Sintaxis

30 El adverbio y el grupo adverbial

30.17 Locuciones adverbiales (III). Locuciones formadas con otras pautas sintácticas

30.17a La pauta «preposición + adjetivo o participio» da lugar a un gran número de locuciones. El adjetivo o el participio puede aparecer en singular (en breve, de ordinario), pero raramente en femenino, como en de seguida, en seguida o de última(s), que se usa en el español coloquial argentino: De última, podemos decirle que llegue más temprano. Se emplea a diestra y siniestra en casi toda América, pero a diestro y siniestro en España. He aquí algunos ejemplos de la pauta «preposición + adjetivo o participio en singular»:

a: a diario, a menudo, a salvo;

de: de antiguo, de cierto, de continuo, de corrido, de corto, de firme, de incógnito, de inmediato, de largo, de lleno (también de pleno), de nuevo, de ordinario, de pasada, de pronto, de seguido, de seguro, de súbito, de vacío;

en: en absoluto, en abstracto en breve, en caliente, en concreto, en especial, en corto, en falso, en fino, en firme, en frío, en general (también en particular), en picado (también en picada), en positivo, en redondo, en seco, en seguida, en serio, en vano;

por: por alto, por bajo, por cierto, por completo, por descontado, por duplicado, por entero, por escrito, por libre (por la libre en México, Cuba, la Argentina y el Uruguay, entre otros países), por separado, por supuesto, por último.

30.17b Con adjetivos en femenino plural se forman a ciegas, a derechas, a escondidas, a medias, a oscuras, a secas, a solas, a tontas y a locas, de oídas, así como a las claras, a las bravas (o por las bravas), a las buenas (o por las buenas, también de buenas a primeras), a las malas o por las malas (también existe en las buenas y en las malas ‘en todo tiempo’). Se usa con las justas (‘por poco, ajustadamente’) en el área andina, sobre todo en el Perú: El Seminarista se salvó con las justas (Scorza, Tumba). Con el significado de de oídas, se emplea de mentas en el Río de la Plata: Usted no me conoce más que de mentas (Borges, Brodie). Se usa en blanco en esta misma área lingüística en el sentido de ‘con arreglo a las prescripciones y ordenanzas legales’, si bien esa locución suele emplearse más con valor adjetival, como en La rebelión de los esclavizados se extendió desde los talleres clandestinos a las fábricas en blanco, donde los costureros comenzaron a organizar cuerpos de delegados y a luchar contra el fraude laboral (Sur [Arg.] 4/5/2009). Ya no se emplean a duro y de duro (‘difícilmente’). Sobre locuciones adjetivales como en alto, en limpio, en sucio o en negro, véase el § 13.18.

30.17c Las locuciones a las bravas, a las claras y otras mencionadas en el apartado precedente contienen artículo. Si el adjetivo aparece en singular con artículo, el número de locuciones se alarga. Con el adjetivo en femenino singular se crean a la larga, a la brava, a la corta, a la ligera, a la buena de Dios (también a la de Dios), a la inversa, a la libre, así como el amplio número de las que se forman con adjetivos gentilicios (a la francesa, a la mexicana), descritas en los § 30.15n, ñ. La locución a la mala, usada en muchos países americanos, significa ‘con malas artes, a traición’: Rosaura se casó con Pedro, a la mala, sin importarle un comino que ustedes verdaderamente se querían (Esquivel, Agua). En el área andina también se registra con el sentido de ‘descuidada o bruscamente’, como en El carpintero desarmó el mueble a la mala. Existe asimismo la variante a las malas. Con artículo masculino se forman al detalle, al propio (‘adrede’, usada en Costa Rica y otros países centroamericanos), al vivo (‘apasionada o exaltadamente’), al rojo (también al rojo vivo) y algunas más. Con el artículo neutro lo se crean, entre otras, las locuciones mencionadas en los § 30.15o y ss.

30.17d El esquema «preposición + pronombre o adverbio» da lugar a locuciones adverbiales formadas con casi todas las preposiciones: a (a poco o al poco); ante (ante todo); con (con todo, con todo y con eso, y sus variantes con todo y eso, con todo eso, con todo esto); de (de nada, de cerca, de ahora en adelante, de largo, de lejos; las dos últimas en construcciones superlativas, como Era, de lejos, la más lista; de pronto); desde (desde luego, desde ya; esta última usada en las áreas antillana, rioplatense y andina con los sentidos ‘desde luego’ y ‘ante todo’); en (en esas, en estas, en adelante); entre (entretanto o entre tanto); para (para siempre); por (por poco, por ahí, por ahora, por hoy, por encima, como en calculando por encima); sin (sin más); sobre (sobre todo). Se usa de arriba (‘gratis, sin pagar’) en el área rioplatense: Los galeritas que no pudieron conseguirlas [las tierras] de arriba, las compraron a precio vil, con la complicidad de los militares (Martínez, Perón).

30.17e Sobre el esquema «preposición + infinitivo» se crean a bañar (‘de paseo’), a cegar, a matar (como en disparar a matar), a morir, a pedir de boca, a rabiar, de morirse y otras que se mencionan en el § 26.14m. En el § 29.4 se hace notar que las correlaciones de preposiciones dan lugar a un buen número de locuciones. Las pautas más productivas son «de N en N», como en de boca en boca, de tarde en tarde, de trecho en trecho, de bote en bote (de bote a bote en el Perú); «de N a N», como en de cabo a rabo, de uvas a peras, de la ceca a la meca, que admite la variante de ceca en meca: Ando de ceca en meca y de zoca en colodra sin encontrarme a mí mismo (Espinosa, E., Jesús). Cabe añadir, entre otras locuciones similares, de un momento a otro, de vez en cuando (y las variantes que se consignaron en el § 30.7a), de ahora en adelante o de Bagaces a Liberia (‘vagueando, sin hacer nada’, usada en Costa Rica y formada sobre los nombres de dos ciudades costarricenses). Es muy infrecuente la pauta sintáctica que corresponde a la locución de ahí en fuera, empleada en el área caribeña con el sentido de ‘aparte de lo mencionado’: Ya hice un recuento bastante amplio. De ahí en fuera, no tengo nada que decir.

30.17f Al esquema «adverbio + grupo preposicional» corresponden después de todo, antes de todo, antes de nada (también antes que todo en el Perú y antes que nada en muchos países). La pauta «adverbio + adjetivo» no es productiva. Cabe asignar a ella la locución ya mero (‘enseguida, muy pronto’), usada sobre todo en México y Guatemala: Cuando empezó a salir el sol, me acordé que mi amiga Myrna ya mero iba a casarse (Carballido, Fotografía). Se lexicalizan como adverbios algunos sustantivos o grupos nominales que expresan cantidad o grado, como horrores: Aunque ahora debe estar sufriendo horrores […] (Alatriste, Vivir) o montones: Yo creo que influye montones (CREA oral, Chile), distinto de a montones30.16l), que se sustituye por adverbios cuantificativos (cuánto, mucho). Al mismo grupo cabe añadir las locuciones adverbiales cuantificativas un disparate, una enormidad, un ojo de la cara, un abismo, un mundo, una eternidad, una fortuna, una barbaridad, entre otras muchas, como en Media un abismo; Pagó una fortuna, o Me costó una barbaridad escribirla [=‘la carta’] (Cano Gaviria, Abismo). Presentan también la forma de grupo nominal acto seguido, cada poco, codo con codo. Sobre las locuciones cuantificativas que se usan en las construcciones pseudopartitivas, véase el § 12.6.

30.17g Las numerosas locuciones adverbiales cuantificativas mencionadas presentan una distribución geográfica irregular. Varias de ellas se corresponden con las unidades de medida mencionadas en el § 19.2p. Algunas de estas locuciones están restringidas a verbos cuyos complementos pueden ser cuantitativos, como en una eternidad (con durar, esperar, demorarse, vivir, etc.), un potosí, una fortuna, un perú. Se usa más un platal en el español americano que en el europeo, al contrario que un dineral. Estas locuciones adverbiales se emplean sobre todo con los verbos ganar, gastar, pagar, costar, valer y otros que admiten argumentos cuantitativos (§ 34.2m y ss.).

30.17h A las locuciones adverbiales cuantificativas formadas a partir de grupos nominales se pueden agregar un ojo de la cara; Dios y ayuda (que admite la variante Dios y su ayuda, usada en el área andina); una bola (como Me costó una bola ‘Me costó muchísimo’, en el área caribeña), reducción de una bola de real; un puyero (gozar un puyero en Colombia y Venezuela). Otras, como una enormidad, un disparate, una barbaridad, etc., admiten un número mayor de predicados verbales. Muchas de las que están más restringidas sintácticamente se ajustan a la pauta «preposición + sustantivo», como la citada llover a cántaros: trabajar a destajo, reír a mandíbula batiente (a mandíbula llena en parte del área antillana), ganar dinero a paladas (a espuertas en España), loco de remate. Están casi enteramente restringidas al español europeo las que se subrayan en feo de narices, de todo punto imposible, pelín caro, entre otras.

30.17i Se construye sobre esquemas coordinados un gran número de locuciones adverbiales. Se coordinan dos sustantivos en las siguientes, entre otras muchas:

a bombo y platillo (con bombo y platillo en México; con bombo y platillos en los países andinos y en los del Río de la Plata); a cal y canto; a capa y espada; a golpe y porrazo (también de golpe y porrazo); a sangre y fuego; a tontas y a locas; a trancas y barrancas; con pelos y señales; contra viento y marea; con uñas y dientes; de hoz y coz; de {mi ~ tu ~ su…} puño y letra; de padre y muy señor mío; por pitos o flautas.

Se usa ciento y la madre en España, y también en Nicaragua, Honduras y otros países centroamericanos. Al duro y sin guante (‘sin contemplaciones’, basada en el béisbol) es locución propia de Cuba. Entre gallos y medianoche (‘a deshoras’, pero también ‘clandestinamente’) se documenta sobre todo en el español chileno, el andino y el rioplatense: A raíz de los sucesos de septiembre del año 73, me tocó asilarme en Berlín del Este. Fue, en realidad, una decisión de mi Partido, tomada entre gallos y medianoche (Edwards, Anfitrión). Entre las locuciones adverbiales formadas por la conjunción ni pueden señalarse sin ton ni son, sin trampa ni cartón y sin comerlo ni beberlo (‘sin haber tomado parte en ello’): Lo mismo ha ocurrido con ese pecado original que nadie pudo entender por qué lo habíamos heredado sin comerlo ni beberlo (Miret, Felices). Existe la variante sin comerla ni beberla, que se usa en el Perú. Se coordinan dos pronombres o dos adverbios en más o menos, más tarde o más temprano (también tarde o temprano), ni más ni menos, sin más ni más.

30.17j La mayor parte de las locuciones encabezadas por la conjunción como son adjetivales, por lo que se analizan en el § 13.18c. Pueden considerarse adverbiales en algunos de sus usos como Dios manda; como yuca para mi guayo (‘esmeradamente’, usada en Puerto Rico y otros países antillanos); como por un tubo (‘con suma facilidad, sin restricciones’, en algunos casos ‘con rapidez’), que admite la variante como por entre un tubo, propia del Caribe continental. Tiene un significado similar como Pedro por su casa. Otras locuciones adverbiales de estructura sintáctica análoga son como anillo al dedo; como oro en paño (o en barras); como bola sin manija; como la mona (‘desastrosamente, penosamente’), utilizada en el Río de la Plata y parte del área andina; como un clavo (‘puntualmente’), que se documenta en España; como arroz (‘en abundancia, por todas partes’), propia del Caribe continental y que admite la variante como arroz blanco, registrada en las Antillas; como burro sin mecate (‘sin más explicaciones’, pero también ‘sin freno, libremente, sin orden’), usada en México y parte de Centroamérica (el mecate es un tipo de soga). Se ejemplifican a continuación algunas de estas locuciones:

Amenazaban las dictaduras regadas como arroz por el continente llamado nuevo (González León, Viejo); Es solamente la conciencia de que todo va como la mona para el que no tiene guita (Cortázar, Rayuela); Con que se marcha usted; así nomás, como burro sin mecate […] (Santander, Ramona); Como por entre un tubo nuevos chorros de dinero ingresan a las arcas distritales (Tiempo [Col.] 3/2/1997); Estaré allí como un clavo (Salisachs, Gangrena).

Se emplea en muchos países como agua (‘rápidamente’): Me tengo que volver porque el dinero se escurre como agua (López Páez, Herlinda), que admite algunas variantes: como agua entre los dedos (en el Caribe continental), como agua en una clepsidra, como agua en día de lluvia (las dos últimas en el área rioplatense). Se utiliza en Cuba como loco a modo de locución adverbial en el sentido de ‘en gran número’ (Había gente como loco).

 

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