Sintaxis

33 El sujeto

33.10 La concordancia «sujeto–verbo» (V). Construcciones copulativas

33.10a También en las oraciones copulativas el sujeto concuerda, como norma general, con el verbo en número y persona, como en Las calles [3.ª persona, plural] estaban [3.ª persona, plural] desiertas. Como en otras construcciones atributivas, concuerda además con el atributo en género y número (§ 36.7a). Se han observado tradicionalmente varios casos de discordancia entre el sujeto y el verbo en las copulativas construidas con el verbo ser. Cabe atribuir algunas de ellas a la presencia de complementos tácitos como los analizados en los § 33.9d y ss. Así, el plural son que aparece en No hay más. El resto son suposiciones, adivinaciones (Zaragoza, Concerto) puede interpretarse de forma similar a como se interpreta el plural en La mayoría dijeron la verdad, es decir, suponiendo que tales rasgos corresponden a un complemento tácito del nombre cuantificativo, como en el resto Ø, la mayoría Ø.

33.10b De muy diversa naturaleza es la discordancia que se observa en oraciones como Dos pares de zapatos es bastante para este viaje; Doscientos dólares es suficiente, o Trescientas personas es demasiado. Existen varios análisis de este fenómeno. Cabe pensar que el grupo nominal que funciona como sujeto posee interpretación proposicional. En efecto, el grupo nominal podría considerarse el complemento de un infinitivo tácito (llevar en el primer ejemplo; pagar en el segundo; invitar en el tercero, etc.). Este análisis presenta, no obstante, el problema de que postula un proceso de elipsis no recuperable15.7d y ss.). Introduce, en efecto, la elisión de segmentos que no aparecen en el discurso previo ni poseen manifestación morfológica. Hace, además, algunas predicciones erróneas. No existe, por ejemplo, equivalencia entre Traducir estas dos novelas sería muy interesante y la variante que resulta al prescindir del infinitivo: *Estas dos novelas sería muy interesante. Aun así, aproximaciones como esta permiten establecer un vínculo entre el fenómeno mencionado y los llamados grupos nominales de interpretación proposicional, como el subrayado en Me dijo la hora ~ Me dijo qué hora era43.8c y ss.). Por otra parte, la interpretación proposicional de los grupos nominales da lugar ocasionalmente a discordancias de género, sobre todo en la prosa periodística, como en Es necesario [masculino] una ley [femenino] que proteja la orientación sexual y la identidad de género (Comercio [Perú] 11/4/2008), donde se quiere decir que lo necesario es que exista cierta ley, o tal vez el hecho (sustantivo masculino) de que la ley exista. Sobre otros aspectos de esta forma de discordancia, que se recomienda evitar, véase el § 42.16g.

33.10c Algunos de los contextos en los que se acepta la discordancia de número a la que se hizo referencia en los apartados precedentes participan en la alternancia entre las subordinadas de sujeto y las que aparecen en el término de la preposición con. Se trata de los predicados de suficiencia, a los que se alude en los § 25.3v, 26.13p, 36.3ñ, 36.7k, 41.8f, h, 46.4i, y 47.11a, como en Me bastan dos días ~ Me basta con dos días. Así, es posible parafrasear la oración Seis meses es más que suficiente para mí (Caras 10/11/1997), con sujeto en plural y verbo en singular, con la variante Con seis meses es más que suficiente para mí. Aunque esta vía de análisis solo daría respuesta a una pequeña parte de los fenómenos de discordancia de número que se observan en las oraciones copulativas, es oportuno hacer notar que los argumentos nominales de los predicados de suficiencia suelen denotar cantidades, y que la mayor parte de las discordancias mencionadas tienen lugar con sujetos que expresan esa misma noción, como en Ocho kilos de arroz es demasiada comida; Veinticinco grados no es un calor excesivo, o en Cuarenta dólares es mucho dinero (Beneke, Funeral). En estas oraciones se admite igualmente la variante en plural, que es la elegida en Sesenta libras esterlinas son mucho dinero para sacarlo así (Gallegos, Canaima). La alternancia se obtiene, de hecho, en gran número de casos en los que un grupo nominal cuantitativo construido en plural (x) se interpreta como ‘la cantidad x’ (donde cantidad es un sustantivo singular), sobre todo si el predicado solo contiene adjetivos en masculino o en neutro: Sesenta euros es lo convenido.

33.10d Es polémico tradicionalmente el análisis de la concordancia en oraciones copulativas como las que ilustran los ejemplos siguientes:

A veces pensamos que el problema son los demás (Iborra, Sanación); Creen que la causa son los vertidos incontrolados en el río (Mundo [Esp.] 20/6/1996); Para impedir que a través de la laguna, esta continuase recibiendo víveres, la solución serían bergantines, cuya construcción quedó encomendada a Martín López (Miralles, J., Cortés).

Reducidos a lo esencial, los análisis que suelen proponerse son dos. En el primero de ellos, estas oraciones muestran una concordancia del verbo (son) con el atributo (los demás, los vertidos incontrolados en el río y bergantines, respectivamente). Desde este punto de vista, la concordancia «sujeto–verbo» quedaría suspendida en español en estos casos, de forma que los rasgos del atributo se impondrían a los del sujeto en la cópula.

33.10e Existe una segunda interpretación, que se preferirá aquí, según la cual estas oraciones son copulativas inversas37.5k y ss.). Su característica más notable es el hecho de que anteponen el atributo focalizándolo, sin que ello impida que el grupo nominal posverbal se siga interpretando como sujeto. Desde este otro punto de vista, en la primera oración citada en el apartado anterior se predica de los demás el constituir cierto problema que se ha presentado en el discurso precedente. En los § 37.5 y 43.2e se explica que las oraciones subordinadas sustantivas no suelen ejercer la función de atributo. Así, la que se subraya en En realidad, quisiera contestarte. El problema es que no tengo respuesta (Benedetti, Primavera) ejerce la función de sujeto. De la situación por ella designada se predica, en efecto, el ser un problema (cf. *El problema lo es), lo que asimila esta pauta a la que corresponde a los textos citados en el apartado precedente. Este análisis es, asimismo, coherente con la concordancia forzosa que se observa en las oraciones copulativas en las que uno de los términos es un pronombre de primera o segunda persona, como en los textos que siguen:

Pero el culpable eres tú (Memba, Homenaje); Eso es falso. Los delegados somos nosotros. Aquí están nuestras credenciales (Candelaria, Días); Acá el patrón soy yo, carajo (Bayly, Días); ¡Por esto, en mis planes de Gobierno, mi diaria preocupación sois vosotros! (Maldonado Pérez, Latifundios); Los que pagamos el pato somos nosotros (Arrabal, Cementerio).

Las formas verbales subrayadas en estos textos aparecen en primera o segunda persona. Como los pronombres personales se asimilan a los nombres propios, y estos últimos no son predicados, es esperable (desde el segundo análisis) que el verbo copulativo muestre la flexión del pronombre posverbal, puesto que se interpreta como sujeto. Así pues, ninguna de las formas verbales subrayadas puede ser sustituida por una variante de tercera persona, sea en singular o en plural. Sobre otros aspectos de la concordancia en las copulativas de relieve, véanse los § 37.6 y 40.11.

33.10f Más complejo resulta descartar que exista concordancia con el atributo en otro tipo de secuencias, también señaladas en los análisis tradicionales. En la oración Todos los encamisados era gente medrosa (Cervantes, Quijote I) se atribuye a ciertas personas encamisadas determinada propiedad. Aun así, el verbo concuerda con el atributo, en lugar de hacerlo con el sujeto. En la actualidad se preferiría el plural eran en este texto, pero no en otros relativamente similares. Así, los rasgos de plural de los sustantivos en función de atributo se imponen en el verbo copulativo a los del sujeto neutro, a pesar de que, como se explica en el § 3.1c, el neutro no tiene plural. No resultarían naturales, pues, las variantes en singular de los verbos que se subrayan en los textos siguientes:

Todo eran ideas. Imaginaciones. Sacudió la cabeza para espantarse el cosquilleo (González, E., Dios); ¡No seas necio! La gente decente no se dedica al teatro. Eso son habladurías (García May, Alesio); En todo caso lo anterior son preguntas que nos hacemos sin pretensión de ser sistemáticos (Salinas, C., Tolerancia).

En la primera de estas oraciones se predica de algo el ser producto de la imaginación, y en las demás se obtienen construcciones similares en las que un pronombre neutro, o un grupo pronominal con esos rasgos, es sujeto de un verbo copulativo que refleja los rasgos de plural del atributo. Esta pauta se extiende ocasionalmente a construcciones sin sujetos neutros, pero cercanas a ellos en cuanto que admiten paráfrasis semejantes. No se usa, en efecto, el pronombre cualquiera como neutro (§ 20.4ñ), pero el grupo nominal cualquier cosa da lugar a secuencias como las que se acaban de citar: Cualquier cosa que uno le diga siempre son pavadas para él (O’Donnell, Frío).

33.10g En la pauta que corresponde a los textos citados alternan el singular y el plural, con preferencia de este último, como en Todo {eran ~ era} imaginaciones suyas. La alternancia es más habitual cuando los grupos nominales en función de sujeto no son neutros. Destacan en especial los grupos nominales que identifican lo que se atribuye a algo o a alguien, como en El sueldo eran como mil cuatrocientos (CREA oral, Venezuela), donde podría haberse usado de la misma manera era. Sin embargo, no existe acuerdo entre los gramáticos acerca de si esta pauta ha de asimilarse o no a la correspondiente a las copulativas inversas, de las que se habló en el § 33.10d. Así, el singular es esperable si el grupo nominal preverbal es el sujeto en pares como Su mayor ilusión {sería ~ serían} unas vacaciones en el Caribe o La vejez {es ~ son} solo achaques. La irregularidad que representa el plural en esos pares se ha interpretado de dos formas. Una de las interpretaciones consiste en entender que constituye una extensión de los casos de concordancia con el atributo a los que se aludió en los apartados precedentes. Desde este punto de vista, unas vacaciones en el Caribe es el atributo de la primera oración, y achaques lo es de la segunda. En la segunda interpretación, estas oraciones se asimilarían a las inversas, por lo que no se produce en ellas concordancia alguna con el atributo. El sujeto de la primera sería unas vacaciones en el Caribe, y el atributo que lo identifica como la ilusión de alguien sería el grupo nominal que aparece antepuesto. Se retoma esta cuestión en los § 37.6i y ss.

33.10h Los relativos complejos (§ 44.3) los que, las que ejercen la función de sujeto en las relativas semilibres introducidas por la preposición de en las oraciones copulativas. Estas construcciones se consideran variantes de las partitivas, puesto que cabe pensar que se elide en ellas el indefinido uno. Se espera, por consiguiente, que el verbo aparezca en plural:

Soy de los que piensan que no es cuestión de hacer como el avestruz frente a los peligros (Sábato, Héroes); Era de los que viajaban solos por regiones desconocidas (Carpentier, Pasos); Le hacía precio especial porque ella no era de las que se olvidan (Donoso, Delfina); Sois de los que rechazan todo aquello que sale de los límites ordinarios de la vida (Galdós, Episodios).

33.10i A pesar de que esta es la forma habitual de concordancia, el verbo de la relativa puede aparecer asimismo en tercera persona del singular reproduciendo los rasgos del indefinido tácito uno, como en Tú eres de los que apoya esa propuesta (es decir, ‘uno de los que apoya esa propuesta’), o en Yo soy de los que dice siempre la verdad. Esta opción no se tiene por incorrecta, pero sí por menos recomendable que la anterior:

Yo soy de los que cree que a la historia no la para nadie (Herrera Luque, Casa); Eres de los que se pasa la vida a la caza de un contenedor (de vidrio, de papel, de pilas…) (País [Esp.] 9/5/2003); ¿O eres de los que solo va de mirando? (Caballero, Squash).

33.10j No se consideran correctas, en cambio, las variantes de estas construcciones que presentan el verbo en primera o segunda persona, como en Tú eres de los que apoyas esa propuesta; Yo soy de los que digo siempre la verdad. El verbo reproduce en estas oraciones los rasgos de persona del pronombre que ejerce la función de sujeto de la oración principal. Esta forma de concordancia aparece en los textos literarios, casi siempre en boca de determinados personajes:

Tú eras de los que más leña echabas a la hoguera (Núñez Alonso, Lazo); Y yo, aparentemente, mi vida, soy de las que perdono pero no olvido (Vázquez, Á., Juanita Narboni); O sea, listilla, que tú eres de las que crees que, aunque no hubieran existido los vocablos charles de gaulle, habría existido el gaullismo (García Hortelano, Gramática).

33.10k Cuando los mismos grupos preposicionales que se han descrito complementan al indefinido uno, se produce una confusión similar a la que se describió en los apartados precedentes, puesto que el verbo de la relativa concuerda a veces en el coloquio con el pronombre sujeto de la oración principal, como en Tú fuiste uno de los que hablaste a su favor, en lugar de la forma correcta hablaron, que manifiesta la concordancia con el artículo los. También puede producirse concordancia con el indefinido uno en tercera persona de singular (Tú fuiste uno de los que habló a su favor). Influye tal vez en este hecho el cruce sintáctico que algunos hablantes realizan de manera implícita entre las relativas especificativas (Tú fuiste uno que habló a su favor) y los complementos partitivos que contienen relativas sin antecedente (Tú fuiste uno de los que hablaron a su favor). Los siguientes ejemplos ilustran estas dos posibilidades de concordancia. La concordancia en tercera persona del plural es la preferida en la lengua culta:

Nadie mejor que tú para entender mi actitud, tú que eres uno de los que la han cimentado, formado, alentado (Vázquez Montalbán, Galíndez); Yo era uno de los que pugnaban para que la Basílica se constituyera en diócesis autónoma (Proceso [Méx.] 3/11/1996); Usted es uno de los que andaban siempre con la Edecán (Velasco Piña, Regina); Antes del retiro del apoyo del gobierno yo fui uno de los que más colaboró para la obtención de los Juegos (Hoy [Chile] 25/1/1984); A lo mejor usted es uno de los que se ha hecho el sordo cuando le hablan de la contaminación sonora (Tiempo [Col.] 26/6/1996).

 

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