Sintaxis

34 El complemento directo. Transitividad e intransitividad

34.1 Definición. El concepto de transitividad

34.1a El complemento directo u objeto directo es una función sintáctica dependiente del verbo que puede ser desempeñada, dentro del grupo verbal, por varios segmentos sintácticos —nombres, pronombres y los grupos que forman—, así como por oraciones subordinadas sustantivas. Corresponde esta función sintáctica al caso acusativo en latín, que en español no se manifiesta morfológicamente más que en el sistema pronominal (§ 16.3a, i). Los complementos directos son elementos argumentales, de acuerdo con la distinción entre argumentos y adjuntos que se introduce en los § 1.12e, f. Los verbos que se construyen con complemento directo se denominan transitivos, y las oraciones que los tienen como parte del predicado se llaman oraciones transitivas. El complemento directo se construye de forma característica sin preposición (Leo una novela), pero admite o exige, según los casos, la preposición a con grupos nominales de persona, y también con algunos que hacen referencia a los animales o a las cosas. A este complemento directo preposicional se dedicarán los § 34.8-10.

34.1b Como otras funciones sintácticas, la de complemento u objeto directo se aplica también, por extensión de significado, a los términos que la contraen. Así, se dice que el grupo nominal la ventana es el complemento directo del verbo transitivo abrir en la oración Abrí la ventana. Se subrayan diversos complementos directos nominales y oracionales en los ejemplos que siguen a continuación:

Las obras literarias escritas en el reino de León presentan algunos rasgos del dialecto de la región (Castro, A., Origen); La mano sobaba los dedos sifilíticos; le tocaba las coyunturas, los ojos escudriñaban el pelo (Morales, A., Verdad); Permitidme que no os devuelva esta flor (Pérez Zambrana, Angélica); Yo creo que América necesita grandemente de su juventud (Henríquez Ureña, Ensayos); No sé por qué me he metido a escribir tantas hojas (Azaña, Carta); No sé cómo pasamos a hablar de lecturas juveniles (Fernández Retamar, Fervor); Prometió asistir al acto de clausura (García Márquez, Vivir); Dicen que el hombre es la obra más perfecta de Dios (Prados, Diario); No sabían si decirle compadre o general (Uslar Pietri, Oficio).

34.1c Como se ha indicado, pueden ejercer asimismo la función de complemento directo los pronombres y los grupos sintácticos que forman, como los subrayados en ¿Cuál de estos prefieres?; Dile algo agradable; Dame cualquiera que te guste. Las oraciones que siguen contienen verbos transitivos con complementos directos pronominales de varios tipos:

¿Y qué has visto en Nueva York, Lutero? (Rubio, Sal); —Me encantaría, amor, pero no tengo traje de baño. —Pasamos por una tienda y compramos uno (Contreras, G., Nadador); Las reinas cantan, ¿sabía eso? (Martínez, Vuelo); Hasta entonces ellos no lo sabían (Ramos, Perfil); Alejo González los vio entrar al Palacio de la Curia (Chase, Pavo).

La naturaleza nominal (Abrí la ventana) u oracional (Prometió asistir al acto de clausura) del complemento directo está en función del significado del verbo. En los § 43.1d-f se indica que muchos verbos admiten ambas opciones, mientras que algunos solo aceptan una de las dos. En el § 1.13o se explica que las relativas sin antecedente expreso se asimilan a los grupos nominales, no a las subordinadas sustantivas. Al igual que otros grupos nominales, se construyen también como objetos directos: Está bien, haré lo que me corresponda, señor (Vargas Llosa, Elogio).

34.1d El concepto de ‘transitividad’ se usa tradicionalmente con dos sentidos. En el más amplio, los complementos que el verbo requiere dentro del grupo verbal pueden completar su significación tanto si son complementos directos como si no lo son. Desde este punto de vista, tan transitivo sería el verbo olvidar en olvidar algo o cuidar en cuidar a alguien, como olvidarse en olvidarse de algo o cuidar en cuidar de alguien. En esta obra se preferirá reservar el término transitivo para aquellos verbos que exigen un objeto directo, pues el uso laxo de la noción de ‘transitividad’ resulta innecesario si se maneja a la vez el concepto de ‘argumento’ (§ 1.12e). De hecho, los complementos de régimen (capítulo 36) son también argumentales. Pueden incidir sobre verbos intransitivos (carecer de medios) o transitivos (obligar al perro a salir).

34.1e En los análisis tradicionales de la transitividad, era habitual señalar que el complemento directo recibe la acción del verbo, e incluso que esta pasa al objeto o se manifiesta en él. Esta interpretación clásica refleja una intuición aplicable solo a ciertos grupos de verbos: aquellos que introducen objetos directos afectados. Con este término se suele expresar hoy la idea de que un gran número de verbos denotan acciones que producen un efecto (material o inmaterial) en las entidades que las reciben, como en mojar un papel o aturdir los oídos. Aunque esta observación es correcta, no puede extenderse a los verbos de acción que no dan lugar a alteración alguna en la persona o la cosa a la que se aplica tal acción, como en otear el horizonte o imaginar una situación cómica, en los que ni siquiera tiene sentido decir que los referentes de los complementos directos que se subrayan reciben acción alguna. Tampoco puede aplicarse esta idea a los verbos transitivos que designan estados o propiedades: El camino bordea el río; Su negativa constituye un fracaso; La cifra dobla la cantidad presupuestada. Los verbos transitivos de estado se clasificarán semánticamente en los § 34.3k-n.

34.1f El complemento directo puede ocupar varias posiciones dentro del grupo verbal. Puede aparecer contiguo al verbo (Compraba el diario todas las mañanas) o bien separado de él, pero igualmente dentro del grupo verbal. En este último caso pueden mediar varios segmentos entre el verbo y el complemento: un complemento adjunto o circunstancial (Compraba todas las mañanas el diario), un complemento indirecto (Le compraba al quiosquero el diario todas las mañanas), uno de régimen (Informó del problema a sus superiores) o varios de los anteriores conjuntamente (Invitaba de vez en cuando a cenar a sus compañeros de trabajo). Menos frecuente, pero también posible, es que sea el sujeto el que se interponga entre el verbo y el complemento directo, como en No tenía yo un recuerdo pesaroso de esa época (Mutis, Maqroll). Como otros segmentos sintácticos, los objetos directos aparecen antepuestos en las construcciones focalizadas (Algo así necesitaría yo; Poco tiempo nos dan), que se analizan en el § 40.4, y también en las de tópico inicial (A Julián, no lo podía ver), que se examinan en los § 40.2 y 40.3 y también en el § 16.14o. Asimismo, es posible la anteposición del objeto directo cuantificado en las construcciones superlativas complejas, como en Ella es quien más razón tiene (véase el § 45.13s). Sobre los pronombres relativos e interrogativos en función de complemento directo (Qué dijo o cosas que hacer), véanse los capítulos 22 y 44. Cuando el complemento directo es oracional y el verbo posee otros complementos además del directo, estos suelen precederlo:

Por medio de él le digo al guardia que el taxista estaba dando vueltas y vueltas sin llevarme a mi destino (Pérez Merinero, Días); En cuanto subí al tren, pedí al camarero que convirtiera mi asiento en cama (Araya, Luna).

34.1g Son varias las construcciones sintácticas que solo son posibles con verbos transitivos. Destacan entre todas ellas las pasivas, sean de participio (Fue contratada por el director: § 41.2 y 41.3) o reflejas (Se aceptan encargos: § 41.11 y 41.12). La mayor parte de los verbos transitivos pueden, en efecto, admitir variantes pasivas, como en Adela envió la carta > La carta fue enviada por Adela. Existen, sin embargo, algunas excepciones, que se analizan en los § 41.3a y ss. Son únicamente transitivos los infinitivos que complementan a ciertos adjetivos, como en difícil de entender, largo de contar, cómodo de llevar, imposible de resolver, etc. Estos infinitivos tienen forma activa, pero interpretación pasiva, como se explica en los § 26.5 y 26.6. Se observa en esos mismos apartados que algunos de ellos alternan la forma activa con la pasiva, sea perifrástica o refleja, como en digno de {tener ~ tenerse ~ ser tenido} en cuenta. También reciben interpretación pasiva los infinitivos transitivos que complementan a los verbos hacer y dejar, construidos con el pronombre reflexivo, como en hacerse respetar o dejarse llevar. La interpretación de los infinitivos transitivos en grupos verbales como ser algo de agradecer o no ser algo de extrañar se analiza en los § 26.6a y ss.

34.1h Los verbos tienden a ser transitivos o intransitivos en función de su propio significado. En efecto, por razones semánticas, unos verbos (preparar, conocer) requieren como complemento un argumento que complete la significación del predicado, mientras que otros (bostezar, sollozar) no necesitan de él, pese a que en determinadas circunstancias puedan construirse con objeto directo, como en sollozar amargas lágrimas y en otras secuencias similares que se examinarán más adelante. Entre los verbos que se construyen con complemento directo de forma característica están los siguientes:

abrazar, acompañar, cepillar, conocer, conseguir, contener, cuidar, demostrar, derogar, destituir, detectar, elogiar, encontrar, enhebrar, ensartar, escoger, esconder, escudriñar, extender, impedir, incluir, infundir, intuir, involucrar, mezclar, mimar, obtener, ocasionar, ocultar, percibir, presenciar, procurar, prometer, recabar, recompensar, recuperar, reprochar, reunir, secundar, soslayar, sugerir, superar, tener, traicionar, trazar, ungir, usar, utilizar.

Ello no impide que, en ciertos contextos particulares (y por razones que pueden ser léxicas o discursivas), algunos de estos verbos aparezcan ocasionalmente sin él. Por oposición a este paradigma, forman uno paralelo otros muchos verbos que se emplean como intransitivos de forma igualmente característica, al menos en uno de sus sentidos. Entre ellos están los que aparecen a continuación (no se incluyen los verbos pronominales intransitivos, que se tratan en los § 34.7d y 41.13):

abdicar, acampar, acudir, alborear, aparecer, arder, arreciar, asentir, ayunar, bastar, batallar, bizquear, blasfemar, bostezar, brillar, bromear, bucear, bullir, caber, caducar, callejear, campear, competir, crecer, deambular, decaer, desvariar, encanecer, enviudar, escasear, evolucionar, fallecer, galopar, gotear, incidir, ir, llegar, luchar, ocurrir, palidecer, pedalear, peregrinar, prevalecer, rivalizar, salir, sonreír, temblar, transcurrir, triunfar, trotar, vagabundear.

34.1i Las diferencias entre los dos paradigmas que se acaban de introducir son consecuencia directa del significado de los verbos que se mencionan. Así, el verbo cepillar significa aproximadamente ‘limpiar o alisar con cepillo’. Resultará, pues, natural que esas acciones requieran la presencia de algo que las reciba. Del mismo modo, si brillar significa ‘emitir o reflejar luz’, no se requerirá de un objeto (distinto del emisor de la luz) en el que culmine tal emisión para que podamos concebirla, ni tampoco será necesaria otra entidad que la reciba o que se vea afectada por ella. Se puede aplicar un razonamiento análogo a los demás verbos de esas dos listas. Tanto los verbos transitivos como los intransitivos pueden ser compatibles con los complementos de régimen (§ 1.13j y 36.1r), como en convencer a alguien de algo («verbo transitivo + complemento directo + complemento de régimen») o en depender de algo («verbo intransitivo + complemento de régimen»). En unos pocos casos, el complemento directo puede alternar con un complemento de régimen, como en cuidar a alguien ~ cuidar de alguien; en el segundo ejemplo, el verbo se usa intransitivamente. Para otros aspectos de estas construcciones, véanse los § 34.7e y ss. y 36.3f-ñ.

34.1j Un gran número de verbos pueden usarse como transitivos o como intransitivos en función del contexto. Se dedicarán a esta cuestión los § 34.5-7. Conviene adelantar aquí que es habitual distinguir entre dos grandes grupos de verbos transitivos:

A. Verbos transitivos que pueden omitir su complemento directo sin dejar por ello de serlo.

B. Verbos transitivos que tienen usos o correlatos intransitivos.

En efecto, en la oración Hace mucho que no me escribes, que corresponde al grupo A, se habla de escribir algo (quizás cartas, mensajes, etc.). No se supone, por tanto, que escribir sea aquí un verbo intransitivo, es decir, que comparta grupo con crecer en La expectación crecía, donde se entiende que la expectación iba en aumento, sin que ese proceso afecte a otra entidad o revierta en ella. Al tipo de omisión del complemento directo que representa escribir en el ejemplo propuesto se dedicará el § 34.4. Corresponden también al grupo A los verbos que pueden omitir su complemento directo por razones sintácticas, en lugar de propiamente léxicas. Así, el verbo tenía que se subraya en el ejemplo siguiente aparece sin complemento directo, pero no por ello se considera intransitivo: En cuanto a ambición personal, puede decirse que no tenía en absoluto. Estas construcciones se analizarán en el § 34.2. Por oposición a ellas, pertenecen al grupo B los verbos, no poco numerosos, que admiten usos transitivos e intransitivos, con la diferencia de significación esperable, como en Este balón bota mal, No todas las aves vuelan o Se reía con ganas (se subrayan los verbos intransitivos), frente a Me aburro botando la pelota, Quisiera aprender a volar cometas o Todos sus empleados le reían las gracias (se subrayan los verbos transitivos). Los diccionarios suelen asignar de manera sistemática sentidos diferentes a estos usos. Se analizará esta cuestión en los § 34.5i, j.

34.1k La función de complemento directo posee correlatos formales (la posición sintáctica o la sustitución por un pronombre clítico en acusativo, como se verá en la sección siguiente), pero también un correlato semántico que depende del significado del verbo. Así, el grupo nominal una novela en leer una novela es el paciente del verbo leer, en el sentido de la entidad a la que se aplica la acción o que recibe sus efectos. El verbo y otra categoría (generalmente un adjetivo, un sustantivo o un infinitivo) pueden formar predicados complejos, por ejemplo, considerar traidor en Considerábamos traidor a quien diera cualquier información a la seguridad social del dictador (Belli, Mujer). Aun así, repárese en que la expresión subrayada designa el complemento directo del verbo considerar, pero no designa ‘la persona considerada’. A su vez, el sustantivo traidor, que constituye una parte del predicado complejo considerar traidor, denota una propiedad que se atribuye a dicho individuo. Estas construcciones se analizan en el § 38.7. Forman asimismo predicados complejos las expresiones subrayadas en los siguientes ejemplos:

La ley establece que se cumpla un plazo mínimo para declarar desaparecido a un individuo que no ha dado señas (Benet, Saúl); Inesperadamente el rey decidió nombrar General de las Galeras a Don Juan (Uslar Pietri, Visita); Era un hijo del pueblo: lo proclamaron dios y sus padres recibieron un buen lote de tierras y de esclavos con el fin de que el niño no careciese de nada y, llegado a la virilidad, pudiera transmitir por herencia caracteres tan parsimoniosamente con seguidos (Torrente Ballester, Saga); De vuelta a “la realidad real”, hallé a Gintel fumándose su picadura hindú. Las volutas le conferían una austera severidad, y por ello no estimé oportuno ensalzar mis fantasmagorías viajeras (Delgado Senior, Sub-América); Estaba atrapado, esa era la verdad; lo habían atrapado en el apogeo del desorden, en la cumbre del escándalo. El tribunal había golpeado en el centro de su conciencia y lo encontró culpable (Gasulla, Culminación).

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
acusativo, complemento directo, oración transitiva, sintagma verbal, transitividad, verbo transitivo

 

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