Sintaxis

20. Los cuantificadores (II). Cuantificadores indefinidos. El concepto de ámbito

20.3 Cuantificadores existenciales

20.3a Los cuantificadores indefinidos se pueden dividir en tres grupos: existenciales, de indistinción (o de elección libre) y evaluativos. Los existenciales son alguien, algo, alguno, nadie, nada y ninguno, con las variantes morfológicas que se describen en los § 19.4 y 19.5. A este paradigma agregan algunos gramáticos otro y sus variantes de género y número, pero, por las razones que se explican en el § 13.10l, no todos los autores están de acuerdo en esa asimilación. Se usa el término existencial porque estos cuantificadores aluden a la existencia de una persona o una cosa, cuya caracterización puede restringirse mediante complementos que denoten ciertas propiedades que debe cumplir. Los indefinidos de indistinción20.4), llamados a menudo de elección libre, se refieren a una entidad elegida arbitrariamente entre otras. El más característico es cualquiera, pero pertenecen a este mismo grupo ciertas expresiones superlativas que se analizarán más adelante (§ 20.4t, u). Los cuantificadores evaluativos (poco, un poco, un tanto, bastante, mucho, demasiado y algunos más que se estudiarán en los § 20.5-8) denotan una cantidad o un grado a partir de cierta estimación que se obtiene por comparación (sea explícita o implícita) con alguna otra medida.

20.3b Los cuantificadores existenciales se agrupan en dos series: los positivos (alguien, algo, alguno) y los negativos (nadie, nada, ninguno). Las propiedades específicas de unos y otros en los contextos negativos se analizan en el § 48.4ñ. Atendiendo a las entidades designadas, cabe separar los que se refieren a personas (alguien, nadie), los que se refieren a cosas (algo, nada) y los que admiten uno y otro uso en función del contexto (alguno, ninguno). Como en otros casos (§ 1.9x y 22.13f), el concepto de ‘cosa’ se entiende en un sentido amplio, ya que no solo abarca entidades que se puedan individualizar, sino también materias, acciones, sucesos, situaciones o propiedades: No hizo nada; Acaba de ocurrir algo increíble; Ningún honor es tan alto como ese, ninguno. Los cuantificadores alguien y nadie no se refieren propiamente a seres animados (grupo que incluye a los animales, además de a las personas), sino solo a los seres humanos: Alguien está triste; Nadie murió. La expresión los nacidos, que representa el significado del étimo latino nati (origen del pronombre nadie), se utiliza en sentido genérico para hacer referencia igualmente a las personas (§ 48.1c). Se explica en el § 19.4 que los cuantificadores existenciales pueden tener género masculino (alguien, nadie, alguno, ninguno), femenino (alguna, ninguna) o neutro (algo, nada). Tienen plural las formas alguno/alguna y ninguno/ninguna; las dos últimas solo en contextos restringidos, como se expone en los § 19.4e-h.

20.3c Los cuantificadores existenciales pueden ser pronombres, adjetivos o adverbios, si bien algunos pueden pertenecer a varios grupos. Los pronominales son alguien, nadie, algo, nada, alguno y ninguno; los adjetivales —en el sentido amplio del término adjetivo al que se hace referencia en el § 1.9f— son alguno y ninguno, que no se apocopan en posición posnominal (forma alguna, libro ninguno), pero sí en posición prenominal y género masculino, como se explica en los § 19.5h, i. Sobre la diferencia entre los usos antepuestos y los pospuestos (libro alguno ~ algún libro), véanse los § 48.3y y 48.4j. Admiten usos adverbiales algo (Estoy algo mejor del resfriado) y nada (Ese tipo de cine no me gusta nada). Aunque estos cuantificadores se suelen ubicar igualmente en el paradigma de los indefinidos existenciales, están más próximos a los evaluativos. En efecto, algo en Estoy algo mejor del resfriado alterna con un poco. Más que expresar la existencia de cierto grado de mejoría, cuantifica esta en función de una escala o una jerarquía (§ 20.5a). Sobre otros aspectos de los adverbios cuantificativos, véanse los § 30.4 y 39.7.

20.3d Los cuantificadores existenciales algo y nada se usan a veces como sustantivos en el español americano, raramente en el europeo. En estos casos van precedidos del indefinido un/una:

Y una voz de trueno sale del cielo y dice: “Hijo, es que hay un algo en ti que no me gusta” (Proceso [Méx.] 1/9/1996); Son ciento cincuenta mil pesitos, imagínese, en los tiempos que vivimos, una nada (Gamboa, Páginas); Ya todo era una nada para la tía Ermelinda (González León, Viejo).

Se emplea también una nada como expresión cuantificativa: […] salitre, un poquito, azufre, una nada, sal, una brizna (Lira, Medicina).

20.3e Los cuantificadores existenciales pronominales pueden ser modificados por adjetivos, como en Cordera no le contestó nada importante (Mastretta, Vida) o en Siento dentro mío que esta fiesta es algo especial (Benedetti, Primavera). Los modificadores pueden ser asimismo grupos adjetivales (¿Conoces a alguien capaz de tararear una fuga de Bach?), oraciones de relativo (Me lo dijo alguien que sabe mucho de eso; No conocía a nadie que tuviera coche) o grupos preposicionales (Necesitamos a alguien con más experiencia). Los indefinidos alguien y algo son característicos de los contextos presentativos, especialmente de aquellos en los que se menciona la existencia de una persona o una cosa cuya naturaleza se desconoce, como en Aquí hay algo o en Te morirás de miedo de solo divisarlo. Pero, cuidado, que ahí viene alguien (Parra, King Kong). Se usan nada y nadie en los mismos contextos para denotar los sentidos opuestos. Todos estos indefinidos se emplean también como pronombres en las oraciones copulativas para expresar que una persona o una cosa tiene importancia o pertinencia (o bien que carece de ella) en algún contexto particular:

No es nada. Me he mareado un poco. Enseguida estaré bien (Fernández Cubas, Ágatha); Le dije que yo no era un don nadie. Que yo era alguien (Mundo [Esp.] 20/11/1996).

Con el adverbio ya se expresa en estas oraciones copulativas que se alcanza cierta medida mínima en relación con determinadas expectativas: […] Antonio solo sirve para cabalgarme el alma”. “Bueno, ya es algo, ya es bastante…”, sonrió aliviada la rubia (Rossi, María).

20.3f El uso restringido de alguien y nadie con complemento partitivo se analizó en los § 20.1m-ñ. Alternan las pautas «{algo ~ nada} de + adjetivo» y «{algo ~ nada} + adjetivo», formadas a veces con sustantivos en lugar de adjetivos, en las oraciones construidas con haber y tener, como en No hay nada (de) raro en su proceder o Esta película no tiene nada (de) especial. La alternancia se extiende en ocasiones a otros verbos que admiten complementos predicativos del objeto directo, como en No veo nada (de) malo en ello; No hallaba en su investigación nada (de) sospechoso. La presencia de la preposición (necesaria en francés y en otras lenguas románicas) es casi obligada con ciertos adjetivos, como en No tenía nada de particular, y es más frecuente en los textos que su ausencia, especialmente cuando el adjetivo hace referencia a la condición de ser algo sorprendente, peculiar, anómalo o inconveniente para alguien:

Sé que Malambruno no tiene nada de malicioso ni de traidor (Cervantes, Quijote II); Respecto a la afición que ha podido sentir hacia su secuestrador, no tiene nada de vituperable, porque es su padre (Galdós, Episodios); En sí no tiene nada de inesperado, nada de exótico, nada de sorprendente (Mutis, Maqroll); ¿Qué tiene? No le veo nada de malo (Mendoza, H., Cosas); Su esplendorosa belleza tenía algo de misterioso, de fatal (Cifuentes, Esmeralda); Ambos habían sido modernizados y no tenían nada de tenebrosos (García Márquez, Doce cuentos); El sueño, en sí mismo, no tenía nada de terrible (Sábato, Héroes); Los temas de discusión no tienen en apariencia nada de subversivo (Saer, Imborrable); No había nada de vergonzoso a los ojos de la sociedad en privarse de alimento (Espido, Infierno).

Aunque los adjetivos pertenecientes a esos grupos semánticos son los más frecuentes en esta construcción, también se documentan otros:

Había algo de aéreo, de vaporoso en esta criatura (Mármol, Amalia); Cuanto con ellas se relaciona tiene algo de agradable, de encantador (Bécquer, Artículos); Esta vez su comportamiento no tuvo nada de tierno (Bolaño, 2666).

20.3g La preposición con, cuya relación con el verbo tener se explica en el § 38.9g, se asimila a este grupo de predicados, como en Me presentaron allí a un caballero un tanto robusto, afeitado, con algo de abacial, muy fino de trato y que hablaba el francés con marcado acento de ultramancha (Rubén Darío, Vida). La ausencia de preposición en los esquemas mencionados se ilustra en los ejemplos siguientes:

Yo conté de mil maneras distintas las impresiones que se experimentaban en la cueva del Izarra y demostré que en ella no había nada maravilloso (Baroja, Inquietudes); Algo sospechoso tenían que encontrarle cada vez, para no admitir que no era raro, sino distinto, que es diferente (Fuentes, Frontera); Miss Lucy resolvió, en su fuero íntimo, que había algo mágico en la hechura de esa razonable fogata (Mujica Lainez, Invitados); Ahí había algo raro (Fontanarrosa, Mesa).

20.3h Las dos variantes que se describieron en los apartados anteriores no son siempre sinónimas ni se caracterizan por las mismas propiedades sintácticas. En ausencia de preposición, el adjetivo incide directamente sobre el pronombre neutro, por lo que adquiere este género y carece de flexión: No tienen nada {meritorio ~ *meritorios}. En la otra variante, el adjetivo que sigue a la preposición puede aparecer en este mismo género (No tienen nada de meritorio), lo que proporciona un significado similar al de los sustantivos abstractos (nada de mérito). No obstante, el adjetivo también puede constituir un segmento que se predica del grupo nominal sujeto (especialmente en las construcciones con el verbo tener), lo que fuerza la concordancia en género y número con él: No tienen nada de meritorios. A esta pauta corresponden los ejemplos siguientes:

Estamos sometidos a una misma influencia, y todos tenemos algo de neuróticos (Confidencial [Esp.] 3/9/2007); Siento el cuchicheo de mi vecino. La vocecilla tiene algo de cascada y meliflua, con cierto dejo de burla (Teitelboim, País); Y luego, cuando sobrevienen, se percata uno de que no tienen nada de inextricables ni de sorprendentes (Delibes, Camino).

Las dos opciones sintácticas que se han descrito se muestran a continuación con el mismo adjetivo, la primera (concordancia con el sustantivo), con el verbo tener; la segunda (concordancia con el pronombre neutro), con haber:

La locura tiene algo de contagiosa (Menéndez Pelayo, Heterodoxos); Había algo de contagioso en las pasiones terribles del hombre con quien se hallaba (Gómez Avellaneda, Sab).

La proximidad entre «algo de + adjetivo» y «algo de + sustantivo» es solo relativa en estos casos. Se da, en efecto, con los verbos citados, como en No hay en ello nada {de interés ~ de interesante}, pero no se obtiene fuera del paradigma restringido mencionado en el § 20.3f, en el que sobresalen especialmente los verbos de locación, posesión y percepción que se construyen con predicativos del complemento directo. Los demás tienden a rechazar la segunda combinación, como en No mencionó nada {de interés ~ *de interesante}.

20.3i Se usa asimismo «nada de + grupo nominal» como expresión independiente. Se forma esta pauta con sustantivos en singular o en plural, y se emplea para rechazar vehementemente la existencia, la presencia, la conveniencia o la necesidad de algo:

Con Espronceda y otros tan arrebatados, buenos días y buenas noches, y nada de intimidades (Galdós, Episodios); —Gracias… —Nada de gracias, vamos, terminá de limpiarte y relajate un poco, que estás temblando (Puig, Beso); Tampoco había necesidad de llevarlo al extremo, creo yo, nada de líos gordos (Delibes, Mario); ¡Un señor de los de antes! Nada de moqueta, nada de Dalí, nada de latón, nada de mármol rosa... (Azúa, Diario).

Un rasgo peculiar de este esquema es el hecho de que pueden ocupar el lugar del grupo nominal las oraciones subordinadas, sean de infinitivo o de verbo finito. Se presenta a veces el contenido de estas oraciones como si reprodujeran palabras de otros. He aquí algunos ejemplos de esta construcción:

Es un buen crecimiento este del 4,5%, nada de que estamos deteniendo la economía como andan diciendo por ahí algunos (CREA oral, México); Nada de echar la casa por la ventana con saraos faraónicos, sino fiestas recatadas y en tono familiar (Allende, Retrato); Y nada de joderlos con regaños ni vaticinios negros (Poniatowska, Noche).

20.3j Se distingue el esquema «algo o nada [adverbios] + adjetivo», en el que algo y nada son cuantificadores de grado que modifican al adjetivo y significan respectivamente ‘un tanto, ligeramente’ y ‘en absoluto’, del esquema «algo o nada [pronombres] + adjetivo», donde el adjetivo modifica a los pronombres indefinidos algo y nada. Así, la expresión algo raro corresponde a la segunda pauta en Hizo algo raro (es decir, ‘una cosa rara’), pero corresponde a la primera en Es un muchacho algo raro (es decir, ‘un tanto raro’). El mismo grupo sintáctico puede pertenecer a cualquiera de las dos en Este libro es algo raro, que admite la interpretación ‘Este libro es una cosa rara’, pero también ‘Este libro es un poco raro’. Esta diferencia entre el adverbio algo y su homónimo pronominal explica alternancias como Esta película es algo {inusitada ~ inusitado}, ya que algo es adverbio cuantificativo en la variante algo inusitada, pero pronombre neutro en la otra opción. Los indefinidos algo y nada son los únicos cuantificadores existenciales que funcionan como adverbios modificando a adjetivos (Estaba algo cansada), a adverbios (Era algo tarde) y a verbos (La película no le gustó nada), lo que se suele relacionar con el hecho de que funcionan además como pronombres neutros (§ 30.4b, g). Los demás cuantificadores existenciales (alguien, nadie, alguno, ninguno) carecen de ambas propiedades.

20.3k El indefinido algunos/algunas expresa la existencia de un número no elevado o no relevante de personas o cosas, es decir, de entidades que corresponden a la noción cuantificada: Vendió algunos retratos; Siente algunas molestias; Hizo algunos viajes; Alberga algunas dudas. Como se explicó en el § 20.1k, cuando los cuantificadores indefinidos se construyen sin complemento partitivo admiten a veces la interpretación partitiva encubierta o presuposicional, junto a otra no partitiva. Los ejemplos que se acaban de presentar corresponden a esta última, puesto que las entidades de las que se habla no se interpretan como extraídas de un conjunto supuesto de retratos, molestias, viajes o dudas. En la otra interpretación se establece una relación anafórica con ese conjunto supuesto (§ 20.1k), unas veces presentado en forma expresa y otras sobrentendido. Los ejemplos que siguen ilustran la interpretación partitiva de algunos/algunas: Dicen que sus novelas son muy buenas. Yo he leído algunas, pero no me gustaron; A algunos profesores no les llegó la convocatoria; Declararon culpables a algunos acusados; Juzgaban peligrosas algunas propuestas. Otras veces la construcción no es estrictamente partitiva, pero el grupo cuantificativo se interpreta a través de una relación entre la parte y el todo establecida con un grupo nominal previo, como en Examinó con atención el manuscrito. Algunos pasajes habían sido tachados, o en El jardín había sufrido con el invierno riguroso. Algunas plantas estaban como quemadas. Recuérdese que esta propiedad es característica de los cuantificadores indefinidos en general (por tanto, no solo de los existenciales). La concordancia de número y persona en las construcciones partitivas con alguno (como en Alguno de ustedes {debería ~ *deberían} intentarlo) se analiza en los § 16.3r y 33.9e-h.

20.3l Se comparan fácilmente las dos interpretaciones de algunos a las que se ha hecho referencia al considerar las oraciones Plantaron algunos árboles y Se secaron algunos árboles. Obsérvese que algunos admite la sustitución por algunos de ellos más claramente en la segunda, en la que predomina la lectura partitiva, que en la primera, en la que resalta la no partitiva. Se hizo notar en el § 20.1l que la interpretación no partitiva se obtiene de forma más clara si se alude a la manifestación, la presencia o la existencia de la noción que se cuantifica (Habían surgido algunas dificultades; Cayeron algunas gotas de lluvia; Llegaron algunas críticas). Aun así, en estos mismos contextos (llamados a veces presentativos) no se descarta necesariamente la otra interpretación, sobre todo si se introduce algún recurso focal (§ 40.4b), como en Llegaron algunas cartas, pero no todas. Se ha hecho notar repetidamente en la bibliografía sobre estas cuestiones que es difícil evitar la interpretación partitiva cuando los predicados introducen propiedades inherentes, estables o caracterizadoras de las personas o las cosas (§ 37.5b y ss.), como en Algunos escritores jóvenes son brillantes, donde se entiende ‘algunos de los escritores jóvenes’. Si los predicados introducen propiedades episódicas o transitorias, es más fácil obtener la interpretación no partitiva (Algunos escritores jóvenes tienen mucho éxito), aunque no se descarte la otra interpretación.

20.3m En combinación con sustantivos no contables, alguno indica una cantidad reducida de la magnitud que se cuantifica, mientras que ninguno expresa su inexistencia. Estos usos están en concurrencia con las construcciones pseudopartitivas encabezadas por algo y nada. Como se explicó, el hecho de que se obtengan alternancias con un poco parece dar a entender que este uso de alguno es más propiamente evaluativo que existencial. Se trata de alternancias como Todavía nos quedaba {algún dinero ~ algo de dinero ~ un poco de dinero}, o de las variantes negativas Ya no nos quedaba {ningún dinero ~ nada de dinero}. Los sustantivos de medida que en el § 12.5b se llaman acotadores o parceladores se usan con mucha frecuencia en contextos negativos, lo que da lugar a alternancias como No nos daba {ninguna esperanza ~ nada de esperanza ~ un ápice de esperanza}, como se ve en ¿Nunca le das a la gente un ápice de esperanza? (Quesada, Banana). He aquí otras alternancias similares a las mencionadas:

Se llevó una valija con {alguna ropa ~ algo de ropa ~ un poco de ropa}; No había en su actitud {ningún arrepentimiento ~ nada de arrepentimiento ~ un atisbo de arrepentimiento}; El viento soplaba con {alguna fuerza ~ algo de fuerza ~ un poco de fuerza}.

Se comprueba en estos contrastes que los contextos que permiten las alternancias son los que más claramente acercan los cuantificadores existenciales a los evaluativos. La mayor parte de las propiedades gramaticales de ninguno están en función de la sintaxis de la negación (§ 48.1c).

20.3n Las construcciones partitivas —sean explícitas o encubiertas— y los usos pronominales de los cuantificadores existenciales tienden a rechazarse con alguno cuando se trata de sustantivos que designan materias. No se dice, pues, *alguno del dinero que me mandaron, sino algo (o una parte) del dinero que me mandaron, o bien algún dinero, sin complemento partitivo. Resultan asimismo forzadas oraciones como *Ganó mucho dinero en la operación, y alguno lo invirtió en acciones, frente a … y una parte la invirtió en acciones. Los sustantivos no contables que se interpretan como conjuntos se adaptan mejor a estas estructuras, tanto al uso pronominal de alguno interpretado anafóricamente (Tenía mucha ropa, alguna muy elegante; Recibía bastante correspondencia, alguna de países remotos) como al que se construye con complemento partitivo:

El Presidente necesita abrir nuevos espacios y cambiar alguna de la gente que está vinculada al origen mismo de la crisis por haber estado en la campaña (Semana 16/7/1996); Era menos populista que alguna de la poesía de esos años (Edwards, Whisky); Los republicanos no quieren dar marcha atrás en los recortes aprobados. Sin embargo, alguna de la asistencia podría ser ahora restaurada (Nuevo Herald 9/2/1997); Contiene un registro de “temas diversos” que incluye alguna de la literatura escrita sobre el tema (Cancel, Mitos).

20.3ñ La combinación de alguno con sustantivos contables en singular presenta características especiales. Se diferencia del indefinido un(o) en que suele recibir la interpretación inespecífica. En esta pauta, alguno aparece casi siempre en contextos que no son factuales en sentido estricto, es decir, que no describen eventos individuales efectivamente acaecidos o estados de cosas presentes, reales o verificados. Este uso de alguno es particularmente frecuente en los entornos modales, o en general prospectivos, que suspenden la existencia real de las entidades de las que se habla. Destacan entre esos entornos los siguientes:

A. Oraciones construidas en futuro o condicional: Encontraré en el Ministerio algún amigo que nos ayude; Tal vez te gustaría leer algún diario.

B. Oraciones construidas con infinitivos de interpretación prospectiva: Pensé en visitar a algún nefrólogo.

C. Otras oraciones en las que intervienen adverbios o conjunciones de interpretación prospectiva: En cuanto haya alguna oportunidad…; Cuando reciba alguna oferta…

D. Prótasis de las oraciones condicionales: Si encuentras algún error…; De producirse algún accidente…

E. Oraciones que expresan hechos habituales o repetidos: En ocasiones escribe alguna carta; En verano siempre hace algún viaje; A veces me manda algún regalo.

F. Verbos y adverbios modales: Puedes hacer algún viaje; Alguna excusa tenía que darle; Debe de estar tomando café con algún conocido; Ha de haberlo puesto en algún cajón; Seguramente tiene algún problema.

G. Oraciones imperativas e interrogativas: Enciende alguna lámpara; ¿Has vendido alguna enciclopedia en todo este tiempo?

La referencia prospectiva puede estar determinada por un factor léxico, como el uso del verbo subrayado en discontinuo en el ejemplo Su crispación vaticina un ataque de epilepsia en algún remoto futuro (Azúa, Diario).

20.3o Es raro el empleo de alguno en ausencia de los contextos modales que se mencionan. Se prefiere, en efecto, marcadamente la primera de las dos opciones que se muestran en Ayer me puse {una ~ alguna} corbata roja. No obstante, se utiliza la construcción «alguno + sustantivo contable en singular» en contextos en apariencia puramente factuales, cuando se da a entender la existencia de una suposición o una hipótesis formulada por el hablante, en lugar de la simple constatación de un hecho. Cabría usar, por ejemplo, una secuencia como Ha entrado algún ladrón si el que habla sobrentiende un adverbio como probablemente, seguramente u otros de contenido similar (§ 30.11). Esta oración expresa, por tanto, un grado de certeza menor que Ha entrado un ladrón.

20.3p Muy similares a los contextos modales descritos son los que favorecen la presencia del cuantificador cualquiera, tal como se explica en el § 20.4o, ya que este último indefinido da lugar a alternancias como Te {llamará ~ *llamó ~ pudo llamar} cualquier amigo tuyo y otras similares que allí se analizan. Sin embargo, alguno en «alguno + sustantivo contable en singular» se diferencia de la pauta paralela con cualquier(a) en que admite un número mayor de contextos modales o irreales (especialmente, los indicadores de incertidumbre), como sugieren contrastes del tipo de Te llamó quizás {algún ~ *cualquier} amigo tuyo.

20.3q En función de los factores que se mencionaron en los § 20.3ñ, u, la pregunta ¿Conoces alguna forma de entrar aquí? podría recibir como respuesta natural Sí, conozco una forma de entrar. El uso de alguna en lugar de una en la respuesta resultaría chocante o sugeriría algún contenido irónico velado. No obstante, se utiliza «alguno + sustantivo contable en singular» en contextos no necesariamente coincidentes con los descritos, cuando adquiere el sentido de alguno que otro (aproximadamente, ‘contados, esporádicos, ocasionales’). Estos usos se caracterizan por presentar como irrelevante la especificidad del referente, e incluso su número, como en Alguna novela negra sí que he leído, pero no muchas; Recuerdo que vi su foto en algún diario; Lo enojó algún comentario que le hicieron, o en estos otros ejemplos:

Hizo alguna referencia casual a los ciclones lunáticos de junio (García Márquez, Amor); El dueño también resultó buena persona y nos dio alguna comida hasta llegar a la capital (Guevara / Granado, Viaje); Voltaire escribió alguna obra en inglés (Mundo [Esp.] 22/11/1994).

Los usos de alguno con sustantivos contables en singular en contextos factuales suelen ir acompañados de indicios explícitos de la incertidumbre del hablante que refuerzan el carácter inespecífico de la expresión cuantificativa, como en el siguiente texto: No sé cuándo ocurrió, fue al leer algún comentario periodístico o escuchar un programa de radio, o en No estaba en la pantalla ni en la platea sino en algún secreto paisaje de ella misma (Martínez, Evita).

20.3r Como se ha explicado, alguno alterna a menudo con alguno que otro y sus variantes (algún que otro, alguna que otra: § 19.4h) en los contextos a los que se hizo referencia en el apartado anterior. No obstante, este cuantificador complejo se usa tanto en los contextos factuales como en los no factuales, y tanto en la variante en la que el sustantivo o el grupo nominal precede a que (algún libro que otro, alguna ocasión que otra) como en la que lo sigue, más frecuente que la anterior (algún que otro libro, alguna que otra ocasión). Corresponden a la primera opción estos ejemplos:

Pese al esfuerzo de la Policía, hubo empujones y algún golpe que otro (País [Ur.] 4/3/2001); Me lo llevaba a comer fuera, al cine, a dormir a mi casa algún sábado que otro (Grandes, Aires); Parece ser que se entiende con algún pollo que otro (Cela, Colmena).

Pertenecen a la segunda estos otros:

Solo oía, a lo lejos, el mar y alguno que otro carro (Vargas Llosa, Tía); Solo me falta tomarle las huellas dactilares y alguno que otro dato sin trascendencia (Saguier, Zanja); Alguna que otra vez hablaba de su hermana (Bosch, Mañosa); Antes de partir arregló alguna que otra vara de la cerca (Alberto, Eternidad).

20.3s La variante uno que otro es de uso común en América. También en este caso puede el sustantivo preceder al segmento que otro, como en los ejemplos siguientes:

Apenas si Sofía lo había visto un domingo que otro, durante los últimos años (Carpentier, Siglo); No había peligro de que la cosa pasara de una broma que otra, conociéndose como se conocían (Martín Vigil, Defensa); Salvo una frase que otra [...] (Clarín 11/10/2000); Empezó también a enamoriscarse y a cada rato se dejaba caer por aquí una muchacha que otra (Vergés, Cenizas),

o bien seguirlo, como en estos otros:

El país se agitaba fuertemente dando lugar a una que otra algarada callejera (Chávez, Batallador); Me dijo que, exceptuando una que otra ciudad, en Latinoamérica era suficiente manejar veinte minutos para estar en el mundo rural (Paz Soldán, Materia); Lo escuchaba con paciencia, gastándole una que otra broma y diciendo que era un hombre de buena voluntad (Rivarola, Yvypóra); Una que otra vez vio al vejete posar risueño su mano sobre el vientre del ama (Faner, Flor).

20.3t A la noción de indefinitud, alguno añade la de indiferencia numérica, como se explicó en los apartados precedentes. Por esta razón, su significado en singular suele estar próximo a ‘al menos un(o)’. Así, mientras que en la oración Los periodistas le formularon una pregunta más se entiende que fue una sola la pregunta formulada, en Los periodistas le formularon alguna pregunta más se tiende a suponer que fueron varias las preguntas que se formularon. En Y hasta algún achuchón se llevó (Jiménez Lozano, Grano) se sugiere igualmente que pudieron ser varios los achuchones de los que se habla. Aun así, la denotación de pluralidad queda abierta en muchos de estos casos. De hecho, se usa a menudo este cuantificador como recurso retórico, en cuanto que permite sugerir que son varias las personas o las cosas a las que se hace referencia, aun cuando en la conciencia lingüística del hablante sea una sola: Después que se va algún invitado que le trajo algún problema […] (Wornat, Menem-Bolocco). Como los demás cuantificadores, alguno puede multiplicar el valor de una variable, como en Llegaron algunos regalos, con su correspondiente tarjeta.

20.3u Se explica en el § 15.2 que es muy estrecha la relación que existe entre los artículos indeterminados un/una/unos/unas, y los indefinidos, hasta el punto de que algunos gramáticos consideran que la clase gramatical que corresponde a los primeros debe integrarse en los segundos. El determinante unos/unas, que constituye la forma plural del artículo indefinido, no puede ser considerado un adjetivo que indique cardinalidad precisa o vaga. Se diferencia en este punto de los numerales, de las formas plurales de los cuantificadores evaluativos, del cuantificador varios, de las agrupaciones unos cuantos, unos pocos e incluso, en algunos contextos, de la forma algunos. Mientras que los elementos que se acaban de enumerar pueden aparecer como atributo de oraciones copulativas, esta posición no es admitida por unos en su empleo pronominal, como en Los problemas son {unos cuantos ~ *unos}. Se excluyen de esta generalización los usos de uno con el sentido de único, como en Esa razón y la que yo digo es una (ejemplo del DRAE, s.v. uno, na). A diferencia de otros muchos cuantificadores, unos no puede tampoco responder a la pregunta ¿cuántos? Así, como respuesta a la pregunta ¿Cuántos estudiantes había?, se admiten algunos, pocos, unos cuantos, varios e incluso uno, pero no unos.

20.3v La característica del indefinido unos/unas que se mencionó en el apartado anterior explica asimismo que no suela ocupar por sí solo la posición de complemento directo o de sujeto posverbal en construcciones en las que el sustantivo que restringe el dominio de cuantificación se encuentra dislocado en posición inicial: Profesores, asistieron {pocos ~ algunos ~ unos pocos ~ *unos}. Nótese que pocos es sujeto de asistieron en la primera opción, a diferencia de lo que sucede en los contextos de cuantificación flotante analizados en el § 19.10. Se exceptúan los casos en que el antecedente del indefinido es un sustantivo con plural inherente (§ 3.8f) o uno de los nombres de objetos dobles a los que se hace referencia en el § 3.8r, como en Y en cuanto a pantalones, hace tiempo que no me compro unos. La forma unos se admite más fácilmente como pronombre si está modificado por un adjetivo, una oración de relativo o un grupo preposicional dentro del grupo nominal que introduce, como en estos ejemplos:

Con lo que a mí me gustaban antes los muebles blancos, que aullaba por ellos, y ahora me gustan los antiguos… Ven que te enseñe unos que estoy envejeciendo yo misma con mis manos (Gala, Invitados); Era de unos que se fueron a vivir a Francia (Fuentes, Artemio); Allá nadie nunca había visto anteojos. En el arcón también había unos de armazón de oro que habían pertenecido no sé a cuál de mis abuelos gringos (Rodríguez Alcalá, Doma); Cortó unas flores azules y unas granates (Peña Muñoz, Locura).

El pronombre unos/unas no necesita modificadores si se encuentra en correlación inmediata con otros/otras, como en Todos los hombres son iguales. Aunque eso sí, unos más pillos que otros (Asenjo, Días). De hecho, la característica más marcada del indefinido unos/unas es la de no estar capacitado para efectuar una división de un conjunto contextualmente delimitado de elementos si no se encuentra de manera explícita en contraste con otros/otras.

20.3w En los usos que se acaban de mencionar, unos/unas retoma algún referente introducido en el contexto previo. Aunque no suele introducir construcciones partitivas (*unas de esas personas,*unos de ellos, *unas de mis hermanas), existen algunas excepciones. Casi todas tienen en común el hecho de que la coda no denote un conjunto específico cuya existencia se presupone, sino un conjunto de entidades no conocidas de las que se entresacan unas pocas para establecer alguna evaluación, como en Estos son unos de los principales grupos de factores de crecimiento (factores de crecimiento peptídicos) que regulan el desarrollo cerebral (Cassís, Evaluación). Estas condiciones gramaticales se dan especialmente en las construcciones superlativas. La estructura es mucho más frecuente en el español americano que en el europeo:

Consiguió unos de los mejores registros de la temporada (Nación [C. Rica] 2/11/2000); Han sido también unos de los más contaminados (Vásquez, Ecología); La escalada de ataques con bombas de la guerrilla se sumó a los combates y ataques que se registraron el fin de semana, unos de los peores de los últimos meses (Nacional 5/9/2000).

 

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