Sintaxis

35 El complemento indirecto

35.5 Complementos indirectos seleccionados o argumentales (I). Destinatarios y experimentadores

35.5a Los verbos que se construyen con complementos indirectos argumentales en alguno de sus usos se pueden clasificar con varios criterios. Debe tenerse en cuenta, ante todo, si el verbo al que modifican es o no el que los selecciona desde un punto de vista semántico. En el primer caso, se obtienen predicados simples, como en Le entregó el dinero (donde le es complemento de entregar); en el segundo caso, se obtienen predicados complejos, como se explicó en los § 35.3d y ss. Así, el pronombre le en Le anduvo cerca, incide sobre el predicado complejo andar cerca, pero está seleccionado por el adverbio cerca y se interpreta como argumento suyo (‘Anduvo cerca de él’), como allí se vio. El mismo análisis se extiende a Le fue imposible; Te será fácil, y otros casos en los que se incorpora a un predicado complejo un argumento de su segundo componente (§ 35.5p). Todos estos complementos indirectos son, pues, argumentales.

35.5b La distinción introducida en el apartado precedente tiene base sintáctica. Si se consideran, en cambio, los complementos indirectos argumentales desde el punto de vista semántico, se pueden clasificar con dos criterios estrechamente interrelacionados:

1. Su interpretación semántica

2. La clase semántica a la que corresponde el verbo al que complementan

De acuerdo con 1 se distinguen cinco tipos fundamentales de complementos indirectos: los que designan el destinatario de una acción o un proceso, como en Le entregaron el dinero; los que designan el depositario de cierta experiencia, sea o no sensorial (experimentador o experimentante en diversos sistemas terminológicos), como en Le gustaba madrugar; los que expresan el punto de origen de una acción o un movimiento, como en Se nos apartó; los que denotan el término de esas acciones, como en Le fue a su mamá con el cuento, y los que expresan la ubicación (en el sentido de ‘lugar en donde’, por oposición a ‘lugar adonde’ o a ‘lugar de donde’) de alguna cosa, como en Le puso flores a la lápida. Se han propuesto, no obstante, otras etiquetas similares a estas (como la de receptor, entre otras) y también se ha considerado la posibilidad de desdoblar algunas de ellas en otras más específicas, así como la de integrar dos de ellas en una sola (por ejemplo, los complementos que expresan ubicación en los que designan al destinatario).

35.5c Las nociones que se acaban de mencionar deben interpretarse en sentido amplio. Aun así, entienden algunos autores que tales etiquetas se aplican a los casos prototípicos, pero no tan claramente a los demás. Es posible decir, en efecto, Al tejado no le ocurrió nada sin deducir de ello que los tejados tienen la facultad de experimentar algo. La interpretación semántica del complemento indirecto puede depender, por otra parte, de la naturaleza del sujeto, por tanto no solo del verbo sobre el que aquel incide. Así, el pronombre le en Le costó mucho esfuerzo adaptarse designa la persona que experimenta el esfuerzo del que se habla. El mismo pronombre y el mismo verbo aparecen en Le costó mucho dinero difundir su producto, de lo que no debe deducirse que el dinero forme parte del paradigma de nociones susceptibles de ser experimentadas. Existen otros muchos casos similares. Está generalizado hoy el punto de vista según el cual la dificultad para hallar las etiquetas apropiadas del tipo 135.5b) representa un caso particular de la que existe para identificar funciones semánticas diversas como unidades específicas (y tal vez primitivas) del análisis gramatical. Como se ha adelantado, existe relación estrecha entre los grupos que cabe hacer en 1 y los que se permiten en 2. Así, los complementos indirectos que designan el destinatario y el experimentador de algo (grupo 1) son característicos, respectivamente, de los verbos de transferencia (dar) y de afección (gustar), que corresponden al tipo 2. No se ha elaborado, sin embargo, una tipología precisa de correspondencias entre las clasificaciones obtenidas mediante estos dos criterios.

35.5d El primer grupo de verbos que cabe establecer con el criterio 2 es el de los que denotan transferencia. El complemento indirecto expresa en estos casos el receptor o el destinatario de dicho proceso, y suele concurrir con un objeto directo que designa la entidad transferida. A ese grupo de verbos pertenecen los siguientes en alguna de sus acepciones, entre otros muchos:

aportar, ceder, compensar, conceder, confiar, dar, dejar, devolver, donar, entregar, enviar, legar, llevar, mandar, obsequiar, ofrecer, otorgar, pagar, prestar, proporcionar, regalar, reintegrar, remitir, retribuir, subvencionar, traer.

Se ejemplifican a continuación algunos de ellos. Se subraya con trazo continuo su complemento indirecto y se marca con trazo discontinuo el verbo que expresa transferencia:

Este, que no se había movido, le dio unos billetes (Zarraluki, Historia); Cuando esta murió y sin hijos, legó la propiedad a dos sobrinos (Guzmán, Y., País); Carmencita le dijo que había tenido una idea que podría proporcionar algún dinero a su amiga Florita (Marsé, Rabos); Cedió la casa que le había dejado mi madrina en su testamento a la escuela (Prada Oropeza, Hora); Todo porque fue mi madre quien le prestó dinero para pagarle al brujo (Rey, Sebastián); Una tarde le trajeron a una enferma que estaba a la miseria (Galeano, Días).

Como se señaló, han de considerarse aquí estos verbos en alguna de sus acepciones, no en todas, sobre todo porque varios de ellos cambian su significado en función del objeto directo con el que se construyan. Así prestar significa ‘ceder temporalmente’ en prestar una bicicleta a alguien, pero ‘otorgar’ en prestar atención a alguien. Sobre la alternancia entre objetos directos e indirectos (como en pagar a alguien), véanse los § 35.8d y ss.

35.5e Los verbos de comunicación también se consideran, en sentido amplio, verbos de transferencia, puesto que cabe entender que la noción transferida es la información que se suministra. A ese extenso paradigma de verbos, que también poseen objetos indirectos argumentales en algunos de sus usos, corresponden los siguientes, entre otros muchos:

aclarar, anunciar, avisar, comunicar, contar, contestar, cuchichear, decir, dictar, escribir, explicar, exponer, gritar, informar, manifestar, narrar, notificar, referir, repetir, replicar, revelar, sugerir, susurrar, transmitir.

El complemento directo de estos verbos puede constituir una oración subordinada sustantiva (§ 43.4l), propiedad muy infrecuente en los verbos del grupo anterior. He aquí algunos ejemplos de verbos de comunicación construidos con objeto indirecto:

Cuando se atrevió a llamarla a su casa, le dijeron que había salido de viaje con el marido (Rovinski, Herencia); El señor comisario me notifica que mis compañeros de farra han prestado declaración (Mendoza, Gurb); Él mismo dictó a un secretario el comunicado (Vargas Llosa, Fiesta); El de la cara de niño le repitió la pregunta con voz más suave (Martínez Pisón, Ternura); Le cuchicheó algo una mujer y se plantó detrás del féretro (Medina, D., Cosas); Ya le habían comunicado que sería bueno separar algunos negocios (García, A., Mundo).

Aunque los complementos de los verbos de este grupo se caracterizan por expresar informaciones, los del grupo anterior se asimilan a veces a ellos. Es posible decir, en efecto, Le devolvió el dinero, pero también Le devolvió el insulto; junto a Añadiré más aceite a la ensalada, cabe decir Añadiré algo a lo que usted acaba de decir; al lado de Le dio el libro, se dice (sin que cambie en lo fundamental el significado de dar) Le dio las gracias.

35.5f Aplicado a los grupos de verbos que se han presentado, el concepto de ‘transferencia’ puede resultar insuficiente en ciertos casos. En efecto, si una persona da a otra una oportunidad (a diferencia de una carta u otro objeto material) no puede decirse con propiedad que se la transfiera. Tampoco es apropiada la noción de transferencia si se habla de promesas, peticiones, solicitudes u otras acciones que coinciden en estar dirigidas a alguien. Los individuos a los que se dirigen estas acciones son unas veces receptores de ellas, pero otras constituyen tan solo sus destinatarios. Si una persona dice, pregunta o comunica algo a otra, cabe entender, en efecto, que esta última recibe la información de la que se habla. Análogamente, de Le di a Mauricio el dinero se infiere ‘Mauricio recibió el dinero de mí’. También en Le pedí que me hiciera un favor o en Le había dado un consejo se infiere que los destinatarios de la petición y el consejo los recibieron. No obstante, los destinatarios no se interpretan de manera forzosa como receptores en otros casos. No existe, por ejemplo, contradicción alguna en oraciones como Le envié un paquete que nunca recibió; Le ofreció dinero inútilmente o en Le cedió los derechos, pero ella no los aceptó. El predicado complejo hacer llegar se diferencia de enviar en que da lugar a la implicación mencionada: Cuando decidió cerrar su fábrica, el gerente de Slaconia […] les hizo llegar una carta a los trabajadores a través de la cual les dejaba las máquinas (Tiempo [Col.] 3/2/1997).

35.5g Los verbos que expresan demanda se han considerado un subgrupo de los verbos de transferencia. En las dos opciones que se muestran en pedirle {dinero ~ una respuesta} se transfiere cierta petición, pero se espera a la vez determinada acción del que la recibe. A este grupo pertenecen, entre otros, los verbos siguientes en alguno de sus sentidos:

demandar, encargar, encomendar, exigir, implorar, pedir, preguntar, recabar, reclamar, requerir, rogar, solicitar, suplicar, urgir.

La mayor parte de ellos coinciden con los verbos descritos en los apartados precedentes en que admiten complementos directos oracionales, además de nominales: pedir a alguien {dinero ~ que acepte un trato}. He aquí algunos ejemplos de este grupo:

Fernando despreciaba al resto del mundo, o lo ignoraba orgullosamente, mientras que a mí me exigía algo que yo no podía discernir bien (Sábato, Héroes); El ministro […] le habría pedido que cuide más su trabajo (ABC Color 20/10/2000); […] y, en algunos casos, solicitándole al profesor bibliografía suplementaria (Vargas Llosa, Pez); Encuentra natural que se le recabe su parecer (Carbonell, Apaga); Envié un emisario a Caprarola, para urgirle a Jacopo que adelantara su regreso (Mujica Lainez, Bomarzo); Cada vez más dolida y confusa, la señora Anita le suplicaba una explicación (Marsé, Embrujo); Solo les ruego una oración por mi alma cuando se enfrente la eternidad (Britton, Siglo); Quienquiera fuese el cómplice de Bini, debió encargarle que le robara un documento para inculparlo (Chavarría, Rojo).

Aun así, existen verbos que corresponden semánticamente a este grupo, como impetrar, que no se suelen construir con complemento indirecto, sino con complemento de régimen: Impetró de su padre que lo dejara asistir regularmente a los Consejos de Estado (Larreta, Volavérunt). Sobre alternancias como solicitar algo {a ~ de} alguien, véase el § 35.6e.

35.5h Constituyen otro subgrupo de los verbos de transferencia los llamados de intercambio, como alquilar, arrendar (también subarrendar), comprar o vender. El significado de estos verbos es algo más complejo que el de los anteriores, ya que denotan acciones de naturaleza comercial que se interpretan en función de cierto marco social, incluso jurídico. El que vende o alquila una cosa recibe, en efecto, dinero a cambio. Los verbos de esta clase se suelen agrupar en pares, lo que permite explicar que el complemento indirecto de comprar designe el vendedor (Le compré el auto), y que el de vender designe el comprador. El de alquilar puede designar tanto el que da algo en arrendamiento como el que lo recibe. Así pues, solo en función del contexto precedente puede saberse si los individuos a los que hace referencia la expresión que se subraya en la cita que sigue eran los dueños de cierto chalé o bien los que lo ocuparon temporalmente: El director de cine había alquilado el chalet a un hombre y una mujer cuya identidad no ha sido facilitada (Mundo [Esp.] 26/1/1994). Como otras clases de verbos, los de intercambio pueden usarse también con complementos indirectos no argumentales, como en Me ofrezco a venderte el auto, en el sentido de ‘Me ofrezco a realizar la venta en tu nombre’. Estos usos se analizarán en los § 35.7b-e.

35.5i Como se explicó en los apartados anteriores, aunque la implicación que se menciona (según la cual el destinatario acaba en posesión o en contacto con lo transferido) caracteriza de modo general todos los procesos de transferencia, se obtiene con más claridad con unos predicados que con otros. A ello se añade que la lengua amplía el concepto de ‘destinatario’ a gran número de situaciones en las que no se produce propiamente la transferencia de algo de una persona o cosa a otra. Así, los complementos indirectos marcados en La muchacha le sonrió o El perro ladraba a todos los extraños denotan los individuos a los que se dirigen, respectivamente, una sonrisa y uno o varios ladridos. Estos complementos expresan el término de un número reducido de acciones, por lo que pueden considerarse argumentales. Admiten paráfrasis con los verbos lanzar o dirigir, como en ladrar a alguien ~ dirigirle un ladrido; sonreírle ~ lanzarle una sonrisa. También en apuntar a alguien con una pistola34.7h y 39.6n) el complemento indirecto designa el individuo al que se dirige o se orienta cierta acción. De hecho, algunos autores han señalado que es este último rasgo (acción o movimiento direccional u orientado), más que el relativo a la transferencia de algo material o inmaterial, el que permite agrupar los verbos mencionados en los apartados precedentes.

35.5j Además de los verbos que expresan transferencia, poseen complementos indirectos argumentales los que denotan asignación o atribución de algo, como achacar, adjudicar, asignar, atribuir, corresponder, imputar, otorgar o reconocer, entre otros:

Si asistía a una operación cardíaca, le achacaban un coqueteo con el médico e intenciones de hacerse la cirugía plástica (Caras 1/9/1997); A la coca los indígenas le atribuían todas las virtudes y bondades (Alonso, F., Imperio); Al distribuir todo entre la gente a él le correspondía un plátano, una yuca (Alape, Paz).

Se asimilan parcialmente a ellos detectar y diagnosticar, como en Ayer falleció […] víctima de un cáncer que le había sido diagnosticado (Mundo [Esp.] 28/7/1994). Forman otro grupo los verbos que denotan mostración de algo: enseñar, indicar, mostrar, presentar, etc.:

Se alzó en el camastro y me indicó con el índice una botella de agua mineral sobre la mesa (Collyer, Pájaros); Aceptó que le presentemos un programa económico alternativo y un plan que combata a la corrupción (Proceso [Méx.] 22/9/1996); Sonrió feliz, mostrando a Lituma el alto de revistas multicolores (Vargas Llosa, Tía).

35.5k Como se ha explicado, los complementos indirectos que se denominan normalmente experimentadores o experimentantes suelen diferenciarse de los llamados destinatarios. Algunos autores entienden, no obstante, que desde un punto de vista conceptual ambas nociones presentan puntos en común: el simple hecho de que pueda elegirse el verbo dar en Le dio a Alfredo un regalo y en Le dio a Alfredo un mareo hace pensar que —con independencia de la función sintáctica que ejerza aquí el grupo nominal indefinido: objeto directo o sujeto— la persona que participa en ambos procesos desempeña un papel no activo en ellos. Otros gramáticos han aducido, en sentido contrario, que este tipo de consideraciones apuntan más a la etimología de los verbos que se analizan que a su significado tal como los hablantes los entienden. En cualquier caso, son argumentales los complementos indirectos de los verbos de afección, que designan muy diversas inclinaciones o reacciones de tipo físico o anímico, como en las oraciones siguientes:

Le picaba la barba (País [Esp.] 2/6/1987); A Prometeo le molestaba la torpeza (Fernández Spencer, Pueblo); La imperfección le complacía tanto que agradecía a Dios por los innumerables pecados de su prójimo (Serrano, E., Dios); En los últimos años fueron en su mayoría procesiones veloces sin que abundasen esos sorpassos que tanto entusiasman a la gente (Clarín 3/4/1997); Sin embargo, al analista de los conceptos no le satisface esta posición (Ramis, Esencia); Ya sin la compañía de la princesa, el destartalado desamparo de la quinta me agobiaba terriblemente (Mutis, Maqroll); Yo creo que simplemente tuvo un desliz que le pesó toda su vida (Hidalgo, I., Hijas); También le agrada la ópera alemana e italiana (Salvador Hoy 19/5/1997).

35.5l Los verbos de afección se denominan también psicológicos en algunos estudios gramaticales (en una interpretación quizá demasiado estricta del concepto de ‘psicología’). Pertenecen al mismo grupo los siguientes, entre otros:

aburrir, agobiar, agradar, alegrar, asombrar, asustar, atraer, cansar, complacer, contentar, desagradar, disgustar, divertir, doler, encantar, entristecer, entusiasmar, escocer, estimular, extrañar, gustar, herir, interesar, irritar, molestar, obsesionar, ofender, pesar, preocupar, sorprender.

Cabe añadir algunos más restringidos geográficamente, como provocar, característico del área caribeña o del Perú: ¿No le provoca un aguardiente? Con este frío… (Gamboa, Páginas) o apetecer (¿Te apetece un café?) más usado en España. Se explicó en el § 35.3h que los predicados de afección pueden formarse con verbos de apoyo y sustantivos que expresan reacciones afectivas, como en dar alegría a alguien o entrar pena a alguien.

35.5m El rasgo más característico de los verbos de afección es el hecho de que su complemento indirecto designa el individuo que experimenta algo, en lugar de aquel a quien se dirige, se orienta o se transfiere alguna cosa. En el esquema sintáctico más común, la causa de la sensación o el sentimiento suscitado está representada por el sujeto: Le [complemento indirecto] encantaban los boleros [sujeto]. No obstante, como se explicará en los § 35.8f, g, varios de estos verbos se construyen con complemento directo cuando la acción que expresan es intencionada. Algunos verbos de afección expresan sensaciones o reacciones físicas (Le picaba la nariz; Me escuece la herida; Le arde el estómago); otros muchos denotan, como se ha visto, la expresión de sentimientos y actitudes, así como la manifestación de muy diversas reacciones anímicas ante algo. A la vez, son numerosos los que pueden pertenecer con igual naturalidad a ambos paradigmas:

Me duelen {las piernas ~ tus palabras}; Le agobiaba {el calor ~ la opresión familiar}; Le pesa {la maleta ~ el trabajo}; No le gustaba {la canela ~ que lo trataran así}; Me molesta {la luz del sol ~ la hipocresía}.

35.5n El concepto de ‘afección’ presenta, en ciertos casos, problemas de delimitación similares a los que se mencionaron al tratar el de ‘transferencia’, sobre todo porque las nociones experimentadas no son necesariamente emociones o sensaciones si las capacidades que intervienen son la memoria o la inteligencia, además de muy diversas inclinaciones del ánimo: cuando no se te viene a la cabeza el dato exacto, o en Se me olvidan los nombres; Se le ocurrió entonces la idea salvadora; Le interesaba la colombicultura. Por otra parte, al relacionar la función de complemento indirecto con la clase semántica de los verbos de afección ha de tenerse en cuenta que muchos verbos de esta clase no se construyen con la pauta sintáctica mencionada. Es posible, en efecto, que el grupo nominal cuyo referente expresa la causa de la reacción afectiva ejerza la función de objeto directo: Detesto las acelgas. Otros verbos pueden construirse en las dos pautas en algunas de sus acepciones: Me admira tu valor ~ Admiro tu valor. Se retomará esta última cuestión en los § 35.8u, v.

35.5ñ Los verbos de afección se agrupan semánticamente en función de las reacciones emotivas que expresan (sorpresa, satisfacción, alegría, incomodidad, ira, pena, tristeza, etc.). Se ha resaltado en muchas ocasiones que los complementos indirectos de estos verbos tienen ciertas propiedades en común con los sujetos. El paralelismo no se basa solo en la existencia de pares, como el citado Me admira tu valor ~ Admiro tu valor, o como lo que apetezco ~ lo que me apetece, sino también en otros aspectos de la sintaxis. Así, por ejemplo, en los § 26.7b-d y 26.8 se explica que el sujeto de la oración principal proporciona en un gran número de casos el antecedente del sujeto tácito del infinitivo subordinado, como en Lulú prefiere Ø nadar en el mar (donde se marca con el signo Ø el sujeto tácito del infinitivo y se subrayan los elementos correferentes). Los complementos indirectos de los verbos de afección ejercen ese mismo papel sintáctico, a pesar de que no son sujetos: A Lulú le gusta Ø nadar en el mar. El modo subjuntivo proporciona otro de esos puntos de contacto. En los § 25.1ñ y 46.9 se explica que el sujeto de la oración principal y el de la subordinada no pueden ser correferentes en oraciones como Norberto desea que regrese. Nótese que se obtiene el mismo resultado en A Norberto le agrada que regrese, pero en este caso los elementos que no pueden correferir son el complemento indirecto de la oración principal y el sujeto tácito de la subordinada. Existen otros puntos de contacto, similares a estos, entre los complementos indirectos de los verbos de afección y los sujetos de otros predicados.

35.5o Es polémica la cuestión de si los complementos indirectos que se interpretan como experimentadores o experimentantes pueden extenderse o no a otros grupos de verbos. Las clases semánticas que se mencionarán a continuación se construyen, en efecto, con complementos indirectos argumentales. Los complementos indirectos que se subrayan en los ejemplos que las ilustran se refieren a individuos que participan de forma no activa en muy diversos procesos que les afectan o que los involucran. Aun así, no existe acuerdo general en si el término experimentador designa adecuadamente la función semántica que corresponde al complemento indirecto en cada una de estas oraciones:

Acaecimiento: ocurrir, pasar, suceder, como en Y en el momento del disparo, le ocurrió algo inesperado (Aguilera Malta, Pelota).

Atingencia o pertinencia: atañer, concernir, corresponder, importar, incumbir,
como en Volvamos al tema que nos incumbe en esta nota (Lasprilla, Reflexiones).

Daño o provecho: beneficiar, convenir, dañar, perjudicar, como en A vosotros también os beneficia (Grandes, Aires).

Necesidad, adecuación o suficiencia: bastar, faltar (o hacer falta), restar, sobrar, como en Para morir te sobra tiempo (Alberto, Eternidad).

Ppertenencia: pertenecer, como en Este [=‘deseo’] pertenece a los débiles (Laguado, Guiñol).

Utilidad: servir, como en Iba elegantemente vestido y acompañado por dos amigos que le servirían de testigos (Salvador Hoy 30/1/1997).

35.5p En los § 35.3i y 35.5a se explicó que los complementos argumentales de ciertos adjetivos se manifiestan sintácticamente como pronombres dativos que inciden sobre todo el grupo verbal, a veces en alternancia con otros predicados. Se obtienen así alternancias como Me es útil ~ Me sirve; No puedo ir ~ No me es posible ir. Los adjetivos que pertenecen a esta clase se pueden agrupar en función de un número reducido de nociones semánticas, varias de ellas muy cercanas a las introducidas en los apartados anteriores. Las fundamentales son las siguientes:

Sensaciones, emociones y otras reacciones afectivas: agradable, agradecido, doloroso, esquivo, favorable, grato, hostil, indiferente, molesto, simpático, sincero.

Familiaridad o proximidad: ajeno, (des)conocido, extraño, familiar, habitual, próximo.

Necesidad o posibilidad: imprescindible, indispensable, necesario, (im)posible, urgente.

Utilidad, provecho o conveniencia: apropiado, beneficioso, propicio, provechoso, útil, valioso.

Facilidad o dificultad: costoso, difícil, fácil, sencillo.

Propiedad: característico, consustancial, inherente, intrínseco, privativo, propio.

Se ejemplifican a continuación algunos de estos usos:

Toda una literatura necesaria a su perfección le era ajena (Carpentier, Siglo); Las mujeres siempre le fueron esquivas (Caretas 18/4/2002); También a mí me educó mi padre, pero no le fue sencillo (Nieva, Señora); A Demencio no le era grato ese hombre (Fernández Spencer, Pueblo); Es, por decir lo justo, grandioso, en el estilo que a él le es característico (Soublette, Mensajes); Nos fue posible seguir paso a paso el impacto del avance del desarrollo (Schmidhuber, Perros); Ella le fue sincera (García Márquez, Amor); La indiferencia nos fue útil (García Vega, Años); […] segura de que tarde o temprano le serían valiosos (Allende, Hija); Al valor le es inherente una objetividad peculiar (Fabelo, Valores); Supo penetrarlo y ganarlo desde afuera, neutralizando las ramas que le eran hostiles, sin apelar al golpe de Estado (Fasano, Derrota); Quisiera, si no le es molesto, Marta, que me hablara sobre el carácter del Tony (Naranjo, Caso).

35.5q Aunque estas construcciones se constituyen de forma característica con el verbo ser, se registran también ocasionalmente con estar, parecer o resultar:

Escribir, cuando puedo, me resulta muy fácil. Dos textos breves fueron escritos de una sentada (Fogwill, Cantos); Aunque fuera solo por eso, les estabas agradecida (Vargas Llosa, Paraíso).

No obstante, ha de tenerse en cuenta que, cuando se usan otros verbos copulativos, el complemento indirecto puede no estar seleccionado por el adjetivo. Así, contrastes como Me {resultó ~ *estuvo} caro ponen de manifiesto que el adjetivo caro no pertenece a los grupos semánticos que se han mencionado, y también que resultar (como hacerse, parecer, quedar, salir, venir y otros verbos similares: § 37.9o, 37.10, 38.2d, 38.3e y 38.5u) admite complementos indirectos que son relativamente independientes del atributo adjetival. Estos complementos suelen asimilarse a los dativos de interés y a los simpatéticos (§ 35.7b-e y 35.7f-q). En algunas gramáticas tradicionales se denominan dativos de relación: La entrada me pareció cara; El pastel te salió muy sabroso, o Este pueblo le queda chico (Martínez, Evita). Contrastan, de igual forma, El libro me fue {útil ~ *inútil} y Al Negro le resultó inútil la amenaza de dejarme tirada en la carretera (Allende, Eva).

35.5r Los complementos seleccionados por los adjetivos que se agrupan en el § 35.5p pueden aparecer en construcciones de duplicación, como en […] leyes objetivas que le son inherentes a la naturaleza (Lasprilla, Reflexiones). Es asimismo posible que los grupos preposicionales aparezcan sin presencia del pronombre, como en los textos siguientes:

Exagerar era inherente a ella (Proceso [Méx.] 26/1/1997); Sin pertenecer a estos movimientos, Holan no es ajeno a ellos (País [Esp.] 1/5/1980); Sustraído, sin ser hostil a ella, a la corriente progresista que tomaba cuerpo durante su época (Giner, Teoría); Estoy muy agradecida a Dios (Tiempo [Col.] 7/4/1997).

La combinación «preposición + pronombre» sin duplicación da a entender que estos complementos se asimilan a los de régimen. Lo mismo cabe decir en los casos en los que el grupo preposicional no está encabezado por la preposición a, sino por alguna otra:

Más de una vez le has dado oportunidad a tu novio de ser sincero contigo (Nuevo Herald 18/3/1997); Doctor, ¿no sería molesto para usted venir dos veces al día, hasta que mi hija salga del peligro? (Esquivel, Agua); La obra realizada pasa de ser útil para mí a ser útil para mí y para los demás (Ángeles, J., Creatividad).

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
destinatario, experimentante, verbo psicológico

 

Nueva gramática de la lengua española
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