Sintaxis

34 El complemento directo. Transitividad e intransitividad

34.6 Alternancias de transitividad (II). Verbos causativos

34.6a Algunos de los verbos que pueden emplearse tanto transitiva como intransitivamente admiten en el primero de estos usos la interpretación causativa a la que se hizo referencia en el § 34.3o. Un buen número de verbos transitivos aceptan, en efecto, la paráfrasis «hacer + infinitivo», en la que el infinitivo constituye la acepción intransitiva del verbo que se define. El verbo intransitivo denota, a su vez, cierto proceso de cambio de estado experimentado por la persona o la cosa de la que se habla. Entre esos verbos están aumentar, cambiar, engordar, hervir, ingresar, parar o subir. Así, el verbo subir en la oración Subieron los precios puede interpretarse como un verbo transitivo causativo, de forma que los precios es el complemento directo de subieron (> Los subieron, ‘Los hicieron subir’). A la vez, subir puede usarse también como verbo intransitivo, como en Los precios subieron. En los estudios gramaticales sobre estas alternancias es habitual argumentar que la acepción causativa de los verbos que se mencionan contiene la intransitiva como una parte de su significado. Corresponden a la variante transitiva los ejemplos siguientes:

Las mujeres hervían calderos de agua o de aceite y los subían a los techos de las casas (Otero, L., Temporada); En la acera, el conserje paró un taxi (Leyva, Piñata); La familia de la niña deshace el idilio ingresando a la precoz en un internado de señoritas (Longares, Corsé); Solía decirse que el que engordaba un cochino tenía una hucha en casa (Capel, Matanza).

La intransitiva se ilustra en estos otros:

Esperando a que la tetera hirviera, pensé en nuestra conversación interrumpida (Serrano, M., Vida); El tren paraba en todas las estaciones (Alba, V., Pájaro); Al año siguiente no ingresé en la facultad (Guido, Invitación); Había engordado tanto que no podía moverse (García Márquez, Amor).

Estos pares ilustran la llamada alternancia causativa. se ajustan, pues, a la pauta «V1 [intransitivo] ~ V2 [transitivo]», donde V1 y V2 son verbos idénticos y V2 se interpreta como ‘hacer V1’, tal como se ha explicado. La alternancia admite, sin embargo, otras variantes que se explicarán en esta misma sección.

34.6b Se ha observado que muchos de los verbos que aceptan las alternancias descritas denotan acciones en la variante transitiva y procesos de cambio de estado en la intransitiva, como en los citados engordar, hervir o subir. No corresponden, sin embargo, a estos grupos semánticos algunos verbos de movimiento que aceptan la alternancia causativa, como volar y correr. Estos verbos son causativos en volar una cometa o en Los muchachos le corrían por las calles (Cervantes, Quijote II), donde significan aproximadamente ‘hacer volar’ y ‘hacer correr’, respectivamente. El verbo botar es asimismo causativo en Todos, desde los más altos a los más bajos, tiran, botan el balón, lo pasan, bloquean (ABC 10/7/1988), donde botar equivale a ‘hacer botar’ o ‘hacer que bote’. También lo es pasear en Ando paseando el gato (Rossi, María), aun cuando admite de manera más clara la paráfrasis ‘sacar a pasear’ que ‘hacer pasear’.

34.6c El verbo disparar es causativo cuando da lugar a la paráfrasis ‘hacer que dispare’, por tanto cuando el objeto directo designa un arma o una cámara fotográfica, como en disparar un cañón, disparar una pistola o en Cuando llegué, ya las cámaras habían sido disparadas y guardadas en sus fundas negras (Sánchez, H., Héroe). No es causativo cuando su complemento designa lo que sale disparado (disparar un proyectil, disparar una ráfaga de balas). Por calco del verbo inglés shoot, que admite complementos directos de persona, se usa a veces en pasiva el verbo disparar con sujetos personales, especialmente en la lengua periodística, como en Un aficionado fue disparado en la boca y atropellado por un coche (Mundo [Esp.] 15/6/1996). Se recomienda evitar este uso incorrecto de dicho verbo.

34.6d Solo algunos autores sitúan en el grupo de los causativos el verbo dar, que se utiliza como transitivo en En la calle un reloj dio cinco campanadas (Mendoza, Verdad) y como intransitivo en Dieron las tres en San Cosme (Ibargüengoitia, Crímenes). Repárese en que el objeto directo de la acepción transitiva no coincide con el sujeto de la intransitiva. Tampoco es en sentido estricto causativo el uso transitivo de urgir, como en Ante la Sala Plena de la Corte, Esguerra urgió la revisión del caso (Tiempo [Col.] 13/9/1996) o en Urgen la reparación de puente en Asino (Salvador Hoy 6/10/2000), ya que urgir algo no es ‘hacer que urja’, sino ‘pedirlo con urgencia’. Es causativo, en cambio, el uso del verbo subir en El Banco Central subió los tipos de interés, no así en El mayordomo le subió el desayuno (véase el § 34.7g sobre la ambigüedad de predicados como subir la escalera). Como se ve, solo pueden analizarse como propiamente causativas algunas acepciones de los verbos transitivos.

34.6e Más numerosa es la relación de verbos que presentan la siguiente variante de la alternancia causativa: «V1 [transitivo] ~ V2 + se [intransitivo]». Están entre ellos secar (en el sentido de ‘hacer secarse, hacer que se seque’), aclimatar (‘hacer aclimatarse’), acostumbrar (‘hacer acostumbrarse’), dormir (‘hacer dormirse’: dormir al niño) y otros muchos similares. Se analiza esta alternancia en el § 41.13. A la variante transitiva (y también causativa) corresponden los ejemplos siguientes:

Acabó el carrujito de hachís con la brasa quemándole las uñas, y liquidó el resto de tequila y naranja de un último trago (Pérez-Reverte, Reina); ¿Es la solución aislar a los indios de todo contacto con el exterior? (Serrano, M., Corazón); Gregorio Jansenio Norton meditaba en la in tención del señor de Mandeville de casar a su vástago con su hija Julieta (Otero, L., Temporada); Hay setas venenosas que no cortan la leche (Toharia, Setas).

A la intransitiva pertenecen estos otros:

Se reúne con su grupo y les dice que todo se acabó (Puig, Beso); Se perdía a lo lejos el jardín de la casa donde ella se aislaba de todos los demás (Azuela, A., Casa); Cuando fue ya hombre hecho, se casó con una mujer de su tribu (Somers, Retrato); La leche se corta (Piñera, Ring).

Si bien la mayor parte de los verbos que se ajustan a esta alternancia denotan cambios de estado, como los mencionados en el § 34.6a, no todos se amoldan a esta pauta. Así, mientras secarse o alargarse poseen ese significado, no es este el sentido de privarse (intransitivo): Rafa entendió, o dijo entender. Aunque no se privó de apostillar, flemático, que un día de estos acabaría asistiendo a un concierto para ukelele, en Groenlandia (García Sánchez, Historia); que contrasta con el transitivo privar: No podía privar a los asistentes de su coro de alaridos (Aguilera Malta, Pelota). Solo unas pocas veces tienen los transitivos causativos un correlato intransitivo claro con el que no se relacionan morfológicamente, como en los pares matar–morir, sacar–salir, meter–entrar. Se analizan en el § 41.14. Sobre la variación que se registra entre el uso pronominal y el no pronominal de los verbos intransitivos (jubilar ~ jubilarse, iniciar ~ iniciarse, etc.), véanse los § 41.14h, k.

34.6f Es muy amplia la variación histórica y dialectal que presentan las alternancias causativas en español. Aquí solo podrán mencionarse unos pocos entre los muchos ejemplos que la ilustran. Se registra ocasionalmente en algunos países americanos el uso causativo del verbo morir, como en Algunos oficiales habían visto al príncipe Ruperto mientras se escabullía por un sembrado, le habían muerto a su perro (Otero, L., Temporada). Ese uso es característico de la lengua clásica: ¡Justicia, justicia; que este aguador ha muerto a un hombre! (Cervantes, Fregona). El español general solo mantiene hoy vivo el sentido causativo de morir en las oraciones pasivas:

Tras de haber sido derrotado por el Senador Decio en Verona, había sido muerto por sus pro pios soldados (Mujica Lainez, Escarabajo); Mi amigo Hubert Gourgue también fue muerto por los tonton macoutes (Montero, M., Trenza); Flon cargó para tomar Zapotlanejo, donde fue muerto de un flechazo en pleno corazón al cruzar el puente (Chao, Altos).

El empleo causativo de morir obedece otras veces a la intención literaria del autor o a su particular voluntad de estilo: […] cosa que jamás hubiera sospechado yo en tratándose de quien se murió. Bueno, “se” murió aquí no me gusta, lo quito: lo murieron (Vallejo, F., Virgen). Ha desaparecido prácticamente el uso causativo de crecer (‘hacer creer, acrecentar’), que se registra en la lengua clásica: Los bienes, con su apariencia / crescieron mi sanidad; / los males, con su verdad, / han doblado mi dolencia (Cervantes, Galatea). Se usa, sin embargo, como transitivo en la acepción del DRAE relativa a las labores de punto.

34.6g En la lengua popular de Extremadura y de ciertas zonas de Castilla y León (España), del sur de Chile y de algunas otras áreas igualmente localizadas, se emplea en la actualidad como transitivo y causativo el verbo caer, como en No caigas el vaso, en el sentido de ‘No lo dejes caer’, construcción que no ha pasado a la lengua culta. Este uso es raro en la lengua escrita, pero se documenta de forma ocasional en ella, a veces más como juego estilístico que como variante sintáctica: Se le cae de encima el gran templo a cada instante en vez de caerlo a él desde dentro (Jiménez, Españoles). Posee mayor extensión el uso transitivo de entrar (‘hacer entrar, meter, introducir’), que se registra sobre todo en el español europeo, en el rioplatense, en el chileno y en parte del caribeño, como en entrar al perro en la casa o en Y ahí fue donde uno de los tipos se puso a decir que había que subirlo por fuera, tirarlo arriba y entrarlo por la ventana (Wolff, Laura). Este uso no ha pasado a la lengua culta en el español general, pero es común en la lengua estándar de algunos países, en los que no es forma desprestigiada. Sonya antiguos los verbos causativos apacer y pasturar (‘hacer pacer, apacentar’), como en Tenían cargo de pasturar ganados (Flores, J., Grimalte).

34.6h Se está difundiendo el uso causativo de callar (‘hacer callar’ o ‘acallar’) que desconocía la lengua clásica, como en los siguientes ejemplos:

—¿Tú me vas a callar a mí? (Bayly, Días); ¿Por qué no callaban a ese loco? Porque se necesitaba ser un malvado o loco para hablar así del Deporte de las Multitudes (Aguilera Malta, Pelota).

Es más frecuente en el español americano que en el europeo el uso transitivo de desaparecer (‘hacer que algo o alguien desaparezca’) y también el de regresar (‘restituir, reintegrar’). Se atestiguan ambos en estos ejemplos:

Tiene un año más que su padre cuando lo desaparecieron (No 22/3/2001); Nos contó que una vez a él le habían robado una pluma que le regaló su mujer y que un mes después se la regresaron en una cantina a la que creía que iba por primera vez (Alatriste, Vivir).

En cambio, en el caso de jubilar, la variante intransitiva (no pronominal) es minoritaria, ya que se limita al español chileno, como se explica en el § 41.14k.

34.6i Muchos verbos intransitivos adquieren progresivamente usos transitivos causativos con desigual extensión geográfica o aceptación en la lengua estándar. Así, es reciente el empleo transitivo del verbo aflorar (‘hacer aflorar’), que se extiende en España, como en El concilio aflora los puntos fuertes y débiles de las diócesis catalanas (Vanguardia [Esp.] 2/6/1995). Se trata de una tendencia que no se ha consolidado en la lengua culta, por lo que no se recomienda. Tampoco se aconseja emplear como transitivo el verbo evolucionar, es decir, en el sentido de ‘hacer evolucionar’, que se registra ocasionalmente en el lenguaje técnico, como en Este año la Feria Tecnocom 2004 evolucionó su concepto (Tecnología 29/4/2004), por … hizo evolucionar su concepto. No es tampoco digno de imitación el uso causativo que recientemente ha adquirido circular, como en Los jugadores circulaban el balón con soltura o El director circuló un comunicado. En el lenguaje periodístico de muchos países se ha extendido en los últimos años la variante transitiva de cesar (‘hacer que cese’). Aunque este uso no se tiene por incorrecto, se considera preferible su equivalente destituir:

Se comprende que hasta asimilar el problema humano y emocional de un estrepitoso y publicitado fracaso político, el presidente cesado eche la culpa a quienes lo cesaron (Vistazo 20/3/1997); En cuanto a mi probable ascenso, la cosa no es posible. En mi situación ya no puedo ser ascendido. Pero sí, claro está, puedo ser cesado (ABC 1/11/1986); Se preguntan por aquí las razones por las que el presidente del club no cesó al entrenador cuando todo el mundo lo pedía (ABC 20/11/1983).

Se extiende asimismo el empleo causativo de estallar y explotar, como en La policía estalló la bomba o El niño explotó el globo, todavía limitado con este valor. Es, en cambio, de uso general el verbo transitivo explotar en su interpretación no causativa (‘sacar utilidad de algo o alguien’), como en explotar una plantación. El verbo explosionar puede ser transitivo (La policía explosionó la bomba) o intransitivo (La bomba explosionó). Sobre el uso de estrenar e iniciar como intransitivos no pronominales en algunas variantes del español americano, véanse los § 41.14h, i.

34.6j Una variante de la interpretación causativa es la llamada factitiva, en la que el referente del sujeto no ejecuta de modo efectivo la acción expresada por el verbo, sino que hace que otros la realicen en su lugar. El que dice Me hice un traje no está manifestando necesariamente que lo confeccionó él mismo, lo que da lugar a la paráfrasis ‘Me lo hice hacer’. De hecho, esta es la única traducción que otras lenguas romances permiten para esta oración. He aquí otros ejemplos similares con pronombres reflexivos:

Él se corta el pelo una vez por año, por no sé qué líos de superstición y maleficios (Arrabal, Arquitecto); El paciente X se opera y sobreviva o no sobreviva —también es lo de menos—, el cirujano Z divide contigo los honorarios (Paso, F., Palinuro).

34.6k Es más discutible, en cambio, que correspondan a este grupo otros usos que a veces se asimilan a él en las gramáticas, como el del verbo construir en Dicen que venía con Carlomagno cuando este gran rey construyó el camino de Compostela (Torbado, Peregrino). Este verbo difícilmente admite interpretaciones no factitivas, al contrario que cortar(se) u operar(se). A diferencia de ellos, construir(se) no requiere en otras lenguas romances la traducción ‘hacerse construir’. En general, muchas acciones pueden atribuirse a quien las encarga o es responsable de ellas, sin implicar que las lleve a cabo con sus propias manos o de forma personal. A ello se debe que no se interprete exactamente igual el verbo repintar en El ayuntamiento repintó las fachadas de estos edificios y en […] el aposento del real Alcázar donde Velázquez pintaba y repintaba la quijada (Mujica Lainez, Escarabajo). No obstante, aun cuando sabemos que no se designan aquí situaciones idénticas, cabe atribuir la diferencia que se observa a un factor pragmático o discursivo más que léxico o sintáctico. Desde este punto de vista, el hecho de que el sujeto designe o no en ciertos casos a la persona que lleva a cabo personalmente la acción puede dar lugar a situaciones de vaguedad, más que propiamente de ambigüedad.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
verbo causativo, verbo factitivo

 

Nueva gramática de la lengua española
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