Sintaxis

40 Las funciones informativas

40.1 Introducción. Información conocida e información nueva

40.1a Las funciones informativas son los valores discursivos que las unidades sintácticas ponen de manifiesto si se atiende a la forma en que se interpreta su contribución a los mensajes. Como se explica en el § 1.12, las funciones sintácticas (sujeto, complemento directo…) y las semánticas (agente, paciente, instrumento…) especifican el papel gramatical que cada segmento desempeña en la oración. Las funciones informativas permiten valorar la aportación de cada uno de esos segmentos al discurso, determinar si su contenido se interpreta como nuevo o se da por conocido, si pertenece o no a un conjunto de opciones, si se resalta o se destaca con alguno de los diversos recursos que la gramática posee para poner de relieve la información, o por el contrario se mantiene como trasfondo del discurso. Las siguientes oraciones difieren en la manera en que se expresan tales contenidos (el paréntesis indica que el sujeto se puede omitir):

(Ella) no aceptaría nunca esas condiciones; (Ella) no aceptaría esas condiciones nunca; Esas condiciones, (ella) no las aceptaría nunca; Ella, esas condiciones no las aceptaría nunca; Esas condiciones nunca las aceptaría (ella); Nunca aceptaría (ella) esas condiciones; Esas condiciones son las que (ella) no aceptaría nunca; Esas condiciones son las que nunca aceptaría (ella); Esas condiciones no serían nunca aceptadas por ella.

40.1b Algunas de las secuencias mencionadas pertenecen solo a la lengua oral (por ejemplo, Esas condiciones, ella no las aceptaría nunca); otras son igualmente apropiadas en varios registros lingüísticos. Como se ve, desempeñan un papel importante en estos contrastes la anteposición de diversos elementos, pero también la presencia o ausencia de pronombres que los reproduzcan, así como la posición que estos ocupen. De manera análoga, la presencia o ausencia de los pronombres yo y lo, así como su posición sintáctica en la oración, determinan los contrastes siguientes:

(Yo) dije eso ayer; Eso dije (yo) ayer; Eso lo dije (yo) ayer; Eso, (yo) lo dije ayer; Yo, eso lo dije ayer; Ayer dije (yo) eso; Eso, lo dije ayer yo.

De nuevo, no todas estas expresiones son comunes en la lengua más formal, pero todas son posibles en español. Estas oraciones no se diferencian por su contenido proposicional1.13c), en el sentido de que resultaría difícil que una de esas variantes designara una situación verdadera y otra de ellas afirmara algo equivocado. Es normal, sin embargo, que cualquiera de ellas resulte apropiada en un contexto en el que otras muchas resultarían inapropiadas, puesto que los elementos que las componen realizan diferentes aportaciones al discurso del que forman parte.

40.1c Se explica en el § 1.12c que, en opinión de algunos gramáticos, el término función no se usa de manera apropiada en la expresión funciones informativas. Esa observación es correcta si se considera la interpretación más estricta del concepto de ‘función’. No se designan aquí, en efecto, relaciones de dependencia, ni tampoco (con alguna excepción que se explicará en las páginas siguientes) se expresa el conjunto de valores de una variable establecido por su dependencia de alguna otra magnitud. Si se extiende, en cambio, el término función —como suele hacerse— para que designe el papel gramatical desempeñado por un segmento sintáctico (§ 1.12d), es apropiado hablar de funciones informativas. Estas unidades establecen la partición o la segmentación que cabe hacer en un enunciado teniendo en cuenta la aportación al mensaje de cada uno de los segmentos que lo constituyen. Como se ve, unas funciones informativas permiten añadir énfasis a ciertos segmentos, de forma que quedan resaltados en la conciencia lingüística del hablante o del oyente; otras hacen posible, por el contrario, que se los interprete como parte del trasfondo discursivo, lo que los vinculará con la información presentada en el texto precedente.

40.1d Existe una gran variedad terminológica (que algunos autores interpretan como dispersión) en la manera de denominar las funciones informativas. Se llama tradicionalmente información conocida o información temática (también tema, soporte, apoyo, apoyatura y fondo, o fondo común, entre otras denominaciones) aquella que el hablante supone conocida por el interlocutor, tanto si ha sido presentada expresamente como si no es así. Se suele denominar, en cambio, información nueva o información remática (también rema, aporte, figura o comentario, igualmente entre otros términos) la que se proporciona como relevante en alguna situación discursiva para completar la información temática. El tema constituye, por tanto, la base sobre la que se apoya la información que se presenta como nueva. En efecto, si comparamos los enunciados En 1945 terminó la Segunda Guerra Mundial y La Segunda Guerra Mundial terminó en 1945, observaremos que contienen las mismas palabras y que nos hablan del mismo suceso, pero expresan, a la vez, informaciones diferentes. En el primero se afirma algo acerca de un año, mientras que el segundo dice algo acerca de una guerra. Así pues, el segundo enunciado podría ser apropiado para contestar a la pregunta ¿Cuándo terminó la Segunda Guerra Mundial?; el primero, en cambio, podría servir para responder a ¿Qué terminó en 1945? La información remática en el primero de estos dos ejemplos es la representada por el segmento terminó la Segunda Guerra Mundial, mientras que en el segundo es la representada por el segmento terminó en 1945. Se subrayan en los textos que siguen varios grupos sintácticos de sentido temporal. Están situados a comienzo de oración y aportan información temática:

El 3 de diciembre llegó el capitán de las huestes españolas a Turubamba (Salvador Lara, Historia); Cuando ya estaba a punto de echar mano del objeto homicida, notaba que las fuerzas la abandonaban y empezaba a flotar como un pez atontado en el remanso de paz en que ahora nadaba la visita (Castro, L., Fiebre); Al minuto 43 cayó el único gol del Estudiantes de La Plata por obra de Aziari (Hora 9/11/2000).

40.1e En los estudios clásicos sobre las funciones informativas (desde la tradición praguense, al menos) se señaló repetidamente que, en las situaciones no marcadas, los enunciados presentan una progresión informativa desde la información conocida a la nueva, y que existen, a la vez, recursos sintácticos para alterarla. Así, la anteposición de ciertos segmentos remáticos (§ 40.4), como en Eso mismo quisiera hacer yo, altera dicha progresión, puesto que sitúa en primer lugar la información que se destaca o se resalta como nueva. También en la oración Ella no lo sabía, pronunciada con prominencia acentual en la expresión subrayada, se altera la progresión informativa a la que se hace referencia, ya que se interpreta el pronombre ella como información nueva (más exactamente distintiva o relevante en ese fragmento del discurso). De hecho, el incremento acentual en la información remática preverbal ha sido considerado una marca gramatical de dicha alteración. Aun así, en las páginas siguientes se verá que la información final puede ser también temática en situaciones no marcadas, y que, además, muchos focos antepuestos no poseen marcas tonales o acentuales particulares, lo que obliga a relativizar en alguna medida la noción tradicional de progresión informativa.

40.1f Aunque el término información conocida ha sido siempre habitual en los estudios clásicos sobre estos fenómenos, se ha llamado la atención en varias ocasiones sobre el hecho de que esa información a la que alude no es siempre sabida por el oyente. El concepto de información temática está, por tanto, más cerca del de información presentada, anticipada, supuesta o simplemente básica (noción que los términos soporte y fondo reflejan apropiadamente) que del término información conocida. Varios autores han insistido en que la información temática expresa ‘aquello sobre lo que se dice algo’. Así pues, es posible construir una secuencia como A Diego no le digas nada sin haber mencionado a Diego en el fragmento que precede a ese segmento de un hipotético diálogo. Aun así, a Diego se interpreta aquí como tema, puesto que constituye el elemento —supuestamente presente en la conciencia lingüística del interlocutor, o bien en el trasfondo del discurso— sobre el que se desea introducir alguna predicación. Análogamente, las expresiones adverbiales que ocupan posiciones periféricas no introducen informaciones que el oyente conozca, sino que fijan aquello de lo que se va a hablar. Así, la información que aporta el grupo nominal esta semana en Esta semana, Clara no puede venir es temática. Como sucedía en el ejemplo relativo a la Segunda Guerra Mundial, esta última oración advierte acerca de lo que puede suceder o no suceder en una determinada semana. Si se dijera, en cambio, Clara no puede venir esta semana, ese mismo segmento pasaría a ser remático, es decir, a constituir el centro de la información que se presenta como nueva. La oración advertiría en tal caso de que es precisamente “esta semana” (quizá por oposición a otras) cuando Clara no puede venir.

40.1g Los conceptos de ‘tema’ y de ‘información temática’ se han criticado con el argumento razonable de que no siempre se corresponden con segmentos sintácticos. En efecto, si alguien pregunta ¿Qué trajo Clara? y otra persona responde Clara trajo este paquete, podrá decirse que la información que se subraya, que se podría omitir, es temática, puesto que ha sido ya introducida, pero a la vez no es una unidad del análisis gramatical: el sujeto y el verbo no forman conjuntamente un segmento que deje fuera el complemento directo. Otra interpretación de estos hechos consiste en entender que la información temática constituye efectivamente un segmento sintáctico, puesto que no sería Clara trajo, sino Clara trajo x, oración en la que se deja libre la variable que corresponde a la información remática, más exactamente al foco (§ 40.4a).

40.1h Es habitual que los sujetos preverbales sean temáticos. Sin embargo, ello está determinado en buena medida por su propia estructura interna y por diversos factores extraoracionales, más que por la estructura informativa de la oración. Así, es natural interpretar como temático el sujeto de El coche frena mal en las curvas porque el papel fundamental del artículo determinado el es constituir una expresión definida que el oyente pueda vincular con algún referente conocido o ya presentado (§ 14.1e). Es posible, pues, manifestar que esta oración dice algo acerca de cierto coche que el hablante y el oyente pueden identificar. Nótese ahora que resultaría difícil afirmar que la oración Un desconocido me preguntó ayer la hora en la calle dice algo acerca de “un desconocido”. Es más apropiado entender, por el contrario, que toda la oración expresa información nueva, lo que no impide que un desconocido sea su sujeto. Se llaman a veces téticas (del gr. thetikós, der. de thésis ‘opinión, posición, afirmación’) las oraciones cuyo contenido se presenta conjuntamente como nuevo. Equivalen a las secuencias cuyo foco coincide con el conjunto de la oración, como se verá en las páginas que siguen. Cabe asignar a este grupo muchos titulares de prensa, como Un tigre atacó a un turista en el zoológico; El Presidente volverá a reunirse con los sindicatos; La tasa anual de desempleo baja unas décimas, o El Papa realizará este año tres viajes al Tercer Mundo (País [Esp.] 1/3/1980).

40.1i Las secuencias que presentan como nuevo el conjunto de la información que aportan pueden contener sujetos definidos aunque no constituyan titulares periodísticos. Así, si se usa sin discurso previo, la oración El director quiere verte constituirá en su conjunto información nueva, a pesar de que el director del que se habla sea conocido, como cabe esperar, por el destinatario de esas palabras. Esta oración no aportará “cierta información acerca del director”, sino cierta información relevante relativa al momento particular en que se emite. Es importante tener en cuenta, en suma, que un determinado grupo nominal preverbal puede ser o no temático en función del contexto en el que aparezca, no solo en función de la posición que ocupe. Así, el sujeto de la oración Las angiospermas tienen los carpelos en forma de ovarios será temático si esa expresión se usa en una clase de Biología sobre las angiospermas, pero esa misma oración puede usarse sin haber hecho antes ninguna mención a dicha clase de plantas y, en tal caso, toda ella —y no solo su sujeto— podría constituir información nueva.

40.1j La información remática tiende a aparecer al final del enunciado en español, aunque existen varias excepciones a esta tendencia, como se verá en las siguientes páginas. Una respuesta posible a la pregunta ¿Quién ha llamado? podría ser Ha llamado tu hermano (en la que tu hermano representa la información remática). No lo sería, en cambio, la secuencia Tu hermano ha llamado, salvo si el segmento tu hermano se marca con prominencia tonal que ponga de manifiesto su valor contrastivo (§ 40.3u). Esta segunda oración no resultaría forzada si toda ella constituyera información nueva, como ocurriría si se usara como respuesta a la pregunta ¿Qué ha pasado? Los sujetos posverbales tienden a interpretarse como remáticos. De hecho, suele serlo todo el grupo verbal que los contiene: Cuenta Aguilar […] con amparos hasta para cuando estornude el financiero, a quien ya le urge que lo traigan (Excélsior 4/9/2001). Las oraciones activas y las pasivas también se diferencian desde el punto de vista informativo de forma similar a como lo hacen los ejemplos propuestos en los apartados anteriores. La oración Los diputados de la cámara de representantes aprobaron la ley de la reforma sanitaria dice algo acerca de ciertas personas, pero la oración La ley de la reforma sanitaria fue aprobada por los diputados de la cámara de representantes habla acerca de una ley, no exactamente acerca de un grupo de individuos.

40.1k Como se explicó en los apartados precedentes, el segmento que se interprete como información nueva en otras secuencias dependerá en buena medida del contexto previo o de la situación presentada en el discurso anterior. También depende de la información compartida el que un segmento final pueda ser o no temático. Así, en la oración Clara le regaló a su hijo un libro de cuentos el día de su cumpleaños, podría interpretarse como información temática el grupo nominal el día de su cumpleaños, sobre todo si en el discurso previo se está hablando de ese día y se plantean diversas opciones relativas al regalo que le hará Clara a su hijo. Análogamente, en el texto que sigue se habla de cierto viaje en el que la sonda Galileo tomó determinadas fotografías. La información nueva es la que se subraya, a pesar de que no ocupa la posición final: Galileo se encontraba a unos 10000 km de Ida cuando obtuvo esta imagen (Altschuler, Hijos). Muchos incisos que pueden ocupar posiciones finales pueden interpretarse asimismo como temáticos, por ejemplo aquellos en los que el hablante valora personalmente su aserto: … en mi opinión; … creo yo; … desde mi punto de vista, etc.

40.1l La información temática tiende a elidirse. Si se consideran estas tres secuencias: A su novia; Ha llamado a su novia; Luis ha llamado a su novia, se comprobará fácilmente que las dos primeras son respuestas naturales a la pregunta ¿A quién ha llamado Luis? La tercera también podría serlo, pero como el segmento Luis constituye el tema, es natural que tienda a evitarse en la respuesta, al igual que se evita el verbo ha llamado, también parte del tema. Obsérvese ahora que no sería posible, en cambio, contestar la pregunta ¿A quién ha llamado Luis? con la secuencia A su novia la ha llamado Luis. La razón de este desajuste radica en que la estructura sintáctica de esta última oración fuerza a interpretar el segmento a su novia como temático, mientras que la pregunta obligaba a presentarlo como remático. La oración propuesta es, desde luego, una oración gramatical, puesto que está bien construida sintácticamente, pero es inapropiada discursivamente porque su estructura informativa no satisface las condiciones que exige el discurso previo. Como puede verse, la estructura informativa de las oraciones ha de ser validada por el contexto en el que se insertan, mientras que otros aspectos de su articulación sintáctica son relativamente independientes de dicho contexto.

40.1m La información temática que no puede ser elidida tiende a sustituirse por un pronombre. Si se consideran estas tres secuencias: Lo vi ayer; Vi a Luis ayer; Vi ayer a Luis, se comprobará que sería natural usar la primera como respuesta a la pregunta ¿Has visto a Luis últimamente?, puesto que en esa respuesta se pronominaliza la información temática (lo). La tercera secuencia resultaría extraña como respuesta a esa misma pregunta porque Luis se interpreta en ella como información nueva, frente a lo que la pregunta exige. En la segunda de estas tres respuestas se evita la elisión. La secuencia no sería absolutamente inapropiada como respuesta, pero es claramente menos adecuada que la primera, puesto que no se ajusta a la tendencia natural que consiste en elidir la información temática. Otros segmentos temáticos se sustituyen por pronombres o adverbios demostrativos, pero —como en los ejemplos antes mencionados— se suele preferir elidirlos. Así, como respuesta a la pregunta ¿Has ido por el pueblo últimamente? podría construirse el grupo preposicional negado No desde hace tres años, pero serían también posibles respuestas oracionales que sustituyen parte de la información temática por un adverbio (No he ido desde hace tres años por allí). Las otras opciones son elidir ese mismo segmento (No he ido desde hace tres años), o bien —más raramente— repetirlo (No he ido desde hace tres años por el pueblo).

40.1n Los pronombres demostrativos pueden ser remas (Yo dije eso mismo), pero los pronombres átonos no pueden serlo, ya que la información remática ha de ser tónica. En efecto, si una madre pregunta a su hijo ¿Prefieres una novela o un disco como regalo de cumpleaños?, este podría responder Prefiero un disco, pero no podría responder Lo prefiero. Repárese en que no falta información en la respuesta inapropiada, puesto que novela es un sustantivo femenino y disco es masculino. Así pues, el referente del pronombre lo estaría identificado de manera inequívoca en el discurso inmediatamente anterior. Sin embargo, en esa respuesta se presenta una información remática en forma átona, lo que la sintaxis (del español y de otras muchas lenguas) excluye. Véase también, en relación con esta misma cuestión, el § 34.2. Análogamente, resulta natural contestar Se lo presté a la pregunta ¿Le diste el libro o se lo prestaste?, puesto que el libro representa una información temática; pero esa misma respuesta no sería apropiada para contestar la pregunta ¿Le prestaste el libro o la pelota?, por las razones mencionadas. Aun así, debe hacerse notar que los posesivos prenominales átonos reciben a veces el acento enfático en español cuando se usan contrastivamente, como en No tienes que hablar con MI padre, sino con el tuyo.

40.1ñ Los pronombres personales que constituyen sujetos prenominales pueden omitirse si son temáticos, como en Yo no sabía nada de eso ~ No sabía nada de eso. Si la sintaxis los sitúa en posición remática (más exactamente focal: § 33.5a, b), no podrán ser optativos. No parece posible, en efecto, encontrar un contexto en el que las dos oraciones siguientes sean intercambiables: Este libro lo tradujo ~ Este libro lo tradujo ella. La causa es el hecho de que la información remática no se puede elidir. Se obtienen contrastes similares a estos en los pares en que las formas tónicas de los pronombres personales alternan con las átonas, tanto si ejercen la función de sujeto como si no es así. De hecho, la estructura informativa de la oración proporciona una de las manifestaciones más claras de las diferencias que existen en español entre las formas pronominales tónicas y las átonas. Si se consideran estas tres secuencias: A mí me gustó; Me gustó; Me gustó a mí, se comprobará que las tres transmiten el mismo contenido proposicional. Todos los pronombres que aparecen en estas oraciones están en primera persona. Repárese ahora en que las dos primeras oraciones podrían ser apropiadas como respuesta a la pregunta ¿Qué te pareció la película? (en la segunda se evita la duplicación pronominal, que constituye la información temática; en la primera no se elide, pero se deja en posición inicial). La tercera no podría usarse como respuesta a esta pregunta, ya que presenta como nueva una información que ya se ha aportado como temática: A mí o Me gustó a mí. La oración Me gustó a mí (o simplemente la expresión A mí) sería adecuada, en cambio, como respuesta a la pregunta ¿A quién le gustó la película?: a mí se presenta en ella como información remática, puesto que aparece al final del enunciado y es un elemento tónico. La imposibilidad de omitir el pronombre átono (*Gustó a mí) no tiene relación con las funciones informativas. Se analiza en el § 16.14f.

40.1o Es oportuno hacer notar ahora que la pregunta ¿A quién le gustó la película? no podría ser respondida con la oración Me gustó. La razón es la misma que impedía usar Lo prefiero en el ejemplo del § 40.1n relativo a cierto regalo de cumpleaños, es decir, la constricción que impide interpretar los pronombres átonos como remas. Finalmente, la oración A mí me gustó podría ser apropiada como respuesta a esta misma pregunta si el segmento a mí se destaca con prominencia acentual, de acuerdo con lo expuesto en el § 40.1ñ. Se obtienen contrastes semejantes en secuencias como No te he preguntado; No te he preguntado yo; No te he preguntado a ti, y en otras muchas similares. En resumen: las informaciones temáticas tienden a elidirse y pronominalizarse; las remáticas no pueden elidirse ni se pueden pronominalizar con pronombres átonos, y tienden además a ser finales o a recibir un acento enfático si no aparecen en posición final.

40.1p Se explicó en los apartados precedentes que la interpretación de un segmento posverbal como temático o remático no depende solo de la entonación, sino también del discurso previo. Los dos enunciados siguientes constituyen preguntas totales: ¿Vivía Luis en un hotel en Buenos Aires?; ¿Compraste este libro en Buenos Aires? Repárese ahora en que resultaría natural contestar a la primera con la expresión Sí, vivía en un hotel, entre otras respuestas posibles. Resultaría, por el contrario, muy extraño responder a la segunda pregunta con la expresión Sí, compré este libro. Se esperaría, en cambio, una respuesta que no omitiera el segmento en Buenos Aires, sino que lo sustituyera por un adverbio (Sí, lo compré allí), o bien que lo repitiera (Sí, lo compré en Buenos Aires). Esta marcada diferencia se deduce del hecho de que el segmento en Buenos Aires tiende a interpretarse como información temática en la primera oración (en la que se pregunta si era en un hotel donde vivía cierta persona que se supone que se hallaba en Buenos Aires), pero como información remática en la segunda (en la que se pregunta si fue en cierta ciudad donde alguien compró cierto libro, supuestamente introducido en el discurso previo). Así pues, el contraste presentado es una consecuencia natural de que la información temática tiende a elidirse, mientras que la remática no se omita.

40.1q Se ha debatido largamente en los estudios sobre las funciones informativas las razones que llevan a interpretar como temática o como remática una determinada información en situaciones no marcadas. Del par presentado en el apartado anterior parece deducirse que alguien que esté en una ciudad tiene que vivir en alguna parte de ella, pero no necesariamente que el que compra un libro haya de hacerlo en alguna ciudad. Estos peculiares supuestos —que parecen necesarios para asignar correctamente las funciones informativas que corresponden a los segmentos sintácticos de las oraciones presentadas— son, sin duda, de naturaleza extralingüística. Repárese ahora en que la respuesta que resultaba inusitada en el apartado anterior (Sí, compré este libro) pasaría a ser natural si el contexto precedente lleva a suponer que la información nueva o remática es la que aporta el verbo comprar. Para lograr este efecto bastaría pensar que la pregunta se dirige a un ladrón de libros, de modo que lo que se preguntaría es si fue la acción de comprar la que se llevó a cabo (de forma anómala y, por tanto, marcada) en relación con uno particular: —¿De verdad compraste este libro en Buenos Aires? —Sí, compré este libro. Entre los estudiosos actuales de las funciones informativas, unos orientan sus investigaciones hacia las marcas sintácticas y fonológicas que permiten parcelar los mensajes de acuerdo con la aportación al discurso de cada segmento, mientras que otros ponen mayor énfasis en los vínculos discursivos que son necesarios para establecer tales parcelaciones, así como en los supuestos pragmáticos en los que han de basarse.

40.1r Se explicó en los apartados precedentes que los sujetos preverbales tienden a interpretarse como informaciones temáticas, pero también que esa interpretación puede alterarse dependiendo de la información que aporte el discurso previo. Se ha observado, no obstante, que la estructura misma del sujeto puede determinar de forma crucial una interpretación o la otra, lo que proporciona un contexto propiamente gramatical en el que la distinción está condicionada por variables sintácticas. En efecto, en los § 19.1k y ss. se explica que cuantificadores no universales como mucho, bastante, poco o demasiado son ambiguos entre la interpretación llamada proporcional, presuposicional o fuerte, y la denominada cardinal, existencial o débil. Uno de los factores que determinan estas interpretaciones es la posición sintáctica de los grupos cuantificativos. Así, si se comparan las oraciones Muchos profesionales son necesarios y Son necesarios muchos profesionales, se comprobará que se diferencian en la naturaleza temática o remática del sujeto, pero también en el significado que corresponde al cuantificador evaluativo a partir del cual se forman. En el primer caso, pero no en el segundo, muchos profesionales alterna con muchos de los profesionales. No solo se interpreta como información temática, sino que designa cierto subconjunto obtenido de algún grupo más amplio que se supone pueden identificar el hablante y el oyente (interpretación proporcional de muchos). En la segunda oración se dice, por el contrario, que el número de profesionales necesario es elevado (interpretación cardinal de muchos). A la vez, como el predicado ser necesario introduce oraciones de forma característica, también se dice que lo que es aquí necesario es la misma existencia de ese grupo, lo que da lugar a la paráfrasis ‘Es necesario que haya muchos profesionales’. Estas diferencias interpretativas no se reducen, como se ve, a las que aporta la estructura informativa de la oración, pero están, en cambio, condicionadas por ella.

40.1s El orden de las palabras fue considerado tradicionalmente un recurso estilístico. Formaba parte de la llamada sintaxis figurada, es decir, del conjunto de recursos que permitía al hablante determinadas opciones expresivas que no alteraban las relaciones sintácticas básicas establecidas en la oración. La figura llamada hipérbaton recogía en la retórica tradicional la alteración del orden normal de las palabras en el discurso. Esta alternación se registra en la lengua común, incluso en la oral:

Muy tranquilo te veo; Alguna cosa habrá que decirle; ¡Menudo lío has formado!; Si de algo estoy seguro…; Del partido de ayer prefiero no hablar; Por nada del mundo me desprendería yo de mi perro; Son los que de más dinero disponen.

Las alteraciones a las que se hace referencia no son vistas en la actualidad como recursos estilísticos, sino como diferencias entre posiciones sintácticas cuyo análisis constituye una parte fundamental del análisis gramatical. Estas alteraciones son características de las oraciones exclamativas (§ 42.14f), pero se dan igualmente en las interrogativas (§ 42.9c-j) y en las negativas (§ 48.3). Existe asimismo una estrecha relación entre la llamada alternancia negativa (Nadie vino ~ No vino nadie) y la estructura informativa de la oración. Se analiza esa relación en los § 48.2b y 48.4a, c, w.

40.1t Se ha señalado repetidamente que son mucho más numerosas, en proporción, las alteraciones del orden de las palabras que se dan en la lengua literaria, en especial en el lenguaje poético. Ello lleva a que se asocie comúnmente la noción de hipérbaton con la literatura, aun cuando no corresponde en exclusiva a ese registro. Suelen distinguirse dos tipos de hipérbatos: el primero da lugar a alteraciones en el orden de las palabras que resultan de la disposición de los segmentos lingüísticos establecida de acuerdo con la estructura informativa de la oración. Esta clase de hipérbaton es compartida por todas las variedades lingüísticas, como muestran los ejemplos del apartado anterior. El segundo tipo de hipérbaton es el propiamente literario, es decir, el que muestra opciones sintácticas rara vez presentes en la lengua común. Entre los muchos textos que podrían aducirse para ilustrarlo, se ha elegido la conocida rima liii de Gustavo Adolfo Bécquer (se subrayan los segmentos antepuestos):

Volverán las oscuras golondrinas / en tu balcón sus nidos a colgar, / y otra vez con el ala a sus cristales / jugando llamarán. / Pero aquellas que el vuelo refrenaban / tu hermosura y mi dicha al contemplar, / aquellas que aprendieron nuestros nombres… / esas… ¡no volverán! (Bécquer, Rimas).

En efecto, los sujetos pueden seguir al verbo auxiliar en las perífrasis verbales que se construyen en la lengua general (§ 28.5), pero los complementos del verbo auxiliado (o verbo pleno) no se colocan tras el auxiliar en las construcciones perifrásticas: Elsa volvió a contestar las preguntas en el aula de grados > *Volvió Elsa en el aula de grados las preguntas a contestar. El texto de Bécquer muestra, en cambio, esta misma estructura sintáctica. Tampoco se anteponen a los verbos en forma personal los gerundios de interpretación temporal o modal, y menos aún los complementos de estos (Lo dormía contándole un cuento > *Un cuento contándole lo dormía), también al contrario de lo que muestran los versos tercero y cuarto. Finalmente, los complementos de los infinitivos transitivos en la construcción «al + infinitivo» no se anteponen (al recibir una carta y un paquete > *una carta y un paquete al recibir), a diferencia de lo que muestra el verso sexto. Existen otros muchos casos similares. De estas dos variedades del hipérbaton, solo se atenderá a la primera en el resto del capítulo, puesto que está integrada en la sintaxis común.

40.1u En los apartados anteriores de esta sección introductoria se ha explicado por qué se considera importante analizar cada uno de los segmentos que componen la estructura informativa de la oración. Como se ha visto, la parcelación a la que esta estructura da lugar permite resaltar ciertos elementos y dejar otros como trasfondo. Varios autores han comparado estos procesos con las propiedades de una cámara. De hecho, el concepto de foco, al que se dedican buena parte de las secciones siguientes, se usa hoy en lingüística de modo general porque se ha acabado por aceptar la metáfora óptica o fotográfica a la que se alude. Según esta analogía, las funciones informativas proporcionan los resultados de enfocar las partes de un mensaje desde determinados ángulos. Permiten, pues, abordar los diferentes puntos de vista (concepto igualmente metafórico) desde los que es posible examinar una situación, pero relacionan, además, cada fragmento del discurso con los estados de cosas anteriores que condicionan la forma en que se presenta la información. Puede decirse, por tanto, que las funciones semánticas (§ 1.12) vinculan el léxico con la gramática; que las funciones sintácticas —introducidas en el mismo capítulo— vinculan las funciones semánticas con la estructura formal del idioma; y que las funciones informativas, finalmente, vinculan la estructura formal de las oraciones con la del discurso en el que se insertan, en particular con los puntos de vista desde los que los hablantes pueden presentar los mensajes.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
artículo, función informativa, pronominalización, rema, tema2

 

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