Sintaxis

31 La conjunción. Sus grupos sintácticos. Las construcciones coordinadas

31.10 La coordinación adversativa

31.10a La coordinación adversativa expresa contraposición u oposición de ideas. Son adversativas las conjunciones pero, mas y sino. Las dos primeras se usan en oraciones afirmativas y negativas. La tercera solo aparece en contextos negativos e introduce un grupo que se interpreta como la rectificación o corrección a una negación previa. La conjunción pero establece entre los términos coordinados una cohesión semántica mayor que la copulativa y la disyuntiva. En general, pero presenta menores posibilidades combinatorias que y y o. Los grupos conjuntivos que se construyen con pero se ajustan, en lo fundamental, a las pautas siguientes:

1. «pero + oración simple»: Su última novela es voluminosa, pero su esquema argumental es bastante sencillo (Hoy [Chile] 3/2/1997);

2. «pero + grupo adjetival»: No me impresionó. Es muy bravo, pero muy descuidado a la vez (Prensa [Nic.] 6/5/1997);

3. «pero + grupo adverbial»: […] un abrazo de este charrúa en la distancia, pero muy cerca de vuestros corazones (País [Ur.] 4/10/2001);

4. «pero + grupo preposicional»: Con ellos reacciona con misericordia pero con dureza (Tiempo [Col.] 1/11/1991);

5. «pero + subordinada sustantiva»: Los jueces aducen que tienen que atenerse a las pruebas que existen en el expediente, pero que estas pruebas, las del sumario, adolecen de vicios y defectos (Medina, J. R., Doctrina);

6. «pero + subordinada relativa»: ¿Le gustaría a usted estar junto a un hombre o una mujer que dice que lo/la ama pero que usted sabe está pensando todo el tiempo en su antiguo amor? (Comercio [Ec.] 11/10/2005);

7. «pero + grupo verbal»: Las autoridades estatales confirmaron los ataques, pero negaron que hubiera bajas (Proceso [Méx.] 3/11/1996).

Todos los textos que se mencionan contienen un segmento paralelo a aquel al que sigue a la conjunción. No sucede así, sin embargo, en secuencias como Un sistema del universo donde en la jerarquía inamovible de los seres el hombre tenía un lugar, pero subalterno, periférico (ABC Cultural 3/6/1994). El grupo conjuntivo subrayado constituye un inciso similar a los descritos en los § 31.4w, x. Se caracteriza por que se sobrentiende en él la expresión un lugar, que se recupera del texto precedente.

31.10b La conjunción pero está orientada argumentativamente, como se explica en las páginas que siguen. Esta propiedad hace difícil que aparezca en contextos en los que se coordinan preposiciones o segmentos morfológicos, a diferencia de y7.14f, 10.4e y 31.4ñ). No se coordinan con la conjunción pero grupos nominales argumentales: su casa {y ~ *pero} su trabajo, pero sí predicativos, siempre sin determinante:

Una espina excitante y deliciosa, pero espina al fin y al cabo (Rossi, María); Muy probablemente me levanté, como esta mañana, con bastante de tristeza, esperanzada a lo mejor, pero tristeza después de todo (Muñoz, S., Verano).

La conjunción pero puede preceder asimismo a los grupos nominales formados con elementos cuantificativos como más, menos, pocos, muchos, etc., como en Tiene muchos conocidos, pero pocos amigos. La expresión «pero + grupo nominal» recibe otra interpretación, que se analizará en el § 31.10p. Se admiten también sustantivos en las construcciones encabezadas con pero no…, pero sí…, pero también…, además de grupos sintácticos formados con otras clases de palabras. Véase el § 31.10n.

31.10c Con la conjunción pero se contraponen dos ideas. Normalmente, una de ellas se expresa en el término de dicha conjunción, mientras que la otra, opuesta a la primera, se infiere del primer segmento coordinado. Así, en Estoy muy ocupado, pero lo atenderé se contraponen dos informaciones: la primera es ‘Lo atenderé’; la segunda es ‘No lo atenderé’. La primera ha sido expresada en la segunda parte de la oración; la segunda es la opuesta a ella y se infiere o se deduce de la primera afirmación. Así pues, el uso de pero es adecuado porque de la afirmación Estoy muy ocupado sería natural o esperable deducir No lo atenderé. El uso de la conjunción pero implica, consiguientemente, la negación implícita de alguna inferencia esperable.

31.10d En el ejemplo Estoy muy ocupado, pero lo atenderé, propuesto en el apartado anterior, el segmento que sigue a pero es uno de los dos que participan en la contraposición que pero establece. Como se ha visto, las nociones contrapuestas son dos: un segmento oracional y una inferencia. En otros casos, la oposición tiene lugar entre dos inferencias, cada una de las cuales se deduce de uno de los segmentos coordinados. Así, si en el debate sobre la contratación de un jugador de fútbol alguien dice Es muy habilidoso, pero tiene muchas lesiones, no estará contraponiendo los significados de estos dos segmentos (es decir, ‘ser muy habilidoso’ y ‘tener muchas lesiones’), sino las inferencias o las deducciones que se obtienen de ellos. La primera inferencia viene a ser ‘Deberíamos contratarlo’, y se obtiene de Es muy habilidoso. La segunda es ‘No deberíamos contratarlo’, y se obtiene de Tiene muchas lesiones. Así pues, ‘ser habilidoso’ se interpreta como una cualidad positiva en relación con el posible contrato, mientras que ‘tener muchas lesiones’ se interpreta como cualidad negativa en relación con el posible contrato. Se obtiene un resultado similar en “Fue un partido muy intenso, pero yo estaba totalmente concentrado”, manifestó Kuerten (País [Ur.] 4/3/2001).

31.10e Las construcciones adversativas con pero que se basan en una sola inferencia son más sencillas de interpretar que las que requieren dos. En efecto, el texto siguiente resultaría extraño si su autor quisiera dar a entender que el que nace en un lugar no suele estudiar en él, ya que lo habitual es más bien lo contrario: Nació en la ciudad de Santa Ana, pero estudió y vivió mucho tiempo fuera del país (Salvador Hoy 3/9/1996). No existe, sin embargo, contradicción si se supone una doble inferencia. Este fragmento se refiere a un pintor de renombre. El texto posee coherencia absoluta si se tiene en cuenta que el nacer alguien en una ciudad pequeña no es un factor favorable para formarse artísticamente. Al ampliarlo se percibe esta conexión causal de manera diáfana:

Nació en la ciudad de Santa Ana, pero estudió y vivió mucho tiempo fuera del país, especialmente en España y Francia. De allí que su pintura posea mucha influencia europea de la época. Su gran desarrollo del estilo impresionista le hizo merecedor de muchos premios, tanto fuera como dentro de su país (Salvador Hoy 3/9/1996).

31.10f La conjunción pero no establece una contraposición entre los dos segmentos que enlaza. Así, en la oración Es rico, pero honrado no se contraponen la riqueza y la honradez, sino la afirmación ‘Es honrado’ y la deducción ‘No es honrado’ que, desde la perspectiva del hablante, cabría inferir de Es rico. Nótese que, si la significación adversativa consistiera en enfrentar dos nociones opuestas que se presentan en el discurso, resultarían naturales muchas secuencias que se ajustan exactamente a este requisito, y que se suelen percibir, sin embargo, como absurdas: Estoy hambriento, pero tengo poco apetito; Es blanco, pero es negro, etc. Se hacen explícitas a continuación las informaciones que permiten interpretar los ejemplos que se citan:

La observo pero sin espiarla; la sigo pero sin desconfiar (Cortázar, Glenda): ‘observar a alguien podría implicar espiarlo; seguirlo podría significar desconfiar de él’.

Eres resbalosa como una serpiente, pero no escaparás (Ramos Escobar, Olor): ‘ser resbaloso podría implicar escaparse’.

Eran muy buenos trabajadores, pero tenían el defecto de la bebida (Barnet, Gallego): ‘ser muy buen trabajador podría implicar no tener defectos’.

31.10g Los razonamientos en los que se basa el uso de pero pueden resultar poco naturales en otras ocasiones, pero el empleo de la conjunción lleva al hablante a establecerlos de igual forma. Ello puede obligarlo a forzar los contextos para dar con las inferencias correspondientes. Así, el empleo de pero en el texto siguiente parece contraponer dos nociones que no son antagónicas, ya que del estar recogidos con cintas unos visillos no parece deducirse que no puedan dar a un huerto:

Cuando volvieron, dos o tres meses después, encontraron que en la pared más amplia había un ventanal, con visillos de verdad recogidos con cintas a los lados, pero que daba a un huerto con árboles cargados de naranjas doradas en las que brillaba el sol (Adoum, Ciudad).

31.10h Las inferencias que determinan la interpretación de la conjunción pero son deducciones libres establecidas en función de muy diversas informaciones, supuestos compartidos o de sentido común, conocimientos culturales o preferencias particulares. No se trata, pues, de inferencias que se obtengan por fuerza de las informaciones léxicas que el diccionario proporciona. Así, pudiera parecer más natural decir de alguien Vive solo, pero está muy feliz que Vive solo, pero está muy triste, aun cuando ambas secuencias sean gramaticales. En la primera oración se contrapone ‘estar uno feliz’ (información explícita) con ‘no estar uno feliz’ (información implícita presentada como consecuencia natural de ‘vivir solo’). En la segunda, por el contrario, se presenta ‘no estar triste’ como consecuencia natural de ‘vivir solo’, lo que requiere una asociación de ideas distinta, no necesariamente absurda. Es importante resaltar que las inferencias que puedan parecer inesperadas no producen secuencias agramaticales en la coordinación adversativa, sino cadenas de razonamiento de mayor o menor consistencia argumentativa.

31.10i Es posible coordinar con pero secuencias en las que se predican nociones distintas de seres también distintos, como en Viven en Canadá todo el año, pero los inviernos de ahora no son como los de antes (donde se entiende, ‘los inviernos en Canadá’), al igual que secuencias que corresponden a tipos ilocutivos diferentes, como en Sé que me quieres, pero ¿harías eso por mí?; Tiene ya sesenta años, pero ¡qué agilidad! Estos ejemplos muestran que la contraposición se establece entre los significados inferidos a partir de cada una de las oraciones, y no entre los significados de las oraciones mismas. En todos estos casos se mantienen las relaciones argumentativas descritas en los apartados anteriores. En los estudios sobre la adversatividad se ha señalado que la coordinación adversativa fuerza al oyente a establecer relaciones «causa–efecto» entre oraciones mediante mecanismos discursivos que no pueden basarse únicamente en el contenido de las palabras.

31.10j De forma parecida a como el adverbio bien se añade a la conjunción disyuntiva o como refuerzo enfático (§ 31.9e), se agregan sin embargo y no obstante a pero. En los § 29.2ñ y 30.12c y ss. se explica que estas expresiones se interpretaban tradicionalmente como conjunciones, pero hoy se analizan como locuciones adverbiales:

Fue detenida por dos montoneros, pero sin embargo logró caer de bruces sobre el hoyo donde se embalsaba la sangre y beberla jadeando (Alegría, Mundo); Y, además, con aquella casi imperceptible pero sin embargo violenta expresión de desdén contra algo […] (Sábato, Héroes); Pero él sí y mira aquellas caras conocidísimas, pero sin embargo indiferentes (Mejía Nieto, Relatos); En cuanto a los somníferos, estos modifican la estructura del sueño: se tiene la impresión de haber dormido bien pero sin embargo no nos hemos verdaderamente recuperado (Listín Diario 1/7/2002); Observa Cantor que todo continuo debe ser un conjunto perfecto, pero no obstante, estos conjuntos no pueden caracterizar dicho concepto (Tarrés, Topología); La tela, un paño típico de la región alpina, tiene algo de la rudeza del pueblo montañés, pero no obstante señala sus formas femeninas (Puig, Beso); Contra el Embrutecimiento Obtenido de Forma Subliminal pero no obstante Inexorable Mediante el Asentimiento a la Televisión Pública o Privada (Grande, Fábula).

31.10k Al igual que las conjunciones y y o, la conjunción pero puede usarse al comienzo de discurso (Pero bueno…; Pero date prisa; Pero ¿qué hora es?). En tales casos, se usa como conector discursivo. Sigue siendo conjunción adversativa, pero una parte de la información necesaria para establecer su significado ha de obtenerse de la situación previa. El uso de pero en la réplica suele introducir una reacción del hablante (sea atenuada o vehemente) ante las palabras de su interlocutor, como en ¿Pero tú que dices?; ¿Pero no ves cómo dejaste todo?; Pero ¡qué maravilla!:

Pero, ¿cómo sabes? ¿Cómo sabes que lo quieres? ¿Cómo sabes que te quiere? (Ulive, Dorado); Ahí nos vamos ¿no? Parejos. Diente por diente. Pero ¿sabrá ella lo que nosotros estamos empezando a saber? (Puga, Silencio); Antonieta: —Entonces, ¿vamos a hacer la función? Aquiles:Pero ¡sin palo escobillao! (Palencia, E., Camino).

31.10l Con pero si se introducen réplicas más enfáticas en las que se rebate una afirmación previa con un argumento que el hablante considera de peso:

Julián: Dígame, ¿podría colocarle unos candados? Luis: ¿Candados? Pero si tiene una buena cerradura con llave. ¿Quiere ver? (Shand, Transacción); […] un pequeño cráneo que, según Palinuro, era la calavera auténtica de Pasteur, que le habían vendido en París al primo Walter. “¡Pero si esta es una calavera de niño!”, dijo Molkas (Paso, F., Palinuro); En cuanto el chorro negro empezaba a caer y el olor corría por la casa, él iniciaba los elogios a su auténtico café italiano. —Pero si es de Córdoba, papá —decía (Mastretta, Vida).

Son similares las construcciones encabezadas por pero si que introducen una disculpa o un reparo, como en Pero si no estaba haciendo nada; Pero si acabo de llegar; Pero si mañana es domingo; Pero si es un muchacho muy listo. Véase también el § 42.15t. Se usa asimismo pero si en construcciones que expresan sorpresa: ¡Pero si es Luisa! (Se abrazan y besan). ¡Mamá, China! (Parrado, Bembeta).

31.10m La conjunción si no posee valor condicional en los contextos mencionados en el apartado precedente, en los que no se hace referencia a situaciones hipotéticas. De hecho, es compatible en ellos con el futuro (cantaré) y el condicional (cantaría), ambos de interpretación prospectiva:

¿Tocar el cielo con las manos? ¡Pero si ni lo habrá rozado! (Sierra Fabra, Regreso); Sintió un cosquilleo como si un abanico de plumas de pavorreal le acariciara la espalda. ¡Pero si seré sonsa! ¿Por qué habría de ser de mal agüero? (González, E., Dios); ¿Maternal? ¡Pero si podría ser tu padre! (Alonso Santos, Pares); A poco tú no te sientes dañado. —Dañadísimo. Pero si deberíamos matarlo (María, Fábrica).

Estos dos tiempos se rechazan en las oraciones condicionales (*Si Carlos vendrá, te llamaré). Ello no impide que la conjunción pero pueda preceder a una prótasis condicional en otros contextos, como en Incluso ganaría menos de lo que gano en México, pero si el Monterrey me ofrece un contrato muy bueno, habría que pensarlo (Época [Chile] 5/6/1997).

31.10n La conjunción pero interviene en construcciones contrastivas cuando precede a los adverbios sí, no, también y tampoco. Mientras que «pero + grupo nominal» no figura entre las pautas que se ilustraron en el § 31.10a, «pero no + grupo nominal» se forma sin dificultad para contraponerlo a otro grupo nominal que se interpreta como foco:

Era lunes o, simplemente, cualquier otro día, pero no martes (Palou, Carne); La policía reveló que cada bomba estaba compuesta por dos kilos de dinamita. Las explosiones causaron daños materiales pero no víctimas (Nacional 5/9/2000); Se tiene informaciones, pero no estadísticas (Caretas 5/12/1996).

El segmento al que se contrapone el grupo que encabeza pero no puede quedar, sin embargo, implícito: Recibirán ustedes el dinero, pero no inmediatamente; Se esfuerzan, pero no demasiado. El contraste que se establece con pero sí se explicará más adelante (§ 31.10q), una vez analizada la conjunción sino.

31.10ñ La conjunción adversativa sino exige alguna negación, explícita o implícita, en la primera parte de la secuencia. La información que introduce contrasta con el foco de la oración que la precede (§ 40.6), es decir, con el elemento directamente afectado por la negación. Este elemento resulta, pues, reemplazado o sustituido por el término de la conjunción. Así pues, en No me llamó el lunes, sino el martes se niega el foco de la negación (‘No fue el lunes cuando me llamó’) y se sustituye por el elemento que sino introduce, con lo que se obtiene la interpretación ‘Me llamó el martes’. La conjunción sino introduce, por tanto, alguna unidad paralela a la que constituye el foco de la negación. Esta unidad se omite a veces, lo que da lugar a contrastes como No quiero nada, sino tu confianza ~ No quiero sino tu confianza o No me produce (otra cosa) sino una profunda aversión. He aquí otros ejemplos de esta última pauta:

Yo no nací sino para quereros; / mi alma os ha cortado a su medida; / por hábito del alma misma os quiero (Garcilaso, Poesías); Dijo que ella estaba loca, pero que no se dio cuenta sino después (Adoum, Ciudad); Los brazos estaban descarnados, tan descarnados que las mangas parecían como vacías, y bajo los adornos de su vestido elegante no había sino un esqueleto (Vega, H., Sufrieron).

Estos otros introducen un contraste con un foco de la negación explícito:

Ya no eran susurros cortantes en lo que hablaban, sino cuchicheos del todo inaudibles (Marías, J., Corazón); Lo que tú necesitas no es un productor, sino un inversionista (Salazar, Selva); El escándalo de la muerte no violaba nuestra vida, sino nuestra inmortalidad (Fuentes, Cristóbal).

Las construcciones con sino y más que que denotan exclusión o excepción (nadie más que tú; ¿Quién sino ella?) se analizan en los § 40.6s y ss.

31.10o Como se explica en el § 40.6y, el foco de la negación no siempre aparece marcado por la entonación, y tampoco sintácticamente, por lo que las interpretaciones de las oraciones negativas pueden ser variadas. Así, la oración El profesor no comunicó a los estudiantes de primer curso que el examen final era el jueves admite continuaciones diversas como … sino a los de segundo curso; … sino que lo dio a entender; … sino que el examen final podría ser el jueves; … sino el examen parcial, y otras en las que el grupo sintáctico encabezado por sino contrasta con el foco de la negación, distinto en cada interpretación. He aquí otros ejemplos similares:

La función del símbolo verbal, tal como lo concibe por ejemplo Osgood, no consiste en servir de signo a las ideas, sino en suscitar componentes desgajables de la conducta real (Pinillos, Psicología); El alcalde no estaría en el pueblo a estas horas, sino en su chacrita (Vargas Llosa, Tía); El autor no oculta la identidad del ser que acompaña al narrador para poner a prueba nuestro ingenio adivinatorio, sino para hacernos jugar con nuestra propia historia (Celorio, Contraconquista).

31.10p El grupo conjuntivo que forma sino se puede construir con muy diversos complementos. De hecho, el término de dicha conjunción puede ser un nombre o un grupo nominal (… sino tu amigo), adjetival (… sino muy difícil), adverbial (… sino lentamente), preposicional (… sino desde su casa) y también una oración subordinada, sea con verbo en forma personal (… sino que solo lo sugirió), de infinitivo (… sino hablar con él) o de gerundio (… sino estando en su casa). En la lengua antigua se admitían también los verbos y los grupos verbales en este paradigma, como se explica en el § 40.6g. Se trata de un uso poco frecuente en la lengua actual, pero todavía se conoce en el área rioplatense (No come, sino devora; No escribe, sino tacha) en alternancia con las subordinadas sustantivas (No come, sino que devora). Frente a sino, la conjunción pero admite verbos en forma personal, como en … {pero ~ *sino} tenía mucha prisa. Así pues, la lengua contemporánea impone generalmente el uso de sino que ante verbo en forma personal. Tampoco se forman ya imperativos con sino en la lengua actual, a diferencia de lo que permitía la lengua clásica:

Señor caballero andante, que si otra vez me encontrare, aunque vea que me hacen pedazos, no me socorra ni ayude, sino déjeme con mi desgracia (Cervantes, Quijote I); Mire no sea perezoso, sino levántese desa cama, y vámonos al campo vestidos de pastores, como tenemos concertado (Cervantes, Quijote II).

También se conoce este uso en el español actual del área rioplatense: No cierre la puerta, sino ábrala. En el habla coloquial no es infrecuente el uso de que con el valor característico de sino (que):

Lo malo es que resulta que después no era Duarte, que era el teniente parado en la galería (Vergés, Cenizas); Aquí nos dijo que no tenía familia, y cuando comenzaron a salir los anuncios en radio Caracol juró que no era ella, que era una casualidad (Gamboa, Páginas).

31.10q Las condiciones sintácticas de la expresión pero sí parecen similares a las de sino. No obstante, existen diferencias entre ambas expresiones. Con la conjunción sino se contrasta la información que aparece bajo el foco de la negación en el segmento precedente (No estuve en su casa…), y se sustituye por el término de la conjunción (… sino en su oficina). Así pues, se enfatiza en estas construcciones la falsedad de la primera proposición y la certeza de la que se reconstruye a partir del término de la conjunción (Estuve en su oficina). Con pero sí no se produce tal sustitución. La conjunción pero mantiene en estas oraciones su significado adversativo, en función de las inferencias explicadas en los apartados precedentes. Se introduce en estas secuencias una opción alternativa (No estuve en su casa, pero sí en su oficina) y se mantiene la ruptura de lo esperado a la que se aludió en el § 31.10c. Suelen admitirse en estas secuencias las paráfrasis ‘y sí, en cambio’ o ‘y sí, por el contrario’:

No me gusta la cocina americana, pero sí admiro la cultura, los deportes, el cine, la literatura de los gringos (Fuentes, Frontera); No recuerdo su autor, pero sí el título (Savater, Caronte); No había ningún reparo, pero sí un problema de seriedad (Época [Chile] 14/5/1997); No es de los más lujosos y confortables, pero sí muy discreto y limpio (Cela, San Camilo).

31.10r En el último texto del apartado anterior pero sí introduce una cualidad que se considera inferior, en alguna escala valorativa implícita, a la que se menciona en el primer término. Este uso es característico de pero sí, y afecta a estimaciones cualitativas, pero también cuantitativas:

Un hombre que no tiene quizás todos los dones, pero sí muchos (Piglia, Respiración); Se vio de pronto interrumpido por un barranco, no muy ancho pero sí de cierta profundidad (Levrero, Ciudad); No quería que me quedara todos los domingos, pero sí de vez en cuando (Barea, Forja).

Suelen resultar absurdas, por el contrario, las construcciones con pero sí en las que se introduce una magnitud escalarmente superior a la expresada por el primer término:

No compré cuatro discos, sino {tres ~ cinco}; No compré cuatro discos, pero sí {tres ~ *cinco}.

No te quiero, sino que te {aprecio ~ adoro}; No te quiero, pero sí te {aprecio ~ *adoro}.

Sobre la interpretación de pero sí, véase también el § 40.7j.

31.10s La conjunción pero adquiría a veces en la lengua antigua el significado que en la actualidad corresponde a sino, como en Todo lo cual, no solo no me ablandaba, pero me endurecía (Cervantes, Quijote II). Este uso se da ocasionalmente en el español de Puerto Rico (El traje no era azul, pero verde azulado), aunque se atribuye a la influencia del inglés. En esta lengua se usa una única conjunción adversativa (but) que corresponde al par pero ~ sino del español. Cuando alternan pero y sino en el mismo contexto, no se obtienen, como se ha explicado, oraciones equivalentes. No es preciso que esté presente el adverbio en esas construcciones. Se ha visto que es rara la pauta «sino + grupo verbal» en el español de hoy. Es normal, en cambio, «sino + subordinada sustantiva» y también «pero + grupo verbal». Se obtienen así pares como No hablé con ella, pero le escribí ~ No hablé con ella, sino que le escribí. En estas oraciones alternan pero y pero sí. Aplicando el análisis introducido en el § 31.10c, la conjunción pero se interpreta en función de la ruptura de lo esperado, puesto que de Le escribí cabría deducir ‘No hablé con ella’. La conjunción sino reemplaza un foco por el otro, tal como se ha explicado.

31.10t No es propiamente adversativo el uso de pero que en construcciones como La comida estaba rica, pero que muy rica, ya que en ellas no se contraponen ideas sino que se enfatiza el contenido del elemento repetido. Se diferencia, además, esta construcción de las descritas en los apartados anteriores en que se limita a grupos adjetivales o adverbiales construidos con adverbio de grado en los que el primer término coordinado puede estar ausente (Llegó pero muy enfadado). Alternan pero muy y pero que muy en el español europeo, pero se suele preferir la primera opción en el americano:

Era discreta, prudente, tímida, mojigata y muy, pero muy educada (Esquivel, Deseo); Creo que alguien que es capaz de hablar así es que está muy pero que muy enamorado. ¿No te parece? (Vila-Matas, Suicidios); Francamente, cada vez veo más claro que esta carlistada, ya demasiado trágica, va a acabar pero que muy mal (País [Esp.] 1/8/1986); Le digo que los retoques se los han hecho muy, pero muy bien (Pavlovsky, Laforgue).

31.10u El uso adverbial de pero (Vienes temprano, pero) es muy infrecuente en el español general, pero pervive en la Sierra peruana y parte de la costa, acaso por influencia del quechua. Este uso adverbial de pero (similar al de sin embargo) existe en el italiano actual (però) y se registra también en la lengua del Siglo de Oro:

Os la pusiera en vuestras manos para que hiciérades della a toda vuestra voluntad y talante; guardando pero las leyes de caballería (Cervantes, Quijote I); El indigenista mayor que la presidía, un tanto turulato y otro tanto disgustado por actitud tan inesperada de parte de un indio y en un congreso indigenista, le preguntó, prevenido, si era delegado. No soy delegado, señor, pero (Jácome, Garzas); Deudor del surrealismo, esta herencia era aún más evidente en su segundo libro, El bebedor nocturno, 1978, pero (Cobo, Literatura); Comprenderás que como buena católica no puedo hacerlo… Mejor, pero, de todos modos, si piensas divorciarte no cuentes conmigo porque yo sí que no puedo hacerlo (Vega, J., Cantango).

En la lengua actual conserva ese valor el adverbio empero, propio del estilo elevado.

31.10v La conjunción mas es propia del estilo formal (Pasé toda la tarde cavilando, mas no llegué a conclusión alguna). Aunque fue muy usada en el español clásico, es poco frecuente en la lengua oral. Se registra ampliamente en la literaria, y solo de manera ocasional en la periodística:

Mas, en todo caso, respetemos las opiniones (Unamuno, Soliloquios); Kalamis titubeó, antes de sacrificarme, mas la oferta era tentadora (Mujica Lainez, Escarabajo); Filguth, a pesar de tener posición restringida, se defendió con acierto, mas apremiado por el reloj, intentó una ruptura prematura, que le significó, a la postre, la pérdida de una calidad (Clarín 21/2/1979); El que agrada a Dios escapará de ella, mas el pecador en ella quedará preso (Cousté, Biografía).

Se ha observado que su uso crece hoy en algunos ámbitos restringidos, como entre la juventud caraqueña.

31.10w Con los valores de pero se usa hoy mas, que tuvo también en otras épocas los usos propios de sino, y por tanto precedido de negación:

E aquesto no era mala voluntad mas zelo de buen amor (Recriminaciones Jaime II); Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni en la senda de los pecadores se detiene ni se sienta en la junta de los insolentes mas se complace en la ley del Señor y sobre ella medita día y noche (Rovner, Sueños).

También se usó ante grupos verbales, sin excluir los imperativos. Este último uso, ya arcaico, sobrevivió durante muchos años en un fragmento del padrenuestro: No nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. He aquí otros testimonios antiguos:

Non temas la muerte del cuerpo; mas teme la muerte del alma (Bocados de oro); Prudente Sí diré; / mas prométeme tu fe […] (Natas, Tidea); No castigues, pues, ni a mi hija ni al extranjero, mas sepáralos (Mera, Cumandá).

Como en el caso de pero31.10p), estos usos se registran hoy de manera ocasional en el área rioplatense. En el habla popular del altiplano boliviano es frecuente la combinación mas por el contrario, con el sentido de sino o de sino por el contrario, como en No habló de golpe de Estado, mas por el contrario de elecciones libres.

31.10x Como se hace notar en el § 47.12, las conjunciones adversativas y concesivas expresan de modo inverso nociones relativamente próximas. La conjunción aunque tuvo valor adversativo en la lengua antigua, y todavía lo tiene en algunas secuencias, como en La tienda está abierta, aunque (= pero) solo por la tarde. La conjunción aunque se construye con indicativo en estos casos, si el verbo está en forma personal, y suele ir precedida de pausa.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
conjunción adversativa, oración (coordinada) adversativa

 

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