Cuestiones generales

1.7 Unidades morfológicas (III). Sus relaciones con las fonológicas

1.7a No será posible presentar en esta sección todos los fenómenos morfológicos que se solapan o se traslapan de manera parcial con los fonológicos en español, por lo que se hará tan solo una breve mención de los fundamentales. Se llama silabación, silabeo o silabificación el proceso de segmentar las palabras en sílabas. Las sílabas se suelen separar con un punto. En los ejemplos que siguen se aíslan sílabas, pero no se transcriben las voces fonética ni fonológicamente, ni se altera tampoco la ortografía: ca.sa, cor.tas.te, trans.por.tar. La silabación es sensible a veces a la estructura morfológica del español. Así, el adjetivo sublunar, en el que se reconoce el prefijo sub-, se segmenta silábicamente en la forma sub.lu.nar, y no en la forma *su.blu.nar, mientras que el adjetivo sublime —en el que no se reconoce ningún prefijo— se silabea en la forma su.bli.me, y no en la forma *sub. li.me, a pesar de que desde el punto de vista etimológico contiene un prefijo.

1.7b La diferencia que se acaba de describir establece una conexión estrecha entre informaciones fonológicas (la separación en sílabas) y morfológicas (la presencia de un prefijo). El prefijo condiciona también el silabeo del verbo subrayar: sub.ra.yar. Esta separación en sílabas contrasta con la de sabroso (sa.bro.so, sin prefijo), y se parece a la de deshuesar: des.hue.sar, pronunciado en muchas ocasiones [dez.e.ˈsaɾ]. Por el contrario, la palabra desuello se segmenta en la forma de.sue.llo, en la que no se reconoce —al menos sincrónicamente— ningún prefijo. Se ha observado repetidamente que las alternancias en la segmentación silábica están en función de la transparencia o la opacidad del prefijo, que pueden ser variables. Así, en el caso de adherir se registran ad.he.rir y también a.dhe.rir (es decir, /a.de.ˈɾiɾ/), con preferencia por la segunda opción; en el de subalterno se atestiguan sub.al.ter.no y también su.bal.ter.no. Existen otros casos similares. La segmentación ortográfica de las palabras es también sensible a su estructura morfológica. Así, si el signo «-» se identifica como el guion que separa las palabras a final de línea, estará bien situado en sub-lunar y en su-blime, pero mal situado en su-blunar y en sub-lime.

1.7c Como se vio en el § 1.6g, las bases léxicas poseen variantes alternantes, también llamadas alomorfos. Estos dos términos se suelen usar de manera general para identificar las variantes que se perciben en los procesos derivativos y en los flexivos, aunque sean de naturaleza muy diferente. Se dice, pues, que la raíz de tener presenta las variantes alternantes ten-, tien- y tuv-. Muchos autores dan cabida entre las variantes alternantes o alomorfos a las que proceden de otras lenguas. Desde este punto de vista, la palabra ojo forma sus derivados con las variantes alternantes oj-, ocul- y oftalm-, de forma que la última, de origen griego, alterna con las otras dos, de origen latino. Otros gramáticos reducen en cambio las variantes alternantes a las que proceden de la misma lengua. Los alomorfos también se extienden a las desinencias (-aba, -ía), a los sufijos (-ble, -bil-; -ción, -ión; -al, -ar; -edad, -idad) y a los prefijos (in-, i-; con-, co-).

1.7d Los sufijos se caracterizan por imponer con frecuencia pautas prosódicas a la palabra a la que se adjuntan. Varios de ellos convierten en tónica la sílaba inmediatamente anterior, como -ico o -eo (como se explicó en el § 1.6h el signo - se usa para reflejar en la escritura esta propiedad). Así, de apatía (llana) se deriva apático (esdrújula), y de Hércules se obtiene hercúleo, también con cambio de acento. Son muy numerosos los sufijos tónicos —flexivos y derivativos— que trasladan el acento de la palabra en la que aparecen, sea cual sea el que la base manifieste: -idad (ágil > agilidad), -ito (mantel > mantelito), -eza (áspero > aspereza), etc.

1.7e Se llaman alternancias vocálicas las que distinguen dos bases léxicas en función de las diferencias que las vocales presentan en ellas. De todas las alternancias vocálicas del español, las que muestran mayor sistematicidad morfológica son las que afectan a la diptongación. Las dos alternancias fundamentales son /e/ ~ /ié/ y /o/ ~ /ué/. La ĕ y la ŏ breves latinas pasaron a ser abiertas en latín vulgar y diptongaron en español en posición tónica. La ausencia de diptongación tiene lugar muy frecuentemente en las sílabas átonas de las palabras derivadas en las que se observa un cambio acentual respecto de las voces de las que derivan (tierra > terrestre; huésped > hospedar). Las alternancias vocálicas en la flexión verbal se estudian en el capítulo 4; las relativas a la flexión nominal y adjetival se analizan en los capítulos 2 y 3.

1.7f La alternancia /e/ ~ /ié/ se obtiene tanto en la morfología flexiva (cerrar ~ cierro; perder ~ pierdo; herir ~ hiero) como en la léxica, particularmente en la derivación: cierto > certeza; crecer > creciente; diente > dentista; estiércol > estercolero; fiesta > festivo; incienso > incensario; niebla > neblina; tienda > tendero. Existen, sin embargo, numerosas irregularidades en esta alternancia. Así, no diptongan los verbos arredrar, entregar, esperar, invernar, pretender (frente a entender) y muchos de los terminados en -entar (yo adecento, cumplimento, incremento, lamento…; pero yo acreciento, caliento, etc.), entre otros que se estudian en los § 4.10a-i. Estas irregularidades dan lugar a veces a diferencias dialectales o sociolectales, como apreta~ aprieta;frega~ friega; neva~ nieva4.10d). La lengua culta prefiere las formas diptongadas en estos pares. Se encuentra muy a menudo el diptongo en sílabas no tónicas cuando se daba esta secuencia vocálica en las correspondientes voces latinas: ambientar, dietario, expedientar, orientar. Se perciben numerosas irregularidades en los derivados apreciativos y otros asimilados a ellos: viejito ~ viejecito (ambas con diptongo en sílaba átona), junto a vejete ~ viejete o cieguito ~ cegato. También se observan irregularidades y alternancias en algunas voces derivadas (fiestero ~ festero; miedoso ~ medroso, etc.). Se retoman todas estas alternancias al considerar cada uno de los afijos o grupos de afijos mencionados.

1.7g La alternancia /u/ ~ /ué/ obedece a pautas similares. Se percibe en contar ~ cuento; dormir ~ duermo; rodar ~ ruedo; soñar ~ sueño; tostar ~ tuesto, y en otros muchos verbos que se examinan en los § 4.10j-ñ. No diptongan, en cambio, los verbos ahogar, conformar, derrocar, morar, sorber, entre otros. No obstante, en el habla coloquial de algunas regiones, alternan cozo ~ cuezo; forzo ~ fuerzo y soldo ~ sueldo, como se explica en el § 4.10k. También aquí se prefieren las variantes diptongadas en la lengua culta. Se observa asimismo la alternancia /o/ ~ /ué/ en gran número de voces derivadas: bueno > bondad; Cuenca > conquense; fuego > fogoso; nueve > noveno; pueblo > popular; Venezuela > venezolano; vergüenza > vergonzoso, avergonzar. También se atestigua la elección de la variante diptongada en muchos compuestos (cuelgaplatos, cuentakilómetros, vuelapluma).

1.7h En la derivación apreciativa se observa mayor resistencia a la ausencia de diptongación en las sílabas átonas, y también mayores irregularidades y alternancias entre variantes diptongadas y no diptongadas. Se obtienen así formas como cuerdita o cuerdecita, pero cordón, cordada; cuerpito o cuerpecito, pero corporal, corpiño; huequito o huequecito, pero oquedad; huerfanito, pero orfandad, orfanato; pueblito o pueblecito, pero poblacho; tiernito o tiernecito, pero ternura. Aunque existe portorriqueño, se prefiere puertorriqueño, con diptongo en sílaba átona, a diferencia de porteño. Alternan novísimo y nuevísimo, pero solo se registran nuevito, nuevecito. También se percibe cierta irregularidad en otras clases de derivados: huevera y amueblar (aunque existe amoblar), con diptongo en sílabas átonas, frente a ovular y mobiliario, sin él, entre otras muchas voces. Las alternancias /e/ ~ /i/ (medir ~ mido), /i/ ~ /ié/ (adquirir ~ adquiero), /o/ ~ /u/ (dormir ~ durmió) y /u/ ~ /ué/ (jugar ~ juego) se examinan en los § 4.10o-w.

1.7i Las alternancias consonánticas pueden diferenciar dos o más bases léxicas. Entre las numerosas alternancias consonánticas del español destacan las siguientes:

Alternancia /k/ ~ /s/ (/θ/ en gran parte del español europeo): sueco–Suecia; médico–medicina; opaco–opacidad.

Alternancia /g/ ~ /s/ (/θ/ en gran parte del español europeo): narigudo–nariz; mendigo–mendicidad; Lugo–lucense.

Alternancia /t/ ~ /s/ (/θ/ en gran parte del español europeo): inocente–inocencia; profeta–profecía; Marte–marciano.

Alternancia /d/ ~ /s/ (/θ/ en gran parte del español europeo): privado-privacidad; delgado–adelgazar; educado–educación.

Alternancia /g/ ~ /x/: filólogo–filología; Cartago–cartaginés; conyugal–cónyuge.

Las alternancias consonánticas en la derivación nominal se analizan en los capítulos 5 y 6; las relativas a la adjetival se estudian en el § 7.2.

1.7j Las alternancias en las bases o en los afijos se crean a través de distintos procesos. Se llama haplología la supresión de consonantes, a veces incluso de sílabas, en las raíces de algunas palabras derivadas o compuestas, como en Extremad- > extrem (extremeño); gratuit- > gratui- (gratuidad); independ(i)ent- > independ- (independizar); navidad- > navid- (navideño); novedad- > noved- (novedoso). Se denomina suplencia, supleción o supletivismo la sustitución de una base por otra de igual significado, y a menudo de su mismo origen. El fenómeno es muy habitual en las alternancias entre las bases cultas, heredadas generalmente del latín (a veces como intermediario del griego) sin alteraciones fonéticas, y las bases patrimoniales, es decir, propias del español. Son bases supletivas, entre muchas otras, las siguientes:

acu- (acuoso) para agua; anglo- (anglohablante) para inglés; bel- (bélico) para guerra; dan- (da
nés) para Dinamarca; episcop- (episcopado) para obispo; fil- (filial) para hijo; fratern- (fraternal)
para hermano; gubern- (gubernamental) para gobierno; lact- (lactosa) para leche; nas- (nasal) para
nariz; neoyork- (neoyorkino) para Nueva York; parl- (parloteo) para hablar; pluv- (pluvial)
para lluvia.

Las bases supletivas se extienden también a la flexión, como en cup- (cupo) para caber, en tuv- (tuvieron) para tener, o en las diversas bases de los verbos ir (iré, pero fui, voy) o ser (seré, pero fuimos, eras), tal como se explica en los § 4.13f-m.

1.7k Se suele denominar sincretismo a la confluencia de varias informaciones morfológicas o sintácticas en un solo segmento. Afecta especialmente este fenómeno a los constituyentes flexivos. Así, en el ejemplo cant-é confluyen en , como se vio (§ 1.3m), las informaciones de tiempo, número, persona y modo, si bien muchos morfólogos postulan hoy segmentos nulos para evitar dicha confluencia formal (§ 4.2). Repárese en que, de modo relativamente similar, no es posible separar en el adjetivo mejor la raíz de la información cuantificativa (más exactamente comparativa) que se agrega al contenido representado por bueno. La segmentación es posible, en cambio, en más bueno o en buenísimo.

1.7l Algunas de las alternancias vocálicas que se mencionaron en el § 1.7e reciben también interpretaciones distintas desde las vertientes sincrónica y diacrónica del análisis morfológico, brevemente presentadas en el § 1.6. Se observa el proceso de diptongación /e/ > /ié/ en verbos de la segunda y la tercera conjugación (ardiente, balbuciente, crujiente, dependiente), pero también su ausencia (competente, excedente, existente, presidente). Ambas opciones son a veces posibles, como en ascendente ~ ascendiente. Desde el punto de vista sincrónico, es preciso marcar todos los casos particulares, puesto que las irregularidades no se explican en función de la estructura fonológica de esas voces, ni tampoco en función de la clase morfológica a la que pertenecen los verbos. El análisis etimológico, en cambio, permite comprobar que la mayor parte de las formas no diptongadas son cultismos que ingresaron en el idioma después de las voces que habían experimentado la diptongación. Se retoma esta cuestión en los § 7.11f y ss.

1.7m Forma parte del estudio tradicional de la morfología el truncamiento o acortamiento. Se trata de un proceso consistente en la reducción formal de un elemento léxico por apócope o supresión de una o más sílabas finales, sin que por ello se alteren ni su significado ni su categoría gramatical. Suelen ser más propios de registros coloquiales, o bien del lenguaje de los jóvenes, especialmente en la enseñanza (cole, dire, profe, seño), la profesión o actividad (capi, presi), la familia (abue, bisa), etc. Aun así, muchos han pasado a formar parte de la lengua general (auto, bici, foto, moto, otorrino, tele, zoo). El truncamiento constituye también uno de los recursos más utilizados en la formación del lenguaje juvenil de algunos países (compi, disco, díver, porfa) y está en el origen de muchos hipocorísticos (Chus, Mila, Rafa, Rufi, Teo, Tere). Sobre la formación de estos derivados, véase el § 12.8m. Los acortamientos adquieren a veces connotaciones que no son perceptibles en la palabra completa, como puede observarse en progre (progresista) o depre (depresión, depresivo).

1.7n Proceden de un truncamiento extremo las abreviaturas, que consisten en la representación de una palabra por medio de una o varias de sus letras. Se trata de un proceso que corresponde a la lengua escrita, puesto que en la oral se reproduce la secuencia fónica completa. Abundan las formadas por apócope, como D. (don), cap. (capítulo), p. (página), ej. (ejemplo), cód. (código), mín. (mínimo). Es también muy frecuente el recurso de la síncopa, consistente en la pérdida de elementos gráficos en el interior de la palabra, como puede observarse en afmo. (afectísimo), Cnel. (coronel), dpto. (departamento), Dña. (doña), Sra. (señora), Ldo. (licenciado), Dr. (doctor) y tantas otras. Cuando representan formaciones léxicas complejas, suelen estar constituidas por las iniciales de las palabras que las integran, como en S. A. (sociedad anónima), C. P. (código postal), S. A. R. (Su Alteza Real), S. S. (Su Santidad), V. M. (Vuestra Majestad). Como se explica en el § 3.7h, no deben confundirse las abreviaturas con los símbolos alfabetizables, que se escriben sin punto de cierre y son invariables en plural.

1.7ñ Tienen también estructura morfológica las siglas que forman numerosos sustantivos, la mayor parte de los cuales designan organizaciones, instituciones o corporaciones (ONG, FMI, OMS). El término sigla se aplica tanto a la secuencia completa como a cada una de las iniciales que la integran. La formación de siglas es un procedimiento sumamente productivo que se ha convertido en uno de los recursos de creación léxica más utilizados en la lengua actual. Se ha destacado repetidamente su aportación a la economía lingüística y, en particular, al incremento de la rapidez y la facilidad en la transmisión de las informaciones. Asimismo, se ha censurado la confusión a la que pueden dar lugar, tanto por su proliferación como por el esfuerzo de atención y de memoria que exige en los usuarios. Una vez constituidas, pueden comportarse como cualquier palabra y admitir la formación de derivados, aunque no todos pasen a los diccionarios: peneuvista (‘relativo al PNV’, Partido Nacionalista Vasco), otanización (de OTAN).

1.7o Han ingresado en el español algunas siglas formadas en otras lenguas, aunque es frecuente que los hablantes desconozcan su origen, como es el caso de ABS (del inglés antilock braking system ‘sistema de frenado antibloqueo’). Otras veces se conserva la sigla foránea aunque no corresponda exactamente a su traducción: CIA (Central Intelligence Agency; en español, Agencia Central de Inteligencia). Las siglas suelen compartir con las abreviaturas de secuencias pluriverbales la forma en que se construyen, con ciertas diferencias formales relativas a los espacios en blanco y la presencia o ausencia de puntos (s. a. ‘sin año’, frente a SEO ‘Sociedad Española de Ornitología). A diferencia de las abreviaturas, las siglas pertenecen también al plano oral y constituyen por sí mismas una forma de designación. Como se explica en el § 3.7k, las siglas se dividen en deletreadas (UCR), silabeadas (en el sentido de ‘legibles como palabras’: APRA) y mixtas (CSIC). Los artículos, preposiciones y conjunciones no suelen intervenir en su formación (INAEM < Instituto Nacional de Artes Escénicas y de la Música), a no ser que convengan a la pronunciación (PYME < Pequeña y Mediana Empresa).

1.7p Los acrónimos son siglas pronunciables como palabras que se integran en la lengua como sustantivos y se pronuncian como tales, como ovni, de o(bjeto) v(olante) n(o) i(dentificado) o láser, que procede de la expresión inglesa l(ight) a(mplification) (by) s(timulated) e(mission) (of) r(adiation). Se denomina también acrónimo el término formado mediante la unión de distintos segmentos de varias palabras (como ocurre en Mercosur, formado a partir de Mercado Común del Sur), en particular con el principio de una palabra y el final de la siguiente, como en ofimática, de ofi(cina) (infor)mática; Eurasia, de Eur(opa) (y) Asia; cantautor, de cant(ante) (y) autor, y otras muchas. Así pues, el acrónimo es un nuevo vocablo cuyo significado emana de la combinación de las palabras que lo constituyen. Los que se integran en la lengua como nombres comunes suelen escribirse con minúsculas, tal como se ve en los ejemplos citados. Al igual que ocurre con las siglas, algunos acrónimos son préstamos de otras lenguas, y no es extraño que el hablante pierda conciencia de su formación. Es lo que sucede en el sustantivo citado láser o en formaciones como radar, del inglés ra(dio) d(etecting) a(nd) r(anking), o euríbor, de Eur(opean) I(nterbank) O(ffered) R(ate). Se dedica al plural de acortamientos, abreviaturas y siglas el § 3.7.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
abreviación, abreviatura, acortamiento, acrónimo, alomorfo, alternancia, amalgama, haplología, morfofonología, sigla, supletivismo

 

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