Sintaxis

27 El verbo (V). Las formas no personales: el gerundio y el participio

27.7 El gerundio predicativo (II). Construcciones nominales. El gerundio en estructuras bimembres

27.7a Con excepciones como ardiendo, hirviendo y otros gerundios que se estudiaron en los § 27.2a, b, no son propios del español los gerundios adjetivales en función de modificadores restrictivos en el interior del grupo nominal. Sin embargo, se percibe cierta tendencia a crear esas expresiones en el lenguaje administrativo y en el periodístico de casi todas las áreas lingüísticas hispanohablantes. Se desaconsejan secuencias como Esta es la nueva ley reformando las tarifas aduaneras (frente a … que reforma las tarifas aduaneras); Se necesita mecanógrafa hablando inglés (frente a … que hable inglés); Se ha hecho público el decreto nombrando embajador en Londres a… (frente a … por el que se nombra embajador en Londres a…) o Se ofrece chef sabiendo francés, inglés y alemán (frente a … que sabe francés, inglés y alemán). Existen, no obstante, algunas excepciones a esta pauta, que se analizarán en esta misma sección. En general, los gerundios pueden admitirse en español no como modificadores nominales restrictivos, a diferencia de los que se acaban de señalar, sino predicativos. No hay, por tanto, incorrección en las estructuras sintácticas que les corresponden, como en el ruido del agua saliendo por el caño. Se trata de construcciones formadas en casi todos los casos por sustantivos que tienen argumentos (§ 1.12e). En los apartados siguientes se describirán sus variantes fundamentales.

27.7b Al igual que los verbos de representación admiten gerundios predicativos (§ 27.6o), también lo hacen los sustantivos de representación, como cuadro, fotografía, grabado, imagen, retrato, etc., en los pies de foto, en dibujos o en la descripción de otras imágenes: Grabado representando a Virgo (siglo xvii) (Marni, Universo). Estas construcciones aparecen en el interior de los grupos nominales, como en los ejemplos siguientes:

Tenía una foto suya dirigiendo la orquesta (Mastretta, Vida); Por lo regular se copiaba un cuadro representando la prisión de Atahualpa (Palma, Tradiciones VI); La imagen de Magnolio brincando y reclamando mi atención con vehementes gesticulaciones me recordó el verdadero motivo de nuestra presencia allí (Mendoza, Aventura).

El gerundio se predica unas veces del nombre de representación mismo (cuadro, en el ejemplo de Ricardo Palma), mientras que en otros casos lo hace del argumento que designa la persona o cosa representada (Magnolio, en el ejemplo de Eduardo Mendoza). Se ha hecho notar en la bibliografía sobre estas construcciones que, en grupos nominales como una foto de Irene montando a caballo, tienen sentido —por razones distintas— las segmentaciones una [foto de Irene] [montando a caballo] y también una foto de [Irene montando a caballo]. En la primera, el gerundio predicativo aparece separado del grupo nominal formado por el sustantivo y sus complementos. El gerundio se predica en esa estructura del nombre de representación. En la segunda opción se marca entre corchetes aquello que se representa, de manera que el gerundio se predica del objeto representado. En los apartados siguientes se explicarán otros aspectos de la gramática de los gerundios predicativos en los grupos nominales.

27.7c En secuencias como El dibujo representa un grupo de gaviotas volando o La pintura 60 de la Colección de Mendoza representaba cuatro magistrados examinando una causa (Clavijero, Historia) se reproducen en parte las estructuras sintácticas características de las construcciones similares formadas con verbos y con preposiciones. Así, se explica en el § 38.9f que en grupos preposicionales como con [la policía pisándole los talones], el segmento subrayado es a la vez el término de la preposición con y el elemento nominal del que se predica el gerundio. La construcción recuerda en parte otras relativamente similares como Veíamos [los barcos alejarse], estudiadas en los § 26.9 y 26.10. En este mismo sentido, la segmentación El dibujo representa [un grupo de gaviotas volando] da a entender que el segmento entre corchetes designa la entidad representada (puede decirse Eso es lo que representa el dibujo: un grupo de gaviotas volando), y —a la vez— que el segmento subrayado es el complemento directo del verbo representar (Las representa volando). Se analizan otros casos similares de doble segmentación, característica de ciertos complementos predicativos, en los § 38.7 y 38.9.

27.7d Algunos gramáticos han sugerido que, si nos resultan naturales expresiones exclamativas como ¡Un pájaro volando! y se rechazan en cambio otras como Los pájaros volando le daban miedo, es porque se sobrentiende un verbo de percepción en el primer caso, o tal vez de existencia (haber), o quizás simplemente porque se presenta la primera situación como un proceso en curso descrito para que sea percibido. En el segundo ejemplo, por el contrario, volando se asimila a los gerundios adjetivales que el español tiende a rechazar, como se indicó en el § 27.7a. La variante Le daban miedo los pájaros volando resulta más aceptable porque la posición posverbal del sujeto favorece la asimilación de esta construcción a los contextos existenciales de los que se habló en el § 27.6q. Nótese, en el mismo sentido, que son posibles expresiones predicativas como una niña llorando a lágrima viva. Aun así, no se usarían de forma natural fuera de pies de foto, títulos, rótulos u otras situaciones en las que se explique lo que se ilustra. Cabe decir lo mismo de ciertos letreros con gerundio como ¡Atención! Hombres trabajando. Se forman también estas expresiones tras determinadas interjecciones (como ¡Mira!), así como en los contextos sintácticos descritos en los apartados precedentes, sean verbales (Había una niña llorando a lágrima viva) o nominales (una foto de una niña llorando a lágrima viva). Se estudiarán más detalladamente estos últimos en los apartados siguientes.

27.7e Los sustantivos de representación no son los únicos que admiten gerundios predicativos. Componen un segundo grupo los que expresan sonidos: eco, ruido, rumor, sonido, voz, etc., como en los ejemplos siguientes:

No se oyó nada, excepción hecha del eco resonando en la memoria (Saer, Limonero); […] una casa que me deja salir en las noches a sentarme en la arena que la rodea, adivinar las estrellas y oír el ruido del agua yendo y viniendo (Mastretta, Cielo); El tintineo de sus espuelas evocaba la camaradería nocturna de jóvenes oficiales reunidos en la Sala de Banderas, risas viriles, taconazos y rumor de sables saliendo de las vainas (Marsé, Bravo); La tormenta se desató […]. Una tormenta eléctrica de latigazos blancos y el sonido del cielo agrietándose, expandiéndose (Belli, Mujer); Algo detuvo mis pasos antes de alcanzar la sala de música. Una voz silbando a mi espalda, tras la puerta (Ruiz Zafón, Sombra).

Los sustantivos que designan percepciones o impresiones olfativas son menos numerosos, pero se admiten igualmente en esta construcción, como en un perfume de azahar impregnando el aire, o en los textos siguientes:

Olor de cuero y tela densamente gastados, / y cebollas, y aceite, y aún más, / olor de alguien flotando en los rincones del buque […] (Neruda, Residencia); Percibí el intenso perfume de las rosas transportándome al poético mundo del “Gulistán” de Saadi (Sampedro, Amante); Contempló la escena desde la arboleda, la espina de la rosa azul en su pecho y su aroma perfumando el aire (Eslava Galán, Dientes).

27.7f Como en el caso de los nombres de representación, también estos nombres de sonidos y de otras impresiones sensoriales constituyen unas veces el elemento nominal del que se predica directamente el gerundio, como en el ejemplo citado una voz silbando a mi espalda, mientras que otras veces es un complemento del nombre que designa el sonido el que aporta el término del que se realiza la predicación, como en el ruido del agua yendo y viniendo. En la tradición gramatical académica se ha observado que la lengua literaria admite ciertos usos adjetivales del gerundio que repelen al español común. Cabe pensar que algunos de ellos se asimilan a los empleos predicativos que se describen en estos apartados. Pudiera parecer anómalo, por ejemplo, la utilización del sustantivo torrente con gerundio en el siguiente ejemplo: Tú fuiste un tiempo un cristalino río, / manantial de purísima limpieza; / después torrente de color sombrío, / rompiendo entre peñascos y maleza (Espronceda, Diablo). Sin embargo, puede asimilarse al de otros sustantivos que expresan sonidos y percepciones sonoras mencionados en el apartado precedente. Como se ha señalado, estos sustantivos dan lugar a oraciones correctas porque se emplean en construcciones predicativas, no como modificadores restrictivos.

27.7g Constituye un tercer grupo de sustantivos que admiten gerundios predicativos en las construcciones nominales una serie de nombres de información y comunicación cuyos complementos introducen el contenido que se transmite: carta, comunicado, correo (electrónico), decreto, mensaje, nota, noticia, telegrama, etc., como en La carta del náufrago pidiendo auxilio nunca llegó a su destino. Este grupo está más restringido que los anteriores y su análisis sintáctico presenta mayores dificultades. Entienden algunos autores que pidiendo auxilio en el ejemplo que se acaba de proponer se asimila en su función a una oración de relativo, en concreto a las llamadas relativas reducidas que se describen en el § 27.8l, como la encerrada entre corchetes en el partido [jugado ayer brillantemente por Boca Juniors], con la diferencia de que la primera estructura (pidiendo auxilio) expresa aspecto imperfectivo, frente al perfectivo que caracteriza el participio. Las construcciones de gerundio predicativo creadas con sustantivos de información y comunicación se consideran generalmente menos elegantes que las que introducen otras clases de sustantivos. Aun así, mejora su aceptabilidad el hecho de que aparezcan precedidas de un verbo que pueda asimilarse a los predicados de existencia o presentación estudiados en el § 27.6q:

Demóstenes, mi capataz, porta una carta explicando la situación (Navajas, Agonía); Vio en la puerta una placa indicando que ahí había vivido y muerto Oscar Wilde (Leyva, Piñata); El 25 de febrero recibí un comunicado confidencial del presidente del Gobierno, doctor Negrín, requiriendo mi presencia en el aeródromo de Los Llanos (Olaizola, Escobar); Se deslizó en el pliego un párrafo ordenando a Cortés presentar una disculpa a los naturales por los estropicios causados por Hernández de Córdoba (Miralles, J., Cortés).

27.7h Favorece asimismo esta pauta el hecho de que el gerundio pueda modificar al predicado principal, lo que da lugar a una doble segmentación como la descrita en el § 27.7c. En efecto, en Bolívar dictó un decreto declarando exentos para siempre de tributo a los siervos de la hacienda El Diezmo y a sus descendientes (Scorza, Tumba), puede obtenerse la segmentación [dictó un decreto] [declarando exentos…] y también la variante [dictó] [un decreto declarando exentos…]. Nótese que el verbo en forma personal que se subraya con trazo discontinuo en los textos siguientes denota el hecho de emitir, sacar a la luz o poner de manifiesto la información a la que hace referencia el gerundio:

Un día escribí en el interior de la puerta de un lavabo de señoras un mensaje diciendo que […] dejara allí su teléfono (Pedraza, P., Pasión); Ha recibido un telegrama […] en contestación al telegrama que Su Alteza el emir le había remitido con anterioridad, felicitándole por el Día Nacional de la India (Schwartz, Conspiración); Sugiero que con el debido respeto elevemos a la Casa Matriz una nota rogando aclaración sobre el punto (Halley, Habitantes); El grupo Fatah, la formación de Yaser Arafat, divulgó un comunicado dando cuenta de más de 40 puntos por los que no se puede aceptar la propuesta Clinton (Diario Navarra 9/1/2001); Para sobreseer la causa, se necesita que usted presente un escrito manifestando que el asalto de su casa fue un error de concepto (Matto, Aves); Dejó una carta explicando que se ahorcaba por culpa de su mujer (Marsé, Rabos).

Los pronombres átonos confirman la relación que el gerundio puede mantener con el verbo flexionado en estos contextos, como en Le remitió un telegrama felicitándolo > Se lo remitió felicitándolo. El resultado se considera menos natural cuando la estructura obtenida no se ajusta a las pautas mencionadas. Sin embargo, en el lenguaje de los juristas son relativamente frecuentes tales construcciones, como en La Pragmática de Reformación de 10 de febrero de 1623 contuvo un Decreto prohibiendo ciertas importaciones de manufacturas para no provocar el cierre de las factorías españolas correspondientes (Otero Novas, Fundamentalismos).

27.7i Admiten, por último, gerundios predicativos varios nombres que expresan surgimiento o presencia de algo (aparición, irrupción, llegada, presencia, etc.), como en la aparición del gracioso en escena haciendo aspavientos. Estos sustantivos reproducen en buena medida la sintaxis de los verbos que expresan nociones similares (§ 27.6q). Se ajustan a veces a este mismo paradigma algunos sustantivos que denotan modo de actuar, como comportamiento, conducta, proceder, reacción: el comportamiento del policía no dejándole pasar, la reacción del defensa golpeándole con el codo, etc.

27.7j Las pautas descritas en los apartados anteriores muestran que los gerundios predicativos aparecen en los complementos de sustantivos que expresan, fundamentalmente, percepción, descripción o manifestación de algo —sonidos, imágenes, informaciones, etc.—, unas veces introducidos por verbos que significan estas mismas nociones, y otras en construcciones no verbales. Surge a menudo la cuestión de delimitar estos usos y oponerlos a aquellos otros en que los gerundios se emplean como modificadores restrictivos. En los registros más cuidados se tiende a rechazar estos últimos, como se señaló en el § 27.7a. No resultan aceptables, por tanto, las estructuras constituidas por muchos nombres de información empleados fuera de los contextos no verbales ni preposicionales descritos en los apartados precedentes, ya que en esos casos no es posible interpretar los argumentos nominales (tácitos o expresos) que esos sustantivos requieren ni obtener la doble segmentación de la que se ha hablado. Resulta natural decir, en efecto, Publicó un duro artículo criticando la actuación del Gobierno, pero se considera forzado el grupo nominal el duro artículo criticando la actuación del Gobierno que tanto irritó a algunos políticos. Contrastan en la misma medida Apareció un ángel surgiendo de una nube (natural para todos los hispanohablantes) y El ángel surgiendo de una nube resplandecía como el sol, que resulta forzada porque surgiendo de una nube tiende a asimilarse a los modificadores restrictivos o especificativos que se rechazaron en el § 27.7a. Existen otros muchos contrastes similares.

27.7k La inexistencia de gerundios adjetivales, con las escasas excepciones mencionadas, explica asimismo que no se extienda a los gerundios la ambigüedad potencial que caracteriza a las estructuras que contienen adjetivos, es decir, la posibilidad de interpretarlos como modificadores restrictivos, Me tomé [el café frío], o como complementos predicativos, [Me tomé el café] [frío]. Desde el momento en que el gerundio no puede acompañar a un nombre para identificar o restringir su denotación, la oración Vi al empleado de la tintorería llevando un traje negro se utilizaría para expresar la actividad transitoria que realizaba la persona de que se habla, pero no para aclarar de qué empleado se trataba. Se ha registrado este uso del gerundio como modificador restrictivo en el español hablado en Puerto Rico, por calco del inglés. Se trata de secuencias como Un muchacho llevando unos pantalones oscuros preguntó por ti, que se recomienda evitar.

27.7l Está empezando a extenderse en el uso el gerundio conteniendo, que la lengua escrita ha rechazado tradicionalmente en los contextos nominales, ya que parece corresponder a los usos adjetivales de los que se habló en los apartados anteriores. Desde el punto de vista gramatical, cabe señalar que existe alguna relación entre estas secuencias y las construcciones predicativas analizadas en los § 27.7g, h, puesto que el gerundio describe en aquellas el contenido, aunque abstracto, de ciertas informaciones. El gerundio conteniendo se documenta en los textos con sustantivos de información, como Los libros conteniendo composiciones como la transcrita se vendían por entregas (Fisas, Historias) o en Desplegados conteniendo los nombres de conocidas personalidades en los más variados campos de la ciencia y el arte aparecieron en los principales diarios (Velasco Piña, Regina). También se documenta con sustantivos (no argumentales) que designan muy diversos objetos materiales en los que es posible guardar algo:

Le dio una alforja conteniendo sus ropas y el fiambre que había preparado (Alegría, Mundo); El pulso de la joven se aceleró al observar que encima de la puerta central del edificio había un nicho conteniendo una campana (Velasco Piña, Regina); Uno de los anaqueles estaba cargado de grandes carpetas, de tamaño folio, conteniendo la historia de cada oficial (Barea, Forja); Stauffenberg llevaba bajo su único brazo un maletín conteniendo una bomba (Gironella, Hombres); Al servirnos, el camarero se equivocó y puso delante de mi amigo un plato conteniendo una especie de suela chamuscada (Pedraza, P., Pasión); Se echó al hombro un saquillo de cuero conteniendo un puñado de dátiles (Vázquez-Figueroa, Tuareg).

A pesar de que la pauta que representan estas construcciones está en expansión, estos gerundios tienden a asociarse en la conciencia lingüística de muchos hispanohablantes con el empleo de esta forma verbal como modificador restrictivo, por lo que adquieren el mismo estatus irregular que los gerundios que se consideraron anómalos en el § 27.7a.

27.7m Admiten sujeto expreso muchos gerundios predicativos que aparecen en los pies de foto, ilustraciones y otras representaciones gráficas: Eduardito andando a gatas a los ocho meses; El embajador del Pakistán saludando al Sr. Presidente. Se pronuncian a veces estas secuencias con una leve pausa o una inflexión tonal inmediatamente anterior al gerundio, signo prosódico de la relación predicativa. Se construyen también con sujeto expreso muchos gerundios predicativos en estructuras bimembres que se ajustan a la pauta «sujeto–predicado». Son frecuentes en las oraciones interrogativas (¿El jefe invitando? Debe de haberle tocado la lotería), exclamativas (¡Amelia trabajando! No lo puedo creer) e imperativas (Ahora, todo el mundo quieto y mirando hacia mí). La construcción «sujeto–predicado» en gerundio designa asimismo con mucha frecuencia el contenido de lo que se trae a la memoria o a la imaginación. En el primero de los dos textos que siguen se describe un cuadro familiar evocado; en el de Ernesto Sábato se habla de hechos que comienzan a aparecer en la cabeza de alguien, por tanto, del contenido de ciertas representaciones mentales:

Evocaremos dulcemente el bello cuadro familiar: haciendo una labor a la luz de la lámpara, en los anocheceres de invierno, y nosotros rodeándote (Lamas, Tradiciones); El agua fría empezó a calmarme y en mi cabeza comenzaron a aparecer algunos hechos aislados, aunque destrozados e inconexos, como los primeros objetos que se ven emerger después de una gran inundación: María en el acantilado, Mimí empuñando su boquilla, […] María preguntándome por las manchas, yo gritando: “¡Qué manchas!”, Hunter mirándome torvamente, yo escuchando arriba, con ansiedad, el diálogo entre los primos, un marinero arrojando una botella, María avanzando hacía mí con ojos impenetrables, Mimí diciendo Tchékhov, una mujer inmunda besándome y yo pegándole un tremendo puñetazo (Sábato, Túnel).

Estas secuencias presentan estructuras oracionales, tal como confirma el que aparezcan como sujetos de predicación nombres propios (Mimí, María, Hunter) o pronombres personales (tú, nosotros, yo).

27.7n Otras estructuras oracionales con gerundios se crean en el segundo miembro de una expresión coordinada. Se agrega en ellas alguna información que el que habla considera inconveniente, dando así a entender que no debería tener lugar, como en Son las cuatro de la mañana y la niña divirtiéndose por ahí. He aquí otros ejemplos similares:

Eran las cinco y pico y todos esperando que llegara (Giardinelli, Oficio); Esa es la única cultura que deja aquí España, clamaba el señor Salama, la televisión y el fútbol, y el idioma perdiéndose (Muñoz Molina, Sefarad); Era mi fotografía esta vez, entrando en la casa de Violeta, y la prensa haciendo conjeturas sobre nuestra relación (Serrano, M., Vida); Y él, esperando a que le devuelvan su hacienda (Bayly, Días).

Se ajustan a una pauta similar otras secuencias en las que se contrastan dos situaciones presentadas como antitéticas:

¡Él allá disfrutando de semejante espectáculo, y yo aquí viendo volar gallinazos sobre los botaderos de cadáveres! (Vallejo, F., Virgen); Yo tan tranquila en Barcelona trabajando como una mula cosiendo todo el día para sacar la familia adelante y aquí haciendo de las tuyas es que no piensas en nadie (Maqua, Invierno); Ella esperándole abrazada inútilmente a la jarrita de plata para la leche y él bebiendo pintas de cerveza escondido en cualquier pub de Knightsbridge hasta perder el conocimiento […] (Carrión, I., Danubio); Clara Luz despeñándose por el precipicio y él recogiendo hierba para los grillos de la arrogancia (Argüelles, Letanías).

27.7ñ Son asimismo bimembres las construcciones de gerundio predicativo en las que sigue a este una expresión encabezada por la preposición para o por la conjunción y. Se expresa en ellas generalmente la inutilidad, la futilidad o la falta de provecho de lo que se ha realizado, a la vista de alguna situación presente o futura, como en tantos años estudiando una carrera universitaria para acabar como artista de circo, o en los ejemplos que siguen:

Toda su vida pariendo y para qué […] (Giardinelli, Oficio); Un año laborando y, de pronto, el mismo asunto aparece en manos del coronel y de los suyos (Díez, Fuente); Mira quién fue a hablar, consejos vendo, tres años aguardando y, al cabo, buenas noches, hasta mañana (Delibes, Mario); Seguro que ni leen mi página, carajo —dijo—. Uno acá rompiéndose los sesos para publicar los cables de palpitante actualidad, y todo por las puras huevas (Bayly, Días).

Para el uso de ¿Qué haciendo? en el español del área andina, véase el § 27.2l.

27.7o En las estructuras bimembres de gerundio predicativo, este se construye a menudo en paralelo con otros complementos predicativos. Así, sin dinero para estudiar es, en el primero de los ejemplos que siguen, un grupo preposicional que se predica del pronombre , de forma paralela a como el gerundio desperdiciando se predica del pronombre yo en el segundo miembro de la coordinación. Se obtienen paralelismos similares en los demás ejemplos:

Qué injusticia —continúa Sandra—, sin dinero para estudiar y yo desperdiciando todo lo que tengo (Mendoza, M., Satanás); Se decía que eran la pareja más dispareja que se podía encontrar: ella muy vivaz y él muy serio, ella queriendo cambiar el mundo con su idealismo onda flower power y él abstraído armando y desarmando artefactos (Paz Soldán, Materia); Le daba vergüenza que la vida tuviera que ser así. Él tomando agua especial para no contaminarse y la gente en los lugares que visitó carentes de agua aunque fuese contaminada (Quesada, Banana).

El orden «sujeto–predicado» es el más usual en estas construcciones. Es posible, sin embargo, encontrar el orden inverso, como en Otra vez taladrándome el cerebro ese temor de mí mismo, esa desconfianza de mis fuerzas (Hostos, Peregrinación), donde el predicado (otra vez taladrándome el cerebro) se antepone al sujeto (ese temor de mí mismo).

27.7p Aparece muy frecuentemente el gerundio como introductor de las preguntas encabezadas por expresiones adverbiales como de nuevo u otra vez (¿Otra vez hablando con desconocidos, Manolito?), o por la conjunción conque. En unas y otras se hace alguna reconvención, con diversos grados posibles de formalidad:

¿De nuevo bostezando, Pedro? (También ella lo hace). Contagiáis a cualquiera (Arrau, Norte); Hasta el teniente cuando vino se enteró de su sueño y luego fue y le dijo ¿conque soñando conmigo, eh?, ¿conque confundiéndome con Duarte, eh?, y ella no sabía dónde meter la cara de vergüenza (Vergés, Cenizas); Vecina: (Interponiéndose) ¿Otra vez buscando el pleito, Ponchito? Compadre: ¡Es que me revienta… que me levanten falsos! (López, W., Vine); Conque hablando mal del Gobierno, ¿no? Alí y Gastón se sobresaltaron (Herrera Luque, Casa).

Nótese que la naturaleza imperfectiva del gerundio se pone de manifiesto en las construcciones descritas en este apartado y en los precedentes. Esta forma verbal permite así relacionar un predicado con su sujeto e introducir, sin flexión verbal, una situación continua, persistente y —como se explicó— presentada con frecuencia como inconveniente. Es habitual la presencia de las expresiones cuantificativas siempre, todo el día, a todas horas, continuamente, etc.:

—¿Y por qué se van a torcer, mujer? —¡Qué sé yo! ¡Con el género que hay ahora! —¡Ay, Rosa, tú siempre viéndolo todo negro! (Cela, Colmena); ¡Estos del Norte siempre jugando con ventaja! (Sampedro, Sonrisa); Todo el día subiendo y bajando escalones de cuatro en cuatro. Todo era urgente (Barea, Forja).

27.7q Se observa en el español actual de todas las áreas que crece el número de gerundios utilizados como expresiones denominativas: títulos de libros, películas, obras de teatro, programas de televisión, direcciones de internet y otros textos, sean o no literarios, como en Buscando el camino (título de un libro del escritor venezolano Mariano Picón Salas), Gestionando a través de proyectos (nombre de un seminario universitario anunciado en el diario argentino La Nación) o en los siguientes títulos: Interpretando el futuro; Buscando a Rita; Bailando con lobos; Cantando bajo la lluvia; Viajando por México; Durmiendo con su enemigo; Volviendo al futuro; Esperando a Godot; Cocinando con Chepina; Buscando a Nemo. Es probable que la extensión de los gerundios a todos estos contextos esté influida por el inglés.

 

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