Sintaxis

30 El adverbio y el grupo adverbial

30.5 Adverbios de lugar

30.5a Los adverbios de lugar se agrupan en dos clases fundamentales. La primera es la de los adverbios demostrativos (aquí, ahí, allí, acá, allá, acullá), que se estudian en el § 17.8. El segundo grupo es el que forman los llamados adverbios de relación locativa, que se suelen agrupar en pares. Estas parejas se distribuyen a su vez en las dos series que muestran estas columnas:

A  B
delante / detrás adelante / atrás
encima / debajo arriba / abajo
dentro / fuera adentro / afuera

En la lengua popular de muchos países —y a veces también en la conversacional— se usa alante como deformación de adelante. Esta forma, que está marcada sociolingüísticamente y se recomienda evitar en la expresión cuidada, aparece en ocasiones en los textos que desean reflejar la lengua popular y la rural, con frecuencia en contracción con la preposición para, como en Ese es, hoy por hoy, el que se lleva p’alante a medio Albitaya (Quiñones, F., Hortensia). Raras veces se encuentra en otro tipo de textos: Salían con una mano alante y la otra atrás (Barnet, Gallego). No existen en el español de hoy más adverbios locativos indefinidos que doquier y doquiera22.12). En la lengua medieval se usó ajubre (lat. aliŭbi), que significaba ‘en otro lugar’: […] furtáronnos el cuerpo, ajubrelo pusieron (Berceo, Loores).

30.5b No existe uniformidad en la manera de llamar a los adverbios de los dos grupos que se han distinguido. Los del grupo A se denominan a veces adverbios de ubicación, y los del B, adverbios direccionales. No obstante, estos términos son solo aproximados, ya que los del grupo B se usan en determinados contextos con los valores que corresponden a los del A (raramente al contrario). Por un lado, no se denota dirección, sino locación, en oraciones como Pablo vive arriba. Por otro, en el español de muchos países americanos es habitual usar con complemento los adverbios del grupo B para expresar ubicación, como en Rafael Liévano detuvo el coche una calle adelante de la casa de Leonor (Aguilar Camín, Error) y en otras secuencias similares que se analizan en el § 30.5e.

30.5c Aunque se podría pensar que denotan dirección, en lugar de ubicación, los adverbios del grupo A en ejemplos del tipo Vamos detrás de aquel árbol, no expresan propiamente dirección, sino término o destino. El uso, general en español, de las expresiones que denotan ubicación con el valor de destino se analiza en los § 29.5k y ss. Corresponden solo a la columna izquierda los adverbios enfrente, al lado o en medio. También cabe agregar a ella el par cerca/lejos. Estos adverbios poseen algunas características particulares que se estudian en los § 30.5w, x. Puede situarse, en cambio, en las dos columnas alrededor, con alguna particularidad que se explicará en el § 30.5j. Antes y después30.6) expresan, en el dominio temporal, relaciones similares a las que manifiestan los adverbios de la columna izquierda en el ámbito del espacio.

30.5d Los adverbios del grupo A se construyen con complemento en todas las variedades del español: detrás de la mesa, dentro del cajón, debajo del árbol. Este puede ser expreso (Lo dejé delante de la casa) o tácito (Lo dejé delante). Así pues, estos adverbios establecen una relación locativa entre dos personas o cosas. En El ladrón corría delante del guardia se dice aproximadamente que cierto ladrón estaba delante de cierto guardia mientras corría. El complemento omitido se puede recuperar del contexto inmediato, como en Tenía en la mano el billete, abrí un libro, y lo metí dentro [=‘dentro del libro’], o en el texto siguiente: Aún guarda en su bolsillo los cuatro higos secos con una almendra dentro (Chacón, Voz), es decir, ‘dentro de ellos’. También puede obtenerse de la flexión verbal (por tanto, del sujeto), como en Lo tienes delante [=‘delante de ti’], así como del entorno físico inmediato, como en El supermercado está al lado [=‘de este lugar, de donde estamos’]. El complemento preposicional puede estar también representado por un pronombre de dativo, lo que da lugar a alternancias como Me cayó encima ~ Cayó encima de mí; Le anduvo cerca ~ Anduvo cerca de {él ~ ella}, y otras similares que se analizan en los § 35.3k y ss. Sobre el uso de estos adverbios con modificadores posesivos (detrás tuyo por detrás de ti), véanse los § 18.4n y ss.

30.5e Los adverbios del grupo B se documentan construidos con complemento en el español antiguo:

Pasó adelante de aquella sierra con la gente que le avía quedado de su batalla (Pulgar, Crónica); Se vna con él solo afuera de todas las cosas, desnuda según la voluntad y apetito de todas ellas (San Juan de la Cruz, Cántico); Envió su mano, y librome y sacome afuera de un piélago (León, Job).

Se construyen hoy de la misma forma en el español de muchos países americanos. El complemento se rechaza, por el contrario, en los registros formales del español europeo. Así pues, mientras que en este último se usan solamente delante de, detrás de, encima de, etc., en el americano se utilizan también (y se consideran igualmente correctas) las formas adelante de, atrás de, arriba de, etc.:

Que nadie pueda salir o entrar: nadie, saber lo que ocurre adentro o afuera de Numancia […] (Fuentes, Naranjo); Pellizcó a su marido por abajo de la mesa (Alatriste, Vivir); Se encontraba arriba de la escalinata, entre las falsas columnas griegas (Azancot, Amores); Juan lo acomodó atrás del coche de Fito, que estaba justo atrás de la carroza (Mastretta, Vida); Estábamos adentro de la columna de barro (Saer, Limonero).

Representan una excepción construcciones como más arriba del pueblo, más adentro del bosque (comunes en todas las variedades del español), por las razones que se explicarán en los § 30.5k, l. Cuando el contexto pone de manifiesto que a los adverbios locativos del grupo B ha de corresponder algún complemento (expreso o tácito), la anomalía que se obtiene en el español europeo es similar a la que se produce en presencia de este. Así, en las variantes en las que se utilizan los adverbios del grupo B sin complemento, se prefiere Lleva la camisa fuera (en el sentido de por fuera) a Lleva la camisa afuera, cuya irregularidad es similar a la de Lleva la camisa afuera de los pantalones.

30.5f Los adverbios que componen los dos grupos (A y B) que se han distinguido tienen propiedades referenciales parecidas a las que se expusieron para los adverbios demostrativos, por lo que han sido denominados también —como se vio en el § 17.7dadverbios identificativos o referenciales. Al igual que los demostrativos, estos adverbios se pueden usar para identificar lugares (La planta está encima de la mesa), aunque también direcciones, como en Sigamos adelante. Casi todos pueden ser términos de preposición, propiedad típicamente nominal (lo de dentro, por debajo de la cama, desde arriba, hasta atrás, de encima, de delante): Sal por la puerta de delante y llévate a Tadeo (Gala, Petra). Sin embargo, como los adverbios del grupo B denotan ubicación en muchos países americanos, tal como se ha explicado, es esperable que las construcciones preposicionales que identifican lugares sean comunes con estos adverbios, como en En el asiento de adelante se acomoda Florencio (Herrera Luque, Casa). En el español europeo culto solo se admite la opción en el asiento de delante.

30.5g En la lengua antigua se usaban como adverbios locativos suso (‘arriba’, del lat. susum, a su vez derivado de sursum ‘hacia arriba’), yuso (‘abajo’, del lat. deorsum ‘hacia abajo’) y sus compuestos asuso, ayuso, desuso y deyuso. Estas formas oscilaban entre los dos sentidos que corresponden a los grupos A y B. Así, desuso y de suso se empleaban en el sentido de ‘arriba’; asuso en el de ‘arriba’ o el de ‘por encima (de)’:

Determina sobre las cosas desuso declaradas (Horozco, Traslado); […] a la casa del monge de suso ementado (Berceo, Santo Domingo); Qual quier que a otro firiere con punno o con palma delos hombros asuso, por cada vno peche diez mr. (Fuero Cuenca).

La locución en ayuso se empleaba con el significado de ‘abajo, para abajo’, como en De Dios en ayuso, no os entendemos, Teresa (Cervantes, Quijote II). Todos estos adverbios son raros más allá del siglo xvii, si bien suso permanece como segmento en el adjetivo susodicho ‘mencionado arriba’. Proceden asimismo de estos adverbios algunos topónimos (San Millán de Yuso, San Millán de Suso, España), así como algunos apellidos (Ayuso, Suso). El adverbio encima está formado a partir del sustantivo cima, sobre el que también se forma la locución, poco usada, por cima, descrita en el § 29.9l. Existió en la lengua medieval en somo, de igual significado: Lo deuen vngir otras dos vezes con crisma: la vna es en somo de la cabeça en señal de cruz: & la otra en la frente (Partidas). Es hoy poco común el uso de fuera como sustantivo (‘la parte exterior de algo’), como en Conócese que sacaron a la difunta para el fuera de la casa por la pestilencia (Valle-Inclán, Milagros).

30.5h Los adverbios del grupo B admiten sin dificultad la cuantificación: más adentro, demasiado arriba, muy atrás, bastante adelante. Los del grupo A tienden a rechazarla (*menos fuera, *más detrás), aunque existen excepciones, casi siempre relativas a los usos figurados, como en muy dentro de mí, totalmente fuera de sí, etc. Sobre el uso de más como ‘más propiamente’ (más delante que detrás), véanse los § 13.2p. y 45.12f. Los adverbios del grupo A admiten modificadores de naturaleza focal (justamente detrás, encima mismo), a diferencia de los de la otra columna.

30.5i Casi todos los adverbios del grupo A se corresponden con preposiciones latinas, de modo que introducían directamente el grupo nominal en la lengua antigua. Así, cerca se construía a menudo sin preposición en el español medieval, al igual que lo hacía la preposición latina circa ‘junto a’, de la que procede: Miémbrat’ cuando lidiamos cerca Valencia la grand (Cid). Estos restos del uso preposicional latino se describen en el § 29.3b. Dentro se construía a veces de esta misma forma, pero también con la preposición en y, ocasionalmente, con a:

Dentro a Valencia liévanle el mandado (Cid); […] que pueda meter dentro en las sus casas por canales las agoas (Vidal Mayor); Antonio de Robles entró solo dentro la casa y hizo que abriessen las puertas (López Gómara, Historia natural).

La relación entre los adverbios de ubicación y las preposiciones (delante ~ ante; detrás ~ tras; debajo ~ bajo) se estudia en los § 29.3b y ss. Se expresan muchas veces significados aproximados en estos pares, como en detrás de la cortina ~ tras la cortina; debajo del toldo ~ bajo el toldo; andar detrás de alguien ~ andar tras alguien (en una de las posibles interpretaciones de estas últimas secuencias). No obstante, los términos de las preposiciones locativas admiten paradigmas más amplios de sustantivos, sea en sentido recto o en el traslaticio. Se suele decir, en efecto, ante la historia (no delante de la historia), correr bajo la lluvia (no debajo de la lluvia), etc.

30.5j El adverbio alrededor corresponde a los dos grupos presentados en el § 30.5a, puesto que se usa para especificar un lugar, como en Los edificios que están alrededor de la plaza, pero también para señalar una dirección, como en El coche da vueltas alrededor de la plaza. Se emplea con la preposición de en ambos casos, aunque puede omitirse cuando esa información se recupera del contexto, como en los ejemplos analizados en el § 30.5d. Sobre el uso aproximativo de «alrededor de + grupo nominal cuantificativo»), véase el § 21.9m. El adverbio alrededor comparte las propiedades identificativas o referenciales de delante o detrás, lo que da lugar a que se formen construcciones como alrededor suyo, alrededor mío, etc., que se analizan en el § 18.4l. Se registran numerosas variantes de este adverbio. Se consideran incorrectas las formas alredor y alderredor, pero se admiten al rededor, en derredor y en rededor, todas ellas registradas en la lengua actual, y algunas ya presentes en la clásica:

La puerta fue abierta por una anciana vestida de negro y un joven de 20 años que hasta ese momento entonces departían al rededor de una guitarra (Tiempo [Col.] 14/1/1975); Con una lenta mirada en derredor percibió que lo observaban (Montaño, Cenizas); Uno puede disfrutar del espectáculo de los botes llegando a tierra y del barullo de gente, aves y peces que se forma en rededor (Cuvi, Ecuador).

30.5k Se explica en el § 17.8e que más allá no es solo el comparativo de allá, sino que puede considerarse un adverbio diferente, de significado semejante a allende. El complemento con de que este adverbio admite (como en más allá de toda duda) está inducido por más, no por allá. No es, pues, paralelo al que contienen secuencias como abajo de la mesa, ejemplificadas en el § 30.5e. Son igualmente correctos los ejemplos siguientes, que muestran un proceso similar aplicado a otros adverbios:

Pablo me quitó la goma, deslizó la mano debajo del pelo y un poco más arriba de la nuca (Grandes, Edades); […] muy lejos de aquí, en la calle Miguel Sants, más arriba de la plaza Sanllehy (Marsé, Rabos); Al avanzar su comunidad más adentro de la selva buscando un nuevo lugar donde vivir, Paulina los abandonó (Serrano, M., Corazón); Ha empezado a reírse como hace él, con una risa más atrás de los dientes y de los labios (Cortázar, Reunión).

30.5l En las construcciones que se acaban de ejemplificar se hace referencia a espacios indeterminados, más que a puntos específicos. En las áreas lingüísticas en las que se admite, la construcción arriba del televisor30.5e) denota su parte superior. En todas las variedades se acepta, en cambio, más arriba del televisor para designar cierto espacio situado por encima de él. Se obtienen diferencias análogas en los demás casos. El adverbio arriba se construye también con la preposición de cuando se usa en el sentido de más de, es decir, para expresar que se supera (o no se alcanza, si hay negación) cierta magnitud: En la playa, bastante ancha, no hay arriba de veinte personas (Silva, L., Rif ). En la lengua antigua era habitual anteponer a arriba el grupo preposicional «de + numeral» para expresar ese mismo significado, como en De veinte arriba ha moros matado (Cid), pero también el sentido que hoy tiene «de + numeral + para arriba», es decir, cierto límite numérico de una cantidad que puede ir en aumento:

Si hurtaban las mazorcas de maíz de veinte arriba, moría por ello (Casas, Apologética); Fíjate que vivía yo con treinta y dos mujeres, pero no te vayas a creer que jóvenes, no, eran de ochenta para arriba (Alatriste, Vivir).

30.5m Los adverbios de B constituyen el segundo componente de una serie de grupos adverbiales bimembres formados mediante pautas muy productivas. Se trata de construcciones como por la cuesta abajo o por la calle arriba (se subrayan separadamente sus dos componentes). El primer segmento designa un trayecto, mientras que el segundo denota una dirección, que es el concepto expresado por la construcción en su conjunto. El sustantivo con el que se forma el grupo preposicional encabezado por la preposición por puede designar inherentemente una vía (calle, camino, carretera, cuesta, río...), pero también cualquier otro espacio que pueda concebirse como tal, tanto si es longitudinal:

Subimos por el río arriba (Cervantes, Persiles); Ahora se van ustedes a buen pasito por este sendero arriba (Galdós, Episodios); Los veía siempre juntos, por las carreteras adelante, los dos algo encorvados, los dos de chistera y levita (Clarín, Señor); Y la hiedra les trepa, aromada, por las piernas arriba (Pombo, Natura); Seguida por una dueña coja […] echaba por las escaleras abajo (Mujica Lainez, Galaz); Y echó a correr por el pasillo adelante para alcanzarle (Madariaga, Corazón),

como si no lo es (barranco, bosque, mar, talud, etc.):

Y metiéndose con estraña ligereza por el bosque adelante, comenzó a dar los mayores gritos (Cervantes, Quijote II); Se lanzó por el barranco abajo en busca de la cuadrilla (Galdós, Desheredada); Arrastraron la bici por el talud arriba (Sánchez Ferlosio, Jarama); Entrose a todo correr por la montaña adelante (Villanueva, Ezequiel Zamora).

Así pues, en la cita de Cervantes que aparece en el primer grupo de ejemplos, por el río expresa el trayecto de cierto movimiento, mientras que arriba indica la dirección que alguien sigue a lo largo de dicha trayectoria.

30.5n La preposición por se omite con frecuencia en estas construcciones (calle arriba, río abajo), como sucede en otras del tipo de Le pasó (por) entre las piernas, que se analizan en el § 29.5ñ. La omisión de la preposición lleva, por lo general, asociada la del determinante, aunque no en todos los casos:

Picó, pues, la cuesta abajo, ufano de sus triunfos, pero nada regocijado (Navarro Villoslada, Urraca); A qué buscas la lumbre la calle arriba/si de tu cara sale la brasa viva (Canciones populares); De puro milagro no hemos salido rodando los dos la pendiente abajo (Sánchez Ferlosio, Jarama).

El significado que la preposición aporta se interpreta en esta construcción aunque esta se omita, puesto que el primer componente se asocia con el concepto de ‘trayectoria’ (recuérdese que, en el ejemplo de pasar, es este verbo el que pone de manifiesto dicha noción). Sin preposición ni determinante se obtienen secuencias del tipo «sustantivo + adverbio», como las siguientes:

Me había tomado del brazo y paseábamos zaguán arriba, zaguán abajo (Mendoza, Verdad); […] por lo cual salen pitando… ¿escaleras abajo? No. Escaleras arriba (Jardiel, Exceso); Lo peor eran las medias de sport, […] logré que se me deslizaran pierna abajo con auténtica naturalidad (Grandes, Edades); Corría carretera arriba, hacia los pozos (Aldecoa, J., Maestra); Quería largarse barranca abajo para volver a la quieta felicidad que había conocido en su pueblo de adobe (Valenzuela, Águilas); Pasa bajo el palo mayor y sigue camino barco adelante (Pérez-Reverte, Trafalgar); Descolgáronse torreón abajo, sobre los hombros fuertes del propio hermano del rey (Bombal, Griselda).

30.5ñ Otras veces la estructura mencionada ([trayecto] + [dirección]) designa conjuntamente cierta ubicación. Cuando se dice El poblado está situado río arriba, el sustantivo río expresa una trayectoria en la dirección que denota el adverbio arriba, pero el grupo adverbial no designa conjuntamente una dirección, sino cierto lugar impreciso situado en ella. Se obtiene el mismo resultado en estos otros ejemplos:

Las sendas se divisaban y se juntaban camino adelante (Baroja, Aurora); Fue inútil que César Santos le repitiera que acamparían aguas arriba (Allende, Ciudad).

En esta variante no se suele usar la preposición por, pero se documentan algunas excepciones, sobre todo en el español antiguo: Y ella ahorró la escalera y dio con ellos por la ventana abajo (Cervantes, Quijote I).

30.5o En los § 29.3ñ, 29.5k y ss. y 29.8g se explica por qué no es contradictorio que los grupos preposicionales que expresan dirección, como hacia el norte, puedan expresar también ubicación, como en La casa está (dos kilómetros) hacia el norte. La construcción que se ha descrito en el apartado anterior está relacionada con esta otra, analizada en los § 29.3l y ss., y, en general, con las secuencias en las que aparecen grupos nominales cuantificativos modificando a grupos preposicionales locativos. Así, con la expresión dos kilómetros al sur se designa cierto lugar en función de determinada distancia (dos kilómetros), medida desde el punto donde se sitúa el que habla (o desde otro que se toma como referencia) en dirección al sur. De forma análoga, en el ejemplo de Baroja que se citó en el apartado precedente (se juntaban camino adelante) se designa cierto lugar impreciso situado hacia adelante en la trayectoria que marca determinado camino. El hecho de que el tiempo se conciba, la mayoría de las veces, en una dimensión longitudinal ayuda a entender que se admitan construcciones temporales en esta pauta:

Pero, todavía eso está muy lejos; quizá, tiempo adelante podamos hacer algo (Baroja, Aurora); Había muerto atropellado por un borracho varios años atrás (Montero, Amado).

Con el adverbio atrás, que se usa en el último ejemplo citado, se expresa una magnitud espacial, pero también temporal, como en Desde varios kilómetros atrás mordía chiles para despertarse (Hayen, Calle), donde se alude a cierto desplazamiento que conlleva tiempo, pero también al espacio recorrido.

30.5p El segundo componente de las estructuras bimembres que se describen se construye siempre sin complemento, incluso cuando estos grupos adverbiales se insertan en estructuras más complejas. No constituyen excepción construcciones como la siguiente, que se consideran correctas: La población de Bounilla, situada a unos 125 kilómetros río abajo de Epéna (Seguí, Dinosaurios). El grupo preposicional de Epéna no complementa a abajo, ya que la construcción se segmenta en la forma a [[unos 125 kilómetros] [río abajo]] [de Epéna]. El segmento río abajo es optativo y modifica a unos 125 kilómetros, por lo que el resultado es una expresión análoga a a cien metros de mi casa y otras similares.

30.5q Los grupos adverbiales bimembres analizados en los apartados anteriores admiten nombres propios, lo que pone de manifiesto que la construcción no está lexicalizada en algunos de sus usos:

Perú ordenó que […] se dirigieran desde El Callao a través del Canal de Panamá y por el Amazonas arriba, hasta Iquitos (Scheina, Iberoamérica); Bajarán con las navatas desde el Pirineo hasta Zaragoza, y por el Ebro abajo hasta Tortosa (Beltrán Martínez, Pueblos); […] en lancha Amazonas abajo hasta la boca del Putumayo (Caballero Calderón, Hablamientos); […] distante diez leguas de la ciudad Paraná arriba (Azara, Paraguay).

Al mismo tiempo, se ha observado que no se pueden construir estos grupos nominales con modificadores, sean restrictivos o explicativos. Así, junto a Se entró por el río adentro (Quintana, Vidas), no cabría decir *por el río profundo adentro, y, junto a zaguán arriba (citado en el § 30.5n), no se admitiría *amplio zaguán arriba. Estas limitaciones se han interpretado como indicio de que los sustantivos de los que se habla se usan sintácticamente para marcar trayectorias, lo que conlleva cierto grado de gramaticalización. En el § 29.9j se analiza el uso de camino de como locución prepositiva en oraciones como Va camino de los sesenta años.

30.5r En la lengua actual están parcialmente lexicalizadas expresiones como bocarriba (grafía que se prefiere a boca arriba), cuesta arriba, mar adentro y otras semejantes. Cuesta arriba y cuesta abajo se usan también como locuciones adjetivas o adverbiales, la primera en el sentido de ‘difícil’ y la segunda en el de ‘en declive’:

Por entonces con el Negro Morán se nos hacía muy cuesta arriba pagar el alquiler y andábamos mudándonos a cada rato (Futoransky, Pe); El barrio SEP aún sigue cuesta abajo (Voz del Interior 10/7/2006).

30.5s Se perciben diversos grados de lexicalización en las secuencias de este grupo. Es raro usar cara arriba con sustantivos que no sean de persona o, en general, que designen cosas que no tengan cara: Nicanora le volvió cara arriba para que respirase bien (Madariaga, Corazón). Es, en cambio, muy frecuente el empleo de boca arriba y boca abajo con nombres que no designan personas, tanto si denotan cosas que tienen boca, como en Lavé las copas con mis propias manos, las coloqué boca abajo en el escurridor para que chorrearan (Marías, J., Batalla), como si no la tienen, de forma que la locución se usa en sentido figurado: Al volver boca arriba los naipes se nos desvela inapelablemente la trama del azar (Muñoz Molina, Córdoba). Están totalmente lexicalizadas las expresiones patas arriba y patas para arriba (la segunda más usada hoy en el Río de la Plata, y ambas sin correspondencia con abajo). Se emplean con el sentido de ‘del revés’, como en estas secuencias:

Esta sociedad ha de volverse patas arriba (Galdós, Audaz); Pero cuando vamos por la calle somos barrocos, damos vuelta todo, lo ponemos patas para arriba, inventamos y reinventamos (Clarín 30/1/1997),

pero también con el de ‘en absoluto desorden’, como en La habitación estaba patas arriba o Todo el país está patas para arriba.

30.5t Arriba y abajo se usan como predicados de cláusulas absolutas exclamativas, como en ¡Arriba las manos! o ¡Abajo el Gobierno! También se atestigua adelante en esta pauta, como en ¡Adelante los reservistas! (Blasco Ibáñez, Jinetes). En cambio, es más frecuente en ella fuera (grupo A del § 30.5a) que afuera (grupo B). Véase sobre estas construcciones el § 42.5s. Los adverbios arriba y abajo se emplean también en las secuencias formadas con irse y venirse, que expresan procesos de expansión, recuperación o hundimiento:

Después de la incertidumbre inicial al empezar ambas guerras mundiales […], los mercados estadounidenses se fueron para arriba (Excélsior 17/9/2001); La empresa se vino abajo en menos de un año (Ruiz Zafón, Sombra); Sin embargo, en el último tercio se vino arriba, y al matador murciano le costó acoplarse (ABC 23/6/1997).

Están asimismo lexicalizadas las expresiones de abajo arriba y de arriba abajo: El viejecillo ha comenzado a mover la cabeza, de arriba abajo, de abajo arriba (Vargas Llosa, Fiesta). Se registran también las variantes gráficas de abajo a arriba y de arriba a abajo: Se acercaron en grupo y lo recorrieron de arriba a abajo (Vergés, Cenizas), pero se prefieren las anteriores.

30.5u Son redundantes expresiones como salir afuera o subir arriba, donde los adverbios subrayados expresan destino, no dirección. Estas combinaciones ya se documentan en la lengua clásica:

Las salidas de los mutilos o çapatas salgan afuera tanto como la quarta parte de la altura (Urrea, M., Arquitectura); ¿Sobisteis arriba los barriles, los presutos y quesos? (Delicado, Lozana).

Es mayor el grado de redundancia cuando se indica dirección, como en subir hacia arriba. Los adverbios afuera y adentro han dado lugar a dos sustantivos plurales, uno femenino (las afueras) y el otro masculino (los adentros), el último usado más frecuentemente con posesivos: Mascullaba para sus adentros, avergonzado (Allende, Retrato).

30.5v Algunos adverbios en -mente formados sobre adjetivos relacionales cuya base es, a su vez, un nombre de lugar pueden expresar el contenido que corresponde a los complementos locativos, como en mundialmente conocido ~ conocido en todo el mundo, un programa extendido {ruralmente ~ en el campo}, etc. Incluso pueden coordinarse con ese tipo de complementos, como en […] cuestión que sobresale en la región y mundialmente (Granma Internacional 11/1997). He aquí algunos ejemplos de estas construcciones:

[…] el más lujoso [concurso] de los que se celebran mundialmente (Tiempo [Col.] 1/12/1987); Extender universalmente los avances de la modernidad no es solo […] (Savater, Política); Yo todavía vuelo localmente pero, no creas, ya no me faltan tantas horas como para que me suelten uno de los grandes (Lara, Amor).

No son propiamente adverbios de lugar lateralmente, paralelamente, transversalmente y otros similares, pero en algunos de sus usos se asimilan a los adverbios direccionales (grupo B), en especial cuando se construyen con verbos de movimiento. Quedan fuera de la distribución que se hace en los apartados precedentes el adverbio relativo donde22.8), el relativo indefinido doquier(a)22.12i) y el interrogativo (a)dónde22.15). Estos adverbios expresan contenidos gramaticales ajenos a los factores semánticos que intervienen en el análisis de los adverbios que componen el esquema [trayecto] + [dirección]. Se analizarán estos rasgos en los apartados siguientes.

30.5w Los adverbios cerca y lejos se asimilan a la serie formada por delante y detrás30.5a-f) en que toman complementos expresos o tácitos, pero se distinguen de dicha serie en que la localización a la que dan lugar no aporta información sobre la orientación del referente con respecto al complemento, sino sobre la distancia aproximada a la que se encuentra de él. Así, la expresión cerca de la valla identifica algún lugar por su proximidad a la valla de la que se habla, pero no indica cómo se ha de orientar dicho lugar con respecto a este objeto (es decir, si está ante él o tras él, entre otras posibilidades). El hecho de que estos adverbios aportan léxicamente información sobre la distancia explica que no admitan las expresiones cuantificativas que especifican esta dimensión (§ 29.3l y ss.): dos metros {detrás ~ *cerca} de la valla.

30.5x Cuando cerca y lejos no llevan complemento, el punto de referencia necesario para establecer su significado puede ser aquel en el que se ubica el que habla, como en Vive muy cerca (se entiende ‘de aquí’), pero también algún lugar mencionado en el discurso previo, como en Nosotros vivimos en la calle Mayor y mi hermano vive muy cerca (es decir, ‘de la calle Mayor’). La variante antigua açerca se construía con preposición: Açerca de Murviedro tornan las tiendas afincar (Cid). Sobre el uso de cerca con grupos nominales cuantitativos (cerca de dos mil personas), véase el § 15.3k. En torno a la construcción «lejos de + infinitivo», véase el § 26.11s.

Información adicional

En relación con este capítulo, la siguiente entrada del Glosario de términos gramaticales podría ser de su interés:
adverbio de lugar

 

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