Sintaxis

24. El verbo (II). Tiempo y aspecto. Los tiempos del modo subjuntivo. Interpretaciones de los adjuntos temporales. La concordancia de tiempos

24.9 La concordancia de tiempos (III). La sintaxis de los tiempos y las partículas temporales

24.9a Con la excepción de las relativas adverbiales, las oraciones de relativo no están sujetas a la concordancia de tiempos como lo están las subordinadas sustantivas, puesto que las situaciones contenidas en ellas dependen más de las propiedades referenciales del grupo nominal que las contiene que de las restricciones sintácticas del sistema temporal. En cuanto que no se obtiene doble acceso en estas oraciones, un presente en una subordinada relativa no solo puede ser compatible con un pretérito en la principal (Le presenté a la chica con la que está casado), sino que no se da la extensión temporal de V2 a V1 que se analizó en la sección precedente. La situación de “estar casado con alguien” no se ha de interpretar en relación con la acción de presentar. Análogamente, la forma verbal subrayada en la cita siguiente no se interpreta en relación con el pretérito fue: Se fue a dormir en la casita que había instalado en el callejón (Herrera Luque, Casa). El pluscuamperfecto contribuye, sin embargo, a que el grupo nominal en el que aparece designe cierta casita creada o instalada en algún punto temporal pretérito, por lo que ha de ser compatible con el suceso que el predicado principal describe (irse a dormir, localizado igualmente en el pasado).

24.9b Es similar la interpretación de oraciones como Ayer recibimos la carta que ustedes nos enviaron, en la que no se obtiene la relación de anterioridad entre los pretéritos subrayados como consecuencia de la sintaxis de los tiempos. El hecho de que enviaron designe un tiempo anterior a recibimos es consecuencia de un factor extralingüístico, como es el que las cartas hayan de ser enviadas antes de ser recibidas. Resultan naturales, por otra parte, oraciones como Conoceré próximamente al profesor que escribió todos estos trabajos, que muestran la independencia temporal de los segmentos subrayados. Nada de ello impide, sin embargo, que una forma verbal que aparezca en la oración principal pueda proporcionar el tiempo necesario para anclar un tiempo situado dentro de la subordinada relativa, por ejemplo el imperfecto vivía en el texto siguiente: En esos días me acompañó donde una costurera que vivía en los barrios periféricos (Serrano, M., Vida). Los factores que regulan la alternancia modal en las relativas, como en No seré yo el que se {atreva ~ atreverá} a decírselo, son complejos y se analizan en los § 25.9-11.

24.9c Así pues, no se perciben en las relativas asimetrías como las que se han detectado en los apartados precedentes en relación con la interpretación de doble acceso en las subordinadas sustantivas. La irregularidad que proporciona el futuro en pares como Imaginé que me {*traerás ~ traerías} un regalo, con subordinada sustantiva, es consecuencia del rechazo a la interpretación de doble acceso con el verbo imaginar (recuérdese, sin embargo, que en el § 24.8p se mostró que imaginarse admite el doble acceso en otras estructuras). No se percibe, en cambio, tal rechazo en Imaginé el regalo que me {traerás ~ traerías}, con subordinada relativa, lo que confirma la ausencia de dependencia temporal en estas construcciones. Constituyen una excepción importante las relativas adverbiales de significación temporal, y también las oraciones que se subordinan a los adverbios antes y después, que se asimilan en gran parte a las anteriores (§ 30.6l-p). Así, el tiempo que se elija para el verbo llegar en el esquema siguiente: Arturo escribió la carta {cuando ~ mientras ~ antes de que ~ después de que} Clara llegar estará en función del pretérito escribió. No todas estas partículas son compatibles con los dos modos, lo que reduce aún más las opciones que se presentan. Aun así, las restricciones que aquí se perciben ponen de manifiesto que el punto o el intervalo que esas expresiones designen (correspondiente al llamado tiempo de referencia, introducido en el § 23.1v) está vinculado a la manera en que V1 se oriente respecto del momento del habla. La existencia de limitaciones temporales en las construcciones formadas por mientras, antes de que o desde que es esperable en la misma medida en que las poseen los predicados que en el § 24.7j se llamaron restrictivos. En unos casos y otros, el significado de un verbo (prometer), un adverbio (antes) o una preposición (desde) posee componentes léxicos que han de repercutir en la interpretación temporal de los eventos designados por las oraciones subordinadas que introducen.

24.9d Las relativas sin antecedente expreso encabezadas por cuando dan lugar a correspondencias sintácticas en las que concurren los diversos factores que se revisan en los § 22.9 y 24.5. En las subordinadas encabezadas por mientras se obtienen también configuraciones temporales relativas a la concordancia de tiempos. En el § 31.13 se explica que la partícula mientras posee propiedades en común con las conjunciones subordinantes, pero también con los adverbios relativos. En sus usos temporales, mientras rechaza el futuro, en lo que coincide con cuando. El presente de subjuntivo suple al futuro en estos contextos: {cuando ~ mientras} {estés ~ *estarás} aquí, y el pretérito imperfecto al condicional: {cuando ~ mientras} {estuvieras ~ *estarías} aquí.

24.9e Al igual que el presente de subjuntivo admite usos actuales, además de prospectivos, la combinación «mientras + presente de indicativo» puede designar un período actual, como en el primero de los dos textos que siguen, o bien uno venidero, como en el segundo:

Puedes seguir —murmuró Hasting—, te oigo mientras escribo; tengo que concluir un trabajo para mañana y necesito correr (Baroja, Hierba); ¿Y usted qué va a hacer mientras yo trabajo? (Asensi, Catón).

En el último ejemplo no es posible deducir del contexto o de la situación si la acción de trabajar está ya en curso, y se espera que prosiga en el futuro, o si, por el contrario, se iniciará en un momento posterior al del habla.

24.9f En razón de su propio significado, mientras solo puede expresar relaciones de simultaneidad o de inclusión. Las primeras se obtienen de modo característico en los contextos en los que se repiten las formas canto, cantaba y he cantado en la principal y la subordinada:

Luego nos despedíamos con esos besos de lado que le caen al aire mientras uno se roza las mejillas (Mastretta, Vida); Maggie cojeaba silenciosamente a mi lado, con el taco roto y el rostro bañado en lágrimas, mientras íbamos en busca de una zapatería (Bryce Echenique, Hotel); Mientras ha estado iluminando continuamente aspectos de nuestra historia o de nuestra literatura clásica, no ha cesado de replantearse su documentación y la hermenéutica de los textos hallados (Triunfo 25/6/1977).

24.9g Puesto que mientras rechaza los futuros y los condicionales en su interpretación temporal, como se ha recordado, la referencia a situaciones prospectivas se expresa con las pautas «mientras tenga, daré»; «mientras tuviera, daría», y sus correspondientes variantes con tiempos compuestos:

No permitirá que se le escapen las cotizaciones de la divisa mientras tenga dólares para impedirlo (Universal [Ven.] 9/7/1996); mientras ella viviera […], no habría otros pechos de mujer (Sánchez Espeso, Mujer).

Los ejemplos citados corresponden a la pauta «mientras + predicado atélico». La combinación de mientras con predicados puntuales es posible cuando esta partícula se emplea como conjunción condicional (Mientras llegues a tiempo, nadie te pondrá problemas). Sobre este uso, véanse los § 25.13c, 31.13k, y 47.10i.

24.9h La relación de inclusión es característica de los períodos en los que la oración de mientras denota cierta situación en curso, expresada con un predicado imperfectivo, en el interior de la cual se localiza cierto suceso al que se hace referencia con uno perfectivo:

Encendió la luz y abrió la puerta mientras yo me estaba vistiendo todavía (Cabrera Infante, Habana); […] hasta que se durmieron, mientras yo pensaba en los destinos de esas criaturas creciendo en aquel lugar (Allende, Casa).

No obstante, como este suceso puede ocupar cierta extensión temporal, la relación de inclusión puede acercarse a la de simultaneidad o presentarse como la coexistencia de dos situaciones:

Gustavo miró por la ventana mientras se ponía la chaqueta (Donoso, Elefantes); Entonces, mientras yo lo veía armar un cigarrillo de marihuana, me contó cómo se había precipitado el desastre (Vallejo, F., Desbarrancadero).

Las relaciones entre tiempo y modo en las subordinadas condicionales se analizan en los § 24.2d y ss., 24.3 y 47.8. Las correspondientes a las concesivas se explican en el § 47.13.

24.9i Los adverbios antes y después se construyen con complementos preposicionales introducidos por la preposición de (antes de que; después de que), pero dan también lugar a las conjunciones subordinantes antes que y después que. Las partículas mencionadas coinciden con cuando y mientras en rechazar los futuros y los condicionales, pero se diferencian fundamentalmente de estos otros conectores en que neutralizan en un gran número de contextos los tiempos simples (antes de que muera; después de que amaneciera) y los compuestos (antes de que haya muerto; después de que hubiera amanecido). Por otra parte, antes se construye con subjuntivo, pero después admite los dos modos, con las diferencias de sentido que se explican en los § 25.14f-h.

24.9j Si V1 pertenece a la esfera del presente, en V2 aparece «antes (de) que + cante o haya cantado»:

Habrá muchas más personas infectadas antes de que remita la epidemia (Universo 8/12/2003); Piensan que no lo hará antes de que haya transcurrido una hora (Tomeo, Mirada).

Si V1 pertenece a la esfera del pasado, en V2 aparecen pretéritos imperfectos o pluscuamperfectos:

Salieron antes de que terminara la comunión (Martínez Salguero, Combate); Fueron los únicos periodistas que tuvieron acceso a Salinas antes de que el ex presidente diera fin a su ayuno (Proceso [Méx.] 27/10/1996); Por la mañana se despertó antes de que hubiera amanecido (Tomás, Orilla).

24.9k Se registra en estas construcciones el uso de cante por cantara al que se hizo referencia en el § 24.8q. En el español general de hoy se prefiere naciera o naciese a nazca en el primero de los textos que siguen, y entrara o entrase a entre en el segundo. El pretérito imperfecto de subjuntivo es pues, la opción recomendada en ambos casos, de acuerdo con la correspondencia de tiempos presentada en el § 24.1a:

Felisa comenzó a trabajar conmigo justo antes de que nazca la más chiquitita (CREA oral, Bolivia); Tanto la compra como el embarque de las unidades se realizaron antes de que entre en vigencia el dispositivo (Caretas 20/3/1997).

24.9l Después (de) que se construye con presente o pretérito perfecto si V1 pertenece a la esfera del presente:

Mostrábame dos preguntas; primera:¿Y si viene después que yo me vaya? (Galdós, Episodios); Después que yo haya muerto, Dios seguirá recordándome (Unamuno, Sentimiento).

En cambio, si V1 pertenece a la esfera del pasado, se construye con pretéritos. Recuérdese que los tiempos simples alternan con los compuestos en estos contextos, como se señaló en el § 24.9i:

Yo la entiendo porque algo de eso me estaba pasando poco después de que usted vino (Mutis, Maqroll); Fue despedido después de que hubiese remitido cartas a diarios barceloneses alusivas a […] (País [Esp.] 5/8/1977); […] una niña a la que unos tíos lejanos habían metido interna en un colegio después de que sus padres se mataran en un accidente de aviación (Grandes, Aires).

24.9m Las subordinadas que encabeza que en desde que… se analizan en unas gramáticas como sustantivas y en otras como relativas sin antecedente expreso. En los § 22.9k y ss. se explica que la segunda opción parece tener más justificación que la primera. Estas subordinadas se construyen hoy en indicativo. No constituye excepción el pretérito imperfecto de subjuntivo que aparece en Las cosas no habían mejorado desde que abandonara la casa de sus padres (Millás, Mujeres) porque este uso literario (cantara por canté) corresponde más propiamente al paradigma del indicativo, como se explicó en el § 24.2l. Sobre el uso antiguo de desde que por ‘en cuanto’ (desde que te vi; desde que se reciba el dinero), véase el § 29.7r.

24.9n Se rechazan en desde que + V2 futuros y condicionales (al igual que con cuando y mientras), lo que reduce de manera considerable las opciones sintácticas que son posibles en esta pauta: desde que {llegue ~ *llegará ~ *llegaría}. Por otra parte, V2 marca en todas estas construcciones el inicio de la situación que describe V1. Es lógico, en consecuencia, que los grupos preposicionales formados por «desde que + indicativo» modifiquen prototípicamente a predicados atélicos. Resulta, pues, esperable que suscite rechazo la segunda opción del par {Estuve muy ocupado ~ Tuve un accidente} desde que llegué a la ciudad. No obstante, la interpretación atélica se puede crear en V1 con los recursos analizados en el § 23.4, como en Tuve {tres accidentes ~ un accidente tras otro} desde que llegué a la ciudad. Cabe añadir el adverbio solo, como en Solo tuve un accidente desde que llegué a la ciudad.

24.9ñ El pretérito perfecto compuesto resulta normal en V1 con desde que porque la interpretación llamada continua23.2o) crea predicados atélicos (Ha estado en su cuarto desde que llegó al hotel). Cuando la situación descrita es actual, aparecen presentes o pretéritos perfectos compuestos tanto en V1 como en V2, como en La ha tratado muy bien desde que está a su cargo, o en los textos siguientes:

No hace otra cosa desde que yo la conozco (Rulfo, Llano); Quico está nervioso desde que has vuelto (Berlanga, Gaznápira); La excelsa Venus se siente envidiosa desde que sabe que las dos más radiantes estrellas han bajado de los cielos (Calvo, Román Castillo); Alicia no es la misma desde que ha nacido la niña (Salisachs, Gangrena).

24.9o Los textos que se acaban de citar no expresan propiamente ‘simultaneidad’, sino más bien ‘inclusión’, ya que V2 marca, como se ha explicado, el inicio del intervalo designado por V1. Como «desde que + V2» identifica un punto temporal, las construcciones como «desde que + predicado atélico» suelen adquirir sentido incoativo: desde que vivo aquí (‘desde que empecé a vivir aquí’); desde que trabajaban en la fábrica (‘desde que empezaron a trabajar en la fábrica’), etc. La situación de inclusión que se ha descrito se puede extender a las situaciones pretéritas, lo que se logra con tiempos de la esfera del pasado:

¿Tenías tus cosas con Amalia desde que trabajaba ella en la casa? (Vargas Llosa, Conversación); No había hecho más que tomar el sol desde que había comenzado el viaje (Regàs, Azul); Florentino Ariza no era experto ni mucho menos en los negocios de la iglesia, ni había vuelto a misa desde que tocaba el violín (García Márquez, Amor).

24.9p El estado de cosa denotado por la oración principal puede ser actual aunque su comienzo sea pretérito, como en los textos siguientes:

Estas regiones están abandonadas desde que vuestro tío el Príncipe Almíbar se marchó (Matute, Gudú); Solo sangre veo desde que troné al viejo Martínez (Zepeda, Benzulul).

Así, en el primero de estos textos se dice que el comienzo del abandono actual de estas regiones coincide con la pasada marcha del Príncipe Almíbar. Nótese que estas secuencias resultan naturales en la misma medida que lo son otras más simples, como El niño está enfermo desde ayer, ya que el término de la preposición desde aporta la información pretérita que se requiere. «Desde que + subjuntivo» está en desuso en los contextos prospectivos, con las excepciones a las que se refiere el § 29.7r. Esa limitación introduce cierta asimetría en las relaciones temporales cuando se extienden a esos contextos. En efecto, si el presente están del ejemplo de Ana María Matute que se acaba de citar se sustituyera por un futuro, se obtendría la pauta Estas regiones estarán abandonadas desde que vuestro tío el Príncipe Almíbar se marche, construcción que hoy resulta anómala, a diferencia de … cuando se marche, … a partir del momento en que se marche, etc.

24.9q Las construcciones temporales formadas por «hasta que + V2» presentan puntos en común con las que se acaban de examinar, ya que hasta marca el límite final de la situación que se describe, en lugar del inicial. Como sucedía con «desde que + V2», se requieren predicados atélicos en V1, como en Trabajó en su oficina hasta que dieron las dos o en Durmió entre tubos y sondas hasta que abrió los ojos fatigados dos días después (Aguilar Camín, Adriano). Oraciones como Llegó a su oficina hasta que dieron las dos solo son posibles en las áreas lingüísticas mencionadas en el § 48.11v, en las que se admite que se sobrentienda el adverbio no. Estas oraciones no se pueden interpretar en las demás áreas lingüísticas hispanohablantes, ya que V1 no designa en ellas una situación atélica (o, dicho de otro modo, porque no puede ponerse límite a lo que carece inherentemente de él).

24.9r Los recursos sintácticos que crean situaciones atélicas en V1 se aplican asimismo a las construcciones introducidas por hasta que, y en particular la iteración de los eventos, como en Le pasó la mano por el lomo al potro hasta que se calmó. Existen algunas diferencias notables entre hasta y desde en relación con los tiempos y los modos. Por un lado, se admite el subjuntivo en V2 en «hasta que + V2», como en Esperaré hasta que termines, construcción que —como se vio— rechaza desde en la lengua actual. Por otro, la pauta «desde que + tiempo imperfectivo» (desde que trabaja allí; desde que tenía uso de razón) no se extiende a hasta, salvo en la interpretación iterativa (Corría hasta que se cansaba) y en la descrita en el § 23.13g. Esta asimetría entre desde y hasta puede verse como consecuencia de la diferencia entre el principio y el final de las situaciones. El punto temporal designado por «desde que + V2» tiene acceso al intervalo cuyo inicio identifica (lo que guarda alguna relación con el hecho de que los predicados puntuales creen, en ciertas ocasiones, estados resultantes), mientras que tal intervalo está ausente en las construcciones con hasta.

24.9s Como consecuencia de su significado como marca de término o de límite final, V2 denota siempre posterioridad en relación con V1 en «V1… hasta que + V2»:

Estaré ahí hasta que me llame (Velasco Piña, Regina); Tú te escondes hasta que abran (Trigo, Jarrapellejos); Allí estaría más tranquila hasta que terminase este desconcierto (Otero, L., Temporada); Anduvo derivando al encuentro hasta que una voz la llamó (Aldecoa, Pájaros); Había tenido en Umbría un taller de encuadernación, hasta que había decidido venderlo y dedicarse a otra cosa (Sánchez-Ostiz, Infierno).

La alternancia entre había decidido y decidió, que puede darse en el último ejemplo, es paralela a la que se describe en las páginas precedentes: después de que yo {muera ~ haya muerto}.

24.9t Aunque se suele rechazar el futuro en V2 (hasta que abran, no *hasta que abrirán, en el ejemplo de F. Trigo que se acaba de citar), puede aparecer cuando V1 expresa una situación repetida o largamente prolongada, que desemboca en V2 como consecuencia lógica o natural:

Si el paciente es un epiléptico que está sin accesos o con muy pocos debido a los anticonvulsivantes que toma, la suspensión de estos últimos es preferible hacerla en forma paulatina […], hasta que llegará el momento en que se intentará la suspensión total del anticonvulsivante (Vijnovsky, Dudas).

Se analizan otros aspectos de la gramática de hasta en los § 29.8h-j y 40.8k.

 

Nueva gramática de la lengua española
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