reacciones emotivas. Como se comprobó en los apartados anteriores, algunos de estos predicados tienden a estar orientados (arrepentirse, soportar), pero la mayor parte de ellos no lo está. De hecho, contrastes como No me impresionó que {dijera ~ diga ~ haya dicho ~ vaya a decir} esas cosas muestran que la reacción emotiva de la que se habla puede ser independiente de la localización temporal de la situación que la provoca. Aunque la mayor parte de los predicados de valoración (§ 43.4m y 43.7j) pertenecen a este grupo, se vio en las páginas precedentes que algunos están orientados únicamente en sentido prospectivo. Los predicados modales (último grupo del § 24.7k) constituyen la clase más característica: Es muy urgente que se {envíe ~ *haya enviado} la ayuda.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
correlación de tiempos, discurso indirecto, verbo de influencia, verbo de voluntad

 

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