Sintaxis

20. Los cuantificadores (II). Cuantificadores indefinidos. El concepto de ámbito

20.2 Los cuantificadores en las construcciones pseudopartitivas

20.2a Las construcciones partitivas se suelen distinguir de las que muchos gramáticos denominan pseudopartitivas. Estas últimas están formadas por sustantivos o grupos nominales no definidos (infinidad de detalles, un centenar de libros, un grupo de turistas) o por cuantificadores (algo de pan, un poco de agua). Se asimilan en su significación a las constituidas con cuantificadores adjetivales, de modo que un centenar de libros tiene un significado semejante a cien libros (y no a la construcción partitiva cien de los libros); algo de pan se acerca, análogamente, en su estructura sintáctica a poco pan. Los complementos pseudopartitivos se forman con sustantivos no contables en singular (algo de aire, un litro de agua, un poco de calma), o bien con sustantivos contables en plural (cientos de personas, una retahíla de mentiras, una libra de clavos). Los primeros pueden ser concretos —un poco de {aceite, comida, fruta, luz, pan}— o abstractos —un poco de {cine, cordura, historia, orden, seriedad, tolerancia}— con igual naturalidad. La relación entre unos y otros se examina en el § 12.2. Así pues, mientras que con la construcción partitiva —analizada en la sección anterior— se inscriben uno o varios elementos en un conjunto mayor, con la pseudopartitiva se proporciona el número correspondiente a un cómputo o la medida que corresponde a una magnitud. Recuérdese que el segundo grupo nominal es definido y plural en la construcción partitiva (dos de los niños), con las escasas excepciones que se mencionaron. En la construcción pseudopartitiva, en cambio, aparece tras la preposición un sustantivo escueto (un par de niños), es decir, sin determinante ni cuantificador (§ 12.5a, ñ y 15.13c y ss.).

20.2b Se forman estas estructuras con un gran número de expresiones cuantificativas apropiadas para expresar alguna medición. Están entre ellas los pronombres neutros algo (Necesito algo de tiempo) y nada (No trajo nada de harina), y también el cuantificador un poco (un poco de calma) o sus variantes un poquito, un poquico, etc. (§ 9.1c, g). Se usa ocasionalmente la expresión un mucho, casi siempre en contraste expreso con un poco y en registros poco formales: Tú mismo eres una contradicción compuesta de un poco de amor —que es otra contradicción— y un mucho de lucidez (Leyva, Piñata). Se emplea también un tanto: Se cubren con una lechada de un tanto de cal por diez de agua (Esquivel, Agua). Es muy raro, en cambio, un bastante, que aparece de manera excepcional en algunos textos literarios, también en relación con otros cuantificadores: […] un poco de sol enfilado a los ojos por las ventanillas, y un bastante de polvo del que levantaban las mulas (Bécquer, Celda). Los cuantificadores comparativos no suelen admitir la construcción pseudopartitiva por sí solos (se dice Has de beber más leche, no *Has de beber más de leche), pero la aceptan en concurrencia con diversas frases de medida: un poco más de leche, dos litros menos de agua, tres libras más de clavos. Véase sobre este punto el § 45.3m.

20.2c Se agrupan asimismo con las construcciones pseudopartitivas las introducidas por grupos nominales encabezados por los sustantivos cantidad (gran cantidad de gente), número (escaso número de participantes), cifra (la elevada cifra de detenidos) y otros semejantes; por los numerales cardinales colectivos (§ 21.3: cientos de manifestantes, decenas de veces, miles de voces), y por un gran número de sustantivos cuantificativos (§ 12.5a-n: veinte hectáreas de trigo, un grupo de niños). Como se explica en esos apartados, se extienden a ese paradigma muchos nombres de recipiente que también funcionan como nombres cuantificativos: Se bebía tres o cuatro copas de vino; No creo que me desvele una taza de café. Se ha observado repetidamente que expresiones como una taza de café tienen dos sentidos, según se interprete o no taza como unidad de medida, lo que da lugar a contrastes como Se bebió una taza de café ~ Se rompió una taza de café. La diferencia de significado se relaciona con la estructura sintáctica, ya que en el primer caso se obtiene Se bebió [una taza] [de café], donde una taza es un grupo nominal cuantificativo, mientras que en el segundo se obtiene Se rompió [una [taza de café]], donde taza es el núcleo del grupo nominal taza de café. Sobre otros aspectos de la diferencia entre ambas expresiones, véase el § 12.5j.

20.2d Es mayor el número de sustantivos cuantificativos que tienen cabida en las construcciones pseudopartitivas. Constituyen un amplio grupo los que se usan con determinantes indefinidos, como una barbaridad de papeles, un cúmulo de despropósitos, un montón de mentiras, una pila de libros, una punta de años, una sarta de disparates, una serie de imponderables, un sinfín de oportunidades, una retahíla de insultos, un rosario de trámites y otras expresiones similares que se analizan en los § 12.6q y ss. En ocasiones el sustantivo puede aparecer sin determinante, como en infinidad de veces, multitud de personas. Más raramente se forman estructuras pseudopartitivas con sustantivos cuantificativos encabezados por el artículo definido, como en la tira de niños (en España) o la mar de amigos. Otros sustantivos cuantificativos que dan lugar a construcciones pseudopartitivas permiten acotar las materias o las sustancias en función de sus características particulares: un ápice de interés, un ataque de risa, una brizna de hierba, una ráfaga de inspiración, una rebanada de pan, un soplo de aire, un trozo de pastel. Se estudian estas secuencias en los § 12.5b y ss.

20.2e Como se ha visto, las construcciones pseudopartitivas se caracterizan por que el grupo nominal introducido por de, que identifica el tipo de entidades sobre las que se cuantifica, es un nombre escueto, por tanto, sin determinante o cuantificador. Como se ha explicado, en las construcciones pseudopartitivas no se hace referencia a algún conjunto de seres contextualmente delimitado, a diferencia de lo que sucede en las partitivas. El hecho de que en la primera se admitan los sustantivos cardinales colectivos (una docena de huevos), pero no los numerales cardinales (*doce de huevos), apoya esa misma diferencia. Recuérdese que los plurales de los nombres contables (huevos, en este caso) se asimilan a los singulares de los no contables en las construcciones pseudopartitivas: un kilo de {patatas ~ pan}. Los complementos nominales definidos introducidos por de que inciden sobre los numerales denotan, en cambio, conjuntos de personas o cosas. Así pues, cuando se dice Póngame una docena de estos huevos (estructura partitiva), se elige un conjunto particular de entidades y se efectúa una selección en su interior para obtener un subconjunto. Si se dice, en cambio, Póngame una docena de huevos (estructura pseudopartitiva), no se realiza el mismo proceso, sino que se elige una determinada entidad (huevos) y se introduce una expresión que permita agrupar sus componentes (una docena). Se obtiene, pues, un cómputo análogo al que proporcionaría otro cuantificador menos preciso (bastantes huevos, muchos huevos).

20.2f Las construcciones pseudopartitivas se ajustan a la estructura general «cuantificador + [de + grupo nominal]». Aunque cabría pensar que un poco de en la construcción pseudopartitiva un poco de pan se asimila a mucho o a bastante, la segmentación [un poco] [de pan] se suele considerar más adecuada que [un poco de] [pan]. Lo mismo cabe decir de otras expresiones formadas con un trozo, un kilo, una porción u otros nombres cuantificativos. La primera de estas dos segmentaciones permite explicar la coordinación de complementos (un poco de pan y de vino), su elipsis (Solo queda un poco Ø), la presencia de modificadores que pueden seguir al cuantificador (un poco más de pan), así como la inserción ocasional de incisos entre un poco y el complemento preposicional, como en Te di lo que traía: nada, un poco quizá de mi antigua soberbia (Rejano, Elegías).

20.2g El complemento preposicional puede separarse o desgajarse en las construcciones partitivas (como en De las soluciones propuestas, ninguna es convincente; De todas esas novelas, solo alguna que otra me parece interesante; De los ejercicios que nos asignaron, la mitad eran incomprensibles), pero muy difícilmente puede hacerlo en las estructuras pseudopartitivas (*De harina, algo se había derramado por el piso; *De manifestantes, cientos se acercaban al centro de la ciudad; *De agua, varios litros se escaparon por la fisura). Se han atestiguado ocasionalmente construcciones formadas sobre esta pauta en el español hablado en Cataluña (España), seguramente por influencia del catalán, ya que en esta lengua los sustantivos no contables en singular y los contables en plural aparecen introducidos por el artículo partitivo de, incluso en las construcciones con tópico inicial. Tal como se explica en el § 40.2h, en español se admiten estos sustantivos como tópicos: Agua, no tenemos; Dinero, no puede decirse que le falte. En general, los complementos característicos de las estructuras pseudopartitivas se admiten en esta construcción en español, pero sin marca formal de partitividad en el grupo nominal inicial: Vino blanco, raramente toma algún vaso; Mentiras, ya me ha dicho un montón; Manifestantes, habría casi medio centenar. Aun así, la preposición de que precede a veces a los nombres no contables con los verbos haber, tener, quedar y otros semejantes puede mantenerse en estos casos: De agua potable, solo quedan dos litros. Sobre las construcciones de existencia o posesión formadas con de todo y de nada (Aquí falta de todo; No había de nada; Le sobra de todo; No tiene de nada), véanse los § 20.2r-u.

20.2h La doble concordancia de número que se pone de manifiesto en las construcciones partitivas (§ 33.9) se mantiene por lo general en las pseudopartitivas, como en Un grupo numeroso de estudiantes universitarios {ha ~ han} presentado algunas modificaciones al documento del Ministerio de Educación. No se suelen considerar propiamente pseudopartitivas las construcciones que se forman con nombres cuantificativos determinados, en lugar de indeterminados, como en esta sarta de mentiras. En el § 12.5g se explica que la expresión cuantificativa es en rigor el grupo nominal, no solo el sustantivo cuantificativo en Soltó [una sarta] [de mentiras]. Este grupo sintáctico cuantificativo no puede formarse en esta sarta de mentiras, ya que los demostrativos son determinantes definidos. Es posible, no obstante, que el determinante definido venga exigido por una subordinada relativa o un modificador semejante, y en tales casos no se rechaza la estructura pseudopartitiva (aun en ausencia de artículo indefinido o de otro cuantificador similar), como en la sarta de mentiras que soltó. Son relativamente análogos pares como *Allí había todas las novelas ~ Allí había todas las novelas que te puedas imaginar, que se analizan en los § 15.6o y ss.

20.2i Los contrastes vinculados a la concordancia desaparecen cuando los sustantivos cuantificativos se utilizan en expresiones definidas, ya que el nombre inicial se interpreta como núcleo de la construcción: Este grupo de estudiantes {presentó ~ *presentaron} algunas modificaciones al documento del Ministerio de Educación. Se observa en los § 12.5m, n que los adjetivos que admiten los sustantivos de medida están muy restringidos en las estructuras pseudopartitivas. Algunos adjetivos calificativos permiten interpretaciones cuantificativas, como en Se bebió una buena jarra de cerveza, donde se alude al tamaño de la jarra, no a su calidad. Análogamente, en Me comí un plato grande de macarrones se hace referencia a la capacidad del plato, por lo que no se anula el valor cuantificativo del grupo nominal un plato (a diferencia de lo que sucedería en un plato verde). En los apartados a los que se remite se analizan otros aspectos de esta cuestión.

20.2j Coinciden entre sí algunos de los cuantificadores con los que se forman las construcciones partitivas y las pseudopartitivas. Así, los sustantivos numerales colectivos pueden aparecer en las primeras (una decena de las novelas que he leído en estos últimos años) o en las segundas (una decena de novelas que he leído en estos últimos años), con las diferencias de sentido que se han explicado. Muchos sustantivos cuantificativos aceptan asimismo —con significados diferentes— la construcción partitiva (un grupo de mis estudiantes, dos kilos de estas manzanas) y también la pseudopartitiva (un grupo de estudiantes, dos kilos de manzanas). En los § 14.7b y 21.6l se describe la tendencia que se aprecia en la lengua actual a prescindir del artículo en las estructuras partitivas con las expresiones nominales la mayoría y la mayor parte (la mayoría de ciudadanos por la mayoría de los ciudadanos; la mayor parte de ideas por la mayor parte de las ideas) y se explica que no se recomienda la variante sin artículo. Se acercan a veces en su significado las estructuras partitivas y las pseudopartitivas cuando estas últimas concurren con complementos circunstanciales que circunscriben la entidad cuantificada a algún entorno. Así, la oración En su clase, solían armar alboroto un grupo de estudiantes (estructura pseudopartitiva) no quiere decir algo muy diferente de Solían armar alboroto un grupo de los estudiantes de su clase (estructura partitiva). Aun así, las diferencias sintácticas y semánticas analizadas en los apartados anteriores se mantienen también en estos casos.

20.2k Solo algunos de los sustantivos cuantificativos con los que se forma la construcción pseudopartitiva admiten plural. Lo aceptan los nombres de medida (dos kilos de azúcar) y también algunos de los nombres cuantificativos del paradigma que se mencionó en el § 20.2d (varias sartas de disparates, tres pilas de libros). Otros, en cambio, tienden a rechazarlo (*varios cúmulos de despropósitos, *dos sinfines de oportunidades), o bien lo admiten dando lugar a construcciones distintas de las que se examinan. Resulta, en efecto, natural la expresión dos series de libros, pero, junto a una serie de imponderables, resultaría extraña la variante plural dos series de imponderables. Esta diferencia se debe a que serie pertenece (en este último ejemplo, pero no en el anterior) al paradigma de los nombres cuantificativos, en el sentido restrictivo que se da a este concepto en el § 12.5b.

20.2l Los sustantivos que se usan para medir el tiempo solo suelen cuantificar nociones temporales, por lo que no necesitan complementos pseudopartitivos. No hay, pues, redundancia en dos kilos de azúcar, pero sí la hay en dos minutos de tiempo, en cuanto que los minutos no miden otra magnitud. Estos nombres de medida aceptan complementos cuando estos se refieren a un suceso o a algún curso temporal cuya duración se mide, como en dos horas de espera, cuatro días de viaje, treinta años de vida. Aun así, es dudoso que estas últimas combinaciones sean propiamente pseudopartitivas, ya que la expresión temporal constituye el núcleo de la secuencia. Se obtienen, pues, alternancias como después de cuatro días de espera ~ después de cuatro días, en las que se omite un modificador de días. Los sustantivos mencionados (espera, viaje, vida, etc.) se diferencian asimismo de los característicos de las construcciones pseudopartitivas en que dan lugar a alternancias en las que los complementos cuantificativos aparecen en el interior de modificadores restrictivos: tras una espera de dos horas ~ tras dos horas de espera. Se consideran, en cambio, construcciones pseudopartitivas, o asimilables a ellas, oraciones como Se guardó un minuto de silencio, que alternan con las variantes sin nombre de medida: Se guardó silencio. Cabe pensar que, al igual que a la expresión una taza de café, mencionada arriba, corresponden dos análisis, tal como se explicó, también puedan ser dos las estructuras que correspondan a algunas de estas expresiones cuantificativas temporales y a otras similares (cf. Se decretaron dos días de luto).

20.2m En el español estándar de hoy no se da concordancia de género entre poco y el sustantivo cuantificado en la construcción pseudopartitiva «un poco de + sustantivo». Se dice, pues, un poco de vino [masculino] junto a un poco de leche [femenino]. La ausencia de concordancia se extiende igualmente, como cabe esperar, a los sustantivos abstractos no contables de los que se habló en el § 20.2a: un poco de {calma, paciencia, tranquilidad}. No es propia de la lengua estándar la construcción concordada «una poca de + sustantivo femenino» (una poca de leche), ni tampoco «unos pocos de + sustantivo masculino plural» (unos pocos de problemas) o su variante femenina «unas pocas de + sustantivo femenino plural» (unas pocas de veces), aunque todas ellas se emplean en algunas variedades del español contemporáneo, como se verá en los apartados que siguen. En el español antiguo se registran asimismo todas estas construcciones. Al primer tipo («una poca de + sustantivo femenino singular») corresponden estos ejemplos:

Et vio una colmena llena de avejas en que avía una poca de miel. Et començó a comer della (Calila e Dimna); Andan por mal cabo por non sofrir una poca de ynjuria que luego pasa (Martínez Toledo, Corbacho); Después dio una poca de vela y andaría 52 [y dos] millas, que son treze leguas (Diario Colón); A la caña quebrantada no quebrará, ni sabrá hacer mal ni aun a una poca de estopa, que echa humo (León, Nombres); Entró y, dándole una silla, le sirvieron una poca de conserva (Alemán, Guzmán II).

A la pauta «unos pocos de + sustantivo masculino plural», «unas pocas de + sustantivo femenino plural» corresponden los siguientes:

Sólo quiero aquí decir unas pocas de palabras de las que escribe agora al rey nuestro señor el obispo de aquella provincia (Casas, Destrucción); Tomáronles hasta una arroba de pan e unas pocas de pasas y un poco de azúcar que tenían (Fernández Oviedo, Indias); Andados unos pocos de días, les dije a las tres parcas: Compasión fingida (López Úbeda, Justina); Repartí con los demás unos pocos de quartos (Céspedes, Píndaro); Vieron sobre un cerro un pastor, que entre unas pocas de ovejuelas cantaba (Lope Vega, Peregrino).

Recuérdese que no es pseudopartitiva, sino partitiva, la pauta «unos pocos de + grupo nominal definido», como en Unos pocos de los propietarios independientes se habían atrevido a pagar los salarios más altos (Barea, Forja).

20.2n Los usos que se describieron en el apartado anterior han permanecido vivos en el español hablado en Andalucía (España), incluso entre personas cultas, aunque con escasa frecuencia en los registros formales. Se documentan ampliamente estas construcciones en autores andaluces, sean clásicos, como en Se sentía aquejado por la sed y le pedía una poca de agua, gritaba al punto (Estébanez Calderón, Escenas) o contemporáneos: También tuvo unas pocas de sofocaciones a cuenta de eso (Quiñones, F., Hortensia). Esta pauta se atestigua asimismo en otros autores españoles y americanos (sobre todo de México, parte de Centroamérica y del área del Caribe), especialmente en los textos que pretenden reflejar el habla popular y, en ocasiones, rural. Tales usos no se han integrado en la lengua culta actual, por lo que se recomienda evitarlos en los registros cuidados:

Hace bien en gastarse una poca de plata en eso (Gallegos, Bárbara); Si no las hallas frota el papel con una poca de leche y vas a ver cómo en seguida aparecen (González, E., Dios); María ocupaba todo lo liso y llano de este mundo dejando libre a los demás los reinos milagrosos y azarosos del amor y de una poca de irresponsabilidad (Pombo, Metro); Sería bonita [la muchacha] si echara unas pocas de carnes (Galdós, Episodios); Tal vez se acordó de lo que había cenado: unos pocos de frijoles con unas tortillas bien tiesas (Loaeza, Mujeres); No te creas tú que no se quitaba ya unos pocos de golpes (Sánchez Ferlosio, Jarama).

Aunque el cuantificador unos cuantos se asimila ocasionalmente en los textos a esta pauta, como en Todo por unos cuantos de palillos para comer arroz que ni siquiera sabemos usar (Donoso, Fragmentos), se recomienda de igual modo evitarlo en esta construcción y optar por la variante en la que modifica directamente al sustantivo: unos cuantos palillos.

20.2ñ Se omite a veces en la lengua popular la preposición de en las construcciones pseudopartitivas. Estas variantes raramente aparecen en la lengua escrita, fuera de los textos en los que se transcriben dichas formas de expresión: ¿No come usted un bollo? —denegué—. Y, ¿un cacho pan? Si quiere, le tuesto un cacho pan. Hay que comer, señorito (García Hortelano, Mary Tribune). Para la omisión de la preposición en construcciones como la calle París, véanse los § 12.3c, t. Se registra en el habla popular del español europeo, rioplatense y centroamericano, entre otros, la construcción «un poco + sustantivo», que no ha pasado a la lengua estándar. El nombre no contable puede designar en estos casos una noción material:

¿Qué quiere? —preguntó el príncipe— ¿Posiblemente un poco whisky? (Schwartz, Conspiración); Tome la muñeca en su mano y póngale un poco alcohol de un frasco (Lesur, Barniz); Valerio acomodó una poca ropa en su poncho (Güiraldes, Segundo); En la choza un soldado había encontrado, apenas cubierto con paja, una manta y una poca tierra salpicada de excrementos de cabra (Benet, Saúl),

o bien inmaterial:

Más me valiera una poca ayuda (Mujica Lainez, Escarabajo); Aguirre elevó la voz, para demostrar que todavía le quedaba una poca paciencia que perder (Grandes, Aires); Y un poco tiempo después comienza a tener graves problemas financieros, al punto de declararse en quiebra total y mudarse de residencia a una casa más modesta (Universal [Ven.] 5/9/1996).

Se recomienda evitar todas estas construcciones, ya que poco se asimila aquí a los nombres cuantificativos mencionados en el § 20.1g, por lo que no es esperable que esté sujeto a variación de género. De hecho, con otros cuantificadores análogos no se han documentado estas peculiares extensiones de la flexión de género (un tanto de comprensión ~ *una tanta comprensión). El cuantificador poco se admite sin dificultad en todas estas combinaciones cuando no va precedido del artículo indeterminado: poca tila, poco pan, poca paciencia. Se analizan otras diferencias entre poco y un poco en los § 20.8e y ss.

20.2o Tampoco se recomienda el empleo de la construcción pseudopartitiva «un poco de + sustantivo plural», que se documenta de forma ocasional en los textos, especialmente en los que desean reflejar el habla popular. En algunos países, esta estructura es propia del registro coloquial:

Le falta un poco de ideas sólidas y constructivas (ABC 24/6/1994); Hagamos un poco de antecedentes: el Distrito Federal aparece, según nuestra historia, en la Constitución de 1824 (Excélsior 11/7/1996); Eso lo vemos por la televisión todos los días, cuando percibimos por televisión un poco de noticias extranjeras (Granma Internacional 5/1996); Ingresó Guilberguis, sumó jugadores en ataque y encontró —en la cabeza de Mario Lobo— el empate. Después un poco de buenas intenciones y mucho desconcierto (Clarín 19/4/1999).

Los sustantivos que poseen plurales inherentes se asimilan a los nombres no contables, como se explica en el § 12.2d, por lo que encajan en esta pauta con mayor propiedad:

Comentó que sentía un poco de celos de Nicolau Casaus (Vanguardia [Esp.] 23/8/1995); Hasta ahora no había encontrado lo único que necesitaba: un poco de entrañas y de compasión de parte de los que tenían en su mano la llave del remedio (Costa, Política).

Algunos sustantivos contables funcionan como no contables en los contextos que se mencionan. Así, piernas se usa con el sentido de ejercicio en Era un lugar ideal para descansar unos días y hacer un poco de piernas (Barral, Castigos).

20.2p Alternan poca ~ pequeña y mucha ~ grande en las estructuras pseudopartitivas formadas con el sustantivo cantidad. La alternancia se debe a que las cantidades son magnitudes a las que es posible asignar un tamaño, como en una pequeña cantidad de agua, una gran cantidad de material. A la vez, el sustantivo cantidad pertenece a la clase gramatical de los nombres no contables, por lo que acepta los cuantificadores poco y mucho:

La leche materna contiene poca cantidad de hierro pero su absorción es excelente (Mendoza Flores, Niñez); Si usted bebe mucha cantidad de alcohol durante un tiempo prolongado probablemente vaya aumentando su tolerancia al alcohol (Cormillot / Lombardini, Beber).

La alternancia se extiende a «una {poca ~ pequeña} cantidad de + sustantivo», pero se considera preferible el uso de pequeño en estas construcciones. Esta opción es, de hecho, mucho más frecuente en los textos:

Tenía que disolver hiel de vaca en una pequeña cantidad de agua hirviendo (Esquivel, Agua); Además, cada semana se les entregaban premios y una pequeña cantidad de tabaco según la clase de trabajo en la cual eran empleados (Olivas, Cocina); Bajaron una caja de cartón que contenía una pequeña cantidad de dinero (Velasco Piña, Regina); Cuando se absorbe apenas una poca cantidad de estas sustancias, el comienzo de los síntomas es casi inmediato (Arrambide / Talamoni, Plaguicidas).

20.2q En el español popular de Venezuela y Colombia, así como en el de Costa Rica y otras partes de Centroamérica, se usa un poco en construcciones pseudopartitivas no concordadas, con el sentido de mucho(s), como en Se demoró un poco de días (‘Se demoró muchos días’); Había un poco de niños (‘Había muchos niños’), o en un poco de problemas (‘muchos problemas’), con la ayuda de un poco de amigos (‘con la ayuda de muchos amigos’). Esta construcción no ha pasado a los registros formales. Dado que en la lengua estándar se admite «un poco de + sustantivo» con nombres no contables en singular, en esta variedad lingüística son ambiguas secuencias como un poco de comida, ya que pueden interpretarse en el sentido particular que se ha descrito (‘mucha comida, comida abundante’), o bien en el que esta expresión posee en la lengua general. Para evitar la ambigüedad, se usan, en los países y los niveles de lengua que se mencionan, un pocote o un pocotón si se desea expresar el primer significado, y un poquito, un pelo u otras formas análogas si se quiere trasmitir el segundo. Véanse también los § 20.2b y 20.8i.

20.2r Se construyen expresiones cercanas a las pseudopartitivas con los cuantificadores todo y nada y la preposición de. Estas expresiones, en las que la preposición de posee propiedades en común con el artículo partitivo de otras lenguas románicas, son características del verbo haber, pero también de los verbos existenciales que expresan carencia o suficiencia: quedar, faltar, sobrar:

No hay {nada ~ de nada}; Ya no quedará {nada ~ de nada}; No nos había sobrado {nada ~ de nada}.

En el caso del cuantificador todo, la presencia de la preposición es la única opción, como consecuencia del llamado efecto de definitud, en Había de todo ~ *Había todo (pero Había todo tipo de productos, como se explica en el § 15.6c):

En este barrio no hay de nada (Azúa, Diario); Y me llevó a un pabellón donde había de todo: chinos, españoles, polacos, ¡qué sé yo! (Barnet, Gallego); En la calle, en todas partes, allá sobra de todo, es impresionante la cantidad de cosas que sobran (Pavlovsky, Pablo); Al Alcalde nunca le iba a faltar de nada (Berlanga, Gaznápira).

No equivalen, por otra parte, Queda todo (como en Queda todo por hacer) y Queda de todo; Falta todo (como en Falta todo lo necesario) y Falta de todo.

20.2s El uso descrito no se extiende a otros pronombres (*¿De qué hay en este barrio?; *Aquí hay de algo) ni tampoco a los sustantivos (*Allí había de chinos, de españoles…). Como consecuencia de la interpretación partitiva de de todo y de nada, estas expresiones solo suelen emplearse si tiene sentido hacer referencia a un conjunto supuesto de personas o cosas cuya existencia se confirma o se niega (por ejemplo, bienes, alimentos o servicios en el texto de Azúa). Si ese conjunto no se puede suponer, se omite la preposición. Así, el que entra en un departamento y quiere expresar que está completamente vacío podría decir Aquí no hay nada. Si dijera Aquí no hay de nada expresaría la ausencia total de enseres, alimentos, utensilios u otros elementos que serían de esperar en ese lugar. Véase también, en relación con estas cuestiones, el § 15.11.

20.2t Con otros verbos que admiten estas expresiones preposicionales como uno de sus argumentos se percibe asimismo la necesidad de que se haga referencia a un conjunto previo. Así, tengo de todo en el diálogo siguiente se interpreta como ‘tengo de todo lo que me pides’: —¿Tienes papel? —Sí, tengo. —¿Tienes carboncillo, chinches? —Sí, tengo de todo (Chacel, Barrio). No obstante, de todo se ha lexicalizado como expresión cuantificativa con el significado de ‘todo tipo de cosas’, por lo que ha perdido en buena medida su interpretación partitiva. Ello permite que aparezca en contextos en los que se hace referencia a conjuntos de cosas supuestos o presentados previamente. En estas construcciones de todo puede incidir, además, sobre verbos no existenciales:

Había ganado de todo, hasta el Derby de Kentucky (Obando, Paraíso); Ellos hicieron de todo en la cancha, aprovechando la flojedad del juez (Última Hora [Par.] 12/11/2004); A usted le ha pasado de todo en la vida, o casi (Bryce Echenique, Martín Romaña); En aquella corrida de toros ocurrió de todo (Palou, Carne).

20.2u Se han creado algunas expresiones idiomáticas a partir de esta pauta, como llamar (o decir) a alguien de todo (‘insultarlo, injuriarlo’): Pero es que de mí han dicho de todo, que si soy maricón, que si soy tal, que si soy cual (Cambio 16 1/10/1990). Se asimila a de todo la locución de todo un poco, como en También es nuestro guía. Hace de todo un poco (Dou, Luna). La interpretación de de todo y de nada en función de un conjunto previo, o bien de modo absoluto, puede dar lugar a oraciones ambiguas. En Agarró (también Cogió o Tomó, según los países) de todo, puede hacerse referencia a un conjunto de cosas mencionadas antes, pero también puede entenderse que de todo significa ‘todo tipo de cosas’, sin tal contexto. Cabe decir lo mismo de No tenía de nada. Se registra asimismo la variante enfática nada de nada, más frecuente en contextos no anafóricos: Yo creo que no hace nada de nada (García Morales, Lógica). Sobre las propiedades de de todo y de nada según sean complementos partitivos o complementos de régimen véase el § 36.3n. Sobre el uso de de nada como expresión ilocutiva con la que se agradece algo, véase el § 32.6e.

20.2v Pese a estar introducidas por una preposición, estas expresiones se comportan como grupos nominales y, como tales, pueden desempeñar las funciones de sujeto (Ha sucedido de todo) o complemento directo (Luis sabe de todo). No pueden ser, en cambio, términos de preposición: *para de todo, *en de todo, etc. Se rechazan, pues, como adjuntos (*Intentó abrir la lata con de todo), complementos indirectos (*Da mucha importancia a de todo) o complementos de régimen (*Piensa en de todo). La preposición que aparece en estas expresiones pseudopreposicionales no ha de confundirse con la que seleccionan los predicados que requieren un complemento de régimen. Así, en el texto siguiente, la preposición de está seleccionada por el verbo servir, por lo que de nada alterna con de algo, de poco y con otros complementos de régimen: En cuanto a tus novelas, no servirán de nada si la felicidad reina al final (Quesada, Banana).

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
estructura pseudopartitiva, nombre cuantificativo

 

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