Sintaxis

14. El artículo (I). Clases de artículos. Usos del artículo determinado

14.6 Otras características de los usos anafóricos. Usos endofóricos del artículo

14.6a El uso anafórico del artículo determinado se presentó en el § 14.5a. En su forma más simple, se introduce en esta pauta un grupo nominal indefinido, lo que constituye su primera mención. Las menciones subsiguientes se realizan a través de un grupo nominal definido, como en los textos siguientes:

Tras una mesa de oficina de las de antes de la guerra de Corea, un hombre levantaba la cabeza para acoger la llegada de la pareja. El hombre peinaba con eficacia el escaso pelo que le colgaba de los parietales (Vázquez Montalbán, Tatuaje); Del bolsillo superior de su cazadora Toussaints Morton sacó un transistor y desplegó su antena larguísima hasta rozar con ella el techo. Sonaron entre pitidos voces portuguesas, italianas, españolas, Toussaints Morton escuchaba y maldecía manejando el transistor con sus dedos de hércules (Muñoz Molina, Invierno); En la pared del fondo había una ventana. Detrás de la ventana había un patio. Detrás del patio había el desierto. En la cuarta pared había una puerta. La puerta era de rejas y tras las rejas había un pasillo. En el pasillo no había nadie (Bolaño, Detectives).

14.6b Se suelen llamar usos endofóricos del artículo determinado aquellos en los que es algún modificador o complemento interno al grupo nominal definido el que aporta la información necesaria para que este pueda usarse en su primera mención. Sucede así, por ejemplo, en muchas oraciones de relativo. Si decimos Y entonces Patricia le dio la carta, no podremos saber de qué carta se trata, a menos que la identifiquemos a partir del discurso previo (uso anafórico del artículo). Si decimos, en cambio, Y entonces Patricia le dio la carta que había estado escribiendo durante toda la mañana, no será imprescindible ese discurso previo, puesto que la oración de relativo contiene la información necesaria para realizar la identificación (uso endofórico del artículo).

14.6c En estos últimos casos se utilizan artículos determinados en su primera mención sin ancla previa. Esos grupos nominales tampoco designan entidades que representen ejemplares únicos de alguna clase de elementos pertenecientes a un dominio compartido (como sucedería en Y entonces Patricia le dio el periódico). La oración de relativo contenida en el ejemplo propuesto otorga, por consiguiente, al emisor la capacidad discursiva de presentar todo el grupo nominal definido como si fuera información conocida por el interlocutor. Sucede lo mismo en los ejemplos siguientes, en los que se subraya con trazo discontinuo el modificador del nombre que legitima la aparición del artículo definido marcado con trazo continuo:

He tenido que refugiarme detrás de un sillón, defendiéndome como podía, y todo porque se han enterado de que soy el proveedor del magnífico saxo con el cual Johnny acaba de grabar cuatro o cinco de sus mejores improvisaciones (Cortázar, Reunión); El laboratorio catalán para el que trabajaban los dos ingenieros estaba especializado en aparatos de esa clase (Gopegui, Real).

Los pronombres demostrativos permiten formas relativamente similares de mención, como se comprueba si se compara la oración Y entonces Blanca le ofreció aquel plato con la variante Y entonces Blanca le ofreció aquel plato que tanto le gustaba. Véanse sobre este punto los § 17.4k y ss. Existe una relación estrecha entre los usos anafóricos y endofóricos del artículo determinado, como se verá en esta misma sección.

14.6d En las construcciones anafóricas, es frecuente que el grupo nominal indefinido incorpore en su primera mención complementos especificativos que no se reproducen en las sucesivas remisiones de la expresión definida, ya que la denotación del primero ha quedado suficientemente fijada:

Es el único caso conocido de un partido de fútbol que desencadena una guerra. El partido dio motivo a un conjunto de malestares originados en la repartición de tierras (Récords); Tenían un pájaro que cantaba metido dentro de una jaula. Acaso el pájaro fuera feliz, ignorando que, si no existiera la jaula, podría volar (Palou, Carne).

14.6e Con el fin de evitar la repetición del sustantivo en la segunda mención o en las posteriores, así como por razones de estilo, es muy habitual recurrir, en los usos anafóricos del artículo, a sinónimos, cuasisinónimos o hiperónimos (recuérdese que el hiperónimo de rosa es flor). Así, en el primer ejemplo de esta serie se usa el sedante para referirse a una pócima de bromuro de potasio:

Antes de salir me dieron una pócima de bromuro de potasio. Llegué a La Voz de la Patria con dos horas de anticipación y el efecto del sedante me pasó de largo (García Márquez, Vivir); Hace poco, un naturalista observaba a una mantarraya en el fondo de una pecera, y, encontró algo sorprendente. La mantarraya usa sus aletas caudales (las que están cerca de la base de la cola) como si fueran patas. El animal pone una aleta adelante, y luego la otra, tal y como nosotros hacemos con nuestras piernas (Gánem, Caminitos); Al cabo de un rato se asomó un hombre tan quemado por el sol que parecía negro. […] El tipo nos miró (Bolaño, Detectives).

Se vuelve sobre esta cuestión en el § 15.4g. Los usos anafóricos con demostrativos se analizan en los § 17.3h y ss.

14.6f También se utilizan a veces hipónimos para establecer la relación de correferencia apropiada en el uso anafórico del artículo (recuérdese que un hipónimo de flor es rosa). Esta opción es mucho menos frecuente, ya que implica la adición de rasgos léxicos que no estaban presentes en la primera mención del grupo nominal. No obstante, la información adicional puede haber sido introducida en alguno de los enunciados que preceden al grupo nominal definido, lo que facilita que el oyente o el lector posean ya datos suficientes para interpretarlo cuando se llega a la segunda mención. En el siguiente texto se usa el grupo nominal definido el choque. Antes de que aparezca no se ha mencionado la palabra choque, sino que se ha descrito un accidente, es decir, un tipo de suceso de mayor extensión que el choque al que se hace referencia:

Todavía no eran las nueve cuando ingresó la primera víctima de un accidente de tráfico, un chaval de diecinueve años que había decidido saltarse un semáforo en rojo para cruzar la plaza de España mientras un todoterreno bajaba por la Gran Vía a unos ochenta kilómetros por hora. El choque había sido lateral, pero bastó para que el motorista se rompiera un brazo, dos costillas y la clavícula (Grandes, Aires).

Aun así, repárese en que entre la mención de accidente y la de choque se aporta un gran número de informaciones que permiten usar con garantía suficiente la expresión el choque. Debe tenerse en cuenta, por consiguiente, que —aunque el ancla de la expresión el choque sea el grupo nominal un accidente de tráfico— la referencia que se establece es más amplia porque abarca la información verbal necesaria para describir todo el suceso (un accidente de tráfico de un chaval que había decidido…).

14.6g El antecedente de un grupo nominal definido es otras veces un nombre propio introducido previamente en el discurso:

Esa negación de lo judío y de lo cristiano la llevó a sus últimas consecuencias un lector de Nietzsche: Hitler. Lo que en el filósofo fue nihilismo, en el político fue aniquilamiento (Duque, Suicidio); En Madrid el general Savary va a sustituir al gran duque de Berg, y queda al mando de gran parte de sus tropas. No se cierne sobre la capital ninguna amenaza (Vallejo-Nágera, Yo).

Como se comprueba, las expresiones definidas el filósofo y el político, que aparecen consecutivas en el texto de Duque, se interpretan de manera adecuada porque la primera se refiere a Nietzsche y la segunda, a Hitler. Este tipo de identificación combina la relación anafórica con la información enciclopédica, puesto que el oyente o el lector no podría interpretar adecuadamente los textos citados si no supiera que Nietzsche fue un filósofo, que Hitler fue un político y que Madrid es una capital. Para el concepto de antonomasia véase el § 12.8g.

14.6h Un grupo nominal definido puede remitir anafóricamente a un conjunto formado por coordinación en el que se expresen las distintas partes de que se compone. En el siguiente ejemplo, el grupo nominal la división aparece como definido en su primera mención porque en el discurso previo se ha hecho referencia a las partes que forman tal fuerza militar:

El Mando encomendó el curso de la operación a un coronel navarro que con tres regimientos de infantería y una batería de artillería de montaña trató de llevarla a cabo […]. Cuando la división alcanzó la collada […], el único hombre que conocía algo el terreno trató de poner una serie de objeciones al avance (Benet, Región).

En estos casos, la identificación del antecedente depende de la competencia léxica del interlocutor. En este ejemplo particular, está en función del conocimiento que tenga del significado de la palabra división. Tal conocimiento es enciclopédico, como en los casos analizados en el apartado precedente, en cuanto que el concepto que se define es relativamente técnico en el mundo de la milicia.

14.6i Las relaciones asociativas analizadas en los apartados precedentes se asimilan a las que caracterizan la anáfora asociativa (§ 14.5). Esos vínculos se extienden a la endófora. El proceso tiene lugar especialmente cuanto el complemento determinativo contenido en un grupo nominal definido se forma con el artículo indeterminado, como en la pared de una casa. Se establece así una relación «parte–todo» que justifica el uso del artículo determinado en el primer sustantivo. Nótese que es posible decir con naturalidad El coche chocó contra la pared de una casa, sin que ello lleve a suponer que la casa de la que se habla tiene una sola pared. Esto es posible porque la expresión la pared se vincula (o resulta anclada) al grupo nominal una casa, que aparece en el interior del grupo sintáctico encabezado por el artículo definido. Este uso del artículo no es genérico (por oposición a Siempre que se agarra el volante de un coche…). Tampoco es, en sentido estricto, anafórico, ya que se remite a un elemento contenido en el interior del grupo nominal. Se trata, por consiguiente, de un uso endofórico (§ 14.6b), en el sentido de que la información contenida en el grupo nominal es la que permite presentarlo como definido en su primera mención.

14.6j La relación anafórica puede establecerse entre un grupo nominal definido y el contenido proposicional correspondiente a una oración anterior. Los sustantivos abstractos que permiten este uso son a menudo nombres de información o de representación, es decir, sustantivos que admiten complementos de naturaleza oracional (la noticia de que…; la idea de que…; la afirmación de que…), o bien que se predican de nociones proposicionales (Es una novedad que…). Así, el uso del artículo definido en la primera mención de la afirmación en Una de ellas se me acercó y me dijo de golpe: tú debes ser el poeta. La afirmación me turbó pero también, debo reconocerlo, me halagó (Bolaño, Detectives) se justifica porque con esa expresión definida se retoma el segmento oracional subrayado inmediatamente anterior y se predica de él el hecho de ser una afirmación (en el § 33.5i se explica que el antecedente de los sujetos tácitos puede ser proposicional, al igual que el de los pronombres personales de tercera persona). Se obtienen interpretaciones análogas en estos otros textos:

Antes de regresar a la capital del Imperio, pasaría por Ginebra donde, por primera y última vez, rompería la tradición y la leyenda […]. El hecho ocurriría en 1910 (Moix, A. M., Vals); Por fin le había contratado una editorial de ámbito nacional. Iba a salir del anonimato. La noticia le había cogido agotado (Sánchez-Ostiz, Infierno).

14.6k La interpretación de los grupos nominales definidos que se subrayan en el apartado precedente es posible porque esas expresiones se predican de los segmentos subrayados con trazo discontinuo (el que algo rompería la tradición y la leyenda es un hecho; el que alguien había sido contratado por una editorial era una noticia). Esa relación predicativa es suficiente para algunos autores como recurso gramatical que legitime la presencia del artículo. Otros entienden, en cambio, que este análisis debería tener una traducción sintáctica y sugieren que en estas oraciones se elide el complemento oracional del nombre, como en El hecho Ø ocurriría en 1910 (donde el antecedente de Ø es el segmento subrayado con trazo discontinuo en el texto reproducido de Moix). Recuérdense, en este mismo sentido, los § 14.5b-h. Los autores que defienden esta opción sugieren que permitiría unificar, al menos en ciertos casos, la anáfora y la catáfora. Menos frecuente, pero también posible, es que la oración de la que se predica el sustantivo abstracto aparezca tras la primera mención de este, lo que se permite ocasionalmente en el discurso directo. En la cita que se reproduce a continuación se entiende ‘la afirmación siguiente’: El actor, adicto a las carcajadas, lanza una cuando escucha la afirmación: —¡Pero si en este país la gente que sabe de cultura nunca es nombrada en cargos culturales! (Hoy [Chile] 17/3/1997).

14.6l Al igual que otros muchos grupos nominales definidos, los que se predican de oraciones pueden retomar simplemente una mención previa. Esta forma de referencia es característica de las preguntas: —¿Cuál es el problema? —El problema es que no me quieres lo suficiente (Bayly, Mujer). Por el contrario, repárese en que en el texto siguiente se introduce la expresión el problema, con artículo definido, en su primera mención:

De no detenerse la emisión de CFC y halógenos, el llamado agujero de la capa de ozono podría expandirse de forma tal que las áreas templadas del planeta quedaran desprotegidas ante la radiación ultravioleta. El problema es que la gran industria de estas sustancias ocupa a miles de trabajadores y mueve grandes cantidades de dinero (Butteler, Ecología).

Tanto en este ejemplo como en el inmediatamente anterior, relativo a cierta pregunta, el problema del que se habla se identifica en la propia oración copulativa. No obstante, en el primer caso, el artículo el no podría alternar con un, lo que se deduce de la estructura informativa del diálogo. En el segundo caso, podría haberse dicho, en cambio, un problema. La información relativa a la unicidad (recuérdese el § 14.4e) que aporta el artículo el no se obtiene, sin embargo, de la subordinada sustantiva (sujeto en lugar de atributo, como se explica en los § 37.5k y ss.), sino de la inferencia a la que da lugar la situación adversa descrita en el contexto precedente. El vínculo anafórico queda tácito, pero podría hacerse expreso: El problema de lo anterior…; El problema que esto plantea…, etc.

14.6m Se deduce de lo apuntado en el apartado anterior que los sujetos oracionales de ciertas construcciones copulativas no desempeñan el mismo papel semántico que los complementos proposicionales de los sustantivos. La presencia de estos últimos en las construcciones endofóricas aporta la información necesaria para que se obtenga la unicidad que el artículo determinado requiere. Sería posible, en efecto, comenzar un texto con las palabras La razón de que no nos quede dinero… sin haber hecho referencia previamente a ninguna razón. Por el contrario, el sujeto proposicional de una oración copulativa no posee esa capacidad. Si un texto comenzara con las palabras La razón es que no nos queda dinero…, resultaría casi imposible de interpretar, puesto que el complemento de razón no ha sido expresado y no puede obtenerse a través de una relación anafórica, ante la ausencia de información precedente.

14.6n En los apartados anteriores se comprobó que la relación entre los dos elementos que constituyen la anáfora asociativa, en alguna de sus variantes, puede ser endofórica si el segmento que permite la aparición del artículo determinado como anáfora asociativa aparece como complemento en el interior del grupo encabezado por el artículo determinado, tal como sucede en las construcciones superlativas y en otros grupos nominales partitivos. Asimismo, en la oración He llegado a la conclusión de que no debo verla más, el segmento subrayado constituye el ancla que permite explicar la presencia del artículo definido la en la conclusión. No existe propiamente ancla en He llegado a una conclusión: no debo verla más, ya que una es un artículo indefinido (recuérdese la definición de ancla en el § 14.5c), pero sí existe una relación predicativa y paratáctica entre esas dos expresiones.

14.6ñ Se ha llamado uso factitivo del artículo el al que caracteriza a este artículo cuando encabeza oraciones subordinadas sustantivas, como en ¿Tiene sentido el que volvamos a discutirlo? (Plaza, Cerrazón). Este uso se analiza en los § 43.3m y ss. Aunque no existe unanimidad sobre este punto, cabría pensar que constituye un caso particular del uso endofórico, en el sentido de que la naturaleza semántica del complemento que aparece tras el artículo es la que legitima la presencia de este. Posee, sin embargo, la particularidad de que el artículo es optativo en muchos de estos casos, como se hace notar en los § 43.3m y ss. En los grupos nominales así formados, el artículo determinado precede inmediatamente a una oración subordinada sustantiva en subjuntivo o en infinitivo que expresa un hecho real o hipotético. Cabe pensar que el que el artículo determinado resulte optativo en estas construcciones (El que lo hayan detenido prueba que… ~ Que lo hayan detenido prueba que…) no impide que su interpretación sea endofórica. En efecto, el artículo no es opcional en el hecho de su detención, a pesar de que dé lugar a la misma interpretación. Ello sugiere que, aunque el artículo no es potestativo cuando el sustantivo hecho está presente, sigue siendo el complemento oracional el que aporta, como en los demás casos, la información necesaria para que pueda usarse el artículo definido en una primera mención. Aun así, no existe acuerdo entre los gramáticos sobre este punto.

 

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