Sintaxis

27 El verbo (V). Las formas no personales: el gerundio y el participio

27.8 El participio. Características fundamentales

27.8a El participio pasivo, pasado o de perfecto es la tercera de las formas no personales del verbo. Se diferencia del gerundio y del infinitivo en que posee flexión de género y número, por lo que cada participio da lugar a un paradigma flexivo: comprado/comprada/comprados/compradas. La flexión de género y número del participio se extiende a todos sus usos, con la única excepción de los tiempos compuestos, formados con el auxiliar haber, en los que carece de ella (Clara ha publicado su tesis), aun cuando la admitía en etapas anteriores del español: Hubiéramos echada una gran peonada (Alvarado, Cartas I). Véase sobre este uso antiguo el § 23.1h. Los tiempos compuestos se caracterizan por expresar un rasgo temporal (‘anterioridad’) y uno aspectual (‘perfectividad’). El segundo de estos dos rasgos no está presente únicamente en el tiempo compuesto (Vi que el edificio se había terminado), sino que también se pone de manifiesto en ausencia de auxiliar (Vi terminado el edificio) y tiene un gran número de consecuencias interpretativas, como se comprobará en las secciones restantes de este capítulo.

27.8b Al participio de los tiempos compuestos no se le suele aplicar la denominación de participio pasivo, aunque sí la de participio pasado o participio de perfecto. Los tiempos compuestos formados con el auxiliar ser eran posibles en la lengua antigua con ciertos verbos, tal como se indica en el § 41.4b. En esos casos, era asimismo forzosa la concordancia de género y número: El rey enbio luego […] viandas, las que pudo auer de aquellas que eran llegadas (Gran crónica Alfonso XI). Desde el punto de vista morfológico, los participios pueden ser regulares e irregulares. Forman una serie limitada los que admiten las dos variantes (freído ~ frito; imprimido ~ impreso), aunque no siempre en los mismos contextos. Se estudia esta cuestión en los § 4.12k, l. Los participios en -pto, característicos del área rioplatense (descripto, inscripto), se estudian en el § 4.12o. Sobre los antiguos participios en -udo (tenudo, vençudo, etc.), véase el § 4.12ñ.

27.8c A diferencia de los gerundios y los infinitivos, los participios rechazan en la actualidad los pronombres enclíticos: {darle ~ dándole ~ *dádole} el regalo. Los aceptaban, sin embargo, en la lengua antigua, según se explica en el § 16.7i, y los admiten aún hoy en algunas hablas rurales, como en la del Valle Central de Costa Rica (Una vez sacádose el fruto, se almacena). Los pronombres enclíticos con participios se documentan asimismo hasta la primera mitad del siglo xx en los textos literarios americanos y a veces también en los europeos, cuando el participio aparece dentro de una forma compuesta en una estructura de coordinación:

Había descubierto su cabeza y tirádola atrás con indecible arrogancia (Alarcón, Final); Ni las más gentiles y nobles doncellas de toda la Escitia habían herido jamás el corazón del rey Tihur, ni excitádole al matrimonio (Valera, Leyendas); Y después de haber adorado a Dios y dádole gracias se sentaron (Somers, Retrato).

Véase, además, sobre este punto el § 16.14k.

27.8d No existen en el español actual participios de presente, frente al italiano y otras lenguas romances, pero eran abundantes en el español antiguo, como se hizo notar en el § 7.11j: Vos santa sodes e temiente a Dios (San Vicente Ferrer, Sermones). Quedan, sin embargo, algunos restos fosilizados de su antiguo valor verbal, como son no obstante lo cual o Dios mediante, que tienen su origen en construcciones absolutas (§ 29.2h y ss.). Igualmente se percibe un resto verbal en la sintaxis del adjetivo distante, cuyo complemento cuantitativo en secuencias como un aeropuerto distante 60 kilómetros no resulta propio de un adjetivo. La actual preposición durante era un antiguo participio de presente, que conservaba sus propiedades verbales, tal como atestigua la concordancia de número:

E aun porque obra non puede ser sin prinçipio, a demostrar que los çielos eran prinçipiados por Dios e durantes en tiempo (Villena, Salmo); Ellas, durantes los días de su matrimonio, cometieron pecados por que deban penar (Pineda, Diálogos).

En el caso de causante, procedente, proveniente y otros muchos adjetivos, la herencia del régimen verbal que ponen de manifiesto en su sintaxis (proveniente de allí) es compatible con las pautas sintácticas admitidas por el sistema lingüístico en la actualidad. Véase, en relación con esta cuestión, el § 7.11.

27.8e Se forman con participios las oraciones pasivas41.1-3) que se construyen con el auxiliar ser (Fue detenido por la policía). Las oraciones pasivas muestran algunos puntos de contacto con las copulativas, entre ellos el hecho de admitir la sustitución por el pronombre átono lo: El regalo fue guardado en un cajón > Lo fue; El regalo fue espléndido > Lo fue. Nótese que el pronombre átono que se subraya en el texto siguiente se refiere igualmente al participio de una oración pasiva: Me habría parecido muy bien que la exposición de Manet hubiese sido visitada (como lo fue) por 8000 personas diarias (País [Esp.] 1/6/1984). Se retoma esta cuestión en el § 27.10.

27.8f Los participios y los grupos sintácticos que constituyen pueden ser atributos, al igual que los adjetivos y otras expresiones predicativas: El traje parecía confeccionado por un profesional. Cuando el participio se emplea como modificador nominal, como en Dictaron prisión preventiva contra cinco extranjeros detenidos por la policía en los últimos días (Nación [C. Rica] 2/11/2000), muestra un uso característico de los adjetivos, pero mantiene varias de sus propiedades verbales, como se explicará en los § 27.8l, m, o y 27.11. Se utiliza asimismo el participio en ciertas perífrasis verbales, en especial con los verbos llevar (Llevo leídas varias páginas), tener (Le tengo dicho que no se asome a la ventana) y estar (Ya está avisado todo el mundo). Se ha observado, no obstante, que no es del todo clara la frontera entre algunas de estas construcciones perifrásticas y las pro piamente atributivas: Lo tengo {guardado ~ lleno}; Están {avisados ~ enfermos}, etc. Esta cuestión se analiza en el § 28.16 y en los § 38.7s, t.

27.8g El participio posee numerosos puntos de coincidencia y de divergencia con las demás formas no personales del verbo. A pesar de que puede compartir algunos paradigmas con ellas, no aporta nunca el mismo significado que esas otras formas verbales. Así, el participio comparte con el gerundio y el infinitivo la posibilidad de desempeñar la función de complemento predicativo, como en Lo vi {derrumbado ~ derrumbarse ~ derrumbándose}. La diferencia entre las dos últimas opciones se explicó en los § 27.6l, m. En cuanto a la primera, se caracteriza por el rasgo aspectual del que se habló en el § 27.8a: el participio presenta las situaciones concluidas, de manera que la elección de derrumbado implica que el derrumbamiento del que se habla se llevó a efecto. Los complementos predicativos participiales alternan también con los creados con otras categorías, al igual que sucede en el caso del gerundio (§ 27.6g): Esa novela la leí {entera ~ traducida al francés}.

27.8h El participio comparte con el gerundio, pero no con el infinitivo, la posibilidad de formar oraciones o cláusulas absolutas (Una vez asentado en su nuevo trabajo, decidió arreglar un poco su casa; Terminada la reunión, saldremos de paseo). Recuérdese que los gerundios en posiciones externas o periféricas se estudiaron en los § 27.3a, b, f, i, p, 27.4e, f y 27.5g-k. Aunque los infinitivos no pueden formar por sí solos construcciones análogas a estas, lo hacen precedidos de preposiciones y conjunciones subordinantes, como en Al salir el sol, …; De seguir los niños allí, …; Para ser el muchacho tan joven, ...; Con haber tomado el medicamento, … y otras similares que se analizan en el § 26.13. En los § 38.11 y 38.12 se describen las propiedades gramaticales y las interpretaciones semánticas fundamentales del participio absoluto. Se volverá sobre algunas de ellas en los § 27.8j-m, 27.9j y 27.11d.

27.8i Comparten asimismo el participio y el gerundio las construcciones predicativas encabezadas por la preposición con, y a veces sin, analizadas en los § 27.6e-h y 38.9a y ss.: Con la computadora averiada, es imposible que termine el artículo a tiempo; Sin un esquema bien diseñado, no creo que tu plan pueda salir bien. Al igual que las construcciones de gerundio (§ 27.6e-h), las de participio pueden aparecer integradas en el predicado de la oración, por tanto, no necesariamente en posición periférica, como en Lo encontré con la nariz {rota ~ sangrando} o en Llegó con toda la ropa {mojada ~ chorreando}. Estos pares ponen una vez más de manifiesto la diferencia entre la naturaleza perfectiva del participio, que presenta situaciones terminadas o completadas, y la del gerundio, que las muestra en su desarrollo.

27.8j Del mismo modo que los gerundios, los participios pueden formar estructuras oracionales con sujeto, sea expreso o tácito. Estas construcciones son características de los participios absolutos. Se subrayan estos sujetos en Llegados todos los invitados, comenzó la fiesta; Visto que no llovía, salimos a pasear; Dicho lo cual, no tengo más que añadir. El sujeto del participio se considera, en cambio, tácito en Una vez amueblado Ø, el departamento lucía precioso. Se explican con mayor detalle estas dos opciones en los § 38.11c y ss.

27.8k Apoya la hipótesis de que las construcciones absolutas de participio contienen sujetos tácitos el que tengan cabida en ellas los pronombres reflexivos: Encerrada en sí misma y en sus más próximos familiares, María Cristina de Habsburgo sabe que tan solo la une a este pueblo extraño la responsabilidad de la Corona (Hernández, R., Secreter). Como se indica en el § 38.11d, este sujeto tácito puede actuar como antecedente o consecuente de un elemento argumental presente en la oración principal, como el subrayado con trazo discontinuo en el texto que se acaba de citar. Este segmento puede aparecer también en la oración precedente, como en Solicitaron una licencia de obra. Una vez concedida, contrataron a los albañiles, donde podría haberse dicho igualmente … una vez concedida esta.

27.8l En los § 38.13a y ss. se explica que las construcciones absolutas pueden ser internas a diversos segmentos sintácticos, en los que ejercen el papel de adjuntos. También en estos casos mantiene el participio su propio sujeto, sea expreso, como en […] la vuelta a casa una vez terminado el día (Regàs, Azul), o tácito, como en Tan corto le parecía el viaje una vez terminado, que pensó si no se hallaba a medio camino (Cerezales, Escaleras), que podría representarse así: tan corto le pareció el viaje una vez terminado Ø, con correferencia de los términos subrayados. En opinión de muchos gramáticos, también se obtienen construcciones oracionales, aunque no absolutas, cuando el participio es un modificador nominal. Entienden estos autores que las estructuras que forman los participios en dichos contextos constituyen los equivalentes no flexivos o no personales de las oraciones de relativo, por lo que se han denominado relativas reducidas. Ilustra esta construcción el segmento encerrado entre corchetes en el partido [jugado ayer brillantemente por Boca Juniors].

27.8m El análisis sintáctico que se acaba de esbozar es polémico. Desde ese punto de vista, el participio jugado se predica de partido mediante un recurso similar al que fuerza al relativo que, en el partido que jugó ayer Boca Juniors, a elegir partido (y no otro sustantivo) como antecedente necesario. En una variante de este análisis, que algunos autores prefieren, se establece la correferencia obligatoria entre partido y el sujeto paciente tácito que el participio tendría dentro de su oración. Para otros gramáticos, no hay, en cambio, justificación suficiente para defender la naturaleza oracional del segmento que jugado encabeza, que no perdería su carácter de grupo verbal en esta oración. Repárese que no se pone en cuestión que el grupo sintáctico jugado ayer brillantemente por Boca Juniors se asimile en su función predicativa a un adjetivo, sino más bien que su estructura sintáctica corresponda a la que ponen de manifiesto los grupos adjetivales (§ 13.16 y 13.17). En las dos últimas secciones de este capítulo se comprobará que los participios pasivos y los adjetivos comparten algunos contextos sintácticos, pero no otros.

27.8n Los participios que funcionan como predicados en estructuras bimembres pueden construirse con un sujeto de predicación expreso. Corresponden a esta pauta, que se estudia en el § 38.13, las oraciones interrogativas y las exclamativas, como ¿Encarcelado don Alberto? o en Los ojos brillaban de satisfacción. ¡Terminada la pesadilla! (Blasco Ibáñez, Jinetes). Se agregan a esta misma pauta los pies de foto, las ilustraciones y los titulares de prensa: ¡Extra!, ¡extra! Asesinado de catorce puñaladas Don Cristico Pérez, ex-cónsul de Venezuela en Puerto Rico (Herrera Luque, Casa). Como en los demás casos, estas construcciones pueden dejar tácito su sujeto, que se recupera a través del discurso. El contexto que lo proporciona suele ser la noticia que sigue al titular. Un rasgo característico del español es que permite en ocasiones interpretar estos sujetos tácitos como elementos indefinidos, pero a la vez específicos, como en el titular Herido grave tras apuñalarle su vecino (Mundo [Esp.] 5/3/2007). La interpretación del sujeto tácito de los verbos en forma personal en titulares como Mata a su compañera e intenta suicidarse (Mundo [Esp.] 21/12/1994) se analiza en el § 33.4r. Sobre el sujeto del participio en secuencias como Con los invitados recién llegados, … véanse los § 38.9b y ss.

27.8ñ Si bien los tiempos compuestos se forman con participios, los verbos auxiliares que aparecen en estos tiempos no pueden estar en forma participial. El participio carece, pues, de forma compuesta (*habido cantado), a diferencia del infinitivo (haber cantado) y del gerundio (habiendo cantado). Véase el § 27.1k para una limitación similar que impide a los gerundios, pero no a los infinitivos, aparecer complementados por formas no personales de su misma clase morfológica.

27.8o Uno de los rasgos más característicos de los participios pasivos es el hecho de que admiten complementos agentes encabezados por la preposición por. Estos complementos no se dan solo en las oraciones pasivas (Fue atropellado por un coche: § 41.3), sino también en las constituidas por verbos auxiliares distintos de ser (El libro está publicado por la mejor editorial del país); en las construcciones absolutas, como en Siempre acompañado por el agente, se abrió paso a través del grupo (García Márquez, Hora) o en El maharajá, avisado por la mujer, mandó erigir un templo para perpetuar la veneración de la piedra milagrosa (Tibón, Aventuras); cuando el participio es un complemento predicativo, como en Las masas de infantería del zar se retiraban en desorden, hostigadas por la caballería ligera francesa (Pérez-Reverte, Sombra), y también cuando es modificador nominal:

Pensó que apenas un amanecer y un ocaso (un viejo resplandor en el oriente y otro en el occidente) lo separaban de la hora anhelada por los buscadores del Nombre (Borges, Ficciones); Una empresa promovida por el Papa y auxiliada por los luqueses y romanos […] (Fernández Navarrete, Disertación); Al otro día tenían que llegar hasta una cabaña abandonada por mineros que buscaron oro a orillas de las quebradas (Mutis, Maqroll); […] una buganvilia acariciada por aires que no conoceré jamás (Mastretta, Cielo).

27.8p El complemento agente de los participios puede estar introducido asimismo por la preposición de. Muchos de estos participios corresponden a verbos de afección, como en los textos siguientes:

Un paisano de Olmedo, hombre muy temido de las brujas por ser de oficio saludador, […] (Espronceda, Sancho Saldaña); Era odiado de los demás, que le apellidaban el Triste (Fernán Caballero, Familia); Era célebre por sus elegancias de danzarín amado de las mujeres (Blasco Ibáñez, Jinetes); Murió buen cristiano y querido de todos (Luján, Espejos); Lo que quisiera es ser aborrecida de todos y olvidada (Riera, Azul).

También aparecen estos complementos en los participios creados a partir de predicados de estado que denotan forma, posición, ubicación o compañía, como en rodeado de amigos, precedido de una cariñosa nota, seguido de un gran estruendo, acompañado de todos sus familiares, ayudado de un bastón, etc.

27.8q En el español medieval y el clásico se construían con de muchos más participios: El otro fue Ismael, que dende niño fue llevado de su madre al desierto (Osuna, Abecedario I). Es frecuente en los textos antiguos esta construcción con los participios de ciertos verbos de influencia, como amonestar, animar, castigar, consolar, perdonar, etc.:

Et después que es librado de la pena del mamar, métenlo a la pena del aprender a leer et estar apremiado de su maestro (Calila e Dimna); Y así, aconsejada de una morisca, en un membrillo toledano dio a Tomás unos destos que llaman hechizos (Cervantes, Licenciado); Voy yo amenazado de tu señora (Rodríguez Florián, Florinea); El qual fuera sentençiado [] de Dios sea perdonado (Torre, F., Poesías); Fue severamente castigado de sus maestros (Castillo Solórzano, Trapaza).

Se asimila a esta pauta el verbo dejar, como en La tierra que tú aborreces será dejada de sus dos reyes (Biblia Reina-Valera), cuyo participio todavía se usa con de en la locución dejado de la mano de Dios.

27.8r El complemento agente de los participios se interpreta semánticamente aunque no esté explícito. Así, la voluntad que expresa el adverbio adrede en Fue abandonado adrede se atribuye al complemento agente tácito del participio abandonado. Se obtiene un vínculo parecido en un pacto laboriosamente logrado y en otras muchas secuencias similares. La presencia —expresa o encubierta— del complemento agente del participio permite interpretar asimismo los complementos finales de ciertos participios, como en impuestos recaudados abusivamente para engordar las arcas del Estado. Existen otras conexiones entre el complemento agente tácito de los participios y otros componentes de la oración. Se estudian algunas de ellas en los § 41.3l y ss.

27.8s Se forman con participios pasivos algunas conjunciones subordinantes (dado que, puesto que, supuesto que) en estructuras que en su origen correspondían a las de las cláusulas absolutas. Se analiza la estructura de estas locuciones en los § 31.11i, 38.11ñ y 46.6ñ y ss. Los participios tienen relación con otras clases de palabras. El participio dicho se asimila a los demostrativos en secuencias como Recordó que había sido precisamente dicho personaje el que firmara el primer cartel (Velasco Piña, Regina), donde alterna con ese. No obstante, recuerda su naturaleza participial el que en la lengua literaria se documente también construido con artículo:

Ambos gobiernos acuerdan, además, reducir sus respectivas flotas, para cuyo objeto continuarán esforzándose hasta llegar a un entendimiento que deberá establecer un justo equilibrio (de fuerza) entre las dichas flotas (Scheina, Iberoamérica); Para que el dicho miserable individuo acate al punto, comprenda e inclusive celebre lo que la autoridad dispone (Grande, Fábula).

Véase además, sobre este aspecto, el § 17.3l. El participio susodicho se construye como modificador pronominal o posnominal, pero se diferencia de dicho en que no se emplea sin artículo:

Volvió de Roma a México a morir, mas no sin antes irse a disfrutar una temporadita de la vida en la susodicha playa (Vallejo, F., Desbarrancadero); Recibe en los conjuros, que se dicen de manera críptica, el nombre del difunto cuyo espíritu y huesos están en el receptáculo susodicho (Ortiz, Música).

Es mucho más estrecha la relación gramatical que existe entre las categorías de adjetivo y participio. Se dedicarán a esta relación los § 27.10 y 27.11.

Información adicional

En relación con este capítulo, las siguientes entradas del Glosario de términos gramaticales podrían ser de su interés:
agente, complemento agente, oración de participio, participio

 

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