Sintaxis

26 El verbo (IV). Las formas no personales: el infinitivo

26.14 El infinitivo independiente

26.14a Se explicó en las secciones precedentes que la carencia de tiempo, modo, persona y número en el infinitivo determina que aparezca de forma prototípica en las oraciones subordinadas. La información ausente en las formas no finitas se deduce de la que aporta el predicado principal con diversos recursos sintácticos, léxicos y también discursivos ya expuestos. Aun así, existen numerosos usos del infinitivo en oraciones independientes. las informaciones que no expresa el infinitivo en estos casos son aportadas igualmente por otros elementos, como el contexto, la situación o el acto verbal. Para los infinitivos interpretados como imperativos, véanse los § 42.3q, u y 42.5p-r.

26.14b Los infinitivos que se usan en las respuestas a las preguntas formuladas con el verbo hacer representan el primer tipo de infinitivo independiente:

—¿Qué haces? —Limpiar un poco— replicó ella desde lejos, confundiendo su voz con el sonido de calderos y loza (Galdós, Tormento); ¿Y qué están haciendo? Pues mirar (CREA oral, España).

La relación que los infinitivos establecen con el verbo hacer en estos casos es muy similar a la que se pone de manifiesto en las perífrasis de relativo (Lo que hago es sujetar la cuerda), que se examinan en los § 40.10l, m. El infinitivo en la respuesta o la réplica puede también retomar de otras formas el verbo hacer, introducido en el discurso inmediatamente precedente, como en Me gustaría saber qué piensa usted hacer en Bangkok. —Ante todo saber cómo puedo encontrar a Teresa Marsé (Vázquez Montalbán, Pájaros).

26.14c Son también independientes, y se interpretan en función del contexto previo, los infinitivos predicativos que aparecen en las enumeraciones, como en los textos siguientes:

En Medinilla, lo primero ir a misa, para causar buena impresión (Fernán Gómez, Viaje); Hablar de política de la identidad, requiere dos puntualizaciones: primero destacar cómo se puede englobar dentro de una única identidad, varias identidades. Y segundo evitar utilizar con extremada ligereza el término cultura (Gaona/Fernández-Rufete/Guerrero, Estrategias); Tras sacar unas fotografías volvimos con dos regias piñas, regalo del doctor Montoya, nos bañamos y a comer (Guevara/Granado, Viaje).

26.14d Se usan asimismo en enumeraciones los infinitivos que se han llamado descriptivos o narrativos. Son característicos de la lengua literaria y forman oraciones independientes, pero análogas en su estructura a las subordinadas sustantivas. En ocasiones, pueden vincularse a algún predicado introducido en el discurso precedente, pero la mayor parte de los contextos expresan solo lo que el hablante desea, siente, imagina o recuerda:

Sentir una íntima laxitud; engañarse a sí mismo para seguir viviendo la vida del espíritu. Sentir cómo se va acabando el mundo (Azorín, Pueblo); Esperar pacientemente la nochecita. Ponerme un tapado, con un echarpe que me cubra la cara, la boina vasca y anteojos. Y escurrirme por la escalerita que da al garaje. Llamar a alguno de los chicos, los choferes conscriptos, y hacerme llevar hasta la primera parada de taxis. Contratar uno y hacerme llevar dos o tres horas hasta la casita de la Provincia. Y quedarme allí, echada, pese a todos los malos recuerdos que el lugar me pueda traer. Y esperar morir, como la gata blanca (Posse, Pasión).

26.14e En el habla coloquial se usa asimismo el infinitivo en contextos en los que serían de esperar formas conjugadas, incluso con sujeto expreso, como en —Sea quien sea, nosotros saludar y marcharnos, ¿eh? —le advirtió Teo a Emilio (Martín Gaite, Visillos), donde el que habla da un consejo o una orden. Se recomienda evitar el uso del infinitivo independiente con los verbos decir, indicar, señalar y otros similares en los contextos en los que se introduce alguna información dirigida a alguien, como en Señoras y señores, comunicarles que… (se prefiere … les comunicamos que… o … quisiera comunicarles que…) o en Por último, decirles que no se pierdan el programa (se prefiere … debo decirles que… o alguna fórmula similar): Solo comunicarles que el chico que falleció tan solo tenía 19 años (Diario Henares 23/11/2008).

26.14f En los § 48.6t, 48.10c y 48.10f-h se analizan los valores que adquiere «sin + infinitivo». Como segundo miembro de ciertas fórmulas exclamativas de estructura coordinada, esta construcción sintáctica expresa adversación en el habla coloquial, como en ¡Ha caído al agua y tú sin enterarte! (Regàs, Azul), donde se censura a alguien el no haberse percatado de algo. Se registran asimismo secuencias en las que «sin + infinitivo» suple a las subordinadas de subjuntivo, como en Aunque hablaras en chino y yo sin entenderte, me encantaría escucharte contar (Sánchez Ferlosio, Jarama). La expresión subrayada puede parafrasearse como ‘y yo no te entendiera’. También se utiliza «ni + infinitivo» en alternancia con formas flexionadas, como en La chica, nada, ni aparecer (Martín Gaite, Visillos), así como en diversas fórmulas que expresan rechazo (¡Ni pensarlo!; ¡Ni hablar!, etc.), como se explica en el § 48.13r.

26.14g Algunos infinitivos reciben interpretación temática40.3q-s). Se usan en oraciones en las que se retoma en el enunciado el verbo introducido en infinitivo, casi siempre para sugerir o anticipar algún contenido adversativo, como en Recibirle, yo le recibo; otra cosa es que nos vayamos a entender. Se ajustan a esta pauta los siguientes ejemplos:

Decirle, nunca le dijo nada (Benavente, Malquerida); Tanto dolor se agrupa en mi costado / que por doler, me duele hasta el aliento (Hernández, Rayo); Verlo, ya no lo vi más (Quiñones, F., Hortensia); Decir, dicen todo de todos (Fogwill, Cantos); En cuanto a votar, lo que se dice votar, votaría por UCN, es decir, por el señor Flores (Vergés, Cenizas).

En el área andina se registra una variante de esta construcción con dos infinitivos, el primero de ellos introducido por la preposición de, como en De gustarme, gustarme, no me gusta, pero le saco el jugo (Bayly, Días). La primera mención de estos verbos duplicados puede aparecer también en forma personal, como en La abuela Angiulina nunca trabajó, lo que se dice trabajar en un lugar, con un sueldo (Giardinelli, Oficio).

26.14h Los infinitivos que se usan en las oraciones exclamativas admiten muy diversas interpretaciones. Aparecen unas veces en las estructuras atributivas bimembres que se describen en los § 42.15i, j, como en ¡Qué gusto poder estirar las piernas un rato! o en los textos siguientes:

General, qué alegría verlo (Herrera Luque, Casa); Oh, qué pereza articular un discurso en este verde-verde, blanco-blanco, azul-azul, Mediterráneo violento (Méndez, S., Rocker); Oiga, qué raro verlo a estas horas (Bain, Dolor).

26.14i Se usa «mira que + infinitivo» en oraciones exclamativas para expresar lo desacertado de algo, casi siempre una acción ya acaecida:

Perdoname, Marcial, soy una boba, mira que preocuparme tanto por ese mocoso (Cortázar, Fuegos); Mira que no darte cuenta de que el Carlos se ha cortado el pelo (Mañas, Kronen).

Se obtiene la misma interpretación sin esa expresión introductoria, como en […] en mi propia casa… hacerme eso a mí (Quintero, E., Danza).

26.14j En amplias zonas de las áreas mexicana y centroamericana se usa «ni modo de + infinitivo» (§ 32.7r, 42.2o y 42.13a) para rechazar vehementemente la posibilidad de hacer algo o para lamentarse de no haber podido hacerlo:

Ni modo de pedirle el billete y a cambio darle otra cosa (Solares, Mártires); Pedro se quedó con el temor de que Carmela se le fuera a escapar con todo y el taxi pintarrajeado de negro, pero ni modo de dejarla ver el botín (Victoria Zepeda, Casta).

Se emplea en otras áreas, y algunas veces en estas mismas, «ni hablar de + infinitivo» (§ 48.13r) o «nada de + infinitivo» con el sentido que se ha explicado. Para indicar que algo se repite un gran número de veces se usa (más en el español europeo que en el americano) «venga a + infinitivo», como en Jacinto, venga a decir que era la alegría y que viva la madre que lo parió (Mendicutti, Fuego). En el español coloquial rioplatense se registra con este mismo sentido «meta + infinitivo»: ¡Y meta decir boludeces!32.5k, j).

26.14k Las oraciones interrogativas directas parciales de infinitivo suelen presentar la incertidumbre o la indecisión del hablante ante alguna actuación futura que se considera problemática, como en ¿Qué hacer en un caso así?; ¿Cómo salir del atolladero?, o en los ejemplos que siguen:

¿Qué hacer frente a una invitación oficial? se preguntaba el conde (Piglia, Respiración); ¿Qué hacer entonces? (Cabrera Infante, Tigres); ¿Cómo saber si una de sus balas había terminado con la vida de alguno de aquellos hombres? (Volpi, Klingsor); ¿Qué contestar? ¿Qué hacer? ¿Subirla, empujada a la fuerza, por la escalera? (Aub, Calle); ¿A dónde ir a buscarte, yo pobre paloma extraviada? (Alberti, Noche); ¿A quién dirigirse? Mejor sin destinatario. Empezó la carta para nadie (Medina, D., Cosas).

Otras veces se usan estos mismos infinitivos para introducir preguntas retóricas, como en ¿Y qué decir de las sumas que percibe un funcionario por prohijar la introducción de un cuantioso contrabando? (Medina, J. R., Doctrina). Las interrogativas que se construyen con por qué o para qué dan a entender por lo general la inconveniencia de lo que se hace o se va a hacer (¿Por qué dedicar tanto tiempo a un asunto tan nimio?; Salgamos ya: ¿para qué esperar?), o bien sugieren alguna actuación que el que habla considera viable o hacedera (¿Por qué no tomar el camino del valle?). Esta última construcción se analiza en los § 22.16o-q.

26.14l Las interrogativas directas totales de infinitivo suelen expresar lo inadecuado de alguna posibilidad que pudiera plantearse. Se trata de usos orientados, como los que se explican en el § 42.12:

¿Impedir yo el duelo? Jamás (Cambaceres, Música); ¿Hacer tanto sacrificio por el decoro de un nombre […]? (Roa Bastos, Supremo); ¿Coger los pinceles para producir testimonios de tu decadencia y tu ruina? Mierda, no (Vargas Llosa, Paraíso); Y aunque esto parezca grotesco, se piensa en comer. ¿Comer para qué? ¿Para prolongar el suplicio? (Sábato, Héroes).

26.14m El infinitivo preposicional forma parte de un gran número de locuciones, sobre todo adverbiales. Son mayoría las introducidas por la preposición a:

a contar {de ~ desde}, a correr, a decir verdad, a juzgar por, a mandar, a más no poder, a más tardar, a más ver, a morir, a mucho tirar, a no dudar, a no tardar, a pedir de boca, a rabiar, a saber, a seguir bien, a todo meter, a ver, al parecer, de armas tomar, sin ir más lejos.

Entre las adjetivas cabe señalar a matar, a rebosar, a reventar, de armas tomar, y entre las verbales dar a entender, estar al caer, llevar a mal traer. Véanse también sobre esta cuestión los § 13.18e, f, 30.15 y 30.16.

 

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