Sintaxis

26 El verbo (IV). Las formas no personales: el infinitivo

26.12 El infinitivo en las oraciones de relativo

26.12a El infinitivo aparece también en las oraciones de relativo, aunque con varias restricciones. El antecedente del infinitivo ha de ser un elemento indefinido, como en Buscaba (a) alguien con quien hablar; Tengo aún varios libros que leer; Te faltan algunas cuestiones que solucionar o No me queda nada que decir. Los grupos nominales construidos con artículos indefinidos (un libro, una mujer) o sin determinante (libro, mujer) admiten las relativas con infinitivo cuando reciben interpretación inespecífica, lo que sucede frecuentemente en los contextos negativos e irreales: No había hotel en el que alojarse; No hay tiempo que perder; Si hubiera una persona en la que confiar. Esta pauta está viva por igual en los textos antiguos y en los modernos:

Y si yo tuviera aquí un astrolabio con que tomar la altura del polo, yo te dijera las que hemos caminado (Cervantes, Quijote II); Quizás, cuando más, que no tengo criada en quien confiar para hacerlo (Rossardi, Visita); Tampoco hubiera tenido Orestes un lugar más seguro al que ir (García, A., Mundo); Les faltaba aire que respirar (Delibes, Ratas); No se les ocurrió ningún lugar cercano al que partir el mismo día de la boda (Mastretta, Mal); Ya no tenía a nadie para quien trabajar ni a quien dejarle nada el día en que muriera (Llamazares, Lluvia).

26.12b También se obtiene la interpretación descrita en el apartado precedente cuando el grupo nominal es argumento interno de alguno de los verbos llamados intensionales15.10d, g y 25.11c), de naturaleza prospectiva. Se trata de verbos como buscar, desear, hacer falta, necesitar, querer y otros que no suelen implicar la existencia de la noción a que alude alguno de sus argumentos, sino que la relativizan o la presentan como posible, virtual o supuesta. Son los verbos que facilitan la interpretación inespecífica de los indefinidos (§ 15.10). Varios de ellos permiten el subjuntivo en contextos similares, como se explica en el § 25.2l: se dice Está buscando un libro que le guste, pero no *Está guardando un libro que le guste. De manera análoga, resulta natural decir Busco un abogado en {el que ~ quien} confiar o Necesito un diccionario con el que traducir este texto, ya que los verbos subrayados presentan como contingentes las nociones que expresan los grupos nominales indefinidos que introducen:

Comprendo, eso sí, que necesito tierra que pisar (Pardo Bazán, Sirena); Buscando algo con que llenar sus horas muertas, Gastón solía pasar la mañana en el cuarto de Melquíades, con el esquivo Aureliano (García Márquez, Cien años); Maqroll entró para buscar algo con que abrigarse (Mutis, Maqroll); Pedía una jofaina con agua y vinagre y unos paños de lino con que aliviarse la frente y las sienes (Mendoza, Ciudad).

26.12c Aunque menos frecuentemente, los infinitivos de las oraciones de relativo aparecen también en contextos que no son negativos, irreales o intensionales. Lo hacen a menudo con los verbos haber y tener, como en Hay mucho trabajo que hacer o Tengo una buena noticia que darte. Estos infinitivos son, por tanto, menos restrictivos que el subjuntivo de las oraciones de relativo, en las que se rechazan tener y haber (*Tengo un coche que me guste), salvo que concurran otros factores mencionados en los apartados precedentes. He aquí otros ejemplos de relativas de infinitivo en contextos no irreales ni intensionales:

Es mi competidor Anselmo, el cual, teniendo tantas otras cosas de que quejarse, solo se queja de ausencia (Cervantes, Quijote I); La religión le daba un orden espiritual, una ética con que afrontar la vida (Vargas Llosa, Fiesta); Y tuvo esclavos de todo origen y catadura con que iniciar su obra (Matute, Gudú); Pasó horas haciendo experimentos que a veces le tiznaban la cara y lo hacían olvidarse por un rato de los cuartos de abajo y llenarse de amigos con los que jugar billar (Mastretta, Mujeres).

26.12d Como se explicó en el § 26.4k, los infinitivos que aparecen en las oraciones de relativo se interpretan prospectivamente, lo que se ha relacionado con su naturaleza modal: la expresión un libro que leer viene a significar ‘un libro que poder leer’ (recuérdese el § 26.4g). De hecho, son frecuentes las alternancias entre relativas de infinitivo y grupos preposicionales construidos con las preposiciones por o para, también de interpretación prospectiva, como se explica en el § 26.4g: problemas {que resolver ~ por resolver} o en Nos queda un largo camino {que recorrer ~ por recorrer}.

26.12e Se suelen rechazar los infinitivos en las relativas cuyo antecedente designa una entidad definida. Incluso cuando se aceptan de manera excepcional, como en Doña Matilde también tenía su buena noticia que contar (Cela, Colmena), podrían interpretarse en el entorno de una expresión cuantificativa velada (aproximadamente ‘una noticia más que contar’) o tal vez modal (‘una posible buena noticia que contar’). La gramática suele rechazar oraciones como *Tengo los libros que leer, que contrastan con Tengo dos libros que leer, con Tengo libros que leer o con Tengo unos libros que leer.

26.12f Se admiten en estas oraciones, no obstante, antecedentes definidos que denoten tipos en lugar de individuos particulares, como en Ha elaborado una Guía de Consejos para que los consumidores sepan elegir adecuadamente el barrio y el inmueble en el que vivir (Mundo [Esp.] 17/1/2003). Favorecen esta construcción los adjetivos ideal, idóneo, perfecto y otros similares, como en Parece que ha encontrado al hombre perfecto con el que casarse; Dice que tiene el trabajo ideal en el que hacer carrera. El grupo nominal que contiene la relativa no designa una entidad particular en estas oraciones. De hecho, varios ejemplares pueden confluir en un solo tipo, como en Ambos representan al marido perfecto con el que casarse. Esta característica explica también que la preposición a del complemento directo (§ 34.8a) pueda evitarse aunque se trate de complementos de persona: Había encontrado {el ~ al} marido perfecto con el que casarse. Los grupos nominales que contienen superlativos (el auto más exclusivo) poseen propiedades similares, como se explica en el § 38.3i.

26.12g Los pronombres relativos que desempeñan la función de sujeto están capacitados para ejercerla por su concordancia con el verbo flexionado, como en el paquete que llegó ayer o en quien pueda hacer algo así. Los pronombres relativos no pueden ser sujetos de los infinitivos porque les falta esta propiedad. La lengua rechaza, por tanto, construcciones como *personas que llamar a mi casa por teléfono. En el español medieval se encuentran excepciones a esta generalización, como en los textos siguientes:

Le ha dado tres feridas tan grandes que, sy ouiera quien le ayudar, non podiera escapar de muerte (Historia troyana); E la nao, como non avía quien la governar, traýanla los vientos e las olas (Díaz Games, Victorial).

No obstante, se ha supuesto que tal vez no se trata de infinitivos, sino de futuros de subjuntivo apocopados (quien le ayudare, quien la gobernare). Al ser formas verbales finitas, dejarían de constituir una excepción a esta pauta. El verbo mismo, y no su flexión, legitima en cambio la posibilidad de que los pronombres relativos actúen como complemento directo de los infinitivos (libros que leer); las preposiciones mencionadas arriba los capacitan igualmente para desempeñar otras funciones (recursos de los que disponer, varias muñecas con las que jugar).

26.12h Se explica en los § 45.13s-u que los cuantificadores más y menos adelantan a veces su posición en las construcciones superlativas (el que más trabaja ~ el que trabaja más). En algunos casos pueden admitir relativas de infinitivo sin que la anteposición de la que se habla se vea afectada (los que dan menos que hablar ~ los que menos dan que hablar). Como se muestra en los § 15.6g y 48.3l, otros grupos nominales indefinidos pueden adelantar su posición desgajándose de la relativa que los restringe: Tiempos vendrán en que tus contratos los dictes tú (Insúa, Negro). Las perífrasis de infinitivo con tener que (Tengo que hacer cosas; § 28.5r y 28.6l-n) no se deben confundir en el español actual con las relativas de infinitivo en los grupos nominales que complementan al verbo tener (Tengo cosas que hacer), aun cuando se piensa que el origen de la primera construcción está en una variante de la segunda.

26.12i Los pronombres y adverbios relativos pueden formar grupos preposicionales en las relativas de infinitivo, pero también construirse sin preposición. El que estos relativos puedan llevar tilde no implica que pasen a formar parte del paradigma de los interrogativos. La tilde señala simplemente que algunos hablantes pronuncian los relativos en estas construcciones como palabras tónicas: Yo ya tengo con quién ir; No había dónde alojarse; Tienes a quién parecerte; El pobre no tiene dónde pasar la noche; No hay por dónde agarrarlo. Se observa la misma pauta en los ejemplos siguientes:

Está sola y no tiene a quién contarle su historia (Soriano, León); De todos modos, una artista como yo no tiene con qué comprar (Vargas, Pasado); No tenemos por dónde salir como no nos eches una mano (Chacel, Barrio); Ninguna llegó a congeniar con la segunda esposa de mi padre y no tenían dónde ir (Viezzer, Hablar); Además, nos da lata ese matrimonio, no tenemos con quién conversar, y todas esas viejas cuicas nos cargan (Serrano, M., Vida); Así, Carranza no tenía cómo probar que a la hora del accidente se encontraba durmiendo en su casa (Chavarría, Rojo).

26.12j Como se explica en los § 1.9w, 22.2d, 44.1d, e y 44.7, los llamados relativos sin antecedente expreso lo contienen implícitamente. Así pues, en la forma quien (quien resulte ser elegido) se reconoce un componente definido y otro relativo, como las perífrasis el que o la que ponen claramente de manifiesto (el que resulte ser elegido ~ la que resulte ser elegida). En lugar de este componente pronominal definido, los relativos que aquí se examinan contienen un componente indefinido; por tanto, quien no equivale en estas construcciones a el que o la que, sino a alguien que. Como consecuencia de esta alteración en sus rasgos gramaticales, así como en su significación, las relativas de infinitivo no provocan el llamado efecto de definitud15.6c, e, l), es decir, no están sujetas a la constricción que impide la presencia del artículo determinado en expresiones como *Había el libro en la mesa. Resultan naturales, por tanto, oraciones como No hay con quien hablar, pero no se admiten, como es de esperar, otras como *No hay con el que hablar.

26.12k Los adverbios y los pronombres relativos sin antecedente expreso admiten igualmente la variante indefinida de los relativos que aquí se analiza, por lo que se distingue entre el uso del adverbio relativo donde que puede parafrasearse como ‘en el lugar en que’ (estés donde estés) y el que admite la paráfrasis ‘un lugar en que’ (No hay donde vivir). Los relativos que se examinan en este apartado y en el anterior se pronuncian unas veces de forma tónica (No tengo por qué callarme; No tienes de qué quejarte), y de forma átona en otras ocasiones: No había {con quien hablar ~ donde vivir}. Se asimilan a los interrogativos en que aceptan la elipsis que caracteriza a las llamadas oraciones truncadas43.7n y 43.8g-k), como en Buscaba un sitio donde alojarme, pero no tengo dónde. La posibilidad que muestra dónde de quedar como único representante fonético de la oración de relativo que encabeza se relaciona directamente con su naturaleza tónica, pero no implica un cambio en la naturaleza categorial, puesto que dónde sigue siendo relativo en estos casos.

 

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