Sintaxis

42 La modalidad. Los actos de habla. Construcciones imperativas, interrogativas y exclamativas

42.9 Las interrogativas parciales

42.9a Las interrogativas parciales se forman con los pronombres y adverbios interrogativos, así como con los grupos sintácticos que estos pronombres constituyen. Unos y otros se describen en los § 22.13-16. Son oraciones interrogativas parciales las siguientes:

¿Qué dices?; ¿Qué libro estás leyendo?; ¿Quién ha visto mis lentes?; ¿Cómo funciona el aire acondicionado?; ¿Dónde vamos a veranear este año?; ¿Sobre qué vas a escribir el trabajo?; ¿Cuándo piensas hablar con ella?; ¿Qué tan barato resultó?

El pronombre o adverbio interrogativo (o el grupo sintáctico que estos forman) constituye el foco de estas oraciones. Así, el pronombre qué es el foco de la pregunta ¿Qué lees?; el grupo preposicional sobre qué lo es de la pregunta ¿Sobre qué vas a escribir el trabajo?, y el grupo adjetival qué tan barato es el foco de ¿Qué tan barato resultó? Los segmentos que se usan como respuestas a estas preguntas no mantienen necesariamente la categoría que corresponde a la palabra interrogativa. Así, el adjetivo cansado es apropiado como respuesta a la pregunta parcial ¿Cómo estás?, formada con el adverbio cómo; la oración Veo la televisión es apropiada para responder a la pregunta ¿Qué haces?

42.9b Los grupos preposicionales interrogativos (¿Con quién hablabas?) exigen otros similares en las respuestas (Con Luisa; Con nadie), por tanto sin omitir la preposición. Se aplica una restricción similar a las construcciones negativas (Hablaba con Luisa, no {con María ~ *María}), y también a las comparativas que contienen una preposición en su primer término (§ 45.4j): Este barco viaja más a menudo a Mallorca que {a Menorca ~ *Menorca}. Uno de los factores que intervienen en esta restricción es el hecho de que son estos grupos los que desempeñan funciones sintácticas oracionales, que las preposiciones ayudan a establecer. La conjunción subordinante porque se omite a veces en las respuestas a las preguntas causales, como en ¿Por qué se sentía “inquieto”? Estaba receloso (Jodorowsky, Psicomagia). Esta forma de supresión no se suele dar en las preguntas finales porque para que se construye con subjuntivo.

42.9c El sujeto de las interrogativas parciales suele ir tras el verbo, a menos que sea él mismo el elemento interrogativo (¿Quién llamó ayer?). Se dice, por tanto, ¿Dónde está Gabriel?; ¿Qué dijo el maestro?; ¿A quién podríamos contratar nosotros?, y no, en cambio, *¿Dónde Gabriel está?; *¿Qué el maestro dijo? o *¿A quién nosotros podríamos contratar? Esta pauta no se modifica en la interrogación indirecta: Ya te dije dónde está Gabriel; No recuerdo bien qué dijo el maestro. He aquí otros ejemplos de interrogativas directas con el sujeto en la posición posverbal no marcada:

¿Dónde está mi petaca? (Campo, Ocios); ¿A quién lee María? (Zum, Narrativa); ¿Qué hace un mendigo en el país más poderoso del mundo? (Alcántara, Vuelta); ¿Cuándo vuelven don Camilo y doña Chucha? (Hinojosa-Smith, Estampas); ¿Cómo llegó usted hasta aquí? (Hiriart, Galaor); ¿Por qué no sigue usted su viaje? (Novás, Negrero); ¿A dónde me arrastra mi delirio? (Heredia, Poesías); ¿De dónde viene, Jacinto, el polvo que se pega en las ventanas, en las imágenes, en los libros y en la tela de los retratos? (Abreu, Canek).

42.9d Las posiciones que ocupan los sujetos posverbales pueden ser varias en las interrogativas directas. El sujeto puede aparecer inmediatamente tras el verbo, como en ¿Qué dijo ella?, pero puede también separar los componentes de una perífrasis verbal (¿Cuándo podría usted recibirme?) o de un tiempo compuesto (¿Cuándo habría él soñado algo así?). Es posible, asimismo, que siga al objeto directo (¿Dónde detuvo a los secuestradores la policía?) o se anteponga a él (¿Dónde detuvo la policía a los secuestradores?). Existen otras posibilidades en secuencias más complejas. Se registran excepciones al principio general según el cual las interrogativas parciales se forman con sujetos posverbales. Cabe clasificarlas como sigue:

1. Usos antiguos en textos en prosa

2. Usos, antiguos y modernos, en textos en verso

3. Usos actuales en oraciones interrogativas introducidas por adverbios de sentido causal o modal

4. Usos actuales en las oraciones interrogativas del español antillano

Se analizarán por separado estos grupos en los apartados que siguen.

42.9e El grupo 1 se refiere a la herencia de esta construcción latina en la lengua medieval y en la clásica. Se ejemplifica a continuación con algunos fragmentos que contienen interrogativas directas e indirectas con sujetos antepuestos al verbo. Estas oraciones no tienen equivalentes con sujetos preverbales en el español de hoy (se subrayan estos sujetos):

Dyxolas, que ya oystes qué el Cavallero de las Damas pedya (Corónica de Adramón); ¿I qué el Señor busca de ty? (Kuzari); Mirava adonde el bastimento venía por ver qué sus cavalleros fazían (Polindo); Vuestros virtuosos fechos son tales que claramente muestran quién vos soys (Tirante).

Los textos poéticos a los que se refiere el grupo 2 pueden ser antiguos o modernos. Es difícil valorarlos en términos sintácticos, ya que el metro y la rima condicionan, como en otros muchos casos, el orden de las palabras:

No sé qué el corazón siente. / ¿Qué se me aflige? (Rojas Zorrilla, Morir); El ser pecador te obliga / a huyr; serlo te concluye / por ver qué el sabio te diga (Valdivielso, Hombre); Mas ¿qué el valor les ayuda / Donde a traición contra ellos / Cinco cobardes se juntan? (Zorrilla, Recuerdos); ¿En qué el fidalgo ya tiene peor uso, / demás si es grande en cavallería […]? (Monte, Poesías); ¿Adónde tu siniestra / felicidad de humo / te lleva de la mano? (Altolaguirre, Poesías); ¿Cuándo el invierno de mi alma / tiene su rayo de amor? (González Prada, Trozos); ¿Adónde el camino irá? (Machado, Soledades).

Puede compararse el último texto con el uso actual: ¿Adónde irá este ómnibus? ~ *¿Adónde este ómnibus irá?

42.9f Las secuencias del tipo 3 se construyen con las expresiones interrogativas de significado causal o modal: por qué, cómo, a santo de qué, a cuento de qué, hasta qué punto, de qué modo, etc. Muchas de las preguntas así formadas son retóricas (se subrayan los sujetos preverbales):

¿Cómo alguien que toca tan bien el violín puede ser anarquista? (Argüelles, Letanías); ¿A santo de qué el gobierno militar decidió en un caso donde no se habían acordado plazos, que la paciencia de la Argentina estaba agotada? (Clarín 2/4/1997); ¿Desde cuándo los muertos respiran? (Reyes, C., Carnaval).

Sin embargo, no todas lo son necesariamente:

¿Cómo un hombre de tal historia, teólogo del concilio Tridentino, provincial de la Orden de Santo Domingo […] pudo de la noche a la mañana verse derrocado de tan alta dignidad y prestigio y encarcelado y sometido a largo proceso por luterano? (Menéndez Pelayo, Heterodoxos); ¿Por qué ellos lloran al oír una sardana y nosotros nos quedamos tan frescos? (Gironella, Hombres); ¿De qué modo un químico […] en forma concreta puede comprometerse con la sociedad, o sea, la Facultad de Química puede comprometerse con la sociedad? (CREA oral, Chile); ¿Hasta qué punto el Mercosur obstaculiza acuerdos como el fast track o el ALCA? (Hoy [Chile] 15/9/1997); ¿Por qué las plantas crecen y se reproducen, y los maceteros no? (Claro, Sombra).

A pesar de que estas preguntas de sujeto antepuesto pueden interpretarse en sentido no retórico, suelen estar orientadas, ya que inducen o pueden inducir en el lector o en el oyente alguna respuesta encubierta. Así, en la pregunta que formula Menéndez Pelayo en el fragmento citado no se pide que se proporcione ‘cierto modo de verse derrocado’, aun cuando se formule con el adverbio cómo. Por el contrario, se expresa la extrañeza o la sorpresa del que la hace a la vista de la situación que describe. Cabe hacer consideraciones similares en relación con las demás preguntas de este bloque.

42.9g Las oraciones interrogativas introducidas por cuándo y construidas con sujetos preverbales son casi siempre retóricas, como en los textos siguientes:

¿Cuándo un pobre puede ir al despacho del mejor abogado y decirle tire usted y llegue usted hasta donde tenga que llegar? (Chamorro, V., Muerto); ¿Cuándo las masas no se han rebelado? Siempre que han podido (Baroja, Vuelta).

El que los adverbios interrogativos causales sean los más frecuentes en esta pauta se suele relacionar con el hecho de que son más externos al predicado verbal que los de tiempo o lugar. Este hecho tiene otras consecuencias sintácticas (§ 48.4f, s y ss.).

42.9h Las excepciones del grupo 442.9d) se extienden ocasionalmente a Venezuela y Colombia. Pueden también dividirse en varios grupos. En el primero, se anteponen al verbo pronombres monosílabos que se asimilan a los átonos. Se trata de usos como ¿Qué tú dices?; ¿Cómo tú estás?; ¿Cuándo él regresa?; ¿Cómo tú te llamas?, o como los que se citan a continuación:

Dime una cosa, Viejo. ¿Cómo sabes cuándo soy yo? ¿Acaso me hueles o qué…? (Padura, Paisaje); Señora, ¿cómo yo le voy a pegar? ¡Por favor!, yo amo a los niños (CREA oral, Venezuela); ¿Qué crees que yo pienso hacer? (Vergés, Cenizas); “Sí, hay muchas, ¿cuántas crees? Aquí, frente a la tarima, sí, hay como cinco mil mamás” (Rodríguez Juliá, Cruce); ¿Dónde viste a Raquel? (Ramos-Perea, Obsesión).

En el segundo grupo se anteponen pronombres personales de dos o tres sílabas, como usted, ella o nosotros:

¿Qué usted quería, que me la arrancara a mí también? (Álvarez Gil, Naufragios); ¿Cómo usted sabe que yo tengo que ver con una muchacha llamada Maritza? (Arango, Realidad); Tía, ¿cuánto usted paga? (Menéndez, Muerte); Era imposible no darse cuenta cuándo ella salía de su cuarto (Cabrera Infante, Habana).

Se ha aducido que estos sujetos preverbales se intercalan para suplir la pérdida del valor distintivo de las desinencias verbales. Los ejemplos del grupo anterior pueden obedecer a la misma causa, pero aquellos contienen pronombres átonos que pueden asimilarse a otros pronombres proclíticos de sujeto (como lo son je o tu en francés). Los pronombres del segundo grupo no son, en cambio, elementos átonos.

42.9i Finalmente, se documentan, con frecuencia menor, grupos nominales antepuestos que realizan la función de sujeto en las interrogativas parciales, como en Yo no sé bien qué ese chico pretende, o en los textos siguientes:

Yo no sé cuándo la cosa comenzó a cambiar (Lynch, Dedos); Siempre ha sido así, no sé dónde el Supremísimo tenía los ojos (Alonso, Supremísimo); Me importa muy poco por qué el mexicano quiere encontrarte (Leyva, Piñata).

42.9j Se han propuesto varias causas para explicar las construcciones del grupo 4. Pueden ser herencia del español hablado en las islas Canarias, en las que también se documenta esta pauta. Se ha atribuido asimismo a un calco del portugués y a un posible sustrato africano. Parece hoy descartada la hipótesis que consideraba estas anteposiciones un calco del inglés, ya que se atestiguan con anterioridad a que los medios de comunicación extendieran la presencia actual de esa lengua en las áreas que se mencionan. Tiene numerosos partidarios la hipótesis de que los pronombres personales suplen la debilidad de los rasgos de persona en las desinencias verbales. No obstante, esa debilidad es similar en otras partes de América (como Chile) o de España (como Andalucía) en las que no son comunes los sujetos preverbales en las interrogativas parciales.

42.9k Algunos gramáticos denominan exploratorias las preguntas parciales que sugieren una posible respuesta a modo de apéndice interrogativo, como en ¿Qué te ofreció?, ¿un millón? En cierta forma, son paralelas a las preguntas totales que contienen apéndices confirmativos, analizadas en los § 42.8a y ss. En ocasiones, la respuesta sugerida solo se separa con una breve pausa de la pregunta a la que responde (¿Qué te ofreció, un millón?), de forma que no aparece encabezada por un nuevo signo de interrogación. He aquí otros ejemplos de esta pauta:

¿Qué tenéis hoy para cenar? ¿Lentejas? (Marsé, Rabos); Entonces Wenceslao le preguntó a Balbina: ¿Quién gritó, mamá? (Donoso, Casa); —Se lo manda la señora Clorinda. —¿Quién? ¿La costurera de la calle Brasil? (Araya, Luna).

Para evitar que estas respuestas posibles (presentadas en forma de pregunta) se interpreten como vocativos, se recomienda escribirlas con dos interrogaciones, puesto que se trata de dos preguntas diferentes. Así pues, ¿Quién llamó? ¿Mamá? significa algo distinto de ¿Quién llamó, mamá?

42.9l Si se pregunta por un suceso o un estado de cosas, la pregunta exploratoria contendrá, a modo de respuesta sugerida retóricamente, una oración, sea o no con verbo en forma personal. A esta pauta corresponde la pregunta ¿Qué quieres que haga, que me pegue un tiro? y también las que contienen los fragmentos que se citan a continuación:

¿Qué le ocurre? ¿Acaso está enferma? (Serrano, M., Corazón); ¿Qué pasó con mi artículo? ¿Está ahí? (Martínez, Vuelo); ¿Qué quiere hacer, abrirle la cabeza para saber qué tiene dentro? (Giménez Bartlett, Serpientes); ¿Qué espera, que hable de la Patria? (Obligado, C., Salsa); ¿Qué hago? ¿Correr a la ciudad para traer a Toño sin consultar a mi marido? ¿Comenzar de nuevo todo el proceso infernal, las discusiones terminadas en golpes y llantos […]? ¿Volver a mis acusaciones a Antonio […]? (Donoso, Mocho); Hasta el suspicaz oído de Marga llegó una música. ¿Qué estaría haciendo Jamaica? ¿Bailando? ¿Fumando, bebiendo, ligando, como de costumbre, con hombres más jóvenes que ella? (Obligado, C., Salsa).

42.9m Los apéndices interrogativos de las preguntas parciales pueden ser disyuntivos. El hablante ofrece en estos casos dos o más respuestas como parte de su pregunta:

¡Ah, maldita! ¿Qué eres tú, una hermana o una loba? (Moix, Arpista); ¿Qué será peor, los indios o la Bestia? —preguntó Alex en broma a Ludovic Leblanc— (Allende, Ciudad); ¿Quién es la loca? ¿Violeta o tú? (Serrano, M., Vida); Malaño: El hombre ese del instrumento… ¿qué hace? ¿Canta o reparte dineros? (Rellán, Crónica); ¿Cómo quieres que pose para ti? ¿Vestida o desnuda? (Pedrero, Color); ¿Qué tenía que hacer? ¿Escapar o afrontarlo? (Torrente Ballester, Filomeno).

Las preguntas que van seguidas de respuestas alternativas se acercan muchas veces a las retóricas (§ 42.12). En efecto, el hablante no se limita con ellas a formular una disyunción neutra para que el oyente elija la posibilidad correcta, sino que a menudo sugiere una respuesta veladamente. Aun así, esta interpretación está sujeta a un cálculo, como otras que se mencionaron en los apartados anteriores. Son posibles las preguntas parciales exploratorias en las que el hablante sugiere dos opciones en una disyunción porque no está seguro de cuál es la apropiada: ¿Cuándo salimos, el jueves o el viernes?

42.9n En ciertas variantes del habla coloquial del español europeo, en especial en la lengua juvenil, es frecuente vaciar de contenido léxico y morfológico la palabra interrogativa de las preguntas parciales orientadas que contienen su propia respuesta. El interrogativo pasa a ser qué en todos los casos (es decir, una forma neutra) y la información léxica que debe corresponderle se proporciona en la respuesta orientada que se menciona inmediatamente a continuación. Así pues, la forma qué se usa en estas oraciones a manera de comodín, es decir, sin distinguir entre adverbios, pronombres o grupos preposicionales interrogativos. Las oraciones así constituidas están marcadas desde el punto de vista sociolingüístico, ya que se registran solo en conversaciones muy informales. Se recomienda, pues, evitarlas en la expresión cuidada:

¿Qué vas, al cine? (por ¿Adónde vas, al cine?); ¿Qué viste, a Nadia? (por ‘¿A quién viste, a Nadia?’); ¿Tú qué trabajas, de ayudante? (por ¿De qué trabajas tú, de ayudante?); ¿Qué has venido, en tren? (por ¿Cómo has venido, en tren?); ¿Qué estudias, en una academia? (por ¿Dónde estudias, en una academia?); ¿Tú qué vienes, de Madrid? (por ¿De dónde vienes tú, de Madrid?); ¿Qué duermes, 6 horas? (‘¿Cuánto duermes, 6 horas?’); ¿Qué estaban contigo, tus hermanas? (por ‘¿Quiénes estaban contigo, tus hermanas?’); ¿Qué hablaste, con su médico? (por ‘¿Con quién hablaste, con su médico?’).

Contrasta este uso interrogativo de qué con el de la partícula qué empleada comúnmente en el coloquio para anticipar una pregunta total en la que se insta al oyente a que responda o haga una elección, como en ¿Qué?, ¿nos vamos? o en ¿Qué?, ¿te gusta?:

¿Qué?, ¿te decides? (Marsillach, Ático); ¿Qué?, ¿cómo va eso?, ¿escuece todavía? (Alonso Santos, Estanquera); ¿Qué? ¿Te has olvidado que soy tu legítima esposa? (Shand, Farsa); ¿Qué? ¿Ya no eres el emperador? (Aridjis, Teatro).

En la conversación coloquial se usa asimismo el interrogativo qué con el sentido de ‘¿Es que…?’, como en —Oigan, ¿qué ustedes no acostumbran dormir ni comer de vez en cuando? (Velasco Piña, Regina). Recuérdese el § 42.7g.

42.9ñ Se explica en los § 22.2g y ss. que las interrogativas múltiples o complejas son interrogativas parciales que contienen más de una palabra interrogativa o de un grupo interrogativo, siempre que cada una de sus unidades desempeñe una función sintáctica diferente en la misma oración. Son, en efecto, interrogativas múltiples las oraciones ¿Quién dijo qué?; ¿Quién se va adónde?; ¿A quién le vamos a dar qué cosa?, así como las que se citan en los siguientes ejemplos:

Los niños saben perfectamente quién es quién (Giménez Bartlett, Serpientes); Así pues, ¿Quién eligió a quién? (Portal, Pago); No nos privó a todos de saber quién es quién, quién hizo qué cosa y qué clase de delincuente se esconde detrás de algunos prohombres (República [Ur.] 6/3/2009).

42.9o Todas estas oraciones constan de una palabra interrogativa o un grupo interrogativo en posición preverbal, y de una o más palabras interrogativas en posición posverbal. Las interrogativas múltiples no suelen dar comienzo a un período, puesto que suelen enunciarse como manifestaciones de la incertidumbre del hablante respecto de lo que se ha afirmado en el discurso previo, o de lo que se conoce a partir de la experiencia inmediata. Las oraciones interrogativas indirectas múltiples reproducen la misma estructura que muestran las directas, como en Ya no recuerdo bien quién tiene que hablar con quién sobre esa cuestión. No se consideran, en cambio, interrogativas múltiples las oraciones en las que las dos palabras interrogativas modifican a verbos distintos, como en ¿Quién descubrió cómo lo mataron? o en las oraciones siguientes: ¿Cómo sabes qué hora es si no llevas reloj? (Sánchez Dragó, Camino); ¿Quién sabe qué va a pensar? (Quintero, E., Danza). En estos casos las palabras interrogativas pertenecen a oraciones diferentes. Se analizan otros aspectos de estas últimas secuencias en los § 22.17k y ss.

42.9p Las respuestas a las preguntas múltiples no son expresiones nominales, sino series de oraciones. Supóngase que, en una cena de varias familias, la anfitriona pregunta a alguien: A ver, dime: ¿quién ha traído qué? Si su interlocutor posee la información solicitada, no la podrá presentar en una sola oración, mucho menos con una sola expresión nominal (como Isabel), sino que habrá de construir una serie de oraciones, sea con elipsis verbal o sin ella: Isabel ha traído el pastel de cerezas; Luis y Ana, el pavo; tu madre ha traído la ensalada, etc. Se suelen llamar respuestas de lista o de listado las series de oraciones con las que se contestan las interrogativas múltiples. El que sean necesarias estas listas de proposiciones muestra que, aun siendo oraciones simples, las interrogativas múltiples solicitan respuestas complejas constituidas por conjuntos de informaciones proposicionales. En cada una de estas oraciones se elige un par de elementos que satisfacen los requisitos categoriales de las palabras interrogativas con las que se formuló la pregunta (si esta se formó con dos elementos de esa clase, como suele ser habitual). Son también posibles, aunque menos frecuentes, las respuestas de lista construidas con tríadas, en lugar de con pares, si la interrogativa múltiple es triple en lugar de doble (es decir, si es del tipo ¿Quién tiene que hablar con quién sobre qué cosa?).

42.9q Se ha observado repetidamente en los estudios sobre la interrogación que la presencia de algunos cuantificadores asimila las interrogativas parciales a las interrogativas múltiples. Así, tras la pregunta A ver, ¿quién ha traído cada regalo? se espera una respuesta de lista, pero tras la pregunta A ver, ¿quién ha traído todos los regalos? se espera un grupo nominal simple (El abuelo; Tu compadre; La tía Beatriz, etc.). La sustitución de quién por quiénes en esta última pregunta daría lugar a una oración ambigua, en el sentido de que admitiría una respuesta simple (por ejemplo, Tus tíos) o una respuesta de lista análoga a las introducidas en el apartado anterior. Las propiedades cuantificativas del pronombre quiénes se examinan en el § 22.13. En los § 19.9a y ss. se muestra que los grupos nominales formados con cada (como cada regalo) son expresiones cuantificativas que deben combinarse con un indefinido, un posesivo o un elemento que haga sus veces para ser interpretadas de manera adecuada. Las relaciones proporcionales que se establecen en esos casos (Cada uno entregó su trabajo; Cada casa tenía un color diferente) son relativamente paralelas a las respuestas de lista de las interrogativas múltiples. En los § 19.9k y ss., 22.2g y 22.4g se examinan otros aspectos de esta relación.

42.9r Las palabras interrogativas que aparecen en las interrogativas múltiples, sean directas o indirectas, suelen estar ordenadas. Aunque en español son habituales los sujetos en posición posverbal, el sujeto de la oración ¿Qué ocasionó qué? es el primer pronombre qué, y el complemento directo es el segundo. Cuando ninguno de los complementos interrogativos del verbo lleva preposición, el sujeto precede al complemento directo: suele, pues, decirse ¿Quién dijo qué? y, muy raramente, ¿Qué dijo quién? Se exceptúan las llamadas preguntas de eco, que se analizarán en el § 42.11. Los grupos preposicionales muestran, por el contrario, más facilidad para ocupar la primera posición: ¿A quién perseguía quién?; ¿Con quién tiene que hablar quién?

42.9s Los adverbios interrogativos cómo, dónde y por qué (el último formado a partir de un grupo preposicional, como se explica en el § 22.2b) son infrecuentes en la posición preverbal de las interrogativas múltiples. Aun así, no es imposible decir ¿Dónde estuvo quién? o ¿Cómo procedió quién? El complemento directo y el indirecto intercambian a menudo sus posiciones en ellas: ¿Qué le vamos a dar a quién?; ¿A quién le vamos a decir qué? Como sucede en las demás lenguas románicas (salvo el rumano), y frente a lo que se permite en las lenguas eslavas, en español se rechazan siempre las preguntas múltiples con dos o más expresiones interrogativas no coordinadas en posición preverbal: *¿Quién qué dijo?

42.9t Las palabras interrogativas y los grupos que forman suelen situarse al principio de su oración, en lo que coinciden con los relativos y los exclamativos. Las oraciones que no contienen ninguna expresión interrogativa adelantada se suelen llamar interrogativas sin desplazamiento (también interrogativas in situ). Estas oraciones (como ¿Mañana vendrá quién?) se interpretan muy frecuentemente como preguntas aclaratorias, es decir, como preguntas que solicitan que se repita o se aclare la información que se acaba de emitir (§ 42.11b y ss.). Algunas interrogativas in situ no exigen, sin embargo, confirmación alguna. Así, si alguien dice Tengo que hacer una solicitud al Ministerio de Educación, su interlocutor podrá replicarle ¿Para pedir qué? Con esta pregunta se pretende que se amplíe la información suministrada y no, en cambio, que se repita alguna parte de ella. Aun así, el grupo interrogativo para qué no ocupa la posición inicial de la oración. Obsérvese que este grupo sintáctico no se pronuncia con inflexión final ascendente, sino descendente. En algunos países americanos se admiten otras interrogativas parciales con grupos interrogativos en posición final en contextos no confirmativos. Así, la pregunta ¿Te hospedas en qué hotel?, con curva entonativa descendente, no se interpreta en esos lugares como pregunta confirmativa, por lo que puede usarse como equivalente de ¿En qué hotel te hospedas? A la misma pauta corresponde este otro texto: Carlos V: ¿Hace sus cochinadas en qué zaguán? Planetiades: En uno que se llama Juan (Aridjis, Espectáculo). Pronunciadas con entonación ascendente, estas preguntas se interpretan como confirmativas en todas las zonas hispanohablantes.

42.9u Como se explica en los § 42.15d y ss., las palabras y los grupos exclamativos aparecen a veces separados del resto de la oración por una conjunción subordinante, como en ¡Qué difícil que resulta! y en otras oraciones que allí se analizan. Las oraciones interrogativas se caracterizan por que rechazan siempre esta partícula: *¿Qué libros que lees? El español se diferencia claramente en este punto del portugués brasileño (Onde que foste?), el francés canadiense (Où que tu vas?) y otras variedades de las lenguas románicas. La conjunción subordinante aparece, en cambio, en interrogativas del tipo de ¿Cómo que no quieres terminarte la sopa? o ¿Cómo que te estás durmiendo? Sus características formales y su significación se analizan en los § 42.11p y ss.

 

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