Sintaxis

13. El adjetivo y el grupo adjetival

13.2 Clases fundamentales de adjetivos (I). Restricción y gradación

13.2a En la sección anterior se distinguieron los tradicionalmente llamados adjetivos determinativos (determinantes y cuantificadores) de los adjetivos calificativos. También se ha explicado que los adjetivos pueden ser modificadores o atributos, en virtud de la función sintáctica que desempeñen, y que ambas alternativas constituyen manifestaciones gramaticales de una misma noción semántica, que se suele denominar predicación. Las entidades designadas por el nombre común pertenecen a una especie o familia formada por un número indeterminado de seres (la extensión del nombre) que comparten ciertas propiedades (su intensión o comprensión). Cuando el adjetivo desempeña la función de modificador nominal, la propiedad denotada por este puede restringir la extensión del sustantivo, como en gatos negros, día claro, pero también puede destacar, ponderar o evaluar un rasgo de su intensión (es decir, de su significado), como en misteriosos gatos, claro día, lo que da lugar a los llamados epítetos, sobre los que se volverá en los § 13.2e y ss.

13.2b Como consecuencia de la distinción introducida, el grupo nominal gatos negros tiene una extensión más reducida que la del sustantivo gatos, puesto que denota un subconjunto de este. Al añadir la intensión del adjetivo negros a la del sustantivo gatos, se obtiene un subconjunto (el de los gatos negros) del conjunto mayor (el de los gatos), del que quedan excluidos los gatos que no son negros. En lo esencial, este es el papel semántico del adjetivo como modificador restrictivo en el interior del grupo nominal. En cambio, la extensión de gatos en los misteriosos gatos, donde misteriosos es un modificador no restrictivo, coincide con la de gatos: el adjetivo se aplica, por tanto, a todas las entidades designadas por el sustantivo destacando o ponderando la propiedad que el primero aporta (en este caso la de ser misteriosos) y presentándola a la vez como rasgo inherente de la clase de los gatos denotada por el grupo nominal. Aun así, en virtud del valor del artículo, podría darse el caso de que el grupo nominal los misteriosos gatos no denotara toda la clase de los gatos, sino solamente algún grupo caracterizado en el discurso precedente. Esta propiedad del artículo se analiza en el § 14.4.

13.2c La distinción entre adjetivos restrictivos y no restrictivos está estrechamente relacionada con la posición que ocupa el adjetivo en el grupo nominal: por lo general, el adjetivo restrictivo aparece en posición posnominal y el no restrictivo en la prenominal. Existen, no obstante, algunas excepciones, que se examinarán en los § 13.13-15. Ciertos adjetivos son inherentemente restrictivos (es decir, restrictivos en función de sus propiedades léxicas). Es el caso de portátil en lámpara portátil, civil en guerra civil o focal en distancia focal, entre otros muchos que se analizarán más adelante. Se caracterizan por no usarse como epítetos, y también por acotar o delimitar la extensión del sustantivo. Otros adjetivos solo son restrictivos en unos contextos y no restrictivos en otros. En efecto, alternancias como los campos verdes ~ los verdes campos no se extienden a pares como los taxis amarillos ~ *los amarillos taxis. Ello muestra que un mismo adjetivo puede ser restrictivo en un caso y no restrictivo (epíteto) en otro, pero también que los adjetivos de color no siempre pertenecen a los dos paradigmas. Se retomará este contraste en el § 13.2j.

13.2d La capacidad restrictora de los adjetivos es compartida por las oraciones de relativo, como en sombrilla {protectora ~ que protege}, así como por los grupos preposicionales (de protección). Los modificadores restrictivos se denominan también especificativos y se oponen en su conjunto a los grupos sintácticos explicativos. Son explicativas las expresiones predicativas que se subrayan en estas secuencias:

D. José Luis Mora, que es el cuarto de nuestros historiadores citados, dejó pendiente su obra comenzada (Bocanegra, Memorias I); Miss Amy, insegura sobre cómo atacar a la nueva empleada, imaginó por un momento que podía rebajarse a una indignidad (Fuentes, Frontera); La huida hacia el campo de experimentación del “amor fácil”, de reglas mucho menos comprometedoras, podía empezar siendo una solución de emergencia contra la timidez (Martín Gaite, Usos).

Sobre las oraciones de relativo explicativas, véanse los § 44.4-6. Las aposiciones explicativas se analizan en el § 12.15.

13.2e Los epítetos (epithětum ornans en la tradición gramatical latina y en la derivada de ella) son adjetivos calificativos que destacan una propiedad inherente, prototípica o característica del sustantivo al que modifican. Como se ha explicado, son modificadores no restrictivos generalmente antepuestos: blancos dientes, duras rocas, frío mármol, mansas ovejas, rojos labios, suntuosos palacios, verde hierba. Otros autores prefieren reservar este término, en especial en los estudios sobre la lengua literaria, para aquellos adjetivos antepuestos que destacan una característica no inherente del sustantivo, relacionada con la apreciación personal del autor o con su particular capacidad perceptiva. Así, el primero de los dos conocidos endecasílabos de Miguel Hernández A las desalentadas amapolas / daré tu corazón por alimento (Hernández, Rayo) no implica que sea una propiedad inherente de las amapolas el ser o estar desalentadas, pero sí que el autor las percibe de ese modo. El asociarlas con dicha propiedad justifica, por tanto, la anteposición. De manera análoga, tampoco es un rasgo interno a los desengaños el ser floridos, lo que no impide que florido sea un epíteto en ¿Floridos desengaños / dorados por la tarde que declina? (Machado, Soledades). Existen otros muchos casos similares. Entienden algunos autores que, de forma análoga a como estos modificadores prenominales se consideran epítetos sin expresar rasgos inherentes o consustanciales, es legítimo utilizar este término para aludir a determinados adjetivos que, en posición posnominal, expresan igualmente rasgos característicos, aunque no exclusivos, de las personas o las cosas: noche oscura, frenazo brusco, manjares exquisitos, rosas fragantes. No todos los autores concuerdan, sin embargo, en estas extensiones del concepto de ‘epíteto’. No será posible revisar aquí todas las posturas que se han recogido en los estudios gramaticales y estilísticos sobre esta polémica clásica.

13.2f Se ha relacionado tradicionalmente el concepto de ‘epíteto’ con el de ‘lugar común’. El vínculo solo puede establecerse en uno de los sentidos del término epíteto, ya que, como se acaba de explicar, las propiedades que estos adjetivos señalan no han de ser inherentes o consustanciales a las entidades de las que se habla. Muchos adjetivos que destacan (en cierto modo redundantemente) cualidades o características intrínsecas, prototípicas o representativas de las personas o las cosas dan lugar a grupos nominales acuñados que tradicionalmente se consideran lugares comunes. Los adjetivos con los que se forman pueden aparecer antepuestos:

duro revés, ostensible avance, acalorado debate, denodado esfuerzo, arraigada costumbre, inquebrantable fe, aplastante mayoría,

o pospuestos:

revés duro, avance ostensible, debate acalorado, esfuerzo denodado, costumbre arraigada, fe inquebrantable, mayoría aplastante.

Algunos de ellos expresan cualidades en grado extremo; otros manifiestan ciertos rasgos estereotipados no esenciales que es habitual asignar a las entidades de las que se habla. A pesar de que muchas de estas combinaciones podrían considerarse semilexicalizadas, no lo están propiamente, ya que, a diferencia de las locuciones nominales, admiten sinónimos, entre otras alteraciones gramaticales o léxicas. Suele entenderse por ello que estos lugares comunes de naturaleza léxica (llamados, a veces, colocaciones o solidaridades léxicas) se obtienen como consecuencia de ciertas restricciones semánticas que corresponde establecer a la lexicología.

13.2g En las páginas precedentes se explicó que los conceptos de ‘propiedad’ y ‘cualidad’ admiten un sentido amplio y otro restringido. En el sentido restringido, expresan estas nociones los adjetivos calificativos, como en calle estrecha, café caliente, profesores entusiastas. Frente a estos, los llamados relacionales o de relación reciben este nombre porque expresan cierta relación particular entre las propiedades del sustantivo modificado y las correspondientes a la base nominal de la que el adjetivo se deriva (como en económico < economía) o con la que se asocia léxicamente (agrario–campo). Los adjetivos de relación establecen asimismo vínculos entre las dos nociones nominales que ponen en contacto, como la de ‘cargo’ y la de ‘municipio’ en la expresión cargo municipal. Son estos los adjetivos que mejor se acomodan a la paráfrasis ‘perteneciente o relativo a’ con la que los suelen caracterizar los diccionarios, como en reacción química, guerra civil, decisión legal, actividad industrial, política agraria. Así, en este último grupo nominal no sería correcto decir que se atribuye a cierta política ‘la cualidad de ser agraria’, sino más bien que la política de la que se habla es relativa al ‘ámbito agrario’.

13.2h La cuantificación de grado (o gradación) establece la medida en la que algo o alguien posee una propiedad o una cualidad estimada o evaluada en alguna escala. Como los adjetivos de relación no denotan cualidades, tampoco aceptan adverbios de grado: *muy agrario. Sucede, sin embargo, que un gran número de ellos son ambiguos entre la interpretación relacional y la calificativa, como en la historia literaria de un país ~ el tono literario de un discurso. Se dedicarán a esa cuestión los § 13.12q y ss.

13.2i Existen adjetivos restrictivos de tipo clasificativo que no son propiamente relacionales. se llaman a veces descriptivos. Así, el adjetivo recta en línea recta designa cierto tipo de línea que cabe esperar que aparezca en una clasificación de las líneas. Por el contrario, el mismo adjetivo recto cualifica o pondera al sustantivo proceder en proceder recto. La información clasificativa que aportan los adjetivos descriptivos es relativamente similar a la que corresponde a los relacionales, a pesar de que los adjetivos descriptivos no se derivan necesariamente de sustantivos. Así, el adjetivo precioso en piedras preciosas designa una clase o tipo particular de piedras, mientras que en flores preciosas califica a flores, pero no denota una variedad o un tipo de ellas.

13.2j Los adjetivos llamados descriptivos se obtienen, pues, de clasificaciones supuestamente objetivas de personas o cosas. Estos adjetivos poseen rasgos en común con los calificativos y con los relacionales, y se asimilan a unos u otros en contextos diferentes. Coinciden con los últimos en que no se anteponen al sustantivo en la lengua común. Así pues, junto a su proceder recto (adjetivo calificativo) se obtiene su recto proceder (epíteto). No alterna, en cambio, líneas rectas con rectas líneas en Con mi vieja escuadra no puedo dibujar bien las líneas rectas. Tal como es esperable, cuando recto en la expresión línea recta es un adjetivo calificativo, pero no clasifica objetivamente tipos de líneas, se antepone sin dificultad: Y las rectas líneas de las piernas se movían febriles como los ejes verticales de una máquina (Pareja, Ratas). De manera análoga, si se dijera las preciosas piedras, el adjetivo precioso dejaría de designar cierto tipo o variedad de piedra, a diferencia de lo que sucede en las piedras preciosas. Es también descriptivo el adjetivo blanco en vino blanco, a diferencia de pared blanca. Finalmente, como amarillo en taxi amarillo designa una subclase de taxis, no se obtiene la variante con anteposición (*los amarillos taxis), tal como se adelantó en el § 13.2c. Es importante tener en cuenta, en cualquier caso, que las generalizaciones de las que aquí se habla no se extienden necesariamente a la lengua literaria. Sobre esta última se hacen algunas observaciones en distintos apartados de este capítulo. Debe recordarse que las consideraciones gramaticales relativas al orden de las palabras (involucren o no a los adjetivos) quedan a menudo en suspenso cuando se invaden ciertas convenciones del verso lírico. Sobre los adjetivos descriptivos, véase también el § 13.12b.

13.2k Se recordó en los apartados precedentes que la gradación es una forma de cuantificación (§ 19.2f y ss.). Con los adverbios cuantificativos de grado (muy, poco, bastante, harto, qué, etc.) se establece, en efecto, la medida o el valor que corresponde a la propiedad cuantificada. Así, la expresión muy interesante expresa un grado elevado de la propiedad ‘interesante’. En virtud de esta característica, los adjetivos se dividen en graduables y no graduables. Los adjetivos calificativos son graduables, salvo la mayor parte de los que denotan propiedades extremas, puesto que expresan léxicamente el alto grado en que estas se predican. Se analizarán en el § 13.3. Los adjetivos de relación no son graduables, como ya se vio. Los epítetos pueden serlo, como en escritor de muy grata memoria o en […] un muy profesional atentado contra el sistema (Hoy [Chile] 13/1/1997).

13.2l Los adjetivos graduables llamados polares (también relativos y proporcionales, entre otras denominaciones) expresan propiedades relativas que han de evaluarse comparándolas implícitamente con algún valor medio considerado normal en un contexto particular. Así, el adjetivo caro forma parte del par caro/barato. Como es evidente, caro no significa ‘que cuesta mucho dinero’, ya que no existe contradicción alguna en oraciones como Esta casa cuesta mucho dinero, pero no es cara. El adjetivo caro expresa, por el contrario, que el precio que corresponde a algo es mayor que el que debería corresponderle en función de cierto valor medio relativo a lo que se evalúa en una situación particular (las casas de las características de la que se menciona, en el ejemplo propuesto). Análogamente, si se dice que alguien es alto, se le supone cierto grado de altura que supera la media, considerada esta dentro de una norma aceptada y pragmáticamente variable. Como es lógico, la medida será distinta si se dice La torre de la iglesia es alta, lo que no significa que alto tenga significados diferentes en uno y otro caso.

13.2m La negación del adjetivo alto (y en general de los adjetivos polares o proporcionales), como en Juan no es alto o La torre de la iglesia no es alta, no expresa ‘carencia de altura’, sino cierto grado de ella que se considera inferior al normal, aplicando de nuevo la restricción relativa al tipo de entidades de que se esté hablando. Suele predominar la interpretación correspondiente al extremo opuesto (bajo, en este caso), pero se admiten otras posibles: No es alto, pero supera la media; No es alta, pero tampoco baja, etc. Todas estas interpretaciones, que coinciden en no rechazar la pertinencia de la propiedad negada, se obtienen en la mayor parte de los adjetivos que expresan dimensiones físicas, pero también otras formas de evaluación: caro, dulce, pesado, nuevo, etc. Repárese en que en una galaxia pequeña o un río ancho se expresan asimismo medidas evaluadas en función de cierta norma implícita, determinada por criterios extralingüísticos. La expresión un edificio alto tiene un significado muy claro en español, pero puede ser apropiada o inapropiada para designar cierto edificio en una ciudad o un pueblo en particular, en función de normas arquitectónicas o municipales completamente ajenas a la gramática. Sobre la interpretación de expresiones como mucho dinero o pocos visitantes, véase el § 20.8.

13.2n Con el grupo preposicional «para + infinitivo» se añaden expresamente las situaciones a las que debe ceñirse una evaluación. En estos casos se suple el cuantificador demasiado si no está presente algún otro: Rodrigo es bajo para jugar en la liga de baloncesto; Esta casa no es cara para tener diez habitaciones; Habla muy mal el alemán para llevar diez años estudiándolo. Se analiza esta pauta en los § 20.8j y ss. y 46.4m.

13.2ñ Los adjetivos a los que hacen referencia los apartados anteriores se suelen llamar polares porque el término no marcado de la oposición polar a la que dan lugar (alto en la oposición alto/bajo) proporciona el nombre de toda la dimensión (altura) y es apropiado para construir preguntas que se refieren a ella en su conjunto sin un contexto previo que la haya introducido como tema del discurso. Las preguntas ¿Qué tan alto es? o ¿Cómo es de alto? equivalen a ¿Qué altura tiene?, y no rechazan la respuesta Muy bajo. En cambio, si la pregunta se hace sobre el término marcado (¿Qué tan bajo es?; ¿Cómo es de bajo?), no se designa la totalidad de la dimensión. En otros muchos adjetivos, en cambio, la negación de la propiedad en cuestión (No es curioso; No es locuaz; No es interesante) no da lugar al significado descrito (aproximadamente, ‘Lo es en un grado inferior al normal’), sino a la negación de la propiedad expresada en todos sus extremos: ‘No lo es en absoluto’.

13.2o La gradación de ciertos adjetivos, en especial de los que expresan forma y color, puede no aportar verdaderamente la medida que corresponde a una propiedad. Es obvio, por ejemplo, que un objeto que no sea redondo no tendrá forma circular ni esférica, en el sentido de que las definiciones de círculo y de esfera contienen rasgos muy precisos no sujetos a gradación. Aun así, el adjetivo redondo admite grados: ligeramente redondo, bastante redondo, muy redondo, completamente redondo. De manera análoga, una tonalidad que no se corresponda con el cuarto color del espectro solar no será verde. Pero, como en el caso anterior, el adjetivo verde se puede cuantificar (muy verde, ligeramente verde) y hasta matizar con afijos gradativos (verdoso). Algunos autores entienden que en estos casos los adverbios que modifican a los adjetivos no se asocian a una escala integrada por los diferentes grados de una propiedad, sino que expresan más bien la mayor o menor aproximación del adjetivo a cierto prototipo de la propiedad clasificada. Así pues, bastante redondo significaría, desde este punto de vista, ‘bastante aproximado a la forma prototípica del círculo o de la esfera’. Otros autores consideran, por el contrario, que, desde el punto de vista gramatical, verde y redondo son adjetivos graduables en la misma medida en que lo son otros muchos similares y, en consecuencia, que la ‘redondez’ y el ‘verdor’ son propiedades escalares, independientemente de que su definición lexicográfica —o acaso enciclopédica— requiera acceder a ciertas informaciones que la óptica o la geometría pudieran no considerar graduables.

13.2p Los adjetivos relacionales no admiten adverbios de grado porque no denotan propiedades o cualidades en relación con las cuales se pudieran interpretar esas formas de cuantificación: *análisis muy clínicos. No obstante, aceptan comparativos cuando expresan adecuación o idoneidad, en el sentido de la justeza con la que se aplica a algo determinada característica. Este es el significado que posee el sustantivo propiedad en expresiones como dicho con propiedad. Usada de esta forma, la construcción comparativa más… que… admite paráfrasis con más propiamente… que…, como se puede ver en estos ejemplos:

La investigación […] nos sirve para saber a partir de qué edad los niños comprenden lo que es la muerte en un sentido más biológico que religioso (Muriá, Concepción); […] buscando hacer un negocio más político que financiero (Nacional 1/4/1997).

Así pues, en el primer texto no se diría *muy biológico, y en el segundo el adjetivo político no es calificativo, a diferencia de lo que sucede en la expresión muy político13.12v). Los grupos adjetivales más biológico y más político significan aquí ‘más propiamente biológico’ y ‘más propiamente político’, respectivamente. Lo que se compara no son, en consecuencia, los grados en que se presentan ciertas propiedades no escalares, sino las medidas en las que algo se acomoda a cierto prototipo de ellas. Se desarrolla esta cuestión en los § 45.12g y ss.

13.2q El uso de enteramente, totalmente o absolutamente en expresiones como totalmente constitucional o absolutamente legal guarda relación con la interpretación de los adverbios de grado que se acaba de explicar. De una medida jurídica no se suele decir, en efecto, que sea bastante constitucional, pero es normal decir que es totalmente constitucional si se quiere expresar con ello que se ajusta a la Constitución de manera adecuada. Se rechaza el sentido estricto de la interpretación gradativa, porque el ser constitucional una medida no está sujeto a grados. Se admite, en cambio, la interpretación de adecuación porque lo que se evalúa es la justeza con la que se aplica la propiedad ‘estar acorde con la Constitución’.

13.2r Existe un vínculo estrecho entre la forma de interpretar la gradación a la que hacen referencia los apartados anteriores y la interpretación externa o extensional a la que dan lugar los adverbios casi o prácticamente. Como se explica en los § 40.9p y ss., se ha observado que con estos adverbios no se gradúan propiedades, sino que se denota la proximidad entre propiedades cercanas. Contrastan marcadamente, en efecto, casi infinito o casi ilegal con *muy infinito y *muy ilegal. La anomalía de estas últimas expresiones muestra que la infinitud y la ilegalidad no están sujetas a grados. La gramaticalidad de las primeras pone de manifiesto, por el contrario, que tiene sentido concebir propiedades próximas a la infinitud o la ilegalidad en alguna jerarquía de propiedades (no de grados) que no se hace expresa. La propiedad denotada por casi infinito se sitúa, en consecuencia, en una posición muy próxima a la que ocupa la infinitud en tal escala implícita. En el § 28.10p se explica que la relación entre expresiones como muy correcto, en la que se gradúa la corrección, y casi correcto, donde se denota una propiedad cercana a la corrección, es similar a la que existe entre empezar a leer una carta, donde se habla de iniciar una acción, y empezar por leer una carta, donde se expresa que se lleva a cabo la primera de una serie de acciones.

13.2s Los adverbios completamente, absolutamente, enteramente y otros similares (§ 30.8) pueden expresar propiedades relativas a la gradación de los adjetivos. Destacan sobre todo porque presentan la particularidad de que la cuantificación de grado que introducen puede medir cierta extensión física que afecta a algunos de los participantes en la situación (en el sentido que se da a este término en el §1.12e). Así, puede usarse la oración El edificio de apartamentos está absolutamente vendido para significar ‘Todo el edificio de apartamentos está vendido’, o El terreno de juego estaba aquella tarde completamente verde para significar ‘Todo el terreno de juego estaba verde’. En el primer caso no cabe decir que la venta de un apartamento esté sujeta a grados. La propiedad denotada en el segundo ejemplo sí puede estarlo, pero el adverbio aspectual completamente30.8a y ss.) favorece en gran medida la interpretación relativa a la extensión del sujeto (por tanto ‘Todo el terreno de juego estaba verde’). Aun así, esta interpretación se obtiene unas veces (Toda la casa estaba a oscuras ~ La casa estaba completamente a oscuras), pero no siempre otras (Quedé completamente satisfecho).

13.2t Se ha observado que algunos adjetivos graduables (llamados a veces absolutos) presentan por defecto el grado máximo de la propiedad que denotan. Así, seco se interpreta, fuera de contexto, como ‘completamente seco’; puro se entiende como ‘enteramente puro’, y limpio sugiere ‘limpio del todo’. Esta interpretación es característica de los adjetivos de naturaleza episódica que en el § 13.4l se llaman perfectivos o resultativos, ya que denotan estados que se alcanzan o en los que se desemboca como consecuencia de algún proceso: borracho, despierto, maduro, vacío, etc. El que oye o lee, en efecto, la expresión El departamento estaba vacío entiende que lo estaba ‘enteramente’. No obstante, esta inferencia es de igual modo natural con algunos adjetivos no episódicos, es decir, con adjetivos que denotan propiedades inherentes, estables o características de personas o cosas. Muchos de estos otros adjetivos, que se construyen con ser y admiten adverbios como completamente, del todo o totalmente, son adjetivos de relación en la interpretación descrita en los apartados precedentes, como en del todo legal, enteramente neoclásico, absolutamente constitucional o como en los siguientes fragmentos:

Vestía Navarro un traje que no era completamente militar, ni tampoco de paisano (Galdós, Episodios); El problema de la pintura residía en el carácter enteramente material de los elementos que la constituían (Andahazi, Secreto).

Otros adjetivos absolutos aluden a propiedades relativas a la veracidad o la legitimidad de algo, como absurdo, cierto, correcto, legítimo, real, sincero, veraz o verdadero: Mi película es completamente real (País [Esp.] 9/9/2001), así como al hecho de ser o no ser algo habitual, conocido o manifiesto (claro, diferente, igual, normal, nuevo, original, patente, raro, transparente, viejo), entre otras propiedades. Así pues, contrastes como Es {sincero ~ *joven}, pero no del todo, ponen de manifiesto que, aunque ambos adjetivos sean graduables (muy sincero ~ muy joven), el primero expresa un valor absoluto, en el sentido de que, si no se añade alguna restricción, denota cierta propiedad en su grado máximo.

13.2u Es importante tener en cuenta que los adjetivos del paradigma que ahora se analiza —todos los cuales admiten del todo, por completo o completamente— se caracterizan por asociarse con cierto límite. Los prefijos negativos ejercen un papel importante en esta pauta, como se pone de manifiesto en el par Es completamente {inculto ~ *culto}. Se observan diferencias similares al comparar los adjetivos prefijados desconocido, imposible, inapropiado, incapaz, ineficaz, inhumano, injusto, inútil, involuntario con los que se obtienen al suprimir el prefijo, que suelen resultar menos naturales al combinarse con los adverbios que se mencionan. No contienen prefijos negativos, pero expresan propiedades negativas consideradas absolutas, ciertos adjetivos que denotan estados carenciales, como bobo, ciego, idiota, tonto, etc. No se observan, sin embargo, tales contrastes en pares como feliz/infeliz; honesto/deshonesto; seguro/inseguro, etc.

13.2v La ‘completitud’ a la que aluden los adverbios mencionados (completamente, totalmente, etc.) equivale a la delimitación (telicidad en el § 23.3f) que caracteriza los predicados de realización, es decir, los que poseen un límite natural: {leer una novela ~ *empujar un carro} por completo. Es razonable preguntarse por la relación que existe entre los adjetivos de prefijo negativo (o los que denotan estados carenciales) y la noción de límite o de valor absoluto que los adverbios mencionados ponen de manifiesto. La idea de que las carencias o las ausencias se interpretan por defecto como propiedades absolutas se observa en contrastes simples como su total {incultura ~*cultura} o en El asunto {carece por completo de solución ~ *tiene por completo solución}. Cabe pensar que la adición de rasgos a un estadio inicial de carencia convierte una propiedad absoluta en abierta o relativa, en el sentido de que sus valores pueden incrementarse sin que tal aumento comporte la existencia de un límite. Aun así, los paradigmas semánticos a los que dan lugar los adjetivos llamados absolutos todavía no se han delimitado con nitidez en los estudios gramaticales.

13.2w Las oposiciones de unidades léxicas se suelen denominar privativas cuando la negación de uno de los términos implica la afirmación del otro, como en verdadero/falso; vivo/muerto, y graduales cuando se admiten términos intermedios, como en frío/tibio/caliente. En el uso del idioma, un gran número de oposiciones adjetivales privativas encuentran acomodo en el segundo grupo en algún contexto particular: Estaba medio muerto; No me parece verdadero, pero tampoco falso, o en el texto siguiente: La nuestra es una cultura hiperreal, ni real ni irreal, aunque tiene un poco de ambas (Coral, Sujeto). Véase también el § 10.10i.

13.2x Los adjetivos graduables reduplicados pueden expresar cuantificación en el habla coloquial:

Y Rusia se ha hecho grande, grande. Y una se siente orgullosa de ello (Monleón, Gallina); Y de golpe se ve grande grande en primer plano la cara de ella (Puig, Beso); Me dejaba acostado con el quinqué encendido, en aquel lecho enorme, enorme (Torrente Ballester, Filomeno); ¡Y qué ganas tengo de coger un buen sueño, largo, largo…! (Galdós, San Pedro); Me coge por la cintura y me da un beso largo… largo (Paso, ).

Esto es, grande, grande significa ‘muy grande’ en el texto de Monleón. También se registran duplicados los adjetivos precedidos del adverbio muy, como en Es muy feo, muy feo, así como el propio adverbio de grado: Y se oye también, ahora sí bien claro, que se acercan pasos, pero muy muy lentos (Puig, Beso).

13.2y Se asimilan a los adjetivos de relación los grupos sintácticos introducidos por la preposición de, como en Es de Francia ~ Es francés o en armazón {de piedra ~ pétreo}. Esta correspondencia se analiza en los § 12.10o y 13.12g y ss. Los grupos sintácticos formados con de aceptan ocasionalmente la gradación en la lengua conversacional, como en ¿Qué pasa? ¿Que aquí somos aún “muy de Vallecas”? Mire usted, ojalá sea verdad (Mundo [Esp.] 31/3/1994), pero lo hacen más raramente en los registros formales. Otros grupos preposicionales de sentido adjetival se asimilan a ellos en los mismos registros, como muestran estos ejemplos:

Son amables y sencillas, muy de vida familiar, sin siquiera contacto con las revistas del corazón (Vanguardia [Esp.] 9/7/1996); […] una expresión muy de este siglo (Mundo [Esp.] 29/4/1995); Soy muy de extremos (Correo Gallego 14/6/2006); Llevamos una vida muy nómada, muy de estar muy poquito en cada lugar, armando y desarmando el equipaje (Clarín 20/2/1997).

Véase también sobre estas construcciones el § 37.3i. No es posible recoger en los diccionarios los sustantivos o grupos sustantivos adjetivados cuando el proceso de adjetivación muestra rasgos estilísticos particulares. Así, la expresión subrayada en este fragmento conocido de Rubén Darío significa aproximadamente ‘muy característico del siglo xviii’: […] y muy siglo diez y ocho y muy antiguo / y muy moderno; audaz, cosmopolita (Rubén Darío, Cantos). Sobre las locuciones adjetivas construidas con adverbios de grado, como en muy de su casa, véase el §13.18.

13.2z En el español coloquial se crean a menudo construcciones asimilables a los adjetivos a partir de la estructura «preposición + oración», por lo general en función de atributo del verbo ser. Algunas de estas expresiones complejas están plenamente lexicalizadas, como la subrayada en Es que sois de lo que no hay (Alonso Santos, Estanquera), pero otras muchas no pueden ser recogidas por los diccionarios. Quedan, en efecto, fuera de ellos las que no son propiamente locuciones, se asocian con efectos estilísticos particulares, poseen gran valor expresivo y dependen en buena medida de la capacidad creativa del que las acuña. En los ejemplos que siguen se comprueba que admiten cuantificadores de grado, al igual que los adjetivos calificativos:

María era muy de que los ojos miraran a los ojos (Pombo, Metro); Después: las despedidas, muy rápidas, muy de que nos volveremos a ver, y no olvidaremos los atardeceres y el cielo desde este malecón de La Habana (Verbigracia 27/4/2002).

La expresión muy de que nos volveremos a ver, en el segundo ejemplo de este grupo, se diferencia de la que aparece en el primero en que se vincula a un contexto implícito, más exactamente citado o reproducido. Resulta, pues, comprensible en tanto que presenta un rasgo característico o estereotipado de las despedidas. Alternan a veces muy y mucho en estas construcciones coloquiales, como en No soy {muy ~ mucho} de ir a fiestas. Así, se elige muy en la primera de estas dos secuencias, muy próximas sintácticamente, y mucho en la segunda:

Tanto mi hermana como yo somos muy de ir a nuestras cosas (CREA oral, España); Lo que pasa es que no soy mucho de ir a los estrenos (Tiempo [Esp.] 19/2/1990).

La elección de mucho —algo más frecuente en esta pauta— muestra que el adverbio puede modificar al verbo o al grupo verbal en estas construcciones en lugar de incidir sobre el grupo preposicional. Véase el § 13.16 para contrastes como [Estoy contenta] [hasta cierto punto], frente a [Estoy] [relativamente contenta]. Solo a veces tienen equivalentes adjetivales estos grupos preposicionales complejos. Así, junto a Ella es muy comodona, se dice a veces en el habla coloquial Ella es muy de que se lo den todo hecho.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
adjetivo relacional, cuantificación de grado, elativo, epíteto, especificativo, explicativo, extensión, grado, intensión

 

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