Sintaxis

23. El verbo (I). Tiempo y aspecto. El aspecto léxico. Los tiempos del modo indicativo

23.10 El pretérito imperfecto (cantaba) (I). Información deíctica e información aspectual

23.10a Los rasgos fundamentales que caracterizan al pretérito imperfecto (cantaba) en la mayor parte de los análisis son dos. Ambos han sido señalados repetidamente en los numerosos estudios que se han dedicado a este tiempo verbal, aunque su relevancia y su relación mutua han sido valoradas de forma muy distinta en esos trabajos. El primer rasgo es el hecho de que el pretérito imperfecto es un tiempo que presenta las situaciones en su curso, es decir, enfocando su desarrollo interno sin aludir a su comienzo ni a su final. Así, la oración El mayordomo bajaba las escaleras se diferencia de la variante con pretérito perfecto simple El mayordomo bajó las escaleras en que no implica que el mayordomo terminara su descenso. El proceso descrito se presenta en su desarrollo, de forma que se oculta al oyente cualquier información relativa a sus límites. Este rasgo se asocia con la naturaleza aspectual (en particular, imperfectiva, de este tiempo verbal). El segundo rasgo es de naturaleza deíctica, referencial o anafórica, y afecta al hecho de que el uso del pretérito imperfecto requiere que se vincule su denotación temporal con otra situación pasada. Dicha situación puede expresarse con otro pretérito (como en Cuando sonó el teléfono, el mayordomo bajaba las escaleras), o bien mediante un adjunto temporal (En ese preciso momento, el mayordomo bajaba las escaleras). El término copretérito de Bello, introducido en el § 23.1p, recoge con exactitud esa interpretación.

23.10b No existe acuerdo entre los autores en torno al papel gramatical que corresponde a los dos rasgos mencionados. Aunque la tarea de agrupar los diversos análisis que se han presentado de tan debatida cuestión conlleva el riesgo de simplificarlos en alguna medida, pueden reconocerse al menos tres posturas:

A. El pretérito imperfecto posee un rasgo temporal (pasado) y otro aspectual (imperfectivo). Estos rasgos son suficientes, por lo que el concepto tradicional de ‘copretérito’ resulta innecesario.

B. El rasgo aspectual del pretérito imperfecto es innecesario si el temporal se interpreta como tiempo relativo o secundario, es decir, si se adopta el análisis tradicional del pretérito imperfecto como copretérito.

C. El análisis del pretérito imperfecto como tiempo relativo o secundario es
compatible con el aspecto imperfectivo que manifiesta este tiempo verbal. Ambos rasgos son pertinentes y necesarios.

Como se ve, desde las opciones B y C, el pretérito imperfecto denota una situación del pasado que, a diferencia de la que expresa canté, no se mide directamente desde el momento del habla. En los apartados siguientes, se analizará la aportación gramatical de los rasgos mencionados y se sugerirá —con la natural reserva que cabe esperar ante tan polémica cuestión— que la opción C es la más adecuada. Por otra parte, en los estudios sobre los tiempos verbales se ha observado que el análisis que hace Bello de la oración Cuando llegaste, llovía y de otras similares apunta a la opción C, más claramente que a la B.

23.10c Las dos características del pretérito imperfecto que se han destacado (es decir, su carácter de tiempo dependiente y su naturaleza imperfectiva) han de presentarse de manera más precisa, y requieren, además, alguna matización. Así, los conceptos de ‘situación en curso’ o ‘evento considerado en su desarrollo interno’, muy frecuentes en los análisis del pretérito imperfecto, no pueden ser tenidos en cuenta en todos los casos, puesto que, como se explicó en el § 23.3, las nociones denotadas por algunos predicados no están sujetas a un curso ni poseen desarrollo interno. En efecto, a diferencia de lo que parece suceder en El mayordomo bajaba las escaleras, la interpretación de los imperfectos subrayados en Luis era albañil; El cuadro costaba mil dólares o Para el niño, su mamá era la mejor de todas las mamás (Hidalgo, Azucena) no puede depender de alguna segmentación de la estructura interna de los estados o las propiedades allí mencionados en la que se aísle un componente central prescindiendo de su principio o su final. Por otra parte, cuando los predicados de consecución o logro se usan en pretérito imperfecto, no se les otorga la duración interna de la que carecen, sino que reciben otras interpretaciones, generalmente la llamada cíclica, habitual o iterativa23.12c), como en Todos los días se acostaba temprano, o la llamada narrativa23.12p): […] cuenta el miembro de la Corporación, que ayer recibía sorprendido la noticia del robo (País [Esp.] 11/9/1997), en la que se presenta un hecho acaecido de naturaleza puntual. Se analizarán estos valores del pretérito imperfecto en las páginas que siguen, pero es oportuno hacer aquí esta breve mención de ellos para ilustrar la idea de que la interpretación que recibe el pretérito imperfecto está en función de la clase de evento que corresponde al predicado con el que se construye.

23.10d El segundo de los factores mencionados en el § 23.10a es asimismo polémico. Se ha señalado en los estudios sobre el pretérito imperfecto que la interpretación de este tiempo como relativo (§ 23.10b) permite predecir la naturaleza anafórica, en el sentido de ‘dependiente referencialmente de otro pretérito’, que muchos gramáticos le conceden. Esta propiedad se pone de manifiesto en gran número de contextos. No obstante, se ha observado también que los análisis que dan más importancia a este último rasgo que al anterior (hasta el punto de negar en ocasiones su existencia) dejan a menudo en el aire el problema de determinar cómo se obtiene exactamente la referencia pasada con la que el pretérito imperfecto ha de vincularse. En efecto, el análisis del pretérito imperfecto como copretérito permite interpretar sin dificultad el siguiente texto de Cortázar: Volvió a verlo al caer la tarde, Carlitos jugaba con su tren eléctrico y Flora canturreaba bagualas en la planta baja (Cortázar, Glenda). El pretérito necesario para anclar los pretéritos imperfectos jugaba y canturreaba es el que expresa el predicado volvió a verlo en la oración inmediatamente anterior. De ello se deduce la interpretación correcta, según la cual el tiempo de jugar Carlitos y de canturrear Flora coincide (o bien posee algún segmento en común) con aquel en el que alguien no especificado vuelve a ver a una persona o una cosa. La vinculación temporal del pretérito imperfecto no es tan simple en otros casos, como se explicará en los apartados que siguen.

23.10e El pretérito imperfecto puede estar anclado por un adjunto temporal que designe un punto o una situación ya pasada, es decir, por una expresión no verbal, como en el ejemplo En ese preciso momento, el mayordomo bajaba las escaleras. Se ha observado, no obstante, que los pretéritos imperfectos pueden usarse en el comienzo absoluto de un texto sin que se sobrentienda fácilmente algún modificador adjunto. Esta situación es habitual con los predicados que denotan propiedades caracterizadoras (§ 37.5b). Resultaría natural, en efecto, dar comienzo a un ensayo con las palabras Los mayas poseían conocimientos muy amplios de matemáticas. Como poseían es el primer tiempo verbal de ese texto, no puede estar anclado en uno mencionado previamente. Tampoco es evidente cuál es el adjunto temporal tácito (¿tal vez en la antigüedad, en aquel entonces?) que habría de suplirse para mantener el carácter dependiente de este tiempo verbal. Dicho adjunto vincularía, por otra parte, el predicado en pretérito imperfecto con un punto temporal o con un período, pero esta opción puede ser inadecuada si el verbo hace referencia a alguna propiedad permanente de uno o varios individuos. En efecto, sería apropiado vincular el pretérito imperfecto tenía con la expresión subrayada en el texto siguiente: Cuando llegamos al juzgado tenía los ojos vidriosos y me había dado hipo (Alatriste, Vivir), pero, si un texto comenzara con las palabras Clara tenía los ojos verdes, sería inadecuado suponer un adjunto temporal tácito —con pretérito o sin él— que sirviera de antecedente al pretérito imperfecto tenía, salvo en el contexto improbable de que los ojos de Clara no fueran verdes desde su nacimiento. Como se ve, tener los ojos vidriosos es una propiedad episódica, mientras que tener los ojos verdes constituye una propiedad inherente o caracterizadora (§ 13.4k y ss. y 37.7d), por tanto no vinculada a un punto temporal.

23.10f Se ha observado en numerosos estudios que la localización del posible antecedente temporal del pretérito imperfecto es especialmente polémica cuando se denotan, como en Clara tenía los ojos verdes, propiedades inherentes o caracterizadoras de algún individuo. Un riesgo de aplicar la interpretación de copretérito a todos los usos del pretérito imperfecto es el hecho de que, en secuencias como A Luisa le presentaron dos muchachos; uno de ellos era rubio, y el otro, moreno, se obtendrían inferencias erróneas (pero inducidas o forzadas por ese rasgo), tales como ‘uno de ellos era rubio cuando se lo presentaron’. También se ha observado que, si el pretérito imperfecto ha de estar anclado en un pretérito precedente, de forma que las dos situaciones coincidan o se traslapen temporalmente, resultaría natural elegir quedaba en lugar de quedó en Visitó a sus abuelos en febrero y se quedó unos días en su casa, pero no es esa la opción preferida.

23.10g En otros estudios sobre el pretérito imperfecto se ha señalado que la simultaneidad de situaciones pretéritas inducida por este tiempo verbal (como en la oración En sus años de estudiante, Arturo vivía muy despreocupadamente) podría llevar a la conclusión equivocada de que el pretérito perfecto simple (vivió, en este caso) no vincula la situación pasada que el verbo denota con el complemento preposicional de interpretación retrospectiva (en sus años de estudiante, en este ejemplo). Pero si ello es así —continúa el argumento—, la interpretación del pretérito imperfecto como copretérito queda un tanto desvirtuada en los contextos que se mencionan. Cabe pensar, sin embargo, que la diferencia que se percibe entre las dos opciones de En sus años de estudiante, Arturo {vivía ~ vivió} muy despreocupadamente consiste en que en la primera se habla de cierta despreocupación que se presenta como vigente para cualquier momento que se considere dentro del marco expresado por el adjunto temporal. Por el contrario, la segunda oración es admisible incluso si la actitud despreocupada estuvo vigente solo durante algún subintervalo de dicho período. Así pues, el pretérito imperfecto expresa coincidencia con toda la extensión temporal que denota el adjunto, a diferencia del pretérito perfecto simple. Se ha observado también que el período al que se refiere el complemento temporal puede ser sobrepasado en el caso del pretérito imperfecto. Es decir, el intervalo que corresponde a la situación de estar Maite en París en Ayer, Maite estaba en París puede sobrepasar los límites del día de ayer, a diferencia de lo que sucede en Ayer, Maite estuvo en París.

23.10h La proximidad sintáctica de un pretérito no garantiza que el pretérito imperfecto tome a aquel como punto de anclaje. No es evidente, por ejemplo, que el pretérito imperfecto que aparece en Mencionaron que a Luisa le gustaban los camarones quede anclado referencialmente por el pretérito mencionaron, puesto que esta oración no dice que la situación de gustarle a Luisa los camarones se dé cuando ciertas personas realizan determinado comentario. Sí se entiende, en cambio, que en el momento en que se produce la mención, el contenido de la subordinada es cierto, lo que es compatible con que también lo sea en un intervalo anterior. Así pues, importa resaltar aquí que el tiempo en el que se ancla el pretérito imperfecto no es aquel en el que se hace cierta mención, si bien este último puede estar contenido en un lapso temporal que se solapa parcialmente con aquel. La mayor o menor dificultad de tomar un pretérito próximo, o la expresión temporal que lo contiene, como punto de anclaje del pretérito imperfecto se extiende a otras construcciones. Es lógico pensar que el pretérito imperfecto daba queda anclado por la expresión subrayada con trazo discontinuo en Cuando Luisa entró en casa, el reloj daba las diez. Pero en lugar de entró podría haberse usado entraba en esta oración, es decir, otro pretérito imperfecto, que debería depender a su vez de un tiempo pasado o de una expresión equivalente introducida previamente en el discurso, o bien quedar sobrentendida en él.

23.10i Las observaciones introducidas en los apartados anteriores no anulan el valor del pretérito imperfecto como tiempo relativo. Se han planteado, en efecto, diversas propuestas para evitar los resultados insatisfactorios a los que parecen dar lugar. Aun así, esas soluciones son valoradas de forma desigual por los gramáticos contemporáneos en función de que acepten o rechacen el análisis del pretérito imperfecto como copretérito. Se ha descrito el pretérito imperfecto como un presente que aparece formalmente como pasado por razones sintácticas, en concreto, cuando está bajo el influjo de un pretérito perfecto simple (canté). Así pues, era aparece en pretérito imperfecto por la influencia de presentaron en el ejemplo mencionado A Luisa le presentaron dos muchachos; uno de ellos era rubio, y el otro, moreno. Aun siendo morfológicamente un pretérito, se ha defendido que equivale a un presente. Desde este punto de vista, el pretérito imperfecto sería un presente en el pasado, lo que evitaría la inferencia inapropiada a la que se aludió en el § 23.10f (‘Uno de ellos era rubio cuando se lo presentaron’). Aunque se considera bien orientado, este análisis debe matizarse, ya que más que un presente en el pasado, el pretérito imperfecto parece denotar un presente coexistente con un pasado. De hecho, la oración propuesta seguiría siendo adecuada si alguno de los muchachos que se mencionan ya no vive en la actualidad. Ello sería coherente con esta última interpretación, no necesariamente con la anterior.

23.10j La relación entre el discurso directo y el indirecto permite evitar algunos de los resultados no deseados del análisis del copretérito en los contextos de subordinación. La particularidad del discurso directo radica en que los tiempos verbales del texto reproducido dejan de estar anclados en el tiempo del enunciado correspondiente al hablante y pasan a orientarse en relación con la situación en que fueron originalmente emitidos. Al discurso directo Mencionaron lo siguiente: “A Luisa le gustan los camarones”, corresponden dos posibles versiones en estilo indirecto. La primera es Mencionaron que a Luisa le gustan los camarones (lo que implica que la inclinación de Luisa hacia los camarones se da como vigente en el momento del enunciado); la segunda es Mencionaron que a Luisa le gustaban los camarones, que suspende tal implicación y limita la veracidad del contenido de la subordinada al tiempo en que se evalúa la mención. A su vez, esta última oración puede constituir la versión en estilo indirecto de otra oración: Mencionaron lo siguiente: “A Luisa le gustaban los camarones”. La traslación del discurso directo al indirecto (§ 43.9h y 43.10h) permite entender, análogamente, que en Preguntó cómo se llamaba usted, se lo dije, al hombre se le veía venir (García-Badell, Funeral) no se hable del antiguo nombre de cierta persona, sino de su nombre actual: Preguntó: “¿Cómo se llama usted?”. No se descarta que esa otra opción improbable —es decir, la situación en la que alguien se cambia de nombre— pueda ser también válida.

23.10k Como se comprueba, la posible doble interpretación que se observa en algunos pretéritos imperfectos subordinados se deduce del tiempo que aparece en el discurso directo. Así, en Alguien le contó que tú estabas en el aeropuerto (Santiago, Sueño), puede entenderse Alguien le contó lo siguiente: “Él está en el aeropuerto”, o bien Alguien le contó lo siguiente: “Él estaba en el aeropuerto”. Para interpretar el pretérito imperfecto en la segunda oración es preciso suponer una situación pasada sobrentendida, pero distinta de la que introduce el verbo contar. El punto de anclaje del pretérito imperfecto estaba queda, pues, implícito. Se reproducen a continuación algunos textos literarios que contienen pretéritos imperfectos subordinados. Todos podrían relacionarse de más de una forma con cierto discurso directo, pero el contexto y la situación permiten elegir una lectura entre las admitidas por la interpretación de doble acceso, sin que el resultado sea ambiguo:

Vicente casi confesó que estaba pensando dejar el Banco (Cabrera Infante, Habana); Gregorio declaró que se llamaba Gregorio (aunque algunos le llamaban Gregor), que vivía de pensión y que trabajaba de auxiliar en una oficina de seguros (Landero, Juegos); Ella misma le contó que el alquiler de la casa se lo pagaba Harry y que acababa de comprar un automóvil con el dinero que le pasaba Dick (Bryce Echenique, Magdalena).

23.10l Otros análisis se basan en la idea de que la interpretación del pretérito imperfecto como copretérito depende del sentido que se dé al prefijo co-. En efecto, si se entiende que este prefijo no expresa simultaneidad, sino más bien superposición, solapamiento o traslape, se evita la interpretación equivocada de oraciones como Comprobó que la seguían (es decir, ‘La seguían en el preciso momento de comprobar algo’, interpretación errónea), y se obtiene la interpretación correcta, según la cual la comprobación (situación puntual pretérita) comparte un lapso indeterminado con el seguimiento (situación durativa igualmente pretérita, que pudo continuar tras la comprobación). El texto de Cortázar trascrito en el § 23.10d recibiría un análisis similar. Se han planteado en los estudios de los tiempos verbales algunas extensiones de la noción de ‘copretérito’. Se exponen resumidamente en la sección siguiente.

Información adicional

En relación con este capítulo, la siguiente entrada del Glosario de términos gramaticales podría ser de su interés:
pretérito imperfecto de indicativo

 

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