Sintaxis

30 El adverbio y el grupo adverbial

30.11 Adverbios oracionales (II). Adverbios del enunciado

30.11a Los adverbios del enunciado —tercero de los grupos introducidos en el § 30.10a— se centran en el contenido informativo del mensaje, frente a los examinados en los apartados anteriores. Existen numerosas clasificaciones de los adverbios de este grupo. Las subclases que se mencionan a continuación recogen los rasgos fundamentales de esas agrupaciones, pero algunos autores eligen otros términos para denominarlas o agrupan sus contenidos de forma distinta:

A. Evaluativos

B. Modales o modalizadores

C. Evidenciales

30.11b Los adverbios del grupo A manifiestan una valoración —positiva o negativa— del hablante respecto del contenido proposicional de lo enunciado. Pertenecen a este tipo lamentablemente, por suerte o curiosamente, entre otros. Los del grupo B relativizan la veracidad o la falsedad del contenido proposicional en función de ciertos factores externos. Entre estos adverbios están posiblemente, tal vez o necesariamente. Por último, los del grupo C refuerzan unas veces la aserción y la mitigan otras. Estos adverbios presentan la veracidad o la falsedad del contenido proposicional como evidente (naturalmente, sin duda) o como hipotética (al parecer, por lo visto, supuestamente, aparentemente). Los numerosos estudios que existen sobre estos adverbios ponen de manifiesto que los límites entre los grupos B y C son variables. Para unos autores, el término evidenciales debe extenderse también a los adverbios del grupo B; otros entienden que el término modales no corresponde únicamente al B, sino a los tres grupos en conjunto. En cierto sentido —y simplificando algo las relaciones semánticas pertinentes—, podría decirse que los tres tipos de adverbios del enunciado cubren las posibles actitudes del hablante hacia lo dicho: refuerzan o atenúan la aserción (evidenciales), la dejan en suspenso (modalizadores) o la valoran (evaluativos).

30.11c Los adverbios del enunciado muestran resistencia a aparecer con modalidades oracionales no enunciativas. Son pues, anómalas, secuencias como *Posiblemente, ¿está enamorada? o *Naturalmente, dejemos así las cosas. Tampoco pueden caer dentro del ámbito de un operador (§ 48.1b), ya que no son internos al grupo verbal. La irregularidad que se percibe en *¿Les llegó la noticia posiblemente? es, desde este punto de vista, análoga a la que se obtiene en *La noticia no les llegó posiblemente (sin pausa ante el adverbio). Se retoma este punto en el § 42.1n. Dentro de los adverbios del enunciado, los evaluativos son externos a la predicación y aparecen precedidos o seguidos de pausa, como en Todo terminó, lamentablemente, salvo cuando son modificadores suboracionales, como en una obra lamentablemente inconclusa. Cuando la pausa no está presente, pasan a ser adverbios internos al grupo verbal y dejan de interpretarse como adverbios del enunciado (Todo terminó lamentablemente). Solo en este último caso pueden caer dentro del ámbito de un operador, como la interrogación: ¿Terminó todo lamentablemente?

30.11d Se han observado algunas excepciones a la generalización introducida en el apartado precedente. En primer lugar, algunos adverbios que expresan modalidades oracionales pueden interpretarse como predicados de toda la proposición. El que pregunta ¿Por quién vas a votar probablemente? inquiere lo mismo que el que demanda ¿Por quién es probable que vayas a votar? En segundo lugar, los adverbios de duda, que suelen considerarse adverbios del enunciado, pueden tener un ámbito menor que la interrogación y mayor que la proposición. En ¿Se besaban tal vez? (Mujica Lainez, Bomarzo), se pregunta si acaso es cierto algo, y lo mismo sucede en ¿Qué diablura se te ocurre? ¿Estás enamorada quizás? (Valera, Pepita Jiménez). Estos adverbios muestran mayor resistencia a aparecer en entornos imperativos o en el ámbito de los verbos realizativos (§ 42.2c), en los que no pueden ser interpretados (*Ven tal vez).

30.11e Los adverbios evaluativos (grupo A en el § 30.11a) son atributos oracionales. El que dice, en efecto, Afortunadamente, todo se pudo arreglar atribuye la propiedad de ser afortunado al hecho de que cierto problema tuviera remedio. Con estos adverbios se suelen ponderar las consecuencias favorables o desfavorables de alguna situación. Expresan valoración positiva afortunadamente, felizmente, milagrosamente, por fortuna, por suerte, etc.; manifiestan, en cambio, valoración negativa desafortunadamente, desgraciadamente, tristemente, por desgracia y otros similares. Estos adverbios se suelen considerar factivos25.3r) en cuanto que presuponen la certeza de la proposición sobre la que inciden. Como otros muchos adverbios oracionales, aparecen en posición inicial, pero también en incisos o en posición final:

Felizmente, tengo un remedio que nunca me falla (Vargas Llosa, Cuadernos); Este método, ideal para el diagnóstico, tiene, desgraciadamente, muy pocas aplicaciones en clínica (Marañón, Manual); El resultado de una empresa no está en el “éxito” cuantificable en términos mercadotécnicos o neoliberales, afortunadamente (Vistazo 19/6/1997).

30.11f La locución adverbial por suerte no significa ‘por casualidad’, sino ‘afortunadamente’ (es decir, ‘porque la fortuna es o fue buena’). Los adverbios que se relacionan con el concepto de ‘azar’ (casualmente y las locuciones por casualidad y por un casual, la última usada en el habla coloquial de España) se asimilan a los adverbios evaluativos del grupo anterior. Aun así, algunas de sus características los aproximan a los adverbios de duda (§ 30.11i y ss.), entre ellas la facilidad con la que aparecen en oraciones interrogativas: ¿Su nombre no empezará, por casualidad, con la letra C? (Martín Gaite, Cuarto). El DRAE define, en efecto, la noción de ‘casualidad’ por exclusión de dos extremos (‘Combinación de circunstancias que no se pueden prever ni evitar’), lo que la vincula con el concepto de ‘incertidumbre’. Estos adverbios (por suerte, por casualidad, afortunadamente) se diferencian de los de duda en que no son focales (cf. quizá el martes) y en que no suelen ser apropiados para contestar preguntas de sí/no: —¿Vendrás a la fiesta? —Quizá. Aunque el sustantivo acaso significa ‘casualidad’, el adverbio acaso30.11i) denota duda, más que azar.

30.11g Existen adverbios evaluativos que no se centran en el enjuiciamiento, positivo o negativo, que hace el hablante, sino más bien en la medida en que el enunciado satisface sus expectativas sobre lo que sucedió, sucede o puede suceder. Entre los numerosos adverbios que expresan este tipo de valoración están asombrosamente, curiosamente, extrañamente, inconcebiblemente, increíblemente, inexplicablemente, irónicamente, lógicamente, naturalmente, paradójicamente y sorprendentemente. Se ilustran, a continuación, algunos de ellos:

El hecho de que nadie crea en la realidad de los sustantivos hace, paradójicamente, que sea interminable su número (Borges, Ficciones); La cocina, sorprendentemente, estaba ordenada y limpísima (Gala, Pasión); Asombrosamente, los muchachos siguieron dormidos (Mujica Lainez, Escarabajo); La sentencia, curiosamente, venía a resaltar, resultando y considerando mucho, que el vendedor no parecía haber obtenido ningún beneficio (Sánchez Ostiz, Infierno).

30.11h En el § 42.1a se caracteriza la modalidad como la manifestación de la actitud del hablante hacia el contenido de los mensajes. Los adverbios modales (grupo B en el § 30.11a) supeditan la veracidad de las proposiciones a ciertos factores externos. Estos adverbios expresan contenidos relativamente similares a los que manifiestan los auxiliares modales. Así, posiblemente es un adverbio modal epistémico de forma similar a como poder28.6) es un auxiliar modal epistémico. Las oraciones Posiblemente, las cosas son así y Las cosas pueden ser así expresan (en uno de los sentidos de esta última oración) el mismo significado. La redundancia que se produce a menudo al combinar adverbios modales y verbos modales (como en No ha de ser necesariamente así) se examina en el § 28.1v.

30.11i Los adverbios y las locuciones adverbiales modales epistémicas se asocian con la verosimilitud, la posibilidad y la incertidumbre. En este grupo se inscribe asimismo la clase tradicional de los adverbios de duda: quizá(s), tal vez, a lo mejor (o a la mejor), acaso, lo mismo, igual, entre otros. Se ilustran a continuación algunas de estas expresiones:

¿Su sobrino ha borrado acaso los recuerdos que debían haceros siempre querido de él? (Gómez Avellaneda, Novelas); Aunque tal vez fuese él mismo quien, en última instancia, podría necesitar un apoyo de otra clase (Donoso, Elefantes); Porque, a la mejor, lo que Dios quiere es que yo me quede soltera (Castellanos, R., Eterno); Cabía preguntarse si necesitaba más una madre que una compañera, pero quizá buscaba las dos cosas (Millás, Mujeres); Si me compro un vestido, igual no hace día como para ir con abrigo (Grandes, Aires); Lo mismo un tío fogoso te la corta (Pombo, Héroe).

El adverbio dudosamente corresponde también a este paradigma cuando significa ‘con dudas’, como en […] en el tratado De vita contemplativa, dudosamente atribuido a Filón (Reyes, Filosofía), pero no tan claramente cuando expresa otras formas de imprecisión: […] cuya silueta se recortaba dudosamente contra el azul cobalto del cielo (Cercas, Velocidad).

30.11j Se usa como adverbio de duda en muchos países americanos la voz capaz:

—¿Y si es de mentiras? —¿Capaz le gusta a usted mentir siempre?… —Yo no le miento a nadies (Bryce Echenique, Julius); Ni cuenta me di que lo sacó de mis chunches, si no capaz le doy un su grito (Flores, Siguamonta).

Se emplea asimismo capaz como atributo de las oraciones copulativas, por tanto con valor adjetival (‘posible, probable’), como en estos ejemplos:

Está bien, no, y es capaz que le aviso y vengo y igualito la tiene en blanco (CREA oral, Venezuela); “[…] si no lo hacemos nosotros es capaz que fracase el sistema”, indicó (Proceso [Hond.] 16/1/2009).

La expresión capaz que, frecuente en el español americano, podría interpretarse como resultado de elidir el verbo es. En otros contextos, capaz que se asimila más claramente a una locución adverbial:

Al padre no le va a gustar que sepas de sexo o mires revistas o hagas nada. Capaz que se lo dice a Mami y a Tía Ele (García Ramis, Días); Y si viene de nuevo, capaz que no lo conocemos y hasta le tomamos el pelo (Sábato, Héroes).

No se admiten en esta construcción más tiempos que el presente: {Es ~ *Fue} capaz que… Se rechazan asimismo los adverbios de grado, con cópula o sin ella: Capaz que te llaman ~ *Muy capaz que te llaman, etc. Sobre el uso de por ahí como adverbio de duda, véase el § 17.8i.

30.11k Los adverbios de duda se consideran epistémicos porque expresan la posibilidad de que se dé una determinada situación. La oración Quizá está enfermo admite paráfrasis aproximadas como ‘Cabe la posibilidad de que esté enfermo’, tal como se deduce de la definición de quizá que proporciona el DRAE. Aunque el adjetivo posible se construye con subjuntivo cuando constituye el atributo de una subordinada sustantiva (Es posible que lo {*sabe ~ sepa}), el adverbio posiblemente admite los dos modos en el verbo al que modifica, al igual que quizá:

Originan una alteración en la comercialización de la carne […] y posiblemente afectan a la coloración del músculo (Raunelli, Genética); […] alguna modificación de última hora que posiblemente afecte al número de parcelas sujetas a convenios de explotación con empresas (País [Esp.] 2/2/1989); Algo la impulsa a beber, pero quizá tiene miedo (Belbel, Elsa); Incorporé tus comentarios y quizá tenga algo (Campanella/Castets, Hijo).

Sobre la diferencia de interpretación que se obtiene en estos casos, véase el § 25.14i.

30.11l Posiblemente y quizá no se excluyen en oraciones interrogativas, a diferencia de otro tipo de adverbios del enunciado (recuérdese el § 30.11d). También coinciden estos adverbios en que ocupan posiciones similares en la oración: todas las que se mencionaron en los § 30.10g y ss., sin excluir la inicial:

Posiblemente la marihuana reduce la iniciativa e insistencia del joven cuando este ha sido rechazado por una muchacha (Barrera/Kerdel, Adolescente); Quizá el tono sencillo del músico, la seguridad que da el dominio de un oficio sin vanagloriarse por ello, conquistaron el talante huraño del viejo (Zaldívar, Capablanca).

El adverbio seguramente no denota tanto seguridad como probabilidad alta, por lo que se agrupa más claramente con quizá o posiblemente que con necesariamente, con seguridad y otros que se describirán en el apartado siguiente: Pero éramos pobres, los dos. Y yo más que él, seguramente (Orgambide, Otero).

30.11m Los adverbios y las locuciones adverbiales que manifiestan la modalidad denominada deóntica42.1h) supeditan la veracidad de las proposiciones a condiciones externas relativas a la necesidad, la obligación u otros factores de naturaleza normativa o impositiva: necesariamente, obligatoriamente, indefectiblemente, con seguridad, por narices, sin remedio, pese a quien pese, a pesar de los pesares, de cajón o de todas todas. Pertenecen a este grupo otros adverbios más restringidos geográficamente, como impajaritablemente7.10q) e impepinablemente, usado en España:

Se van sin remedio: ya no pueden sostenerse un día más (Galdós, Episodios); Son blues, valses, canciones dulzonas en que el leitmotiv es —indefectiblemente— el cielo azul de la noche, la luz de la luna y el dulce corazón (Jardiel, Exceso); […] obedeciendo al principio de que si las cosas han de ser obligatoriamente de una cierta manera no pueden ser de otra, aunque en realidad lo sean (Muñoz Molina, Ardor); Me gusten o no me gusten, por narices que me los voy a leer (Lindo, Tinto); Es decir, que de todas todas nos cuerna el toro (Careaga, Teorema); Después, impepinablemente intentan sonsacarme quisicosas políticas (Mundo [Esp.] 7/2/1995); […] sabedor en carne propia, que todos los gobiernos, como el suyo, la vienen pagando impajaritablemente (Mercurio [Ec.] 31/3/2006).

30.11n Una de las características más notables de los adverbios del enunciado, pero sobre todo de los grupos B y C30.11a), es que pueden convertirse en adverbios de foco, de tal manera que la posibilidad o la necesidad que expresa el enunciado recae sobre uno de sus componentes. Nótese que la oración Probablemente, Luisa irá a esquiar a Sierra Nevada con Manuel es ambigua en un sentido similar a como lo son muchas de las examinadas en los § 40.5-9. Se puede indicar con ella que lo probable es que esa situación llegue a darse, pero también que sea Manuel la persona con quien vaya a esquiar Luisa en Sierra Nevada. El adverbio de modo puede aparecer, de hecho, contiguo al foco, como en Luisa irá a esquiar a Sierra Nevada, probablemente con Manuel. Los adverbios de duda muestran, asimismo, comportamientos característicos de los adverbios de foco. Así, la oración causal subrayada en Quizá me ocurre eso porque me hago mayor se interpreta como foco de quizá. Se muestran a continuación algunas citas que contienen adverbios modales con focos contiguos (se subrayan estos últimos con trazo discontinuo):

Cuenta con el respaldo de grupos de centro y posiblemente de derecha (País [Esp.] 5/5/1976); Parece que finalmente se colocará la escultura, pero seguramente en otro emplazamiento (Vanguardia [Esp.] 30/7/1995); Pardo —quizás por primera vez en su vida— recibió la noticia sin pasarla por el filtro de la duda (García Márquez, Noticia).

Se analizan otras relaciones entre los adverbios modales y los adverbios de foco en los § 40.5-9.

30.11ñ En el § 28.7 se explica que los auxiliares modales se interpretan de forma diversa en relación con el ámbito de la negación. Los adverbios modales reproducen en parte esta pauta. Así, los que expresan posibilidad quedan fuera de su alcance, como en No vendrá, probablemente (=‘Es probable que no venga’), mientras que los que denotan necesidad u obligación pueden caer dentro de su ámbito, como en No has de ir necesariamente (=‘No es necesario que vayas’), con las restricciones que allí se indican.

30.11o Mientras que los adverbios del grupo B30.11a) suspenden la asignación de un valor de verdad a la proposición a la que modifican, los llamados evidenciales (grupo C) intensifican o atenúan la fuerza de lo que se asevera. Hacen lo primero ciertamente, efectivamente, evidentemente, incuestionablemente, indiscutiblemente, indudablemente, naturalmente, realmente, seguramente, obviamente y verdaderamente, así como las locuciones con (toda) seguridad, de veras, de verdad, desde luego, en efecto, en verdad, por supuesto, sin duda. En cambio, atenúan, suspenden o matizan la veracidad de la proposición aparentemente, hipotéticamente, presumiblemente, presuntamente, supuestamente, teóricamente, virtualmente. Entre las locuciones adverbiales de este último grupo, cabe mencionar a lo que parece (o por lo que parece), al parecer, en apariencia y por lo visto entre otras. Como los adverbios modales, también los evidenciales pueden incidir sobre un segmento menor que la oración. Se presentan a continuación algunos ejemplos de adverbios pertenecientes a los dos grupos mencionados en este apartado:

Teóricamente, más de la mitad de los cadetes de la primera deberían ser llevados ante el Consejo de Oficiales (Vargas Llosa, Ciudad); […] determinado programa de la TV, aparentemente periodístico o informativo (Quezada, Mensaje); Reptaban sombras confusas, tan poco humanas en apariencia que era difícil identificarse con ellas (Saer, Lugar); […] aunque se queden con un Don Quijote convencional, supuestamente idealista y efectivamente loco (Torrente Ballester, Discurso).

30.11p Casi todos los adverbios evidenciales, y muchos de los modales, pueden usarse para responder preguntas:

—¿Los conoce? —Por supuesto, —respondió Doazan, malhumorado (Mujica Lainez, Escarabajo); —¿Se refiere a los civiles y a los militares? —Evidentemente (Torrente Ballester, Pepe Ansúrez).

Este es uno de los rasgos que hacen pensar hoy a algunos autores que la clase tradicional de los adverbios de afirmación puede verse como un subgrupo de los evidenciales. En efecto, cuando se responde con evidentemente a una pregunta disyuntiva o de o no42.6b), como en la cita de Torrente Ballester, se entiende que la respuesta es afirmativa, pero se dice además que es evidente que ello sea así. En el § 30.3o se vio que ciertos adjetivos adverbializados (natural, seguro, claro) admiten este mismo uso.

30.11q El adverbio posee propiedades en común con los adverbios modales, con los evidenciales y también con los de foco. Con el adverbio se selecciona, en efecto, una de las dos opciones de las preguntas disyuntivas, como en —¿Tienes hambre? —Sí. Para interpretar la respuesta es necesario acudir a un vínculo anafórico con el texto precedente. No obstante, solo algunos autores entienden que este hecho fuerza un proceso de elipsis. Es también polémica la cuestión de si en el ejemplo de Torrente Ballester al que se acaba de hacer referencia debe interpretarse la respuesta como «Evidentemente Ø», donde Ø representaría la información que contiene la pregunta. Se ha aducido como argumento a favor de este análisis el que la interrogación indirecta requiera de la información omitida en forma de oración subordinada, como en Le preguntó si conocía a ese hombre y ella contestó que claro Ø [donde Ø =‘que lo conocía’]. Esta última propiedad se extiende a los adverbios del tipo B, así como a algunos del tipo A, lo que permite que tengan sentido secuencias como Contestó que probablemente o como las oraciones siguientes:

Sin apartar los ojos de la pantalla, Tánger preguntó si eso les obligaría a interrumpir la búsqueda. Coy respondió que tal vez (Pérez-Reverte, Carta); A la pregunta de si lo está también para tratar pacientes que hayan sufrido ataques con armas químicas o bacteriológicas, comenta que por supuesto (Razón [Esp.] 1/4/2003).

Sin embargo, los adverbios de afirmación se emplean en otros muchos contextos, como se verá en los apartados siguientes, en los que no es del todo evidente que a cada información omitida deba corresponder un segmento nulo. Cuando el adverbio se usa como adverbio de foco en las oraciones contrastivas, permite la elisión de un verbo o un grupo verbal. Así pues, se elide cambió en el texto siguiente: En la Reforma hubo personas que nunca cambiaron, pero él . Aprendió a trabajar colectivamente (Hoy [Chile] 25/7/1984). El uso de como adverbio de foco, que comparte con también, tampoco y otros muchos adverbios, se analiza en los § 40.7d y ss. Sobre la elipsis de grupo verbal, véanse también los § 16.6g y 31.8.

30.11r Muchos de los adverbios evidenciales que se han mencionado pueden incidir sobre subordinadas sustantivas: evidentemente que…, claro que…, por supuesto que…, desde luego que…, sin duda que…, etc., como en […] bueno, sin duda que discutirían bastante el problema (Arrau, Norte). Esta pauta está sujeta a considerable variación geográfica. Se usan, por ejemplo, en este mismo sentido las expresiones de una que… y posta que… (Posta que lo hago ‘Seguro que lo hago’) en el español coloquial rioplatense; existen otras similares en la lengua conversacional de otros países. Las expresiones adverbiales que se mencionan no suelen incidir, en cambio, sobre grupos verbales, lo que da lugar a contrastes como Juan {sí ~ *claro ~ claro que} lo sabía, descartando los usos parentéticos, no pertinentes aquí. El propio adverbio alterna entre estas dos construcciones, como en Ella {sí ~ sí que} lo sabía. Véanse también sobre este punto los § 40.7d y ss.

30.11s El adverbio de afirmación no se emplea solo para elegir una de las dos opciones a las que dan lugar las preguntas disyuntivas. Es posible que tras se repita la opción elegida, como en —¿Nos vemos entonces a las tres? —Sí, a las tres. Es igualmente posible, e incluso más frecuente, que el fragmento que se agregue matice el foco de la pregunta precedente, como en los ejemplos que siguen:

—¿He dormido mucho rato? —preguntó. —Sí, todo el día (Baroja, Aurora); —¿Tienes carboncillo, chinches? —Sí, tengo de todo. No hace falta que te levantes tan temprano (Chacel, Barrio).

Otra forma de matizar la opción elegida en una pregunta disyuntiva consiste en agregar una paráfrasis suya o un comentario: —¿No es un consejo admirable? —Sí, es un consejo digno de un accionista del Banco (Baroja, Árbol).

30.11t También se usa tras una afirmación o una exclamación previa para expresar asentimiento o confirmación:

—Lo he pensado, es el mejor. —, , tiene usted razón (Clarín, Regenta); —Hacía lo menos dos años que no te veía. — —dijo Tali— (Martín Gaite, Visillos); —¡Usted es Juan de Aguirre! — (Baroja, Inquietudes).

La misma persona que habla puede reforzar con una aserción suya inmediata, e introducir otra nueva que la confirma, como en Sentí que me faltaba el aire. , tenía que salir de allí y coger un taxi (Atxaga, Traductor). No obstante, se ha observado que en el habla coloquial se emplea también para aceptar falsamente el contenido de un acto verbal previo, y rechazarlo inmediatamente después, como en Sí, en eso estaba pensando yo; Sí, no tengo otra cosa que hacer y otras expresiones semejantes. Sobre la interpretación del adverbio en las preguntas (¿sí?), véanse los § 42.7 y 42.8b. Sobre la locución adverbial eso sí, de sentido concesivo, véase el § 30.13g.

 

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