Sintaxis

20. Los cuantificadores (II). Cuantificadores indefinidos. El concepto de ámbito

20.1 Los cuantificadores en las construcciones partitivas

20.1a La mayor parte de los cuantificadores que presentan usos pronominales pueden aparecer en construcciones partitivas en las que se combinan con un grupo nominal definido encabezado por la preposición de. Este segmento, subrayado en muchas de las ideas defendidas, se denomina complemento partitivo o coda partitiva. Si el cuantificador presenta variación de género (muchos/muchas; pocos/pocas; cuántos/cuántas, etc.), este concuerda con el del sustantivo que aparece en la coda, como en el ejemplo anterior (en el que muchas concuerda con ideas) o en muy pocas de las iniciativas emprendidas. No se da, sin embargo, la concordancia de género con los sustantivos fraccionarios de los que se hablará en el § 20.1f, como en la mayor parte [femenino] de los estudios [masculino] o en la mayoría [femenino] de los estudiantes [masculino], ni con los sustantivos de medida, que son inherentemente cuantificativos (§ 12.1m y 12.5a-n), como en un kilo [masculino] de estas patatas [femenino].

20.1b El grupo nominal que aparece en la coda partitiva se construye en plural de forma característica. Aun así, el cuantificador puede designar una unidad seleccionada de un conjunto, como en alguno de los presentes, lo que confirma que no es forzosa la concordancia de número entre ambos. Como se explica en los § 1.9o, p, algunos autores, pero no otros, postulan un núcleo nominal nulo en las construcciones partitivas: muchas Ø de las iniciativas emprendidas, donde Ø representa el sustantivo tácito iniciativas, cuyo contenido se recupera catafóricamente. Nótese que este análisis no se aplica a los sustantivos fraccionarios, como mitad, ni a los de medida, como kilo, entre otros.

20.1c Aunque el sustantivo con el que se construye el complemento partitivo suele aparecer en plural, se registran también en esa posición sustantivos colectivos o no contables en singular; es decir, sustantivos que expresan léxicamente la noción de ‘pluralidad’:

El dos por ciento de la población no sabe quién es el Presidente de la República (Serrano, M., Vida); Mucha de la gente que estaba a nuestro alrededor […] (Campos, Carne).

Véase también sobre esta cuestión el § 20.2c. En construcciones como la mitad del libro o gran parte de la plaza se cuantifican los fragmentos de una unidad, pero no se expresan sintácticamente. La diferencia entre esta forma de cuantificación y aquella otra en la que se cuantifican individuos o materias se examinará de manera sucinta en los § 20.1q, r.

20.1d La construcción partitiva recibe este nombre porque se elige o se selecciona en ella una parte de un conjunto mayor. Este conjunto representa un grupo delimitado que se interpreta como total o completo en algún contexto, incluso si este es muy particular, como en la mitad de los papeles que están sobre mi mesa en este momento, donde se entiende ‘de todos los papeles que están sobre mi mesa en este momento’. Los grupos nominales no definidos se rechazan en el complemento partitivo porque este representa un conjunto presupuesto o dado —por tanto, definido— del que se toma una parte. Se dice, pues, muchos de los veinte estudiantes (no *de veinte estudiantes). Los grupos nominales encabezados por los cuantificadores fuertes (§ 19.3) tampoco resultan naturales en el complemento partitivo (*muchos de todos los estudiantes). Sobre uno de ambos, véase el § 19.9x; sobre uno de cada, el § 19.9c.

20.1e Como en otros muchos grupos nominales definidos (§ 14.4), la delimitación precisa de la denotación del grupo se obtiene muy frecuentemente a través del discurso o de la situación. Con la expresión un diez por ciento de los portugueses se puede hacer referencia al conjunto total o completo de los portugueses que hoy viven, pero también al de los que vivían en un período histórico determinado, o incluso a los que se hallan o se hallaban en un determinado lugar e instante, si ese grupo se puede caracterizar adecuadamente a partir del discurso previo. El complemento partitivo se ha llamado también complemento de totalidad. representa el dominio cuantificativo (recuérdese el § 19.1c) del que se realiza una extracción o una selección, lo que concuerda bien con sus dos rasgos fundamentales: el ser definido y el construirse en plural. Como se vio en el apartado precedente, no puede ser, sin embargo, cuantificativo, ni siquiera con el cuantificador todo (*muchos de todos los estudiantes).

20.1f Se forman construcciones partitivas con cuantificadores numerales de diverso tipo, especialmente cardinales (dos de ellos), ordinales (el segundo de los corredores) y fraccionarios (el veinte por ciento de los encuestados, la mitad de los presentes). Estas últimas expresiones están constituidas por sustantivos numerales que expresan fracciones, como mitad, tercio, octavo y otros que se analizan en el § 21.6: un tercio de las demandas, la mitad de sus ahorros. Admiten asimismo complementos partitivos las expresiones nominales fraccionarias formadas con los sustantivos parte y mayoría de acuerdo con las pautas sintácticas que se describen en la misma sección: dos terceras partes de los asistentes, la mayor parte de las visitas, la inmensa mayoría de los votantes. También lo hacen las que expresan porcentajes (un veinte por ciento de los parisinos). Se retomarán estas construcciones en los § 20.1q, r.

20.1g El cuantificador más se usa como núcleo en las construcciones partitivas con el sentido de ‘mayor parte’. El artículo determinado concuerda siempre con el sustantivo del complemento partitivo en estos casos, como en Lo mismo hicieron los más de los habitantes (Blanco White, Luisa) o en Las más de las veces dedicaba mis ocios a la caza (Cela, Pascual Duarte). Son muy numerosos los sustantivos cuantificativos que expresan cómputos y resultan admitidos en la construcción partitiva: grupo, serie, conjunto, fracción, totalidad, parte, y otros que se describen en los § 12.5a-n, como en una parte de los beneficios, el conjunto de sus obras, la totalidad de las asignaturas. Los nombres de medida, ya mencionados (cf. también los § 20.2a, b), se aceptan asimismo en ella, como en diez litros de este vino (pero cf. *del vino, donde la expresión nominal no está suficientemente identificada). En todos estos casos el complemento partitivo puede obviarse si es fácil deducirlo del contexto: Se bebió dos litros; Solo se presentó un veinte por ciento; La mayor parte aceptó el acuerdo; La mayoría no sabía nada.

20.1h Se construyen también estas expresiones con los cuantificadores indefinidos existenciales (algunos de los geranios, ninguna de las invitadas, uno de estos días) y con los evaluativos, como en muchos de nosotros, bastantes de las oportunidades que tuvo, pocos de sus amigos, unos cuantos de los más jóvenes o en Unos pocos de nosotros, […] teníamos que bajarnos en la estación fantasmal de Espeluy y esperar (Muñoz Molina, Ardor). Se forman asimismo las construcciones partitivas con los interrogativos cuánto y sus variantes (cuánto de este dinero, cuántas de ustedes), cuál, cuáles (cuál de ellos, cuáles de estos papeles) y quién o quiénes (¿Quiénes de ustedes aceptarían este trabajo?), aunque se explica en el § 19.3i que no todos los autores coinciden en que estos elementos sean cuantificativos. Los cuantificadores (o cuasicuantificadores) interrogativos se caracterizan por que pueden adelantarse más fácilmente que los demás y separarse de su complemento, lo que da lugar a secuencias fragmentadas como ¿Cuántos compraste de esos duraznos? (frente a ¿Cuántos de esos duraznos compraste?). Sobre otras variantes de esta fragmentación, véanse los § 13.16r y 42.15u.

20.1i El cuantificador demasiado20.5) es inestable en la construcción partitiva. Se suele considerar forzado o poco natural decir Vinieron a la fiesta demasiados de sus amigos, en lugar de … demasiados amigos suyos. Aun así, esta estructura se registra en la lengua actual con el sentido de ‘un número excesivo de’, como en los textos siguientes:

Hemos tenido ya demasiados de esos discípulos de la escuela de Manchester (Orozco, Teólogos); En Sarajevo la muerte se ha convertido en una lotería muy especial: casi dos años después del inicio de la guerra, demasiados de sus habitantes están convencidos de que tarde o temprano les va a tocar (Vanguardia [Esp.] 13/2/1994); Fue informado sobre el alcance ambicioso de esta operación, conducida por la CIA —aunque tuvo cuidado de no enterarse de demasiados de sus detalles particulares— (Proceso [Méx.] 29/9/1996).

Cuando bastante20.5c) designa una parte amplia o representativa de un conjunto, acepta sin dificultad la construcción partitiva, como en La publicación, según parece, tuvo las mejores virtudes de las de su género […] y también bastantes de sus vicios (Savater, Infancia). Cuando significa ‘un número suficiente (de)’ la suele rechazar. Resultan, pues, algo forzadas secuencias como Tengo bastantes de estos sellos como para completar la colección, pero se documentan ocasionalmente ejemplos que se ajustan a esta pauta: He visto ya bastantes de sus superproducciones cinematográficas de cine catástrofe como para preguntármelo (Fontanarrosa, Área).

20.1j Admite la construcción partitiva el cuantificador cualquiera (cualquiera de nosotros) y también la expresión cuantificativa cada uno (cada uno de estos dibujos). Sobre la diferencia entre cada uno de... y cada dos de..., cada diez de..., etc., véanse los § 19.9b y 21.8f, g. Se explica en el § 19.3h que los complementos partitivos permiten que los indefinidos se asimilen a los cuantificadores fuertes. Se dice, pues, Hay algunos problemas, pero no *Hay algunos de los problemas, como tampoco *Hay los problemas o *Hay todos los problemas15.6c). Se prefiere igualmente Hay aquí uno que lo sabe, sin complemento partitivo, a Hay aquí uno de los que lo saben, con él. Se documentan, no obstante, algunas excepciones a esta generalización. Tanto en la lengua antigua como en la moderna se aceptan las codas partitivas con los cuantificadores indefinidos si el verbo haber se construye con complemento predicativo. Este complemento puede estar representado por una oración de relativo, con subrayado discontinuo en los ejemplos que siguen:

Aquí han venido más de dossientas personas sin sueldo, e ay algunos d’ellos que sirven bien (Diario Colón); Hay algunos de ellos que son gente de mucha calidad (González Mendoza, Historia); Teníanles en opinión de santos, y les obedecían y veneraban como a dioses. Hubo algunos de estos que, por arte mágica, obraban cosas tan raras, que tenían asombrada a la comarca (Lozano, P., Conquista); Por lo general son jóvenes, entre los 18 y los 30 años, pero hay algunos de los remitidos de España que son mayores (Picó, Día).

Pueden ejercer también la función de predicativo, como en otros casos (§ 37.1h y ss.), un adjetivo, un grupo adjetival o un grupo preposicional, como en Hay algunos de ellos sumamente valiosos, o en los siguientes ejemplos:

Yo le dije, ¿si no había algunos de ellos Descalzos? Dijo que sí (Santa Teresa, Epistolario); Sería largo y fuera de nuestro propósito el señalar aquí todas las causas que crearon este estado de cosas […]. Pero hay algunas de ellas ligadas con nuestro asunto, y que debemos tomar en consideración (Barros, Historia).

Cabe pensar que el papel que desempeña el complemento predicativo como factor cancelador del efecto de definitud con haber tiene base semántica. En efecto, estas construcciones no son locativas; no se describe en ellas la ubicación de una persona o cosa, sino que se predica cierta cualidad de alguna entidad, por lo que el argumento de haber pasa a denotar un estado de cosas en lugar de referirse a alguna en particular. Se obtienen contrastes similares a estos con otros verbos, como en *Tiene la mentalidad frente a Tiene la mentalidad adecuada. Véanse sobre este punto los § 15.6f, g.

20.1k Se suele llamar interpretación partitiva encubierta o interpretación presuposicional de los cuantificadores indefinidos la que adquieren estos elementos cuando aceptan paráfrasis con complementos partitivos. Se trata de equivalencias como Protestaron {muchos estudiantes de cuarto curso ~ muchos de los estudiantes de cuarto curso}. Por extensión, se dice también que son presuposicionales las construcciones partitivas de coda explícita, en el sentido de que, para comprender su significado, es preciso otorgar alguna referencia en un contexto previo a la expresión definida que contienen. Cuando se afirma que muchos es un cuantificador presuposicional en Protestaron muchos estudiantes de cuarto curso (en la interpretación examinada) se quiere indicar que dicha expresión presupone la existencia del grupo particular del que se habla, acaso mencionado o sugerido en el discurso precedente. El carácter presuposicional de la partición que se describe explica que el indefinido cierto (inherentemente específico) rechace las construcciones partitivas: {algunos ~ *ciertos} de sus trabajos13.10c). La interpretación no partitiva o no presuposicional de los cuantificadores indefinidos es aquella en la que no se obtiene la equivalencia que se acaba de mencionar, como en Acuden a las playas muchos turistas cada verano (no equivalente a … muchos de los turistas) o en Había muchos niños en la calle. El indefinido expresa en estos ejemplos la existencia de un número elevado de turistas o niños, es decir, de entidades que corresponden a la noción cuantificada.

20.1l Los contextos existenciales, es decir, los que introducen el verbo haber y ciertos verbos que expresan presencia o existencia (venir, acudir, y muchos de los llamados inacusativos (§ 41.4), suelen dar lugar a las interpretaciones no presuposicionales: Acuden muchos forasteros; Le venían algunos pensamientos extraños; Nacieron pocos niños; Surgen muchas dudas. Se exceptúan los casos descritos en el § 19.3h, en los que se obtiene la interpretación presuposicional: Hay muchos (‘muchos de ellos’) de los que no se puede uno fiar. La lectura no presuposicional es también característica de los complementos de algunos verbos de creación o posesión que, por su propia naturaleza semántica, designan cosas no extraídas de ningún conjunto previo: Dicen a veces algunas bobadas; Hizo muchas pompas de jabón; Tiene pocas ideas originales. La interpretación presuposicional o partitiva encubierta es típica de los grupos indefinidos introducidos en posiciones temáticas, sea con duplicación de pronombres átonos (§ 16.14), como en Muchos cuadros los había pintado él, o sin ella, como en De varios edificios oficiales se había hecho cargo su estudio de arquitectura.

20.1m Los indefinidos alguien y nadie tienden a rechazar los complementos partitivos. Como norma general, se prefiere, pues, alguno de ellos a alguien de ellos o ninguno de los visitantes a nadie de los visitantes. Aun así, se encuentran a veces estos complementos en ciertos contextos, como en los entornos sintácticos interrogativos (¿Sabe alguien de ustedes a qué hora empieza la reunión?), modales, o en general no factuales, como en Si al cerrar las puertas de la muralla cojo a alguien de vosotros dentro, se lo haré pagar caro (Riera, Azul). Existen otras excepciones documentadas en autores de prestigio. Se observa que, en muchos de estos casos (aunque no en todos), estos complementos se construyen con relativas sin antecedente expreso:

Ya me han quitado dos tazas. Y no me queda duda: alguien de los que están aquí las ha de tener (Galdós, Episodios); Nadie de los que aquí ha congregado el fervor en este oficio nocturno entiende nada de lo que dice el sacerdote (Carpentier, Pasos); Y luego, sin que nadie de los que lo conocieron pueda explicárselo, se transforma (Uslar Pietri, Pasos); Nadie de los que ataron esta hora / de los que conversaron con el humo, / gobiernos, traficantes, transeúntes, / continuarán moviéndose en sus hilos (Neruda, Sonetos); Me pidió detalles prolijos con respecto a mi viaje. Si me iba directamente a Villefranche, si no pasaría por París, si no conocía a nadie de los que viajarían en el buque (Mallea, Bahía); Y desde luego que nadie de los que viven entre nosotros —los humanos— se sienta como abandonado en la selva (Savater, Política); No voy a hablar de aquí ni de allá, sino de un sitio de donde no es nadie de los que viven por aquí, entre nosotros (Montenegro, Renuevo).

Otras veces se forman esos complementos partitivos con grupos nominales o pronominales definidos constituidos con cuantificadores, pronombres personales, demostrativos y otras clases de palabras:

Más pena me da el tipo aquel, de darme pena alguien de los dos (Pombo, Héroe); No me he metido con nadie de los presentes (Torrente Ballester, Gozos); Costura ha denunciado a alguien de los nuestros a la Inquisición (Riera, Azul); Nadie de los nuestros estuvo libre de culpa en este tristísimo negocio (Menéndez Pelayo, Heterodoxos); Nadie de sus colegas aún vivos lo había visto jamás (Bolaño, 2666); Solo nos falta un testimonio, pero aún puede quedar implicado alguien de los aquí reunidos (Vázquez Montalbán, Premio).

Estos testimonios no contradicen la tendencia general del español a preferir el uso de alguno al de alguien en los contextos partitivos, especialmente si el complemento de alguien hace referencia expresa a personas: alguna (en lugar de alguien) de las personas afectadas. Se aplica el mismo razonamiento a la alternancia ninguna ~ nadie. La resistencia de alguien y nadie a la construcción partitiva se comprueba asimismo en la dificultad que manifiestan estos dos cuantificadores para admitir contextos anafóricos. Si se dice Había varios invitados extranjeros. Alguno protestó porque… se entenderá que alguno se refiere a uno de esos invitados. Si se hubiera usado alguien en lugar de alguno en el ejemplo anterior, se entendería, en cambio, que se habla de una persona ajena al grupo mencionado.

20.1n Se suele entender que los complementos subrayados en oraciones como De ese grupo elegirán a alguien o Elegirán a alguien de ese grupo son impropiamente partitivos, ya que expresan procedencia o ubicación, en lugar de la segmentación característica de las estructuras partitivas. En efecto, alguien y nadie aceptan con naturalidad complementos determinativos o delimitativos, como en alguien de su escolta, alguien de esta empresa, nadie de su entorno y otras muchas secuencias similares en las que no siempre se da la concordancia de género característica de las construcciones partitivas:

Esto no podía yo decirlo a nadie de esta casa, y a él menos (Galdós, Fortunata); Me di cuenta de que Gabriel saludaba a alguien de las filas de detrás, pero no me volví (Pedraza, P., Pasión); Alguien de los servicios de inteligencia del gobierno ya había leído las memorias (Paz Soldán, Materia).

Nótese que alguien, en el último ejemplo, no significa ‘alguno de los servicios’, sino ‘alguna persona adscrita a los servicios’.

20.1ñ Como se acaba de ver, ciertos complementos de ubicación y procedencia pueden aparecer como modificadores de alguien y nadie porque aportan información restrictiva que permite caracterizar a un individuo al localizarlo dentro de un grupo determinado. Esta interpretación es distinta de la segmentación que caracteriza la estructura partitiva, que exige dos conjuntos. Se prefiere, pues, alguien del vecindario a alguien de los vecinos, y nadie de la familia a nadie de los familiares: Nadie de la familia resultó maltratado (Vargas Llosa, Guerra). En algunos de estos contextos se obtienen equivalencias con la preposición entre, ya que se expresa en ellas la existencia de ciertos individuos que pertenecen a un conjunto mayor. La preposición entre aparece de modo expreso en estos ejemplos:

Las hermanas Vélez Sarsfield oyeron clarito cuando alguien de entre el público opinó que por qué no traían un basurero para esos tres (Bryce Echenique, Huerto); Segundos después, se oyó a alguien de entre la multitud riendo a mandíbula batiente (Collyer, Habitante).

Cabe la posibilidad de que algunas de las construcciones partitivas encabezadas por alguien y nadie que se mencionaron en el § 20.1m se asimilen a las formadas con complementos de ubicación y procedencia. A diferencia de lo que sucede en las estructuras partitivas, los complementos restrictivos de ubicación y procedencia no son siempre definidos (alguien de algún partido nacionalista). Por otra parte, como no son partitivos, dichos complementos no proporcionan el dominio de cuantificación (recuérdese este concepto del § 20.1e) que el cuantificador necesita, si bien aportan información restrictiva que ayuda a identificar la referencia de la expresión cuantificativa.

20.1o Las construcciones partitivas dan lugar de forma característica a la alternancia entre el singular y el plural en la concordancia «sujeto–verbo», como en Un elevado porcentaje de los trabajadores no {había ~ habían} recibido los subsidios prometidos. Estas opciones se analizan en el § 33.9. El complemento partitivo de los nombres cuantificativos, como el del resto de los cuantificadores, puede quedar tácito: Había muchos profesores; la mayoría Ø eran bolivianos. En estos casos, el partitivo tácito posee los rasgos de plural de su antecedente, lo que permite que se establezca igualmente la concordancia si este no aparece en la oración copulativa.

20.1p Los grupos nominales formados en las construcciones partitivas pueden ser retomados por un pronombre en una relación anafórica, como en Muchos de los accionistas vendieron sus títulos, puesto que les hicieron una buena oferta. Los cuantificadores negativos tienen la propiedad de aceptar la llamada anáfora de complemento, es decir, la que permite —y a veces exige— que el pronombre se refiera anafóricamente al complemento del cuantificador en ejemplos similares al presentado: Ninguno de los accionistas vendió sus títulos, puesto que {les ~ *le} pareció una oferta insuficiente. Aun así, el singular es posible en estas construcciones si la oración subordinada está bajo el efecto sintáctico del predicado principal (lo que el modo subjuntivo refleja a menudo) o forma parte del grupo verbal que este constituye: Ninguno de los accionistas vendió sus títulos porque {*les ~ le} pareciera una buena oferta. Sobre la interpretación de los pronombres como variables ligadas, véanse los § 16.6i y § 19.9l.

20.1q La delimitación entre las construcciones partitivas y las no partitivas presenta ciertas dificultades en algunos casos. En los § 20.1n, ñ se vio que los complementos de procedencia y de ubicación no son propiamente partitivos, aunque se asemejan a ellos en que expresan cierta fragmentación. Un rasgo característico de los numerales fraccionarios y de otros elementos que se les asimilan (como mayoría o mayor parte) es que no solo establecen particiones en conjuntos, sino también en entidades individuales, como las denotadas por los sustantivos que se subrayan en los ejemplos siguientes:

La manifestación fue un éxito, pues cubrió tres cuartas partes de la inmensa y ordenada plaza de Armas trujillana (Vargas Llosa, Pez); Desde ahí divisaba la mayor parte del valle (Obando, Paraíso); Se suponía que la tierra seca ocupaba seis séptimas partes de la superficie del globo (O’Gorman, Invención).

20.1r La opción tradicional era considerar igualmente partitivas estas estructuras. En la actualidad, unos gramáticos aceptan este mismo análisis, mientras que otros optan —como se hace aquí— por un sentido algo más restrictivo del concepto ‘construcción partitiva’. Como se vio en el § 19.7a, los cuantificadores pueden usarse con nombres contables para abarcar una extensión mayor o menor de alguna entidad individual segmentada que no denota número ni cantidad, como en Me dolía todo el cuerpo. Existen algunos indicios sintácticos de que las citas de Vargas Llosa, Obando y O’Gorman reproducidas en el apartado anterior no contienen construcciones partitivas. En primer lugar, no se da en ellas la alternancia de número característica de las partitivas, como en Casi {han ~ *ha} transcurrido las dos terceras partes del curso, donde el núcleo nominal es dos terceras partes, o en Dos tercios del nuevo centro comercial {han ~ *ha} sido ya {alquilados ~ *alquilado}, donde el núcleo nominal es dos tercios. En segundo lugar, tampoco se da alternancia de género, como en {cumplido ~ *cumplida} ya un tercio de la condena. En tercer lugar, los nombres contables tienden a rechazar las construcciones partitivas con cuantificadores evaluativos (*mucha de la casa) precisamente porque estas expresiones exigen individuos para computar su número o materias para evaluar la cantidad que les corresponde. Finalmente, en estas construcciones se admiten complementos no definidos, como en Le dejaron en herencia las tres cuartas partes de una finca de sus abuelos; Quiere el diez por ciento de un botín que aún no han conseguido. Todo ello lleva a pensar que la gramática puede manifestar de diversas formas el hecho de que una entidad (plaza, cuerpo, casa, condena) sea fragmentable o segmentable, así como mostrarla en su integridad. Sin embargo, las construcciones partitivas ponen de manifiesto una serie de propiedades gramaticales más restringidas que se aplican solo a los nombres plurales, a los no contables y (con mayores reservas) también a los colectivos.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
cuantificación, cuantificador, cuantificador débil, estructura partitiva

 

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