Sintaxis

46 Construcciones causales, finales e ilativas

46.2 Estructura sintáctica de las construcciones causales y finales

46.2a Los vínculos que se describieron en la sección anterior entre causales y finales son sobre todo semánticos. Si se atiende a los estrictamente formales, se comprueba que las coincidencias son asimismo muy numerosas. El primer punto de contacto de naturaleza gramatical entre las oraciones causales introducidas por porque y las finales encabezadas por para que es su estructura sintáctica, como se adelantó en el § 46.1b, ya que ambas tienen la forma de un grupo preposicional. Los grupos preposicionales están encabezados por una preposición, a la que pueden seguir varios términos. Así, la preposición por, en su sentido causal, admite términos nominales (por su valor), adjetivales (por tonto, con elipsis, como se explica en el § 46.4c) y también oraciones subordinadas sustantivas (porque ella lo pidió). El hecho de que el segmento subrayado en porque ella lo pidió se pueda sustituir por un pronombre (> por eso, por ello) o por un grupo nominal (> por esa razón) muestra, en opinión de muchos gramáticos, que la segmentación [por] [que ella lo pidió] está justificada gramaticalmente, aunque tenga también sentido la segmentación [porque] [ella lo pidió], apoyada —como se explicará— por razones gráficas y fonológicas, además de sintácticas. En la teoría gramatical contemporánea se habla a veces de reanálisis para aludir a la reordenación o reestructuración morfológica o sintáctica de dos segmentos. Se analizan otras situaciones de reanálisis en los § 22.17u, 26.10c y ss., 27.3j y 27.6ñ.

46.2b La estructura «conjunción subordinante + oración» es la que corresponde en general a las oraciones subordinadas, en particular a las sustantivas (Espero que ella acepte la propuesta) y las adverbiales (Todo se arreglará si ella acepta la propuesta). Este esquema sintáctico guarda cierto paralelismo formal con el que caracteriza a los grupos preposicionales. El término de la conjunción subordinante (recuérdese el § 31.1i) es casi siempre una oración, como en si Javier llama, o en que Javier llame, pero pueden desempeñar esta función otros segmentos, como los subrayados en aunque muy débil, sino de otro lugar, o en Lo bueno, si breve, dos veces bueno. Las conjunciones subordinantes comparativas no encabezan tampoco en todos los casos oraciones subordinadas adverbiales (la gente como tú, más difícil que entonces), aunque algunos gramáticos entienden que ejemplos como estos encierran una elipsis (§ 45.5g y ss.). Como se explica en los § 1.11i y 31.1i, el relativo paralelismo entre construcciones preposicionales y conjuntivas ha llevado a algunos autores a relacionar formalmente los grupos preposicionales y las oraciones subordinadas, y a reinterpretar las segundas como grupos conjuntivos.

46.2c Se aplica por igual a las construcciones finales la doble segmentación de la que se habla en el apartado § 46.2a, aun cuando la conjunción para que no forme una sola palabra. Es adecuada, en consecuencia, la segmentación [para] [que estés más cómoda]. Esta estructura corresponde a la pauta «preposición + subordinada sustantiva», característica de los grupos preposicionales. Se considera también adecuada la segmentación [para que] [estés más cómoda], que corresponde a la estructura de las subordinadas adverbiales de verbo finito, es decir, «conjunción subordinante + oración». Se explicó en los apartados precedentes que segmentaciones como [porque] [ella lo pidió] son características de las subordinadas adverbiales, mientras que la variante [por] [que ella lo pidió] corresponde a los grupos preposicionales de término oracional. En los apartados siguientes se mostrará que cada una de estas segmentaciones explica una parte de la gramática de esas construcciones. Conviene hacer notar, en cualquier caso, que estas cuestiones no siempre se plantean en los análisis tradicionales, en los que —con algunas excepciones— suele prestarse más atención al sentido que corresponde a la subordinada que a la estructura sintáctica que presenta.

46.2d La coincidencia formal entre causales y finales se extiende a los usos en los que la preposición introduce términos no oracionales. Junto a Lo degradaron porque era un cobarde, puede decirse Lo degradaron por su cobardía; al lado de Tenía cirrosis por haber abusado tanto del alcohol, cabe expresar Tenía cirrosis por causa del alcohol, y, en lugar de Se casó con ella porque tenía dinero, se podría decir Se casó con ella por su dinero. En las finales se establece la misma correlación. Pueden alternar para que se divirtieran ~ para divertirse ~ para su diversión; para que lo reparen ~ para repararlo ~ para su reparación. Sobre la interpretación del sujeto de los infinitivos en las oraciones finales, véase el § 26.8. Los complementos nominales que se subrayan en los ejemplos que siguen podrían sustituirse igualmente por oraciones sustantivas. Aun así, ello no significa que tales segmentos sean oracionales:

Resolvimos tomar para diversión las playas del río de la Plata (Arenas Luque, Buenos Aires); Héroes que únicamente las grandes novelas acogen y hacen revivir en sus páginas o anticipan en el juego de fantasmas que el mito con el tiempo mantienen para esparcimiento y regalo de todos (Roa Bastos, Vigilia); Por supuesto, hay que ponerle unos pesos encima, para la reparación adecuada (Kociancich, Maravilla).

46.2e En general, los sustantivos que designan hechos o sucesos (Vine para la entrevista de trabajo) admiten con mayor naturalidad las paráfrasis con oraciones subordinadas (Vine para hacer la entrevista de trabajo, con subordinada sustantiva de infinitivo como término de la preposición para), pero también las aceptan otros (No me concentro por el ruido ~ No me concentro porque hay ruido). Las alternancias se extienden a los grupos nominales formados con relativas enfáticas y a las oraciones sustantivas que los pueden reemplazar, como en No podía moverse por el peso que tenía ~ No podía moverse porque tenía mucho peso; Nadie quería jugar con él por lo tramposo que era ~ Nadie quería jugar con él porque era muy tramposo. Las particularidades de oraciones como Te pagan demasiado para lo poco que trabajas se examinan en los § 45.14v y 46.4i y ss., así como en los § 14.9, 42.16 y 47.14o. Se ha observado que ciertos complementos introducidos por la preposición por admiten paráfrasis con oraciones finales, como en Vienen por él ~ Vienen para {detenerlo ~ capturarlo}. Se analizarán en el § 46.8 las oraciones finales introducidas por la preposición a. Sobre la combinación a por, también de sentido final, véase el § 29.5n.

46.2f Se explicó en el § 46.1g que las subordinadas adverbiales causales se pueden coordinar con las finales. Nótese ahora que los grupos preposicionales causales de término nominal se coordinan sin dificultad con las oraciones subordinadas del mismo tipo, como en estos textos (se subrayan los dos segmentos coordinados):

El dos de julio, su mujer y los chicos se fueron al mar y él se quedó en París a causa de un par de reuniones que lo demoraron y porque Tomatis le había anunciado su llegada desde Madrid para el siete a la noche (Saer, Nubes); Los hongos comestibles industrializados se cultivan sobre desechos agropecuarios […] los cuales, en muchos países, causan problemas por su acumulación y porque contaminan las aguas y el medio ambiente (López Ramírez, Hongos).

Unos pocos sustantivos, sobre los que se volverá en el § 46.10n, aparecen sin artículo en las construcciones causales y finales de término nominal, como en Le dio dinero para comida o Dices eso por despecho.

46.2g La integración gráfica de por y que en porque, frente a la de para y que en para que, tiene algunas consecuencias sintácticas. Si bien es posible sustituir por un pronombre la subordinada sustantiva que introduce que (porque tú lo quieres > por ello) y coordinar dos términos nominales de la preposición por (por un trabajo agradable y un buen salario), suele resultar muy forzado, cuando no imposible, coordinar una subordinada sustantiva con otra análoga en estos contextos. Contrasta marcadamente *Porque tú lo quieres y que los demás están de acuerdo (coordinación de subordinadas sustantivas en un mismo término de preposición) con Porque tú lo quieres y los demás están de acuerdo, donde la conjunción porque no se segmenta. Las construcciones finales admiten no solo la coordinación de grupos preposicionales (para que… y para que…), como en Les voy a mostrar el camino, para que se vayan, hormigas, y para que se lleven a las demás (Allende, Casa), sino también —aunque con frecuencia menor— la de términos de preposición, que las causales suelen rechazar. Se subrayan los segmentos coordinados:

Una trampa para que nunca dejemos de empujar y que todo siga igual […] (Bucay, Recuentos); ¿Crees que voy a pasar el trabajo cocinando sin grasas, buscando todos tus caprichos para que adelgaces, y que luego comas a escondidas? No, hija, no (Espido, Infierno).

46.2h Las razones expuestas en los apartados precedentes han llevado a muchos gramáticos actuales a negar el estatuto de ‘oración’ al segmento encabezado por para que o porque, frente al introducido por la conjunción que. Argumentan, en consecuencia, que la construcción porque era un cobarde no constituye una oración subordinada, en la misma medida en que tampoco es oracional el segmento por su cobardía. Aducen asimismo que, al igual que el segmento subrayado en sin que él se enterase no se corresponde con una clase de palabras, la combinación por + que constituiría una amalgama de preposición y conjunción subordinante, de forma análoga a las secuencias del y al, que no son preposiciones ni tampoco artículos. No se adoptará aquí este último aspecto del análisis, ya que son muchas las conjunciones y las locuciones conjuntivas —pertenecientes a muy variadas clases semánticas— que se han formado en español por la unión de otras partículas, como se explicará en los apartados siguientes. Se entenderá, pues, en esta descripción que secuencias como porque era un cobarde son a la vez oraciones y grupos preposicionales, en función de la doble segmentación que se introdujo en los apartados precedentes. Como se explicó en el § 46.1b, se usa aquí el término oración causal para mantener el sentido abierto que tiene en la tradición el concepto de ‘oración’. Si se desea atender a la estructura interna de los segmentos, resultan más apropiados, por el contrario, los términos grupo preposicional causal o grupo conjuntivo causal.

46.2i Las dos segmentaciones de las que se habló en los apartados anteriores permiten interpretar algunas propiedades sintácticas de los segmentos encabezados por la conjunción que sin negar la naturaleza gramatical de la conjunción causal porque. A eso se añade el hecho de que la conjunción porque es el correlato de la locución adverbial interrogativa por qué (grupo preposicional para algunos, como se explica en el § 22.16n). Esta correspondencia se obtiene en otras lenguas (it. perché ~ perché), aunque la correlación formal no se dé en muchos idiomas, sean románicos (fr. pourquoi ~ parce que), germánicos (ingl. why ~ because; al. warum ~ weil) o de otras familias (húng. miért ~ mert). El hecho de que en el español antiguo y en el clásico no se hiciera a menudo distinción gráfica entre el adverbio interrogativo y la conjunción subordinante apoya también indirectamente la conexión que existe entre ambas unidades:

Señor ¿por que os ydes? (Demanda); Non se sirve de ti el señor por que tiene que sabes tú más que él mas él tienete como tenazas para tomar una brasa, la que él non puede tomar con sus dedos (Bocados de oro).

Aun así, las propiedades sintácticas de los adverbios interrogativos y las de las conjunciones subordinantes se diferencian muy claramente, como se señala en los § 22.7 y 31.13a-i.

46.2j El español actual no desconoce las construcciones encabezadas por la conjunción porque en las que esta partícula no aparece seguida de una oración, como en la expresión porque sí, que se halla semilexicalizada. Por una parte, está cerca de las locuciones adverbiales y admite paráfrasis aproximadas como ‘sin una razón particular’ o ‘por capricho’, como se señala en estos ejemplos:

El desvelo me llenaba la imaginación de presentimientos que aparecían y desaparecían porque sí (Martínez, Evita); Yo vengo porque sí, porque mi periodicucho no me da mucho trabajo (Ponce León, Seducción); ¿Por qué le habían retenido entonces? ¿Temor a que huyera? No hizo falta que nadie le respondiera: le habían retenido porque sí (Trapiello, Amigos).

Por otra, porque sí mantiene algunas de sus propiedades como oración causal y se coordina sin dificultad con otras oraciones causales, como en este ejemplo: —Bueno, señores; ahora yo convido —dijo Leandro—, porque tengo dinero y porque sí (Baroja, Busca).

46.2k Adquieren valor final las subordinadas encabezadas por la conjunción porque cuando el verbo aparece en subjuntivo y este modo no está inducido por alguna otra expresión. La situación denotada por el tiempo de la subordinada es posterior, en estas construcciones, a la expresada por el verbo de la principal, como en Abandonó el aposento porque ella estuviera tranquila. La construcción es característica del español medieval y del clásico, pero se usa también ocasionalmente en textos literarios contemporáneos:

Onra a tu padre e a tu madre porque seas de luenga vida sobre la tierra que tu Señor Dios te dará (Alfonso X, General Estoria I); Porque ella vida tenga / yo por ella moriría (San Juan de la Cruz, Poesía); Porque veas, Sancho, el bien que en sí encierra la andante caballería […] quiero que aquí a mi lado […] te sientes (Cervantes, Quijote I); Señora, dispuesto estoy a dar toda mi sangre, porque pueda ceñirse la corona (Valle-Inclán, Sonata); El anís lo acepto, porque no diga usted que es un desaire (Fernán Gómez, Viaje).

Estas construcciones suelen aparecer en contextos desiderativos y, en general, prospectivos. Nótese la presencia, en los ejemplos citados, de moriría, quiero, dispuesto a, etc. La pauta «porque + subjuntivo» aparece a menudo precedida de aunque solo sea, aunque nada más sea y otras fórmulas semejantes de naturaleza concesiva, como en Iré aunque solo sea porque no digan que no pongo interés o en el texto siguiente: No os coja ciegos para entender, aunque nada más sea porque no cayerais donde otros han caído ya (Márquez, J., Némesis).

46.2l Como se ha señalado, el sentido final de «porque + subjuntivo» y la consiguiente interpretación prospectiva del verbo solo se obtienen si este modo no está inducido por algún otro elemento. La construcción no tiene significado final, por tanto, en —No sé por qué te empeñas en andar siempre vestido de sabio —dijo a Carlos. —Quizá porque no sepa vestir de otra manera (Torrente Ballester, Gozos), donde el subjuntivo de la oración causal está inducido por el adverbio quizá, ni en No es porque yo no quiera, donde está inducido por el adverbio no. «Porque + subjuntivo» adopta la forma «por + infinitivo» (Lo hizo por estar tranquila) en las condiciones de correferencia que más abajo se señalarán (§ 46.9). Al igual que para que, la conjunción porque expresa propósito o intención en todos estos contextos. Fuera de ellos, es muy rara la alternancia para que ~ porque. Es esperable, por tanto, el rechazo de la segunda conjunción en secuencias como Hace falta mucha capacidad de convicción {para que ~ *porque} se crean algo así y en otros muchos casos análogos.

46.2m Se puede escribir por que o porque cuando la preposición por encabeza un complemento de régimen construido en subjuntivo, como en Se preocupa por que no le falte nada (o … porque no le falte nada). Solo se admite, en cambio, Se preocupa porque (no por que) le falta dinero. En el primer caso, la preposición por introduce un complemento de régimen seleccionado por el verbo preocuparse, mientras que en el segundo (porque) se añade una circunstancia que explica la preocupación, como sucede generalmente en las subordinadas causales. Se escribe solo por que, y no porque, en los complementos de régimen construidos en indicativo, como en Yo aposté por que llovería, o en Tales animales se caracterizan por que carecen de estómago; en ambos ejemplos es incorrecto porque. Como se ve, en la primera oración se introduce un complemento oracional del verbo apostar y, en la segunda, uno del verbo caracterizarse. Tampoco es admisible la grafía amalgamada porque en Luego, le dio por que ya no se quería afeitar (Esquivel, Deseo).

46.2n Aunque, en sentido estricto, todos los complementos mencionados expresan la noción de causa en algunas de sus posibles formas, el hecho de que unos sean argumentales y otros no lo sean permite que puedan expresarse de manera simultánea, como en Precisamente porque es consciente de su responsabilidad, se preocupa por que su familia llegue a final de mes. La situación es análoga en las oraciones finales, aunque para y que no se integren morfológica ni ortográficamente. El paralelismo entre complementos causales y finales de naturaleza argumental se analizará en el § 46.4, sobre todo en los § 46.4d y 46.4i. No se unen nunca por y que cuando la segunda partícula es un pronombre relativo, como en Hubiéramos podido ser entrambillados en un lío sin fundamento, pero peligroso, y triturados entre los engranajes de una maquinaria hostil a todo aquello por que luchábamos (Barea, Forja). Esta construcción tiene propiedades sintácticas muy diferentes, como se explica en los § 22.2b y ss. y 44.2e.

46.2ñ Coinciden las construcciones causales y finales en admitir oraciones condicionales como término de la preposición. Las subordinadas finales son hoy en día poco frecuentes en este paradigma, que, sin embargo, se documenta abundantemente en la lengua antigua. He aquí algunos ejemplos de este uso, sobre el que se vuelve en el § 47.2h:

Dormía Sabina en un aposento más adentro del de su amo, para si en algo fuese menester de noche (Alemán, Guzmán II); Cuando en una batalla van de nosotros vencidos […] mueven otras y otras, para si alguna vez hallaren algún descuidado (Ávila, Avisos); Ya sabéis que estoy en la habitación inmediata para si algo se os ofreciere (Gómez Avellaneda, Sab).

La variante formada con oraciones causales goza, en cambio, de gran vitalidad en la lengua actual, como en Me llevo el paraguas por si llueve, o en Pongo mi oído en la cerradura por si contesta algo (Araya, Luna). Se dedican a estas construcciones los § 46.7j, 47.1b y 47.2b y ss. Importa resaltar aquí que las secuencias por si y para si no se interpretan como conjunciones, sino que cada uno de sus elementos desempeña un papel independiente en la estructura sintáctica a la que pertenece. Con por si se expresa una causa relativa a una contingencia y con para si un propósito relativo igualmente a una situación hipotética, como revelan las paráfrasis para el caso de que, para la eventualidad de que, para la posible contingencia de que, etc. La relación entre subordinadas condicionales y sustantivas se extiende a otros muchos casos, como se hace notar en el § 47.2.

Información adicional

En relación con este capítulo, la siguiente entrada del Glosario de términos gramaticales podría ser de su interés:
conjunción final

 

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