Sintaxis

23. El verbo (I). Tiempo y aspecto. El aspecto léxico. Los tiempos del modo indicativo

23.2 El aspecto verbal. Sus clases

23.2a Como categoría deíctica, el tiempo vincula los eventos con puntos temporales. El aspecto verbal informa, en cambio, de la estructura interna de los eventos, es decir, de la manera en que surgen, se terminan o se repiten, pero también de si se perciben en su integridad o se muestran únicamente algunos de sus segmentos. El aspecto no es, por consiguiente, una categoría deíctica. En efecto, lo que diferencia la oración Arturo lee el periódico de Arturo está leyendo el periódico no es el tiempo (presente en los dos casos), sino el aspecto. En la primera se puede hablar de cierto suceso repetido, aunque también de un evento particular que pueda verificarse en un intervalo temporal determinado. La interpretación de suceso repetido se descarta en la segunda oración. Como se ve, no cambia en este par de secuencias la localización temporal, sino la forma en que se extiende o se desarrolla en el tiempo la situación descrita.

23.2b El aspecto verbal se ha denominado tiempo interno en algunos estudios, ya que la información que expresa es relativa a la manera en que aparecen los sucesos, no a su vínculo (directo o indirecto) con el momento del habla. El aspecto permite, en efecto, que las situaciones se muestren en su desarrollo interno, y se presentan como instantáneas, terminadas, inacabadas o repetidas, entre otras opciones. Otros autores prefieren describir el aspecto (al menos el que se expresa con afijos flexivos o con perífrasis verbales) como un recurso gramatical que permite enfocar o focalizar ciertos componentes de las situaciones, a la vez que ocultar u omitir otros que el hablante no desea destacar.

23.2c Constituye una polémica tradicional no resuelta la presencia que debe otorgarse en español a la noción de ‘aspecto’. Las respuestas que se han dado en los estudios clásicos y en los modernos son sumamente variadas: desde “ninguna” o “mínima” hasta “máxima”, pasando por varios estadios intermedios. En las respuestas del primer tipo, se entiende que de los contenidos temporales —correctamente analizados— se deducen las informaciones que aportaría en nuestra lengua la noción de ‘aspecto’. En las respuestas de sentido contrario, el sistema temporal se entrecruza con un sistema aspectual que se caracteriza por un gran número de divisiones, tengan o no realización gramatical específica. En esta obra, se considerará que el aspecto desempeña un papel importante en la gramática del verbo —y, en general, de la predicación—, pero se introducirán menos distinciones aspectuales de las que se manejan en otros estudios. Atendiendo a la forma en que se manifiesta, el aspecto verbal se suele dividir en los tres grupos siguientes:

1. Aspecto léxico o modo de acción

2. Aspecto sintáctico o perifrástico

3. Aspecto morfológico o desinencial

Como puede comprobarse, cada uno de estos grupos clásicos se denomina de dos formas. En los apartados que siguen se explicará por qué estas alternativas no resultan del todo equivalentes, y también por qué conviene matizar en algunos puntos esta clasificación. Se verá asimismo que algunas variedades del aspecto corresponden a más de un grupo.

23.2d La oposición aspectual entre Llegó a la ciudad y Vivió en la ciudad es de naturaleza léxica. La primera oración denota un evento puntual, mientras que la segunda denota una situación que se extiende a lo largo de un período. Esa diferencia no tiene relación con la información morfológica que estos verbos contienen (pretérito perfecto simple en ambos casos), sino con la que proporciona la raíz. Así pues, existe diferencia aspectual entre llegó y vivió. Esta diferencia afecta al aspecto léxico, también llamado modo de acción, cualidad de la acción y accionalidad por diversos gramáticos. Una distinción fundamental en las clasificaciones de predicados que atienden a este criterio es la relativa a la existencia de final o de límite natural o intrínseco de las acciones y los procesos que se expresan. En las dos secciones que se dedican al aspecto léxico en esta obra (§ 23.3 y 23.4) se analizarán numerosas consecuencias gramaticales de esta propiedad; es decir, del hecho de que los eventos sean o no delimitados o télicos (del gr. telikós, derivado de télos ‘fin’). La condición de télico se denomina telicidad. Las cuatro clases fundamentales de predicados que suelen aceptarse hoy en función del modo de acción se presentarán en el § 23.3a y se desarrollan en esa sección y en la siguiente.

23.2e El aspecto perifrástico (grupo 2) corresponde, como indica su nombre, a las perífrasis verbales. Se explica en el § 1.8, y se muestra con más detalle en el capítulo 28, que las perífrasis verbales son predicados complejos formados por dos verbos, a veces separados por ciertas partículas: uno es el verbo auxiliar, es decir, un verbo gramaticalizado que aporta información temporal, aspectual o modal; el otro, el principal o auxiliado. Algunas perífrasis aspectuales expresan indirectamente contenidos temporales como resultado de ciertos procesos de gramaticalización. Así, «ir a + infinitiv representa una de las manifestaciones del futuro analítico, que se opone al futuro sintético (Va a llover ~ Lloverá). Se obtienen alternancias similares en pares como He de decirte una cosa ~ Te diré una cosa; No pienso ir ~ No iré y otros que se analizarán en los § 23.14b, s-u y 28.6o.

23.2f Otras perífrasis verbales expresan las fases que pueden reconocerse en los procesos. En efecto, las perífrasis pueden aludir al comienzo de alguna situación («empezar a + infinitivo», «comenzar a + infinitivo», «ponerse a + infinitivo», «echar a + infinitivo»: § 28.10); al hecho de que esta se presente en su desarrollo interno o en su progresión («estar + gerundio», «ir + gerundio», «seguir + gerundio», «continuar + gerundio», «andar + gerundio»); a su finalización («terminar de + infinitivo», «acabar de + infinitivo»), y a su interrupción o su abandono («dejar de + infinitivo», «cesar de + infinitivo», «parar de + infinitivo»). Se analizan varios puntos de contacto entre los tiempos compuestos y las perífrasis verbales en el § 28.5.

23.2g Las perífrasis verbales pueden denotar contenidos aspectuales más complejos. Así, con «acabar de + infinitivo» (§ 28.9h y ss.), puede expresarse ‘finalización’ (Acabé de redactar el artículo), pero también ‘anterioridad inmediata’ (Arturo acaba de salir), noción considerablemente distinta de la anterior. La anterioridad inmediata es un concepto a la vez temporal y aspectual, muy cercano —de hecho— al que se expresa con el pretérito perfecto compuesto en algunas variedades del español (Arturo ha salido). La anterioridad inmediata es considerada por algunos autores como una forma de presentarse el llamado aspecto perfecto, característico de la forma he cantado. Se retomará esta cuestión en el § 23.2r.

23.2h La noción opuesta a la de ‘anterioridad inmediata’ es la de ‘posterioridad inmediata’ o ‘inminencia’. Corresponde a «estar a punto de + infinitivo», a «estar por + infinitivo» y a «ir a + infinitivo», en uno de sus usos (como en Iba a salir de casa en ese preciso momento). Todas estas perífrasis se llaman fasales porque enfocan o focalizan, como se ha visto, la inminencia de un suceso, su inicio, su progresión, su término y otras nociones similares. Sin embargo, no todas las perífrasis aspectuales son fasales. Las que sitúan los sucesos en series los ordenan temporalmente, pero también pueden establecer entre ellos cierta jerarquía de naturaleza discursiva, por lo que se han llamado escalares o seriales. Se trata de perífrasis como «empezar por + infinitivo», «empezar + gerundio» y sus variantes con comenzar, acabar y terminar, como en Él había empezado ayudándola y había acabado involucrándose en el asunto (Mastretta, Mal). Estas perífrasis se analizan en el § 28.10.

23.2i Los significados de naturaleza escalar se expresan también mediante adverbios, como se explica en los § 24.4m y ss. Otras nociones que pueden ser denotadas por adverbios o por perífrasis aspectuales son la repetición (Volvió a cantar ~ Cantó de nuevo) y la frecuencia (Solía cantar ~ Cantaba a menudo). Las perífrasis verbales modales no aportan contenidos temporales o aspectuales, pero no es infrecuente que desemboquen en ellos históricamente, como sucede en el paso de «haber (de) + infinitivo» al futuro simple, o en el uso actual de los futuros analíticos. Un problema tradicional de la distinción entre el aspecto perifrástico y el desinencial es el hecho de que confluyen en gran medida en la perífrasis «estar + gerundio» (§ 28.12). Sobre esta confluencia (canto ~ estoy cantando; cantaba ~ estaba cantando), véanse los § 23.2l, 23.5e y 23.12t.

23.2j El tercer tipo de aspecto en la clasificación del § 23.2c es el morfológico o desinencial. Ha sido llamado también flexional o flexivo por algunos gramáticos. El término aspecto desinencial parece menos preciso que aspecto morfológico, ya que ciertos sufijos verbales de carácter derivativo —y, de manera especial, el sufijo -ecer, como en florecer8.9)— aportan información de tipo aspectual, pero no desinencial. Se ha observado también en los estudios sobre el aspecto que el concepto de ‘aspecto desinencial’ resulta ser, por otro lado, demasiado restrictivo, puesto que impide extender la noción de ‘aspecto’ a los tiempos compuestos. El término aspecto gramatical, que se propone a veces para sustituirlo, se considera solo parcialmente apropiado, ya que no incluye las perífrasis verbales. Para evitar este problema —terminológico más que conceptual—, algunos gramáticos han acuñado el término aspecto de punto de vista para el tercero de los tipos de aspecto que se mencionó en el § 23.2c. No se usará aquí porque da a entender, indebidamente, que los demás tipos de aspecto no enfocan las situaciones desde determinados ángulos, a diferencia de lo que se deduce de la definición misma de ‘aspecto’. En este capítulo se restringirá la noción de ‘aspecto morfológico’ para que designe de manera exclusiva el aspecto desinencial. Este es el criterio que se aplica en la tradición gramatical para dividir los tiempos en perfectos e imperfectos. En la actualidad, es más frecuente hablar de tiempos perfectivos y tiempos imperfectivos para referirse a esta misma distinción, que se abordará en los apartados siguientes.

23.2k Una de las polémicas clásicas a las que se hacía referencia en el § 23.2c afecta a si existe o no diferencia aspectual entre Arturo leyó un libro y Arturo leía un libro. Se expondrán de forma resumida las distintas posturas en el § 23.13, y se explicará por qué se entiende en esta obra que la noción de ‘copretérito’ es de naturaleza a la vez temporal y aspectual. El pretérito imperfecto es, desde este punto de vista, una forma verbal imperfectiva. Como tal, presenta la acción en su curso, sin referencia a su inicio o su fin. En cambio, el pretérito perfecto simple (leyó en este caso) es una forma aspectualmente perfectiva. Focaliza la situación en su totalidad y expresa, por tanto, que la acción descrita llega a su término. Son formas imperfectivas cantaba y canto; son perfectivas canté, había cantado y habré cantado; son neutras en cuanto al aspecto cantaré y cantaría, por lo que pueden ser perfectivas en unos contextos e imperfectivas en otros (§ 23.2q). La perfectividad o imperfectividad de he cantado depende de varios factores gramaticales, y está sujeta, además, a variación dialectal, según se explicará en los § 23.7b y ss.

23.2l Suelen distinguirse tres modalidades del aspecto imperfectivo:

1. Progresiva

2. Iterativa o cíclica

3. Continua

La variedad progresiva enfoca un punto o un intervalo del desarrollo de la acción, y suele dar lugar a las alternancias canto ~ estoy cantando o cantaba ~ estaba cantando, como en ¿Qué pasa? ~ ¿Qué está pasando?23.5e) o en Yo la {miraba ~ estaba mirando} embelesado. Solo algunos usos del presente y del imperfecto admiten esa alternancia, como se verá en los 23.5e, f y 23.12b, t. Nótese ahora que no alternan libremente había cantado y había estado cantando en ningún contexto, de lo que se deduce directamente que el pretérito pluscuamperfecto no es un tiempo imperfectivo. Se retomará el aspecto progresivo en los § 23.5e y 23.12t.

23.2m La segunda variedad del aspecto imperfectivo es la llamada iterativa o cíclica. Se hace referencia con ella a las situaciones que se repiten a lo largo de cierto intervalo. Es lo que sucede en Maite se levanta muy temprano, donde se entiende ‘diariamente’, ‘a menudo’, etc., o en En sus buenos tiempos le arrimaba la canoa cuando trabajaba de portero en cabaret-burdel (Herrera Luque, Casa). En esta variedad del aspecto imperfectivo suele obtenerse la alternancia con «soler + infinitivo». Se analizan estas interpretaciones en los § 23.5g y 23.13h.

23.2n Es importante resaltar que son muchos los tiempos verbales, imperfectivos o perfectivos, con los que se puede hacer referencia a acciones sucesivas o reiteradas. Ciertamente, puede decirse siempre que lo intentaba, pero también siempre que lo intentó, lo que no implica que el pretérito intentó sea una forma verbal imperfectiva. Asimismo, el hecho de que había querido en Cuando había querido verla, no lo había conseguido sea compatible con una situación repetida no implica tampoco que el pluscuamperfecto exprese aspecto imperfectivo. Cabe decir lo mismo de necesité en el fragmento que se cita a continuación: Cada vez que yo necesité algo, él estuvo ahí para ayudarme (Bucay, Recuentos). En los casos que se mencionan no se obtienen alternancias con «soler + infinitivo». La interpretación iterativa está inducida en esas oraciones por conjunciones, por adverbios o por ciertas informaciones que aporta el contexto. Contrastes mínimos como Maite se {levantaba ~ levantó} muy temprano permiten concluir que la interpretación iterativa o habitual no está inducida en el primer caso por otra expresión, aunque pueda ser compatible con ella. En el segundo caso, en cambio, no se obtiene porque el morfema temporal no la aporta, en razón de su propio significado. También puede comprobarse que se levantaba no alterna en el último ejemplo con se estaba levantando. Así pues, el aspecto imperfectivo no representa aquí una situación en curso, sino un evento repetido. Es normal en algunos estudios sobre el tiempo identificar la interpretación iterativa o cíclica con la llamada habitual. Esta identificación plantea, sin embargo, algunas dificultades, según se explicará seguidamente.

23.2ñ Como se acaba de señalar, el aspecto perfectivo es compatible con la denotación de eventos reiterados. El adjunto temporal todos los días expresa frecuencia en las dos variantes del par {Fumó ~ Fumaba} todos los días. Se denota, por tanto, una acción reiterada en ambas, independientemente de la desinencia verbal. No obstante, en la primera variante se sobrentiende ‘a lo largo de ese período’, ‘durante ese tiempo’ o una expresión durativa similar, mientras que en Fumaba todos los días se presenta una situación pasada de límites imprecisos que permite caracterizar a cierta persona como fumadora. Entienden algunos autores que la variante con fumó expresa iteratividad, mientras que la variante con fumaba expresa habitualidad, que no serían —desde ese punto de vista— conceptos equivalentes. Aunque esta distinción puede parecer demasiado sutil, conviene resaltar que los hábitos se asimilan en alguna medida a las propiedades de los individuos, mientras que las acciones repetidas no lo hacen necesariamente. Aunque en el análisis de este par confluya el hecho de que fumar designe cierta propiedad que en nuestra sociedad constituye un hábito, el aspecto imperfectivo puede convertir las acciones en propiedades, a diferencia del perfectivo. Se aludirá a esta última interpretación en el apartado siguiente.

23.2o La variedad del aspecto imperfectivo llamada continua (el tercer tipo del § 23.2l) se caracteriza por focalizar cierta situación incluida en un determinado intervalo. Así, en Cuando era muchachita adoraba la escuela (Vergés, Cenizas), no se expresa proceso alguno (ni, en consecuencia, evento en progresión), y tampoco se repite un evento o un estado de cosas. Los dos imperfectos expresan, por el contrario, propiedades pretéritas de alguien, que se presentan como simultáneas, lo que no impide que tengan duración. Análogamente, lo que comparten las dos opciones que se muestran en El camino {conduce ~ conducía} a un pequeño claro del bosque no es el tiempo verbal, sino el aspecto imperfectivo, en este caso en la variedad llamada continua. Dicha variedad del aspecto imperfectivo se extiende al pretérito perfecto compuesto en los casos en los que se denotan situaciones circunscritas a un período que termina en el momento del habla, como en En los tres meses que América ha vivido en esta casa, nadie ha timbrado (Santiago, Sueño). El término aspecto continuo se usa habitualmente en los estudios sobre el aspecto verbal como fórmula abreviada de aspecto imperfectivo en su variedad continua, y se aplica a todos los casos mencionados, a pesar de que solo en algunos de ellos puede afirmarse con propiedad que se refieran a “situaciones que continúen”. Cuando se dice que el imperfecto llevaba, en la oración Maite llevaba el pelo corto en aquellos años, expresa aspecto continuo, se quiere decir que la situación descrita ocupa cierta extensión y que, en consecuencia, se da o persiste a lo largo de un determinado período ya concluido.

23.2p El aspecto perfectivo (denominado aoristo por algunos autores) focaliza las situaciones en su conjunto, de principio a fin, y las presenta como completas o acabadas. El verbo podrá denotar un evento puntual (Se cayó al suelo) o un estado de cosas mantenido durante un largo período (Residió en Finlandia durante cincuenta años), pero en uno y otro caso se designan situaciones cerradas que se conciben en su integridad. Se exceptúa la variedad incoativa o ingresiva, como en Vimos la película a las nueve (es decir, ‘Empezamos a verla a esa hora’) o en Comimos a las dos (‘Empezamos a comer a las dos’). No obstante, esta interpretación se extiende también a la modalidad habitual o iterativa del aspecto imperfectivo, como en Comíamos a las dos.

23.2q Por otra parte, como se indicó en las páginas precedentes, los tiempos verbales perfectivos son compatibles con la interpretación iterativa, pero no la aportan ellos mismos. Si se suprime la expresión subrayada en Me bañé casi todos los días en El Hondo (Ribeyro, Geniecillos), se designará un evento puntual, pero si la forma elegida hubiera sido bañaba, se podría mantener la interpretación iterativa. Se retomará esta cuestión en los § 23.9h y 23.12i. Los tiempos perfectivos admiten los adjuntos de frecuencia, como en Me había telefoneado tres veces. Los imperfectivos solo los aceptan si el contexto proporciona alguna expresión adverbial que asegure la repetición regular del evento, como en Cada día me telefoneaba tres veces. Por último, el futuro y el condicional son considerados tiempos aspectualmente neutros por unos autores, e imperfectivos por otros. En función del modo de acción y del contexto sintáctico pueden denotar situaciones abiertas (Todos viviremos mejor), o bien sucesos —venideros en unos casos e hipotéticos en otros— que se presentan como completados o terminados: El próximo número de nuestra revista saldrá el 17 de julio.

23.2r Junto al aspecto imperfectivo y el perfectivo, distinguen algunos autores el llamado aspecto perfecto. Otros entienden, por el contrario, que debe considerarse una variedad del perfectivo. El aspecto perfecto alude a cierto estado de cosas que resulta de un proceso previo. Así, la oración El director ya se ha marchado (… ya se marchó en ciertas áreas geográficas, como se verá en las secciones siguientes) se interpreta como ‘El director ya no está aquí’. La oración se forma con el verbo marcharse, que denota cierta acción, pero da lugar a un estado resultante. Aun así, existe discrepancia entre los autores sobre si este valor es aspectual o temporal. Se retoman estas cuestiones en el § 23.8l. El llamado aspecto prospectivo es el característico de la perífrasis «ir a + infinitivo».

23.2s Aunque las tres modalidades de la noción de ‘aspecto’ que se distinguieron en el § 23.2c presentan puntos en común, como se ha explicado, son mayores las diferencias que las oponen. El tipo 1 es, como se vio, de naturaleza léxica. Los predicados durativos designan situaciones que perduran o que ocupan cierta extensión temporal. Se trata, en apariencia, de la misma noción que caracteriza el aspecto imperfectivo (tipo 3). Pero lo cierto es que los verbos que expresan duración admiten tiempos imperfectivos (esperas, esperaban) o perfectivos (esperé, habías esperado). Los significados obtenidos son diferentes y deben ser explicados por la gramática (§ 1.8ñ, o). Análogamente, aunque asustarse denote un proceso puntual (en el sentido de un suceso que tiene lugar en cierto instante), la sintaxis admite variantes imperfectivas, como en el primero de los textos que siguen, además de perfectivas, como en el segundo:

Casi siempre cuando estaba más en paz me asustaba doña Bone (Rivera, T., Tierra); El señor Jaumá, digo, se asustó cuando vio que […] (Vázquez Montalbán, Soledad).

En se asustó, con aspecto perfectivo, se presenta la situación como única, completa y momentánea, lo que coincide con el modo de acción que corresponde a la acción de asustarse. La forma verbal se asustaba se interpreta, por el contrario, como situación repetida, lo que se deduce de su aspecto imperfectivo. Estos contrastes simples ponen de manifiesto que el aspecto gramatical puede alterar las características gramaticales del aspecto léxico. Se retomará esta cuestión en el § 23.12.

23.2t Las pruebas sintácticas habituales que caracterizan la naturaleza télica o atélica de un predicado (en el sentido de delimitada o desinente frente a no delimitada o persistente) se suelen aplicar de manera similar tanto si los tiempos en los que se construye son imperfectivos como si son perfectivos. Así, poco a poco, paulatinamente o gradualmente son adverbios que modifican a los predicados delimitados o télicos que denotan acciones que poseen cierta duración y que, además, culminan, en el sentido de que poseen límite o fin natural. Se dice, pues, hundirse poco a poco o incorporarse paulatinamente al trabajo, pero no *toser poco a poco ni *caerse al suelo paulatinamente. Sin embargo, como se ha señalado, estos adverbios son posibles con los tiempos imperfectivos y también con los perfectivos:

Delante se daban cuenta poco a poco de la caída, y a medida que se iban enterando aumentaban la velocidad (Mundo Deportivo 7/7/2004); Me cansé de su rechazo, y poco a poco dejé de ir los lunes a su casa (García, J. E., Contando).

Ciertamente, son distintos los contextos en que se admiten las dos variantes en estos pares, así como los significados que se obtienen, que también corresponde explicar a la gramática. Lo mismo cabe decir de otros pares semejantes, como Se {quedó ~ quedaba} en casa durante unos días o Se {demoraba ~ demoró} demasiado en responder. El hecho de que se admitan ambas opciones pone de manifiesto que los conceptos de ‘duración’ y de ‘límite’ poseen naturaleza distinta según se codifiquen léxicamente o bien a través de la morfología.

23.2u Otra forma de comprobar la importante diferencia que existe entre la noción léxica de ‘límite’ y su expresión a través del aspecto morfológico o desinencial es recordar que el pretérito perfecto simple (canté) es una forma verbal perfectiva que no rechaza los predicados atélicos. En efecto, los predicados durar, esperar, trabajar o ver (la) televisión designan situaciones no delimitadas23.3f), pero todos admiten tiempos perfectivos, es decir, tiempos que se caracterizan por presentar hechos acabados, terminados o completados: duró, esperé, había trabajado, hayamos visto (la) televisión. La explicación de esta aparente paradoja radica en que la delimitación léxica de un predicado es interna, en el sentido de “determinada por su significación”. El predicado vivir en Caracas es durativo o atélico porque no posee delimitación interna, a diferencia de viajar a Caracas. Sin embargo, las situaciones atélicas admiten límites por el simple hecho de que no perduran de forma indefinida. Poseen, por tanto, inicio y final; es decir, están limitadas externamente por la extensión temporal que ocupan. Dicha extensión se suele expresar con recursos sintácticos. Así pues, el predicado vivir en Caracas entre 1958 y 1965 contiene un grupo preposicional que expresa los límites inicial o final de la situación mencionada, lo que no implica que vivir deje de ser un predicado atélico. El pretérito perfecto simple es compatible con los predicados que expresan estados y actividades porque focaliza sus límites externos (no, en cambio, los internos, de los que carecen). Es lo que sucede en Vivió en Caracas entre 1958 y 1965; Trabajó en la construcción durante diez años, o en Ayer estudié desde las dos hasta las cinco. Se retomará esta diferencia en el § 23.9.

23.2v Las consideraciones que se hacen en los apartados precedentes llevan a concluir que, desde el punto de vista gramatical, tiene mayor importancia la forma en que determinada noción aspectual se manifiesta (es decir, a través de la raíz de un verbo, de una perífrasis verbal, de una desinencia, de un tiempo compuesto, etc.) que la caracterización que se pueda hacer de ella atendiendo solo a su significado. Así, el concepto de ‘progresión’ o de ‘evento en curso’ forma parte léxicamente del significado del verbo aumentar, pero también de la perífrasis verbal «ir + gerundio», del afijo -aba del imperfecto y del adverbio progresivamente, entre otras manifestaciones. En las secciones restantes de este capítulo, así como en los capítulos siguientes, se analizarán muy diversos contenidos temporales y aspectuales en función de la manera en que se manifiestan lingüísticamente. Aunque se establecerán diversas comparaciones entre los contenidos expresados por tales variantes y los que pueden transmitirse con otras que se codifican mediante recursos lingüísticos diferentes, se pondrá especial énfasis en el hecho de que la realización gramatical de tales contenidos está en función de la forma lingüística que les corresponde.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
aspecto (gramatical), aspecto imperfectivo, aspecto perfectivo, gramaticalización, perífrasis verbal, verbo auxiliar

 

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