Sintaxis

41 Oraciones activas, pasivas, impersonales y medias

41.10 Impersonales con se o impersonales reflejas

41.10a El gran número de valores gramaticales que encierra la forma se y la variedad de estructuras sintácticas en las que aparece la convierten en una de las piezas más complejas de la sintaxis española, como se ha puesto repetidamente de manifiesto en los estudios tradicionales y en los modernos. La forma pronominal se se asimila a los pronombres átonos, por lo que puede ser, como ellos, proclítica (se vende) o enclítica (venderse). No manifiesta nunca rasgos de género ni de número, pero posee rasgos de persona, lo que tiene algunas consecuencias sintácticas que se analizarán en esta misma sección. Se distinguen fundamentalmente dos tipos de se, a su vez subdivididos en otros:

1. Se paradigmático

2. Se no paradigmático

El primero pertenece a paradigmas en los que se reconocen las tres personas gramaticales. El segundo no alterna con los pronombres átonos correspondientes a otras personas, puesto que el verbo se construye siempre en tercera persona.

41.10b En la oración Ella se cansa, la forma se pertenece a un paradigma de pronombres átonos. Constituye, de hecho, un morfema pronominal con rasgos de tercera persona que concuerdan con los del sujeto: ella. Se dice, en efecto, Yo me canso; Tú te cansas; Ellos se cansan; Ustedes se cansan; etc., de acuerdo con las correspondencias que se explican en el § 16.3q. Así pues, el sujeto de Yo me canso no concuerda en primera persona solo con el verbo, sino también con la forma pronominal me; la segunda oración muestra una concordancia similar en los rasgos de segunda persona, y la tercera manifiesta el mismo proceso. La oración Me canso constituye, por tanto, una de las formas correspondientes a la conjugación del verbo pronominal cansarse.

41.10c Aparece también el se paradigmático en las oraciones que se forman con los pronombres reflexivos átonos, sean complementos directos (Se cuida poco, paralelo a Te cuidas poco) o indirectos (Se lo puso, paralelo a Te lo pusiste). Así pues, el se paradigmático es característico de las oraciones que se forman con pronombres átonos de las tres personas:

Se cuidan poco; Nos cuidamos poco; Te cuidás poco; Os cuidáis poco; Se lo terminó; Me lo terminé; Te lo terminaste; etc.

El paradigma de los pronombres reflexivos se extiende a los recíprocos homófonos (Se adoran; Os adoráis), que se estudian en el § 16.5. Los verbos pronominales se han considerado también reflexivos tradicionalmente, y lo son desde el punto de vista morfológico. Sin embargo, la forma se que caracteriza a los verbos pronominales (Esta ropa no se seca) se diferencia del pronombre reflexivo átono se (gente que se adora a sí misma) en que la primera no es un elemento argumental.

41.10d Frente a los usos de se que se mencionan en los apartados precedentes, los que se refieren al llamado se no paradigmático aparecen en oraciones en las que la forma se no alterna con los pronombres átonos correspondientes a otras personas. Es lo que sucede en Las noticias se recibieron ayer (es decir, ‘fueron recibidas’) o en Se vive bien siendo estudiante. La primera de estas dos construcciones se denomina pasiva refleja o pasiva con se y la segunda impersonal refleja o impersonal con se. Las impersonales y las pasivas reflejas se parecen en varios aspectos de su sintaxis y se diferencian en otros, como se explicará detenidamente en las páginas siguientes. El punto fundamental de coincidencia radica en que en ambas estructuras se oculta, o queda velado, un argumento del verbo. Las oraciones No se le trató bien (impersonal refleja) y Se revisaron todas las tuberías (pasiva refleja) presentan varias diferencias sintácticas muy relevantes, pero a la vez coinciden en que en ambas se oculta el agente, es decir, se presenta un estado de cosas en el que se menciona cierta acción y la entidad que la recibe, pero no se especifica el agente que la lleva a cabo. Con algunas excepciones importantes, que también se analizarán, puede decirse que los contextos de una y otra estructura están cerca de hallarse en distribución complementaria en el español europeo, aunque no tanto en el americano.

41.10e Las oraciones impersonales reflejas o impersonales con se se construyen con la forma pronominal se y un verbo que puede ser o no transitivo. Es intransitivo en No se trabajó demasiado la semana pasada; Se duerme mal cuando hace mucho calor, o en los ejemplos siguientes:

Se vive alerta o se muere pronto (Chao, Altos); Volar tiene riesgos; se sube alto, se triunfa (Andrade, Dios); Allí se discute de grandes cosas (Landero, Juegos); La población general considera el lunes como un día sombrío e inapropiado para trabajar, en el que ocurren cansancio, somnolencia y accidentes y se llega tarde al trabajo (Téllez, Trastornos); No se engorda por exceso de comida (Brusco, Comer).

El verbo es copulativo en Cuando no se está despierto, no se aprecia el paisaje; Se es feliz cuando no se desea nada, o en estos otros textos:

Se es revolucionario hasta el final o no se es (Vargas Llosa, Conversación); Hacía buen tiempo. Se estaba óptimo, sin duda (García Hortelano, Mary Tribune); La iglesia es un caserón frío donde solo se está cómodo en el verano (Barea, Forja); Siéntese usted —dijo—, aquí se está fresquito (Caballero Bonald, Días).

41.10f También los transitivos admiten estas oraciones, como en No se trató muy bien a los invitados ese día o en los fragmentos que se reproducen a continuación:

No todos los días se conoce a un hombre que hace de la traición su oficio (Alfaya, Traidor); Dígame ahora otra cosa ¿tiene alguna queja? ¿se le ha tratado mal? Hable con franqueza (García-Badell, Funeral); Pobre Marcel, si supiera cuánto se le quiere en el Perú (Bryce Echenique, Martín Romaña); Usted parece saber muchas cosas, tiene agallas y se le respeta (Gasulla, Culminación); En mi casa siempre se les llamó drogas a las deudas (Pacheco, Batallas).

Las impersonales reflejas transitivas están, sin embargo, restringidas por algunos factores gramaticales que se detallarán en el § 41.12. Como las oraciones pasivas se asimilan a las intransitivas, y parcialmente a las copulativas, las impersonales reflejas son compatibles con las pasivas, como en cuando se es tratado adecuadamente. En el texto siguiente se coordinan dos grupos verbales que contienen impersonales reflejas, el primero con verbo copulativo y el segundo con pasiva de participio: Muy fácil de sostener la doctrina anarquista cuando se es muchacho y se es mantenido por los padres (Sábato, Héroes).

41.10g Se ha señalado en varios estudios que la forma pronominal se posee rasgos de tercera persona que se manifiestan en la concordancia con el verbo: Se [tercera persona] hablaba [tercera persona] mucho de política. Este hecho ha llevado a algunos gramáticos, clásicos y modernos, a interpretar la forma se de las impersonales reflejas como un clítico de sujeto, es decir, como un pronombre que encierra gramaticalmente algunas de las informaciones semánticas que corresponden a los sujetos. Desde este punto de vista, el pronombre se de las impersonales reflejas (Se trabaja poco) constituye la marca o el exponente de un sujeto tácito, casi siempre de naturaleza genérica, en concordancia con la flexión verbal.

41.10h Suele pensarse hoy que la pregunta tradicional acerca de si el pronombre se es o no el sujeto de trabaja en Se trabaja mucho es imprecisa, en la medida en que está en función de las varias interpretaciones que recibe el término sujeto. El pronombre se no puede ocupar la posición de los grupos nominales que ejercen esa función sintáctica, ya que es un pronombre átono (es decir, un pronombre clítico adjunto al verbo). Así pues, junto a La gente no trabaja mucho, no se obtiene *Se no trabaja mucho (frente al fr. On ne travaille pas beaucoup), sino No se trabaja mucho. En cuanto que se es un clítico de sujeto (no de objeto) en las impersonales reflejas, el verbo manifiesta sus rasgos de tercera persona. Algunos autores han propuesto que estas oraciones contendrían un pronombre nulo o tácito en la posición que corresponde a los sujetos nominales preverbales (por tanto, Ø no se trabaja mucho), lo que tendría la ventaja de distinguir el grupo verbal de la oración en su conjunto. Otros entienden que este elemento nulo es innecesario, puesto que el pronombre se identifica por sí solo el argumento del verbo que estas oraciones requieren.

41.10i La concordancia entre el sujeto y el verbo pone de manifiesto los rasgos de tercera persona de la forma se. También se expresa esta información morfológica en la concordancia con los reflexivos, en la que media la flexión verbal. Muestran, pues, rasgos de tercera persona todos los segmentos subrayados en Si se está satisfecho consigo mismo, se es feliz. Esta concordancia de tercera persona es forzosa, lo que explica la irregularidad de *Si se está satisfecho conmigo mismo, donde se omite la concordancia de persona de un pronombre reflexivo. Aun así, el pronombre cede su lugar muy a menudo en estas oraciones al pronombre genérico uno, con el que comparte también la tercera persona, pero no los rasgos de reflexividad. Aunque la alternancia entre ambos es libre en algunas ocasiones, como en Si se enfada uno {consigo ~ con uno} mismo, se observa otras veces cierta preferencia por la segunda opción en los contextos que se ajustan a esta estructura. Se analizan estas cuestiones en los § 15.8, 16.4e. y 20.3u y ss. El infinitivo de las perífrasis verbales muestra resistencia a incorporar como enclítico el morfema se de las impersonales reflejas (*No puede vivirse aquí; *No podía caminarse), que aparece en estos casos en posición proclítica (No se puede vivir aquí; No se podía caminar). Se analiza esta restricción en el § 16.13g.

41.10j La concordancia entre se y el verbo en las impersonales reflejas se pone de manifiesto en otras estructuras. En varios estudios sobre estas oraciones se ha observado que son anómalas las construcciones en las que no puede expresarse dicha concordancia. Las perífrasis de infinitivo la hacen patente a través del verbo auxiliar (Aquí no se puede trabajar), que manifiesta rasgos de tercera persona. No obstante, los infinitivos no pueden expresarla fuera de las perífrasis, puesto que carecen de flexión, lo que los hace incompatibles con las impersonales reflejas. No existe, pues, oración de infinitivo con se equivalente a que se trabaje cómodamente en Es importante que se trabaje cómodamente. La lengua rechaza la variante *Es importante trabajarse cómodamente, ya que el pronombre se no puede concordar en esa estructura con ninguna forma verbal flexionada.

41.10k La generalización introducida en el apartado anterior cuenta con una importante excepción, relativa a las oraciones en las que los grupos nominales no requieren flexión en el verbo para poder desempeñar la función de sujeto. Se explica en el § 26.7 que muchos infinitivos rechazan los sujetos léxicos porque estos parecen exigir la concordancia que solo puede expresarse en las formas personales (cf. *No es posible regresar Julia este año). A pesar de ello, algunos infinitivos admiten sujetos léxicos, casi siempre pospuestos, como en al salir el sol y en otras construcciones análogas que se analizan en los § 26.7 y 27.13. En estas mismas construcciones, en las que —como se ve— el español acepta infinitivos con sujetos léxicos, se admiten también las impersonales reflejas de infinitivo: Lo anterior puede ser considerado un realismo al hablarse de pintura en términos de color (Tiempo [Col.] 14/1/1975). Resulta igualmente natural decir De haberlo sabido yo, … (con sujeto, pero sin verbo en forma personal), y también —en la misma medida— De haberse confiado más en las posibilidades del equipo, … (con impersonal refleja y sin verbo en forma personal). Las pasivas reflejas están sujetas a una restricción parecida a la que se ha analizado, como se verá en el § 41.11. Los infinitivos tienen sujetos tácitos que se pueden interpretar como antecedentes de los pronombres reflexivos (Es importante cuidarse) o de los recíprocos (Prometieron amarse toda la vida). No obstante, al carecer de flexión, no pueden expresar los rasgos de tercera persona que corresponden al pronombre se de las oraciones impersonales, como se ha explicado.

41.10l Los adjetivos que se predican del sujeto tácito de las impersonales reflejas aparecen en masculino o en femenino, pero siempre en singular: Nunca se está {seguro ~ segura} en esa empresa; Cuando se nace {honrado ~ honrada} se evitan ciertas tentaciones. El español se diferencia en este punto de otras lenguas románicas como el italiano, que normalmente requiere el plural en estos contextos: Si è più tranquilli [plural] senza riflettere ‘Se está más tranquilo (lit. tranquilos) sin reflexionar’.

41.10m Los gerundios admiten las oraciones impersonales reflejas en contextos similares a los de los infinitivos. Las aceptan en las perífrasis verbales (En esta escuela se sigue estudiando muy poco), pero las rechazan en otros contextos, a menos que —como sucede con los infinitivos— los sujetos léxicos de los gerundios se admitan también en las construcciones sin se. Son posibles, en efecto, oraciones como Trabajando en ello todo el equipo, se terminará antes la tarea y también Trabajándose en ello lo suficiente, se podrá cumplir con los plazos estipulados (con se impersonal y sin flexión en el verbo), en el sentido de Si se trabaja en ello lo suficiente… A la misma pauta corresponde el fragmento siguiente: Viviéndose como se vive aquí, un pillo anda a sus anchas (Mocho, Memorias).

41.10n Las impersonales reflejas presentan gran interés desde el punto de vista semántico. Atendiendo a este criterio, se suelen dividir estas construcciones en dos grupos:

1. Impersonales genéricas (llamadas a veces medioimpersonales)

2. Impersonales existenciales o episódicas

Las primeras se construyen en presente, imperfecto y otros tiempos imperfectivos (§ 23.2k y ss.). Suelen admitir expresiones adverbiales como generalmente, habitualmente, por lo común y otras similares, así como paráfrasis formadas con sujetos como la gente, uno y otras expresiones análogas. Son impersonales reflejas genéricas oraciones como De eso no se debe hablar; En invierno se duerme menos la siesta que en verano; Todos los domingos por la mañana se acudía a misa, así como las que aparecen en los textos siguientes:

Reproducía un boceto a lápiz y témpera en el que se ve a Emmanuel Kant caminando por las calles de Königsberg (Martínez, Evita); Al fin y al cabo solo se vive una vez (Shand, Sastre); Ahora en verano se duerme bien en cualquier parte (Sánchez Ferlosio, Jarama).

41.10ñ Las impersonales existenciales o episódicas se diferencian de las genéricas en que admiten tiempos perfectivos, como en No se volvió sobre ese asunto. Con las genéricas se significa que la situación descrita se predica de cualquier individuo, o de la gente en general. Por el contrario, en las existenciales o episódicas el agente suele estar presente en la mente del que habla. Unas veces lo desconoce o no puede identificarlo (Sé que se habló de ello, pero no sabría decir quién lo mencionó), pero otras muchas lo calla o no desea que quede expreso, como en Se le recibió y se le atendió con toda cortesía; No se pasó mal en aquel viaje, ¿verdad?, o en estos otros ejemplos:

Recordó el comentario de su madre cuando se habló de aquello (Pitol, Juegos); Allí se bebió y se brindó […] por la feliz conclusión del palacio (Larreta, Volavérunt); Durante el juicio se le acusó de ser el jefe supremo de la quinta columna en Barcelona (Cercas, Soldados); A continuación se llamó a la Embajada al Sr. Rúa (Vázquez Montalbán, Galíndez); A todos alegró mucho saber que a Cromwell […] se le envió a hostigar a las fuerzas del Rey a Oxford (Otero, L., Temporada).

41.10o Las impersonales reflejas existenciales están también más restringidas que las genéricas en otros aspectos de su sintaxis. Las primeras no se suelen formar con verbos copulativos, como en Allí se {era ~ *fue} feliz, y también se rechazan en las oraciones pasivas: cuando se {es ~ *fue} detenido por la policía. Las genéricas se acercan a las existenciales en los contextos en que se oculta al que habla. Ambas coinciden en este punto con las oraciones construidas con el pronombre uno como sujeto (§ 15.8m y ss.), al que se hizo referencia en las páginas precedentes: Se vive mejor, desde luego. Pero no me he quedado por eso (Buero, Música). Se aproximan también las impersonales reflejas genéricas y las episódicas en las situaciones en las que el hablante no desea mencionar expresamente al interlocutor al que se dirige. Aunque su enunciado tendría a este como destinatario, el que habla opta por formularlo como si tuviera validez general: ¡Qué bien se está ahí sentado!, ¿verdad? (donde se está alterna con está uno), o en ¿Se vive bien del obrero, señor “Capillas”? (Olmo, Pablo Iglesias).

41.10p En los dos grupos de impersonales reflejas analizados en los apartados anteriores queda velado el responsable de alguna acción o, en general, el participante activo (Se trabaja) o pasivo (Si se es golpeado) en algún estado de cosas. Este hecho muestra que el concepto de impersonalidad no se aplica a estas oraciones en la misma medida que a otras descritas en las secciones precedentes. Confirma el que las impersonales reflejas ocultan un argumento el hecho de que admitan a menudo los adverbios agentivos a los que se aludió en el § 41.3m, es decir, los adverbios que se predican de un agente, sea expreso o tácito, como en una empresa en la que se trabaja concienzudamente.

41.10q Las impersonales reflejas muestran similitudes y diferencias con las de sujeto tácito de interpretación inespecífica (Dicen que…: § 41.9). El punto de contacto más importante radica en que en ambas se predica algo de un argumento que designa una o varias personas. Tal como se ha explicado, la oración Aquí se trabaja mucho expresa que la acción de trabajar mucho se predica de un agente que se presenta como entidad inespecífica, y que esa secuencia pone de manifiesto tanto con el pronombre se como con la flexión verbal de tercera persona. Repárese en que la oración Se está tranquilo no podría significar ‘En general, las cosas están tranquilas’. Como consecuencia de este rasgo de persona, no admiten impersonales reflejas los verbos que rechazan los sujetos que se refieren a los seres humanos, como ocurrir, rielar o transcurrir, entre otros muchos. De ello se deducen contrastes como Las cosas ocurrían lentamente ~ *Se ocurría lentamente.

41.10r Esta propiedad permite que oraciones como Se ladra o Se gruñe sean más apropiadas para describir comportamientos humanos que acciones animales. Tal como es esperable, secuencias como Se nace, se vive y se muere sufriendo podrían ser aplicables a los animales en alguna fábula o en otro contexto personificador similar. En general, la referencia a los animales en las impersonales reflejas está en función de la posibilidad, siempre relativa, de concebirlos como seres racionales, de personificarlos o de dirigirse a ellos como si fueran interlocutores, como en No se vive mal en esta granja, ¿verdad? [dirigiéndose a una mula]; en Cállate, Pluto, que en esta casa no se ladra a los huéspedes, o en Hoy no se puede salir, Platero (Jiménez, Platero). Otras veces parece suficiente que se pueda atribuir al sujeto alguna forma de conciencia, sin que sea necesaria la personificación: Se llevó un gran susto el día en que ladró a su lado, como solo se ladra en la estepa, el perro de Axelrod (Gironella, Millón).

41.10s Muchos de los verbos que en el § 41.4e se llamaron intransitivos puros tienen sujeto de cosa (chirriar, crujir, rechinar, refulgir), pero algunos lo admiten también de persona (sonreír). Cuando aceptan estos últimos, pueden aparecer con naturalidad en las impersonales reflejas, como en Cada vez se sonríe menos. Cuando aceptan sujetos de persona y también de cosa, la construcción impersonal con se elige la primera de estas dos opciones. El verbo brillar ilustra bien esta diferencia. Contrastan, pues, marcadamente las estrellas que brillan en el cielo y un panorama cultural en el que no se brilla demasiado.

41.10t La incompatibilidad de las impersonales reflejas con las oraciones formadas con verbos que designan fenómenos atmosféricos, analizadas en el § 41.5, es doble. Por un lado, estos verbos no poseen sujetos argumentales en la mayor parte de sus usos. Por otro, admiten ocasionalmente sujetos que no se refieren a personas, como ya se vio: Le llovían los insultos. Es enteramente esperable, en consecuencia, la anomalía de secuencias como *Se nieva, en la misma medida en que son anómalas otras como *La gente nieva (recuérdese que existe el verbo pronominal lloverse ‘dejar pasar el agua’, como se explicó en el § 41.5l, que no da lugar a impersonales reflejas). Es posible, también como cabe esperar, el sentido impersonal en la oración Se amanece, como en Cuando se amanece de mal humor, es raro que uno tenga un buen día, puesto que el verbo amanecer admite sujetos de persona, tal como se explicó en el § 41.5k. La incompatibilidad de las impersonales reflejas con las oraciones de verbo pronominal (cf. Uno se arrepiente con *Se se arrepiente) se debe a la restricción descrita en el § 16.13d, que impide la concurrencia consecutiva de dos pronombres átonos idénticos en cualquier estructura sintáctica.

41.10u Las impersonales reflejas coinciden con las impersonales no reflejas de sujeto inespecífico, y también con las que presentan el pronombre uno como sujeto indefinido, en que suelen requerir complementos temporales o locativos que especifiquen las circunstancias del estado de cosas que se describe. Así, frente a Mi hijo fuma (con sujeto específico), resulta poco natural Se fuma, sin más contexto. Se dice, en cambio, Se fuma en todas partes; Se fuma desde muy joven; Se fuma cada vez menos; etc. La expresión subrayada en el texto siguiente ejerce un papel similar: En tu juventud se vivía de una forma y ahora pasamos de esas historias (Tomás, Orilla). De manera análoga, resulta natural decir Llegó el verano, pero se sienten como oraciones incompletas Se llegó o Se llega, frente a Se llegó a la hora que se pudo o Se llega siempre tarde cuando se espera el autobús de la línea 18. En la lengua antigua era muy común el verbo pronominal llegarse, lo que permitía formar oraciones medias (§ 41.13 y 41.14) como Se llegó el verano o como En este medio se llegó el tiempo que las atunas habían de desovar (Lazarillo), de igual manera sin impersonal refleja. Las oraciones formadas con otros sujetos genéricos no manifiestan en la misma medida la defectividad que se ha explicado. Se percibe, pues, como incompleta Se está contento, pero no necesariamente La gente está contenta. Esta diferencia parece deberse al carácter definido de la expresión la gente, frente a la naturaleza inespecífica del argumento tácito de las impersonales reflejas.

41.10v Las impersonales con se pueden incluir o excluir al hablante. Así, el que dice Se trabaja mucho en esta oficina puede estar o no entre los que trabajan en ella. Se diferencian de forma notable en este punto de las impersonales de sujeto tácito en tercera persona de plural (Trabajan mucho en esta oficina), que excluyen siempre al hablante. Aunque en estas oraciones no se admite el pronombre ellos, con las excepciones que se vieron en el § 41.9f, es lógico que la tercera persona del plural excluya al que habla. La posible inclusión del hablante en secuencias como Se trabaja mucho en esta oficina es similar a la que se da en las oraciones construidas con el pronombre uno. Es habitual usar este pronombre para referirse a uno mismo (Uno ya está cansado), pero es igualmente posible incluirse o excluirse cuando se plantean situaciones hipotéticas (Si uno está en un país extranjero, debe adaptarse a sus costumbres). En general, es frecuente en la lengua conversacional que tanto las impersonales reflejas como las construidas con el indefinido uno incluyan al que habla:

Ya sabe usted que en casa se le estima (Ganivet, Trabajos); La tierra donde uno nace es como la otra madre que cada cual tiene y que se le echa de menos y nos hace falta (Grupo Investigaciones Agrarias, Vida).

Repárese en que en la primera de estas oraciones ‘en casa’ significa ‘en mi casa, en nuestra casa’. Se alude al oyente, en cambio, en las impersonales reflejas que constituyen advertencias o admoniciones: —Simón, ¿está ahí mi tabaco? —Aquí no se fuma (CREA oral, España).

41.10w También se diferencian las impersonales de sujeto inespecífico en tercera persona de plural de las impersonales reflejas en que el sujeto tácito de las primeras admite usos contrastivos, como en En esa fábrica trabajan más que nosotros. En cambio, el sujeto de las impersonales reflejas los rechaza: *En esa fábrica se trabaja más que nosotros.

41.10x No se han analizado en los apartados precedentes las impersonales reflejas transitivas. Estas estructuras presentan una serie de propiedades en común con las pasivas reflejas, por lo que se analizarán primero estas últimas (§ 41.11) y luego se compararán las pasivas reflejas con las impersonales reflejas transitivas (§ 41.12).

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
distribución complementaria, oración impersonal

 

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