Sintaxis

48 La negación

48.4 El ámbito de la negación (I). Sus características principales. Indefinidos existenciales en entornos negativos

48.4a Se explicó en las secciones precedentes que el ámbito de la negación es el dominio sintáctico que se ve afectado por ella, y también que el foco constituye un segmento insertado en ese dominio. En algunas ocasiones puede coincidir completamente con él, como en los casos de negación contigua citados en el § 48.2c: Empiezan a aparecer no amigos, sino amigas. El ámbito de la negación está determinado en gran parte por el orden jerárquico de los segmentos que componen la oración. Así, cuando el adverbio no precede al grupo verbal (§ 1.11e), todo este constituye su ámbito. El sujeto preverbal queda, en consecuencia, fuera de él y no participa en los esquemas contrastivos. Esta es la razón de que se consideren forzadas oraciones como Tu mamá no llamó ayer, sino tu hermana, o La política financiera del Gobierno actual no es la responsable de la devaluación, sino los males endémicos que arrastra el país, ya que en ambas se estaría interpretando el sujeto preverbal como foco de la negación y, por tanto, dentro de su ámbito. El sujeto posverbal forma parte de él e interviene sin dificultad en esas relaciones de contraste, a las que se dedica el § 40.6: No llamó tu mamá, sino tu hermana; No aparecen en el panorama económico signos de mejora, sino índices de seria preocupación.

48.4b A pesar de que el sujeto preverbal queda fuera del ámbito de la negación, el adverbio no puede afectarlo indirectamente si se admite la interpretación proposicional o externa de la que se habló en el § 48.2a. Este tipo de negación se obtiene, por ejemplo, en la oración El detenido no es el asesino de las niñas. La interpretación externa de la negación permite obtener la paráfrasis ‘No es cierto que el detenido sea el asesino de las niñas’, lo que lleva al significado natural de que el asesino del que se habla es otra persona. Ciertos segmentos sintácticos que corresponden al grupo verbal pueden verse afectados por el adverbio no incluso en los casos en que lo preceden, como en De ese asunto no quiero hablar, en Por falta de ganas no habrá sido o en Miren, che, yo de las bombas no quiero saber ni medio (Arlt, Juguete). Se piensa generalmente que estos segmentos antepuestos ocupan una posición temática, en concreto la de tópico o tema40.2a). Como no existen elementos adverbiales o pronominales que puedan sustituirlos en el interior de la oración, no hay ninguna marca que exprese dicho vínculo dentro del grupo verbal.

48.4c En el § 40.3c se explica que los grupos nominales definidos aparecen duplicados por un pronombre átono complementario en las construcciones de tópico inicial: A Elena no le dije nada; El diccionario de latín no te lo devolví porque tengo que hacer una traducción. También en el § 40.3c se analiza la diferencia entre expresiones como Eso lo dije yo (donde eso es tópico) y Eso dije yo (donde eso es foco). Los grupos sintácticos en posición de foco inicial son incompatibles con la negación, por lo que se obtienen contrastes como Eso no lo dije yo (se subraya el tópico) ~ *Eso no dije yo (se subraya el foco). Este tipo de contrastes muestra la dificultad que existe para que se interprete bajo el ámbito de la negación un elemento que está situado en una posición sintáctica externa a él. No constituyen excepción secuencias como Mira, madre, armas no quiero, porque yo aquí no voy a matar a nadie (Galdós, Episodios), ya que los sustantivos sin artículo en posición preverbal pueden ser temáticos, como en este caso, o bien focales en otras construcciones (§ 40.3f, g).

48.4d No se ven afectados por la negación los adverbios en -mente que preceden al adverbio no cuando expresan significados modales vinculados al enunciado o a la enunciación (§ 30.10 y 30.11), como en Obviamente, ella no tenía la respuesta, donde se entiende que el hablante presenta o evalúa como obvio un cierto contenido proposicional, o en Afortunadamente, no hubo heridos, donde se valora positivamente una determinada circunstancia presente en el enunciado. Tampoco caen bajo el ámbito de la negación los adverbios que expresan puntos de vista (§ 39.2q: Técnicamente, no se le puede poner ningún reparo), los que ordenan el discurso (Finalmente, no salió elegido) y otros muchos similares que se caracterizan por ser externos al grupo verbal (§ 30.2n y ss.). Los adverbios que expresan modos o maneras de proceder caen, por el contrario, en el ámbito de la negación. Cuando se anteponen al adverbio no, se aproximan a las expresiones topicalizadas que se analizaron en el apartado precedente, como en La verdad es que sensatamente no lo oí razonar nunca, o en Más claramente no puedo expresarlo (en este último caso, con anteposición inducida por el cuantificador comparativo más).

48.4e Las expresiones adverbiales de modo o manera que se interpretan fuera del ámbito de la negación se aproximan otras veces a los adjuntos que en los § 30.4f y ss. se denominan libres. En estos contextos, asimilables a los tópicos (§ 40.2a), se obtienen interpretaciones condicionales (Sin tu ayuda no lo conseguirán) y a veces causales (Sin la ayuda prometida, que nunca llegó, no consiguieron su objetivo). En general, el español muestra notable resistencia a que los adverbios que pertenecen al grupo verbal aparezcan en posición antepuesta a él. De hecho, solo en contadas ocasiones se documenta esta pauta en los textos, como en Es fama entre los etíopes que los monos deliberadamente no hablan para que no los obliguen a trabajar (Borges, Aleph). Favorece este uso el hecho de que el adverbio negativo puede integrarse semánticamente en el predicado. En el ejemplo de Borges que se acaba de citar, no hablan se interpreta, en efecto, como ‘callan’.

48.4f Se ha observado que los complementos causales muestran cierta inestabilidad en relación con el ámbito de la negación. Así, la secuencia Por esa razón no me quedé tiene dos sentidos, a los que corresponden entonaciones diferentes. En uno de ellos se dice que determinada razón, presentada previamente, es la causa de mi marcha de cierto lugar. Como pone de manifiesto la paráfrasis con la fórmula de relieve (Fue por esa razón por lo que no me quedé), el complemento causal queda fuera del ámbito de la negación. En esta primera interpretación se admiten adverbios como justamente o precisamente. En la segunda se dice que es alguna otra la razón de que yo me quedara en el sitio del que se habla. En este segundo caso, la oración equivale a No fue por esa razón por la que me quedé o a Me quedé, pero no por esa razón, sino por otra. Aun estando en posición antepuesta, por esa razón cae bajo el efecto de la negación, como sucedía en los casos examinados en los apartados anteriores. Al segmento por eso, subrayado en el diálogo que sigue, corresponde esa misma interpretación: —Es un asesino. Un sucio asesino, y estás arriesgando la vida por él. —Era mi huésped. —Por eso no deja de ser un asesino (Vázquez-Figueroa, Tuareg). El primero de los dos sentidos analizados, que corresponde a los ejemplos siguientes, es mucho más frecuente en los textos que el segundo, pero ambos tienen justificación gramatical:

Por esta razón no puedo precisar el día en que ocurrió lo que voy a narrar (Galdós, Episodios); Por el mismo motivo no se la mostré a Julia (Mujica Lainez, Bomarzo); Por ese motivo no parecen los más preparados para plegarse a los designios y a los reorganizadores de Washington (Sampedro, Mongoles).

48.4g Existen elementos gramaticales que aparecen situados sintácticamente dentro del ámbito de la negación, pero pueden interpretarse semánticamente fuera de él, por tanto, con ámbito amplio o mayor que la negación (recuérdese este concepto del § 20.9). Están entre ellos los indefinidos existenciales alguien, algo y alguno (este último salvo en su uso posnominal, § 48.4j), frente a sus correlatos negativos nadie, nada y ninguno. Así, la oración No dijo algo importante viene a significar ‘Hay algo importante que no dijo’. El indefinido algo se interpreta semánticamente como elemento externo al ámbito de la negación, a pesar de que forma parte del grupo verbal encabezado por no, es decir, a pesar de que se encuentra situado dentro del dominio sintáctico abarcado por ese adverbio. Si la oración fuera, en cambio, No dijo nada importante, el indefinido habría de interpretarse por fuerza dentro del ámbito de la negación, y la oración significaría entonces (aproximadamente) ‘No existe cosa de importancia que dijera’. Este tipo de contrastes lleva a muchos gramáticos a pensar que los indefinidos negativos situados dentro del ámbito de un inductor negativo (como nada en el ámbito de no en No dijo nada importante) se interpretan como si contuvieran léxicamente marcas de ámbito. De hecho, esta es una forma frecuente de interpretar la concordancia negativa que se describió en el § 48.3d y se volverá a tratar en el § 48.4ñ.

48.4h La extrañeza o la irregularidad que se percibe en oraciones como No tengo algún reparo en ir yo mismo o No conocía alguna manera de llegar más rápido se debe a que los indefinidos que se interpretan fuera del ámbito de la negación arrastran con ellos a todo el grupo al que pertenecen. Así pues, en el primer caso se habla de ‘un reparo concreto’ que no tengo, y en el segundo de ‘cierta forma particular de llegar a un sitio’, la cual se desconoce. Por consiguiente, en ambos casos se expresan significados difícilmente interpretables. Solo ocasionalmente muestran los textos pautas sintácticas que corresponden a este esquema, como en el siguiente fragmento del Quijote: Desa manera, aquel plato de perdices que están allí asadas y, a mi parecer, bien sazonadas no me harán algún daño (Cervantes, Quijote II). En general, estos modificadores se sitúan en posiciones sintácticas más adelantadas de las que la negación abarca en su ámbito, como en […] terceras personas que por algún motivo no estaban dispuestas a intervenir (Sábato, Héroes).

48.4i Los indefinidos existenciales que se interpretan como elementos externos al ámbito de la negación no inducen necesariamente la interpretación específica de los grupos nominales en los que aparecen. Así, el que dice No faltará seguramente algún desaprensivo que exprese públicamente su malestar no está pensando en una persona en particular, sino poniendo de manifiesto la probable existencia de alguien (es decir, de un individuo cualquiera) que se ajuste a esas condiciones. Cabe pensar que en casos como este último la negación tiene alcance sobre el verbo, de forma que el complejo no faltar se aproxima a ‘existir’. He aquí otros ejemplos de indefinidos de interpretación inespecífica que se interpretan fuera del ámbito de la negación:

No era raro ver alguna cabra lamiendo los muros con glotonería (Sender, Witt); No es, pues, algo aparte y ajeno a nuestra vida, sino que es su auténtica periferia (Ortega Gasset, Rebelión); No iba a publicar algo así sin hacer averiguaciones (Vargas Llosa, Fiesta).

La interpretación específica de estos indefinidos existenciales se suele obtener a través de ciertas marcas, como las oraciones de relativo con verbo en indicativo u otros modificadores similares. Así, en el texto siguiente se hace referencia a algo sumamente concreto cuya existencia conoce bien el que habla: No debía ver algo que Billy Swann ya había vislumbrado en la habitación de aquel sanatorio en el confín del mundo (Muñoz Molina, Invierno).

48.4j El indefinido alguno se interpreta como término de polaridad negativa en posición posnominal (§ 48.3y), por lo que en estos contextos cae necesariamente bajo el ámbito de la negación. Existe un acusado contraste entre Había sufrido {algún daño ~ *daño alguno} y No había sufrido {*algún daño ~ daño alguno ~ ningún daño}. Cuando se combina con otro, el indefinido alguno se antepone siempre en la lengua actual (algún otro remedio), pero en la antigua podía igualmente posponerse en los contextos negativos: Como llevaba atadas las manos a las espaldas, ni podía asirse, ni usar de otro remedio alguno (Cervantes, Persiles).

48.4k La variante «sustantivo + ninguno» era general en la lengua medieval y en la clásica. La alternancia entre «sustantivo + alguno» y «sustantivo + ninguno» se sigue dando en la lengua literaria de los dos últimos siglos. Sin embargo, la primera opción, que ejemplifican estos textos:

Necesitaba encerrarme a meditar, aunque todavía no experimentaba remordimiento alguno (Mujica Lainez, Bomarzo); No ha habido en ella ánimo alguno de ofender a la Armada (Vargas Llosa, Pantaleón); La muerte no admite esperas ni depende de viento alguno (Vázquez-Figueroa, Bora Bora); Se me hizo un nudo en la garganta y no pude articular sonido alguno (Mendoza, Verdad),

ha ido ganando terreno a la segunda, que corresponde a estos otros:

Yo no temo a adversario ninguno, por temible y fuerte que sea (Galdós, Fontana); No tenía abrigo ninguno en la cabeza (Gómez Avellaneda, Sab); Aquel miserable no tenía alma ninguna y por eso parecía rebosante de ella (Savater, Criaturas); Pasé la semana sin zozobra ninguna (Gala, Pasión); Ya no había vida ninguna, ni plantas, ni peces, en esos catorce mil lagos (Galeano, Abrazos); No hace usted falta ninguna (Martínez Sierra, Amanecer).

48.4l Al igual que los indefinidos algo, alguno, alguien, los grupos nominales construidos con el artículo indefinido un, una pueden interpretarse dentro o fuera del ámbito de la negación, pero —frente a aquellos— la interpretación de un, una como elementos internos a ese ámbito es más frecuente que la otra lectura. Así pues, si se examinan las oraciones siguientes, se comprueba que un cuartel significa ‘ningún cuartel’ en el segundo ejemplo de esta serie, y que se obtienen significados similares en los demás:

Jamás escribió un número en un pedazo de papel (Galdós, León Roch); Salió con rango de oficial de reserva, decidido a no acercarse a un cuartel nunca más en su vida (Allende, Retrato); No había taxis en el barrio, en ningún lugar de la ciudad, nadie esperaba un tren en la estación del Topo (Muñoz Molina, Invierno).

48.4m Entre los factores que inducen la interpretación de un, una con ámbito menor que la negación está la presencia de un término de polaridad negativa en ese mismo entorno: nunca más en su vida en el primer ejemplo de la serie citada en el apartado precedente; nunca en el primero de los ejemplos que siguen; nadie en el segundo:

Me consta que en las dos casas en que le vi vivir no encontré nunca un libro (Cabrera Infante, Vidas); Durante todo el tiempo del cautiverio, no volvió a ver una cara de nadie (García Márquez, Noticia).

A esta misma pauta corresponden oraciones como No leí un libro en todo el verano, puesto que en todo el verano presenta las propiedades características de los términos de polaridad negativa (§ 48.3x). De hecho, en presencia de estas expresiones es más difícil otorgar ámbito mayor al grupo nominal indefinido. La interpretación del indefinido un, una con ámbito menor se obtiene en los contextos negativos mencionados cuando la negación lo precede. Aun así, si el orden lineal es el inverso, puede obtenerse de igual modo en las oraciones genéricas, como en Un amigo no te miente (que equivale, aproximadamente, a ‘Ningún amigo te miente’); Un buen coche no te deja tirado en la carretera, etc. No obstante, cabría también pensar que esas interpretaciones son derivadas y que el indefinido no cae necesariamente dentro del ámbito de la negación, como pone de manifiesto la paráfrasis El que es un amigo no te miente. En relación con estas pautas sintácticas, véase también el § 20.9p.

48.4n La interpretación del artículo indefinido con ámbito mayor que la negación corresponde a la secuencia Ayer no te dije una cosa. Esta oración no significa ‘Ayer no te dije nada’, sino ‘Hay algo que ayer no te dije’. Se ha observado que es más frecuente obtener este sentido cuando siguen al sustantivo ciertos modificadores (muy a menudo comparativos) que contribuyen a singularizar la referencia del grupo nominal. Se subrayan con trazo discontinuo en los ejemplos que siguen:

Luchaban heroicamente, no ya buscando una victoria imposible, sino movidos por el afán de perecer con honra (Galdós, Episodios); Pero no pienso discutir por un asunto tan nimio (Época [Esp.] 10/2/1997); Creyó que ella no era digna de formar parte de un grupo como este (Prensa [Nic.] 30/4/2002); Tampoco podemos en un breve artículo como este tratar de atacar el problema a fondo (Beltrán Martínez, Pueblos); Lo que los caballeros querían era aconsejarle que no viviera solo en una casa tan grande (Donoso, Mocho).

48.4ñ En los apartados anteriores se ha explicado que los indefinidos no negativos situados en el ámbito de la negación (alguien, algo) se pueden interpretar semánticamente fuera de él. De esta forma, los contrastes con las correspondientes variantes negativas (nadie, nada) dan lugar a diferencias claras de significado, como la que se percibe entre No dijo algo importante y No dijo nada importante. Se dan, no obstante, casos en los que los indefinidos existenciales de la serie positiva (algo, alguien, alguno) se interpretan dentro del ámbito de la negación, por lo que apenas presentan diferencias semánticas respecto de las variantes negativas correspondientes. Tales efectos se obtienen en los contextos de doble inductor negativo. Se subrayan los dos inductores en el ejemplo siguiente: Nunca venía a casa sin traer {algo ~ nada}. Ayuda a explicar esta alternancia, casi libre, entre algo y nada el hecho de que este último pronombre se interprete bajo el ámbito de los dos inductores negativos, mientras que algo solo queda bajo el alcance de nunca. En cambio, no se obtiene alternancia libre en no sin {alguna ~ *ninguna} justificación, ya que la concurrencia de no y sin da lugar al sentido que corresponde a con. En el § 48.6g se explica que una serie de entornos de naturaleza irreal o no factual legitiman términos de polaridad negativa. Varios de ellos proporcionan alternancias como las mencionadas, de forma que solo se reconocen diferencias de énfasis más o menos marcadas entre las dos opciones: Dudo mucho de que eso sirva para {algo ~ nada}; Yo sería el último en hablar de ello con {alguien ~ nadie}.

48.4o Se analizan algunas relaciones entre la negación y la interrogación en el § 42.10. La interrogación puede constituir un inductor de los términos de polaridad negativa (§ 48.6h, v, w). Cuando estas oraciones se forman con el adverbio no, el indefinido queda bajo su ámbito, pero entre ambos se sitúa la modalidad interrogativa. Así, ¿No te lo dije un día? (Fuentes, Ceremonias) significa aproximadamente ‘¿No es cierto que te lo dije un día?’. Estas otras oraciones dan lugar a interpretaciones similares:

—Fíjate este punto que se me ha ocurrido. ¿No da un dibujo de trébol? (Cortázar, Bestiario); Este… ¿no prefieres una cerveza? (Mendoza, É., Amante).

Alternan libremente los indefinidos de las series positiva y negativa en los pares que siguen, aunque las formas negativas implican siempre mayor énfasis: ¿No tienes {algo ~ nada} mejor que hacer?; ¿No conoces a {alguien ~ nadie} que nos pueda echar una mano?

48.4p Los imperativos negativos son compatibles con la concordancia negativa característica de los indefinidos situados en el ámbito de la negación (No digas nada), pero los construidos con la perífrasis «ir a + infinitivo» admiten a menudo la alternancia, ya que expresan el deseo del que habla de que se evite alguna situación futura: No te vayas a meter en {algún ~ ningún} lío. Aun así, en estos casos se percibe cierta diferencia de significación entre algún, legitimado por el contenido prospectivo de ir a, y ningún, que lo está por la negación. Las construcciones optativas (§ 42.4e) realizadas con la fórmula «que no + subjuntivo» expresan un significado similar, y aceptan asimismo la alternancia, como en Que no nos pase {algo ~ nada} peor. También la admite la fórmula «no sea que + subjuntivo». Con la expresión «no vaya a + infinitivo» se prefieren incluso los indefinidos positivos a los negativos, como en No vaya a ocurrir alguna desgracia o en el texto siguiente: No me vayan a salir con alguna restricción y tú te veas en apuros (Huidobro, Epistolario). Existe relación entre la elección de indefinidos positivos en todos estos contextos negativos y la elección del indicativo, en lugar del subjuntivo, en oraciones como No creas que ella no lo {sabe ~ *sepa}. Se examina esta construcción en el § 25.7.

48.4q En el § 48.3d se explicó que los indefinidos negativos en posición posverbal exigen una negación preverbal (primera variante de la alternancia negativa), y en los apartados anteriores se ha explicado que esta negación proporciona los rasgos de concordancia que el indefinido manifiesta. Si el inductor negativo falta, la oración es agramatical, como ya se vio: *Vino nadie; *Dijo nada; *Fue a ningún sitio. Las excepciones que se documentan ocasionalmente son propias de la lengua literaria, por lo que suelen estar asociadas a algún efecto estilístico, como en El viaje a ninguna parte (título de un libro de Fernando Fernán Gómez), o en estos otros ejemplos:

Un pañuelo blanco que dice adiós a nadie (Benedetti, Otros); El átomo no es más que unos suspiros de electrones girando en torno a un núcleo minúsculo y separados de este por nada, por una nada inmensa, gigantesca, monstruosa, como la que hay entre las estrellas, la nada de Dios (Vallejo, F., Desbarrancadero); Empiezo a encontrar largas filas de refugiados con una estera en la cabeza, alguna cacerola, una manta y unos kilos de alubias, que huyen a ninguna parte (Vanguardia [Esp.] 1/6/1994).

48.4r Muestran el mismo fenómeno, pero de forma algo más sistemática, las palabras negativas en el último miembro de ciertas expresiones coordinadas, como en Eso le costó un susto y nada más, o en estos otros ejemplos:

Una tiniebla que parecía pertenecer solo a este sitio y a ninguno más (Fuentes, Compañía); Lorenzo miró primero al padre y luego a la madre y luego a ningún sitio (Caballero Bonald, Pájaros); Su testimonio fue como el rayo de una de las tormentas de verano que estalla estos días, con mucha carga eléctrica y nada de agua (Vanguardia [Esp.] 6/7/1994).

Así, en el primer texto no podría haberse dicho *una tiniebla que parecía pertenecer a ningún otro sitio. Se obtienen contrastes similares en los demás casos. En el español coloquial de la mayor parte del mundo hispánico se usa nada sin inductor negativo con el verbo faltar, como en Esta semana a Wall Street le ha faltado nada para alcanzar la gloria (Vanguardia [Esp.] 19/2/1995), donde nada significa ‘muy poco’. En México, el Ecuador y otros países se usa una nadita con este mismo sentido: Les faltó una nadita para ser campeones; Me falta una nadita para acabar el deber. En Chile se utiliza la nada (misma) en estos contextos. Se extiende a veces este uso a otros casos en los que nada se emplea como adverbio cuantitativo, como en Queda nada para los exámenes.

48.4s Los indefinidos negativos que aparecen en los complementos causales, a los que se hizo referencia en el § 48.4f, pueden aparecer sin inductor negativo incluso estando en posición posverbal. Sin que esté presente una expresión negativa previa, el indefinido puede negar la existencia de alguna razón que justifique el estado de cosas del que se habla: Conozco a otro escritor —añadió—, que se echa a llorar también por nada. Sois unos flojos (Millás, Mujeres). Los indefinidos negativos no inducidos por otra negación en contextos causales se asimilan más a menudo a los cuantificadores de indistinción o de elección libre (§ 20.4). La expresión por nada podría parafrasearse en este ejemplo como ‘por cualquier cosa’ (con indefinido de indistinción), pero también podría equivaler a ‘sin razón alguna’ (con indefinido existencial). Esta construcción es particularmente frecuente con los predicados que, como en el caso de llorar, expresan una reacción considerada extrema, de forma que con el complemento negativo se pone de manifiesto que se tiene por injustificada:

Hacían dengues por nada y miraban a las demás orgullosamente, como si fueran de otra clase (Torrente Ballester, Gozos); Le chillaba por nada que hiciese (Sánchez Mazas, Pedrito); Lloraba casi por nada don Pancho Pérez y es que en sus lágrimas hallaba un respiro a sus muchas amarguras (Draghi, Hachador).

48.4t La construcción descrita en el apartado precedente se documenta asimismo con predicados verbales que manifiestan un desenlace extremo, así como la acción de poner esfuerzo, empeño o interés en alguna cosa. También se atestigua con otros que —construidos de esta forma— expresan la idea de malgastar o desaprovechar lo que se emplea en alguna actividad, como en Nos hemos arriesgado por nada. En los ejemplos que siguen se subraya con trazo discontinuo el predicado verbal que pone de manifiesto los significados que se mencionan:

Así me evito el apresurarme por nada (Ganivet, Epistolario); Todo fue en balde. Sacrificó usted por nada a mi hombre (Fuentes, Silla); Mira cómo acezas por nada. No te vaya a pasar algo y revientes (Donoso, Mocho); Si hay guerra la gente morirá, morirá por nada —dijo Miranda con furia (Navarro, Biblia); Le había hablado de mujeres así, que se vendían casi por nada, con tal de gozar al día de unos cuantos hombres (Madariaga, Corazón).

Se obtienen alternancias entre por nada y para nada en algunos de estos casos, como en Nos hemos arriesgado {por ~ para} nada. La variante con para se ilustra en los siguientes ejemplos:

He comprado el periódico para nada (Pérez Merinero, Días); Me pasé toda la mañana colgada del teléfono para nada (Grandes, Edades); Y él aquí, partiéndose el lomo para nada (Álvarez Gil, Naufragios).

La relación estrecha que se percibe a veces entre la causa y la finalidad se analiza en los § 46.1c y ss. Sobre el uso de para nada como locución adverbial (sin negación previa), véase el § 48.13p.

48.4u La interpretación de indistinción de los indefinidos negativos en contextos causales, descrita en los apartados precedentes, es infrecuente en posición preverbal, pero no imposible. Se obtiene, por ejemplo, en el texto que sigue, en el que por nada significa ‘por cualquier cosa’: En el fondo estaban amargadas y hervían de ira: por nada blandían cuchillos y se arrojaban bogavantes y cangrejos a la cabeza (Mendoza, Ciudad). Como se ve, la palabra nada no expresa propiamente negación en estos casos. Los indefinidos negativos antepuestos en complementos causales se ajustan también a la interpretación que proporciona la segunda variante de la alternancia negativa. En Con nada se contentan se expresa, pues, la inexistencia de cosa alguna que satisfaga a un grupo de personas, aunque cabría también la interpretación ‘Se contentan con cualquier cosa’. Esta opción es la única posible en la variante Se contentan con nada. La interpretación de indistinción (‘con cualquier cosa’) se reconoce en estos ejemplos:

Los moratones y los arañazos de los chicos se curaban con nada, pero no querían ni pensar que a la niña pudiera ocurrirle algo (Espido, Melocotones); Motivos tienen: recuerdan poco, se conforman con nada y lo único que saben, y de memoria, es cómo van a ser sus días hasta que los enfurgonen (Berlanga, Gaznápira).

48.4v Las construcciones analizadas en los apartados anteriores no son negativas si se quiere decir con ello que expresan la inexistencia de algo o de alguien, pero sí lo son en cuanto que contienen indefinidos negativos que alternan con los cuantificadores de indistinción y adquieren el significado de estos. En las oraciones comparativas (§ 45.2h) alternan de forma característica los indefinidos negativos con los cuantificadores universales y también con los de indistinción: Es mejor que {nadie ~ cualquiera ~ todos}. Igualmente, en Tu madre estaba más preocupada por eso que por nada (Marsé, Montse), podría haberse dicho … que por todo lo demás o también … que por cualquier otra cosa.

48.4w Los indefinidos negativos situados a distancia bajo el ámbito de la negación se interpretan como focos de esta. Así pues, la oración Les pidió que no abrieran la puerta a ningún extraño no implica ‘Les pidió que no abrieran la puerta’. Al recibir la expresión subrayada el efecto de la negación, se explica que en la oración no se niegue propia mente la acción expresada por el predicado verbal abrir la puerta. Por razones análogas, resultan inusuales las oraciones en las que se identifica como foco contrastivo de la negación algún elemento distinto de una expresión indefinida negativa que cae bajo su ámbito. Resultan, en efecto, forzadas secuencias como No le dijo nada a Elena, sino a Luisa. Aun así, esa pauta se encuentra esporádicamente en los textos:

No tengo nada contra los calostros, sino contra los tahúres, contra los fulleros, contra los que hacen trajines (Pozo, Noche); Nosotros no tenemos que hacer nada con el arquero, sino con el Paraguay (Tiempos 14/12/1996); No dirijo nada con las manos, sino con los ojos (Nacional 18/12/1996).

48.4x Los complementos causales muestran un comportamiento peculiar en relación con los hechos que se describen en los apartados precedentes. Repárese en que en el fragmento siguiente de Vargas Llosa no se sugiere a varias personas que dejen de correr si encuentran un motivo para hacerlo: No dejen de correr por ningún motivo (Vargas Llosa, Guerra). Esta peculiaridad de los complementos causales está relacionada con las características descritas en los § 48.4f, s y, en particular, con el hecho de que la negación que se expresa en por ninguna razón o en por ningún motivo puede obtenerse de dos fuentes sintácticas: la concordancia negativa con un inductor o el significado propiamente negativo de esa expresión, que adquiere ámbito sobre toda la oración. En función de estos factores, una oración como La niña no se disfrazó de hada por ninguna razón en particular admite, fuera de contexto, dos interpretaciones. La primera es ‘La niña se disfrazó de hada, pero no lo hizo por ninguna razón específica’; la segunda, ‘La niña no se disfrazó de hada, y no tuvo una razón particular para no hacerlo’. En el primer caso, la negación contenida en el complemento causal está bajo el ámbito de no y se obtiene una estructura de concordancia negativa similar a la de otros indefinidos. En el segundo caso, en el que no se obtiene la concordancia negativa, la expresión por ninguna razón modifica a la oración negativa en su conjunto, y las dos negaciones obtenidas se interpretan semánticamente, como muestra el hecho de que en la paráfrasis presentada aparezca dos veces el adverbio no.

Información adicional

En relación con este capítulo, la siguiente entrada del Glosario de términos gramaticales podría ser de su interés:
ámbito

 

Nueva gramática de la lengua española
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