Sintaxis

33 El sujeto

33.2 Otros posibles sujetos. Polémicas relativas a la extensión de este paradigma

33.2a Las oraciones condicionales se han considerado entre los posibles candidatos a integrar la relación de elementos que pueden contraer la función de sujeto. Las prótasis condicionales manifiestan algunas características nominales, como el hecho de poder constituir términos de preposición: Lo guardaré por si hace frío. Es polémico si estas oraciones constituyen o no sujetos en construcciones como las que se ilustran a continuación:

Sería diferente si ustedes se casaran (Belli, Mujer); A la larga será peor si no lo haces (Paz Soldán, Materia); Creo que sería mejor si seguimos hasta Cerro Gordo para avisar al padre Reyes de la otra tropa (Chao, Altos).

En uno de los análisis, estas oraciones desempeñan la función de sujeto, como lo harían sus paráfrasis (aproximadamente, ‘la hipotética situación de que ustedes se casaran’ en el primer caso, ‘el que no lo hagas’ en el segundo, etc.). En otro, sin embargo, estas oraciones son condicionales, de forma que los predicados tienen sujetos tácitos cuya referencia se recupera del discurso precedente (aproximadamente como si la primera oración equivaliese a ‘Ello sería diferente si ustedes se casaran’). Se analizan aspectos varios de esta doble opción en los § 47.1g, 47.2c y ss.

33.2b Otros segmentos sintácticos que se han considerado candidatos a integrar el paradigma de las clases de palabras que pueden ejercer la función de sujeto son los grupos adverbiales locativos o temporales, así como los adverbios que los sustituyen. En efecto, si se acepta que el sujeto de la oración El de ayer fue un día memorable es el grupo nominal que se subraya, cabe preguntarse cuál es el sujeto de la oración que se marca entre corchetes en la cita siguiente: Sin dudas de ninguna clase que [ayer fue un día de gracia para Nicaragua y de regocijo para los nicaragüenses] (Prensa [Nic.] 15/4/2002). La respuesta más natural es ayer. Así, los adverbios demostrativos poseen propiedades referenciales o deícticas (§ 17.7c-f) que comparten con las que caracterizan a los pronombres personales. Es, pues, esperable que puedan coordinarse con grupos nominales (ayer, mañana o cualquier otro día) o que funcionen como términos de preposición (Lo quería para ayer). No obstante, la capacidad de estos adverbios para desempeñar la función de sujeto está muy limitada, como se explica a continuación.

33.2c El ejemplo del diario nicaragüense citado contiene una oración copulativa de predicado nominal. Aunque esa oración no constituye una copulativa de relieve o perífrasis de relativo (§ 40.10b y ss.) —oraciones en las que cualquier segmento que pueda ser focalizado admitiría la función de sujeto—, presenta puntos de contacto con esa otra estructura. Los adverbios demostrativos de lugar ayer, hoy o mañana no alternan libremente con los grupos nominales apositivos que los contienen (el día de ayer, el día de hoy, el día de mañana) cuando estos últimos ejercen la función de sujeto en otras oraciones. De hecho, en los registros más cuidados tiende a rechazarse el adverbio en la interpretación en la que equivale al grupo nominal. Se trata de pares como {El día de ayer ~ Ayer} fue estupendo; No me gustó nada {el día de ayer ~ ayer}, o en {El día de hoy ~ Hoy} constituirá una fecha memorable en nuestra empresa.

33.2d El problema que se analiza puede concebirse como indicio de que la noción de ‘sujeto’ contiene varios rasgos (en el sentido de ‘varias informaciones gramaticales’), de forma que ciertas oraciones satisfacen tan solo algunos de ellos. No parece, en efecto, que pueda ponerse en duda que hoy es sujeto en Hoy será recordado como el día en que Costa Rica fijó su posición en el referendo del TLC (Nación [C. Rica] 7/10/2007), lo que se debe, en buena medida, a que la estructura sintáctica de dicha oración permite destacar el adverbio demostrativo como el elemento del que se predica cierta información. Se ha observado en muchas ocasiones que los adverbios de tiempo y de lugar ocupan a menudo el espacio que corresponde a los sujetos nulos o expletivos en ciertas oraciones impersonales (como Ø en Ø hizo mucho frío: § 33.2e, f y 41.5). La oración Ayer hizo mucho frío es impersonal, pero a la vez se predica en ella el hacer mucho frío de cierto intervalo temporal. Esta relación de predicación se obtiene también en las oraciones siguientes, pauta que se analiza en el § 41.8:

Sí, abre un poquito la ventana, […] aquí huele un poquito a humedad (Vázquez, Á., Juanita Narboni); Aquí dice que tiene usted que entregarme algo (Torrente Ballester, Filomeno).

Así, en la primera se predica el oler a humedad de cierto lugar, y en la segunda se atribuye el expresar cierta información a cierto espacio.

33.2e La relación de predicación a la que se hace referencia se extiende incluso a secuencias como En los libros de mi colegio pone que solamente puedo mirar yo por los gemelos desde el puente (Mihura, Memorias), en las que el verbo poner es impersonal. Aunque la oración carece de sujeto en sentido estricto, no deja de incluir un predicado cuyo contenido se atribuye a cierto lugar. Como se ve, los adverbios demostrativos y los grupos preposicionales a los que sustituyen poseen ciertas propiedades referenciales e intervienen asimismo en relaciones de predicación. Sin embargo, no es claro que esos adverbios tengan propiedades nominales. Cuando son estas últimas las que la sintaxis pone de manifiesto, no alternan libremente con los grupos nominales y tienden a rechazarse en la función de sujeto, como en el par mencionado No me gustó nada {el día de ayer ~ ayer}, en {El día de hoy ~ Hoy} me ha sorprendido mucho o en otras secuencias similares en las que tampoco resultan naturales las variantes con adverbios, al menos en la expresión cuidada. Los grupos preposicionales que equivalen a estos adverbios carecen por completo de las propiedades nominales a las que se hace referencia. Así, la oración En el día de ayer me sorprendió mucho es gramatical, pero no es igual a su variante sin la preposición en en ningún registro lingüístico y en ninguna variedad geográfica del español.

33.2f Se ha observado que en la lengua conversacional de muchos países resultan comunes secuencias como Detrás de las cortinas es un buen sitio para esconderse o como Ahora es la mejor hora para estar serenas (Martín Recuerda, Arrecogías). En esta última pauta podría usarse también un grupo preposicional en el lugar del adverbio ahora, como en A las cuatro sería la mejor hora para comenzar la reunión. Un rasgo notable de estos grupos adverbiales y preposicionales es el hecho de que sustituyen solo a los adverbios demostrativos cuando contienen información referencial suficiente para aportar la identificación que se requiere. Se diría, por ejemplo, Le encanta esconderse detrás de gruesas cortinas, pero resulta muy forzada la variante Detrás de gruesas cortinas es un buen sitio para esconderse, ya que la expresión subrayada carece de capacidad identificativa.

33.2g La idea de que la función de sujeto puede descomponerse en diversos rasgos, de forma que ciertas secuencias solo manifiestan algunos de ellos, se ha explorado desde distintos ángulos en la gramática contemporánea. En los § 33.4p y ss. y 41.9a y ss. se explica que no puede atribuirse la impersonalidad (en el sentido de la ‘carencia de sujeto’) en la misma medida a oraciones como Llueve mucho y a otras como Llaman a la puerta. En la segunda no se dice, en efecto, que nadie llame a la puerta, sino más bien que se predica la acción de llamar de una o varias personas no identificadas. Así pues, en lugar de entender que la oración carece de sujeto, se considera más apropiado suponer que posee un sujeto de interpretación inespecífica, con rasgos de tercera persona del plural (que el verbo refleja), pero sin rasgos fonéticos. Existen otros análisis similares, elaborados desde diversas teorías gramaticales, que coinciden en que parcelan o segmentan la noción de ‘sujeto’ en diversos rasgos sintácticos y semánticos aplicados con relativa independencia.

33.2h Es tradicional la pregunta de si desempeñan la función de sujeto los grupos introducidos por entre en secuencias como las que siguen:

Entre los gemelos y el enano subieron los cuerpos sin vida de los animales a la parrilla de una carreta (Alberto, Eternidad); Entre Delgado y Machado atendieron a Cristico (Herrera Luque, Casa); Entre Onofre y Efrén organizaron a estos pilletes y los adiestraron (Mendoza, Ciudad); Entre tú y yo hacemos la carta, la paso a máquina y esperamos la respuesta (Espinosa, E., Jesús); Entre todos ahorraremos agua (Tiempo [Col.] 11/2/1990).

El término de la preposición entre es, en estas oraciones, un grupo nominal o pronominal. Predomina hoy el análisis según el cual estos grupos preposicionales no son sujetos, sino modificadores circunstanciales cercanos a los predicativos (§ 39.2b), en concreto, a adverbios como colectivamente, colegiadamente, conjuntamente y otros similares. De hecho, el predicado al que modifican estos adverbios, al igual que los grupos preposicionales mencionados, suele corresponder a los que denotan realizaciones23.3). Ello explica de forma natural la anomalía de secuencias como *Entre los dos pasearon; *Javier y Marina miraban por la ventana conjuntamente y otras similares, también anómalas, en las que un modificador adverbial o preposicional requiere que se exprese cierta acción conjunta (relacionada además con la consecución de un límite o un estadio final) que el predicado verbal no puede satisfacer. Sobre otras particularidades del concepto de ‘acción conjunta’, véanse los § 13.11c, 30.16l y 31.6m y ss.

33.2i El análisis que considera sujetos los grupos encabezados por entre se ha planteado a veces en la tradición, y también en algunos estudios posteriores, ya que el evento que el verbo denota en tales oraciones se suele predicar indirectamente de los individuos que designa el término de la preposición. Nótese, sin embargo, que oraciones como En su familia no se habían enterado del problema no tienen como sujeto un grupo preposicional, sino un pronombre tácito con rasgos de tercera persona de plural, aun cuando el lector o el oyente deduzcan que es la familia de la que se habla la que ignoraba el problema en cuestión. Apoya el análisis que rechaza la interpretación de sujeto en estos grupos preposicionales la agramaticalidad de las variantes pasivas de estas secuencias. Tales oraciones serían esperables si el grupo preposicional ejerciera la función de sujeto (en el ejemplo de Herrera Luque que se ha citado, *Cristico fue atendido por entre Delgado y Machado).

33.2j Se rechazan del mismo modo las oraciones copulativas de relieve (o perífrasis de relativo) que serían esperables si los grupos preposicionales con entre ejercieran dicha función. En el primer ejemplo del § 33.2h se obtendría la secuencia anómala *Entre los gemelos y el enano fue entre quienes subieron los cuerpos sin vida de los animales. Aunque con alguna dificultad, se obtiene en su lugar la variante con el adverbio relativo como, característica de los complementos circunstanciales de modo o manera y también de los predicativos: Entre los gemelos y el enano fue como subieron los cuerpos sin vida de los animales. Las oraciones que se citan poseen, por consiguiente, un sujeto tácito (§ 33.4b). La presencia de entre es compatible con la de un sujeto explícito, como en Los gemelos y el enano subieron los cuerpos sin vida de los animales entre los dos.

33.2k No constituyen tampoco sujetos preposicionales las construcciones dequeístas en las que una subordinada sustantiva en función de sujeto aparece precedida por la preposición de (Es fácil de que venga por Es fácil que venga, o No me entristece de que Javier se haya ido por No me entristece que Javier se haya ido). Como se explica en el § 43.6d, los hablantes dequeístas no mantienen la preposición cuando la oración subordinada es sustituida por un pronombre. No dicen, por tanto, Es fácil de eso o No me entristece de ello. Este hecho es indicio de que, en los ejemplos mencionados, las secuencias de que venga o de que Javier se haya ido no constituyen en realidad grupos preposicionales. La preposición de parece ser más bien para estos hablantes una marca formal que introduce sujetos formados por oraciones subordinadas sustantivas. Se analizan otros aspectos de su sintaxis en el § 43.6. Sobre algunos sujetos preposicionales en la lengua medieval, véase el § 43.6u.

33.2l Los adverbios focales aun, incluso, solo, también, etc., que se estudian en el § 40.5, pueden aparecer dentro de grupos nominales que desempeñan la función de sujeto:

Aun estas señas de identidad se reducían a mi uniforme, sin el cual quedaba como desnudo o como si no hubiese nacido (Rojas, C., Hidalgo); Incluso Jabato se ve obligado a elevarse sobre la bicicleta, no tanto para imprimir más ritmo a su pedaleo, sino para mantenerlo (García Sánchez, Alpe d’Huez); Solo González Macchi puede permitir acceso a los cuarteles (ABC Color 16/10/2000); También la nodriza cayó en estado de turbación (Serrano, E., Dios).

Los grupos subrayados en los ejemplos anteriores no pierden su naturaleza nominal por la presencia del adverbio, ya que este no los inhabilita para actuar como sujetos. No es frecuente, de todos modos, que los grupos nominales que incluyen los adverbios incluso o aun aparezcan como término de la preposición por en el complemento agente de las oraciones pasivas. No resulta, en efecto, natural decir Fue aceptado por incluso Javier y Marina, lo que podría interpretarse como efecto del origen participial de incluso. El adverbio solo aparece más frecuentemente en ese contexto, en especial con expresiones cuantitativas (Fue aceptado por solo diez personas). Resulta más natural la variante en la que incluso o solo preceden al complemento agente, como en Fue aceptado {incluso ~ solo} por Javier y Marina. Sobre otros aspectos de estas alternancias, véanse los § 40.9g, h.

33.2m Se ha planteado asimismo, en los estudios sobre el concepto de ‘sujeto’, la cuestión de si desempeñan o no dicha función los grupos encabezados por hasta en oraciones como las siguientes:

Hasta Los Beatles se rascaron el bolsillo cuando aterrizaron en Estados Unidos (Sierra Fabra, Regreso); Hasta Eva, la pobre, me ha seguido los pasos (Martínez, Perón); Les ha venido Dios a ver […] porque hasta ellos mismos se habían dado cuenta de que no podían continuar reivindicando a Franco (Millás, Articuentos); Hasta los cerebros electrónicos se estremecen en / las noches de luna llena (González, Á., Procedimientos).

El análisis que hoy predomina es el que considera adverbial este uso de hasta, que se asimila a los adverbios incluso o también mencionados en el apartado anterior. Tal posibilidad se ve reforzada por el contraste que existe entre el caso nominativo o recto en que aparece el pronombre en los ejemplos de este tipo (Hasta yo me enteré de la disputa) y el caso oblicuo en que aparece en los usos plenamente preposicionales de hasta (Hasta mí llegaron los ecos de la disputa). En general, los grupos nominales construidos con adverbios de foco se aceptan mejor en los sujetos y en los objetos directos que en los términos preposicionales. Así, el grupo nominal hasta las esquelas de los diarios (donde hasta equivale a incluso) se acepta en Leía hasta las esquelas de los diarios (con función de objeto directo), en Le gustaban hasta las esquelas de los diarios (con función de sujeto), pero no en *Leía la letra chica de hasta las esquelas de los diarios (como término de preposición).

33.2n Para otros gramáticos, la secuencia subrayada en Hasta la directora trabaja los sábados es un grupo preposicional que funciona como segundo término de la correlación preposicional desde… hasta…, cuyo primer término no se haría aquí explícito. Tal correlación tendría como antecedente un elemento indefinido con el valor de cuantificador universal (todos, todas las personas), que puede hacerse expreso, como en Todos, desde el conserje hasta la directora, trabajan los sábados o en el texto siguiente: En Moca, desde el más encumbrado hasta el más miserable peón, todos eran horacistas (Vargas Llosa, Fiesta). Las oraciones que no contienen dicho antecedente, pero sí el grupo sintáctico correlativo mencionado, suelen mostrar el verbo en plural:

Escogió la novela porque es el género más popular de la época, “la solicitan, la leen y la comprenden desde el sabio hasta el más rústico menestral” (Hernández Norman, Novela); ¿Qué no podremos hacer desde la reina hasta el más humilde de sus súbditos por España…? (Martínez Mediero, Juana); Estoy persuadido de que desde Aznar hasta el último simpatizante del PP sienten en su fuero íntimo un inmenso dolor y desamparo (Razón [Esp.] 9/4/2003); Se unían gustosos desde el más opulento ganadero hasta el menos crecido rabadán (Abarca, Vigilia).

Repárese en que el elemento tácito en el ejemplo de Martínez Mediero habría de ser todos nosotros para reflejar adecuadamente la concordancia del sujeto con el verbo (§ 33.4l, 33.6l y 33.9e). No obstante, se registran también casos de concordancia en singular, lo que sugiere que puede ser cualquiera o todo el mundo, en lugar de todos, el elemento que se deja implícito: Desde Camps hasta el último cabo podrá acogerse a esta resolución (ABC 7/5/1986).

33.2ñ Otras veces, el elemento al que modifica la correlación preposicional apositiva es un grupo nominal definido, pero también denotador de una clase de entidades abarcada en su totalidad: Los europeos, desde Minos hasta el último bastardo director de una compañía teatral, han sido siempre expertos en asignar papeles (Quintero, E., Danza). Cabe pensar que la sintaxis de todas estas oraciones guarda alguna relación con la de las que se analizaron en los § 33.2h, i, ya que en uno y otro caso se predica un grupo preposicional de algún sujeto tácito. Aun así, la sintaxis de la correlación preposicional desde… hasta… en las construcciones analizadas no deja de resultar controvertida. Se han propuesto en otras estructuras expresiones nominales tácitas con aposiciones restrictivas, como en [Ø los estudiantes] no estábamos de acuerdo, donde Ø representa un pronombre tácito con la información que corresponde a nosotros33.6j, k). Sin embargo, la construcción correlativa desde… hasta… constituye una aposición explicativa12.15). Las demás aposiciones explicativas no parecen compartir la peculiar propiedad de dejar sobrentendido al elemento del que se predican.

 

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