Sintaxis

22. Relativos, interrogativos y exclamativos. Sus grupos sintácticos

22.4 Los relativos quien, que y cual

22.4a En la sección precedente se analizaron las estructuras sintácticas que pueden presentar los grupos relativos. En esta sección y en las siguientes se examinarán las propiedades particulares de cada uno. En la lengua actual, el relativo quien aparece referido normalmente solo a personas o entes personificados. Algunos de estos procesos de personificación tienen límites dudosos. A ellos se debe el que se documente ese relativo en oraciones en las que su antecedente está constituido por grupos nominales que designan organizaciones, corporaciones, instituciones y otras entidades que se caracterizan como conjuntos de individuos. Se subrayan estos sustantivos con trazo discontinuo en los ejemplos que siguen:

Propusieron la compra del proyecto a la empresa nipona, quien aceptó de buena gana (País [Esp.] 2/9/2004); Las recomendaciones de la comisión no son obligatorias para el Gobierno, en quien reside, por la Constitución, la dirección suprema de las relaciones exteriores (Tiempo [Col.] 14/1/1975); Se trata de una entidad asesora del Ministerio, de quien depende y a quien propondrá medidas y rendirá cuentas (País [Ur.] 4/10/2001).

Aun así, en los registros formales tiende a evitarse el pronombre quien en estos casos, y es más frecuente elegir que, o bien el que/la que o el cual/la cual. Se diría, por tanto, que aceptó de buena gana, en el primer ejemplo; en el cual reside, en el segundo, etc. El uso de quien con antecedentes abstractos (por tanto, no personales) tuvo más pujanza en otras épocas, pero se registra todavía en textos recientes de autores de prestigio:

Y a todo el mundo parecerá evidente que es la política quien debe adaptarse a la pedagogía (Ortega Gasset, Artículos); No la diferencia del más puro cristianismo sino el que es la razón quien desciende, la razón impersonal (Zambrano, Pensamiento); Rousseau considera que el hombre es naturalmente bueno, y que es la civilización quien lo echa a perder (Marías, Historia).

22.4b Es más habitual en los textos que la relación sintáctica (anafórica o catafórica) entre quien y el sustantivo no personal se produzca en una perífrasis de relativo o construcción de relieve40.10-12), de modo que la subordinada no forma segmento sintáctico con la palabra relativa:

El canal será quien dicte la pauta de la programación, no los anunciantes (Universal [Ven.] 6/11/1996); El entrenador del Barça dijo que es el club quien debe decidir sobre el futuro de los extranjeros que figuran actualmente en la plantilla azulgrana (Vanguardia [Esp.] 30/5/1995); Es precisamente esta organización quien tiene en su poder a los pescadores canarios (País [Esp.] 10/7/1980); ¿Ha sido el destino quien nos ha dado un respiro o nosotros los que nos hemos desembarazado de los incordios? (Portal, Pago); Querían arrancarlo del fútbol, pero no podían, porque era el fútbol quien se negaba a desprenderse de él (Galeano, Fútbol); Y es el mar quien ganará la partida al final (Roa Bastos, Vigilia).

Las oraciones que se ajustan a esta pauta (Es el club quien debe decidir) aparecen con más frecuencia en los textos que las que corresponden a la pauta que se ilustra en el apartado anterior, y se consideran también menos marcadas que estas. Resulta habitual el uso personificado de los nombres de ciertos animales, especialmente los de compañía: Germán volvió de la calle a donde había ido a pasear al perro, quien no parecía muy contento de haber tenido que regresar a casa (Marsillach, Ático).

22.4c El relativo quien posee la variante plural quienes. La flexión de número de este relativo comenzó a expandirse a mediados del siglo xvi, pero su uso no se generalizó hasta un siglo después. Los textos medievales y clásicos suelen mostrar por ello la forma quien con antecedente plural:

Enséñanos esta fábula que no creamos ligeramente a aquéllos a quien nos mesmos queremos hazer mal e daño (Ysopo); Si a todas las vecinas de quien yo pienso mal hubiese de pedir perdón, sería nunca acabar (Cervantes, Viejo celoso).

Se registran todavía algunos testimonios de esta pauta. Aunque esta clase de silepsis es más usual en la lengua no formal, el fenómeno se detecta ocasionalmente en los textos literarios:

Es la primera ponerse muy bonitamente el mundo por montera, cosa que acostumbran a hacer todos aquellos a quien la sociedad conoce por el nombre de sinvergüenzas (Verdaguer, Arte); Las personas en quien se ha delegado la custodia de los confinados a lo largo de estos últimos dos siglos han visto una redefinición periódica de sus responsabilidades (Picó, Día); Somos los primeros con quien topan los franceses e ingleses corsarios (Silvestrini/Luque, Historia); La vida discurre en torno a ese centro oscuro protagonizado por el doble y los magos, de quien nadie parece ocuparse (Fuentes, Ceremonias); Estudió, se pateó todos los estudios, consiguió el respeto de los profesionales con quien colaboró (José, Buster Keaton).

Como norma general, en la lengua de hoy se recomienda utilizar el plural quienes en todos estos contextos.

22.4d El relativo quien puede ejercer diversas funciones sintácticas, como la de complemento directo (la mujer a quien ama), indirecto (el pariente lejano a quien donó toda su fortuna) o término de preposición en los complementos de régimen (el abogado en quien confiaba). Rechaza, no obstante, en la lengua actual, la de sujeto si la relativa es especificativa: el escritor invitado {*quien ~ que} trató largamente esa cuestión, pero no si es explicativa: El escritor invitado, {quien ~ que} trató largamente esa cuestión, declaró que… Se suele considerar que la irregularidad de quien en el primer caso se debe a que este pronombre reproduce los rasgos de su antecedente —en concreto, el de número y la referencia a personas— en una posición contigua a él dentro de su mismo grupo sintáctico. Sobre las especificativas con quien en la lengua antigua véase el § 44.5g. En las relativas sin antecedente expreso no se da tal concurrencia. Contrastan, pues, marcadamente Quien osara criticarlo era un traidor (Donoso, Casa) y *El individuo quien osara criticarlo era un traidor. El hecho de que no exista incompatibilidad alguna de rasgos en la casa donde vivo, en la que donde aparece en posición contigua a casa, puede deberse al hecho de que el adverbio relativo donde no lexicaliza un grupo nominal, sino uno preposicional: ‘la casa en la que vivo’. Los demás adverbios relativos con antecedente expreso (el tiempo cuando sucedió) se analizarán más adelante. Se examinan otros aspectos de estas restricciones en los § 44.5g, h.

22.4e El pronombre relativo quien alterna con «artículo determinado + que» tanto cuando encabeza una relativa libre, como en Esto es para {el que ~ quien} lo quiera, como cuando pertenece a relativas con antecedente externo a ellas, como en gente de {quien ~ la que} no puede uno fiarse. En este segundo caso, alterna también con «artículo determinado + cual», como se explica detalladamente en los § 44.3i y ss. No se da, sin embargo, la alternancia si quien es indefinido (recuérdese el § 22.1c), lo que sucede de forma característica, como se ha explicado, cuando la relativa es complemento de haber, tener y algunos verbos más:

Estos tales cautivos tienen muy dificultosa su libertad, que, como son del común y no tienen amo particular, no hay con quien tratar su rescate (Cervantes, Quijote I); Pero eso sí, cuando ha cogido calor, aquello no hay quien lo pare (Ruiz Zafón, Sombra); Cuando quiero charlar con alguien o cuando estoy angustiada, tengo con quien hacerlo (Rovner, Pareja); Desde diciembre pasado, madres del estado Vargas no tienen con quien dejar a sus hijos cuando salen a trabajar (Nacional 26/7/2000).

Por tanto, en ninguno de estos ejemplos alterna quien con el que/la que o el cual/la cual. Cabe destacar, no obstante, que en estos casos el elemento indefinido no es propiamente quien, sino el antecedente implícito que se supone al relativo, como en No hay una persona que te entienda. Sobre esta última construcción, véase el § 25.12. El artículo se admite cuando se expresa el antecedente, incluso si este no es definido, como en No tenía compañero con el que hacer el viaje.

22.4f En muchos de los casos a los que se refiere el apartado anterior, existe la posibilidad de asignar un antecedente al relativo, siempre que sea indefinido, como los pronombres alguien o nadie: No tenía alguien {alguien ~ nadie} con quien hablar. Aun así, esta compatibilidad o concordancia de indefinitud es más estricta con estos pronombres (o con su equivalente tácito) que con grupos nominales indefinidos. No se rechaza, por ejemplo, el artículo la subrayado en No había en toda la ciudad una persona con la que hablar, a diferencia de lo que sucede en No había con {quien ~ *el que} hablar o en No hay en la em presa {quien ~ *el que} no esté dispuesto a trabajar duramente. La incompatibilidad que provoca el artículo determinado en estos últimos casos guarda relación con la que caracteriza a pares como Sobre la mesa hay {un ~ *el} libro, que se analiza en los § 15.6c y ss. Los predicados que introducen las relativas en las que se acepta quien, pero no sus equivalentes con artículo (el que, la que, etc.), son solo unos pocos, como se observa en el apartado precedente. El verbo tener es algo menos restrictivo que haber, ya que toma con mayor facilidad relativas con el que o sus variantes morfológicas si se sobrentiende un núcleo nominal que se recupera anafóricamente. Así, en el texto: Bueno, médicos tiene al que aquí llaman “de la familia” (Quintero, Esperando), se entiende, ‘al médico al que aquí llaman…’. Como se ha explicado, las oraciones que encabeza quien en estos casos no son interrogativas indirectas, pero el pronombre puede llevar acento gráfico cuando introduce relativas de infinitivo si es tónico. Contrastan, pues, No me puedo mover de casa porque no tengo con quién dejar al bebé (Millás, Articuentos) y ¡Qué dulce es encontrar quien sepa entender nuestro lenguaje! (Galdós, Audaz), con relativo átono.

22.4g El pronombre quien es indefinido, pero no relativo, cuando alterna con cual o con uno/una en cada quien ~ cada cual ~ cada uno:

Cada quien debe velar por sus intereses (Argueta, Día); Cada quien mata pulgas a su manera (Fuentes, Cristóbal); Pronto encabezaré una revuelta que pondrá a cada quien en su sitio (Olivera Figueroa, Enfermera).

Tampoco es propiamente relativo, sino indefinido, cuando aparece en la locución distributiva quien más quien menos, en la que quien alterna con el que o la que a pesar de la ausencia de verbo. Se construyen con estas fórmulas grupos nominales —raramente en otra función que no sea la de sujeto— con los que se indica que lo denotado por el predicado se aplica a la generalidad de los miembros de un conjunto, aunque sea en grados diversos:

Quien más quien menos ha oído hablar de la célebre guerra de Crimea (Vanguardia [Esp.] 27/2/1994); Allí nadie era santo: el que más y el que menos se la había pegao a la mujer en algún momento (Vega, A. L., Crónicas).

Mucho menos frecuente en los textos es la opción quién más quién menos: Aquí quién más quién menos va atascado y con los nervios a flor de piel (García Sánchez, Alpe d’Huez), igualmente correcta.

22.4h El pronombre que es el relativo de uso más general en español. Ello se debe a que es el que presenta un conjunto menor de rasgos gramaticales, lo que le permite relacionarse con antecedentes de muy diversas clases. Como se indicó en el § 22.1d, carece de flexión y no contiene rasgos léxicos que restrinjan sus posibles antecedentes. Tal escasez de rasgos léxicos y morfológicos impide que pueda encabezar relativas libres, o sin antecedente expreso, si no va precedido del artículo determinado, puesto que este último aporta la información que permite reconocer al antecedente: {La ~ *Ø} que llamó me dijo que… Como se vio en los apartados precedentes, se exceptúan los usos tónicos del relativo que en construcciones como Sabía leer. Pero no tenía qué leer (Sepúlveda, L., Viejo). La ausencia de rasgos léxicos y morfológicos del pronombre relativo que permite que aparezca en un gran número de contextos cuyas características determinan su interpretación y sus propiedades sintácticas. Ello hace aconsejable estudiar su funcionamiento gramatical en el capítulo de las oraciones de relativo, en lugar de en este.

22.4i Como se explica en los § 22.2e y 44.1h, la combinación «artículo determinado + que» puede formar los llamados relativos complejos el que, la que, lo que, los que y las que, que unos autores consideran unidades léxicas y otros, grupos formados sintácticamente: aquello de lo que hablan. El antecedente del relativo complejo es externo a ellos (aquello en este ejemplo). Los dos componentes de la combinación «artículo determinado + que» tienen más independencia cuando encabezan relativas semilibres (§ 22.2e). El antecedente del relativo queda tácito en estos casos en unos análisis (el Ø que antes termine el examen) y está representado por el propio artículo en otros (el que antes termine; lo que quieras comprar), que adquiere así valor pronominal. Interesa resaltar aquí, sobre todo, que el artículo determinado mantiene en todas estas construcciones sus propiedades referenciales. Se restringirá aquí el concepto de ‘relativo complejo’ a los que no contienen su antecedente, como en el asunto del que me hablas.

22.4j La forma lo que tiene especial interés porque no solo hace referencia a entidades (Esto es lo que le gusta), sino también a cantidades, como en el texto siguiente: Un carro cuesta alrededor de 30 000 bolívares, o sea lo que vale una hacienda (Herrera Luque, Casa). Este uso cuantitativo de lo que se reproduce en los demostrativos (Cuesta esto ~ Cuesta mucho) y se pone también de manifiesto en otros muchos complementos que expresan la medida de una magnitud: Él sabe de contabilidad lo que yo de japonés; Diez minutos es lo que se alargó el partido; Eso es más de lo que ha trabajado en toda su vida, etc. Repárese en que oraciones como Dale lo que pida admiten dos interpretaciones, parafraseables aproximadamente como ‘Dale aquello que pida’ y ‘Dale cuanto pida’. Véase también sobre esta cuestión el § 14.9.

22.4k Se ha observado que los contextos exclamativos favorecen la interpretación cuantitativa de lo que. Así, lo que equivale aproximadamente a ‘lo mucho que’ en el fragmento siguiente: Ustedes pueden imaginarse lo que significa para un venezolano un sitio donde se respeta el conocimiento y la sabiduría (Universal [Ven.] 1/9/1996). Estos contextos se caracterizan por que equiparan los relativos pronominales y los adverbiales (lo que y cuanto), mientras que sus variantes interrogativas no son de igual modo equivalentes en los mismos contextos (es decir, ¿Qué significa para ti? no equivale exactamente a ¿Cuánto significa para ti?). En los § 22.13m y ss. se analizará la equivalencia de qué y cuánto en otros contextos (¿Qué cuesta? ~ ¿Cuánto cuesta?). Se examinan otras propiedades de la secuencia «artículo determinado + que» en los § 44.2 y 44.3. El relativo lo que forma parte de algunas expresiones lexicalizadas o semilexicalizadas. Se usa lo que sea en el sentido de ‘cualquier cosa’, como en el primero de los dos textos siguientes, o en el de ‘lo que convenga o corresponda’, como en el segundo:

Haces lo que sea con tal de no ir al dentista (Motos, Club); Las pobres nietas o bisnietas, o lo que sea, del almirante, realmente van a tener que sacar a relucir todo el valor y la casta (Bryce Echenique, Huerto).

También con el sentido de ‘cualquier cosa que’ se usa lo que en lo que haga falta, lo que venga, etc. La pauta formada por lo que sea, como sea, donde sea, etc., se estudiará en los § 22.12p-r.

22.4l Se usa lo que faltaba como fórmula que expresa sorpresa o desánimo ante algo inesperado que culmina en alguna situación adversa: Y encima, lo que faltaba, un ataque de celos (Fernández Cubas, Ágatha). Puede incrementarse con complementos preposicionales, como en lo que faltaba {por oír ~ por ver}. En España se registra la fórmula exclamativa lo que faltaba para el duro en el sentido de ‘el colmo’. Como expresión de desánimo ante algo que ha ocurrido se utiliza lo que me temía; la locución oracional lo que son las cosas introduce una situación que se considera paradójica; en cambio, lo que oye(s) se usa para confirmar una información que el interlocutor no acaba de creer. Se ejemplifican a continuación estas fórmulas:

Lo que me temía: ellas no aprecian en lo más mínimo mi sentido del humor (Rodríguez Juliá, Cruce); Y después, lo que son las cosas, ya de Presidente, debe haber sido su padrino de matrimonio (Asturias, Presidente); Me lo ocultó, el muy pillastre. Sí, lo que oyes (Marsé, Rabos).

Otras fórmulas lexicalizadas o semilexicalizadas propias del habla coloquial son lo que yo te diga, con la que el hablante se reafirma en alguna opinión anterior; lo que no está escrito o lo que no está en los escritos (‘enormemente, muchísimo’): Sufrió en La Pandera lo que no está escrito (As 22/9/2003); lo que tú digas, con la que el hablante cede en alguna porfía, entre otras similares. Las fórmulas de relieve construidas con lo que (No es esto lo que esperaba) se estudian en los § 40.10 y 40.11.

22.4m El pronombre relativo cual solo se usa integrado en los relativos complejos. La combinación «artículo determinado + cual» presenta variación morfológica en sus dos componentes: de género y número en el artículo, y solo de número en su segundo formante. Ello da lugar al paradigma el cual/la cual/lo cual/los cuales/las cuales. El grado de fusión que muestran los dos componentes del relativo complejo es total, de manera que no resulta posible introducir ningún elemento entre ellos. No coincide, pues, del todo en este punto con la secuencia «artículo determinado + que», ya que esta última admite ciertos elementos intercalados entre sus dos componentes cuando no forma un relativo complejo, como se explica en el § 44.3b. Una propiedad característica del relativo complejo «artículo determinado + cual» es su naturaleza tónica, lo que lo distingue del resto de los relativos (que son átonos, salvo en los casos mencionados en el § 22.1c). Esta diferencia prosódica tiene consecuencias sintácticas importantes, puesto que la combinación «artículo determinado + cual» constituye el único relativo que puede aparecer sin restricciones al final de un grupo fónico, como se explica con detalle en los § 44.3e y ss.

22.4n Pese a contar con rasgos morfológicos de género y número, el relativo complejo «artículo + cual» está incapacitado para encabezar relativas sin antecedente expreso: {Quien ~ *El cual} es feliz no necesita nada. Cabe pensar que tal comportamiento se deriva del hecho de que este relativo alude siempre a un antecedente discursivo previo, de modo que no puede denotar una entidad de carácter inespecífico, a diferencia de lo que sucede con «artículo + que» (El que diga eso se equivoca) o con el relativo quien (Quien diga eso se equivoca). Por esa misma razón, queda vedada al relativo complejo «artículo + cual» la posibilidad de remitir catafóricamente, propiedad que está al alcance de los otros dos relativos mencionados: {El que ~ Quien} dijo eso fue Ricardo. Estas cualidades convierten al relativo complejo «artículo + cual» en el relativo con mayor fuerza anafórica, en el sentido de que siempre requiere antecedente expreso.

22.4ñ Se observa en el apartado precedente que el relativo complejo «artículo + cual» no aparece en las relativas libres. Está también excluido de las relativas especificativas, a menos que sean preposicionales: el texto {*el cual mencionaron ~ del cual hablaron}. La posición contigua de el cual y su antecedente es similar a la observada en el § 22.4d en construcciones como el escritor invitado {*quien ~ que} trató largamente esa cuestión, por lo que parece lógico explicar la restricción en los mismos términos. La restricción no afecta a las relativas explicativas, lo que se atribuye a su menor vinculación con el antecedente: Les señaló un botón rojo, el cual podían presionar en caso de que algunas de las respuestas no fueran verdaderas (Quesada, Banana). La naturaleza tónica del relativo complejo «artículo determinado + cual» y la inclusión de rasgos de género y número en su flexión lo convierten en el relativo más adecuado para remitir a antecedentes alejados o para elegir entre varios potenciales:

Fue secuestrada por unos bandidos lidios cuando no era más que un bebé, los cuales, durante una noche de borrachera múltiple, se divirtieron quemando su rostro y arrancándole la pequeña lengua (Somoza, Caverna); Me agregó algunos datos como el teléfono de su casa y la dirección de su pequeña librería, los cuales incluí de inmediato en mi dossier (Serrano, M., Corazón); En la planta baja se hallan el departamento de baños de agua caliente […] y el panteón, que hace años no está en uso, y en el cual se conservan los restos de muchos bienhechores (Olavarría, San Ignacio).

Su mayor consistencia fónica hace que aparezca frecuentemente como término de las preposiciones bisilábicas: El pórtico bajo el cual estaba el sillón era impresionante (Obando, Paraíso), con las que también se admite el relativo que. Precedido de la preposición de, puede alternar con el relativo posesivo cuyo, como en Un derrelicto encantado, en el interior del cual gimen las almas en pena de marineros condenados (Ribera, Sangre), donde se podría haber dicho igualmente en cuyo interior. Esta alternancia se analizará más detenidamente en los § 22.5h y ss.

22.4o Como es tónico y posee valor anafórico, el relativo complejo «artículo determinado + cual» es particularmente frecuente en las subordinadas relativas explicativas que tienen valor continuativo o conclusivo:

Había descubierto una pasión por el chocolate y los brazos de gitano que no desmerecía de su entusiasmo por los grandes de la tragedia griega, con lo cual había ganado algo de peso (Ruiz Zafón, Sombra); Rosalinda se ha maquillado los ojos, los cuales están hinchados y rojos (Santiago, Sueño); Un rol que te ha sido asignado, el cual puedes aceptar o rechazar (Martínez Salguero, Combate).

La facilidad con la que este pronombre relativo puede encabezar relativas en yuxtaposición (§ 44.10i, j) redunda en la misma idea: las subordinadas por él formadas pueden mostrar una independencia discursiva que resulta más difícil de conseguir con otros pronombres de la misma clase. Así, el pronombre relativo subrayado en el texto siguiente: Es el momento en que la luz que ilumina la figura de Kant se va extinguiendo, y vemos por fin el escenario antes descrito. En el cual hay dos figuras (Sastre, Días) podría ser sustituido por un pronombre personal: En él hay dos figuras. La presencia del relativo contribuye a facilitar la cohesión discursiva del texto, vinculando la última oración con la anterior. A pesar de ello, la relación formal que aquí se establece es de parataxis.

22.4p En el habla coloquial de algunas variedades del español (más frecuentemente en el europeo que en el americano) se registran usos de que tras cual en expresiones como lo cual que, el cual que o la cual que, casi siempre en construcciones paratácticas que expresan ‘consecuencia’ o ‘continuidad lógica’. A pesar de que en algún caso podrían interpretarse como rasgos de autor, estas fórmulas poseen muy escaso prestigio, por lo que no se recomiendan:

Sanidad llegó a un acuerdo con Trilucent por el cual que la empresa paga el cambio de prótesis y cinco años de revisiones a los que debían someterse las pacientes (País [Esp.] 17/3/2003); Esto no lo arregla Mónica Ridruejo ni Salambó que le cortase la cabeza a Fernando Delgado. Lo cual que se la han cortado (Mundo [Esp.] 30/9/1996).

Se registran otras veces puestas en boca de ciertos personajes populares. En el texto siguiente son varios los rasgos ortográficos deliberados que ponen de manifiesto esta interpretación: El viejo creo que anda ahora con una tranquina de un desajusio que le metió a una arquilina de Fuera la Portada, la cual que no le paga, disen, en de jase porsión de tiempo (Guerra Navarro, Pepe Monagas). Se atestigua también lo cual que sin antecedente lingüístico. En tales casos adopta el valor de un conector discursivo de carácter ilativo: Lo cual que ayer me llega una carta de la junta promotora de la Asociación Cultural Hispano-Soviética, que es una cosa que suena rarísima (País [Esp.] 11/9/1977). En este ejemplo, lo cual podría sustituirse por el conector discursivo pues o por el verbo resulta.

 

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