Sintaxis

25. El verbo (III). El modo

25.10 El modo en las subordinadas relativas (II). Interpretación de los grupos nominales que las contienen

25.10a Los grupos nominales se dividen tradicionalmente en definidos o indefinidos (§ 14.1a) en función del determinante que los encabece. Se ha debatido mucho la cuestión de cuál es exactamente el significado que la alternancia modal aporta a las oraciones de relativo contenidas en ellos. La alternancia modal que se muestra en el par citado en el § 25.2l, … un diccionario que me {sirve ~ sirva}, afecta indudablemente al significado. De hecho, se suele aceptar que el indicativo favorece la interpretación específica de este grupo nominal indefinido, mientras que el subjuntivo introduce la inespecífica. Solo la segunda es compatible con el cuantificador de indistinción cualquiera (como en … cualquiera que sea), que se analiza en los § 20.4a y ss. Como consecuencia de esa diferencia, la primera expresión alude a cierto diccionario conocido por el que habla, mientras que la segunda hace referencia a un hipotético diccionario que cumpla la condición que la subordinada de relativo introduce. No obstante, las oraciones genéricas obligan a matizar esta correlación entre modo e (in)especificidad, como se verá en los § 25.10k-t.

25.10b La oposición «específico–inespecífico» se aplica igualmente a los grupos nominales definidos, con las restricciones que se examinarán en el § 25.10d. El hecho de que resulten naturales oraciones como Veré la película que estén dando a esa hora en la televisión, sea la que sea muestra que los conceptos de definitud e inespecificidad no tienen por qué ser antitéticos, en el sentido de que es posible referirse a una entidad particular que resulte desconocida para el hablante o el oyente si se puede caracterizar con algún rasgo que la diferencie de otras, por impreciso que este sea. La interpretación inespecífica del grupo nominal, marcada por el subjuntivo, solo se obtiene en determinados contextos que caracterizan ciertos inductores, como se verá en los § 25.11c-w. Sobre los conceptos de ‘especificidad’ e ‘inespecificidad’, véanse especialmente los § 15.9 y 15.10.

25.10c La sintaxis posee otros recursos, además del modo, para marcar las relaciones de especificidad o inespecificidad, como se estudia en los § 15.9 y 15.10. Es esperable, por consiguiente, que no se produzcan discordancias entre ellos cuando concurren en alguna construcción. El artículo indefinido admite la interpretación inespecífica y la específica. No obstante, en el § 13.14k se explica que muchos adjetivos antepuestos favorecen marcadamente esta última en los grupos nominales indefinidos (un conocido libro significa ‘uno concreto, determinado’), mientras que la posición posnominal (un libro conocido) admite, además de esta lectura, la interpretación inespecífica, en la que un equivale a algún y cae bajo el ámbito de la negación o de otro operador. La expresión un libro conocido podría corresponder, por tanto, en este segundo sentido, a ‘alguno, el que sea, el que fuere’: Has de citar en tu trabajo un libro conocido. Es enteramente natural, por tanto, que el modo subjuntivo sea incompatible con la posición antepuesta del adjetivo en pares como Has de citar en tu trabajo un conocido libro en el que se {habla ~ *hable} de esas cuestiones, ya que con el adjetivo se fuerza la lectura específica de ese grupo nominal, mientras que con el subjuntivo se elige a la vez la inespecífica en un contexto prospectivo. El grupo nominal un libro conocido, en cambio, es compatible con los dos modos, ya que la posición posnominal del adjetivo es asimismo compatible con las dos interpretaciones que se mencionan. Más adelante se consideran algunos casos en los que parecen producirse discordancias entre marcadores de especificidad e inespecificidad.

25.10d Se ha hecho notar repetidamente en las descripciones de los modos verbales que las relativas en indicativo contenidas en grupos nominales definidos se interpretan como indicios de que el hablante posee cierta familiaridad con la persona o cosa designada. Aunque esa observación sea correcta en términos generales, debe recordarse que el tener conocimiento de algo o de alguien no es condición necesaria para que estos grupos nominales se puedan formar. Así, si bien la oración He de buscar a la persona que tiene las llaves contiene un grupo nominal definido, podría ser usada con naturalidad por alguien que desconociera a la persona de la que se habla y asumiera meramente su existencia. La noción misma de ‘existencia’ debe ser, a su vez, matizada, ya que —como han señalado no pocos autores en la tradición filosófica y también en la gramatical— los grupos nominales formados con relativas en indicativo pueden referirse a personas o cosas inexistentes, lo que se pone de manifiesto en oraciones como Ahora resulta que la empresa en la que trabajaba no ha existido nunca, o en La hipotética máquina que traduce correctamente de una lengua a otra sin ayuda del hombre sigue siendo hoy un mero proyecto. A la inversa, los grupos nominales indefinidos construidos con relativas en subjuntivo pueden designar personas o cosas reales o existentes, como en la oración Este año solo he leído una novela que tuviera verdadero valor literario.

25.10e En los estudios de semántica formal es habitual presentar la existencia de las entidades que denotan los grupos nominales subordinándolas a algún predicado que introduce mundos posibles, en el sentido de escenarios supuestos o de situaciones virtuales. Se considera, desde este punto de vista, que la entidad designada por la expresión nominal que se subraya en Se imagina que está en un palacio lujosísimo en el que vive a cuerpo de rey existe en el mundo de la imaginación de la persona de la que se habla. En general, la existencia de la persona o la cosa designada suele ser consecuencia del tipo de mención que corresponda al grupo nominal. La referencia específica de un grupo nominal definido está asociada, pues, con la capacidad del hablante para identificarla. No lo está necesariamente, como se ha visto, con el hecho de que este exista, ya que esa información, sin duda pertinente, es deducible de la que aporta el predicado con el que se construye. La relación entre el concepto de ‘especificidad’ y los de ‘existencia del referente’ o ‘conocimiento de la persona o cosa designada’ es, en este sentido, solamente indirecta.

25.10f Se ha debatido mucho si existen o no otras oposiciones semánticas sensibles a la alternancia modal en los grupos nominales. Entienden algunos autores que lo que diferencia los grupos nominales el que ha escrito el editorial del periódico de hoy y el que haya escrito el editorial del periódico de hoy radica en el carácter referencial de la primera expresión, frente a la naturaleza atributiva de la segunda. Desde este punto de vista, con la primera se hace referencia a determinada persona supuestamente conocida por el que habla o, al menos, identificable por él, mientras que con la segunda se atribuye la información que la relativa aporta a cierto individuo que se desconoce. La interpretación atributiva viene a ser un caso particular de la inespecífica, que parece tener mayor relevancia gramatical. Si se considera inespecífico el grupo nominal la película que estén dando a esa hora en la televisión, mencionado en el § 25.10b, lo será en un sentido similar al que posee el que haya escrito el editorial del periódico de hoy, ya que en ambos casos se introduce una forma de mención mediante la que se describe, sin identificarla, una entidad particular a partir de sus propiedades. Cabe observar que el uso que se ha hecho de la oposición «referencial–atributivo» ha sido mayor en los estudios de filosofía del lenguaje que en los estrictamente gramaticales.

25.10g La interpretación atributiva descrita en el apartado anterior depende de la estructura interna del grupo nominal y también de su relación con el predicado principal. Se reconoce, de hecho, en muchos casos cierta conexión causal entre la información que expresa la relativa en subjuntivo en los grupos nominales de interpretación atributiva y la que expresa el predicado principal. Así, el que dice El que haya escrito el editorial del periódico de hoy es un irresponsable está estableciendo una relación de «causa–efecto» entre la autoría del editorial y cierto comportamiento irresponsable de la persona a la que se alude. El indicativo no se excluye en estos contextos, pero no suele alternar con el subjuntivo cuando la conexión causal de la que se habla no se puede establecer. No hubiera sido de extrañar, por ejemplo, que en el año 2006 alguien hubiera dicho El escritor que ha ganado el último Premio Nobel de Literatura es turco. El uso del subjuntivo haya en esta última oración presentaría extrañamente la oración principal como una inferencia o una deducción del hablante.

25.10h Entienden algunos autores que el subjuntivo que muestran los grupos nominales atributivos esconde un operador de necesidad parafraseable por expresiones adverbiales como forzosamente, necesariamente, por fuerza, sin duda u otras similares, o bien por auxiliares modales que expresen ese mismo significado (tener que, haber de), como si en … es un irresponsable se dijera ‘… es por fuerza un irresponsable’. Este elemento modal, expreso o tácito, parece tener, en efecto, un papel determinante como inductor del modo en los contextos señalados, ya que el subjuntivo puede aparecer en ellos sin la presencia de otro elemento que lo desencadene. Cabría decir, en ese mismo sentido, que la locución adverbial subrayada con trazo discontinuo en El que haya escrito esta novela de aventuras en África vivió sin duda mucho tiempo en ese continente podría quedar tácita sin dejar de ejercer ese papel desencadenante sobre la forma en subjuntivo que se subraya. En el ejemplo que sigue aparece el futuro, que es en sí mismo un inductor del subjuntivo, pero se observa la presencia del adverbio forzosamente, que expresa la conexión causal necesaria a la que se ha hecho referencia: Un cerro que tenga unos cinco metros de altura forzosamente hab de excavarse en foso (Pérez Casas, Gitanos).

25.10i También se ha observado en los estudios sobre los modos que surgen ciertos problemas al aplicar la oposición «interpretación referencial–interpretación atributiva» a las alternancias modales. Si bien la presencia del subjuntivo parece favorecer, en efecto, la interpretación atributiva, no es menos cierto que esta última es asimismo compatible con el indicativo. De hecho, apostillas como … sea quien fuere, … aunque no lo conozco, … si bien no sé quién u otras similares son plenamente compatibles con los grupos nominales definidos que contienen relativas en indicativo. No hay, pues, contradicción alguna en la secuencia El que ha escrito el editorial del periódico de hoy es un irresponsable, aunque no tengo idea de quién pueda ser. A eso se agrega que la relación causal de la que se ha hablado en los dos apartados anteriores se establece igualmente cuando la subordinada está en indicativo, de lo que cabe concluir que el subjuntivo favorece la interpretación atributiva de los grupos nominales, mientras que el indicativo es compatible con ella y también con la lectura referencial.

25.10j La distinción entre la interpretación atributiva y la referencial de los grupos nominales se aplicó originariamente a los formados en oraciones copulativas más simples, como en El asesino es zurdo. El sujeto describe aquí a cierto individuo cuya identidad puede desconocerse, pero del que se conoce una particularidad (interpretación atributiva), o bien hace referencia a determinada persona que el hablante y el oyente pueden identificar (interpretación referencial). En el apartado precedente se aplicó la distinción a los grupos nominales formados con relativas sin antecedente expreso, llamadas también relativas libres44.1e y ss.). No obstante, cuando la distinción se aplica a los grupos construidos por sustantivos y oraciones de relativo, se torna escurridiza. Así, la oposición el vigilante que {tiene ~ tenga} las llaves de la oficina permite caracterizar a cierto individuo, sea conocido o no del que habla, en función de las propiedades que posee (tiene) o puede poseer (tenga). El hecho de atribuir a esa persona la condición de ser un vigilante y de poseer ciertas llaves no parece estar en función del modo verbal que la relativa muestre. Por tanto, no es directa la relación entre el par indicativo–subjuntivo en los grupos nominales y la oposición «interpretación referencial–interpretación atributiva». Estas construcciones muestran igualmente que la ‘(in)especificidad’ es una propiedad de los grupos nominales que no ha de estar circunscrita al conocimiento de las entidades que designan o a la experiencia que se pueda tener en relación con ellas.

25.10k En los estudios gramaticales sobre el modo verbal se ha observado que existe una conexión estrecha entre las nociones de modo y de genericidad. Los grupos nominales genéricos (§ 15.8) denotan clases de individuos. Así, el sujeto de la oración Los políticos se rodean de asesores hace referencia a la clase que constituyen esos individuos, mientras que la misma expresión en Los políticos celebraron varias reuniones denota un conjunto particular de ellos identificable a través del discurso previo. Los grupos nominales de interpretación genérica admiten el indicativo, como en Los políticos que están en campaña se rodean de innumerables asesores. El uso del subjuntivo en estos contextos caracteriza las personas o las cosas designadas con propiedades o condiciones virtuales, lo que permite diferenciar las dos opciones de pares como los que {están ~ estén} interesados o las moléculas que {contienen ~ contengan} oxígeno. Los inductores del subjuntivo coinciden en estos casos con los que se enumeran en el § 25.11, pero se ha destacado que la aparición de este modo está muy a menudo condicionada por predicados que expresan alguna propiedad o alguna situación habitual, como se observa en los ejemplos siguientes:

El correo regalaba juguetes a los chicos que fueran a buscarlos (Soriano, Cuentos); Enrique admiraba a los hombres que tuvieran eso que él llamaba “una buena cabeza” (Luca Tena, Edad); Las mujeres que no se contenten con las esponjas e irrigaciones pueden solicitar este adminículo (Giménez-Arnau, Islas).

25.10l La interpretación inespecífica de los grupos nominales que da lugar a la aparición del subjuntivo se extiende a los contextos en que se expresan situaciones habituales. Esta interpretación puede estar legitimada por un operador genérico expreso (habitualmente, por lo general, siempre, etc.), pero es más común que lo esté por uno tácito que se asocie con un tiempo verbal imperfectivo, como en Van [presente de indicativo] a un lugar en el que toquen [presente de subjuntivo] música de jazz. Repárese en que van admite aquí las paráfrasis ‘suelen ir’, ‘van generalmente’ u otras similares. Como en los casos examinados en el apartado anterior, la relativa en subjuntivo convierte en inespecífica la mención del grupo nominal (por tanto, ‘un lugar cualquiera que cumpla esa condición’), mientras que el indicativo convierte esa mención en específica. Interesa resaltar en estos contextos que la interpretación habitual del predicado es compatible con el significado que aporta el subjuntivo en la relativa. Se pone de manifiesto esta diferencia en contrastes como {Iban [imperfectivo] ~ *Fueron [perfectivo]} todas las semanas a un lugar en el que tocaran música de jazz.

25.10m Los demostrativos que se interpretan deícticamente17.1a y ss.) rechazan las relativas en subjuntivo, como en esos problemas con los que nos {enfrentamos ~ *enfrentemos}. El demostrativo aquel y sus variantes de género y número las admiten cuando poseen un uso no deíctico, en el que pueden ser sustituidos por el artículo determinado en contextos genéricos, como en {aquel ~ el} que esté dispuesto a ir o en estos ejemplos:

Las autoridades endurecieron las penas para aquellas personas que escribieran o pronunciaran la palabra (Millás, Articuentos); Un árbol débil se podará más fuerte que aquel que tenga óptimas condiciones de crecimiento (Almaguer, Fruticultura); Serán para nosotros glorias legítimas aquellas que hayan sido adquiridas por la senda del honor (Echeverría, E., Dogma).

Son estos mismos los casos en los que aquel y todo aquel alternan en la sintaxis:

Todo aquel que tenga cierta experiencia escénica capta la receptividad del público a poco de iniciarse el espectáculo (Ossona, Educación); El color pampa es todo aquel color que sea vario, o que esté o sea formado por dos o más pintas (Cortázar, Rayuela); Todo aquel que haya practicado la escritura automática —hasta donde es posible esta tentativa— conoce las extrañas y deslumbrantes asociaciones del lenguaje dejado a su propia espontaneidad (Paz, Arco).

25.10n La presencia del cuantificador todo en estas expresiones, como una de las opciones alternantes, pone de manifiesto que se hace referencia en ellas al conjunto integral de los elementos que componen la clase de seres de los que se habla, característica que singulariza a las construcciones genéricas. Si bien existen diferencias de énfasis (así como estilísticas) entre expresiones como el que lo desee, quien lo desee, aquel que lo desee, todo el que lo desee o todo aquel que lo desee, todas ellas expresan significados próximos. Los contextos en los que aparecen contienen de forma característica predicados que expresan propiedades o situaciones habituales, como se vio en los § 25.10k, l (Todo el que trabaje en esta empresa sabe bien que debe esforzarse), pero también verbos modales o tiempos prospectivos, como en estos ejemplos (al igual que en los demás casos, se marcan los inductores del subjuntivo con subrayado discontinuo):

El que haya leído a Erasmo no encontrará novedad en lo que Valdés dice (Menéndez Pelayo, Heterodoxos); Esto significa que aquel que tenga un caso en la Suprema Corte puede esperar la sentencia para después de su muerte (Dedom 4/12/1996); El que haya de verse en el trance de juzgar un adulterio tiene que haber sido adúltero, por lo menos, veintiocho veces (Jardiel, Exceso); Quien haya visto esta película no la olvidará nunca (ABC Cultural 11/10/1996).

Es posible agregar otros inductores de significación prospectiva, como los que se examinarán en los § 25.11c-l.

25.10ñ A las paráfrasis con cuantificadores universales (el que ~ todo el que) que se mencionan en los apartados precedentes, cabe añadir las que permiten los cuantificadores llamados de indistinción o de elección libre, como cualquiera. Estos cuantificadores, que se estudian en el § 20.4, proporcionan paráfrasis apropiadas para la mayor parte de los grupos nominales con subordinada en subjuntivo que se analizan en los apartados anteriores. Así, todo aquel puede ser sustituido por cualquiera en el ejemplo de Ossona que se citó en el § 25.10m: {Todo aquel ~ Cualquiera} que tenga cierta experiencia escénica capta la receptividad del público a poco de iniciarse el espectáculo. En los § 20.4l, m se explica que el significado del indefinido cualquiera está próximo a los cuantificadores universales en ciertos contextos, pero a los existenciales en otros. En ambos casos está inducido por contextos modales, entre los que están los elementos de significación prospectiva que se han mencionado, además de los inductores de genericidad. Como se observó en el § 25.10l, están entre estos últimos los tiempos imperfectivos que permiten presentar ciertos significados como propiedades caracterizadoras o estados de cosas habituales: Cualquiera me {parecía ~ *pareció} bien23.4d).

25.10o Como se ha recordado, es tradicional en los análisis semánticos obtener la interpretación genérica de los grupos nominales indefinidos a partir de un operador que proporcione la fuerza cuantificativa universal que se requiere, a menudo una expresión adverbial implícita (siempre, generalmente, por lo general, etc.) en correspondencia con un tiempo verbal imperfectivo, como en Un sevillano entiende de toros15.8b). Este tipo de análisis permite interpretar un sevillano en el sentido de ‘cualquier sevillano’ o en el de ‘todo sevillano’. Cuando la expresión indefinida está modificada en estos contextos genéricos por una subordinada de relativo, se espera el subjuntivo: Un político que no crea en el diálogo no es tal (Hoy [Chile] 25/1/1984). Se suele reconocer que estas consideraciones explican razonablemente el uso del subjuntivo en las relativas, pero no justifican, en cambio, el hecho de que el indicativo se admita a menudo en los mismos contextos. Se presenta de manera resumida este problema en los apartados siguientes.

25.10p El que el indicativo sea una de las opciones en pares como Un sevillano que {ha ~ haya} pasado toda su vida en Andalucía entiende de toros exige alguna explicación. El grupo nominal que encabeza un no habla de cierta persona en particular, pero el indicativo ha parece sugerir lo contrario, ya que en los § 25.1i y 25.10a se señaló que este modo elige la interpretación específica de los grupos nominales indefinidos. En consecuencia, si los grupos cuantificativos que encabeza cualquiera son indefinidos, y además inespecíficos, se esperaría que se construyeran siempre con subjuntivo, como en La conozco yo y la conoce cualquiera que haya estado en una guerra (Cercas, Velocidad). Esta es, en efecto, la estructura más frecuente en los textos, pero la variante con indicativo se documenta igualmente en las oraciones genéricas:

Cualquiera que tiene costumbre, por poca que sea, de ejercicios musculares algo enérgicos (v. gr., caminatas) sabe por experiencia que […] (Giner Ríos, Escritos); Vivir protegido es vivir encarcelado, una pesadilla para cualquiera que ama tanto sentirse libre como yo (Vargas Llosa, Pez); Es fácil predicar de cualquiera que es superfluo en el mundo (Jaramillo Agudelo, Cartas).

Frente a este uso de cualquiera con indicativo, es ampliamente mayoritario el subjuntivo con quienquiera, como en Eran diáfanas sobre el destino de quienquiera que tuviera algo que ver con él (García Márquez, Otoño), y solo en ocasiones se documenta el indicativo: Quienquiera que abría la puerta lo hacía con lentitud (Agustín, Ciudades). El subjuntivo también es la única opción con el plural cualesquiera, así como en las construcciones relativas duplicadas de indistinción, como en sea quien sea, venga cuando venga, viva donde viva y otras muchas similares que se analizan en los § 47.16c y ss.

25.10q El problema que se describe en el apartado precedente es característico de las oraciones genéricas. En consecuencia, el uso del indicativo que se ha señalado con el cuantificador cualquiera se suele rechazar en otras construcciones. No se suele admitir, por ejemplo, la alternancia modal en Pasen la información a cualquiera que se la {*pide ~ pida} ni en Puedes comprobarlo llamando a cualquier persona que se te {*ocurre ~ ocurra}, donde el indicativo impide la interpretación inespecífica necesaria para dar sentido a la construcción. De igual forma, los indefinidos negativos que encabezan grupos nominales formados con relativas eligen el subjuntivo, como en No había nadie que me {*atendía ~ atendiera} y en otras oraciones similares que se mostrarán en el § 25.11n. Casi todas las excepciones que se documentan corresponden a contextos genéricos:

Ningún boliviano que ha dejado a sus seres queridos atrás incurre en la indignidad de olvidarse de ellos (Tiempos 18/9/2000); Lecuona no da importancia a nada que hace (León, C., Maestro); Nadie que emprende un trabajo, a despecho de tales reflexiones, puede dejar de pensar que lo que él va a decir no está dicho todavía (Martín Gaite, Usos).

25.10r Aunque sea con frecuencia relativamente baja, es posible, como se ve, el indicativo en las oraciones de relativo contenidas en los grupos nominales, definidos o indefinidos, que aparecen en las oraciones genéricas. Los definidos pueden estar construidos con artículos determinados o con el demostrativo aquel o sus variantes morfológicas; los indefinidos pueden estar formados con artículos, cuantificadores existenciales de indistinción y con cuantificadores negativos. La posibilidad de obtener lecturas genéricas con el modo indicativo está también condicionada geográficamente. La concurrencia de cuantificadores negativos y del modo indicativo característica de algunas áreas hispanohablantes se rechaza en otras. Así, no disuenan en el español peruano secuencias como No conozco ningún libro que trata de ese asunto. Esta pauta se registra también de manera ocasional en las áreas mexicana y centroamericana. Corresponden a ella los ejemplos siguientes:

No veo a ningún periodista que publicó esas declaraciones inventadas (Expreso [Perú] 2/7/1997); No oíamos ningún grito de animales de la población, no oíamos ningún perro que ladra (Burgos, E., Rigoberta); No hay ningún órgano que puede frenar al Presidente y tampoco es posible enjuiciarlo cuando termina su mandato (Matute Vidal / Matute Ruiz, Perfil).

25.10s Es razonable pensar que la aparente contradicción gramatical que suscitan los datos presentados en los apartados precedentes está vinculada a las propiedades particulares de los contextos genéricos. Si en el ejemplo de Paulina Ossona que se citó en el § 25.10m se usara el indicativo en la subordinada relativa, se obtendría la oración Todo aquel que tiene cierta experiencia escénica capta la receptividad del público a poco de iniciarse el espectáculo, que no resulta anómala ni contradictoria. La especificidad que el indicativo marca no implica que se haga referencia a un individuo particular, sino a una clase particular de individuos. Este tipo de mención se mantiene con el subjuntivo (Todo aquel que tenga cierta experiencia escénica capta…), pero este deja en suspenso la existencia de la clase en cuestión —información que el hablante no desea resaltar— y proporciona un significado próximo a ‘Todo hipotético individuo con cierta experiencia…’. En muchos de estos casos se obtienen paráfrasis adecuadas con el verbo auxiliar poder25.5r), como en Criticábamos sin cortapisas lo que {no nos gustara ~ pudiera no gustarnos}.

25.10t No se ha dado en los estudios gramaticales una respuesta clara a la cuestión de por qué no hay contradicción en las oraciones en las que el indefinido (cualquiera, nadie) introduce el modo indicativo (… que sabe…; … que tiene…). Cabe pensar que, en estos casos, el restrictor del cuantificador (§ 19.1c) denota un conjunto específico de individuos, de modo que la relación que se establece entre ambos elementos es equivalente a la que se da en una construcción partitiva: Cualquiera de los que tienen experiencia… La variante en subjuntivo, en cambio, no parece suponer la existencia de ningún conjunto. Desde este punto de vista, no existe contradicción en que se extraiga de forma aleatoria algún elemento de un conjunto particular de individuos, ya que la interpretación que corresponde al grupo nominal —aproximadamente, ‘alguien en particular con la propiedad x extraído de manera arbitraria del conjunto y’— no es en rigor específica. Cabe observar, en el mismo sentido, que no son tampoco contradictorios grupos nominales como una persona concreta que viva hoy día en Buenos Aires, a pesar de que podría parecer que las palabras que se subrayan aportan informaciones opuestas.

 

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