Sintaxis

26 El verbo (IV). Las formas no personales: el infinitivo

26.8 Sujetos expresos y sujetos tácitos (II). Correferencia de sujetos

26.8a Se han descrito en los apartados precedentes las características fundamentales de los sujetos expresos de los infinitivos. Se introdujo también la noción de sujeto tácito, particularmente en las subordinadas sustantivas, y se explicó que la referencia de muchos de ellos se obtiene de algún argumento de la oración principal. En el § 26.7b se señaló que, en ejemplos como Elena siempre deseó viajar al extranjero, el infinitivo viajar no posee un sujeto expreso, sino un sujeto tácito cuyo antecedente es el sustantivo Elena. Se vio asimismo que el concepto tradicional de infinitivo concertado solía establecer relaciones entre verbos, más que relaciones entre argumentos de predicados (verbales o no). Esta segunda opción se suele considerar hoy más adecuada. En efecto, el antecedente del sujeto tácito de un infinitivo suele ser algún elemento argumental. Obsérvese que el posesivo su determina la referencia del sujeto tácito de viajar en su deseo de viajar (donde su es argumento de deseo), y que el sujeto tácito de recibir en la expresión un padre pendiente de recibir la noticia del nacimiento de su hijo es la expresión un padre, que forma parte del mismo grupo nominal al que pertenece el infinitivo. Así pues, los sujetos tácitos se interpretan a través de relaciones de correferencia.

26.8b Los sujetos tácitos de los infinitivos poseen propiedades sintácticas análogas a las de otros sujetos. Pueden tener, por ejemplo, complementos predicativos, como en A Luisa le prohibieron viajar sola, donde el adjetivo sola es complemento predicativo del sujeto tácito de viajar, cuyo antecedente es el complemento indirecto le, a su vez correferente con Luisa. A pesar de que se discute hoy si los sujetos tácitos son posverbales o preverbales en estos casos (A Luisa le prohibieron Ø viajar sola ~ A Luisa le prohibieron viajar Ø sola; A Luisa y a Javier les prohibieron Ø viajar solos ~ A Luisa y a Javier les prohibieron viajar Ø solos) no se entrará aquí a analizar esta cuestión. También puede un sujeto tácito funcionar gramaticalmente como antecedente de un pronombre reflexivo (como en Luisa trabajaba para pagarse los estudios), es decir, de un pronombre cuyo antecedente no puede estar fuera de su propia oración, tal como se explica en los § 16.4a, b. Estos ejemplos muestran asimismo que los sujetos tácitos concuerdan en género (… viajar sola, … viajar solos) o en persona (… pagarse) con adjetivos o pronombres. Cuando no es posible determinar el antecedente del sujeto tácito de un infinitivo, se supone a menudo un referente de interpretación inespecífica, como sucede en Fumar es peligroso para la salud (es decir, ‘fumar alguien, fumar cualquiera’).

26.8c La elección del antecedente de los sujetos tácitos de los infinitivos (es decir, de los elementos que proporcionan su referencia y, por tanto, su interpretación) está determinada por factores semánticos. El sujeto del verbo principal es el antecedente del sujeto tácito del infinitivo con un gran número de verbos de voluntad y sentimiento, como alegrarse (de), conformarse (con), contentarse, desear, detestar, esforzarse (por), intentar, lamentar, necesitar, preferir, procurar, temer, tratar (de) y otros semejantes. Se establece, pues, esta forma de correferencia (sujeto–sujeto) en oraciones como la mencionada Elena desea viajar al extranjero, ya que el sujeto del verbo de voluntad (Elena) determina la interpretación del sujeto tácito del infinitivo viajar. He aquí otros ejemplos que se inscriben en este mismo grupo (se marcan los infinitivos con trazo continuo, y los verbos de voluntad y sentimiento con trazo discontinuo):

La policía se conformó con vigilar el orden (García Márquez, Cien años); Y ahora, señor juez, Margot desea leerle unas pocas líneas de esa novela (Martínez, Evita); Prefería tocar las primeras obras de Beethoven, las que escribiera antes de quedarse sordo (Glantz, Rastro); Y ahora Felipe lamenta haberle gritado, y recuerda el último beso que le dio (Chacón, Voz); Necesitas distraerte (Merino, Orilla); Se alegró de regresar a aquel restaurante (Chavarría, Rojo); —¿Es urgente? —contestó él, que tenía la palabra y detestaba soltarla (Mastretta, Vida); La mayoría de las veces los clientes se contentaban con sospechar que las muchachas eran azafatas (Mutis, Maqroll).

La relación de correferencia descrita se extiende igualmente a las interrogativas indirectas: Él solo quería saber cómo salir de allí; Ya no sé de quién fiarme, y en muchos casos a las oraciones de relativo de infinitivo, como la que aparece en Buscamos gente en la que confiar. Sobre el infinitivo en las relativas, véase más adelante el § 26.12. No se incluyen en este apartado las perífrasis verbales, ya que los infinitivos que contienen no encabezan subordinadas sustantivas. En Inés piensa regresar ya a su trabajo en la tienda (Giménez Bartlett, Serpientes) no se diría *Inés lo piensa. Aun así, la noción tradicional de infinitivo concertado se puede extender asimismo a estas construcciones. Véanse sobre este punto los § 28.3j-o.

26.8d En el caso de los verbos de influencia, es el complemento directo (La obligó a estarse quieta) o el indirecto (Le permitió acompañarlo) el que determina la referencia del sujeto tácito del infinitivo. La relación de correferencia es, por tanto, del tipo «objeto–sujeto». En efecto, en la oración Marta obligó a su hijo a estarse quieto, es su hijo (complemento directo de obligó) la expresión que proporciona el antecedente del sujeto tácito de estarse. El pronombre de tercera persona se concuerda de forma abstracta con dicho sujeto tácito. Al grupo de obligar pertenecen animar (a), conminar (a), empujar (a), instar (a) y urgir (a), entre otros verbos. Al de permitir pertenecen exigir, impedir, imponer, prohibir, recomendar, reprochar y otros verbos. Se ilustran a continuación algunos de estos usos:

Juan Ramón Jiménez […] nos invita a ser partícipes de un anonadamiento peculiar (Matos, Diario); Fue Lisa, su amiga de la infancia, quien la conminó a hacer algo (Chaviano, Casa); […] —Biralbo se puso ante él y lo obligó a detenerse—. Te ordenó que me mintieras, ¿verdad? Te prohibió decirme que Lucrecia había venido (Muñoz Molina, Invierno); Pero han transcurrido ya casi 30 años de su caída en combate y la fecha nos impone revisar nuevamente libros y recortes de periódicos (Granma Internacional 3/1997); Llamó entonces a los arquitectos y les exigió cambiar ciertos detalles (Aguinis, Cruz); Os las inculcaron de niños y las usáis como un taparrabos que os permite ir desnudos salvando vuestro pudor (Salom, Piel); Le recomendó estudiar la oferta (Souza, Mentira); Su sombrero de ala ancha me impedía verle el rostro (Sinán, Plenilunio); Don reprocha a Lina haber cometido la bajeza de hacer expulsar a Kathy del equipo de coristas (Soublette, Mensajes).

26.8e Aunque suelen aceptarse generalmente en la actualidad las clasificaciones esbozadas en los apartados anteriores, se perciben también ciertos aspectos sutiles en ellas. La interpretación del antecedente del sujeto tácito de los infinitivos está determinada por las clases léxicas de verbos, como se ha explicado. A la vez, los gramáticos han puesto de manifiesto que los límites entre las clases léxicas de verbos no se conocen en todos los casos con la necesaria nitidez. Nótese que pedir y exigir son verbos de influencia, en cuanto que solicitan o fuerzan ciertos comportamientos en los demás, pero también son verbos de voluntad, puesto que los inducen o los imponen como resultado del deseo o de la autoridad. La segunda característica es pertinente para explicar por qué su sujeto puede ser correferente en ocasiones con el del infinitivo subordinado, lo que sucede sobre todo en las oraciones pasivas o en las construidas con infinitivos de verbos que no expresan acciones, sino procesos, estados o propiedades. Así, en Ha pedido recibir las mismas facilidades que los demás, coinciden los sujetos de pedir y de recibir. He aquí algunos ejemplos de este uso con los verbos pedir y exigir:

Yo solo te pedía estar acurrucadito a tu lado por una noche (Sastre, Jenofa); Habría dicho que Jordán le habría pedido conocer el sumario, según afirma (Hoy [Chile] 14/7/1997); Ahora, en cambio, las cosas de verdad, en vez de retraerse se imponían, exigían ser vistas, ser visibles (Pombo, Metro); Donna Oderisia exigía estar rodeada de gente y de frívolo cotorreo (Mujica Lainez, Escarabajo).

26.8f La otra característica de los verbos pedir y exigir (es decir, el que sean también verbos de influencia) ayuda a entender por qué otras veces es el complemento indirecto, no el sujeto, de esos verbos el que determina la referencia del sujeto tácito del infinitivo. Así, el antecedente del sujeto tácito de cumplir en Los exparamilitares exigían al Gobierno cumplir la promesa hecha (Prensa [Hond.] 28/11/2004) no es los exparamilitares (sujeto de exigían), sino el Gobierno (complemento indirecto de exigían). A esta pauta pertenecen estos otros ejemplos:

Le pidieron no salir del escondite antes que ellos y Salvador aceptó quedarse una noche más (Vargas Llosa, Fiesta); Le pidió a Rafael Pardo recibir a una persona que no identificó de antemano (García Márquez, Noticia); Las plazas de profesores fueron ocupadas por puertorriqueños y peninsulares, a quienes se les exigió poseer títulos universitarios (Silvestrini / Luque, Historia); Nuestro tiempo nos exige ser útiles (Torrente Ballester, Filomeno).

26.8g Es frecuente que el complemento del verbo principal quede tácito a pesar de ser el elemento que proporciona la referencia del sujeto del infinitivo, igualmente sobrentendido. Se observa esta pauta en los siguientes ejemplos:

Y en el mismo momento en que se admite que la defensa del Mundo Libre exige mantener cierta condescendencia comercial y diplomática con el Estado superracista del apartheid […] (Sánchez Ferlosio, Homilía); Pidió adelantar elecciones (Diario Cuyo 16/3/2005); Los tiempos exigen planificar, utilicemos las armas del enemigo (Marsé, Montse).

Así pues, en el último ejemplo citado (Los tiempos exigen planificar…), se entiende que el destinatario de la exigencia (‘todo el mundo’, ‘uno’, ‘nosotros’) designa la persona a la que corresponde la planificación de la que se habla. Se volverá sobre el problema de los antecedentes tácitos en los § 26.8i y ss.

26.8h El complemento directo o el indirecto del verbo principal determina también la interpretación del sujeto tácito del infinitivo en la mayor parte de las construcciones formadas con verbos de afección, sea esta física (Le cuesta levantarse temprano; Os molesta agacharos; Te sentará bien tomar el aire) o psíquica (Te duele reconocerlo; A Belén le encanta oír música; Nos apetece pasear). Otros complementos indirectos descritos en los § 35.5ñ y ss. determinan también la interpretación del sujeto tácito de los infinitivos, como en No te conviene enfriarte; ¿Les importa hablar más bajo? Se ha observado que en ciertas circunstancias el sujeto y el complemento del verbo principal pueden sumar sus rasgos de número y funcionar conjuntamente como antecedentes del sujeto tácito del infinitivo. En efecto, el adjetivo juntos es complemento predicativo del sujeto del infinitivo en la oración Silvia confesó que él le había propuesto vivir juntos sin casarse (País [Esp.] 3/6/1980). El sujeto al que se hace referencia ha de tener rasgos de plural, con los que juntos concordará. Ello implica que el sujeto tácito del infinitivo vivir ha de poseer antecedentes separados: le (= Silvia) y él.

26.8i Muchos sustantivos que admiten complementos de infinitivo (§ 26.11o-q) se asimilan a los verbos que se inscriben en los grupos semánticos mencionados en los apartados anteriores. Así, el sustantivo ganas se asimila al grupo de los predicados de voluntad (como en las ganas de Eva de marcharse), mientras que el sustantivo recomendación se comporta como lo hacen los verbos del grupo de permitir (la recomendación a los conductores de moderar la velocidad, en alternancia con el subjuntivo … de que moderen…). El argumento del sustantivo que proporciona el antecedente del sujeto tácito del infinitivo queda implícito en muchos casos. Repárese en que el sustantivo intento no posee ningún modificador posesivo ni algún complemento determinativo que informe de quién intenta algo en Apenas pudo rozar el hombro de su esposa en un intento por abrazarla (Martínez Salguero, Combate). Aun así, de la estructura de esta oración se deduce que el sujeto tácito de pudo rozar (cuyo referente no aparece en este pasaje) es el elemento que proporciona la información que se omite.

26.8j Al igual que sucede en este texto, es muy habitual que el sujeto tácito del infinitivo —o el elemento que proporciona su antecedente— se deduzca del contexto previo. A la misma pauta corresponden secuencias como las ganas de marcharse, la recomendación de moderar la velocidad y otras similares que contienen grupos nominales en los que no se menciona expresamente a los participantes en ciertas acciones. Cabría decir, de manera análoga, Tal vez fue un error de su padre el pretender que todos sus hijos estudiaran, donde su padre es el antecedente del sujeto tácito de pretender, pero también Tal vez fue un error el pretender que todos sus hijos estudiaran, donde se omite el complemento del sustantivo que habría de proporcionar dicha referencia. Son similares a esta alternancias como Es un honor recibir a Su Excelencia ~ Es un honor para nosotros recibir a Su Excelencia.

26.8k En los § 26.7f-k se observó que los infinitivos que aparecen introducidos por ciertos adverbios, preposiciones y conjunciones admiten sujetos expresos. Las relaciones de correferencia que se obtienen en estos casos son también más abiertas que las que se dan en las subordinadas sustantivas. Como se vio en la sección precedente, la correferencia de sujetos suele estar inducida en estas construcciones. El sujeto tácito del infinitivo trabajar que se marca como Ø en No te conviene Ø trabajar tanto no puede tener otro antecedente que el pronombre te. En cambio, el que se marca en la subordinada adverbial al Ø trabajar tanto no obtiene necesariamente su referente del discurso que sigue o precede. Puede estar representado en él, como en Al trabajar tanto por las noches, te viene seguro el cansancio durante el día, pero es también posible que las oraciones de este tipo contengan infinitivos con sujetos tácitos cuyos referentes no se mencionan en el texto, como sucede en De continuar vertiendo residuos en el mar, el planeta se destruirá de manera irreversible, que admite paráfrasis aproximadas como ‘De continuar la gen te vertiendo residuos…’. Se retomará la interpretación indeterminada o inespecífica de los sujetos tácitos de los infinitivos en los § 26.8n-r.

26.8l Como se ha visto, los sujetos tácitos de los infinitivos que aparecen en los complementos de los adverbios antes y después, así como en muchas subordinadas adverbiales de infinitivo, no poseen antecedentes tan claramente fijados por la sintaxis como los de las construcciones examinadas en los § 26.8a-i. El antecedente del sujeto tácito del infinitivo puede ser el sujeto de la oración principal (Antes de subir al avión, Andrea compró algunos regalos en el aeropuerto), el complemento directo (Después de haber comenzado a entrenar, se sometió al futbolista a una revisión médica), el complemento indirecto (Pese a estar enfermo, le recomendaron dar largos paseos) u otros elementos argumentales (Al llegar a la ciudad, sus temores se vieron confirmados). Es posible incluso que el antecedente del sujeto tácito del infinitivo aparezca en otro fragmento del discurso. Así, el de haber conseguido es el grupo nominal la esclava en la cita que se reproduce a continuación:

Lo que a Barda le indignaba se resumía en que la esclava pretendiera silenciar al sabio ensartándole por la espalda. De haber conseguido su propósito calladamente, se lo habría agradecido (Satué, Desierto).

26.8m La interpretación del sujeto tácito de los infinitivos en los contextos que se mencionan en el apartado precedente exige un cierto cálculo por parte del oyente en el que intervienen factores sintácticos, pero también otros relativos a la estructura informativa de la oración. El que el verbo acordarse sea pronominal favorece la correferencia de sujetos en De acordarme, te avisaría. En cambio, en De pedírmelo, pensaría si lo acepto, sin correferencia de sujetos, el pronombre me, complemento indirecto de pedírmelo, designa el mismo individuo que el sujeto de pensaría. La estructura informativa de la oración (capítulo 40) puede ayudar a determinar la correferencia apropiada cuando son varios los antecedentes potenciales del sujeto del infinitivo. Así, en La policía nos informó de la gravedad del accidente muy poco antes de llegar al lugar de los hechos cabría entender ‘antes de llegar nosotros’, pero también ‘antes de llegar la policía’. El que se elija una u otra interpretación depende en buena medida de que en el discurso previo se haya presentado la policía como información temática40.1d), o bien que ese papel corresponda a nosotros.

26.8n Es raro que los contextos en los que se obtiene la interpretación indeterminada del sujeto tácito de los infinitivos coincidan con los contextos examinados hasta ahora, en los que se establecía la correferencia entre dos argumentos de predicados distintos. Aun así, esas situaciones no son imposibles. Si aparece un infinitivo tras el predicado Me parecería poco cortés…, cabría esperar que tuviera un sujeto tácito con rasgos de primera persona (… dirigirme a él en esos términos), pero la lengua no rechaza que el sujeto tácito posea referencia indeterminada, puesto que la oración puede continuarse con … dirigirse a él en esos términos. El significado de la subordinada viene a ser, en este segundo caso, ‘que uno (alguien, cualquiera) se dirigiera a él en esos términos’. Se dice, análogamente, Ya es hora de volver, pero también … de volvernos, … de volverse o (sin infinitivo) … de que nos volvamos. No es indispensable que aparezcan morfemas pronominales para que se produzca la ambigüedad. En Considero poco práctico votar por ese partido, cabe entender ‘votar yo’, o bien ‘que se vote, que la gente vote’.

26.8ñ Las alternancias descritas en el apartado precedente no son enteramente libres, sino que están también determinadas por las propiedades léxicas de las categorías que admiten subordinadas de infinitivo. El que dice Estoy deseoso de viajar no expresa el deseo de que otra persona viaje, sino el de hacerlo él mismo, pero el que dice Soy partidario de cambiar al entrenador no sugiere que vaya a ser él mismo el que lleve a cabo el cambio del que se habla (frente a Estoy decidido a cambiar al entrenador, por ejemplo). El sujeto del predicado ser partidario no determina forzosamente, por tanto, la referencia del sujeto tácito del infinitivo de su complemento, que se interpreta como indeterminado (‘que alguien cambie al entrenador, que se cambie el entrenador’; recuérdese el § 13.17m).

26.8o La mayor libertad que se observa en la sintaxis del adjetivo partidario, en comparación con la de deseoso (aunque ambos expresen intención o voluntad), se percibe también en el hecho de que el primero permite la discordancia de número entre el antecedente y el sujeto tácito del infinitivo, como en No soy [1.a persona del singular] partidaria de jugárnoslo [1.a persona del plural] todo a una sola baza. El adjetivo deseoso exige coincidencia plena de rasgos morfológicos: Estoy deseoso de irme (no de irnos), si bien se han registrado discordancias similares a esta en el habla espontánea. Cabe pensar que las diferencias en la mayor o menor libertad sintáctica al elegir el antecedente de los sujetos de los infinitivos tienen base semántica (repárese en que se es partidario de un hecho, pero se está deseoso de una acción). Aun así, no han sido estudiados todavía de forma sistemática los factores que pueden explicar tales divergencias en el carácter más o menos estricto o rígido de los procesos de correferencia. Al grupo de deseoso pertenecen contento, encantado, seguro y otros muchos adjetivos; al de partidario pertenecen ciertos adjetivos de sentido comparativo, como distinto, igual o diferente (como en Eso es muy distinto a tener que recorrer cien kilómetros todos los días), entre otros.

26.8p La interpretación indeterminada o inespecífica de los sujetos tácitos se obtiene también con verbos de influencia que admiten argumentos implícitos. El sujeto del infinitivo retirar en Mandaron retirar los cuadros no está vinculado a ningún antecedente, por lo que se interpreta como ‘alguien en general, alguien no especificado’ o con otra paráfrasis similar. Se ha hecho notar, sin embargo, que estos sujetos tácitos sin antecedente reciben en otros casos interpretación genérica, más que indeterminada, como en Es necesario tratar correctamente a los demás. El sujeto tácito de tratar no corresponde aquí en realidad a ‘alguna persona inconcreta o inespecífica’ (interpretación indeterminada), sino más bien a ‘la gente en general’ (interpretación genérica). Se aplica el mismo razonamiento a oraciones como Fumar es nocivo para la salud (es decir, ‘fumar cualquier persona’), así como al siguiente texto: En estos tiempos es muy difícil considerarlos [=‘a los grupos indígenas’] como poblaciones con un estilo de vida diferente (Nutrición XXI 12/2001). Nótese que se interpreta aquí sin dificultad (aunque no se dice) a quién se atribuye la acción de considerar. Algunos gramáticos han sugerido que los sujetos tácitos de los infinitivos que parecen carecer de antecedente o de referente lo tienen en realidad encubierto, como en No conviene alterarse (donde se entiende ‘No le conviene a uno, a cualquiera’). Recuérdese que los ejemplos que se citaron en el § 26.8g ilustran este mismo fenómeno. En el texto de rótulos como Se prohíbe fumar se pone de manifiesto un fenómeno muy similar, puesto que el destinatario de la prohibición (que corresponde al complemento indirecto tácito de prohibir) determina en realidad la referencia del sujeto tácito de fumar.

26.8q Se han aducido algunas posibles ventajas del análisis de los antecedentes encubiertos de los sujetos de los infinitivos. Está entre ellas el hecho de que permite explicar, sin ninguna estipulación específica, la irregularidad de oraciones agramaticales como *Convendría llover mucho más, puesto que el complemento indirecto tácito de convenir (‘a uno, a cualquiera’) llevaría a entender forzosamente un sujeto de persona en el verbo llover, contra lo que se deduce de su significado. La oración Convendría que lloviera mucho más carece de infinitivo, por lo que no se plantea en ella el problema sintáctico que se menciona. Se ha señalado asimismo que el análisis de los antecedentes encubiertos explica igualmente contrastes como Es {posible ~ *probable} viajar. Este peculiar contraste sería consecuencia, de acuerdo con tal interpretación, de otros más simples, como Ello no me es {posible ~ *probable}. Es decir, el predicado ser probable no tiene complemento indirecto, por lo que no puede proporcionar el antecedente del sujeto tácito de viajar. Se ha observado que el razonamiento es coherente siempre que el argumento implícito del predicado principal pueda omitirse, aunque no sea complemento indirecto. Es posible decir, en efecto, Es peligroso conducir muy deprisa, pero se suele rechazar *Me es peligroso conducir. La primera oración tiene sentido porque el peligro del que se habla ha de ser experimentado por alguien (por tanto, ‘es peligroso para cualquiera, para todo el mundo, etc.’).

26.8r Los sujetos tácitos de los infinitivos de interpretación genérica tienen rasgos de tercera persona, que se ven reflejados en los elementos que concuerdan con ellos: Es necesario lavarse los dientes varias veces al día. El hecho de que el predicado principal admita complementos tácitos que expresen el destinatario o el beneficiario de alguna acción (como en nos es necesario) ayuda a explicar que se registre igualmente en estos contextos la variante con reflexivos de primera persona del plural. Aunque esta opción es más frecuente en los registros menos formales, se documenta en la lengua literaria, además de en la periodística:

De modo que es mejor volvernos (Clarín, Regenta); Pero es preciso marcharnos (Larra, Fígaro); Le convencieron de que era conveniente retrasarnos para que las primeras determinaciones que habría que tomar (Ganivet, Conquista); Don Modesto, siento mucho tener que decir a usted que es preciso separarnos (Fernán Caballero, Gaviota); Es pecado quitarnos el pan de la boca para echárselo a un gallo (García Márquez, Coronel); Es necesario darnos cuenta de que la lucha no debe ser en contra del débil y desprotegido, sino a favor de él (Proceso [Méx.] 22/12/1996); Es preferible quedarnos cortos, antes de crear confusión con cambios continuos en nuestras previsiones (Vanguardia [Esp.] 1/7/1995).

La posible discordancia de rasgos de persona que muestran estas oraciones no se evalúa igual en todas las áreas hispanohablantes. Además de la posibilidad de que resulte más o menos accesible el complemento implícito del predicado principal (lo que da lugar a alternancias como Nos convendría irnos pronto ~ Convendría irnos pronto), se ha observado que la discordancia descrita se considera más natural en algunas áreas (mexicana, caribeña y andina) que en otras (rioplatense y español europeo).

Información adicional

En relación con este capítulo, la siguiente entrada del Glosario de términos gramaticales podría ser de su interés:
verbo de voluntad

 

Nueva gramática de la lengua española
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