Sintaxis

47 Construcciones condicionales y concesivas

47.3 La elipsis en los períodos condicionales y concesivos

47.3a Es posible que diversos segmentos aparezcan elípticos, implícitos o incompletos en las prótasis o en las apódosis condicionales, e incluso en ambas a la vez. Las prótasis condicionales antepuestas que contienen algún segmento elidido retoman el enunciado previo, a menudo cambiando su polaridad. Así, una prótasis condicional puede estar construida únicamente por la conjunción si y el adverbio no, como en Si me invitan a cenar, voy; si no, me quedo en casa, donde se elide el grupo verbal me invitan. La expresión si no suple, por tanto, una oración previa, sin excluir su sujeto. He aquí otros ejemplos de esta misma pauta:

Yo tengo el número de tu móvil, si pasa algo ya te llamaré, y si no, no se te ocurra volver a llamar hasta el domingo por la mañana (Grandes, Aires); Si quieres voy, y si no, no (Vargas Llosa, Fiesta); Si llega la momia al baile, bueno, y si no, pues también, allá lo vamos a ver (Ramírez, Baile).

47.3b Puede elidirse un segmento del grupo verbal que incluye al verbo de la prótasis condicional en construcciones coordinadas o yuxtapuestas, como en Si su padre lo dice, asiente; si su hermano, ya no, donde se omite lo dice. El segmento que permanece tras la elisión se interpreta como tópico (§ 40.1l) en estas oraciones, y puede representar muy diversos modificadores o complementos oracionales, como se comprueba en estas secuencias:

Cada día, además, compraba una rosa y si era muy bella la llamaba Rosita o Rosalinda, si muy grande, Rosetota, si llorosa o mortecina, Rosalía (Martínez Pisón, Ternura); Es decir, que si usted es rico, le ponen en comunicación con ricos; si inteligente, con inteligentes; si alto y delgado, con altos y delgados y así de forma sucesiva (Millás, Articuentos).

47.3c La elipsis que ilustran los ejemplos citados es propia de la lengua literaria y resulta poco frecuente en los textos contemporáneos. Fue, sin embargo, recurso estilístico habitual en la prosa clásica, en particular en la conceptista. En el fragmento que se cita a continuación, la elipsis afecta a segmentos mayores, sea en la prótasis o en la apódosis:

Si uno callava, dezía que era un necio, si hablava, que un bachiller; si se humillava, apocado, si se mesurava, altivo; si sufrido, cobarde, y si áspero, furioso; si grave, le tenía por sobervio, si afable, por liviano; si liberal, por pródigo, si detenido, por avaro; si ajustado, por hipócrita, si desahogado, por profano; si modesto, por tosco, si cortés, por ligero (Gracián, Criticón II).

47.3d Como se explica en el § 48.13g, es polémico que exista propiamente elipsis en las oraciones negativas de foco contrastivo. Estas construcciones adquieren valor correctivo (recuérdese el § 47.2k). El resultado puede ser indirectamente concesivo, como en el primero de los dos textos que siguen, o no serlo, como en el segundo:

Le escribe a un amigo, si no íntimo, bastante estrecho: “Ninguna cosa de interés ofrecía su persona, pero resultaba agradable, si no bella” (Palacio Valdés, Tristán); Pero no me puedes negar que tu actitud conmigo es bastante rara, si no insultante (Donoso, Elefantes).

La diferencia interpretativa radica en la orientación argumentativa de los textos. En el primero se dice que cierto amigo no llega a ser íntimo, y que el grado de amistad no sobrepasa alguna propiedad más baja en la escala valorativa que el hablante establece. En el segundo se dice, por el contrario, que cierta actitud está a punto de alcanzar determinado grado y que tal vez llega a él. Se retomarán estas construcciones en el § 47.6.

47.3e Se crean construcciones con elipsis en las prótasis concesivas en las que la información que se omite se interpreta unas veces catafóricamente, como en Aunque con alguna dificultad, el abuelo conseguía valerse por sí mismo en las tareas cotidianas, y otras anafóricamente, como en El abuelo conseguía valerse por sí mismo en las tareas cotidianas, aunque con alguna dificultad. Como se ha indicado, algunos gramáticos entienden que los períodos en los que una expresión menor que la oración sigue a aunque no son necesariamente resultado de un proceso de elipsis, aunque sea cierto que estos segmentos solo se pueden interpretar por referencia a un contexto previo o posterior. Tampoco hay acuerdo sobre si los segundos componentes de la coordinación adversativa son o no el resultado de un caso de elipsis cuando se trata de segmentos menores que la oración: pero solo a veces, pero muy lentamente, etc.

47.3f La conjunción aunque admite una interpretación adversativa, además de la concesiva. En el uso adversativo (§ 31.10), aunque se asimila a las conjunciones coordinantes, en lugar de a las subordinantes, y se construye con indicativo. La conjunción adversativa pero admite la elipsis del grupo verbal (Ella estaba de acuerdo, pero yo no), y aunque también lo hace en ese mismo contexto. En el fragmento siguiente se elide, por tanto, el predicado se movía: De repente, aguzó el oído. La paja se movía, aunque él no (Madariaga, Corazón). Así pues, aunque puede alternar con pero en este fragmento.

47.3g La conjunción concesiva aunque no acepta —frente a su variante adversativa— la elipsis del verbo junto con sus complementos. Se admiten, por consiguiente, oraciones como Quédate unos días aunque él no se quede, pero se rechazan las variantes con el grupo verbal elidido: *Quédate unos días aunque él no (donde se elide indebidamente se quede). Usada como conjunción subordinante, aunque no acepta, pues, la elipsis de grupo verbal en su conjunto (Maite piensa ir a la fiesta aunque su novio no piense ir), en lo que coincide con si, con las demás conjunciones subordinantes, y —en parte— también con el relativo que. La sintaxis rechazaría las secuencias siguientes si se omitieran los segmentos subrayados, aun cuando su contenido puede recuperarse a través del contexto inmediato:

Ella solía ver las películas que su marido solía ver; Manuel solo aceptará el contrato si su esposa lo acepta; Decidió visitar los lugares que su padre visitó cuando era joven.

Sobre la elipsis en las construcciones comparativas de igualdad análogas a estas formadas con el adjetivo mismo, véanse los § 45.9e, f.

47.3h Existe otro punto de contacto entre las conjunciones adversativas y las concesivas. Con las primeras se pueden formar grupos conjuntivos en predicaciones sin verbo expreso, como en los que se subrayan en pero por la tarde, no, o en pero ella, solo en contadas ocasiones. La conjunción coordinante aunque admite estos mismos usos, como en Tengo fascinación por los idealistas, aunque simpatía no, ninguna (Vargas Llosa, Guerra).

47.3i Los períodos condicional y concesivo coinciden en la posibilidad de admitir elipsis en la apódosis. Esta puede presentar algunas variantes. La elipsis del verbo que deja presentes sus argumentos es característica de las conjunciones coordinantes (Ella quiere salir, y él, quedarse), como se explica en el § 31.8. La elipsis puede dejar reducida la apódosis al sujeto o a un complemento del verbo omitido, junto con un adverbio de foco (sí, no, también, tampoco: § 40.5-9). Se construyen estas secuencias en los períodos condicionales, como en Si Luis está de acuerdo, yo {no ~ también}; Si Luis no está de acuerdo, yo {sí ~ tampoco}, y también en los concesivos, como en Aunque Luis está de acuerdo, yo no; Aunque Luis no está de acuerdo, yo sí, o en los textos siguientes:

Si ustedes ya se cansaron, yo no. Yo me regreso a la sierra (Santander, Ramona); Si ellos se contentaban con hablar de la culpabilidad del fascismo y del capital y de la victoria final del pueblo, yo no (Barea, Forja); Si él no pone su beso entero, yo sí (López Rubio, Puerta); Si a otros no les ha ocurrido, a mí sí (Henestrosa, Hombres); Y si a ti no te importa el sufrimiento de tu mujer, a mí sí (Chamizo, Paredes); Pues aunque tú no me odies más, tu papacito sí (Fuentes, Cristóbal).

Las oraciones condicionales permiten mantener o cambiar la polaridad en estas construcciones, mientras que las concesivas solo admiten el término de polaridad contrario en razón de su propio significado. Contrastan, por tanto, Si ella va, yo también, y *Aunque ella vaya, yo también.

47.3j Piensan algunos gramáticos que las apódosis del tipo yo no o ella tampoco, en las que el primer elemento es siempre tónico y media una pausa entre los dos componentes, corresponden a la pauta «tópico–comentario»40.1d), no solo a la estructura de una oración con grupo verbal elidido. Apoya este análisis el hecho de que se permitan en esas secuencias grupos sintácticos que no ejercen la función de sujeto: Si a otros puede engañar, a mí no (Villaverde, Cecilia Valdés). Las prótasis condicionales de este tipo se asimilan en parte a las que en el § 47.6 se denominan pseudocondicionales, en cuanto que también en ellas queda en entredicho que tengan sentido hipotético. En efecto, el que dice Si a ti no te gusta, a mí sí, no comunica que en el caso hipotético de que algo no guste a su interlocutor, complacerá al que habla, sino que contrapone dos estados de cosas tenidos por reales en igual medida. La elipsis parcial del grupo verbal en las prótasis condicionales y concesivas es esperable y no está sujeta a ninguna particularidad, como en Si tú vas por tu camino y yo por el mío… o en No nos diferenciamos mucho, aunque tú seas un hombre y yo una débil mujer (Miralles, Dragón).

47.3k La elipsis de infinitivo en las perífrasis verbales (§ 28.1m y ss.) y en algunas estructuras asimiladas a ellas se obtiene tanto en las condicionales como en las concesivas. Se produce, en efecto, la elipsis catafórica16.6e) del infinitivo, como en Si puedo, te ayudo (< Si puedo ayudarte, te ayudo) o en Si no quieres, no vayas (< Si no quieres ir, no vayas). El resultado es el mismo en las concesivas: Aunque no quieras, tendrás que ir (< Aunque no quieras ir, tendrás que ir). La elipsis anafórica es también idéntica en ambos períodos: Iré si me dejan (< Iré si me dejan ir); Va a tener que irse aunque diga que no puede (< … aunque diga que no puede irse).

47.3l Como en otros casos de subordinación, los pronombres pueden dar lugar a un resultado similar al que produce la elipsis. En Si lo desean, pueden fumar, el pronombre lo remite catafóricamente al infinitivo fumar; en Si desean fumar, pueden hacerlo, la proforma hacerlo recupera su contenido anafóricamente, puesto que remite a fumar. En Si quieren, pueden fumar, se da la elipsis parcial de grupo verbal característica de los auxiliares (por tanto, Ø remite a fumar en Si quieren Ø, pueden fumar). La diferencia entre querer y desear en lo relativo a este punto —es decir, el contraste Si {*desean ~ lo desean}, pueden fumar— se analiza en el § 28.4d.

47.3m Las condicionales y concesivas truncadas o suspendidas se asimilan a las construcciones que contienen elipsis de algún segmento. Cuando se deja en suspenso la prótasis (lo que se marca en la inflexión con alargamiento de la última sílaba, a veces con semianticadencia), el hablante entiende que el destinatario sabrá reponer la apódosis que se omite. La información que se calla puede ser convencional, en el sentido de estar basada en fórmulas estereotipadas propias de las construcciones optativas y desiderativas, especialmente si las prótasis son condicionales: Si yo tuviera tu edad…; Si tú supieras…; Si yo te contara…; Si yo fuera rico…, etc. Otras veces, no obstante, las prótasis no están lexicalizadas. El hablante pone de manifiesto algún deseo cuyo contenido no llega a expresar y que el destinatario puede entrever solo en parte. Si la condicional es irreal, se comunica que el deseo no ha sido o no puede ser alcanzado:

Existe la psicología, señorita, pero no la magia. Hm, si yo tuviera esos poderes… (Gamboa, Páginas); Pero usted ya sabe, mi coronel, cómo son estos negros, porque ya le digo: si hubiera sido yo… (Delgado Aparaín, Balada); Miro a una mujer en el aeropuerto, frente a mí, y pienso: y si yo hubiese nacido de ella… (Serrano, M., Vida); Y en estas cosas uno tiene idea de la medida, no porque nos lo hayan enseñado desde pequeños, no, si fuera eso solo…, pero no lo es (Chacel, Barrio); Atenta ocho horas a deseos extraños… Servir, servir, servir. Si supiera escribir a máquina, si supiera idiomas… (Aub, Calle); “Si pudiera escribir” he pensado —no por primera vez pero sí con mayores ansias que nunca—, “si pudiese crear algo propio…” (Somoza, Caverna).

Las condicionales suspendidas construidas de esta forma constituyen un recurso frecuente de la lengua poética, como en ¡Si me llamaras, sí, / si me llamaras! (Salinas, Voz), pero también del discurso dramático y de otras formas de expresión literaria.

47.3n Las locuciones adverbiales al menos y por lo menos son muy frecuentes en las condicionales suspendidas. Las prótasis así formadas expresan el deseo de que tenga o no tenga lugar un estado de cosas que se considera mínimo comparado con otras posibilidades, y se sugiere que el cumplimiento de esa condición es suficiente para que el hablante se dé por satisfecho en relación con alguna necesidad que no siempre hace explícita:

Si por lo menos le hicieran caso —le digo. —Cállate —dice Berta (Saer, Imborrable); He venido a meterles prisa y a que sepan que estamos al tanto de los diversos jueguecitos que hay aquí. Si al menos interrumpiesen sus envíos… Por eso vine (Gala, Pasión); —Tengo miedo —dijo, sencillamente—. Si por lo menos me hubiera puesto unas violetas en la blusa (Cortázar, Bestiario); Si al menos hubiera organizado la cosa de una manera mediocre, defectuosa. Pero ese idiota ha convertido el Servicio de Visitadoras en el organismo más eficiente de las Fuerzas Armadas (Vargas Llosa, Pantaleón); ¡Si al menos tuviera a alguien a quien confiar mis cuitas! (Mendoza, Gurb); Ahora que ya no me voy a poder poner un biquini en mi vida, si por lo menos me quedara así de delgada… (Grandes, Aires).

Las locuciones adverbiales mencionadas se caracterizan además por que pueden preceder o seguir a la conjunción si. Cuando anteceden a toda la prótasis, forman con ella una expresión correctiva que introduce una salvedad con respecto al contenido de la apódosis, como en Para preparar este trabajo tendrás que ir a la biblioteca de la Universidad, al menos si quieres hacerlo bien. Cuando estos adverbios siguen a la conjunción, introducen la condición mínima necesaria, como en los ejemplos que se destacan en el grupo anterior.

47.3ñ El adverbio siquiera se documenta con abundancia hasta el siglo xix en esta pauta, y —con menor pujanza— también en la lengua actual. La prótasis condicional expresa asimismo en estos casos un requisito mínimo exigible, por lo que equivale a si al menos, si por lo menos o si tan solo. Las prótasis condicionales encabezadas por si siquiera están a menudo truncadas, pero la combinación se usa también en períodos completos:

Si siquiera estuvieran aquí doña Símula y Carlota cuando le diera la noticia a la señora. No pudo hacer nada (Vargas Llosa, Conversación); “¡Si siquiera hubiera dejado de lavarse la boca un día!”, ha dicho la madre (García Márquez, Obra periodística); No puede ser literario […] Si siquiera fuera mercantil; pero cómo ha de ser (Larra, Fígaro); Yo soy un católico y si siquiera hay una leve posibilidad de que estos tipos sean culpables, yo voto contra ellos (Salvador Hoy 11/10/2000); ¡Si siquiera pudiera salir para hacer algo sonado! Si pudiera… (Montenegro, Hombres).

Sobre el uso de siquiera con el valor de aunque, véase el § 47.16j.

47.3o La expresión si siquiera muestra cierto grado de redundancia, al menos considerada etimológicamente. No existen combinaciones equivalentes como *aun aunque en las concesivas, pero sí otras como incluso aunque47.2r), que —aunque también presentan cierto grado de reiteración— forman parte del sistema gramatical. En lugar de si siquiera, se documenta con mayor frecuencia la variante si tan siquiera, de igual significado. Al igual que la anterior, es más frecuente en el español americano que en el europeo, pero se atestigua en ambos:

¡Ay, Señor! Si tan siquiera les quitaran esa escolta horquetera tan afrentosa; si tan siquiera no se notasen, en el ñurido rostro, los recibos de las trompadas (Carrasquilla, Marquesa); ¡Si tan siquiera supiesen los escritores imitar a los animales! (Roa Bastos, Supremo); Lo de Apolinar son sueños de opio, si tan siquiera fuera menos pasguato… ¡Pero qué va! (Hayen, Calle); Seguros estamos de que la Iglesia pintorescamente denominada de Dios Feliz […] para la inmensa mayoría de nuestros cultos lectores, si tan siquiera han oído hablar de ella, no pasará de ser, en el mejor de los casos, sino una de tantas expresiones de religiosidad más o menos aberrante (Ayala, Fondo).

Sobre el uso de aun si bien en la lengua antigua, véase el § 47.16n.

47.3p Se interpretan a menudo como advertencias las prótasis condicionales suspendidas introducidas por como: Ahora lo único que hace falta es que os portéis, porque como sigáis así… (Caballero Bonald, Días). No obstante, pueden también constituir lamentaciones anticipadas de alguna contingencia futura: Como no llueva pronto…; Como se le ocurra presentarse sin avisar…, o en Pero se ha emperrado en que no, y como diga que no… (Martín Gaite, Visillos). Para otras particularidades de las prótasis construidas con como condicional, véanse los § 47.10b, c.

47.3q Se asimilan a las condicionales suspendidas las interrogativas encabezadas por la conjunción y en las que se propone algo, como en ¿Y si lo dejamos para otro día? El cine, digo. Yo podría el domingo. Si a usté le queda bien… (Gamboa, Páginas). En otras prótasis suspendidas se conjetura la posibilidad de que pueda darse algún hecho o sea cierto algún estado de cosas, como en ¿Y si estuviéramos todos equivocados? o en los textos que siguen:

¿Y si ella se niega a dármelo y quedo desairado? (Arlt, Jorobadito); —¿Y si aún quisiera oponerse a vuestros amores? —Todo sería inútil (Benavente, Intereses); —¿Y si te jurase que nada pasará? —No te creería (Cela, Pascual Duarte); ¿Y si nos piden que estudiemos física nuclear? (Arango, Realidad); ¿Y si me enamoro de usted? (Facundo, Estampas); ¿Y si no despierta nunca? (Buitrago, Señora); ¿Y si vuelven esos hombres y me encuentran allí? (Inclán, Astucia); ¿Y si fallo esta vez? (Padura, Paisaje); ¿Y si el pueblo se lo pidiera? (Serna, Seductor).

47.3r Es frecuente construir esas oraciones con acaso, ya que este adverbio (§ 30.11i) refuerza la verosimilitud o la probabilidad de la hipótesis que se plantea:

¿Y si, acaso, perpetuaran en la Tierra una nueva raza de monstruos iguales a nosotras? (Andahazi, Piadosas); ¿Y si por acaso anduviera armado de aquel revólver con el que asustó a los músicos, o de algún cuchillo o navaja? (Ramírez, Baile).

Se dejan también suspendidas a menudo las prótasis condicionales introducidas por con tal (de) que o con tal de, como en Me encojo de hombros y le contesto: —Con tal de que funcione... (Pérez Merinero, Días), así como algunas prótasis de sentido condicional ya lexicalizadas:

Ah, siendo así… Perdona (Gala, Ulises); El respetable director de ONSEC […] debe de investigar seriamente si en realidad ciertos expedientes están durmiendo la mona en las gavetas de la Oficina Nacional de Servicio Civil, pues cuando el río suena… (Hora 12/9/2000).

Esta propiedad se extiende a construcciones que solo de forma indirecta poseen sentido condicional, como los complementos argumentales de bastar y bastante que introduce la preposición con33.3p y 36.7k): Da igual cómo sea la impresora. Con que tenga puerto USB… Sobre los límites entre las prótasis condicionales suspendidas y las oraciones exclamativas, véase el § 42.15t.

47.3s Algunas oraciones concesivas suspendidas se caracterizan por el hecho de que la información que se omite en ellas no se recupera directamente del discurso previo, como en las referencias incompletas a refranes (Aunque la mona se vista de seda…). Otras veces, en cambio, esa información es aportada por el discurso precedente, como en la expresión semilexicalizada aunque así sea (también aunque así fuera o fuese, etc.): ¡Pues yo creo —dijo de mal humor la tía— que esta chicuela es capaz hasta de tirar bombas! —Y aunque así fuera… —insinuó Augusto (Unamuno, Niebla). En esta prótasis concesiva suspendida se entiende —pero no se afirma, puesto que no hay apódosis— que la situación descrita no es óbice para que se dé alguna otra. La misma interpretación, en la que se sugiere que nada importante sucedería si se diera el estado de cosas descrito previamente, se obtiene en esta otra prótasis concesiva suspendida:

—Así me gusta. Esto se llama ser filósofo en toda la extensión de la palabra, y elevarse sobre las miserias humanas —dijo la viuda con emoción verdadera o falsa—. No vuelvas a acordarte más del santo de su nombre… —Y aunque me acordara, tía, aunque me acordara… (Galdós, Fortunata).

47.3t Como se explica en el apartado anterior, la información omitida en las prótasis concesivas incompletas es proporcionada por el discurso previo en la mayor parte de los casos. Así, las dos prótasis concesivas yuxtapuestas que contiene el siguiente texto no forman parte de un período: Cualquier cosa que usted nos revele será valiosa. Aunque sean solo suposiciones, aunque sean solo sospechas (Volpi, Klingsor). Sin embargo, la información ausente en esas prótasis se recupera sintácticamente, puesto que en cada una de ellas se elide … lo que usted nos revele. Las prótasis concesivas que constituyen turnos discursivos, especialmente en réplicas o apostillas, dan lugar a períodos completos, ya que a través del discurso precedente se recupera la apódosis omitida. Si alguien dice ¿Me tengo que levantar? Me duele mucho la rodilla, podría respondérsele simplemente con el enunciado Aunque te duela. En esta respuesta se elide la apódosis del período concesivo que corresponde a ese fragmento del discurso (Te tienes que levantar). Los períodos condicionales incompletos son también habituales en los diálogos. Así, a la pregunta ¿Puedo ir con ustedes? podría responderse con el enunciado Si tu mamá te deja.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
elipsis, elisión

 

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