Sintaxis

30 El adverbio y el grupo adverbial

30.15 Locuciones adverbiales (I). Sus características gramaticales

30.15a Las locuciones adverbiales son expresiones fijas, constituidas por varias palabras, que equivalen a un adverbio. Si bien presentan normalmente una estructura gramatical fija, algunas admiten variantes ortográficas. Cuando se fusionan en una sola palabra, pasan a ser adverbios propiamente dichos, y es esta la forma que suele preferirse en el uso, con las excepciones que se explicarán a continuación. Así pues, aunque se consideran correctas las dos variantes gráficas que se distinguen en los pares que siguen, se prefiere la segunda de ellas:

al rededor ~ alrededor; a mata caballo ~ a matacaballo; a posta ~ aposta; a raja tabla ~ a rajatabla; así mismo ~ asimismo; a troche y moche ~ a trochemoche; boca arriba ~ bocarriba; en frente ~ enfrente; en seguida ~enseguida; entre tanto ~entretanto; (por) entre medias ~ (por) entremedias.

El adverbio tal vez, que no llega a formar un solo grupo acentual, constituye una excepción a la generalización que se acaba de introducir. Sin embargo, se usa asimismo talvez en algunos países americanos. Han caído en desuso las variantes gráficas a quema ropa y a boca jarro, en favor de a quemarropa y a bocajarro. Permanece vigente, no obstante, a boca de jarro, incluida en el DRAE. El número de locuciones adverbiales del español es superior al de las que corresponden a las demás clases de palabras. Su estudio atañe propiamente a la lexicografía y a la dialectología, más que a la gramática, por lo que en esta obra solo pueden presentarse algunos ejemplos que ilustren tan amplio paradigma. En esta sección se describirán los rasgos fundamentales de estas locuciones; en las dos secciones siguientes se clasificarán en función de su estructura sintáctica.

30.15b La mayor parte de las locuciones adverbiales poseen la estructura de un grupo preposicional (por tanto, «preposición + sustantivo o grupo nominal»), con algunas excepciones que se analizarán en el § 30.17. Algunas admiten paráfrasis aproximadas con adverbios en -mente, como en secreto ~ secretamente; en resumen ~ resumidamente; en fin ~ finalmente; en especial ~ especialmente, pero la mayor parte expresa significados más específicos que los que suelen poner de manifiesto los adverbios, como se verá en esta misma sección. Las locuciones adjetivales y adverbiales son casi siempre grupos preposicionales lexicalizados (no son, por tanto, grupos adjetivales ni adverbiales), mientras que las locuciones verbales son grupos verbales lexicalizados, y las nominales son, a su vez, grupos nominales fosilizados. Se ha señalado modernamente que el hecho de que muchas locuciones adverbiales puedan usarse también como adjetivales constituye un problema gramatical, puesto que introduce en el sistema sintáctico una forma de redundancia que debería tratar de evitarse. La crítica hace alusión a la existencia de pares como los siguientes, entre otros muchos semejantes:

afirmar de pasada ~ afirmación de pasada; caer en picada ~ caída en picada; casarse a la turca ~ boda a la turca; despedirse a la francesa ~ despedida a la francesa; disparar a quemarropa ~ disparo a quemarropa; huir a toda velocidad ~ huida a toda velocidad; poner a plazo fijo ~ cantidad a plazo fijo.

El problema al que se hace referencia no se plantea en los complementos de régimen, que se reconocen tanto en Confío en ella como en mi confianza en ella. Las locuciones adjetivas y las adverbiales se definen en términos funcionales, no propiamente categoriales. Ello obliga a una doble clasificación en un gran número de casos, a pesar de que se reconoce que el cambio de clase gramatical impide considerar cada una de estas expresiones como una misma unidad léxica apta para funcionar en contextos sintácticos diferentes. Algunos especialistas en fraseología prefieren hoy términos como grupo preposicional lexicalizado, sintagma preposicional fosilizado u otros similares que se han acuñado para evitar el problema descrito. Se alude también a esta cuestión en el § 13.18.

30.15c Los límites entre los grupos preposicionales y las locuciones adverbiales se tornan escurridizos en algunos casos. Aunque varias de ellas admiten paráfrasis con adverbios en -mente, son grupos preposicionales (por tanto, no locuciones) muchas expresiones introducidas por la preposición con y un gran número de sustantivos que denotan cualidades o propiedades: con fuerza, con esmero, con frecuencia, con rabia, con seguridad, con humildad. Están, en cambio, más lexicalizadas expresiones como con anterioridad (que equivale a anteriormente) y también con tiempo (‘dándose el tiempo suficiente’) o con el tiempo (‘con el paso del tiempo’). Se recoge la expresión sin asco en el DRAE (‘sin escrúpulos, sin aprensión’, usada en muchos países americanos) porque se entiende que constituye una pieza léxica, en lugar de un grupo preposicional libremente formado con recursos sintácticos: Heriberto y él eran unos intrusos marcados por una red de criminales, que matan fríamente, sin asco, y que manejan millones de dólares (Rovinski, Herencia). Existe asimismo una estrecha relación entre las locuciones preposicionales y las adverbiales cuando las primeras pueden prescindir de su término, lo que da lugar a alternancias como subir a bordo del barco ~ subir a bordo; quedarse a la mitad del proyecto ~ quedarse a la mitad, y otras similares que se examinan en el § 29.9. No son propiamente locuciones los grupos pronominales del tipo lo justo (en Trabaja lo justo), lo necesario (No duermes lo necesario), lo imprescindible y otros similares que se construyen sintácticamente con los requisitos que se analizan en los § 14.9 y 14.10.

30.15d Al igual que los adverbios, muchas locuciones adverbiales admiten adverbios de grado en función de su significado: bastante a menudo, muy de mañana, tan a propósito, muy de vez en cuando, un poco a contrapié. También como en el caso de los adverbios, unas locuciones están apenas condicionadas por el predicado al que modifican (a la larga, de fijo, de vez en cuando), mientras que otras inciden sobre predicados muy restringidos léxicamente. Se trata de locuciones como a brazo partido (que posee una distribución similar a denodadamente), a bocajarro, a quemarropa, a fondo, a pierna suelta, a mano alzada, de memoria, en fila, etc. La mayor parte de las locuciones adverbiales se asimilan a los adverbios de manera, grupo sintáctico sumamente heterogéneo, pero las hay que expresan localización temporal (al amanecer), frecuencia (a veces), lugar (en el quinto pino) o se asimilan a los adverbios de afirmación (desde luego, por supuesto), negación (ni en broma, ni de broma) o duda (a lo mejor o a la mejor), entre otros.

30.15e Las locuciones adverbiales no suelen admitir variaciones morfológicas y, como sucede con los adverbios, no están sujetas a relaciones de concordancia. Se documenta, sin embargo, cierta variación morfológica en algunas voces formadas con sufijos apreciativos: de mañana ~ de mañanita; al soco (‘al abrigo del viento’ en el español canario y en parte del rioplatense) ~ al soquito; a golpes ~ a golpetazos; a puchos ~ a puchitos, entre otras muchas alternancias similares. Las alteraciones sintácticas están igualmente restringidas. Si bien se dice de pronto, no *de muy pronto, algunas locuciones admiten la adjetivación del sustantivo que contienen, dentro de ciertos límites, como en a (grandes) gritos; a ratos (perdidos); a mi (modesto ~ particular) entender; a (pequeños) sorbos; de (pura) chiripa; en fila (india); en (riguroso ~ estricto) secreto, y otras construcciones similares: Y a la vuelta, sentados en un pretil del camino cambiaban a largos intervalos alguna frase indiferente (Baroja, Aurora).

30.15f El adjetivo es parte esencial de la locución otras veces, como en a mandíbula batiente, de buena tinta, a fuego lento o en de puro aire (‘sin razón alguna’), usada en Nicaragua, Honduras y otros países centroamericanos: Me dijeron que se lo iban a llevar y que no tenían por qué presentarme ninguna orden, o sea que se lo querían llevar de puro aire (Nuevo Diario [Nic.] 2/5/2000). El hecho de que no pueda añadirse un modificador del sustantivo en muchas de estas expresiones lexicalizadas confirma que son locuciones (por tanto, piezas léxicas), en lugar de grupos preposicionales (es decir, secuencias formadas con recursos sintácticos): por la mañana (*fría), al mediodía (*caluroso), etc. Como se explicó en el § 30.15b, muchas locuciones adverbiales son grupos preposicionales lexicalizados, lo que justifica que tengan cabida en los diccionarios.

30.15g Las alternancias en la posición de los adjetivos son asimismo infrecuentes. Se admiten en voz alta, en alta voz, en voz baja y en baja voz, pero la última de estas cuatro combinaciones es mucho menos usada que las otras tres. Son poco numerosas las locuciones adverbiales que alternan la presencia de artículo con su ausencia, como a compás ~ al compás; a voleo ~ al voleo, o las que admiten alternancias entre complementos preposicionales y posesivos: de puño y letra de su jefe ~ de su puño y letra (cf. a sus anchas ~ *a anchas de ella). Son varias, en cambio, las que aceptan el paradigma de los posesivos: a mis anchas, a tus anchas, a sus anchas; a mi vez, a tu vez, a su vez; en mi vida, en tu vida, en su vida, etc.

30.15h Algunas locuciones cuentan con variantes léxicas, a menudo usadas en áreas geográficas distintas y, a veces, también en épocas diferentes. Así, con el sentido de ‘muy lejos’, se emplean hoy (más en el español europeo que en el americano) en las chimbambas y en las quimbambas, que corresponden a la expresión en las quimbámbaras, documentada en la lengua antigua. Con el mismo sentido se emplea en las sínsoras en el área antillana, y en el quinto pino o en el quinto infierno en muchos países. Con el significado de al final o de en fin, se utiliza en un final en Cuba, a la final en Panamá, Colombia, Venezuela, el Ecuador y Chile, y a las finales en este último país y en los del área andina. La mayor parte de estos usos son propios de la lengua oral:

Sonrió él pero ella no. Se levantó, en un final, echando la silla atrás con su cuerpo que él miró no sin deseo (Cabrera Infante, Delito); Ellos prometen que van a arreglar los jardines, van a poner […] flores, van a hacer de todo y a las finales no hacen nada (CREA oral, Perú); Más del 40% de los ahorros que se atribuyen a la nueva ley de Welfare, alrededor de 55 000 millones en seis años, serán en un final en beneficio de los inmigrantes (Américas 8/4/1997); Pero a la final también pude superar esa enfermedad (CREA oral, Venezuela).

30.15i La locución de carrerilla (‘de seguido, de corrido’) cuenta con la variante de carretilla, que se usa en Cuba (leer (algo) de carretilla). En el área andina, en Colombia y en algunos países centroamericanos (Honduras y Nicaragua, entre otros) se registra a la fija, casi siempre en el habla popular. En el Río de la Plata se utiliza en fija (En fija que hoy llegan temprano) y de fija. Antiguamente se usó en fijo, que se empleaba asimismo en el español europeo. En las demás áreas hispanohablantes es hoy más frecuente de fijo. El significado de todas estas variantes es ‘con seguridad, con certeza’:

Si escapo de esta —se dijo— en fijo que ya nunca la pierdo (Güiraldes, Segundo); No podrían lucirse tanto de telón adentro; pero se divertirían en fijo; verían cosas muy agradables, muy nuevas, y hasta podrían coquetear con los cantantes (Clarín, Hijo); —Si usté no me hubiera traído la buena suerte —agregó en voz baja—, de fijo que no le hablaría como le estoy hablando (Asturias, Presidente); De fija se va a morir sufriendo como un perro (Página 12/4/2004); Nos reunimos […] para acordar que en ese sitio no se podía más, porque a la fija la aviación nos sacaba (Alape, Paz); El cónsul podía comentárselo a Bianchi; y a la fija, Bianchi alertaría al director del penal para que le suspendiera los pases (Chavarría, Rojo); Ahora le relucía un cuchillón en la mano derecha, que en fija lo había traído en la manga (Borges, Infamia).

30.15j La locución en picada, que se construye con caer, bajar, lanzarse y otros verbos de movimiento, es de uso común en América. La variante en picado es rara fuera de España:

El ave emitió un gemido metálico, casi un lamento lúgubre, y se lanzó en picada con dirección al sur (Colmán, Vuelo); Virginia perdió pie en el colchón y sintió que el corazón se le llenaba de plomo y que descendía en picado a los oscuros e insondables fondos del amor (Castro, L., Fiebre).

Se emplea a la mejor30.11i) en México y algunos países centroamericanos, aunque con menor frecuencia que a lo mejor, de uso general en las demás áreas hispanohablantes:

Se quedaron huérfanos en el pleito y a la mejor me quedo sin ellos (Aguilar Camín, Golfo); Quién puede saber lo que vendrá. A lo mejor yo me caso, y vos también (Benedetti, Geografías).

La locución a cara o cruz cuenta con la variante a cara o ceca, usada en el Río de la Plata.

30.15k Con el sentido de por las malas, se registra a la mala en gran parte de América, como en A la mala no sacarás nada de él o en Me alegro de decírselo, señor personero, porque usted quiere obtener las cosas a la mala (Scorza, Tumba). Casi el mismo significado que al pie de(l) cañón posee a pie de obra, característica del español europeo. Se han creado recientemente en España a pie de calle, a pie de urna (también usada en Cuba y otros países antillanos), a pie de césped y otras variantes similares. En algunos países de las áreas centroamericana y rioplatense se documentan a boca de urna o en boca de urna. En Colombia se emplean a pie de marcha y a pie de lucha. Con el sentido de la locución a toda velocidad se han documentado, entre otras, las variantes siguientes (no conocidas por igual en todas las áreas hispanohablantes):

a toda greña, a toda leche, a toda marcha, a toda mecha, a toda pastilla, a toda prisa, a todo gas, a todo mecate, a todo pique, a todo tiro, a todo trapo, a todo tren, a todo trote, a todo vapor,

entre otras, además de a todo correr, a todo meter y a todo dar13.18f). Existen otros casos similares de variación léxica en las locuciones adverbiales. Las variantes de las relativas libres lexicalizadas encabezadas por donde (donde el diablo perdió el poncho) o cuando (cuando las ranas críen pelo) se estudian en los § 22.8z y 22.9z.

30.15l Un buen número de locuciones adverbiales contienen paradigmas restringidos. Unas veces se forman con un grupo relativamente reducido de sustantivos, pero otras se pueden ampliar si estos cumplen alguna condición léxica o gramatical. Se construyen, por ejemplo, locuciones adverbiales con la preposición en y los sustantivos que designan vehículos y otros medios de transporte: en autobús, en canoa, en coche, en barco, en burro, etc., pero a caballo. No obstante, las primeras están más cerca de los grupos preposicionales, ya que admiten ciertos modificadores (en barco de vela contrasta con *a caballo de carreras). Está semilexicalizada la pauta «a prueba de + sustantivo». Si bien son sumamente frecuentes en esta construcción ciertos sustantivos contables en plural (bombas, golpes, balas, incendios) y algunos no contables en singular (agua, fuego), se admiten otros que no forman parte de un paradigma restringido, como en […] con un sentido del humor a prueba de acreedores (García Márquez, Noticia), o en […] con esa eficacia que siempre me asombra, a prueba de repulsiones (Edwards, Máscaras).

30.15m No son propiamente locuciones las expresiones formadas mediante el esquema «nombre + preposición + nombre» que designan formas de recorrer o revisar algo. No pueden, por tanto, aparecer en los diccionarios casa por casa, página por página, árbol por árbol, etc. Están, en cambio, lexicalizadas, y figuran por ello en los repertorios lexicográficos, muchas locuciones adverbiales que se forman con la misma pauta: punto por punto, ce por be, cuerpo a cuerpo, mano a mano, mano sobre mano, codo con codo, paso a paso, hombro con hombro, etc. Véase también sobre este punto el § 29.4p.

30.15n Con la pauta «a la + adjetivo ordinal femenino» se forman a la primera, a la segunda, a la tercera y otras locuciones similares en las que se sobrentienden los sustantivos vez o tentativa, y se expresa la ocasión en la que se logra lo que se intenta. Sobre la pauta que da lugar a las locuciones a codazos, a golpes, a gritos, a tiros, etc., véase el § 30.16h. Sobre la que permite la serie a decenas, a centenares, a miles, en la que alternan a y por, véase el § 30.16l. Con la pauta «a la + adjetivo gentilicio femenino» se forma un gran número de locuciones en las que se sobrentiende el sustantivo manera (a la francesa, a la griega, a la inglesa, etc.), tantas —de hecho— como puedan concebirse en función de algún estereotipo que designe cierta manera de actuar que se considere característica de algo o alguien:

Fue con una moza de gentil parecer, de hasta veinte y dos años, vestida a la española, limpia y aseadamente (Cervantes, Persiles); […] enarboladas banderas y gallardetes turquescos y con unos tamborilillos y charamolas, tocando a la turquesca (Contreras, Discurso); Los días de la semana ordenados de lunes a domingo constituyen un sistema isomórfico a los días de la semana ordenados, a la inglesa, de domingo a sábado (Torreti, Método); Este, contra su costumbre, tomó sus copas de un solo trago, a la rusa. (López Páez, Herlinda).

30.15ñ Algunas de estas construcciones no son transparentes, por lo que se recogen en el DRAE. Así, a la criolla significa ‘de manera llana, espontánea, no sofisticada’, como en arreglar un carro a la criolla o en el siguiente texto: En Eva se daba la rabia por la justicia. Una implacable voluntad de desterrarla. Lo hacía a la criolla, llevada por la furia santa (Posse, Pasión). Esta misma locución es transparente cuando designa cierta forma de cocinar, como en bifes a la criolla. Se usa «a la + sustantivo femenino» en construcciones lexicalizadas de desigual transparencia que expresan asimismo semejanza con un modo de ser o de comportarse: a la marchanta (‘con desgana o des cuido’ en la Argentina, como en tirarse a la marchanta); tumbarse a la bartola, de igual significado; cortarse el pelo a la garçon (en alternancia con a lo garçon). No son frecuentes los nombres propios en ellas, pero se registran ocasionalmente, como en regatear a la Maradona o en […] y por su pelo negro, arreglado a la Napoleón (Azuela, A., Tamaño).

30.15o Con la pauta «a lo + adjetivo» se forman otras locuciones similares a las descritas en el apartado precedente. Alternan, pues, a la cubana y a lo cubano; a la mexicana y a lo mexicano; a la griega y a lo griego, etc.: Jornada primera. Sale SALEC, turco, y ROBERTO, vestido a lo griego (Cervantes, Sultana). Como se ha explicado, se prefieren las variantes con el artículo femenino cuando se designan ciertas formas establecidas de actuar, muy frecuentemente de preparar alimentos. La variante con lo se admite también con adjetivos no gentilicios:

Cántese a lo llano —dijo a esta sazón Repolido—, y no se toquen estorias pasadas, que no hay para qué (Cervantes, Rinconete); […] alzadas las manos y estendidos los brazos a lo seráfico, recibiendo las llagas (Quevedo, Marco Bruto).

Se diferencia asimismo esta pauta de la anterior en que se aceptan mucho más frecuentemente en ella nombres comunes e, incluso, nombres propios. Se ilustran ambas posibilidades a continuación:

La familia lloraba la ausencia del hijo, sobrino, esposo y padre, el cual era un valentón a lo D. Quijote y una cabeza desclavijada (Galdós, Episodios); […] sabrosos sentimentalismos líricos a lo mulato Plácido (Rubén Darío, Modernismo); La bata de terciopelo brillante le cubría elegantemente hasta los pies y le daba un aspecto aristocrático y decadente, a lo Fellini (Navajas, G., Destrucción); A veces siento la tentación de ocultarme, a lo Fernando Pessoa, tras diversos heterónimos que me reemplacen (Donoso, Elefantes); Se dejaba ver cuando el público no le reconocía y participaba, con su saludo a lo torero, en el espectáculo (Razón [Esp.] 11/12/2001); “Gol no, golazo, lo estoy viendo, festejando a lo Pelé, con los brazos al cielo (Clarín 17/4/1997).

30.15p Junto a las expresiones que se mencionaron en el apartado precedente, formadas sobre un paradigma productivo, presentan mayor grado de lexicalización otras locuciones que denotan abundancia, pero también formas de actuar exageradas, inapropiadas o inhabituales: a lo grande, a lo macho, a lo loco (‘sin ton ni son’), a lo bestia, a lo bruto, y otras como a lo bobo, a lo tonto (‘con disimulo’) o su variante a lo sucusumucu, que se usa en algunas zonas del español caribeño: […] si era loca mosquita muerta, si era loca a lo sucusumucu (Sánchez, L. R., Guaracha). Están totalmente lexicalizadas las siguientes locuciones adverbiales:

a lo más, a lo mejor (también a la mejor), a lo menos, a lo peor, a lo sumo, de lo contrario, de lo lindo, en lo sucesivo, por lo común, por lo demás, por lo general, por lo menos, por lo pronto (también por de pronto y por el pronto, la segunda ya en desuso), por lo tanto, por lo visto, por todo lo alto.

No se incluyen en este paradigma las que se insertan en otras locuciones, como por lo sano en cortar por lo sano.

30.15q Las locuciones adverbiales se diferencian también en la medida en que su estructura sintáctica pone de manifiesto su significado. Son, en efecto, transparentes muchas de las que se ajustan a las pautas mencionadas en los apartados precedentes (a martillazos, a la francesa, a lo bestia, a toda velocidad). También lo son en alguna medida a pie pelado y a pata pelada, que se usan en Chile, en Centroamérica y algunos países del área caribeña con el sentido de ‘con los pies desnudos’:

Me puse los pantalones de aceite y me ensucié la cara y la camisa y a pie pelado me fui andando (Paz, M., Papelucho); […] los bailes a pata pelada alrededor de un sombrero alón (Teitelboim, País).

Con este sentido se emplea pata al suelo en el Perú. Son en parte transparentes a mano alzada, a puño limpio y a mano limpia. La última se usa en Cuba, Colombia y otros países del área caribeña, así como en parte de Centroamérica: Porque ella trabaja, lucha y actúa a mano limpia en la zona de Colombia más flagelada por la violencia (Tiempo [Col.] 13/9/1996). Lo son asimismo a la disparada y de una disparada, que se utilizan en el español rioplatense con el sentido de ‘al momento’, y también con el de ‘precipitadamente’:

Salí poco menos que a la disparada, y me detuve en la esquina (Halley, Hombres); Venía de una disparada a buscar a la madre, porque tenía que volver allá a sembrar su campito (Daireaux, Milagros).

No es transparente, en cambio, la locución al cohete o al cuete, usada en El Salvador y otras partes de Centroamérica, además de en el Río de la Plata. No significa ‘rápidamente’, sino ‘en vano’:

¡Mas si yo hubiera adivinado que tanta sangre vertida era al cohete! (Manso, Misterios); Aquí estamos todos fichados y los disimulos son al cuete (Gasulla, Culminación).

30.15r En general, son mucho más numerosas las locuciones adverbiales que resultan opacas que las que pueden considerarse transparentes. Así, no es posible deducir de su estructura el hecho de que de ahora para luego (usada sobre todo en el área antillana, pero conocida en otras) signifique ‘repentinamente, inmediatamente’: Eso llevaba mucho más trabajo y ella no tenía tiempo, al menos de la manera como había caído aquello, de ahora para luego (Álvarez Gil, Naufragios). Tampoco es posible deducir de su forma el significado de sobre el pucho (‘de inmediato, sin dilación’), que se emplea en el español rioplatense y en algunos países andinos: Las circunstancias obligan entonces a decidir sobre el pucho (Nación [Arg.] 30/6/1992), entre otras muchas locuciones. Es opaca bajo cuerda (‘reservada o subrepticiamente’; por debajo de cuerda en Colombia), mientras que son más transparentes por debajera, que se emplea con el mismo significado en Nicaragua y otros países centroamericanos, y de tapada o a la tapada, usos propios del Caribe continental y de algunos países andinos:

Pero se están equivocando, porque nunca vamos a negociar por debajera los intereses de la democracia (Prensa [Nic.] 30/5/1997); Los mismos liberales lo celebraban. Redactábanlo, de tapada por supuesto (Carrasquilla, Tiempos).

30.15s La transparencia o la opacidad de una locución adverbial está estrechamente relacionada con la conciencia léxica de los hablantes, en particular con la medida en que estos tengan acceso a su origen o a su etimología. Es lógico que la expresión de un macanazo resulte transparente para los que saben que la macana es un tipo de garrote. De modo similar, el sustantivo yapa o ñapa es una voz de origen quechua que significa ‘añadidura, cantidad añadida o restante’. La locución de yapa, usada en las áreas chilena, rioplatense y andina, y su variante caribeña de ñapa significan ‘por añadidura, además, encima’, así como ‘de propina’:

No se puede querer lo que quiero, y en la forma en que lo quiero, y de yapa compartir la vida con los otros (Cortázar, Rayuela); La desesperación le ha llevado […] a anunciar rebajas importantes en las elevadas tarifas de energía eléctrica y del precio del gas, para media hora más tarde bajarlos aún más a los niveles que rigieron el año pasado, y de yapa, como diría el pueblo, prometió nuevos aumentos de salarios (Hoy [Ec.] 10/2/1997).

Se emplea asimismo para ñapa en el sentido de ‘para colmo’.

30.15t Algunas locuciones adverbiales tienen sentidos diferentes según el área lingüística en que se usen. Así, de repente significa ‘repentinamente’ en el español general, pero también equivale a ‘quizá, a lo mejor, posiblemente’ en casi todas las variedades del español americano (con la posible excepción del hablado en las Antillas) y en las islas Canarias (España):

A lo mejor tenía algo grave y no se podía curar con esos remedios de farmacia. De repente necesitaba radiografías o una operación (Vargas Llosa, Palomino Molero); “Nunca se sabe, de repente puedo necesitarlo”, pensó (Allende, Casa); Yo de repente voy a atrasarte (CREA oral, Venezuela).

En el español colombiano y en el argentino adquiere también ese valor la locución de pronto. En el ecuatoriano se usa asimismo de repente en el sentido de ‘raramente, con escasa frecuencia’, como en Venía solo de repente, aunque nosotros le esperábamos cada día. La locución adverbial a destajo se emplea en el español general para designar cierta forma de obtener remuneración por el trabajo. No obstante, en Chile y en el Río de la Plata significa también ‘en desorden, a bulto’: Las sociedades se formaron a destajo, locamente y sin examen, suscritas al minuto (Orrego, Casa).

30.15u Al garrote, a garrote o al garrote vil designan en el español general cierta forma de ejecución, como en […] los de aquí de la vecindad bien que le ejecutan al garrote (López, W., Vine), pero la primera variante se refiere también en Cuba, Panamá y otros países a cierta manera de prestar dinero, concretamente la que se hace a corto plazo y con interés elevado. De forma parecida, la locución de una vez significa ‘ya, definitivamente’ en casi todos los países hispanohablantes, como en ¡Cállate de una vez! (existen variantes como de una buena vez, de una maldita vez, etc.), pero en la República Dominicana, Costa Rica, Guatemala, Panamá y otros países de Centroamérica y del área caribeña se usa también con el sentido de ‘al instante, en un instante’:

Se hicieron las presentaciones y de una vez todos los muchachos y los jóvenes y los hombres casados querían bailar con ella por lo hermosa que estaba (Vergés, Cenizas); Aprovecha el momento para no ver atrás y sale de una vez a los pasillos (Obando, Paraíso).

En bruto se utiliza de forma general como locución adjetiva (‘sin pulir, labrar, tasar o rebajar’), pero en algunas variedades del español caribeño se emplea también como locución adverbial con el sentido de ‘sin límite, sin medida’, como en Fuimos al festival y gozamos en bruto.

Información adicional

En relación con este capítulo, la siguiente entrada del Glosario de términos gramaticales podría ser de su interés:
locución adverbial

 

Nueva gramática de la lengua española
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