Morfología

10. La prefijación

10.1 El concepto de prefijación. Sus límites

10.1a Se forman en español un gran número de voces derivadas mediante prefijación. Como se explicó en el § 1.5h, este es un proceso morfológico por el que se agrega un morfema, llamado prefijo, a una palabra ya formada, como en des-hecho, in-dependiente, pre-disponer, pero también a un tema latino o griego (§ 11.10), como en in-erte, a-morfo, pró-fugo, micro-bio. Los prefijos preceden siempre a la base léxica con la que se combinan, a diferencia de los sufijos. No obstante, junto a este criterio posicional, se identificarán en las secciones siguientes otros rasgos que definen la mayor parte de los prefijos y los diferencian de los sufijos.

10.1b Era frecuente en la tradición asimilar la prefijación a la composición, sobre todo porque ciertos prefijos se interpretaban como preposiciones inseparables (ante, bajo, con, de, entre, para, sin, sobre). No es menos cierto, sin embargo, que otros muchos no poseen equivalentes directos con las preposiciones, aun cuando se puedan relacionar etimológicamente con ellas. Este problema se analiza en los § 10.1c-f, 11.4g y 11.10c y ss. En la gramática contemporánea tiende a interpretarse la prefijación como una forma de derivación, no de composición. Las formas prefijadas incluidas dentro de esquemas parasintéticos (a-clar-ar, en-dulz-ar) se analizarán aquí junto con otros procesos de derivación (clar-ificar, dulc-ificar) que se estudian en el capítulo 8.

10.1c Resultan particularmente polémicas en la tradición gramatical las diferencias entre la composición y la prefijación. La composición es el procedimiento morfológico por el que se integran dos o más formas independientes en una misma palabra (§ 1.5h y capítulo 11). En principio, esta caracterización de las formas compuestas no plantea conflicto con la definición que se ha dado de las prefijadas. Sin embargo, las bases léxicas grecolatinas que se suelen denominar elementos compositivos11.10) poseen un estatuto intermedio entre las formas ligadas y las libres: filo- (filocomunista), logo- (logopedia), helio- (heliocéntrico), etc. Estos componentes constituyen a veces el segundo segmento de una unidad léxica compleja (germanófilo, filólogo) y poseen otras propiedades que los asimilan a las formas compuestas, en lugar de a las prefijadas. Es hoy mayoritario, en efecto, el análisis de estas unidades como temas neoclásicos que constituyen elementos compositivos. Sin embargo, se suelen analizar hoy como prefijos otras unidades que tradicionalmente se consideraban elementos compositivos, por tanto el primer segmento de una palabra compuesta: ante-, vice-, mono-, semi-, sobre-, etc. Debe tenerse en cuenta que los criterios aplicados en este ámbito de la gramática no siempre coinciden con los que se usan en lexicografía. En esta última disciplina suele otorgarse mayor peso a la etimología de la voz, así como a las palabras, a menudo independientes, con las que puede emparentarse históricamente. En los estudios de gramática sincrónica se presta más atención, en cambio, a las propiedades combinatorias de cada segmento y a la relación que cabe establecer con su base morfológica. Del distinto valor concedido a cada uno de estos criterios surgen, en ocasiones, discrepancias en la clasificación que desde cada una de estas disciplinas se hace de los prefijos del español.

10.1d La diferencia entre prefijo y base compositiva (o elemento compositivo) es insegura en un buen número de casos: auto-, hiper-, macro-, micro-, mono-, multi-, poli-, etc. De hecho, estas formas se consideran elementos compositivos en unos análisis y prefijos en otros. Ambas opciones están justificadas, ya que los límites entre composición y prefijación afectan precisamente a estas unidades. Fuera del ámbito de la prefijación, es oportuno recordar que el sufijo -ificar procede de una pauta compositiva verbal (lat. «N + facĕre»), y que el sufijo -mente procede de una nominal que, de hecho, todavía se manifiesta en algunos rasgos (§ 7.14d-j). El que el verbo aedificāre (literalmente, ‘hacer casas’) presente una estructura compositiva en latín no implica que edificar la muestre en español. En general, en la polémica acerca de si los segmentos mencionados deben considerarse parte de la composición o de la derivación pesa mucho la relevancia que se dé a los dos criterios fundamentales que intervienen: etimología y estructura morfológica de los derivados.

10.1e Entienden algunos autores que serían prefijos los segmentos de origen preposicional (intra-, super-, ante-, peri-), pero no los de origen adjetival (neo-, pseudo-, paleo-, micro-). Otros argumentan que unos y otros constituyen raíces en latín o en griego, por lo que la distinción no está justificada si se plantea en términos categoriales. También sería demasiado restrictivo considerar prefijos únicamente los que preceden a las bases léxicas heredadas que se mencionan en el § 10.1h. Se ha aducido asimismo que la distinción debe establecerse en función del rendimiento que ofrezcan en español, de sus propiedades gramaticales en la lengua de origen, o bien de la naturaleza más o menos abstracta de su significado. En varios sistemas terminológicos han sido llamados falsos prefijos, cuasiprefijos, prefijoides o prefijos impropios. Otros autores han acuñado términos híbridos, como el de raíces compositivas prefijas. Se analizarán aquí estos segmentos junto con los demás prefijos y se presentarán agrupados con otros que pertenecen a paradigmas similares en función de su significado. No obstante, tal como se ha señalado, se considera que está también justificada la opción de considerarlos segmentos compositivos de origen culto. Como se explicará, algunos poseen gran productividad en la lengua común, mientras que otros la manifiestan solo en el lenguaje de la ciencia y de la técnica o en otros dominios restringidos del léxico.

10.1f Se distinguirá aquí el prefijo auto- (autocrítica, autodefensa) del segmento compositivo auto-, resultado del acortamiento de la palabra prefijada automóvil: autobús, autocaravana, autocarril, autocine, autoescuela, autopista, etc. De manera análoga, en el grupo de prefijos de sentido espacial se ha incluido tele-. En este uso, tele- equivale a ‘a distancia’, como en telebanco, telecabina, telecomunicación, teléfono o telepatía. En cambio, este mismo segmento constituye un acortamiento del sustantivo televisión en telebasura, telecomedia, telediario, telefilme, telegenia, telenovela, televidente y otras voces similares que se analizan como palabras compuestas en el § 11.5.

10.1g Se explica en el § 1.6d que la estructura morfológica de una palabra se suele distinguir de su etimología. La primera responde a pautas recurrentes en el sistema morfológico de la lengua, de forma que los componentes que participan en un compuesto o en un derivado se analizan como unidades aislables a las que corresponde algún significado en el estadio actual del idioma. La etimología de una voz, por el contrario, traza su historia independientemente de si la estructura que presenta está o no activa entre los esquemas morfológicos de la lengua. La distinción se aplica a casi todos los dominios de la formación de palabras, sin excluir el de la prefijación. Así, muchos prefijos heredados han dejado de ser transparentes en la estructura morfológica del español, como sucede con los prefijos latinos ad- en admirar, circu(m)- en circuito, e(x)- en evaporar u ob- en obligar. El valor que estos prefijos aportan a la base a la que modifican era, sin duda, identificable por los hablantes del latín (al igual que los hispanohablantes reconocen el significado de im- en im-posible), pero ha dejado de serlo en la actualidad, por lo que no se analizan como prefijos del español. Se aplica un razonamiento similar a muchas de las voces españolas encabezadas por los prefijos latinos ab-, dis-, per-, pro-, sus-, entre otros.

10.1h Cabe aislar, de manera análoga, un gran número de bases léxicas que corresponden a verbos latinos perdidos en español (o existentes, en algunos casos, pero no reconocibles como segmentos morfológicos). Cada una de esas bases permite un cierto número de derivados, a menudo obtenidos con los mismos prefijos:

-batir: abatir, combatir, debatir, rebatir;

-ceder: acceder, anteceder, conceder, exceder, preceder, proceder;

-cordar: acordar, concordar, discordar, recordar;

-ducir: aducir, conducir, deducir, inducir, introducir, producir, reducir, traducir;

-ferir: aferir, conferir, diferir, inferir, preferir, proferir, referir, transferir;

-fundir: confundir, difundir, infundir, refundir, transfundir;

-mitir: admitir, dimitir, emitir, permitir, remitir, transmitir;

-parar: aparar, comparar, deparar, disparar, preparar, reparar;

-poner: aponer, componer, deponer, exponer, imponer, preponer, proponer, reponer, transponer, suponer;

-scribir: adscribir, circunscribir, describir, inscribir, prescribir, proscribir, suscribir, transcribir;

-sumir: asumir, consumir, presumir, resumir, subsumir.

10.1i En algunos de estos casos, los prefijos que resultan de aislar estas bases pertenecen al sistema morfológico del español (con-, ante-, ex-). Aun así, el estatuto de estas palabras en la morfología sincrónica es polémico. Aunque es patente la recurrencia de las voces mencionadas y de los prefijos con los que se forman, no se suelen interpretar como unidades morfológicas del español actual, sino como elementos necesarios para reconstruir la etimología de esos derivados. Algunos morfólogos conceden, sin embargo, cierto valor selectivo a tales segmentos, ya que permiten en muchos casos determinar las formas alternantes de los morfemas empleados en un derivado nominal, como en -mitir > -misión (admisión, dimisión, emisión, remisión, transmisión), frente a -poner > -posi ción (aposición, composición, deposición, imposición, reposición, transposición) y -ferir > -ferencia (conferencia, diferencia, inferencia, preferencia, referencia, transferencia). No obstante, se perciben algunas irregularidades en los derivados de -batir, -ceder, -cordar y de otras bases léxicas.

10.1j En muchos de los casos que se mencionan, el significado del prefijo se mantiene de forma abstracta en el derivado. Así, son heredados los verbos prefijados circunscribir, subsumir, traducir o transferir. Ninguno de ellos puede ser analizado en español a partir de la combinación del prefijo y una base existente en nuestra lengua, pero en el significado de todos ellos permanece de manera abstracta, y es reconocible en cierta forma por los hablantes, la contribución semántica del prefijo. Existen otros muchos casos a los que cabría aplicar consideraciones similares. Aun así, la traducción morfológica de esta percepción es incierta. Muchos morfólogos rechazan hoy la idea de que el español posea un prefijo verbal pro- que se podría construir con los verbos crear, curar, mover, pagar, pender, poner, pugnar, pulsar y seguir. Parece claro que no es posible describir el significado de los verbos formados con esos radicales a partir del significado de los componentes que proporciona tal segmentación, aun cuando quepa asignar al prefijo una vaga significación prospectiva común a todos los verbos citados. Otros gramáticos entienden, por el contrario, que ese rasgo prospectivo es suficiente para aceptar dicha segmentación y asignar una estructura morfológica a tales palabras en la lengua española. Se considera, en cambio, generalmente aceptado, y no sujeto a debate, que el español posee un prefijo pro- que se antepone a múltiples adjetivos de relación de significado transparente: proamericano, promilitar, pronuclear, prosoviético. A este valor del prefijo pro- se dedicarán los § 10.11h, i.

10.1k Además de los casos ejemplificados con el prefijo latino pro-, en otros muchos términos se pierde conciencia de la base léxica sobre la que se aplicó —fuera en español o en latín— algún proceso de prefijación. Así, adyacente, conscripción y sumisión son voces opacas morfológicamente, puesto que se han perdido (o bien no fueron palabras españolas) las bases con las que podrían vincularse: adyacer, conscribir y submitir. Casi todos los hablantes suelen relacionar los dos componentes de anteponer, entresacar o sobrevolar, pero son menos los que relacionan los de entrelazar, puesto que el verbo lazar (usado en México y parte de Centroamérica, entre otras áreas) tiene un empleo mucho más restringido. Como se señala en los capítulos precedentes, y se explica en el § 1.6, este cruce de factores sincrónicos y diacrónicos es muy frecuente en el análisis de las unidades morfológicas. Su consecuencia más inmediata es el hecho de que la distinción entre estructura morfológica y etimología sea relativizada por unos gramáticos y enfatizada por otros.

10.1l Como se ha señalado, muchos prefijos heredados del latín o del griego permanecen activos en la formación del vocabulario técnico, pero relativamente inactivos fuera de él. Se suele distinguir el prefijo latino dis-, que expresa ‘oposición’ (disconforme, discontinuo, discordar, disculpa), ‘separación’ (discriminar, distraer) o ‘diferencia’ (discernir, discrepar, distinguir), del prefijo griego dys-, que denota ‘dificultad’ o ‘anomalía’ (dislexia). El primero ha dejado de ser percibido como unidad segmentable para los hispanohablantes, pero el segundo permite formar términos médicos (disartria, discrasia, disfagia, disfasia, disfemia, dislalia, disnea, dispepsia, entre otros muchos), por lo que sigue siendo productivo en esos dominios restringidos del léxico. Se forma también un gran número de voces técnicas con los prefijos griegos ecto-, endo-, epi-, iso-, paleo-, peri- y otros muchos que se mencionarán en los § 10.5-12. Como allí se explica, una parte significativa del vocabulario científico y técnico se crea por el procedimiento de recuperar pautas morfológicas poco productivas en la lengua general y aplicarlas a la creación de nuevas voces.

10.1m Se suele reconocer la estructura de las palabras derivadas con prefijos poco productivos cuando el significado de estos es transparente y los paradigmas obtenidos a partir de ellos tienen propiedades identificables. Conforme a este criterio, el prefijo negativo sin- (relacionado con la preposición sin) se distingue del prefijo griego syn- (‘unión’). Este último es muy productivo en la lengua científica y técnica, como se constata por la existencia de sinalefa, sinapsis, sincategoremático, sincretismo, sincronía, sinergia, síntesis, sintonía y muchas otras voces, pero el primero (retomado en los § 10.10x, y) forma un grupo de sustantivos más acotado: sinfín, sinhueso, sinnúmero, sinrazón, sinsabor, sinsentido, sinsustancia, sinventura, sinvergüenza y sinvivir. Aunque este paradigma es relativamente reducido, los morfólogos suelen mantener ese elemento entre los prefijos semiproductivos del español. En las voces así formadas suele reconocerse la aportación del prefijo en la constitución del significado conjunto, aun cuando no sea sencillo ampliar el número de formaciones con este formante en la lengua actual ni agrupar, en función de algún criterio sintáctico o semántico, las bases nominales que el prefijo acepta.

10.1n A diferencia de los prefijos mencionados en los apartados anteriores, son muy productivos en español anti-, auto-, contra-, des-, ex-, hiper-, in-, inter-, macro-, meta-, micro-, multi-, neo-, pre-, pseudo- (o seudo-), semi-, sub- y super-. Como se ve, el hecho de que estos prefijos posean origen latino o griego no impide que permanezcan activos en la conciencia lingüística de los hablantes. Este hecho tiene consecuencias importantes para la lexicografía. Así, se sabe que los diccionarios no pueden recoger más que unas pocas formaciones de entre las muchas que permite acuñar el prefijo anti-, ya que los hablantes pueden anteponerlo a múltiples adjetivos de relación. Aparecen en varios diccionarios voces como antiacadémico, antiliberal o antiministerial, pero en muy pocos se registran antieuropeo, antifilosófico o antimilitar, entre otros muchos adjetivos semejantes. Cabe confeccionar fácilmente paradigmas similares con otros prefijos igualmente productivos. En general, se considera que los diccionarios deben contener aquellas voces cuyo significado conjunto no equivalga con exactitud a la suma de los elementos que lo componen, interpretadas de acuerdo con las pautas de la morfología. De hecho, está extendida entre los especialistas la opinión de que la naturaleza de las voces formadas con los prefijos más productivos es análoga a la de aquellas que se constituyen con los sufijos apreciativos transparentes (casita, librito), que los diccionarios optan por no recoger (§ 9.3a).

10.1ñ En la sección siguiente se presentarán los criterios que suelen tenerse en cuenta para clasificar los prefijos. En el § 10.3 se analizarán algunas características fonológicas y morfológicas de estos morfemas. En el § 10.4 se presentarán algunas de sus propiedades sintácticas y se examinarán los rasgos que caracterizan los llamados prefijos separables. En las restantes secciones del capítulo se estudiarán las principales clases semánticas de prefijos. No obstante, los prefijos latinos o griegos que se reconocen en la etimología de las palabras españolas son mucho más numerosos que los que pueden postularse en los esquemas morfológicos propios del español. En cuanto que esta es una gramática sincrónica de la lengua española, los primeros no se analizarán aquí como correspondería a un estudio de morfología histórica. El objetivo de las páginas que siguen no puede ir más allá, por consiguiente, de presentar las pautas de mayor productividad en el español actual y caracterizar escuetamente su forma y su significado.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
prefijación, prefijo

 

Nueva gramática de la lengua española
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