Sintaxis

14. El artículo (I). Clases de artículos. Usos del artículo determinado

14.10 El artículo neutro lo (II). Contextos anafóricos. Otros usos de lo

14.10a Los grupos nominales neutros están imposibilitados, en virtud de su género, para mantener relaciones directas de correferencia con antecedentes nominales. En cambio, la naturaleza abstracta de su designación los convierte en adecuados para asociarse anafóricamente a contenidos de valor proposicional expresados con anterioridad en el discurso. Grupos neutros como lo anterior, lo dicho, lo cual, lo propio y lo mismo remiten, por tanto, a diversos antecedentes discursivos:

¿Por qué he asociado siempre la más alta expresión de placer sensual a la idea de caer, caer, caer y al final reventar? Lo anterior lo escribí ayer por la tarde (Cano Gaviria, Abismo); —Ese cristo negro es el santo patrono de este pueblo —le insistió el beduino—; van a inventar que usted se robó la imagen verdadera, que la vendió, que la cambió por otra. —Lo mismo me advirtió el maestro Lisandro (Ramírez, Baile).

14.10b Algunos de estos grupos se combinan, además, con el verbo hacer para remitir anafóricamente a predicados precedentes:

Hizo que el escribano público leyese la carta real nombrándole Gobernador; hecho lo cual, prestó juramento y demandó a Don Diego Colón y a Rodrigo Pérez le entregasen los prisioneros y todo el proceso (Madariaga, Colón); Fue a arrodillarse ante el altar e invitó al joven a hacer lo mismo (Ponte, Contrabando); Le gritó al grumete que se asiera con fuerza a las cuerdas de protección y él hizo lo propio con la mano izquierda mientras reforzaba la sujeción del remo apretándolo bajo la axila (Guelbenzu, Río).

La unión del artículo neutro y el relativo que también puede remitir anafóricamente a contenidos proposicionales, lo que se debe —en opinión de muchos gramáticos— a la naturaleza pronominal del artículo lo44.8l y ss.): Entonces, Fermín, seguimos en dique seco, lo que acaso sea un favor que le hacemos a la lírica en general o a lo mejor ella se lo pierde (Díez, Expediente).

14.10c Por medio de una relación predicativa —y no de correferencia anafórica— el relativo neutro puede aludir a cualquier tipo de argumento no animado: Con lo que firmó el documento fue con una pluma40.10j). El relativo neutro representa aquí cualquier clase de objeto que se pueda usar para la firma de un documento (pluma, lápiz, bolígrafo, etc.). El foco de la perífrasis de relativo identifica un ejemplar y su clase. El cambio de sentido que se aprecia entre Con esta pluma fue con lo que firmó el documento y Con esta pluma fue con la que firmó el documento ilustra la diferencia entre la mención del relativo neutro y la de los demás. Estos últimos dan por consabida la clase a la que pertenece el objeto denotado, por lo que en el segundo ejemplo se identifica tan solo el ejemplar correspondiente. Por su parte, el relativo neutro establece una mención genérica a cualquier realidad, de forma que el grupo nominal con el que se relaciona predicativamente identifica no solo el ejemplar, sino también la clase de objeto. La misma relación se da en los contextos atributivos:

Arremetió a fondo ayudándose con lo que parecían exactos e inmisericordes mordiscos (Marsé, Muchacha); Saca del maletín un espectacular llavero y entra en lo que debe ser la sacristía de la catedral (Vila-Matas, Suicidios); Subí los seis o siete escalones y allí, de espaldas, estaba una mujer con la cabeza inclinada sobre lo que parecía ser una mesa de planchar (Salazar, Selva).

Cuando forma parte del relativo complejo lo que, el artículo neutro no concurre con un antecedente nominal, puesto que la clase correspondiente al objeto denotado ya estaría explícita en este: la pluma con {la ~ *lo} que firmó el documento. Se analizan también estas cuestiones en el § 44.8ñ. Muy diferentes son las propiedades gramaticales del lo enfático (lo bien que canta), como se explicó en los § 14.9d, e.

14.10d Los grupos nominales neutros pueden establecer relación de anáfora asociativa con algún elemento del discurso. En los formados por el artículo y un sintagma adjetivo, tal situación se da cuando en el discurso se establece un dominio que restringe la interpretación del grupo nominal:

Los dos, sin hacer caso de mí, se dirigieron hacia la escalera y empezaron a subir. Catalina apareció en lo alto y bajó unos escalones para recibir a Durán (Larreta, Volavérunt); Mientras trataba de acomodarse en las inhóspitas instalaciones, surgieron de lo profundo unas enormes garras (Dolina, Ángel).

En los ejemplos anteriores, lo alto se vincula por medio de una anáfora asociativa (§ 14.5a) con la escalera, y lo profundo, con las inhóspitas instalaciones.

14.10e Se vio en el § 14.6 que el dominio del que se extrae la entidad de la que se habla aparece frecuentemente en el interior del propio grupo nominal neutro en forma de complemento preposicional. En tal caso, la interpretación es endofórica. También suele serlo la que corresponde a los grupos nominales neutros que contienen una oración relativa o una completiva, ya que el contenido proposicional de la subordinada aporta la información suficiente para garantizar la unicidad de la correspondiente descripción:

La encargada era una mujer de mediana edad, trabada, evidentemente acostumbrada al trabajo y atenta a lo que pasaba a su alrededor (Cabrera Infante, Habana); ¿Qué es lo que más le importa al zar en el mundo? (Bucay, Cuentos); Cuando llega lo de que el chaleco salvavidas se puede inflar con la boca, la gente se troncha (Vanguardia [Esp.] 19/5/1994).

14.10f Los grupos nominales neutros que presentan un grupo preposicional encabezado por de inmediatamente después del artículo son los que con mayor frecuencia requieren la anáfora asociativa para ser interpretados. No es necesaria tal operación cuando el complemento es una oración sustantiva, como se observa en el último de los ejemplos anteriores. Tampoco lo es cuando el término de la preposición es un grupo nominal con valor proposicional y aparecen en su interior todos sus argumentos: Lo de la intervención de su madre en el rodaje de “El moderno Barba Azul”, ¿es de dominio público? (José, Buster Keaton). En cambio, cuando el grupo preposicional se limita a mencionar alguna relación con un elemento del discurso anterior, la asociación discursiva es imprescindible para establecer el contenido del grupo nominal neutro:

El retrato debía pintarlo en mi estudio, puesto que los médicos me prohibían exponerme a los fríos del invierno. Lo de los médicos era una nueva mentira (Larreta, Volavérunt); —¿Te olvidás que vos me has dicho que yo soy la ribera de tu río, que si los dos nadáramos en el río, no habría orilla para recibirte? […] Te ponés todo cariñoso y me decís lo de la ribera del río (Belli, Mujer); ¡Vaya argumento! Lo de Juliette lo entiendo, ¿pero qué decir de tu repentina pasión por las lenguas vivas? (Cano Gaviria, Abismo).

Se usan a menudo las locuciones lo de menos y lo de siempre para hacer referencia a lo que se considera ‘de importancia menor’ y ‘a lo acostumbrado’, respectivamente:

Lo de menos es lo que hayan podido hacerle a ese barco (Caballero Bonald, Pájaros); “Para mí lo de siempre”. Lo de siempre era una infusión bien cargada de diversas clases de tés orientales, que le alzaban el ánimo después de la siesta (García Márquez, Amor).

14.10g En el habla popular y coloquial de Chile, el Río de la Plata, Guatemala, Bolivia y otras áreas americanas, se emplea lo de ante nombres propios en expresiones que denotan lugar. Originariamente, esta construcción se usaba con nombres de persona para aludir a las posesiones rurales de un propietario. Más tarde pasó a utilizarse con topónimos para expresar meramente su localización. El uso originario con antropónimos se conserva para señalar la casa o la residencia de la persona indicada, o bien el lugar que ocupa en un determinado momento. Se usa también muy a menudo en esos países para designar bares, restaurantes y otros establecimientos comerciales: Lo de Tere, Lo de Inés, etc.:

—Vamos a lo de Nostra o largamos. —A Nostra —le contesté. Como si hubiera dicho Kuwait o las Malvinas (Onetti, Viento); Al llegar a lo de Garay López, Bianco baja de un salto del caballo, jadeante y sudoroso (Saer, Ocasión); De cualquier modo tenía que dar un rodeo, si no quería pasar frente a lo de las Góngoras y tener un encuentro inoportuno (Aira, Varamo); Lo vi esta tarde en lo de Poc y supuse me estaba buscando (Larreta, Volavérunt); Andá a lo de Pola —dijo la Maga (Cortázar, Rayuela); El otro día nos vimos en lo de Rosita (Giardinelli, Oficio).

También se documenta esta construcción, con el mismo contenido de localización, con los nombres comunes que designan personas. Se suele hacer referencia con esas expresiones al lugar en el que esos individuos residen o se hallan:

Fue a buscarla a lo del médico y se enteró de que ella no había ido más (Puig, Beso); En casa de la prima, no cerró la boca un segundo; y en el teatro, mientras oían al cantante, ella tarareaba y te hacía comentarios; y lo mismo cuando fueron a lo del padrino (Chavarría, Rojo).

14.10h Los usos del artículo a los que se refirieron los apartados anteriores eran ya comunes en el español clásico:

Y la mayor fuerza acudió a lo de Monzón, en cuya defensa estaba fray Bartholomé de Belvis (Zurita, Anales I); Escribió a los gobernadores que acudiesen a lo de Navarra (Sandoval, Historia).

En la actualidad son mucho más frecuentes en el español americano que en el europeo, aunque también se documentan en este último:

—Anoche fui a lo de Ayuso. —Sí… —No estaba, hablé con la Consuelo (Caballero Bonald, Días); Por aquella parte ya habían estado todos ellos hacía un rato grande dando una vuelta, antes de irse a lo de La Peque (Quiñones, F., Hortensia).

14.10i Relacionados con los usos anteriores, también se registran topónimos que incorporan el artículo lo. En Chile se conocen Lo Herrera, Lo Abarca, Lo Bravo, Lo Boza, Lo Miranda; pertenece a México Lo de Marcos. En Murcia (España) se encuentran Lo Pagán, Lo Romero, Lo Poyo, Lo Lean, Lo Ferro. No obstante, el hecho de que en esa misma región se documenten también Los Almagros, Los Carrillos, Los Díaz, Los Nietos, Los Ramos, etc., es decir, topónimos formados con los apellidos de diversas familias, hace pensar que las variantes con lo podrían ser reflejos en la escritura de la pronunciación murciana de los, con aspiración final. Alternan a veces estas formas de denominación con las que se construyen con el adverbio relativo donde, todavía vivas en el español de muchos países:

En seguida fui donde Adamson y le dije, haciéndome el tranquilo: “¿Eres tú Willy Adamson?” (Sánchez Mazas, Pedrito); Fui donde el profesor y le pedí permiso de nuevo (Vargas Llosa, Ciudad).

Véase también, en relación con esta pauta, el § 22.8y. Sobre el uso de lo que se dice o lo que es para introducir un tópico oracional, véanse los § 40.3q, r.

14.10j El artículo lo forma parte de un gran número de expresiones lexicalizadas o semilexicalizadas. Están entre ellas lo {mío ~ tuyo ~ suyo}, como en Sufre lo suyo (aproximadamente ‘Sufre mucho’), y también a lo sumo, de lo contrario, por {lo ~ el} contrario, por lo menos, a lo mejor, por lo pronto, en todo lo alto y otras similares que suelen explicar los diccionarios. Lo antes posible no es propiamente expresión lexicalizada, ya que alterna con lo más {pronto ~ cerca ~ temprano ~ lejos} posible, entre otras variantes, como se observa en el § 45.13j. Las series lo primero, lo segundo, lo tercero se usan como marcadores del discurso que ordenan la información que se va introduciendo, en lo que se acercan a en primer lugar, en segundo lugar, etc. Se analizan algunas locuciones adverbiales que contienen el artículo lo en los § 30.15o y ss.

 

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