Sintaxis

29 La preposición y el grupo preposicional

29.1 Introducción. Los conceptos de preposición y grupo preposicional

29.1a Las preposiciones son palabras invariables y por lo general átonas que se caracterizan por introducir un complemento que en la tradición gramatical hispánica se denomina término1.10h). La preposición y su término forman en conjunto un grupo preposicional o prepositivo. Así, el término de la preposición con es la expresión subrayada en el ejemplo: con una pequeña ayuda. El término de la preposición no se puede omitir. No obstante, algunos gramáticos han propuesto en los últimos años análisis sintácticos (resumidos en el § 29.3c) según los cuales no sería obligatorio en todos los casos. Al margen de estos análisis, debe señalarse que algunas preposiciones permiten que, en el habla conversacional, se sustituya el pronombre interrogativo que corresponde a su término por un ascenso de la curva tonal. Destacan sobre todo por y para, que se usan de esta forma en lugar de ¿por qué? y ¿para qué? respectivamente. Este uso no ha pasado a los registros formales de la lengua oral ni de la escrita:

—Además, cuento con que no seas supersticioso. —¿Por? —Ya lo sabrás (Vázquez Rial, Frontera); —¿Usted estuvo en Cuba? —¿Por…? —Necesito un tipo con puntería y que sea de confianza (Soriano, León); —Quiero darle tiempo. —¿Para? —Para que los avise, si es que le da por ahí (Silva, L., Nadie); —¿Tienes interés por algún sitio determinado? —¿Para? —Nuestro viaje… (Delibes, Sombra); —Hay casi una legua, y no puedo ir a pie. Con el coche estaría en un momento. —¿Para? —Salvar la vida del rey (Pérez-Reverte, Jubón).

29.1b Los grupos preposicionales pueden ser elementos argumentales, como contar con su amistad o su confianza en el futuro, o bien elementos adjuntos, como contar con los dedos, famoso por su sabor, la vida en una gran ciudad. Los primeros se llaman tradicionalmente complementos de régimen preposicional y se estudian en otro capítulo de esta obra (n.° 36); los segundos se abordan en los capítulos 24 y 39. Corresponde a este capítulo analizar la estructura interna de unos y otros, así como las propiedades gramaticales de las preposiciones con las que se construyen. Los grupos preposicionales adjuntos constituyen modificadores de diversas clases de palabras, sobre todo de los sustantivos, los verbos, los adjetivos y los adverbios. Son, pues, grupos preposicionales adjuntos los subrayados en las alternancias trabajar por dinero ~ el trabajo por dinero; elegante sin excesos ~ elegancia sin excesos. Como se hace notar en el § 39.1d, la función de complemento circunstancial raramente se aplicaba en la tradición a los complementos de los sustantivos o de los adjetivos. En el § 37.3 se explica que los grupos preposicionales pueden ejercer la función de atributo, como en Este regalo es para tu hermana, o de complemento predicativo, como en Te imagino con un sombrero mexicano. La sintaxis de los grupos preposicionales se analiza en otros lugares de esta obra, fundamentalmente en los capítulos 13, 31, 36 y 39. La duplicación de la preposición en las copulativas de relieve (De eso es de lo que me acuerdo) y su ausencia en las construcciones de que galicado (De eso es que me acuerdo) se analizan en los § 40.10-12. Los grupos preposicionales que intervienen en las oraciones de relativo (el vendedor del que no me fío, en lugar de … que no me fío de él) se estudian en el § 44.2.

29.1c La preposición y el artículo forman las amalgamas, contracciones o conglomerados al (a + el) y del (de + el). La ortografía española actual no admite ninguna otra forma compleja de este tipo, pero en algunas variantes populares de la lengua hablada se forman también pal o pa’l (para + el) y pol o po’l (por + el). En la lengua escrita se reflejan ocasionalmente cuando el autor desea transcribir tales manifestaciones de la expresión oral. La variante pol es característica del asturiano, pero se registra también en los textos que desean reproducir fielmente las variantes orales de algunos países americanos, como Ando pol mercado, en El Salvador. La forma pal es asimismo característica de la lengua popular de muchos países. Se muestran a continuación algunos ejemplos de estas expresiones:

Pero pal caso da igual (Mojarro, Yo); ¡Vete pal carajo, Justo! (Herrera Luque, Casa); […] y luego pol otro ojo que me queda (Ortiz, Música).

Sobre las formas col, contral, fastal o nel en textos antiguos, véase el § 14.3b. En la lengua antigua se documentan asimismo numerosos usos de la preposición de fusionada con artículos (del, della), demostrativos (deste, daqueste, daquella), indefinidos (dalguno, dotro), adverbios (daquí, dacá o doy, es decir ‘de + hoy’) y pronombres (delde + él’ o ‘de + le’, además de dello). Para la presencia o ausencia de amalgamas en los nombres propios y en los grupos nominales que se les asimilan (la sede de El Colegio de México, la Universidad del Comahue), véanse los § 14.3c y ss.

29.1d La preposición rige su término. Este vínculo tiene un correlato formal, al que se hace referencia en este apartado y en el siguiente, pero también otro de tipo semántico, del que se hablará en el § 29.6. Los grupos nominales que constituyen términos de preposición no reciben ninguna marca sintáctica en español aparte de la posición contigua que les corresponde. En cambio, algunos pronombres personales ponen de manifiesto, además de esta marca meramente posicional, el caso oblicuo16.3b y ss.) que se asocia con dicha función sintáctica, como en para mí, sin ti, de sí, etc. En las lenguas en las que los sustantivos se declinan, las preposiciones pueden inducir, a diferencia del español, casos diversos (acusativo, genitivo, dativo, etc.), lo que conlleva modificaciones morfológicas en el sustantivo.

29.1e Se suele decir que las lenguas en las que el término precede a la preposición, como el japonés o el vasco, no tienen preposiciones, sino posposiciones. Si bien la preposición rige a su término inmediatamente, la existencia de grupos preposicionales como sin apenas un minuto libre o sin siquiera dudarlo un instante hace pensar que entre preposición y término pueden interponerse, en ocasiones, ciertos adverbios. No obstante, cabe también suponer que el término de la preposición sin en los ejemplos propuestos no es la expresión que sigue al adverbio subrayado, sino más bien todo el segmento, nominal u oracional, que el adverbio encabeza, por tanto [sin [apenas un minuto libre]]. Se aplica el mismo análisis a secuencias como En poco tiempo podremos hacerlo [=‘comunicarnos’] con prácticamente cualquiera (Excélsior 17/9/2001). Como en otras construcciones (cf. sin razón alguna), la preposición asigna, desde una posición externa, al grupo nominal alguna propiedad léxica o morfológica de las voces incluidas en él. No contienen preposiciones pospuestas expresiones como Dios mediante, que se analizan en los § 27.8d y 29.2h, i, ni como río abajo, que se estudian en los § 30.5n y ss.

29.1f Son raros los incisos que separan una preposición de su término, a diferencia de los que separan un verbo o un adjetivo de su complemento. Si bien suele atribuirse esta propiedad a la naturaleza átona de las preposiciones, cabe señalar que también está relacionada con el hecho de que su término se identifica casi siempre en español por la posición. No es posible, por tanto, adelantar un grupo nominal sin la preposición que lo precede. En otras lenguas, el término de la preposición puede separarse de ella en las construcciones relativas e interrogativas, como en inglés What are you talking about? ‘¿De qué estás hablando?’, donde el pronombre what constituye el término de la preposición about. El español no permite nunca desplazar sintácticamente el término de la preposición, pero el grupo preposicional en su conjunto puede anteponerse, como en ¿De qué hablas?, y, en general, ocupar diversas posiciones, sean focalizadas (A eso precisamente me refería yo cuando decía que…) o temáticas (De ese asunto prefiero no hablar), como se explica en el § 40.2i. Para la interpretación semántica de los grupos interrogativos no antepuestos, como en ¿Te vas de viaje con quién?, véase el § 42.11. Como se puede comprobar, en ninguno de estos casos se separa la preposición de su término.

29.1g Las preposiciones forman una clase gramatical cerrada. el gran número de locuciones preposicionales existentes (§ 1.10a y ss. y 29.9) alarga de manera considerable ese paradigma, si bien no hasta el punto de convertirlo en abierto. Se introduce en el § 1.9c la división tradicional de las clases de palabras en léxicas y gramaticales. A pesar de ello, siempre se ha reconocido en esa misma tradición que las preposiciones no se acomodan con facilidad a tal dicotomía, ya que unas se asimilan con propiedad a los elementos gramaticales (prender a un sospechoso, la edición de este libro), mientras que otras añaden a su valor gramatical rasgos significativos propiamente léxicos (durante la representación, bajo el puente).

29.1h La distinción entre preposiciones de contenido gramatical o funcional y preposiciones de contenido léxico se considera gradual, en la medida en que los procesos de gramaticalización son asimismo graduales. Así, la preposición de expresa ‘lugar de origen’ en colgar del techo. Pone, pues, de manifiesto el significado que corresponde a esa noción semántica. El valor de esta preposición en depender de las circunstancias guarda relación con el significado anterior, pero está en gran medida gramaticalizado. No parece posible, por tanto, asignar a de un contenido léxico particular en este segundo caso si se analiza la construcción desde un punto de vista sincrónico, más aún si se tiene en cuenta que la relación histórica entre los verbos pender y depender se ha perdido en la conciencia lingüística de muchos hablantes. Existen otros casos similares que ponen de manifiesto la pérdida del contenido léxico de muchas preposiciones. En este capítulo y en el 36 se analizan algunos de ellos.

29.1i Las preposiciones a y de constituyen marcas de función necesarias para introducir ciertos complementos nominales o pronominales. La primera es imprescindible como marca sintáctica en La eligieron a ella o en Demos una oportunidad a la paz. En el primer caso, introduce un complemento directo de persona y, en el segundo, uno indirecto. Aun así, dado que los complementos directos no personales se construyen también sin preposición en español (§ 34.8-10), la preposición a que precede a los complementos directos de persona se ha considerado más propiamente una marca de ciertas nociones semánticas. La de ‘animacidad’ o de ‘animación’ es una de ellas, pero no la única, como se explica en el § 34.8d. En los § 1.8l y 36.5d, e, se muestra que la preposición de expresa sintácticamente la información que marca el genitivo, de modo similar a como lo hace en latín este caso. Esta preposición introduce, en efecto, los complementos del nombre incluso cuando la estructura nominal (recepción de los documentos) se corresponde con una estructura verbal sin preposición (recibir los documentos). En general, los sustantivos, los adjetivos y los adverbios se caracterizan por el hecho de que no admiten complementos nominales como modificadores directos. Se exceptúan las construcciones apositivas (§ 12.13-15).

29.1j Pueden ser término de preposición los grupos nominales (como en el ejemplo citado con una pequeña ayuda), los pronominales (sobre otro similar), los adjetivales (desde muy niño, pasar por excesivamente tonto), los adverbiales (hasta aquí mismo, desde detrás de la puerta), y también los preposicionales (Salió de entre unos matorrales). Estas últimas construcciones se analizarán con detalle en el § 29.5. Las oraciones subordinadas sustantivas pueden ser asimismo término de preposición, tanto las de verbo en forma personal como las de infinitivo (§ 26.13). Unas y otras pueden ser declarativas (la noticia de que se había producido una explosión, la razón de cambiar de trabajo), o bien interrogativas indirectas, sean totales o parciales (la incertidumbre de si estará vivo o no, preocupado por cómo fueran a ir las cosas, la difícil cuestión de si intervenir o no). Como las oraciones de relativo sin antecedente expreso se asemejan a los grupos nominales, pueden ser también término de preposición (Háblame de lo que te preocupa). No lo son, en cambio, las demás oraciones de relativo, sean especificativas o explicativas. Así pues, el término de la preposición sobre en el asunto sobre el que tanto se ha escrito no es todo el segmento que sigue a esta preposición, sino únicamente el relativo complejo que se subraya (§ 22.3 y 44.3). Las preposiciones se pueden coordinar en las condiciones restrictivas que se analizan en los § 31.4c y ss.

29.1k Se reconoce generalmente que es posible simplificar la lista tradicional de términos de preposición introducida en el apartado precedente. Así, algunos términos adjetivales de las preposiciones se reinterpretan como oraciones subordinadas en las que se suple el verbo ser, como en jactarse de (ser) valiente38.10a). Por su parte, los adverbios que se admiten como término de preposición tienen ciertas propiedades nominales: hacia allí (‘hacia ese lugar’), como se explica en el § 17.7c. De hecho, los demás adverbios se suelen rechazar en esa estructura (compárese, por ejemplo, hacia allí con *hacia despacio) porque carecen de ellas.

29.1l El significado de las preposiciones, al que se dedicarán los § 29.6-8, es abstracto y casi siempre relacional. Por esta razón, es frecuente en las descripciones gramaticales presentar como significado de la preposición cierta noción que corresponde en realidad a su término. Suele decirse, por ejemplo, que la preposición de expresa origen en El disparo salió de esta pistola, o que con indica instrumento en Escribe todos sus artículos con una vieja pluma estilográfica. En sentido estricto, la expresión lingüística que designa el origen del disparo en el primer ejemplo no es de, ni de esta pistola, sino esta pistola. De modo análogo, el elemento que representa lingüísticamente el instrumento del que se habla en el segundo ejemplo no es con, ni con una vieja pluma estilográfica, sino una vieja pluma estilográfica. Estos hechos son consecuencia directa de la naturaleza relacional de las preposiciones. En los análisis recientes es habitual señalar que las preposiciones marcan semánticamente su término, en el sentido de que inducen en él determinados significados que se interpretarán en función de la situación designada por el predicado principal. De hecho, la naturaleza relacional de las preposiciones se manifiesta en que suelen poner en contacto las dos informaciones que el hablante desea vincular: la aportada por su término y la que añade el predicado al que modifica o complementa como adjunto el grupo preposicional. En el ejemplo que se acaba de mencionar, la información que aporta el término concierne a un útil para escribir, mientras que la proporcionada por el predicado se refiere a determinada acción en la que ese útil interviene como participante. Se retomará este punto en el § 29.6.

29.1m Si bien cabe agrupar en oposiciones binarias ciertas preposiciones (ante/tras; bajo/sobre; con/sin; de/a; desde/hasta), solo algunos de los usos que corresponden a uno de los miembros del par se reconocen en el otro. Estas correspondencias se suelen romper más frecuentemente cuando el término de la preposición designa alguna noción inmaterial, como en bajo amenaza/*sobre amenaza, frente a bajo la mesa/sobre la mesa. Se retomará esta cuestión en los § 29.6-8.

29.1n Dan lugar a preposiciones españolas las latinas contra (> contra), inter (> entre), super (> sobre), sub (> so), trans (> tras). Son formaciones romances cabe (< cabde, a su vez derivado de a cabo de), desde (< de ex de), hacia (< facie ad), para ~ pora (< pro ad), y se adapta como hasta el término árabe hattà. No pasaron al español otras preposiciones latinas (adversus, circum, apud, praeter, prope), si bien algunas de ellas han permanecido como prefijos. Se dieron durante la Edad Media alternancias entre las formas pora ~ para; fata ~ fasta ~ hasta ~ asta, antes de que se fijaran las formas actuales para y hasta:

Finca el cuerpo biuo fata que quiera dios que uenga la fin (Poridat); Non será omne alabado de conplida fialdat fata que todos sus enemigos fíen dél sus cuerpos et sus fechos (Juan Manuel, Lucanor); Mas tengalo el juez preso ensu casa, fasta que pague aquello que pagar deuiere (Fuero Zorita); Escoya delos otros quales quesier asta que aya derecho de todos (Fuero Salamanca); Mando escrevir otra carta pora el (Buenos proverbios); El es meior pora uos que pora mi (Cuento don Tristán).

 

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