Sintaxis

18. Los posesivos

18.7 Alternancias de presencia y ausencia de posesivos

18.7a El artículo definido se utiliza en español para expresar posesión en contextos en los que en otras lenguas aparecería un posesivo en lugar del artículo. En los § 14.7f-r se señaló que en la distribución del artículo posesivo es necesario considerar los siguientes factores:

A. Las propiedades léxicas de los sustantivos.

B. Las propiedades léxicas de los verbos que intervienen en la construcción.

C. La posición que ocupan tanto el posesivo como su antecedente en la oración, así como la función sintáctica de este (sujeto, complemento directo o indirecto).

En esta sección se describe de qué modo influyen estos tres factores básicos en la distribución de artículo y posesivo para expresar la posesión. Se pondrá especial énfasis en los casos en que tanto uno como otro son posibles, y en las diferencias de significado que se obtienen.

18.7b Como se observó en el § 14.7f, las construcciones en las que se utiliza el artículo para expresar posesión se denominan de posesión inalienable porque lo poseído no se puede enajenar, como en los siguientes ejemplos:

Un medio extravagante para deshacerse de todo el pasado, diría yo… —Regine cierra los ojos y sonríe con un aire doctoral (Monegal, Jardín); Entra el jefe de la gendarmería con un platón de agua. El gobernador se lava las manos (Leis Romero, Sol).

En la mayor parte de los casos citados se opta por el artículo frente al posesivo. Así, se prefiere claramente Se metió la mano en el bolsillo a Metió su mano en su bolsillo; Se me taponaron los oídos a Se me taponaron mis oídos; Se quitó la chaqueta a Se quitó su chaqueta, Le sangra la nariz a Le sangra su nariz. Son inusitadas en español oraciones como *Me duele mi cabeza o *Mi cabeza duele (frente a Me duele la cabeza) o *Sufre de su pulmón (frente a Sufre del pulmón).

18.7c Si el sustantivo está modificado por algún adjetivo calificativo, el posesivo sigue siendo posible, y aun preferible en muchas ocasiones si no se desea alterar el significado, como en Abrió sus grandes ojos; Movía su pesada cabeza a uno y otro lado; Su pierna dolorida le impedía caminar, o en los siguientes ejemplos:

Traía todavía su venda, que le cubría parte de la cara; pero dejaba ver su enorme boca, armada de dientes agudos y blancos (Altamirano, Zarco); Empecé a peinar mi hermoso pelo (López, W., Vine); El escuálido adolescente permaneció frente a él, mirándolo a los ojos con sus serenos ojos color de almíbar (García Márquez, Cien años); Carlitos pudo continuar con menos tropiezos y explicarles, por ejemplo, que la mano de Dios, o tu divina mano, Natalia, […] se ha fijado hasta en los detalles menos conocidos de esta historia (Bryce Echenique, Huerto).

18.7d Atendiendo al punto A18.7a), los sustantivos que pueden aparecer con el artículo posesivo son los que denotan partes del cuerpo (cabeza, cara, mano, ojos, pies), lo que se ajusta de modo estricto a la noción de posesión inalienable (§ 14.7f-l). Aceptan también el artículo posesivo los sustantivos que designan objetos de la esfera personal (casa, coche, paraguas, pantalones, reloj, etc.), pese a que estos representan manifestaciones de la posesión alienable, es decir, designan objetos materiales que se pueden enajenar. Por último, se combinan con el artículo posesivo los sustantivos que denotan acciones corporales y sus efectos (mirada, sonrisa…), así como ciertas facultades o capacidades (ánimo, ilusión, memoria…), como en Yo creo que no la llamarán nunca, pero ¿quién le quita la ilusión? (Vázquez, Á., Juanita Narboni).

18.7e En lo relativo al punto B18.7a), debe resaltarse que el artículo con valor posesivo es típico de las construcciones con verbos que denotan movimientos naturales o característicos, como en abrir la boca, cerrar los ojos, ladear la cabeza, levantar la mano, etc., especialmente en presencia del llamado dativo simpatético o posesivo35.7f-q), que se marca con subrayado discontinuo en los siguientes ejemplos:

Por efecto del cansancio que me produce la claridad que entra por el ventanal, se me cierran los ojos (Montaño, Cenizas); Al oírse llamar Orlando, cosa muy extraña, no se le heló la sangre. Ni se le aceleró el pulso, ni empalideció (Chavarría, Rojo); —¡Cómo se me abre la boca! —dice cada cinco minutos (Mihura, Memorias).

En estos ejemplos, el posesivo no puede sustituir al artículo posesivo: *Se me cierran mis ojos; *Se le heló su sangre, etc.

18.7f La relación de posesión inalienable se puede extender a otros verbos transitivos, como en enseñar las piernas, ocultar el rostro, meter el pie o los ejemplos que se presentaron en el § 14.7f. Con verbos de otros tipos puede perderse esa relación y presentarse los objetos como externos al individuo o independientes de él, como en Dibujó la mano, por lo que se usa el posesivo en lugar del artículo definido si se quiere denotar posesión. Así, se da un contraste entre Levantó la mano, con verbo que expresa un movimiento natural y artículo de interpretación posesiva, y Miró la mano, donde no se da la relación de posesión inalienable. El posesivo es, pues, necesario en caso de que se quiera expresar que la mano pertenece a la persona denotada por el sujeto tácito: Miró su mano.

18.7g El dativo simpatético puede establecer la conexión que el artículo no marca por sí solo, como en Se miró la mano, por lo que de nuevo el posesivo es superfluo y resulta redundante (Se miró su mano). Como se ve, existen en estos casos dos opciones para denotar posesión inalienable: el posesivo (Miró su mano) y el dativo simpatético con artículo (Se miró la mano). Como levantar pertenece al grupo de verbos que expresan movimientos naturales, esta última opción es la única posibilidad con él (Levantó la mano), las otras se consideran forzadas. Aun así, del que usa una de sus manos para levantar la otra, que está inerte, se diría con naturalidad Levantó su mano (o … su propia mano). A pesar de que su mano se refiera a una parte del cuerpo de la persona designada por el sujeto de levantar, el hecho de que esté inactiva la asimila a lo que está fuera de él. Por influencia del quechua y del aimara, se registran ampliamente las variantes sin artículo (Levantó su mano; Le tiemblan sus rodillas; Lávale su carita) en las regiones andinas en las que estas lenguas están en contacto con el castellano. Sobre el efecto de la pasiva en estas construcciones (La mano fue levantada por Juan), véase el § 14.7m. Con sustantivos que designan objetos de la esfera personal (en el sentido de ‘cosas que es normal poseer’), se usa el artículo en alternancia con el posesivo, como ya se señaló, pero más frecuentemente con unos verbos (Perdió el reloj; Pintó la casa) que con otros (Arregló el reloj; Quemó la casa).

18.7h El tercer factor de los señalados en el § 18.7a es la posición que ocupan tanto el posesivo como su antecedente en la oración, así como la función sintáctica del antecedente (sujeto, complemento directo o indirecto). La aparición del artículo posesivo está sometida a restricciones de contigüidad semejantes a las de los pronombres reflexivos, pues, como se señala en los § 14.7m-ñ, el antecedente del artículo suele estar en su misma oración cuando establece relaciones asimilables a las reflexivas. Además, el antecedente puede ser el sujeto (Berta levantó la mano) si el artículo con valor de posesivo se halla en el complemento directo, pero también puede ser un dativo átono si el artículo encabeza un grupo nominal definido en función de sujeto (Le duele la mano) o de complemento directo (Le curaron la herida). Se registran en México y Centroamérica variantes de estas construcciones con posesivos que duplican el complemento indirecto, como en Se le llenaron sus ojos de lágrimas. Véanse también los § 35.7f y ss.

18.7i La alternancia de artículo y posesivo es libre con muchos verbos transitivos y objetos directos abstractos:

Pagó con {su ~ la} vida; Sacrifican {su ~ el} futuro; Recobrará {sus ~ las} fuerzas; Lo conservo en {mi ~ la} memoria.

En algunos casos en los que son posibles las dos opciones, se percibe mayor intención enfática en la variante con posesivo, en especial si el hablante desea marcar la independencia de una determinada parte del cuerpo con respecto del resto del individuo, o bien la facultad o la capacidad denotada por el sustantivo, lo que puede tener consecuencias estilísticas. Las alternancias se dan igualmente entre la variante con «dativo… artículo determinado» (Le brillaban los ojos en la oscuridad) y la opción con posesivo átono (Sus ojos brillaban en la oscuridad).

18.7j Al igual que existen locuciones verbales que contienen posesivos reflexivos (§ 18.6e-h), existen expresiones idiomáticas o semiidiomáticas que contienen artículos determinados interpretados como posesivos. Así, con el verbo perder se distinguen las expresiones idiomáticas Perdió el equilibrio (‘Perdió la estabilidad’) o Perdió el conocimiento (‘Se desmayó) de las no idiomáticas Perdió su equilibrio (‘Perdió su mesura, su sensatez’) o Perdió su conocimiento (‘Perdió su información, sus saberes’).

18.7k En la lengua coloquial se omiten a menudo los posesivos con algunos sustantivos de relación precedidos de un artículo indefinido: amigo, colega, compañero, pariente, vecino, etc. Es habitual que sea un pronombre dativo el que proporciona la referencia del posesivo omitido. Así, en Me lo advirtió un vecino se entiende ‘mío’, que concuerda en rasgos de persona con me; en Se lo advirtió un vecino, se entiende ‘suyo’, que lo hace igualmente con se. A la misma pauta corresponde la oración Te podría ayudar un compañero, donde se entiende ‘tuyo’. Otras veces es el sujeto el que proporciona dicha referencia, como en Marta fue a visitar a un pariente (es decir, ‘a un pariente suyo’); Escribí el trabajo con la colaboración de un colega (se entiende ‘mío’), o en Ha recibido una donación o ha heredado de un familiar (Mundo [Esp.] 7/2/1995), donde se entiende ‘suyo’.

18.7l Se observa con cierta frecuencia en el español coloquial europeo (y solo esporá dicamente en el americano) que en las construcciones del tipo «grupo nominal + [de + grupo nominal]» se adelanta un posesivo del segundo grupo al primero. La primera variante de los pares que siguen es común a todas las áreas hispanohablantes; la segunda responde a los usos restringidos que se mencionan:

el color de tus ojos ~ tu color de ojos; el dedo de mi pie ~ mi dedo del pie; la funda de mis gafas ~ mi funda de las gafas.

Se ejemplifica la variante con posesivo inicial a continuación:

Es con mucho el que mejor le sienta a tu color de ojos (Bermejo, Lucevan); Tengo dos partidos más aún y trataré de dar lo mejor y ver qué pasa con mi dedo del pie (Mundo [Esp.] 9/11/2008); Al abrir el bolso se vio que el referido champú era mi funda de las gafas (Diario Montañés 18/12/2008).

La interpretación semántica de esta variante no es la que corresponde a un grupo nominal con un complemento restrictivo, que carecería de sentido en esta pauta (‘mi funda relativa a las gafas’), sino la que corresponde a la primera variante, es decir, aquella en la que el posesivo modifica al sustantivo del segundo componente (ojos, pie, gafas). Cabe pensar que, en los casos en los que el segundo sustantivo se construye sin artículo, la presencia del posesivo esté influida por alternancias como mi número de teléfono ~ el número de mi teléfono. Aun así, la diferencia fundamental entre esta construcción y la anterior radica en que el complemento preposicional de esta última alterna con un adjetivo (mi número telefónico).

18.7m Se emplean en muchos países sin posesivos los sustantivos papá y mamá, como en Mamá dice que vayas. El uso de padre y madre, así como de abuelo y abuela, en estos contextos se asocia hoy en España con el habla rural:

En esa casa todos están enfermos. Mamá dice que no me puedo acercar ni a la baranda (Naranjo, Caso); Madre parecía muy contenta aquella mañana (Fernández Cubas, Altillos); Papá tenía dinero, vos no eras pobre (Canto, Ronda); Recuerda lo que dijo padre (Ariaz, Radiofonismo); Abuela no sé qué dice (Giardinelli, Oficio).

Este uso está restringido discursivamente, pues a menudo solo se omite el posesivo si el que habla se dirige a un familiar directo. Aun así, existen diferencias entre los países hispanohablantes en lo relativo a este punto.

18.7n Una de las funciones del adjetivo propio es enfatizar la significación del posesivo en su interpretación reflexiva, como en Se ocupa de su propia empresa. Aun así, este adjetivo puede usarse sin posesivo para denotar pertenencia o posesión. Se emplea propio como adjetivo equivalente a de uno, por tanto, en contextos genéricos. En este uso suele aparecer precedido del artículo:

Las injusticias nacen siempre de la culpa de otros y nunca de las propias responsabilidades (Casares, Dios); Todo arte es una evasión de la propia realidad (Adoum, Ciudad); Asumir el propio dolor es hacer de él rabia y furia (Panero, Lugar).

18.7ñ También alternan su y el propio (con sus variantes de género y número) en grupos nominales. Se ilustra a continuación la pauta «artículo + sustantivo + propio»:

Los grandes y señores, a más de la mujer propia, podían tener un corto número de concubinas (Velasco, Historia); La historia esa repleta de vigilancias al Athletic en San Sebastián para ratificar el éxito propio o para festejar el fracaso ajeno (País [Esp.] 20/6/2003); No hay que permitir nunca que nos pille el frío: debemos conservar el calor propio, procurar que no se escape antes de venir la tiritona (Faus, Andar).

Finalmente, se usa propio (antepuesto o pospuesto) en alternancia con el posesivo y sin artículo en pares como Lo mató en {su defensa ~ defensa propia}; Trabaja por {su cuenta ~ cuenta propia}; Lo digo por {mi experiencia ~ experiencia propia} y otros igualmente lexicalizados o semilexicalizados. A la variante con propio y sin posesivo corresponden los textos siguientes:

Muñoz Cano se movía, según confesión propia, arriba y abajo, nervioso y lleno de oscuros presagios (Bolaño, Estrella); Por decisión propia, mi estudio era lo más parecido que podía encontrarse a la cabina de una nave espacial (Asensi, Origen); Era una autómata sin vida propia (Palou, Carne).

Para otros significados de propio, algunos relacionados con los usos descritos, véanse los § 13.11ñ-t y 16.4.

 

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