Sintaxis

30 El adverbio y el grupo adverbial

30.10 Adverbios oracionales (I). Sus clases. Adverbios de la enunciación y adverbios de tópico

30.10a Los adverbios oracionales afectan a toda la oración en diversas formas. Muchos de ellos pueden pertenecer también a otros grupos en determinados contextos, como se explicará en esta sección. Existen muchas clasificaciones de adverbios oracionales. Explica en parte esta proliferación el hecho de que lo que para algunos autores son clases de adverbios resultan ser para otros simples subgrupos de clases mayores. Resumiendo y simplificando algunas de estas clasificaciones, se llega a los tres grupos siguientes, que se analizan a continuación:

1. Adverbios de la enunciación o del acto verbal

2. Adverbios temáticos o de tópico

3. Adverbios del enunciado

30.10b Los adverbios del primer grupo se han llamado también de modalidad. Aportan, en efecto, contenidos que aluden a alguno de los componentes del acto verbal (§ 42.2). Así, el adverbio francamente en Francamente, no te comprendo Donata (Cambaceres, Rumbo) no modifica a la oración a la que precede, ni tampoco al predicado que aparece en su interior, ya que lo que se hace de manera franca no es comprender. El adverbio modifica, pues, al verbo de lengua tácito que expresa la forma en que se comunican esas palabras (decir, hablar, confesar, etc.). El grupo 2 es el de los adverbios temáticos o adverbios de tópico, así llamados porque ocupan esa posición (§ 40.2). Suelen adelantar cierto contenido sobre el que va a centrarse el mensaje. Los adverbios de punto de vista, descritos en la sección anterior, pertenecen también a este grupo, como en Económicamente, la situación es insostenible. Los adverbios de tópico pueden aparecer también en incisos mediales o en posición final. En todas esas posiciones agregan informaciones que restringen o matizan contenidos que se están expresando o que ya se han expresado. En los § 20.2k y ss. se explica que los tópicos pueden posponerse, como en No hay nada nuevo, en lo que respecta a este departamento, y también intercalarse, como en Nosotros, sobre esto, preferimos no decir nada más. Existen otras clases de adverbios temáticos, que se examinarán en el § 30.10j. Finalmente, los adverbios del enunciado aportan rasgos que caracterizan su modalidad, como en Posiblemente, los movimientos de protesta habrían tenido en ella a una de sus más valiosas líderes (Rovinski, Herencia). Algunos gramáticos aplican el término adverbios modales a todos los que corresponden al grupo 3. Otros lo hacen solo a algunos subgrupos de este apartado, como se explicará en el § 30.11a.

30.10c Tal como se ha adelantado, los adverbios de la enunciación se interpretan como si fuesen adverbios de manera que modifican a verbos de lengua. Se suelen dividir en dos grupos: orientados hacia el hablante y orientados hacia el oyente. Los adverbios del primer grupo manifiestan la disposición o la actitud del hablante hacia lo que dice, generalmente la ausencia de doblez o de mala intención en sus palabras (sinceramente, francamente, honestamente, honradamente, etc.):

Francamente, creí tener más raíces en este país (Galdós, Episodios); Sinceramente, creo que el Ejército no tiene por qué ensuciarse las manos por el señor Bermúdez, mi General (Vargas Llosa, Conversación); No puedo, honradamente, dejar de hablar con él (Torrente Ballester, Gozos).

No se usan los posibles antónimos de estos adverbios (falsamente, deshonestamente) en estas construcciones. La locución la verdad se suele emplear en los mismos contextos que honradamente u honestamente, como en Pero yo, la verdad, no sé hacer nada (Grandes, Aires). En el español de las Antillas se usa también a la verdad que, en el sentido de ‘verdaderamente’:

A la verdad que Shakespeare estaba bien malito (Ramos Escobar, Olor); A la verdad que la idea es original (Listín Diario 30/6/1997); Estaba mirando mi álbum de fotografías y a la verdad que el tiempo pasa volando en ellas (CREA miscelánea, Estados Unidos).

30.10d Los adverbios orientados hacia el oyente pueden coincidir con los anteriores (sobre todo algunos de ellos, como sinceramente, honradamente y otros similares) en las oraciones imperativas y en las interrogativas. Así, la sinceridad de la que se habla en los ejemplos siguientes no corresponde al que habla, sino al que escucha, puesto que es a este a quien se le pide que sea sincero en su respuesta:

Sinceramente, ¿quieres saber lo que pienso de Garama? (Núñez Alonso, Lazo); Usted comenzó en la prensa escrita. Sinceramente ¿le apasiona dirigir? (Cambio 16 19/11/1990).

30.10e Se ha observado, por otra parte, que los verbos que se admiten tácitamente en estas construcciones exceden el grupo de los verbos de lengua. El adverbio sinceramente puede aludir, en efecto, a la manera en la que se creen ciertos contenidos, no solo a la forma en que se manifiestan. Ha de tenerse en cuenta que, cuando estos adverbios modifican expresamente a los verbos mencionados, dejan de ser adverbios de la enunciación para pasar a estar integrados en el grupo verbal:

¿Cree usted sinceramente —escribía a Revilla— que la ciencia, como conocimiento consciente y reflexivo de la verdad, no ha adelantado bastante en diez y ocho siglos sobre la fe, como creencia sin reflexión? (Menéndez Pelayo, Heterodoxos); Pero no solo fue por él que me alegré, que si vamos a hablar sinceramente hay que decirlo todo (Vergés, Cenizas); Dime sinceramente, ¿no sientes como si ya hubieras vivido antes esta situación? (Zaragoza, Concerto).

De manera análoga, el adverbio francamente designa cierta forma de expresarse, como en Decime francamente: ¿supiste vos en tu corazón qué hombre eras para tu mujer? (Arlt, Locos), pero también de realizar otras acciones: ¡Señor! —rió ella francamente—, no puedes negar que no es común que la gente acabe de conocerse y ya estén planeando negocios juntos (Agustín, Horas). También en este caso el adverbio está integrado en el grupo verbal y no puede considerarse adverbio de la enunciación.

30.10f Se distingue a veces un tercer grupo de adverbios de la enunciación: los orientados hacia el mensaje. Sin embargo, estos adverbios y locuciones adverbiales no dejan de estar orientados, a la vez, hacia alguno de los interlocutores, ya que hacen referencia a la claridad del hablante o del oyente (Sin ambigüedades: ¿eres partidario o no?; Sin rodeos, lo que quiero que hagas es lo siguiente) y, sobre todo, a la brevedad con la que se expresa, se va a expresar o se ha expresado lo que se comunica. Están orientados hacia el hablante los adverbios subrayados en estos ejemplos:

Es, en pocas palabras, la ideología que sirve de pie de apoyo para la instauración definitiva de una política económica (Vistazo 18/9/1997); Esta es, sucintamente, la historia (Proceso [Méx.] 7/7/1996).

En cambio, lo está hacia el oyente el que se subraya en este otro: Muy brevemente, sir Anthony Hopkins, ¿le vamos a ver en El Zorro, en esa película con Antonio Banderas, haciendo de protector del Zorro? (CREA oral, España). No obstante, cabría también pensar que la brevedad a la que se hace referencia es la que quiere aplicar a su pregunta el que habla.

30.10g Es polémica la cuestión de en qué medida mantienen los adverbios periféricos su significado cuando no ocupan posiciones extraoracionales. Así, el adverbio francamente se halla en una posición extraoracional en Francamente, no sé qué decirte, pero ocupa una posición intraoracional (de hecho, forma parte de un grupo adjetival inserto en uno nominal) en el siguiente texto de Benedetti: De a poco fue recorriendo las blancas paredes de una habitación francamente acogedora (Benedetti, Porvenir). Se podría pensar que francamente actúa en este último caso como adverbio de grado (§ 30.4a). Con todo, debe hacerse notar que, cuando los adverbios de la enunciación inciden sobre adjetivos o adverbios, no siempre se convierten en cuantificadores de grado, ya que pueden ser compatibles con ellos:

Se puede decir que la economía española lo está haciendo francamente muy bien y que goza de una extraordinaria salud (Cambio 16 15/1/1990); Si eso somos, agregó Walter, es francamente muy triste (Paso, F., Palinuro); Decidí que la llamada que había hecho Marcos a las cinco y media a la casa de Ramón era francamente muy extraña (Ibargüengoitia, Crímenes); Las hay muy hermosas y las hay francamente poco agraciadas (Giménez Bartlett, Deuda).

30.10h Aun en los casos en que francamente se asimila de forma indirecta a los adverbios de grado, cabe pensar que ese papel que la sintaxis le otorga no anula su significado original, es decir, aquel en el que el hablante hace patente la franqueza o la sinceridad con la que se expresa. En La voz de Agus sonó extrañamente cercana (Martínez Pisón, Ternura), el adverbio extrañamente se asimila en parte a un adverbio de grado, pero la oración pone asimismo de manifiesto la extrañeza del que habla, es decir, se informa acerca de cierta actitud del que emite esas palabras, aun cuando el adverbio no ocupe una posición periférica. El problema es relativamente similar al de los adverbios de punto de vista, que —como se señaló en el § 30.9p— pueden incidir sobre adjetivos: […] un partido emocionalmente fantástico, rugbísticamente deplorable, pero históricamente excepcional (Prensa [Arg.] 25/6/1992). La incompatibilidad de estos adverbios con otros cuantificadores está determinada por la posición que ocupan dentro del grupo adjetival, pero ello no afecta directamente al significado que aportan.

30.10i Existe una relación estrecha entre los adverbios de punto de vista y los de la enunciación, sobre todo porque unos y otros se usan con frecuencia como modificadores del gerundio hablando, que no puede omitirse, no obstante, en todos los contextos:

Demográficamente hablando, así nos vamos controlando aquí (Vallejo, F., Virgen); No sabemos qué va a ser de nosotros mañana, socialmente hablando (Mallea, Bahía); Se trataba, pues, de un hurto, no de un robo; es decir, nada serio, legalmente hablando (Etxebarria, Beatriz).

Esta proximidad pone de manifiesto que los adverbios de punto de vista no solo encuadran la predicación en ciertas coordenadas temáticas, sino que también acotan la perspectiva desde la que el hablante desea expresarse.

30.10j El segundo de los tres grupos de adverbios oracionales introducidos en el § 30.10a es el de los adverbios temáticos o de tópico. Se ha observado que ciertos adverbios que modifican al predicado verbal de forma característica (y especifican, por tanto, alguna propiedad del evento) pueden aparecer en posiciones temáticas. Entre ellos están los adverbios de tiempo (Antiguamente, estas cosas se veían de otro modo; Hoy, Antonia es otra mujer: § 30.6e) y los de manera, tanto los que expresan la forma en que suceden o sobrevienen los acontecimientos (Lentamente, la nieve empezó a cubrir los tejados), como los orientados al hablante (§ 30.9l), que especifican alguna propiedad del sujeto, además de una característica de la acción (Cuidadosamente, los camareros fueron colocando sobre la mesa la vajilla y la cubertería). Como se ve, estos adverbios no modifican contenidos proposicionales, pero ocupan posiciones temáticas. Ello hace pensar a muchos autores que la clase de los adverbios temáticos o de tópico está determinada por la estructura informativa de la oración, más que por las propiedades léxicas de determinados adverbios.

30.10k Se ha visto que los modificadores de la enunciación no son solo adverbios, sino también grupos preposicionales y oraciones subordinadas. Los adverbios de punto de vista pueden formar parte del grupo verbal; expresan en esos casos los ámbitos a los que se circunscribe cierta acción, como en intervenir económicamente. Al igual que otros modificadores similares, como los de tiempo y los de manera, pueden ser focos de la negación y entrar en relaciones contrastivas (No ayudaron económicamente, sino políticamente), así como ser sustituidos por adverbios interrogativos o relativos (—¿Cómo contribuyeron? —Económicamente). Estas propiedades desaparecen cuando se convierten en tópicos oracionales o en incisos intraoracionales:

Se fundan en las observaciones y la experiencia, excluyen lo trascendental y enfocan los problemas de la medicina filosóficamente, primero, científicamente, más tarde (Aguirre Beltrán, Antropología); Legalmente, el Ejército no puede costear los gastos de un senador vitalicio (Hoy [Chile] 5/1/1998); Futbolísticamente diría que el oficio nos alivia gran parte de las obligaciones (Cappa, Intimidad); La crisis, socialmente, históricamente, es casi siempre una crisis de afirmación de lo que había (País [Esp.] 20/2/1980); Hay cosas, ya te dije, que moralmente ni me gusta considerarlas (Díez, Expediente); Hablaba un inglés mejor que el mío, gramaticalmente, pero esto era lo de menos (Torrente Ballester, Filomeno).

El grupo 3 de los adverbios oracionales que se distinguieron en el § 30.10a es el de los adverbios del enunciado. Sus numerosas particularidades hacen aconsejable dedicarles una sección independiente.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
adverbio de la enunciación, adverbio de tópico, adverbio oracional

 

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