Morfología

9. La derivación apreciativa

9.2 Sufijos apreciativos y clases de palabras

9.2a Como se señaló arriba, los sufijos apreciativos son admitidos por los sustantivos (casita, libraco, muchachote) y los adjetivos calificativos (blanquito, grandote, listorro). También aceptan sufijos apreciativos muchos adverbios: ahorita, abajito, arribita, arribota, cerquita, deprisita, despacito, lejotes (también lejote), lueguito, prontito, tantito. Los adjetivos que se usan como adverbios extienden a menudo el diminutivo a estos usos (clarito, derechito, rapidito), como en Muchos de mis compañeros se fueron rapidito (Daneri, Cita).

9.2b El español americano extiende los diminutivos a los adverbios en mayor medida que el europeo, como en ahicito, ahorita, allacito, allicito, alrededorcito, antesito, apenitas, aquicito, despuesito, detrasito, enantito (de enantes), nomasito. Se ejemplifican a continuación algunos de estos derivados:

Y ahí ahicito, varas nomás de Mimbrería estaba el gimnasio de Pedro Chamillo (Fontanarrosa, Mundo); Mi general estaría vivo ahorita (Fuentes, Gringo); Se cuadraron allacito, junto a la casa de Tadeo Canchis (Vargas Llosa, Mayta); Y no siga mostrando la hilacha, don, porque allicito viene la dueña (Draghi, Hachador); Seis años son larguísimos, sobre todo si tenés en cuenta que yo pude zafar, apenitas pero pude (Benedetti, Primavera); Aquicito nomás. 2008: Año Internacional de la Papa (República [Perú] 19/10/2007); “Lo trajo una muchacha despuesito de que usted salió esta mañana, don Jorge”, me aclaró el portero (Semana 16/10/2000); Acuérdate que nos dijeron que Tonaya estaba detrasito del monte (Rulfo, Llano); —Por allá dizque hay algo, habría que ir aunque esté lejos. O: —Ahí nomasito, en el siguiente pueblo (Solares, Mártires).

Véanse también sobre esta cuestión los § 9.6g, m, n. Son comunes a los dos continentes cerquita, despacito, poquito, prontito y unos pocos más. Admiten sufijos diminutivos varias formas del gerundio (andandito, callandito, corriendito, paseandito, etc.), que adquieren diversos usos, como se explica en los § 27.2d-f.

9.2c En el español de América se usan diminutivos con numerales. Son particularmente frecuentes en el área andina, quizá por influencia del quechua y del aimara: unito, dosito, cuatrito, como en Los cuatrito iremos. Rechazan los sufijos apreciativos los adjetivos ordinales, que se asimilan en buena medida a los relacionales por su comportamiento (*tercerito, *sextito), pero existen excepciones, como primerito, ultimito (ambos ordinales, pero con posible interpretación calificativa):

Ya lo había demostrado en Brunete, siempre el primerito en darse en la pelea (Chacón, Voz); Le permitió también, ya lo último último ultimito, atravesar el Puente de Hierro (Chavarría, Rojo).

También se forma sobre un ordinal el despectivo segundón.

9.2d Además de los numerales, aceptan diminutivos otros cuantificadores. En el habla coloquial y familiar, todo admite diminutivos en todas las formas de su paradigma: todito, todita, toditos, toditas (para el significado que aporta el sufijo en estos casos, véase el § 9.6k). Estas formas se extienden a la mayor parte de las construcciones sintácticas en que se usa todo, como en Estaba en la pieza y oyó todito; Me contó todita la conversación, o en estos otros ejemplos:

El noble inglés traía consigo en un baúl dos millones de libras esterlinas, todito en oro (Alonso, Supremísimo); Ella hasta tuvo ganas de echársele a llorar entre los brazos y mojarle todita la camisa (Vergés, Cenizas); El muchacho volvió a gritar con toditas sus fuerzas (Silva Espinosa, Cuentos); Todos, toditos se quedaron en el ingenio y en los hatos, trabajando hasta pagar su rescate (Cestero, Sangre).

Existen también las variantes toditito, todico, toditico y todidito, propias de la lengua familiar:

Qué manera de confiar en el mundo entero y de creerse íntegro toditito lo que le cuentan (Bryce Echenique, Huerto); Fíjese usted qué bien pensao lo tenía todico (García Pavón, Reinado); Se lo había contado todo, jefe, pero toditico (Díaz Martínez, Piel); Me muero. Semejante lluvia, toditico el día […] (Icaza, Huasipungo).

9.2e Se registran considerables diferencias regionales en el uso de las demás formas que aceptan diminutivos. Destaca poco (poquico, poquín, poquino, poquitico, poquillo, poquitillo, poquitín, poquitito, poquito, con sus variantes de género y número), como en los ejemplos siguientes:

Pues yo, tampoco es por repetirme, pero repito que sin disciplina no haremos nada… o muy poquito (Sanchis, Figurantes); Yo la iré acostumbrando poquico a poco (Miras, Brujas); A veces se desjaretaba un poquín (Ayerra, Lucha); A lo mejor tiene que esperar un poquitico porque el baño está ocupado ahora (Quintero, Esperando); Solo se veían los huesitos con un poquillo de carne pegada (Rossi, María); Seguimos haciendo guardia hasta la mañana en que atracamos a la orilla para poder meternos los dos debajo del mosquitero, ya que los carapanás abundan un poquitillo (Guevara / Granado, Viaje); […] con un poquitín de cautela, señor capitán (Fuentes, Ceremonias); Y le he pedido de los cigarrillos que encendía usted porque con ellos me llegaba un poquitito de la humedad de sus labios (Arroyo, Sentencia),

y tanto (tantico, tantito, también con sus variantes), como en estos otros:

Manda que le ruegue al Inspector que dejen a la Niña Chita en Arenales un tantico más (Morón, Gallo); —¿No que tiene otra hija allá por el Estado de México? Pues lárguense para allá. —Replica el mentado administrador, sin sentir ni tantita lástima (Hayen, Calle).

Son algo menos frecuentes los diminutivos de mucho, bastante, nada y cuanto. Se recogen algunos a continuación:

No teníamos nadita sino un palo allá en el fogón […] y no llegaba con tantica panela (Álvarez Muro, Poética); No, señor, yo no he visto nadica (García Pavón, Reinado); Mi hijita querida, tu papi y tu mami te quieren muchito (Piñera, Niñita); Queda más allá de La Faldriquera, en cuantico se sale de Cuicas (Morón, Gallo); Pero no salir casi nunca y no ver a ninguna chava te ponen bastante mal, bastantito (Villoro, Noche); Resulta de la misma escuela de papá: en siendo bastantico bueno y cambiadito, cualquier cosa se podía comer (Carrasquilla, Tiempos).

9.2f En la lengua popular, y a veces conversacional, de ciertas zonas del Caribe continental, y en casi toda el área andina, aceptan el diminutivo algunos demostrativos (estito, esito, aquellito): Con estito nomás se evitarán los enfermos gastar miles en operaciones y otras molestias (Lira, Medicina). En casi todas las áreas hispanohablantes se registran diminutivos con los posesivos (suyita, tuyito), pero son más frecuentes en la andina, la caribeña y la centroamericana: Lo único cierto, amable lector, es que cada uno defiende lo suyito (Tiempos 22/10/2008). Algunas interjecciones aceptan diminutivos en prácticamente todo el mundo hispánico (ojito, hasta lueguito), pero otras están más restringidas en este uso. Así, adiosito y chaocito (también ciaocito) o chaucito son comunes en México, Centroamérica, parte del Caribe continental y el Río de la Plata; upita lo es en Nicaragua y otros países centroamericanos:

Le agradezco mucho su visita. Adiosito (Traven, Canasta); Bueno, chaocito, cual dijera Angélica Labuena (Zapata, Familias); Se despiden y ciaocito (Universal [Méx.] 14/2/2002); Le pagó el pasaje y cuando Amalia se bajó él chaucito amor (Vargas Llosa, Conversación); “¡Upita!, ¡Upita!”, le pedía con voz infantil y le tiraba los brazos como una beba (Chernov, Amante).

Como en otros muchos casos, también la literatura de todas las épocas proporciona abundantes creaciones léxicas individuales que no siempre siguen las pautas de la lengua general.

9.2g Algunas palabras rechazan los sufijos apreciativos. Las razones pueden ser categoriales, fonéticas (§ 9.5ñ, v) y también semánticas. No los suelen admitir los adjetivos de relación (aéreo, musical, presidencial, pulmonar…), que se examinan en el § 13.12. Como se vio en el § 9.2c, los adjetivos ordinales pueden asimilarse a este grupo. Normalmente rechazan los diminutivos muchos sustantivos que denotan características, cualidades y estados físicos o anímicos (alegría, altura, bondad, equilibrio, pero existen dudita, muertecita, pasioncilla), entre otras nociones abstractas. Véanse los § 9.6e, f para otras precisiones sobre este aspecto de su combinatoria.

9.2h Las palabras que admiten diminutivos no muestran en su función sintáctica alteraciones notables si se las compara con las voces correspondientes no derivadas. Aun así, se observa en los adjetivos apreciativos cierta tendencia a rechazar la posición antepuesta al nombre, como en un ligero desayuno frente a un desayuno ligerito, o una pequeña ayuda frente a una ayuda pequeñita. No son imposibles los adjetivos diminutivos en posición prenominal, como en Regenta una pequeñita joyería, especializada en plata (Quintas / Susmanschy / Soria, Cocina), pero sí poco frecuentes en los textos.

 

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